Esto reune un poco de amor a primera vista, acoso, miedo hacia el futuro y soledad... A ver que tal. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Aliso despacio la falda de mi uniforme. Nuevo instituto, nuevos compañeros, nueva casa, nueva rutina, todo nuevo. Suspiro. Ya es la tercera vez que nos mudamos de casa en lo que va de año. Salgo dubitativa de mi habitacion, con ganas de encerrarme en ella y no salir nunca. Bajo despacio las escaleras. - ¿Mamá? No hay respuesta. Me dirijo a la cocina y encuentro un plato con el desayuno preparado en la mesa. Nunca hay nadie en casa, da igual en qué ciudad o calle estemos. Cojo el plato y tiro el desayuno a la basura. Cojo una manzana y salgo, con paso cansado. Por el camino me acuerdo de los escasos dos meses que viví en la antigua casa. El instituto, donde no había conseguido hacer amigos. Los momentos sola, triste. Mamá me dijo que esta casa sería la definitiva. En verdad todas lo han sido en un principio, pero nunca es así. La verdad es que no me importa cambiar de casa, nunca estoy a gusto en ningún sitio, pero me gustaria sentir por un momento que tengo una casa a la que puedo volver, si el camino es demasiado duro. Me dirijo a la estación. El tren está a punto de llegar. Corro y consigo entrar por los pelos. Suspiro, apoyada en las puertas que se abrirán en la siguiente parada. Me arreglo el flequillo y me aliso otra vez la falda. De repente me doy cuenta de que un chico me está mirando muy fijamente. Tiene el uniforme de mi nuevo instituto. Me sonrojo e instintivamente aparto la mirada. No me gusta sentirme observada. Nos bajamos del tren. Le observo. Me observa. Es guapo. Tiene cara de niño y unos bonitos ojos verdes. Avanzamos, separados por un metro de distancia. Noto sus ojos en mi nuca, atentos. Hace que el corazón se me acelere. Me detengo bruscamente. Él también lo hace. - ¿Por qué me sigues? - Digo, de espaldas a él. No hay respuesta. - He dicho que por qué me sigues - Me giro y le observo, intensamente. Sonrie, sonrie tan radiante como el sol. - Me he enamorado de ti - Dice, abriendo sus ojos verdes, despacio. - Eso es imposible - Le digo, molesta - Tu no me conoces de nada. No responde, simplemente se acerca despacio a mi, hasta colocarse a mi altura, sonríe, me extiende la mano y dice, dulcemente: - Me llamo Ayame, mi color favorito es el azul, como tus ojos, y no voy a dejarte nunca sola. Me agarra la mano y despacio, seguimos avanzando hacia el futuro.