Fruits Basket Fuegos artificiales [fruits basket]

Fuegos Artificiales [Fruits Basket]

Bah, yo sé que nadie me lee, ni nadie lo hara (aunque sea por mi vida (xD)), aún así publico este fic que hice para "Fruits Basket fans", es algo simple y no tiene spoiler's del manga, principalmente porque cuando lo hice no había leído el manga x'D

------------------------------------​

Fuegos Artificiales​

Se levantó temprano por la mañana, recogió las colchas y cobertores que le servían como cama y salió a correr. Por alguna razón últimamente se había sentido incómodo en aquella casa, aunque, en realidad nunca se había sentido cómodo por completo; pero la sensación se había acrecentado y propagado por todo su ser, tal como una gripe molesta que no te deja en paz y que de cierto modo lo había vuelto más…

— ¡Lo siento, lo siento! —escuchó decir mientras sentía como se estrellaba contra un árbol.
Abrió los ojos y por un segundo una aterradora confusión se apoderó de él, ¡el mundo se había agrandado!

— ¡Lo siento Kyou-kun! —oyó decir y de repente sintió como su cuerpo se elevaba por el aire, haciendo que comprendiera de golpe que no era el mundo el raro, sino él, el que tenía el problema.

Torpe. Siempre había sido algo despistado pero a veces era el colmo, y a pesar de que casi nunca, nadie que no fuera un Sohma lo hubiera visto como gato, siempre que estaba ella cerca, su trasformación era casi inminente.

— ¿Estas bien? —preguntó alarmada, llevado la diminuta figura del gato hasta su altura. Él, no acertó a más que asentir con la cabeza, mientras que la preocupada chica soltaba un suspiro de alivio —. Me alegro.

—P-Podrías bajarme…—dijo en tono bajo que a pesar de oírse tímido no dejaba de sonar como una orden. Tohru un poco apenada, asintió, bajándolo con cuidado, y en el momento que intento disculparse de nuevo, creyendo que había sido culpa suya, Kyou salió corriendo tratando de alejarse de ella, la intrusa que le daba gripe.

Había dejado de sentirse solo, ahora sentía que de algún modo podía encajar y ser aceptado por al menos una persona, pero algo le inquietaba, hacía poco se había puesto a analizarlo y por tratar de entenderlo su incomodidad había crecido. No entendía gran cosa y le daba algo de miedo entender, ¿pero entender qué?

*******​

El suave y cálido viento agitaba las frondosas y repletas de verde, copas de los árboles. Corría de nuevo la primavera. Aquella tarde se había decidido que todos irían a la feria para celebrar y pasar un buen rato, sobre todo para evitarle a Tohru la molestia de cocinar dentro de una festividad y tan buena época.

En cuanto llegaron Kyou se apartó del resto. Comió algo en un puesto de comida rápida y se escabulló entre la gente, para que disimuladamente pudiera subirse a la azotea de uno de los tantos edificios. Pasó la tarde inmerso en sus pensamientos y de ves en cuando espiando abajo para ver si podía ver a alguno de sus primos o…

— ¡Aquí estabas! —escuchó una voz detrás de él y la piel se le erizó. Volteó lentamente esperando que sus oídos lo hubiesen traicionado y que la voz no fuera de quien creía que era, pero estaba en lo correcto y al verla deseó por un momento que Kagura estuviera ahí para golpearlo, lo hubiera preferido… — ¡Van a empezar los fuegos artificiales! —dijo la chica de cabello castaño con una sonrisa resplandeciente.

Kyou la vio y se limitó a proferir un gruñido como respuesta. Tohru lo miró afligida, había notado el cambio y distanciamiento del gato, pero no había querido decirle nada, pensó que tal vez se los estaba imaginando aunque su corazón le decía otra cosa.

—¿Sabes? Últimamente he sentido que tú…—dijo, para terminar en un susurro— que ya no te agrado.

El joven no la volteó a ver, pues sabía que era verdad lo que ella decía, pero no era porque no le agradara sino porque…

—¿¡Es mi culpa, verdad!? ¡De seguro dije algo que no debí decir! —espetó acercándose repentinamente a él — ¡Lo siento! ¡De verdad lo siento! No volverá a suceder… aunque no estoy muy segura de que hice… ¡Pero te aseguro que no volverá a …!

La voz de la chica fue interrumpida por un estrepitoso rugido. Ya no se oyeron las voces y murmullos de las personas de abajo, tan sólo se oía el poderoso eco de las explosiones y la lluvia de colores. Tohru se sintió hipnotizada por el bello espectáculo y olvidó por un segundo lo que estaba diciendo, pero en cuanto lo recordó intentó retomar su discurso, pero esta vez fue interrumpida por la risa del joven de pelo naranja.

No supo muy bien como reaccionar, así que sonrió torpemente intentando entender el motivo de su repentina felicidad.

—No es lo que piensas —declaró golpeándola suavemente en la frente —. Ni siquiera yo sé lo que es.

Tohru no pudo evitar un leve rubor en su cara, al sentirse inesperadamente cerca del muchacho, no se había percatado de que se había acercado tanto y que se rozaban peligrosamente. Kyou también lo notó, pero en vez de evitar la proximidad de un posible abrazo, se acercó un poco más. Aliento contra aliento, sólo separados por escasos milímetros y un leve roce de piel, sin llegar a un total contacto.

Entonces, otro fuego artificial irrumpió en el cielo y el azul celeste baño el paisaje nocturno de primavera. El joven sonrió de nuevo y retrocedió.

No era gripe era algo diferente…

Otro fuego artificial brillo en el manto negro y Tohru despertó del pequeño shock que le había provocado tal cercanía. Miró a Kyou sonriéndole y una pequeña molestia le acongojó el pecho, no entendía lo que había pasado pero el hecho no la había molestado, ni asustado, tan sólo le había clavado una pequeña duda en el cuerpo, pero decidió ignorarla, después de todo Kyou de nuevo le hablaba… de nuevo le sonreía, lo demás no importaba. Lentamente se acercó al lado del muchacho y se apoyó el la barandilla para poder disfrutar de las explosiones de color.

Kyou, a su lado, no pudo apartar la vista de ella, la luz brillando sobre su rostro… y encontró las palabras que necesitaba para expresarse. La cara de la chica bañada en colores le había hecho comprender aquello que le intrigaba, que a veces lo hacía un poco más torpe y que le hacía sentir de cuando a cuando incómodo… aquella sensación hermosa y estrepitosa.

—Fuegos artificiales… me hace sentirlos todo el tiempo— pensó, aunque después la llama de su descubrimiento fue apagada por el futuro ya predestinado del gato.

---------------------------​

Siempre lo he dicho y lo repito, se aceptan pedradas y jitomatazos =D