Hechizo De Vampiro

Tema en 'Relatos' iniciado por LadyWitheRose, 20 Abril 2012.

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    LadyWitheRose

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    Acuario
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Hechizo De Vampiro
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1959
    Esta historia sera un Two-Shots, aqui dejo el primer capitulo :)... Este fic es para mi mas fiel seguidora Ashi-chan :3 espero que te guste y sorry por no haberlo subido antes. :)​
    HECHIZO DE VAMPIRO.​
    “Mi nombre es Catherine hoy cumplo 21 años de edad, cuando yo tenía la edad de 11 años tuve un encuentro con un hermoso ser, el me salvo la vida y como agradecimiento, le prometí que cuando fuera adulta regresaría a este lugar para encontrarme con él; pero nada de lo que sucedió lo recuerdo hasta el día de hoy”.

    Canada, 23 de Marzo del 2012.


    — ¡Vamos Catherine! — escuche la voz de mi madre que me gritaba desde la planta baja de nuestra casa, me encontraba guardando algunas cosas en mi bolsa antes de irnos.

    El día de mañana cumpliría 21 años y mis padres como regalo decidieron llevarme a acampar a ese hermoso lago que tanto me gustaba y que solía ir de niña.

    —Ya voy… — decía en susurro terminando de guardar mi iPod en mi bolso y cerrar mi puerta tras de mi al salir de mi habitación, corrí por el pasillo hasta las escaleras las cuales baje saltándome un escalón para reducir el camino hacia la salida.

    —Vergüenza debería darte —sonreí divertida al escuchar la voz de mi mejor amiga Lucrecia — mira que tus padres suben todo y no les ayudas — gire a verla y ella sonrió divertida — damos pena — me abrazo y empezó a reír seguida de mí.

    ¡Oh vamos!, mira que si sigues molestando te dejo aquí y no te llevo — le dije mirándola acusadoramente para después reírme divertida junto con ella.

    Lucrecia ella era mi mejor amiga de toda la vida, ella es un año mayor que yo, pero eso no nos importa, hace dos días atrás la invite para ir al bosque del “Parque Nacional Banff, 1885” a unas cuantas horas de aquí, ella por supuesto acepto diciendo que pospondría la salida que tenía con su novio para otro día.

    —Chicas hora de irnos—escuche la voz de mi padre quien salía de la casa con las últimas cosas y caminaba hacia el automóvil donde mama ya estaba lista esperando.


    La hora de partir había llegado el lago estaba a unas cuantas horas de casa, del “Parque Nacional Banff, 1885”. Lucrecia y yo matábamos el tiempo de camino a nuestro encuentro jugando cartas, escuchando música, incluso nos pusimos a contar chistes con mis padres en lo que llegábamos, el día era perfecto, soleado, nada podía salir mal. Mi padre decidió llegar a una estación de servicio para rellenar el tanque de gasolina, mientras mi madre, Lucrecia y yo entrabamos a comprar algunas cosas en la tienda de servicio.

    —ok me llevo esto y esto, también esto— escuchaba a Lucrecia echando algunas cosas en su canasta mientras yo tomaba dos revistas— no señorita, esa no mejor esta— me quito la revista dejándola en su lugar para tomar otra y poniéndola en mis manos.

    —Bien la llevamos pero…— hice una pausa riendo levemente— yo la leeré primero— le dije para caminar hacia los refrigeradores y tomar un jugo, pero había tantos que no sabía cuál escoger— uhm… ¿Cual escogeré? — me cuestione en un susurro.

    —Te recomiendo el jugo de naranja— escuche la voz profunda y serena pero con algo de picardía de un joven, al girar a verle me quede anonadada con la belleza de este ser, su piel blanca resaltaba de su cabellocastaño claro, con su sonrisa blanquizca y labios carmesí que podía robar algunos suspiros.

    —Gracias— dije en susurro viendo como él tomaba el jugo de naranja y se retiraba como había llegado— oh por dios, que guapo…—susurre siguiéndole con la mirada y girar a tomar el jugo de naranja.

    — ¿Quién era? — Cuestiono con tono divertido Lucrecia quien veía al chico de pies a cabeza— se ve apetitoso— dijo bromeando al ver mi cara de incrédula.

    —No lo sé—dije a un embobada para después ir a la caja registradora donde mi madre nos esperaba para pagar.

    El viaje era más tranquilo, Lucrecia se quedó dormida la mayor parte del viaje y yo mantenía mi vista sobre la ventana, al mismo tiempo que ignoraba todo lo que pasaba frente a mí a gran velocidad dejándoles atrás. Mi mente se mantenía a distancia en la silueta de ese hermoso chico, jamás había visto a un hombre con esas facciones, esa piel tan fina y esos ojos que me vieron fijamente por un instante como si el pudiera ver dentro de mí, como si me desnudara sin tocarme. Me sonroje al pensar esto último sacando una sonrisa tonta de mi parte. El resto del viaje fue más entretenido y divertido ya que Lucrecia nos deleitaba con su “hermosa” voz.

    —Bien chicas hemos llegado— anunciaba mi madre mientras entrabamos por el gran marco de madera de lo que era una reservación llamada “Parque Nacional Banff, 1885”.

    — ¡Qué bien! —exclamamos las dos mirando todo el lugar por las ventanas del auto.
    Paso una hora o dos para que nuestro campamento cobrara vida, el cielo no era tan azul y tan soleado como en otros lugares cercanos de aquí, pero el clima era agradable, tanto como para ir a nadar al extenso lago azul que estaba a unos metros de nuestro campamento.

    —Parece que este año vino mucha gente— comentaba mi padre viendo a varias familias armando sus campamentos o preparando lo que sería una parrillada— eso habla muy bien de este lugar— continuaba murmurando mientras terminaba el lugar donde estaría la fogata.

    —Iremos a nadar— le informe a mis padres quienes estaban muy concentrados en sus labores, sin más Lucrecia y yo seguimos el camino formado con el tiempo hasta ese hermoso lago.

    — ¡Wow! — Exclamo Lucrecia al llegar— es muy hermoso— rio levemente divertida al ver el panorama— y también hay muchos chicos guapos— continuaba para quitarse el blusón y su falda jeans quedando en un bikini azul cielo con blanco. — ¿Qué? — Me cuestiono al ver mi mirada incrédula— me portare bien, yo tengo a mi hermoso hombre esperándome en el vecindario— rio divertida para entrar al agua de un clavado.

    — ¿Qué hare contigo? — decía para sonreír levemente y despojarme de mis ropas, quedando en un bikini negro, preferí sentarme sobre las tablas mojadas del muelle bajo hundiendo mis piernas en las cálidas aguas del lugar.

    —Este año será el mejor— una voz rasposa y profunda se escuchaba a mi espalda — Ya lo veras— le aseguraba a alguien.

    —Siempre lo son— dijo una voz más divertida— pero en fin, de que este es el año de Michael lo será— hizo una pausa— ¿Michael? — le llamo.

    Gire a ver de quien se trataba, el joven de la gasolinera estaba ahí parado a unos cuantos pasos de mí, al parecer no me reconoció ya que estaba mirando a otra dirección; al seguí el rumbo de su mirada quede más sorprendida que nunca y me sonroje de tal manera que no sabía dónde esconderme. La mirada penetrante de esa mirada verde aceituna me veía fijamente era una reacción similar a la del chico pero esta era tan diferente a la vez.

    — ¡Catherine! — Me llamo Lucrecia que salía del agua— ¿Me piensas dejar sola? — me cuestiono y giro a ver a mi dirección. — Ya veo, conque era eso— le escuche divertida y cuando gire a verla era demasiado tarde, estaba en el agua.

    — ¡Lucrecia! — le grite al momento que salía a tomar aire a la superficie y aventarle agua mientras ella se reía divertida sobre el muelle. — ¡No es gracioso! — le dije abochornada para girar a ver a los chicos los cuales nos observaban riendo pero ese tal Michael permanecía en silencio.

    En ese rato Lucrecia y yo no la pasamos nadando, platicando e iniciamos una conversación con esos chicos, el de voz profunda se llamaba Estefan, el chico de la gasolinera se llamaba Orlando y el chico serio y de mirada fría y penetrante se llamaba Michael, eran de Italia pero tenían familia aquí, así que cada año venían a este lugar desde hace mucho tiempo atrás.

    — ¿Ustedes suelen venir seguido por aquí? — nos cuestionó Estefan quien nos sonrió levemente, no tenía ninguna duda que esos tres eran familia ya que eran muy apuestos.

    —Bueno esta es mi segunda vez— contestaba Lucrecia para verles y sonreírle— pero la que viene desde muy chica es mi amiga Catherine— le escuche decir.

    —Deje de venir desde los once años— interrumpí para verles sonrojándome al sentir la mirada verdosa de Michael sobre mí.

    —Cierto desde aquel accidente— recordó Lucrecia— es que cuando ella tenía once años ella por poco muere ahogada—les comentaba.

    —Que mal…— dijo Orlando— lo bueno es que ya estás bien ahora— sonrió después para ver a sus primos.

    —Si eso creo— le conteste sin dejar de ver a Michael, era como una guerra de miradas y eso me gustaba— los invito mañana a mi campamento— les dije llamando su atención— mañana será mi cumpleaños— les informe.

    —Bien— por primera vez en la tarde Michael había hablado, su voz era rasposa, profunda, atrayente, tenia de seducción e invitación a lo desconocido.

    —Ahí estaremos— continuo Orlando asegurándonos quien veía a Estefan y este último sonrió levemente.

    —Bien creo que es mejor marcharnos— me decía Lucrecia que se ponía de pie y veía el crepúsculo en las montañas— los esperamos— dijo tomándome de la mano sacándome de mi trance.
     
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