El humano, hecho a su imagen y semejanza, sin ser pokémon, sin rozar sus manos contra el césped o tener que lanzar ataques para defenderse; entonces ¿Así era Arceus? El dios que había adorado durante años no era alguien bueno, era un dictador en el trono más alto, como aquellos que adornaban los libros de historia, aquellos que una vez arrodillaron al mundo y lo tiñeron de rojo, tirando sus rosas negras por todas partes, rozando la cabeza de personas sin carácter, llenando los lagos de perdición. Eso era Arceus. ─Malditos ─Masculló. Estaban hechos a su imagen y semejanza, eran ciervos en un campo de infinita proporción, proporción llena de desamparo veinticuatro siete, llena del malgasto del tiempo hasta corromper el más puro ladrillo que mantenía firme la fe, que constituía a Arceus en estatuas a través del mundo, pero esas estatuas, al fin y al cabo, no fueron hechas por voluntad humana, no estaba destinadas a ser creadas por sus neuronas, sus neuronas fueron hechas para obedecer simples ordenes, ordenes que no eran ataques, eran maneras de mantener el gran terreno bajo control y, lo más espeluznante, es que los hacían creer que ellos tenían el control total, el control de manejar su casa, no eran más que perros manejando garrapatas. Él no lo entendió por pensamiento propio ¿O sí?
Muy bien. Me gusto mucho tu relato aunque no acabo de ver la relación con pokemon, parece una critica oculta a la religión disfrazada de drabble de pokemon pero en lo demás me gusto bastante. Saludos
Hace años que juré no meterme en más rollos de teología pokémon pero siempre suelo decir cosas que no siempre cumplo ;__; A saber si la propuesta sea válida o no en materia de fanfiction, supongo que si. De todos modos es un tema bastante lioso de manejar. Los mitos de Sinnoh manejan a Arceus como una entidad creadora ya nació del huevo en medio de la nada y con sus mil brazos (?) creó el universo. [Recomiendo leer "La historia del no-nacido" para una reinterpretación de los hechos]. Por otro lado tanto juegos como anime casi siempre se han orientado a una visión más panteísta y deísta con los pokémon como fuerza motora del universo. Dar una sóla visión por buena me parece errado ya que al igual que en la vida real hay diversas religiones e interpretaciones de la divinidad lo mismo podría aplicar al mundo pokémon. Quizá a lo mejor faltó darle algo más de enfoque y jugar con la idea de un fanático que toda su vida creyó en Arceus como un equivalente directo del dios judeocristiano y que al morir en vez de encontrarse con su divina gloria o algo así se topase con que sólo es un pokémon más, terrenal y pasional. Resumiendo, la idea es buena y se puede aplicar a pokémon pero coincido en que el enfoque se pudo mejorar.