Kuroshitsuji Galletas para ti [Kuroshitsuji] [Elizabeth&Ciel]

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Abyss, 12 Octubre 2012.

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    Abyss

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    Título:
    Galletas para ti [Kuroshitsuji] [Elizabeth&Ciel]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1187
    No pudo evitar tararear la melodía de una canción que su difunta tía, Madame Red, le cantaba para animarla cuando era más pequeña. En ese momento se sentía mal, no había experimentado esa sensación en bastante tiempo.

    El olor de las galletas recién horneadas había inundado la cocina con determinación, cosa que hacía sollozar aún más a la pequeña Elizabeth.

    ¿No era una pena que las cosas hayan terminado de esa manera?

    La bandeja con galletas se encontraba frente a ella, la sostenía con las dos manos cubiertas de guantes color rosa, tenían un aroma dulce y seductor pero su color se había vuelto bastante tostado, por no decir negro, y el humo que salía de ellas hacían que a Lizzie se le llenen los ojos de lágrimas.

    —¿Por qué? —Se dijo a sí misma entre sollozos—. ¡Si yo me había esforzado tanto en hacerlas para Ciel! ¡Y ahora están arruinadas! ¡Ciel no va a querer una esposa que ni siquiera sabe hacer galletas!

    Dejó la bandeja sobre la mesada de la espaciosa cocina de su casa, se sacó los guantes y el delantal blanco que había manchado de mil maneras diferentes esa tarde, y los arrojó al suelo con enfado.

    Se sentó en el piso de terciada recién pulida y escondió su cabeza entre las rodillas. Aquel vestido voluptuoso de seda color naranja, con detalles en amarillo y encaje blanco, no merecía ser mojado por sus lágrimas, tampoco merecía estar en el frío piso con todo el peso de Lizzie sobre sí, pero en ese instante la mente de la pequeña estaba en blanco y no le importó terminar en el piso con su recién diseñado vestido.

    —¡Señorita! —La voz de Paula se apagó al ver a su ama en el piso, y su mirada recorrió la cocina ensuciada por todos lados con crema pastelera, harina, azúcar, especias y demás. Paula se acercó a la mesada y miró con tristeza la bandeja de galletas casi carbonizadas, ella no podía hacer nada para solucionar ese inconveniente.
    —¡Paula! ¡No seré una buena esposa! ¡No puedo hacer ni simples galletas! —Elizabeth siguió sollozando sin sacar su cabeza escondida entre las rodillas, abrazándose fuertemente de ellas.
    —No diga eso señorita. Usted no necesita aprender a hacer estas cosas, para eso me tendrá a mí.
    —¡Pero de seguro Ciel querrá comer galletas hechas por mis propias manos! ¡Y yo no seré capaz de hacerlas!
    —¡La señorita será capaz de hacerlas! No se preocupe, es normal fracasar al hacer algo por primera vez.

    Lizzie sacó su rostro rojo cubierto por lágrimas salinas de entre sus rodillas y miro a Paula con ojos cristalizados y entristecidos.

    Paula simplemente le sonrió para darle ánimo.

    —Disculpe la intromisión —una voz masculina proveniente de la entrada a la cocina hizo que Paula dé un brinco de la impresión—, sólo quería saber si todo estaba en orden.
    —¿Sebastian…? —Lizzie miró al mayordomo vestido de negro con duda y se preguntó a sí misma qué podría estar haciendo allí.
    —¡Es verdad! Señorita yo venía a avisarle que el joven amo Ciel acababa de llegar.
    —¿Ciel está aquí? ¡Pero no puede verme en estas condiciones! ¡Y menos ver el fracaso de galletas que acabo de hacer!

    Lizzie volvió a sollozar al darse cuenta en la posición que estaba.

    Sebastian la miró desconcertado y luego se percató de la bandeja de galletas quemadas sobre la mesa. En ese mismo segundo se dio cuenta de lo que ocurrió y el porqué de la reacción de la pequeña Elizabeth.

    —¿A caso la señorita Elizabeth ha estado cocinando?
    —Sí —respondió Paula—. Se la pasó toda la mañana tratando de hacer galletas para el amo Ciel, pero como puede ver —ladeó la cabeza con tristeza hacia la bandeja—, no han salido muy bien que digamos.
    —Señorita Elizabeth no debería estar apenada por fallar en su intento —Sebastian se acercó a la ella, quien lo miraba con sus grandes ojos verdes cristalizados en lágrimas, y le ofreció un pañuelo para secarse el rostro—. Una señorita como usted no debería preocuparse por trivialidades como hacer galletas, es una Marquesa de Middleford y futura esposa del Conde de Phantomhive, no necesitará hacer estas cosas cuando…
    —¡Te equivocas! —Le espetó la chica de cabellos dorados, un poco desaliñados a causa del trabajo en la cocina, y tomó el pañuelo para sonarse la nariz—. Ciel está acostumbrado a las galletas que tú le haces con frecuencia pero él no ha probado galletas de una mujer que lo quiere en verdad. Yo sé que su madre le solía hacer galletas cuando era más pequeño, por eso yo quería… —sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas—, yo sólo quería que…
    —No necesitas hacer ese tipo de cosas.

    Los ojos de Elizabeth se abrieron como perlas verdes de la sorpresa y volteo para mirar a su futuro esposo, Ciel Phantomhive, parado en la puerta con una sonrisa. Su gran sombrero negro hacía juego perfecto con la chaqueta del mismo color, y sus pantaloncillos oscuros, la camisa blanquecina y la corbatilla color salmón. Por supuesto que sus botas negras relucían en brillo y lustre, todo su ser tenía ensanchado la palabra “Refinamiento” gracias a su buen mayordomo Sebastian.

    —¡Ciel! —Elizabeth se levantó del piso al instante con una pirueta que la hizo perder el equilibrio, afortunadamente Sebastian estaba a su lado y la agarró del brazo antes de que pudiera caerse.
    —Deberías conocerme mejor, Lizzie —le dijo el pequeño ojiazul mientras se acercaba a ella—. A mi no me importa si tus galletas saben mal —agarró una de las galletas de la bandeja y se la comió con entusiasmo—. No importa si están quemadas, mi deber como caballero y prometido tuyo es aprobar las cosas que haces con amor para mí.
    —¡Ciel! —la chica se lanzó a abrazarlo tan fuertemente que por poco lo parte a la mitad, pero el pequeño Phantomhive le devolvió amablemente el abrazo—. ¡Te prometo que las próximas galletas serán mucho más deliciosas!
    —Estoy seguro que así será —dijo Ciel, mientras le arreglaba el desaliñado cabello rubio y se lo apartaba del rostro para mirarla a los ojos—. Sé que siempre logras lo que propones, y pase lo que pase siempre estaré allí para deleitarme con tus galletas.

    La sonrisa de Elizabeth se ensanchó en su iluminado rostro de muñeca y le devolvió el pañuelo, cabe decir que bastante sucio, al mayordomo Sebastian. Ya no necesitaba llorar, no después de palabras tan bonitas del chico que tanto amaba.
     
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    Nami Roronoa

    Nami Roronoa The Gif Queen Game Master

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    Gracias, gracias, gracias. ¡Un CielxLizzie! Me haces feliz :3

    Bueno, de más esta destacar lo tierno que es este pequeño escrito. Es tan propio del lado dulce de Lizzie, tan típicamente ella, tratando de hacer todo para el bien de Ciel y de ser una buena esposa. Y Ciel, él tan tranquilo, pero sabemos que se preocupa por ella (a su manera, pero se preocupa). Creo que su gesto de comerse la galleta quemada lo demuestra, y esto es tan IC que no me sorprendería verlo en un nuevo capitulo del manga o en un episodio del anime XD

    Todo muy bonito y limpio, no vi errores (aunque admito que estaba muy atrapada con la lectura XD Pero igual nada que me llamara la atención), y lo mejor, me dejó un buen gusto tras leer esto, lo disfruté mucho Abyss. ¡Gracias por esta genial lectura! ¡Chao!
    Rocio.
     
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    Tarsis

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    Hermosoooooooooo!!! AINS! Abyss de mi alma, como me encantan tus escritos, :3

    Y esto fue... wow, tan IC como dice Nami, que lo ves con claridad como un capítulo del anime o el manga. Espléndido. El gesto de Ciel demuestra no su buen corazón, pero sí su educación como caballero, un hombre que no hace llorar a una mujer, serán una estupenda pareja de esposos, lástima que eso no es lo que ocurre. Y Lizzye, tan dulce y preocupada como siempre, aunque sabe que no es su deber, es su gesto lo que cuenta.

    Excelente redacción y ortografía como siempre. :3
     
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