Para la actividad ¿Khé? de @Fenix Parker. Debo decir que esta no era mi idea original con la que iba a participar, pero mi primera historia estaba tomando un camino separado del humor y decidí dejarla para una publicación independiente. Me costó un montón decidir un nuevo tema cuando de pronto las palabras comenzaron a surgir solas y me dejé llevar... Quizás un poquito de más, no estoy segura. Como advertencia les dijo que hay malas palabras y una imagen bastante grotesca cerca del final, así que préstenle mucha atención a la clasificación de edad. La comedia no es lo mío, pero creo que conseguí crear algo bastante decente :) Zombi, ¿ventaja o problema? La adolescencia es una edad complicada para cualquiera. Todas aquellas cosas que nos fascinaban y entretenían desde niños, se vuelven idiotas y aburridas; las situaciones que desde los seis años juramos jamás cometer en la vida, son de las primeras cosas que hacemos. Se pierden viejas amistades, los héroes infantiles desaparecen y se inicia un salvaje frenesí por encontrar nuestra verdaderamente identidad. Sí, es una etapa complicada y cualquier joven dentro de mi rango de edad me daría toda la razón. Peor aún es lidiar con la familia y sus reglas, pero más aún cuando ésta no es tan normal o funcional como debería. Sin embargo, ¿alguno de ustedes puede llegar a imaginar algo peor que un adolescente rebelde y depresivo, que lucha contra la opresión parental mientras se enfrenta a la exclusión social en su día a día? Así es, yo soy la respuesta que están buscando. Una adolescente idiota que se dejó convertir en un zombi. ―Esto es hermoso. Parada frente al espejo y conteniendo las ganas de vomitar, tomo nota de los daños colaterales en mi nuevo aspecto. Por empezar, mi piel jamás había sido tersa ni envidiable, me salían barritos cada vez que comía chocolate, estaba pálida y tenía unas ojeras enormes por jugar hasta tarde con la play. Pero, en definitiva, estaba bastante satisfecha con la genética que había heredado. Lo que tenía ante mí reflejado era perfecto para una peli barata de terror. Mi palidez había sido suplantada por un enfermizo gris y estaba llena de resquebrajaduras a lo largo y ancho de mi rostro. Daba la sensación de que en cualquier momento se me caería la cara, literalmente hablando. Con cierto temor palpo cada centímetro de mi piel, suspirando internamente al comprobar que no estaba tan mal como se veía. Claro que eso es hasta que se me da por sonreír y una grieta se abre a cada lado de las comisuras de mis labios. ―Oh-My-Fucking-God. ―Logro articular sin causar mayores daños. Piensa, piensa, piensa y no entres en pánico, me digo. Con qué se puede cerrar la herida, con qué… ¡Con cinta adhesiva! Comienzo a revolver cada cajón que poseo, desesperada, arrojando cada artículo que atrapo y que no sea el que estoy buscando. Pronto el piso de mi habitación se llena de lápices, papeles, medias y demás lencería cuando oigo que llaman a la puerta. ―Espe… ―Brenda, mamá dice que ya bajes a desayunar ―interrumpe mi hermana menor, Lorena, entrando sin esperar permiso alguno―. ¿Perdiste algo? ―La cinta adhesiva. ―¡Ah, sí! Yo la tomé. ―Y empieza a rebuscar entre los bolsillos de su exagerada chaqueta hasta dar con el objeto perdido―. La mía se había acabado y la necesitaba para el trabajo de los afiches―. Gracias. Ni caso tiene pelear una vez más con esta niña. Parece que nunca logrará comprender que pedirme las cosas cuando estoy ausente no significa nada, en realidad. ―De nada, Lore ―acierto a decir antes de girarme nuevamente hacia el espejo y comenzar a reparar mi rostro con sumo cuidado. ―¿Necesitas ayuda? ―¿Eh? ―Me detengo, cayendo en cuenta de la anormalidad que envolvía toda la situación. Pero como ya había comentado, los miembros de mi familia no tenían reacciones normales―. No hace falta. Dile a mamá que ya voy. Observo el reflejo de la partida de mi hermana y prosigo con mi tarea. Al terminar, realizo un rápido examen al resto de mi cuerpo descubriendo cuán fría al tacto era, mas sin encontrar ningún otro corte. Me enfundo en un viejo equipo deportivo y recojo mi cabello en un rodete alto. Salgo de mi habitación a paso lento y pesado. Parece que no todo en las películas era una exageración conveniente, medito y toma toda mi concentración bajar la maldita escalera. Ya cuando estoy a dos pasos del suelo, un grito agonizante resuena por toda la casa y por el susto tropiezo con mis propios pies. ―No ataste tus cordones ―indica Lorena, reapareciendo en mi campo visual―. Mamá aún no termina tu desayuno. ―¿No habías dicho que ya todo estaba listo? ―pregunto aunque la respuesta poco me interesa. Me encuentro más sorprendida por la carencia de dolor físico. ―El desayuno para nosotros, los humanos, sí. ¿Tú cuándo has visto a un zombi comiendo cereal? Los músculos se me paralizan ante las implicaciones de sus palabras. Por supuesto que a nadie se le ocurriría darle un tazón de cereales a un zombi y esperar que con eso se llene o que siquiera lo deguste. Eran seres peligrosos, irreales, que disfrutaban de la carne y en especial si estaba cruda. ¡Pero mi mamá jamás se atrevería cocinar a una persona! ¿Verdad? ―¡Chicas, a comer! Con el corazón en la boca me incorporo y camino tras mi hermana hasta la cocina. Ella se dirige a su lugar habitual y mi madre, con la boca llena de comida, da entusiastas palmadas al asiento a su derecha para que yo lo ocupe. ―Buenos… ―empiezo a saludar antes de detenerme, con la vista fija en su sándwich. ―Buenos días, hija ―complementa ella―. Anda, come. ―Mamá. ¿Qué es esto? ―Es el desayuno, claro. Está algo desprolijo por las prisas y me olvidé de comprar mayonesa ayer, pero están muy buenos. Eso no lo dudo, retumba en mi mente bestialmente. La garganta me arde ante la urgencia de hincarle los dientes al manjar ante mis ojos, mis fosas nasales se extienden con cada respiración para captar el hedor de sangre y carne humana. Estoy a punto de abalanzarme sobre el plato. ―¿Por qué tú lo estás comiendo? ―mascullo forzadamente. Mi madre contempla el sándwich con ojo crítico como si recién lo viera. Lorena continúa con sus cereales, ignorándonos completamente. ―Se me antojó sándwich de cartero. ―Se encoge de hombros. Bueno, al menos ya sé de lo que eres capaz, pienso y, sin más parloteo, comienzo a desayunar. ¿Recuerdan lo que dije sobre lo difícil que era ser una adolescente con una familia disfuncional? Pues olvídenlo porque cualquier diferencia pierde importancia cuando eres un zombi.
¡Es genial! La verdad te quedó muy bien. Soy muy fan de la madre y de que se le haya antojado comerse al cartero. xDDDD ¡Muy bueno! Y sus reacciones como que no pasa nada porque un miembro de su familia se haya convertido en zombie... pues... mola. XDDDD Redacción, ortografía, gramática y vocabulario muy bien, te felicito también por esto. :3 ¡Un saludo! :)
Mira sin entrar a complicaciones, sencillo y gracioso, sin meter nada más y solo describiendo lo suficiente para el chiste final que le da sentido al todo, no lo sé me recordó a Louise de Malcom el del medio esa señora ¿alguna vez lo viste?, esa señora era así de rara XD. Mira ya lo sabes, siempre lograrás el objetivo, anímate más con este genero, que se te da bien.
@Ichiinou: Gracias por pasarte a leer y comentar :) Me alegra mucho saber que te ha gustado y que te haya hecho reír porque, la verdad, el humor pocas veces se me da... Me encantó hasta a mí los personajes que cree y los tengo en la mira para alguna continuación seguida de ésta o aparte, aún lo estoy pensando. Espero poder contar contigo cuando me decida a subirlo. ¡Saludos para ti también! :D @Fenix Parker: Me tranquiliza saber que cumplí con el objetivo, estaba muy nerviosa :) Sin embargo, me divertí mucho escribiendo esta idea y, aún más, caracterizando a este trío disfuncional que me encantaron :3 Trataré de seguir explotando este género si dices que tengo potencial. Pues no, nunca lo vi... ¿Me lo recomiendas?
Al igual que uno o dos de la actividad, fue un escrito sencillo y corto, el cuál producía risa. Como dijo Fénix anteriormente, sin complicaciones, estuvo chistoso, tal como se pedía, y me pareció bueno. Sigue escribiendo por aquí, no se te da mal el género. Suerte y saludos. :)
¡Me gustó mucho, Fushimi! JAJAJAJA. Dios mío. x'D. Más que nada al inicio, cuando la protagonista hace una especie de introducción-presentación bastante singular, hasta que dice que fue lo bastante estúpida para convertirse en zombi. (?) También, todo ese trío disfuncional hacen una familia muy rara, pero que, a su modo, le da para adelante. Como ya dijeron arriba, en cuanto a la ortografía, no veo errores, así que ¡muy bien! :3 Espero leer más cosillas de vos. ¡Besos! <3