One-shot de Pokémon - He sido un completo idiota

La noche era tranquila, no había señales de que nevaría lo cual era perfecto, pues no muchas veces se podía apreciar la noche, en épocas de invierno. Si, la noche era tranquila, excepto para él…

— Ah… Ah… —jadeaba mientras corría por la pesada nieve que cubría el suelo del bosque— Ah… Ah... que idiota he sido —habló mientras corría. Unas voces y unos ladridos se escuchaban a lo lejos, al parecer no estaba solo. Volteó un poco, y notó que “ellos” estaban un poco más cerca de lo que pensaba. En su camino pudo observar un pequeño risco y sin pensarlo, saltó hacia él.

— Juré ser fiel a los principios del credo. —pensó mientras caía hacia el suelo, era un altura de quince metros, el aterrizaje no iba a ser doloroso, tenía bastante experiencia con esas alturas, además la nieve iba a aminorar un poco la caída, pero lo que lo tomó por sorpresa es que habían dos personas encapuchadas; iguales a sus perseguidores— No comprometer a la hermandad —cayó en el suelo. El sonido de la nieve alertó a los dos hombres y se lanzaron al ataque. La pelea había empezado y el que antes había caído del risco estaba dominando la pelea. De su muñeca salió una hoja afilada, la cual usó para atravesar el pecho de uno de ellos, después de eso esquivó el ataque de espada del otro hombre. El chico desenvaino su espada tomándola con la mano derecha y con la izquierda, tomó un cuchillo de su cintura. El choque de espadas había comenzado, pero el chico decidió acabar con esa pelea rápido, pues no tenía mucho tiempo.

Rodó sobre la nieve, logrando posicionarse detrás del hombre. Le pateó la parte de atrás de la rodilla izquierda y el hombre tuvo que agacharse por tal acción, lo cual le dio la oportunidad al joven de acabar con él, degollándolo desde atrás con su espada.

— Mantener mi espada, alejada de la sangre del inocente… —un terremoto, miles de personas inocentes muertas, gritos de gente herida; ese fue el recuerdo que se le vino a la mente, después de haber pensado esas palabras. Se detuvo frente a otro risco, la única diferencia es que en éste risco, la altura era más alta y la caída lo llevaría hasta el mar helado— Pero fui, un completo imbécil.

Volteó para ver si podía encontrar otra forma de escapar, pero era demasiado tarde, sus perseguidores lo habían acorralado— Tenía mis esperanzas en ti, Gary. —habló con tristeza un hombre encapuchado, que se acercaba al ya nombrado, al parecer era el líder de los perseguidores.

El chico que estaba en el risco se quitó su capucha de color negro, mostrando así su rostro; tenía la piel blanca, ojos verdes y su cabello castaño, el cual estaba desordenado— Como dije antes ¿Quién eres tú para decidir qué ciudad caerá? —le dijo molestó, recordando la razón principal de su discuta.

Otro hombre encapuchado se acercó y le apuntó con su arma al chico— Tenga razón son o no, Gary traicionaste a la hermandad, a Samuel y a mí. Entrega el manuscrito—le dijo mientras se quitaba su capucha, revelando su rostro; él tenía la piel algo morena, en sus mejillas se podían ver unas extrañas zetas, sus ojos eran color caramelo y tenía el cabello negro y algo despeinado.

El castaño lo miró con algo de tristeza y pena— No puedo Ash, no dejaré que vuelva a ocurrir. —le respondió recordando aquel incidente— Con todas esas almas perdidas… —miró el risco con algo de temor, pero después pensó que preferiría dar la vida por salvar al mundo— Una más apenas importa —le dijo refiriéndose a él mismo. Se volteó y caminó un poco— Esta sed de poder, termina aquí.

— ¡GARY! —escuchó para después sentir un intenso dolor en su costado derecho, le habían disparado. Se tambaleó un poco y después, cayó del risco.