Bueno, ya estoy aquí por segunda vez con otra historia aunque ésta solo es el que mandé al concurso del Escritor del mes. Si hubiera sabido que podía subirlos después de concursar lo habría hecho antes. Espero que disfruteis de la historia (aunque sea corta y fue la primera vez que hacía un one-shot) y podáis hacer una critica para que pueda mejorar :) Hermanas Sobre la ciudad de Saint-Stern, en una casa situada cerca del centro de la ciudad, se encontraba Ellen, una chica de 14 años, de cabellos cortos y rubios, piel blanca como la nieve y ojos verdosos durmiendo tranquilamente. —¡Ellen, levántate, tienes que ir al colegio! —gritaba su madre desde la cocina, despertándola de su pacífico sueño. —¡Ya voy! —contestó ella medio dormida. Se olvidó que hoy empezaba su segundo trimestre. Cuando ya estaba más despierta, preparó las cosas para ir al colegio y bajó a desayunar. Al bajar por las escaleras se fue directa a la cocina, dónde se encontró con su madrastra terminando el desayuno. —Hola Ellen, ten, el desayuno —Se acercó a ella y le colocó el desayuno con su alegre sonrisa de todas las mañanas. Ella le dio las gracias y empezó a comer el delicioso desayuno que le había preparado con tanto cariño. Cuando acabó, cogió su mochila, se despidió de su madre y se fue en dirección al colegio. Al tomar el autobús del colegio, vio que todos se alejaban de ella con caras enojadas y de miedo, ¿qué estaba pasando? Incluso sus amigos se distanciaban. Pero, al final del autobús, observó que su amigo Frank, un chico de cabellos castaños y ojos del mismo color, le estaba haciendo señas para que se sentara a su lado. Parecía estar bastante preocupado. —¿Qué está pasando, Frank? Todos me miran enfadados... —musitó Ellen en voz muy baja para que nadie la escuchara excepto su amigo; necesitaba una explicación. —¿No sabes el porqué? ¡Si ya llevan así una semana! Verás, todos dicen que te estabas metiendo con ellos fuera del colegio, que te burlabas de ellos y que les robabas el dinero durante las vacaciones de invierno —contó su amigo, por lo que se sobresaltó y gritó: —¿¡Qué tonterías estás diciendo!? —Ese grito hizo que todos los que se encontraban en el autobús la miraran con cara de “¿Qué le pasa a esta?”, incluido el conductor; por suerte había parado en un semáforo en rojo—. Si yo me fui de vacaciones y volví ayer, ¿como voy a hacer lo que me estás contando? —cuestionó ella algo más tranquila y en voz baja. —¿Desde cuando te he dicho que desconfiaba de ti? Yo te creo, Ellen —aclaró él; esas palabras la aliviaron un poco—; pero, ¿quién ha podido ser? —¡Ja! Como no sea un doble mío... —ironizó ella dando a entender que era imposible. —Puede ser —Lo único que pudo hacer ella era desear porque esa posibilidad no fuera cierta, al fin y al cabo, es imposible, ¿no? Cuando el autobús se paró y llegaron al colegio, mucha gente estaba reunida enfrente de la entrada, ¿qué estaba pasando? —Qué hace toda esa gente allí amontonada? —preguntó Ellen, viendo que más personas curiosas iban a ver que es lo que ocurría. —Oye —llamó Frank a un chico que pasaba a su lado con el mismo propósito que los demás—, ¿sabes qué está pasando? —Parece que Ellen ha iniciado otra pelea con...—Pero no pudo acabar la frase al observar que la mencionada estaba a su lado—. ¡Ellen! ¿Qué haces aquí? Es decir... Entonces... ¿Cómo...? ¿Entonces quién es ella? ¿No eres tú la que, bueno, ella...? ¡Agh, me estoy liando! —gritó el chico confundido sin comprender la situación, ni ellos tampoco. —¡Ya basta! ¡No soy yo y lo voy a demostrar! —Tan pronto como había chillado se fue corriendo hacia la multitud. Apenas podía pasar por la gente pero de alguna manera pudo pasar—. ¡A ver! ¿¡Qué es lo que está pasan...do!? —Su enfado desapareció en el momento que vio a esa chica idéntica a ella, agarrando a alguien mayor que ella y a punto de darle un puñetazo. Esa chica volteó su mirada y sus ojos se cruzaron con los de Ellen, por lo que, asombrada, soltó al chico que lo agarraba y estos huyeron a toda velocidad aterrados. Se miraron durante varios segundos aunque para ellas le parecían horas. Ellen la observó detenidamente; no eran exactamente parecidas. Su rostro, su cabello y su piel podía ser iguales a los de ella, sin embargo, los ojos de esa chica eran de un intenso azul índigo mientras que los suyos eran de un brillante verde esmeralda. —¿Quién eres tú? —preguntó la chica, haciendo que Ellen volviera en sí; su voz sonaba fría y distante. —Me llamo Ellen Foster —contestó ella si perder el contacto visual. —Así que tú eres la hija de esa bruja ¿eh?, ¡no sabes cuánto te odio! —El grito sonó por toda la entrada y los profesores se dirigían rápidamente pero ellas no se movían, como si estuvieran pegadas al suelo. —¿¡Por qué haces esto!? ¿Qué he hecho yo para que me odies? Ni siquiera te conozco —Su enfado aumentaba por momentos. Estaba tan enojada que quería darle una bofetada ahí mismo, solo quería saber el motivo de su rabia. —Pues deberías saberlo, ¿o no te lo ha dicho tu madre? —La duda era cada vez más grande y su furia era cada vez mayor—. Mi nombre es Elyse, Elyse Evans. —¿Y por qué pretendes ser yo? —La pregunta hizo que su indiferente rostro esbozara una risa burlona de sus labios. —¿Que YO pretendo ser...? ¡Por favor! Estás muy equivocada, yo no quería tener este aspecto. El motivo por el que tengo este maldito aspecto es porque soy... —Pero Elyse fue interrumpida por la llegada de los profesores pidiendo una explicación por su parte, por lo que se acercó a su oído y dijo: —Reza lo que sepas. Al final los profesores se la llevaron para interrogarla y no tuvo más remedio que ir a clases. Parece que era una nueva estudiante. Ellen se sentía deprimida por lo ocurrido, ¿por qué la odiaba? ¿Qué le iba a decir en ese momento? No se podía concentrar en clases hasta que Frank le mandó una nota que ponía: “Vamos a seguirla cuando acabe el colegio, ¿vale? PD: No te preocupes más.” Al acabar el colegio, hicieron lo que planearon y la siguieron. El cielo estaba adquiriendo un color gris, anunciando que iba a nevar; cada vez les costaba más adaptarse al paso de la muchacha y no perderla debido a la nieve acumulada, ¿a dónde se dirigía? Pero no tardó en resolverse esa pregunta; su destino era el cementerio. Estaban buscando a la chica, ya que habían perdido su rastro. Cuando la encontraron, estaba arrodillada en la nieve, enfrente de una lápida de piedra que ponía: Recordando por siempre a Alen; llorando sin control alguno y sin emitir ningún ruido. No podía evitar sentir pena por ella, da igual el motivo de su odio hacia ella; Ellen se acercaba silenciosamente a la chica de ojos azules — con la que compartía cierto parecido físico— sin que se diera cuenta y se puso a su lado. —¿Por qué estás llorando? —preguntó ella, lo que hizo que Elyse se sorprendiera y la empujara, haciendo que se cayera en la blanda nieve. —¡Tú! ¿Qué haces aquí? —cuestionó ella estupefacta. —Para aclarar algunas cosas; estabas a punto de decirme algo antes, ¿qué era? —La otra se secaba las lágrimas velozmente y trazó su sonrisa sarcástica, como si no hubiera pasado nada. —Ah, ¿eso? Si que eres insistente —Ellen seguía sentada en el suelo, con la misma seriedad de esta mañana; quería saber el porqué estaba sollozando—. Te lo diré, el motivo por el que tengo esta maldita apariencia es porque tú y yo somos medio-hermanas. Sí...Todo por culpa de esa bruja a la que llamas madre. Cuando ella se divorció de tu madre, empezó a salir con el mío y nací con la misma apariencia que tú ya que nos parecemos a ella —dijo ella, como si estuviera evitando nombrarla “madre”—. Éramos una familia feliz, pero cuando tenía 6 años, ¡tu madre le enseñó un papel pidiendo el divorcio, con la excusa de que volvía a casarse con tu padre! ¡Por culpa de ella, mi padre se suicidó un mes después! ¿Cómo quieres que no te odie sabiendo que eres la hija de...? Pero era tarde, Ellen la estaba abrazando fuertemente y sus ojos estaban llenos de lágrimas. Al principio Elyse hacía todo lo posible por zafarse de la otra pero esta no cedía y no tuvo más remedio que aceptar su abrazo. Aún confusa por su inesperado comportamiento, preguntó: —¿Por qué estás llorando? —Posó su mano encima de su cabeza y la empezó a acariciar el pelo suavemente— ¿Por qué hago esto? Se supone que la odio, entonces, ¿por qué? —pensó ella en su interior, sin comprender nada de la situación actual. —¡Porque...! ¡Porque no es justo! Mi... nuestra madre, ¡fue tan insensible contigo! —confesó ella enojada, corrigiendo a tiempo su fallo— ¿Por qué no me contó nada? ¡Esta es la primera vez que me enfado tanto con ella! —Sus lágrimas no se detenían y apenas podía hablar ya que su voz se quebraba más y más—. Perdóname, por hacerte recordar algo tan doloroso. —No te preocupes, una vez que te acostumbras a la soledad ya no te afecta —mintió ella. En realidad sentía que dentro de poco iban a salir sus lágrimas de nuevo, mas tenía que aguantar; no quería que la viera llorar por segunda vez. —Elyse, si... si quieres llorar hazlo, no me importa —Se acabó. Ese fue el límite para ella. Esas palabras hicieron que ella no lo soportara y empezará a sollozar por segunda vez, esta vez más fuerte que nunca. No sabían en que momento había empezado a nevar ni tampoco cuando se había ido Frank pero, les daba igual. Ese cálido y cariñoso abrazo había ablandado el corazón de Elyse; ella había sufrido tanto en todos estos años... Tal vez solo se habían conocido hoy, es cierto; sin embargo, ya sentían que la otra era como su hermana, no podía vivir una sin la otra. —Me alegro por las dos, Ellen, Elyse... —pensó su amigo Frank, escondido detrás de un árbol y con una sonrisa de satisfacción. Tiempo después, adoptaron a Elyse y se convirtieron en hermanas. Puede que vayan a tardar un poco en sanar sus heridas con respecto a su madre, sin embargo, ya habían dado un primer gran paso. Solo necesitaban un poco más de tiempo. Al fin y al cabo, para eso están las hermanas. Fin
Me ha gustado esta historia =D Aunque esperaba que fueran hermanas gemelas o lago así, creo que pudo haber sido una historia un poco más extensa, aunque podría ser que la extensión del concurso te haya limitado. Esperaba que Ellen fuera menos amable con su hermana aunque sea por un rato, y eso de descubrir muerto al padre de su media hermana pudo haberse hecho más dramático a mi gusto xD, no sé que traigo que a todos los escritos les quiero poner más drama. El comienzo de la historia, cuando Ellen comienza su rutina, lo sentí algo apresurado y tirando a relleno... creo que pudiste omitirlo y comenzar la rutina desde el autobús.