de Inuyasha - Fantasia

Fantasía​

Es una vida soñada, por así decirlo, la que yo tengo. Tengo un apartamento con todas las comodidades, un trabajo demasiado bueno; mi remuneración es MUY buena, tengo un carro de lo más bello y del color que me encanta, negro, un esposo y matrimonio ejemplar, en donde el amor es mutuo. Pero a veces siento que todo se repite, que siempre es la misma rutina. Mi nombre es Kagome Higurashi, tengo 29 años, estoy casada desde hace año y medio, y siento que mi vida es monótona, por eso siempre tomo decisiones inesperadas, para darle más sabor.

Me deben de creer loca, pues ¿cómo puede ser que este inconforme con todo lo que he dicho anteriormente?, para estar claros, no me siento así, sino que quiero hacer cosas diferentes, las cuales deben ser inesperadas para que puedan resultar.

Es viernes por la noche, acababa de salir del trabajo y mi reloj marcaba un poco más de las siete, me detuve a esperar el cambio de semáforo, y en ese momento se me ocurrió algo estupendo, para darle sabor a mi vida.

-iré a la discoteca- dije muy sonriente, mientras arranque el auto, debido a la luz verde-

Al llegar a mi apartamento, arregle lo que estaba desubicado y me fui directo a la tina a darme un gran baño, me envolví en una toalla y me detuve frente a mi armario.

-cuando estaba en mis inicios veinteañeros con 21 y 22 años, siempre queríamos parecer mayores, como de 25 o 26-empece a decir- así que debo parecer una chica de 22 que se haga pasar por una de 25-me puse pensativa sobre el atuendo- no es tan difícil- exclame

Y así lo fue, encontré unas licras que parecen pantalones de color negro, se acentuaban bastante a mis piernas, tengo que aceptarlo, mis piernas son espectaculares, algo que no puedo decir lo mismo de mi trasero, que a pesar de no ser tan voluptuoso, se veía como tal, lo cual me encanto; la camisa que me coloque era de color gris con una abertura horizontal en la espalda y en la parte de adelante con un escote en v; también llevaba unos tacones altos, pero sin exagerar, ya tenía bastante con los tacones de aguja que tenia para trabajar, está decidido tengo que comprar otros, y para finalizar llevaría mi cabello suelto, totalmente planchado y peinado hacia atrás, dándole como un efecto aire permanente al caminar y el maquillaje leve, nada exagerado a excepción de mis labios, que iban muy llamativos con lápiz labial color rojo.

Al salir del apartamento, monte mi hermoso auto y conduje hasta una discoteca no muy lejana. El lugar era muy conocido, es llamado “sabor y salsa”, a pesar que el nombre del establecimiento dice salsa, se bailan muchos tipos de baile. Siempre venia a esta discoteca, pues esta activa desde hace más de 10 años, es un excelente sitio con una seguridad de primera. Al pasar por la entrada me encontré a dos hombres de negros, los vigilantes, acá el método de seguridad es pasar por un detector de metales y sin ningún tipo de compartimiento, sino no entras. Al ser amigos de los dueños, estos me reconocieron y me dejaron pasar sin problema, siempre dicen que los agentes de seguridad son comprados fácilmente para que los antisociales y derivados hagan de sus fechorías, pero estos gorilas, es decir los supervisores son muy fieles a sus jefes, así que no había que temer.

Al entrar al lugar, me pude percatar que hubo una gran remodelación, pero muy original. En la planta baja estaba la pista y alrededor estaban una gran barra a excepción de una aparte que había una especie de tarima, supongo que es para cuando tienen conciertos y también para el concurso anual de salsa que realizaban los dueños, pues ellos eran bailarines profesionales, me hubiese encantado haber asistido este año, pero estaba algo ocupada en mis travesuras; en la parte de arriba estaban las mesas, una gran variedad de modelos se veía muy bien el lugar.

Eran ya las doce y media, los rumberos siempre llegan a eso de las diez y media, y lo bueno empieza a las doce. Me senté en el bar y pedí una mezcla de piña colada y daiquirí. Esa no es mi bebida favorita, sino el coñac, lo que pasa es que si pido uno no estaré consciente toda la noche, y debo estar cuerda, pero esa bebida es muy reconfortante, y me gusta la piña.


Apenas termine mi pedido el chico que me atendió lo fue a preparar, sin antes un simple coqueteo al cual correspondí. Me acomode en el asiento y cruce mis piernas, aun no había recibido mi pedido cuando ya varios chicos en lugar se habían quedado lelos ente mi presencia

-carne fresca- susurre entre sonrisas

- aquí tienes tu pedido, hermosa- dijo el joven que me había atendido

Esta situación era muy graciosa, el lugar estaba repleto y el les hizo caso omiso a los demás clientes, tan solo para coquetearme.

-las cosas no cambian- me dije a mi misma- gracias…- le sonreí mientras tomaba un sorbo- y ¿cómo te llamas?- le pregunte, como quien no quiere la cosa

-kaname –me respondió sin quitarme la mirada de encima- ¿es la primera vez que vienes? – me pregunto

- ¿Por qué lo preguntas? – le dije pareciendo interesante-

-pues no había visto una persona tan hermosa como tu-respondió con tono sensual-

-supongo que le dices eso a cada chica que te interese- le comente, para así continuar la conversación-

-no –dijo rápidamente- porque ninguna ha resaltado tanto como tú, preciosa-

-¡oh!...-enarque una ceja mientras tomaba otro sorbo-…gracias por el cumplido

A lo lejos se escucho un quejido de un joven alto, pues claro, kaname estaba muy tranquilo coqueteando conmigo en vez de estar atendiendo a los demás.

-ehy… - le dije- nos vemos cuando termines tu turno- le guiñe el ojo mientras le tocaba el rostro delicadamente

El se quedo sin palabras, a los segundos sonrió y luego me dijo “nos vemos preciosa”. Tengo que aceptarlo el chico sabe levantarse a una chica, aunque le falta un poco. No me gusta ser mala, el que le haya dicho eso, me hace una mentirosa pero no importa, ya no estaré aquí para cuando termine su turno, así que no me preocupo.

Recibí varias propuestas a bailar, pero la música en ese momento no era de mi agrado. Apenas termine mi bebida un chico alto pelirrojo, de tez blanca, muy hermoso se me acerco, tengo que admitir ese chico me encanto, y bueno el susodicho me invito a bailar y yo acepte gustosa, pues el chico me gustaba y la música era de mi agrado, un merengue muy movido. Recuerdo que a mis inicios de la universidad aun era malísima para los bailes, tenía dos pies izquierdos y tanto que me gustaba el merengue, la salsa, el tango, no podía creer que no supiera bailarlos, pero gracias a primos, bailo-terapias y muchas fiestas familiares, fue que aprendí.

El pelirrojo encantador ¡sabe bailar!, obviamente hay mejores, pero disfrute bailar con él. En el transcurso de la noche bailamos tres piezas más, al igual que baile con otros chicos, deje a unos cuantos en ridículo a mitad de canción, es que es de muy mal gusto que te saquen a bailar y no sepan nada.

-lo siento mucho-dije parando de bailar- pero no quiero que me sigas pisando- se lo dije directamente-

Mi parejo se quedo estático, mientras que unos amigos se burlaban de él, que triste por él. Me di media vuelta y mis ojos se quedan paralizados ante una mirada dorada y penetrante, ya había sentido esa mirada desde hace ya un tiempo, observándome bailar con otros chicos. Si el pelirrojo era hermoso este hombre es lo sexy y la hermosura mas hechizante que se puede materializar en un hombre, ese cabello plateado que estaba recogido en una cola alta, ese cuerpo demás exquisito, tenia puesto un pantalón de vestir negro, una camisa manga larga negra con los tres primeros botones sin abotonar y con zapatos de vestir, daba la sensación que venía de trabajar. Un tipo de negocios, ESO es excitante. Y con una mirada que te comía viva, demasiado hipnotizante.

-ya has dejado a varios por su malos pasos- me dijo interesante- por lo que he notado tienes un alto nivel de baile –acoto-

- si lo tengo, y no es que no pueda bailar con ellos –le aclare- tan solo no saben bailar –dije muy natural-

-lamentablemente, si llegaras a bailar conmigo, te dejara a mitad de canción…-me quede inquieta a lo que diría- …pues no estás a mi nivel – dijo con superioridad y sonriente-

-¿me estas retando? – ahora vengo a hacer preguntas retoricas, es obvio que me está retando-

-tómalo o déjalo-¡de acuerdo! Es demasiado sexy, tengo que bailar con el-

-¡acepto! Bailemos –le dije sin dudar-

-espero que los tropiezos obtenidos, no hayan disminuido tu ritmo-comento muy sexy a mi oído –

-esas pisadas no afectan mi coordinación, falta mucho para que pueda perder mi ritmo- le dije de la misma manera, a lo cual él se limito a sonreír-

Tan solo puedo decir que baila de un EXQUISITO, demasiado rico, no pude alejarme de sus fuertes brazos en un buen rato, es un dios en la pista, fuimos uno solo, no paramos de mirarnos, de comernos visualmente y de sonreír por la situación. Al terminar 4 piezas seguidas del mejor merengue y salsa casino, decidimos darnos un descanso y dirigirnos a la barra.


-un whisky de 18 y para la señorita…-pregunto mirándome-

-…un piña colada con daiquirí, por favor-complete sonriente-

-tuve el gusto de bailar con…-empezó a decir-

-…kagome -volví a completar- y ¿su nombre es?-pregunte directamente-

-sesshomaru- respondió- encantado señorita –dijo caballerosamente-

-el gusto es mío, sesshomaru-le alague- por su manera de vestir, parece que viene de una larga jornada de trabajo- le comente mientras recibía mi bebida- gracias…-le dije a kaname, mientras me guiñaba el ojo, pero le hice caso omiso-

-eso es algo que no le incumbe señorita – dijo el secamente mientras tomaba un sorbo de su bebida- disculpe la intromisión…-cambiando el tema- pero ¿donde aprendió usted a bailar?

-eso es algo que no le incumbe, Sir –dije en forma de juego-

-¡ah! Con que así están las cosas…-medito un segundo- …de acuerdo lo merezco –admitió- ¿estamos a mano? –me pregunto-

-a mano-accedí mientras tomaba un sorbo- es aprendizaje de familia y dedicación, no se me hizo muy fácil- le respondí

-¡oh! Ya veo, pero lo hace parecer muy fácil –acoto-

-eso quiere decir…-lo mire detenidamente- que le encanto mi baile –exprese-

-yo no he dicho eso –dijo-

-¡ah no! Quien dijo –dije muy sarcástica-

-necesito más pruebas…-dijo muy serio- ¿bailaría de nuevo conmigo? – Me tendió la mano-

-claro –acepte gustosa-

Al llegar a la pista seguimos bailando, pero con más intensidad y sensualidad que antes, me moría por saber cómo era en la cama. Bailamos 3 canciones más, y al finalizar quedamos demasiado juntos, en una posición comprometedora, su mano derecha sujetaba mi pierna izquierda al nivel de su cintura y la izquierda se encontraba en la parte más baja de mi espalda, yo lo tenía acorralado con mis brazos, uno que se deslizaba por debajo de su brazo izquierdo y la otra estaba en su cabeza, haciendo inclinación hacia mi rostro, haciéndole saber que yo soy la única que importa, nuestros rostros estaban en contacto, al igual que nuestras miradas, los labios rozaban, y bueno él en un ataque de excitación, no lo pudo aguantar más y me beso, ¡pero qué beso!, fue muy excitante, exquisito, con mucha pasión de por medio, se nota que tenía tantas ganas de besarme como yo a él.

Los demás en el lugar se nos quedaban viendo, pero no duro mucho, ya que hubo un cambio de música a tecno, y ellos se dedicaron a lo suyo. Nos separamos por falta de aire y él me va soltando poco a poco, sin bajar la mirada de mis ojos.

-kagome… -empezó a decir, para romper el silencio entre ambos-

Tan solo pude dibujar una sonrisa en mi rostro, no pude aguantar y baje la mirada, me daba algo de pena haber hecho tal espectáculo, roce mis labios con mi mano derecha al mismo tiempo que lo volvía a mirar y no sé porque pero Salí del lugar. El se quedo sorprendido por un segundo de mi reacción y sin pensarlo dos veces fue en mi búsqueda.

Ya estábamos fuera del establecimiento y de tantas llamadas sin responder de mi parte, me alcanzo sujetándome de mi brazo

-kagome, disculpa no fue mi intención reaccionar así… -dijo disculpándose- …tan solo me deje llevar- se excuso- te pido por favor, que no te vayas, la he pasado muy bien contigo esta noche – me pidió-

-sonreí ante su petición- te perdono con una condición…-le dije desafiante, mientras acortaba la distancia entre ambos—

-la que quieras-dijo sin pensarlo-

-lo tome del cuello de la camisa, y lo atraje hacia mi-…si me haces el amor, de la misma manera en la que bailas conmigo- le dije seductora, mientras me mordía el labio inferior-

- hare que quedes delirando…-dijo muy sexy y a la vez desafiante-

Y nos besamos, ese hombre hace que se te suba de todo, que te corra la adrenalina a mil por hora, apenas emita palabras. Llegamos a su auto, un lamborghini gris, demasiado espectacular, nos montamos y le dije mi dirección. Si, estoy loca como para llevarlo a mi casa, pero mi esposo esta en un viaje de negocios, así que no hay ningún problema.

Tenía tantas ganas de volver a besarlo, que no podía dejar de mirarlo, me di cuenta que manejaba perfectamente, así que no me contuve y me empecé a acercar a él.

-pero que haces…-dijo extrañado por mis movimientos-

-es que no aguanto las ganas de volver a besarte…-dije muy sexy, mientras me acomodaba en su piernas, dándole la espalda a la puerta -

El tan solo se limito a sonreír para besarme, rodee su cuello con mis brazos mientras nos deleitábamos besándonos. El estaba muy ocupado jugando con mis piernas, exceptuando cuando tenía que cambiar la velocidad, luego volvía a su trabajo y su otra mano estaba al volante. Al rato siento que me sujeta con sus dos manos, acomodándome frente a él, dándole la espalda al volante, a lo cual me extrañe, pero apenas hizo eso piso freno, estacionándose; nos empezamos a besar intensamente, de nuevo, el se puso a jugar con la abertura de mi camisa y mi trasero mientras yo me entretenía haciéndole círculos al mechón de cabello plateado y suspirando debido a sus caricias. Nos separamos por falta de aire y nos miramos un rato

-¿quieres subir…?-le pregunte agitada, pues no había recuperado el aliento por completo-

-por algo estamos acá…-respondió con una ceja alzada-

-¡eh!...-lo llame-

-dime…

-tienes que ayudarme a salir…-dije apenada-…se me es difícil salir en esta posición y más cuando la puerta de tu auto se abren diferente- culmine con la cara roja, de vergüenza-

-tan solo se limito a reír- tienes razón… sujétate de mí-me dijo

Me abrace completamente a él, saliendo así con el del auto. Al estar sesshomaru de pie, baje mis piernas y tome equilibrio

-gracias…-dije sonrojada-

-no hay de que señorita…-dijo eso para besarme-

El cerró la puerta del carro y nos dirigimos al ascensor. Se nos hizo algo corto el trayecto en el ascensor, pero al final llegamos al penúltimo piso, el pent-house, se me hizo algo difícil encontrar las llaves que había escondido y abrir el apartamento, por culpa de las caricias de sesshomaru.

Apenas cerré la puerta, el me puso contra la pared de una manera muy violenta, pero sin lastimarme y así empezar a besarme sin control, al igual que yo a él. Íbamos caminando torpemente hacia mi habitación, chocábamos con las paredes, nos golpeábamos con los cuadros que estaban en ellas y muchos tropiezos, lo cual solo nos limitábamos a reírnos. Al llegar a mi habitación lo primero que hice, fue quitarle la correa del pantalón de un solo tirón, a él le pareció muy excitante, sesshomaru empezó a subirme la blusa hasta lograr quitármela, apenas quede descubierta de inmediato tome con ambas manos el lugar donde estaban los botones de su camisa y desabotone todos los botones en un instante.

-wuao…-dijo sorprendido- no rompiste ninguno

-practica…-me limite a decir para empezar a jugar con su espalda y seguir besándolo-

En eso el introduce sus manos por mi pantalón falso, jugando así con mi trasero, al hacerlo me levanta, causando que me excitara ante tal acto, fue muy descontrolador. Me tumbo en la cama y tiro de la licra para asi quitármela al igual que mis sandalias, ya al verme recostada en la cama con solo mi ropa interior, enseguida se quito su pantalón y zapatos, y continuamos con nuestra labor.

Me empezó a besar el cuello, acariciaba mi piel ya desnuda que se erizaba a cada contacto con la suya. Estábamos tan entregados en el acto, en éxtasis, tan perfecto que lo que siguió ya no era racional, ya era mi parte animal, carnal respondiendo al llamado de la naturaleza humana, a partir de ese momento lo que puedo decir es: “que fui hasta el cielo y baje en paracaídas”.

Al momento que recobre mi parte racional, al despertar estaba sobre un pecho cálido y fuerte y podía escuchar el latido de su corazón y el vaivén de su respiración, levante mi mirada y observe esa mirada de la cual me enamore y tan solo le sonreí dulcemente a lo cual él me correspondió con un tierno beso

-buenos días linda…- me deseo-

-buenos días amor…-le bese de nuevo-

-y ¿qué te pareció esta vez?- le pregunte muy interesada en recibir una respuesta afirmativa-

-pero ¿qué pregunta es esa? –Me dijo- sabias que llegaría hoy del viaje y ayer a las ocho de la noche me avisas por un texto que iras al sabor y salsa, que fuera para allá y te tratara como desconocida… –le mire con mirada juguetona mientras me decía todo eso- si no fuera porque conozco tus inventos y porque estaba a tres horas de acá, no se con quien loco estuvieras en este instante –reclamo-

-sabes que no soy capaz de engañarte…-le dije sin rodeos- …además te han gustado todos mi inventos- le recalque

-si sabes que me encanta todo lo que hagas, ¿Por qué me preguntas si me gusto o no? –acoto muy sexy

-me gusta que lo digas…-aclare, mientras le daba un beso- te adoro ¿lo sabes? –le dije mientras lo abrazaba-

-claro que si, y yo a ti te amo- concluyo para así besarme- kagome…-corto el beso-

-dime…-le mire mientras tomaba algo de la mesa al lado de la cama-

-¿te importaría volver a ser mi esposa?...-me pregunto mientras me colocaba el anillo de matrimonio-

-¡amor! eso es una pregunta retorica… -le dije- …claro que si –acepte para volverlo a besar-

-amorcito… -corte el beso- …tenemos un almuerzo con tus papas-le recordé-

-que esperen…

Fue lo último que dijo para así entregarnos el uno al otro en cuerpo y alma nuevamente.


Siempre dicen que hay que mantener la llama de la pasión entre las parejas, mi manera de hacerlo, es haciendo realidad las fantasías, muchos me creen loca, hasta ninfómana, otros la mejor esposa del mundo, lo que si se, es que tengo al hombre más sexy y hermoso como mi esposo y eso nunca lo cambiaría por nada, pero el cambiar nuestras identidades es muy entretenido.