de Inuyasha - Forgotten Memories

Forgotten Memories

Hola, es un gusto volver a subir uno de mis fics, espero que les guste.

La pareja principal sería InuyashaxKagome, ya que me encanta esa pareja, pero con algo de InuyashaxKikyou... y si mi poca imaginación lo permite, algo de MirokuxSango y KougaxAyame...

El titulo fue el único que se me ocurrió, y además suena bonito en inglés xD.

Bueno, no se me ocurre nada más para poner.... que empiece el fanfic!!

Este fanfic es mio, basado originalmente de un sueño que tuve, así que si lo ven en otro foro o página, diganme, porque es MIO! xD

Los personajes utilizados para este fanfic, son 100% de la maravillosa Rumiko Takahashi.

- Diálogo del personaje -Acción y complementos de la historia- Pensamientos
- La iguana tomaba café, tomaba café a la hora del té-cantaba Camy más que feliz- La malvada no me ofrece-recordando el momento en que la conoció.

Flash Back
- Hola, soy la iguana... y tú?
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Forgotten Memories​

Capitulo 01​

- Este... ¿cómo dijiste que te llamas?- dijo Kagome, observándolo sin creerlo.

- Tsukiyomi Inuyasha-repitió cortésmente el chico de cabello plateado y ojos ámbar tan poco comunes, tendiéndole la mano.

- Cuidado Kagome, no se te vaya a salir la baba-le susurra su prima Kikyou, con una sonrisa triunfal- Kagome, él es mi novio, del que tanto te he contado, el famosísimo Inuyasha-sonriendo aun más de ser posible, y casi gritando orgullosa.

- Ah!-saliendo de su trance- Es un placer-aceptando su mano.


En cuanto se rozaron, ambos sintieron un escalofrío recorrerles el cuerpo entero, estremeciéndolos totalmente, lo cual pasó desapercibido por Kikyou, pero no por Sango, la mejor amiga de Kagome desde la secundaria.


- Disculpa, ¿te he visto en algún otro sitio?-mirándola con mucho detenimiento.

- Ay tontito, obviamente, ya que es idéntica a mi, ¿o no Kagome?-tomándole el brazo, separando, sin darse por enterada, sus manos- Y, ¿Qué les parece si vamos por un helado?, se antoja en esta época del año, ¿no creen?

- ¿Te encuentras bien?-observando como se ponía pálida, como si estuviera viendo un fantasma.

- Sólo estoy un poco mareada, es todo-sonríe nerviosa.

- Seguro es porque nunca desayunas, ya te lo he dicho, la salud es primero-regañándola como hermana mayor.

- Si, debe ser eso…-y entró en otro en otro pequeño trance, mirando a la nada, recordando.



- ¡Corre más rápido, Kagome!-gritaba un pequeño niño de cabellera plateada mientras jalaba a una niña casi de su misma edad- ¡Corre!-estaba cada vez más asustado, tal vez el terror de lo vivido anteriormente lo hacia huir de esa manera…

Kagome trataba de seguirle el paso como podía, viendo hacia atrás cada cuanto, para estar segura de que ya no los seguía. Ella también asustada a morir…

Inuyasha resbaló en un charco formado por esa tan fuerte lluvia, cayéndole encima Kagome…

Lo perdieron…

- Te prometo que yo te ayudaré, Inuyasha-mientras le limpiaba un poco la mejilla con su pequeña mano- ¡No te abandonaré jamás!....

- ¡Eres una mentirosa!, ¡Te odio, espero no volver a verte jamás!, ¡Todo es por tu culpa!, ¡TE ODIO!-gritaba llorando de furia…



- Kagome-dijo Sango tocándole el hombro, trayéndola de nuevo al presente- Kagome, ¿Te sientes bien realmente?-preguntó bastante preocupada, ya que comenzaban a formarse lágrimas en los ojos de la chica.


Miró a su amiga sin entender, hasta que parpadeó y sintió las lágrimas correr libres por sus mejillas.


- Prima, ¿qué ocurre?-igual de preocupada que la castaña, Inuyasha solo la miraba intrigado.

- Discúlpenos un momento, si quieren adelántense, en unos minutos los alcanzamos-haciéndoles un gesto con la mano, mientras no dejaba de observar a la pelinegra, quién había vuelto al trance.


¿Ese era Inuyasha realmente?, ¿Aquél niño?


Dudando aún, la pareja empezó a caminar alejándose de ellas.


La castaña comenzó a empujar levemente a la chica hasta una banca cercana en el parque en que se encontraban.


- Kagome-la llamó nuevamente, logrando captar la atención de la aludida- ¿Qué ocurre?

- Sango… es él… Inuyasha-trató de decir, de nuevo volvía a formarse lágrimas en sus ojos.

- El novio de tu prima, ¿qué tiene?-sin entender.

- Él… es Inuyasha, del que te conté hace mucho, mi primer amigo-tomó aire- ¡Ese Inuyasha es el mismo de hace 9 años!-comenzando a llorar.

- ¿Estás segura?, Puede haber otros Inuyashas, como ya lo habíamos hablado-tratando de tranquilizarla.

- Si, es él, su cabello plateado... pero, no me reconoció, ¿por qué?, no sé que hacer-limpiándose las lágrimas. Por fin lo había encontrado, después de tantos años de no saber cómo estaba, que sería de él, cuando se había resignado a que jamás lo volvería ver y que eso tal vez sería lo mejor para ambos, BAM! El destino se encargó de ponérselo justo enfrente, pero al parecer sin recordarla, ¿por qué?

- No me has querido contar que fue lo que ocurrió realmente entre ustedes que los separó, pero me has dicho que fue algo terrible.

- Siempre he pensado en él, y en cómo y dónde estaría, jamás esperé encontrármelo de frente de nuevo, siempre pensé que no estaría lista para su desprecio, y en cuanto lo vi, sentí ganas de llorar…-lanzándose a sus brazos, buscando calmarse.

- Tranquilízate…

- Sango, ¿qué debería hacer?

- No parece acordarse de ti, tal vez si lo hace pero maduró y se dio cuenta que no debe estar enojado por cosas que ya son pasado, ¿no crees?...-separándola para mirarla a los ojos- Y si de verdad lo ha olvidado, dime… ¿no es mejor que sea así?


Kagome abrió completamente los ojos. ¿Ser mejor así?


¿Realmente estaría mejor Inuyasha? Es decir, es una parte de su vida, una muy importante, y aunque sea dolorosa, tiene derecho a saber la verdad, claro, siempre y cuando lo haya olvidado.

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- Hasta que por fin llegan, ya me tenías preocupada Kagome, ¿que te ocurrió allá?-dejando de lado su helado de pistache, y viéndola haciendo un leve puchero- Te gusta hacer que me preocupe, ¿no es cierto?, ¿qué ocurrió?

- Cosas-dijo sonriéndole algo nerviosa por la mirada que le dirigía Inuyasha, era como si le buscara monos en la cara o algo parecido.

- Pero eso ya esta resuelto, ¿o no?-dijo Sango, tratando de darle valor, golpeándole levemente en la espalda.

-¿Eh?, Ah si-volteando a ver el mostrador de la heladería- ¿Ya nos han pedido nuestros helados?

- Fíjate que no, y estos dos de aquí son para nuestros dos nuevos amigos invisibles, ¿verdad que si?-saludando a la silla vacía que tenia adelante

- Ya pues, ya entendí-sonrojándose a más no poder.


Estaba nerviosa, Inuyasha no paraba de observarla, mientras Kikyou hablaba y hablaba sobre quien sabe que. Estaban sentados en una mesa redonda de cuatro sillas, sentados de la siguiente manera, Inuyasha-Kikyou, enfrente de ellos Sango-Kagome, ya que ésta última no quería estar tan cerca del peliplateado.


Tratando de dejar de sentirse incomoda por el joven, fijó su vista en su prima. Kikyou se veía tan feliz, se notaba que estaba enamorada de él, y por lo que le había contado, él también de ella.


Comenzó a comer su delicioso helado de choco chispas, Kikyou sabía que era su favorito, concentrándose más en la conversación que estaban manteniendo Sango y la otra pelinegra del grupo.


- Inuyasha, ¿por qué no has dicho nada?-preguntó algo sorprendida su novia.

- ¡Ah! Ya sé dónde te había visto-dijo sorprendiéndolas, y haciendo que Kagome pegará un pequeño brinco.

- ¿A-así? ¿D-dónde?

-El otro día ibas peleando con un niño, parecía tu hermano, ibas a media calle, gritando algo sobre calzón de algas o algo por el estilo-dijo viéndola divertido, las otras dos soltaron una carcajada que llamó la atención de todos en el local.

- Calzón de algas-dijeron ambas entre risas. Obviamente eso no le causó nada de gracia a Kagome.

- Era sobre la sazón, SAZÓN de algas, ¿quién puede confundir la palabra sazón con calzón? Sólo un tonto-olvidándose totalmente de su nerviosismo y de todo.

- Que tú tengas problemas bucales y no pronuncies bien las palabras puede ayudar a llegar a esa confusión.

- Lo dice quién habla como si la boca la tuviera llena de saliva-poniéndose de pie y viéndolo retadoramente, OK, apenas antes se habían hablado o saludado mejor dicho, pero ahora se peleaban, y no era por lo que había temido la chica, en cierto modo estaba aliviada.

- Lo dice quien parece que tiene la nariz tapada de tanto moco-también levantándose y sosteniéndole la mirada, acercando su rostro al de ella, pero ninguno lo notó.


Se quedaron un momento así, viéndose desafiantes, cuando les pasó otro escalofrío por la espalda.


¿Qué le pasaba? Él no era así, entonces, ¿por qué con ella que sólo la había saludado una vez, que ni siquiera la conocía, ya estaba teniendo la confianza de pelear con ella? Normalmente no era así, al menos no con las chicas.


- Veo que se llevan muy bien, así será más fácil que Inuyasha se adapte rápido a la preparatoria-dijo Kikyou riendo.

- ¿Qué?-¿Qué?, ¿Había dicho?, ¿preparatoria?- ¿Qué quieres decir con eso?

- Inuyasha va a ir a la misma preparatoria que nosotras, ¿no es fantástico?-levantándose también y abrazándolo felizmente.

- Espero que seas la única chica en esa escuela que tenga problemas de la cabeza, como odio a las personas así.

- Me estás llamando loca y ni siquiera tienes pruebas, ¿o sí, tonto?

- Que más pruebas quiero, con solo ver tu cara sé que no estás normal.

- Sin querer acabas de ofender a tu novia, muchacho-Dijo Sango sonriendo.

- Inuyasha, Kagome es idéntica a mi, ¿por tanto yo no estoy normal?-separándose de él y viéndolo más que molesta. Metió la pata.

-¿Eh?, ¡NO! No, tú eres muy hermosa, mi amor-viendo a Kikyou más que nervioso- así que no digas que te pareces a semejante monstruo-volteando a ver, con una gran sonrisa burlesca, al monstruo, perdón, a la chica que seguía de pie.

- ¿A quien le llamas monstruo, fenómeno?-aun con los insultos, y de que se estaba enojando bastante por los comentarios de él… sonrió, desconcertando a todos en la mesa, y aún más sorprendidos quedaron al ver que reía.

- Ya la perdiste, ¿verdad?-dijo el peliplateado, levantando una ceja.


Se sintió tan feliz y aliviada, solo por ese momento, no le importó el pasado, ya tendría tiempo para preocuparse por eso después. Lo único que le importaba era que… a pesar de todo el dolor que sabía que él había sufrido, seguía siendo el mismo Inuyasha de antes, el que había conoció hace 9 años, su amigo, y solo con haber intercambiado insultos, lo supo.


¿Habría olvidado todo? Bueno, eso lo investigaría más tarde.

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Continuara
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Espero les haya agradado el primer capitulo, si tienen algún comentario que quieran dar, estaré encantada de leerlos. Si pueden ayudarme a ver alguno de mis errores, se los agradecería mucho.
Nos vemos!!