FanficsLandia Fanficslandia City [Experiencias entre calles]

Fanficslandia City​

El transporte se detuvo frente a la estación de autobuses; desde la ventanilla pudo ver lo concurrido que estaba el sitio y sonrió para sí misma. Dejó escapar un bostezo y se estiró como un gato somnoliento en el incómodo asiento semi cama que había tenido que soportar todo el viaje. Al menos había llegado después de lo que habían parecido años, y por un instante pensó que la carcacha se quedaría a mitad de camino. Checó su reloj, ya pasaban del medio día y de tan solo pensarlo provocó que su estómago rugiera.


—Perfecto, lo que faltaba —murmuró por lo bajo tomando sus cosas de debajo del asiento. Esperó que la muchacha junto a ella saliera y se uniera a la larga fila de pasajeros que esperaban por salir. Aquello, supo inmediatamente, que le llevaría un buen tiempo. Y no se había equivocado, media hora después ya con todo su equipaje en mano miró hacia el frente: Fanficslandia City se veía mejor que en las postales que había visto en el centro de turismo.


Sus edificios podían verse desde allí como una obra de arte: brillantes bajo los ardientes rayos del sol, como si fuesen los guardianes de la ciudad. Imponentes, altos, estoicos, casi podía sentirse observada por ellos. Las casas más pequeñas, al menos las que alcanzaba a divisar a simple vista eran pintorescas y acogedoras. De hecho había escuchado que todo era accesible para cualquiera que estuviera dispuesto a hacer algo al respecto y eso le entusiasmaba.


Tomó sus cosas y se dirigió hacia el centro de registro, estaba decidida a no ser un simple visitante. Quería formar parte de ese lugar, dejar un legado si la vida y el tiempo se lo permitía. Después de todo, aquel lugar era lo que había estado buscando por tanto tiempo. Luego de pasar las diez personas frente a ella, llegó su turno. Un cúmulo de sentimientos se aglomeró en su estómago al mismo tiempo, pues era la primera vez que hacía aquello.


— ¿Nombre? —Miró a la mujer detrás del vidrio, su voz sonaba robótica desde ese parlante que sobresalía de su lado. De hecho la expresión de su rostro se mostraba tan monótona que le parecía increíble que estuviera viva en verdad; aun así no le dio importancia y le regaló la mejor de sus sonrisas.


—Paulijem. —Respondió con seguridad, pasándole una carpeta con ciertos datos que ellos pedían con anticipación.


— ¿Lugar de origen?


—Río Negro, Argentina. —La mujer asintió mientras tecleaba con rapidez en su computadora.


—Bien, está todo en orden. Bienvenida a Fanficslandia City; tenemos una grilla que puede completar y enviar al Departamento de Presentaciones, desde allí seguramente la derivarán al Círculo de Orientadores para encontrar su lugar en esta maravillosa ciudad. —Dijo con rapidez pasando un pequeño cuadernillo por debajo de la rendija de la ventanilla. —Si tiene alguna duda puede ir al centro de visitantes frecuentes, le aseguro que ahí podrá resolver muchos de sus interrogantes. Además, es mi deber informarle que tiene que saber las leyes y reglamentos que hacen de este lugar en un sitio ordenado y pacífico. —Paulijem se guardó el cuadernillo e hizo una pequeña reverencia.


—Muchas Gracias, lo tendré en cuenta. —Salió de allí finalmente como una ciudadana legal de Fanficslandia City ¿algo podía ser mejor en ese momento? Estaba segura que no. Ese 13 de enero del 2012 sería una fecha completamente memorable y esperaba poder aportar algo para la comunidad algún día.


Por mientras trataría de visitar la Plaza Fanfic y tal vez al Museo de Fanfics y Manga. Tomar fotografías del Foro Misceláneo, que estaba en el centro de la ciudad o visitar la compañía de Diseño Gráfico. El programa que promocionaba la Mitología, leyendas y cuentos populares también era uno de los tantos lugares que esperaba ver. Quizás hacer Lectura Experimental en el coliseo o pasarse por el Taller Literario y ni hablar del Área de juego y Rol.


Estaba decidido, jamás se iría de allí.


Subió todas sus cosas al taxi que la esperaba para llevarla a su Perfil: un amplio departamento que tenía un estado y un blog muy elegantes. A parte de una ficha que podía ocupar para muchas de las cosas que llevaba en sus maletas. Sí, definitivamente estaría bien ahí.


— ¿No le importa que ponga la Radio CreativeS-FFL, verdad? Esos chicos son los mejores de Fanficslandia City, se lo aseguro.


—Por supuesto que no me molesta. —Aseguró Paulijem amablemente en cuanto el vehículo se veía inundado de risas y buena música. Miró por la ventanilla con una sonrisa extasiada y divisó el gran cartel de bienvenida.

Fanficslandia City, un lugar donde los sueños se hacen realidad...​