Para la actividad ¡Vamos a pensar! Tema: Andar en bicicleta Palabras: 125 Liliana se movía fugazmente sobre su bicicleta, evitando todos los baches y obstáculos que pudieran detenerla. —¡Te voy a matar! ¡Te voy a traer de los pelos y después te voy a matar, mocosa malcriada! Un viejo corría detrás de la niñita rubia amenazándola y gritando groserías. Si tan solo hubiera escuchado a Marcelo cuando me dijo que no fuera ver al viejo que vivía en la casa encantada, pensó. Observó detrás de sí y sonrió aliviada al ver que ya no la seguían. Cansada, pedaleó más despacio, disfrutando el aire que que pegaba en su rostro. Jamás volvería a andar en bicicleta sobre un campo de fresias amarillas. Rojas sí, blancas tal vez, pero nunca amarillas. La bicleta roja se alejó por el horizonte.
Y así es como creamos anclajes emocionales por los que después uno se pregunta "¿cómo es que le tengo fobia a x o y cosa?", y hay que estar rebuscando en el inconsciente y esas cosas del psicoanálisis. La última frase me dejó inconforme, hasta "pero nunca amarillas" creo yo que daba el toque final: explicaba el título, por qué huía con desesperación y uno se puede imaginar de quién (profesión u oficio, por ejemplo). Todo queda bien explicado. Pero la bicicleta, y encima que sea roja (si tú me puedes explicar por qué me quejo de que sea roja, es porque puedes explicar el por qué de que sea precisamente roja), alejandose por el horizonte... ah... ¿y? ¿Es eso relevante? De cualquier forma, parece que siempre vengo de quejosa, pero en realidad estuvo bien hecho, sólo ése detalle en el que me obsesioné porque corta el disfrute del final una buena historia.