Nota de Autora: ¡Hola! La verdad esta es la primera vez que escribo un fic de "Fairy Tail", así que posiblemente no sea un muy buen escrito (aunque realmente me esforcé, de veras). Bueno, este escrito en realidad es un regalo de navidad (de la actividad "Amigos Secretos") y está dedicado @Pire , realmente perdón porque no sea un muy buen escrito pero la verdad es que desconocía totalmente el tema de "Fairy Tail", antes de escribir tuve que verme muchos episodios (aunque sigo pensando que tal vez no vi lo suficiente) pero lo hice con mucho cariño, así que espero que te guste :) Sobre la historia, está ubicada justo después de terminar la saga de "Oración Seis", podría interpretarse como los pensamientos de Erza y su único deseo, bueno, espero que a todos los que lo lean les guste de algún modo este escrito. Atte. Suyoari Eprhiroy =X Futuro. El cielo es azul, tan vasto, tan obscuro, me hace pensar en cosas que preferiría olvidar, en cosas que sólo saben lastimarme. ¡No! ¿¡Cómo podría olvidar!? ¡No tengo derecho a eso! Sho, Milliana, Wally, Simón y… Jellal. Estos son nuestros pecados. — Jellal Fernandes —esa fue la primera vez que escuché su nombre completo. Su cabello azul obscuro, sus alegres ojos, me hacía sentir segura. — Vaya —Wally se mueve un poco incrédulo— ¡Cuesta recordarlo! —yo comienzo a reír escondida entre mis rodillas— ¡Y es bastante difícil de pronunciar! —una sonrisa algo triste se forma en su rostro. — Bueno —él se encoge de hombros mientras lo mira— “Wally Buchanan” no es que sea también fácil de recordar. — Erza… —Wally me mira impaciente— ¿Cuál es el tuyo? —yo sólo inclino la cabeza con una sonrisa algo decepcionada. — Yo soy Erza… —mi vista se dirige hacia él, tratando de sonreír amablemente— sólo Erza. — Es un poco triste —me mira Jellal con una expresión preocupada; bajo la mirada, tratando de no llorar, en eso siento como unas manos tocan mi cabello— ¡Oh! — ¿¡Qué haces!? —pregunto nerviosa mientras agito mi cabeza para alejar mi cabello de sus manos. — Es escarlata —dice sin más, con una sonrisa despreocupada. — ¿Escarlata? —yo me giro levemente para observarlo. — ¡Ya sé! —sus ojos se iluminaron, como si hubiera tenido una gran idea— ¡Te llamaremos “Erza Scarlet”! — ¿Llamaremos? —Wally frunce un poco el ceño mientras se inclina poco convencido de la decisión de Jellal— no vayas por ahí poniendo nombres a la gente sin su consentimiento —replica. — Scarlet… —mis labios lo pronuncia lentamente, masticándolo. Fue la primera vez que esa idea cruzó por mi mente, como un hechizo, un generoso hechizo— Erza Scarlet… —un hechizo de identidad. Siempre pensé en él como alguien amable, alguien lleno de esperanza, sus palabras eran la fuerza que nos sostenía a todos nosotros, yo nunca quise dudar de él, yo quería seguir sosteniendo su mano. Cuando pensaba en rendirme, cuando pensaba que todo estaba acabado y mi destino era ser confinada en aquellas paredes de aquella torre, su sonrisa, sus palabras, eran lo que me sostenía y me hacía ver el mundo desde una nueva perspectiva. Me daban esperanza en un mañana. — Scarlet, como el color de tu pelo… —porque él podía convertir algo tan simple y tonto, en algo realmente maravilloso— de esa manera, nunca lo olvidaré. Yo tampoco lo olvidaré, jamás lo haré, levantaré mi espada miles de veces de ser necesario para demostrar que no lo olvidaré. Las estrellas caerán, una tras otra, y me recordarán aquellas noches llenas de tortura, aquellos pequeños deseos que guardaban nuestros corazones. Recordaré nuestras conversaciones, incluso las viejas anécdotas del abuelo Rob: sobre la magia, sobre la juventud… lástima que nunca pude cumplir aquella promesa. Recordaré aquellas risas en esos pequeños momentos de paz, aquellos absurdos juegos que solíamos hacer, y las veces que quise escapar pero nunca pude. — Jellal… —mis manos quisieran aferrarse a las suyas— tengo miedo… —le miro fijamente en la obscuridad. — Erza, no tienes por qué temer —su mano toma suavemente la mía, apretándola con delicadeza— yo estoy aquí. Estos recuerdos que aprisionan mi corazón, que son encerrados en el fondo de mi ser… ¡No pueden desaparecer! ¡Me niego a que lo hagan! Pero tengo miedo, estoy asustada de ellos, del dolor que me causan en estos momentos. Jellal aparece en mi mente, una y otra vez, como una cadena perpetua que me mantiene en el pasado. Él siempre me pareció una persona gentil, pensé que sí podía ser fuerte mientras pudiera estar a su lado, mientras pudiera sonreír para él. Aún cuando el dolor era insoportable y los temores abordaban mi pequeño cuerpo, aún cuando perdí la visión de mis ojos, yo nunca dejé de creer en él. Aún recuerdo cuando lo vi pasar por el umbral de esa puerta, con esa espada que posiblemente era más pesada que él, gritando mi nombre. Él había venido por mí, y fue en ese momento que sentí una presión en mi corazón, algo nuevo e inexplicable que recorría mi cuerpo. — ¿Estás enamorada de Jellal? —pregunto alguna vez Simón. Esa pregunta aún gira a veces en mi mente, como un ligero torbellino de confusión. ¿Qué siento por él? Para mí, él sigue siendo mi amigo, una persona muy valiosa para mí, Jellal es alguien a quién le debo tanto y a su vez alguien que me ha causado mucho dolor en la historia de mi vida. — No hay libertad en este mundo Erza… —sus palabras, su mirada, su cruel sonrisa. — ¡Jellal! —sus manos, su fuerza, su maldad. — ¡Nunca vuelvas! —no quiero alejarme, no quiero irme, pero no tengo la fuerza aún, no puedo… — ¡¡Jellal!! —mis piernas hundidas en la arena, viendo el infinito del cielo, sintiendo la impotencia de mi debilidad. Yo hubiera querido volver, salvar a todos, rescatarlos… la vida del abuelo Rob había sido dada por una niña tan pequeña y débil como yo, por una niña que no podía hacerle frente a Jellal. Mi cuerpo, mi mente y mi corazón no eran lo suficientemente fuertes como para enfrentarlo, como para desafiarlo. Entonces, me sentí nuevamente sola. Me tiré al suelo a llorar una fuertemente, sintiendo que nada era capaz de perdonarme, de perdonar lo que iba a hacer, lo que no podía hacer. Sentí el frío de la noche envolver mis brazos, las estrellas iluminar mis penas y el mar simplemente observaba mi miseria. — ¿Sabes Erza?… —su voz hace eco en mi mente— no hay nada más valioso que la libertad —y se desvanecen como el viento, como si nunca hubieran existido. Mis ojos se pierden en la inmensidad del cielo, las lágrimas caen por mis mejillas como las esperanzas perdidas, mi cuerpo tiembla y piensa en las cosas perdidas. Por fin era libre, pero no podía sentir felicidad, no podía sentirme realmente afortunada por aquel sueño imposible, para mí faltaba algo. Es ahora cuando lo veo y me doy cuenta, cuando mi corazón se siente tan vacío como en aquella época, cuando pienso que nada podrá curarme. El cielo es rojo, rojo escarlata, y su sonrisa ilumina mis tristes pensamientos, devolviéndome a la realidad. — Así que era tu cabello… —fueron las última palabras que escuche de él. Sin poder evitarlo, sintiéndome totalmente impotente, lo había vuelto a perder. Por fin había recuperado al Jellal de mis recuerdos, al Jellal amable y gentil que siempre me alentó a seguir adelante, al que me hizo confiar en mí, al que sostuvo mis temores y mis tristezas… había regresado, pero así como llego se fue. No pude salvarlo, mi cuerpo quería ir hacía él, pelear por él, pero no lo hice. ¿Qué es más importante? ¿Lo que yo siento o lo que debo hacer? Ciertamente ninguno de los dos a pagados sus pecados, ciertamente pronto los pagaremos. Tal vez nunca te volveré a ver, tal vez este cielo es la señal de una triste despedida, tal vez tú mueras y nunca recuerdes todo sobre nosotros, y puede que eso sea el pago de tus pecados, ¿Y cuál sería mi pago, sino el perderte? Lloraré una última vez y mañana fingiré que nada sucedió, mañana viviré como si no hubieras existido, enterraré el dolor de haberte perdido en los brazos de mis demás seres queridos, viviré para ellos, mirando hacia el futuro. Es una promesa, para ti, mi querido y amado amigo Jellal. Contenido oculto Un extra, aunque es más de chiste porque no pude evitar pensar en ello cuando supe el apellido de Jellal.
Muchas gracias por el escrito, y agradezco mucho más que para poder hacerlo y lograr que de verdad me gustara, eso es lo que me hace más feliz. Fue un buen escrito, se nota el esfuerzo que pusiste. Erza y el gran pasado que la persigue día con día torturandola. Una escena de amors :C que la besara y algo, ay como los amo de verdad. La tristeza de Erza es lo que más me ha dolido de toda la serie, como ha sufrido y eso la ha impulsado a seguir adelante y a ser más fuerte para proteger a la gente que le importa. Lo que no me quedó del todo claro es que no sabes que pasó con Jellal ¿no? cuando se va y no sabe que hacer. ¿La escena cuando Erza llora no? Esa parte rompe mi kokoro ;-; Te adoro, gracias por el regalo, me encantó, besos y abrazos *-* *-*