Habitación H

Tema en 'Complejo Laguna Negra' iniciado por Hygge, 3 Diciembre 2017.

  1.  
    Hygge

    Hygge Game Master

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    Habitación de dimensiones suficientes como para albergar a todos los estudiantes necesarios. Pueden ser de dos, tres y cuatro camas, ubicadas en literas blancas al igual que la pared de la habitación. En la pared de enfrente se encuentran los armarios correspondientes para cada jugador, y sus maletas se encuentran frente a la puerta correspondiente.

    Esta habitación pertenece a Yashiro y Jack
     
    Última edición: 3 Diciembre 2017
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    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

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    Jack Atkinson

    Entre a la habitación con cuidado, en el mayor silencio que podía. Si Yashiro ya había llegado y se había dormido, no quería despertarlo. Grata fue mi sorpresa al fijarme que tenía toda la habitación para mi solo, al menos por ahora. Tomé mi maleta y comencé a desarmarla, ubicando toda la ropa en mi armario. Dejé mi guitarra encima de mi cama, mis pesas y demás instrumentos para la rehabilitación a los pies de esta, y me dirigí hacia el baño. Necesitaba pegarme una ducha y sacarme todo el cansancio y la agitación del día.

    Mientras el agua caliente golpeaba sobre mi cuerpo y el vapor comenzaba a crecer, me puse a reflexionar sobre todo lo que había pasado en el día. Habían sido muchísimas cosas. No solo había conocido una gran cantidad de gente, sino que había viajado por debajo del mar, ahora vivía en un complejo paradisíaco y estaba probando un videojuego "nuevo". Aunque también al parecer había un hacker por ahí y cosas mucho más turbias ocultas bajo la alfombra. Me había peleado y ¿reconciliado? en el mismo día con Aki, había conocido a Bea y a Yashiro, y estaba seguro que al resto iría haciéndose conocido de a poco. Eran muchas emociones en un solo día. No sabía como iba a hacer para despertarme al día siguiente. Además de que me había olvidado de preguntarle al director si había una especie de gimnasio por aquí, para no tener que hacer mis ejercicios dentro de la habitación o en otro lugar que molestara. Seguramente que sí, digo, tenían hasta una jodida laguna artificial, un pequeño galpón para ejercitarse parecía lo más lógico, ¿no?

    Cerré el agua y me sequé con una de las toallas, poniéndola luego alrededor de mi cintura. Eché un vistazo antes de salir, para ver si mi compañero todavía no había llegado. Como no era así, me dirigí directamente hacia mi armario y me cambié allí mismo, dejando que la toalla cayera. La desnudez no me incomodaba, pero no conocía bien todavía al peliblanco, y algo de respeto tenía dentro mío, todavía. Me puse mi piyama, que consistía simplemente en ropa interior y un pantalón tan andrajoso que hasta yo no consideraba apropiado salir con él (lo cual era una mentira, pues más de una vez había salido a la calle con ese pantalón de jogging, para ir a comprar cosas en la despensa o incluso ir a visitar a un amigo), me trepé a mi cama, dejando las muletas apoyadas en esta, y tomé mi guitarra. Tenía ganas de al menos tocar una canción antes de irme a dormir. Saqué del estuche una carpeta con partituras y letras, y la abrí al azar. "Don't Cry", Guns N' Roses. Bueno, al menos iba a ser una canción tranquila.

    Apoyé mi espalda contra la pared, con cuidado acomodé mis piernas para hacer una pequeña canasta en donde apoyar el instrumento, y comencé a rasguear las cuerdas. Toque de forma bastante despreocupada, sacándome toda la tensión y el cansancio de encima, para poder dormir más tranquilo. Cuando terminé, suspiré, dejé la guitarra a un lado, y me acosté con las manos entrelazadas detrás de mi nuca, mientras suspiraba, un sonrisa se dibujaba en mi rostro, mientras el sueño iba llegando e iba recordando los últimos sucesos del día, con un especial énfasis en la charla con Aki.
     
    Última edición: 18 Marzo 2019
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  3.  
    Reual Nathan Onyrian

    Reual Nathan Onyrian Adicto

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    Jack Atkinson

    Me encontraba haciendo la última serie de abdominales cuando escuché golpes afuera de la habitación. Me detuve extrañado, aunque mi rostro reflejó una sonrisa luego de discernir lo que transcurría. Dos voces podían notarse afuera, y el sonido de una sartén o una olla siendo golpeada. ¿Acaso serían los otros alumnos que mencionó el profesor? Vaya, todo era bastante igualito a casa. O al menos, cuando yo cursaba. Había que destacar que simplemente amenazaban con robarnos el desayuno, y nada peor. Bueno, lavar los platos, pero no era demasiado problema, sinceramente. Parecían buena gente, dentro de todo.

    Un segundo, ¿el desayuno? Miré el reloj. Ya eran las ocho. Gobshite, se me había pasado el tiempo. Se ve que había estado demasiado extenuado el día anterior. Los sucesos comenzaron a inundar nuevamente mi cabeza, pero los ahuyenté meneándola. No tenía sentido pensar en ello ahora. Era un día nuevo. Y el día nuevo iba a empezar de forma bastante mal si no llegaba a tiempo y terminaban quitándome el desayuno. Necesitaba despertarme más temprano si quería terminar la sesión de ejercicios básicos antes de desayunar. No me tenía que olvidar de preguntarle al Director o a algún profesor o persona a cargo que me indique si había o no un gimnasio.

    Intenté levantarme de un salto, pero obviamente, las piernas no me respondieron, y caí de espaldas, golpeándome la nuca en el suelo. Cierto, seguía con parálisis. Miré mis piernas y suspiré. Podía ver todos los tajos y cicatrices del choque y de la cirugía. Bueno, ya había pasado dos años con las piernas así, no me iban a arruinar una mañana. Suspiré y me incorporé como pude, ayudándome con una cama. Tomé mis muletas y me dirigí hacia dónde estaba durmiendo Yashiro.

    — Hey, arriba, bello durmiente, te quedarás sin desayuno si no vienes.— dije en voz alta, mientras lo agitaba para que se despertase.— Has estado más callado que de costumbre. De seguro es la falta de azúcar.

    Me reí de mi chiste horrible y me dirigí hacia la puerta. Cuando tomé el pomo, me di cuenta de algo. Seguía con el torso desnudo, descalzo, y vestido con mi pantalón andrajoso. Aunque en un momento dudé en salir así, lo mejor sería que no. Tenía cierta decencia, todavía. Así que rebusqué entre mi ropa alguna que no estuviera completamente rota (aunque tenía un hueco pequeño a la altura de las costillas más bajas), pantalones de jeans que hubieran visto mejores tiempos, calzado deportivo (tuve que batallar mucho para no ir descalzo) y mi omnipresente chaqueta roja. No iba a salir sin ella, obviamente. ¿A quién se le ocurriría?

    Me troné el cuello, tomé el pomo, y salí al exterior con una sonrisa. Un nuevo día comenzaba.
     
    Última edición: 24 Marzo 2019
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  4.  
    Rein

    Rein Once

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    Yashiro Isana

    Un fuerte golpe me despertó. Sin embargo, yo quería seguir durmiendo, esa cama estaba bastante cómoda, además de que me sentía aún cansado del día anterior..., muchas nuevas experiencias y yo tratando de conocer ese nuevo lugar gigantesco. Me fascinó por completo, el viaje, el lugar, la bienvenida, ¡wow! Y lo mejor era que estaría haciendo lo que me apasiona. Ese día podría darme otra vuelta en el complejo, pues sentí que quedaron cosas por conocer.

    Intentaba hacer que mi cerebro mandara la orden a mis ojos de que los abriera, pero... No quería. Sencillamente decidí seguir durmiendo, hasta que...

    —Hey, arriba, bello durmiente, te quedarás sin desayuno si no vienes. Has estado más callado que de costumbre. De seguro es la falta de azúcar.

    Fue la voz de Jack lo que me hizo abrir los ojos. No estaba consciente de que estaba acompañado, no recordaba, mejor dicho. Lo miré y al escuchar su chiste me reí junto con él, muy buen chiste y quizás tenía razón. Escuché un par de ruidos más por parte de él y luego oí la puerta cerrarse. Estaba solo.

    Me senté en la cama y me estiré hacia el techo, había que recargar energía para empezar este día prometedor. La noche anterior, antes de dormir, había tomado una ducha bastante relajante, así que no me sentí en la necesidad de hacerlo por esa mañana nuevamente. Tomé el pantalón oscuro y la playera amarilla que también anoche había preparado para este día. Me vestí como siempre y luego procedí a colocarme las zapatillas tenis también oscuras. Me puse de pie, me dirigí hacia la puerta y salí de allí.

    ¿Qué me esperaría para ese día?
     
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