Tabla Desamor. El primer relato: monotonía. DÍA Lunes... Me despierto, es la hora de siempre. Está nublado, como de costumbre en mi Londres, nuestro Londres. Abro la puerta que conduce a nuestro baño. Me ducho rápidamente, no tengo todo el tiempo del mundo. Camino por el pasillo hacia la cocina, procurando no despertar a nuestra pequeña. Tan sólo tiene seis años. En la cocina pongo las dos rebanadas de pan en la tostadora, saco la mermelada y la leche. La cafetera hace su trabajo mientras me dirijo de nuevo a nuestro cuarto, a despertarte. Pero te malhumoras por haberlo hecho cinco minutos antes de la hora habitual. Callo simplemente. Cada día es exactamente igual al anterior, no se observa nunca ningún tipo de variante en nuestra vida diaria. Tú trabajas, yo cuido de la pequeña y de nuestro céntrico piso. Hago la compra diaria, cumplo tus recados y hablo por teléfono con quien tengo que hablar. Salgo lo justo y lo necesario, nada más allá de llevar a Katerine al colegio, de ir al mercado y poco más. Desde nuestro matrimonio...todo me parece igual. Y Jack...Yo no quiero vivir así. Por eso estoy escribiendo estas líneas sobre un cuaderno del colegio de Katherine. Por eso he hecho la maleta mía y de la pequeña. Nos vamos, aún no sé muy bien a dónde. Pero...nos vamos. Adiós, amor mío.