Bueno, al fin consigo escribir esto. Este es un escrito para la actividad de Amane, en el que tras tirar unos dados debía escribir algo sobre un personaje bueno femenino, de temática de fantasmas y +13, y siento que no lo he complido del todo, pero no se me ocurría más x'D Espero que disfruten de esta historia centrada en el pasado de Fantina, la lider del gimnasio de tipo fantasma de Sinnoh :3 Ya no volveré a estar sola El cuerpo inerte del pokémon se derrumbó con un golpe seco segundos después de disolverse la molesta humareda, y con ella, todas las esperanzas que el joven adversario había puesto en poder remontar durante el transcurso del combate. Aguardó sin mover un solo ápice, absorto en la nada misma. Sabía desde un principio que no tenía la más mínima oportunidad contra alguien como ella. Lo sabía, pero había sido tan ingenuo en tentar a su suerte que ahora pagaba las consecuencias de sus actos. Agitó su cabeza, herido profundamente en su orgullo como entrenador, y avanzó a paso lento y decidido hacia el centro del campo, donde su pokémon aguardaba totalmente inconsciente. No levantó la mirada en ningún momento. Aquella estúpida líder no se merecía verle llorar. —No sirves para nada, Prinplup. No entiendo cómo pude haberte escogido a ti —sus palabras estaban cargadas de resentimiento, y devolvió a su inicial con un movimiento rápido, sin siquiera dirigirle la mirada. Dio la vuelta con la intención de marcharse, pero fue detenido por la presencia de aquella molesta mujer. —Sacre bleu, ¿de verdad vas a marcharte así, sin felicitar a tus excelentes combatientes? Ellos han luchado hasta darlo todo de sí mismos por ti, lo mínimo que se merecen sería un poco de cariño e interés por tu parte. Evan detuvo sus pasos, y la mujer pudo percibir un atisbo de culpabilidad en el tono con el que le dirigió las siguientes palabras. —Ellos no sirven para esto, no se merecen reconocimiento si no han hecho nada para ganárselo. Hemos perdido porque son débiles, así son las cosas. Lo mejor será que deje esto del entrenamiento pokémon; y ahora, si me disculpas... —pero el suave y delicado tacto de la mujer sujetándolo del brazo impidió que se marcharse. Alzó la cabeza, cruzando una mirada molesta anegada de lágrimas. Fantina le dirigió una sonrisa tan dulce que notó sus mejillas arder de la vergüenza que sentía en aquel mismo instante. —Sé que lo que estás diciendo no lo dices de corazón, Evan. Cuando una persona tiene demasiados sentimientos resguardados en su interior y llega un momento en el que no puede contenerlos más y estalla, uno no es consciente de lo que hace o dice. Así que, por favor... —aflojó el agarre en el muchacho dejándolo en total libertad, y se agachó para poder estar a su altura. Su fiel Mismagius se acercó flotando junto a su entrenadora, observando al batido contrincante en silencio—. ...no hagas algo de lo que puedas arrepentirte. Los pokémon son maravillosos, y tenerlos a tu lado pase lo que pase es un gran tesoro. Porque con ellos... nunca podrás sentirte solo. El pequeño entrenador agachó la mirada con pudor, y asintió débilmente. Se sentía tan abatido que su cabeza no daba para más, pero la propia líder de aquel siniestro gimnasio pudo notar con cada gesto que estaba muy arrepentido de sus palabras. Asintió en silencio con una expresión solemne, y miró de soslayo a su fiel fantasma. Mismagius le devolvió la sonrisa. —Tréees bien, hoy fue un día bien ajetreado, creo que por hoy ya fue suficiente combate —exclamó, con aquel acento francés tan bien marcado en ella. Comenzó a dar vueltecitas extravagantes por el campo irradiando aún toda la energía que le quedaba, mientras su brillante vestido giraba al son de sus pasos—. A ver, ¿qué es lo que tenía que...? ¡Oh la la, la cena de la asociación de líderes! Sacre bleu, había quedado en ir a por las flores a la floristería Aromaflor con Gardenia dentro de una hora. ¡Y le prometí a Mananti que le esperaría para guardar las bebidas en la nevera! ¡No me va a dar tiempo! Mismagius, ahora acompañada por un avergonzado Gengar, observaban la escenita de su entrenadora en silencio. A estas alturas, ya era el pan de cada día ver ese tipo de acciones de parte de Fantina. La muy olvidadiza siempre tenía algo pendiente por hacer. Una gota de sudor les recorrió el rostro al ver como arrastraba al ingenuo de Driflimb a su numerito de baile improvisado. —F-fantina... La suave voz del pequeño aspirante sacó de su ensimismamiento a la líder de gimnasio, quien se giró a ver al entrenador con cierto interés. En su interior se alegraba de que al fin le dirigiese la palabra, eso ya era un avance. —Dime, mon amour. ¿Ocurre algo? Evans la miró por unos segundos, como pensándose si lo que iba a decir era correcto. Admiró a los pokémon de la mujer con cierto brillo de admiración en sus orbes, y rápidamente asintió para observarla con energías renovadas. —¿Dónde conociste a tus pokémon? Es que son tan increíbles que... seguro que vuestro vínculo debe ser muy fuerte. Fantina abrió los ojos con sorpresa. Nunca se hubiese esperado que uno de sus contrincantes mostrase ese interés por sus pokémon, pero lejos de molestarla, aquella pregunta la reconfortó por dentro. Cerró los ojos con suavidad, dibujando una sonrisa en sus labios. —Sí, así es... Nuestro vínculo se remonta muchísimos años atrás, cuando tú ni si quiera habías nacido —rió por lo bajo, sacándole una sonrisa al curioso entrenador. Acarició su cabello morado, como rememorando tiempos pasados, y Evan sintió como la mirada que le dirigía la mujer acabase dominada por la melancolía. Tragó saliva, pensando que quizás no hubiese sido apropiado inmiscuirse en su vida personal. A fin de cuentas, eran unos simples desconocidos. —L-lamento si he preguntado algo malo. Yo... yo debería ir marchándome ya y... —Oh, ¿ya te quieres marchar y dejarme con la historia en la boca? Y yo que te iba a invitar a un té y unas pastas y todo, con lo ricas que están... Que desilusión —agachó la cabeza con cierto aire teatral, fingiendo una gran pena para tratar de hacerle cambiar de parecer al jovencito. Y ciertamente llegó a funcionar, porque el pequeño entrenador no tardó en aceptar encantado. ¿Quién le diría que no a una oferta similar de parte de la mejor coordinadora del mundo? Soltando un jubiloso Fantastic!, entrenador y adversaria se dirigieron hacia la cafetería más famosa de ciudad Corazón. Y mientras Evan deseaba poder escuchar la historia que le aguardaba a tan solo un par de pasos, Fantina no podía evitar alegrarse de tener algo de compañía infantil de vez en cuando. Después de todo, no tenía hijos ni sobrinos, y todos los pequeños que se acercaban a su imponente mansión huían del miedo que les provocaba sus fantasmas, cosa que la pobre líder de gimnasio no acababa de entender. ¿Por qué les causaba tanto impacto unas criaturas tan interesantes como lo eran sus adorables fantasmitas? Observó de reojo al niño admirar entusiasmado el local, y no pudo evitar contagiarse de su inocente felicidad. Fue así como inició finalmente su relato. --------------------------------------------------------- Aquella triste y fatídica noche, años y años atrás en el tiempo, el rústico pueblo Sosiego no había cambiado ni un ápice. Todo se mantenía como hasta ahora, tranquilo y poco transitado debido al escaso interés turístico de la zona. Al no haber gimnasios donde batallar, pocos entrenadores hacían paradas prolongadas en aquel lugar si no era para dejar a alguno de sus compañeros pokémon en la guardería del pueblo. Las ruinas sosiego ni siquiera habían sido descubiertas, por lo que a ningún turista les ataba nada allí. Aquella misma noche, una fuerte tormenta se había desatado sobre las inmediaciones del lugar, azotando las viejas casas e impidiendo que nadie pudiese rondar por sus calles por el momento, si no quería acabar empapado de pies a cabeza. Sin embargo, y bajo la tenue luz de la luna, una diminuta sombra avanzaba sobre sus pasos, desorientada y perdida, hacia la entrada del pueblo. Por cada paso que daba, la cabeza le daba aún más y más vueltas, impidiéndole caminar en línea recta. Estaba herida, y tenía rasguños sobre su ropa y piel. Se abrazaba así misma tratando de proporcionarse algo de calor, más el terror que sentía y la sensación del agua deslizándose por su piel le hacía tiritar con fuerza. Se sintió aliviada de dejar atrás la hierba alta y con ella, todas aquellas criaturas que podrían cortarle el paso. Pero su borrosa visión le impedía poder vislumbrar algo más allá, y aquella era su única motivación para seguir adelante. Sabía que debía encontrar un lugar donde pasar la noche o acabaría enfermándose de gravedad, y a pesar de que se sentía desfallecer, aún continuaba en pie. Fue entonces cuando se alzó ante ella con cada paso una imponente y aterradora torre, que se perdía entre las nubes de lluvias torrenciales. Un brillo de esperanza pareció vislumbrarse en su rostro por escasos segundos, y supo que debía de avanzar solo un poco más. Lo último que recordó fue abrir aquella enorme puerta de acero oxidada y sentir un frío helador en su piel, justo antes de caer inconsciente al suelo. La pequeña niña despertó al día siguiente entre lágrimas, tras haber tenido una aterradora pesadilla. Irguiéndose en el sitio contempló el extraño lugar en el que se encontraba, y la desoladora aura que emanaba de él. Mas le sorprendió notar como un pequeño ser fantasmagórico la observaba levitando justo a su lado. Le observó por unos segundos en silencio, sintiendo su piel palidecer de súbito, y justo cuando el fantasma le intentó sonreir amable (caso un tanto imposible para el pequeño pokémon), la niña chilló de terror. Unos pasos acercándose hacia ella la hicieron girarse atemorizada, tratando de huir de allí. Grande fue su alivio al ver que se trataba de una mujer de aspecto amable, que se acercaba a ella alarmada por el grito. —¿Pero qué está ocurriendo aquí? Oh, Gastly, ¿qué te he dicho de asustar así a los visitantes? —el Gastly la observó con una lagrimilla en sus ojos, pues no había sido su intención esta vez. La pequeña corrió a refugiarse en los brazos de aquella amable mujer sin pensárselo dos veces—. Ya está mi niña, no lo hizo a propósito, no debes tenerle miedo a los pokémon fantasma. —P-pero él... Y-yo... —trató de hacerse entender, mas el temor y los sollozos le impidieron pronunciar sus palabras como le hubiese gustado—. É-él me asusta, m-me da miedo... —¿¡G-gastly ga!? —exclamó el fantasma con una mueca de disgusto, ofendido con aquel comentario. La mujer la abrazó con cariño, y la calidez que le brindaba logró calmarla poco a poco. —Ya está, tranquila, ¿sí? —susurró suavemente, acariciando su cabello morado con delicadeza. Le pidió con una sonrisa al desanimado pokémon que no se lo tomase muy en serio, pues tan solo era una niña pequeña. Cuando la niña se calmó del todo, decidió preguntar—. Dime, pequeña, ¿te has perdido? ¿Dónde están tus papás? —¿P-papás...? —Sí, mi amor, tus papás. ¿Has venido tú sola hasta aquí acaso? La joven Fantina levantó la cabeza con su rostro mojado por las lágrimas, y asintió desolada, casi sin fuerzas. La mujer ladeó la cabeza sin entender, mientras Gastly observaba todo a sus espaldas. —Y-Yo ya... ya no tengo papás... E-ellos... Ellos han... Y sin poder aguantarlo más, la niña rompió en llanto. La mujer, compadecida, la abrazó con fuerza, tratando de brindarle todo su apoyo a pesar de no saber cómo ayudarla. Pero esta vez, a diferencia del anterior abrazo, el pequeño Gastly también se unió al abrazo, abriéndose paso entre ambas. Él también quería apoyar a su pequeña y próxima nueva amiga, y Fantina sintió por primera vez, que quizás ese fantasma no era tan malo después de todo. *** Las hermanas de la Torre Perdida de pueblo Sosiego acogieron a la pequeña Fantina como si fuese parte de su familia desde el día en el que se convirtieron en sus tutoras legales. Nadie vino a recogerla, nadie reclamó su presencia, y eso las afectó mucho, mientras veían a la niña comenzando a entablar amistad con todos los pokémon de aquella basta torre-cementerio. Sus padres habían muerto en un accidente, pero los recuerdos del momento exacto estaban tan difusos en su mente que no podía detallarles cómo fue que acabó llegando a la torre en aquellas condiciones. Fantina les había explicado que no era de Sinnoh, que venía de una región lejana llamada Kalos, y fue así como descubrieron el por qué de su acento francés. Sin embargo, sabían con seguridad que una niña de seis años no podía quedarse sola allí, sin nadie que la cuidase, y fue entonces cuando surgió la idea de adoptarla. Fantina acabó criándose en la cálida y acogedora casita de las hermanas de pueblo Sosiego, visitando todos los días el cementerio de la Torre Perdida y haciéndose cargo del cuidado de todos los pokémon fantasma que allí vivían. Shuppets, Duskulls, Gastlys, Misdreavus... Todos aquellos fantasmas que en un principio tanto la aterraban se habían acabado convirtiendo en sus más preciados compañeros, y desde entonces sintió un especial vínculo con las criaturas fantasmales. El Gastly llorón y bromista que conoció nada más llegar acabó siendo su mejor amigo en el lugar, volviéndose inseparables. Las mujeres sabían que, llegado el momento en el que su niña tuviese que partir hacia la aventura, el pequeño Gastly acabaría siendo su pokémon inicial. Y así fue. El día en que Fantina cumplió los diez años, grandes sorpresas le esperaron en su habitación. Las propietarias del hogar le habían comprado con sus ahorros guardados todo lo necesario para que la aspirante a entrenadora no tuviese ningún problema en su viaje, y aquello llegó a emocionarla más de lo esperado. Las ancianas habían acabado convirtiéndose en su familia, y no había palabras para definir cuán en deuda estaba con ellas. Descendió a todo correr las escaleras tropezándose cada tres escalones, y se abalanzó en un efusivo abrazo hacia las hermanas. Gastly levitaba de un lado al otro sin caber en sí de la emoción. —Gracias, muchísimas gracias por todo, de verdad... No sé cómo voy a poder agradeceros todo lo que habéis hecho por mí desde siempre —sollozó entre sus brazos, recibiendo palabras de cariño de parte de las mujeres. —Tranquila, cariño. Tu sola presencia ha hecho de este hogar una alegría, no nos debes nada, de verdad. La otra mujer le acarició el cabello con efusividad, sacándole una sonrisa a Fantina. —¿Y bien, ya has pensado qué camino escogerás? ¿Coordinadora, entrenadora? ¡Hay un mundo de posibilidades! La niña se separó lentamente, e intercambió miradas con su pokémon. Ambos asintieron con decisión. —¡Quiero ser las dos cosas: entrenadora y coordinadora! No podría elegir... ¡por eso daré lo mejor de mí en ambos ámbitos! —¡Gastly gaaa! —secundó a su entrenadora, depositándose entre sus brazos nervioso ante las miradas atónitas de las dueñas del hogar. —¿Las dos cosas? ¿Pero eso no es un poquitín... demasiado ambicioso? —la sonrisa entusiasta de la chica fue desapareciendo lentamente con sus palabras, pero un codazo de su hermana la acalló a tiempo. —¡Para nada! Tú puedes ser lo que quieras, cariño. Quizás, en un futuro, te conviertas en una líder de gimnasio formidable y en la mejor coordinadora del mundo. ¡Sería fantástico! Fantina, con sus orbes chisporroteando de emoción, asintió llena de energía ante su nueva meta. Abrazó por última vez a las mujeres que la habían cuidado desde que llego a Sinnoh, y llegó el momento de irse. Fue en ese entonces cuando el sentimiento de soledad volvió a aquejarla de nuevo, y sintió una pequeña presión oprimirle el pecho. —¿Y si me siento sola durante el viaje y quiero dejarlo para volver con vosotras? —Pero Fantina, viajar por el mundo pokémon y explorarlo a tus anchas es una de las cosas más maravillosas del mundo. No puedes perdértelo por nada en el mundo, y recuerda aue siempre puedes venir a visitarnos. ¿No crees? —le sonrió con dulzura, tratando de hacerle cambiar de parecer. —Y piensa que nunca podrás sentirte sola, porque tienes a Gastly contigo para cuidarte y protegerte. Ambos os haréis compañía mutuamente en vuestro viaje, y conoceréis a personas extraordinarias en el transcurso de este. ¿No te ilusiona? —¡Tenéis razón, esto es lo mejor! Vamos a ser los mejores, y les demostraremos a todos lo que valen los pokémon fantasma. ¿Verdad que sí, Gastly? —alzó sus brazos con el entusiasmo de vuelta, riendo ante la la sola idea de todo lo que les esperaba por delante. Ambos comenzaron a despedirse por última y correr rumbo hacia el horizonte, con la primera parada hacia ciudad Corazón. Ambas observaron a su pequeña alejarse de ellas, y sintieron como si se tratase de su propia hija la que se marchaba para siempre de su lado. —¿Crees que estará bien con solo un pokémon? ¿No sería mejor llamar al laboratorio del profesor Serbal y pedir que le entregue uno de sus iniciales? Pero su hermana, tras fijarse bien en la mochila de la pequeña y observar a una traviesa Misdreavus colarse dentro, sintió que todo iba a estar bien. Pues mientras sus pokémon permanecieran junto a ella, nunca más volvería a estar sola. --------------------------------------------------------- —Wooow, ¿entonces ese Gengar de ahí te ha acompañado desde que eras pequeña? ¿Y Mismagius también? ¡Debéis ser muy buenos amigos! Fantina depositó la taza de té delicadamente sobre la mesa y asintió, observando a sus pokémon sonreír orgullosos por todo lo que habían conseguido. Driflimb voló hasta depositarse en la cabeza de Evan, y rió ante el contacto sin poder evitarlo. —En cambio este juguetón es el más pequeño del equipo. Salió de un huevo hace no más de dos años, y mira qué fuerte es ahora —comentó con una sonrisa, viéndoles jugar en silencio. —¿Eso significa que yo también puedo ser tan buen entrenador como tú en un futuro? —preguntó, admirándola con interés mientras abrazaba contra sí al pokémon globo. La mujer de larga cabellera morada le miró por unos segundos, y cambió su semblante a uno algo más serio sin cambiar la dulzura de su mirada. Evan se removió un poco nervioso en su sitio, pero suspiró aliviado con su respuesta. —Por supuesto que sí, Evan, sé que llegarás lejos si te esfuerzas. Pero ese esfuerzo también radica en el cariño que les des a tus pokémon, ¿entiendes? —detuvo sus palabras por unos momentos, haciéndole reflexionar. Sin embargo, no tardó en sonreír para no desanimarlo—. Confío en que no volverás a dudar de tu equipo, y espero verte pronto retándome de nuevo en mi gimnasio. Quiero ver lo fuerte que te has vuelto, ¿es una promesa? Pero antes de poder añadir algo más, el niño saltó de su asiento y le extendió el dedo meñique con una gran sonrisa en su rostro. Fantina tardó unos segundos en reaccionar, y levantó la cabeza algo confusa. —¡Prometámoslo por el dedo meñique! Ya verás como dentro de muy poco volveremos a vernos, y esta vez te ganaré. ¡Mi equipo será imparable! La líder se llevó una mano a sus labios, soltando una suave risa, y cruzó el dedo meñique con el del niño, divertida. —Es una promesa entonces. Nos veremos muy pronto, Evan. El niño recogió sus pertenencias, y tras agradecer la invitación de la mujer comenzó a caminar hacia la salida. —¡Dalo por hecho! Tras desaparecer el muchacho finalmente por la puerta, la calma regresó al lugar. Fantina soltó un largo y profundo suspiro, y cerró sus ojos volviendo al silencio ya habitual en su día a día. Gengar y Misdreavus ya habían acabado su comida, y Driflimb iba a probar por fin una de las pastas cuando se estremecieron ante el súbito quejido de su entrenadora. —¡Ahh, Gardenia me va a matar! ¡Ya debe llevar media hora esperándome en la floristeria! ¡Se me ha pasado por completo! Alle, alle, vamos Driflimb, cariño, te necesito —y antes de que el pobre pokémon pudiese tomar un poco del tentempié, su alocada entrenadora ya tiraba de él hacia la salida seguida de sus mareados acompañantes. Gengar y Mismagius se dirigieron miradas significativas, pero no pudieron evitar reír, pues así era su Fantina al fin y al cabo. Y ellos no se separarían de su lado nunca más, pasase lo que pasase.
Bien, bien, bien... Aquí me tienes, te dije que comentaría (? Muy buena historia, Liz. Sé muy bien la presión que tenías para hacerla y la prisa, pero aun así te quedó fantástica. Puedo afirmar que rindes bien bajo presión (nada nuevo que no sepas ya). Siempre me han atraído los pokémon de tipo fantasma porque son misteriosos y adorables, no sé, y me pareció muy tierna la historia de Fantina: una pobre huérfana que encuentra el cariño de una familia en los pokémon de este tipo. Por otra parte, he de decir que no me gustó el trato que le dio Evan a Prinplup, es un pokémon al que le tengo mucho cariño y me recordó mucho a los problemas que tuvo mi hermano para derrotar a la líder x'D Al menos al final pareció arrepentirse un poco de su comentario... Quizás algún día su Empoleon acabe tan fuerte como el Mismagius de Fantina, who knows, tendrás que hacer una segunda parte (? La redacción me pareció muy buena, la narración igual, y la ortografía casi perfecta, con algún pequeño fallo (muchos de ellos dedazos, sé que lo tuviste que escribir desde el móvil) Rio no lleva tilde, creo que ya te lo dije xD Ese "qué" lleva tilde A allí. Si pruebas y lo sustituyes por "Pueblo Sosiego" te sale "por lo que a ningún turista le ataba nada A Pueblo Sosiego". Al juntarse las dos a de las palabras suena raro, peor es así. Y le es singular, sin s. Aue (? Très, la tilde es hacia el otro lado. Allez, terminado en z, que es imperativo. El francés es algo más comprensible, tranquila. Bueno, señalo así las que más me resaltaron, tampoco voy a enumerar todo que esto no es un beteo (? Simplemente me pareció una historia muy dulce, enhorabuena. ¡Sigue así! Lucas Diamond~
Tengo ganas de estrujarle los cachetes al ava de tu pikachu ya mismo de lo adorable que está este fic. Me pasa algo con los relatos de Sinnoh y es que esta generación me la salté tanto en los juegos como en el anime, sólo leí el manga pero como el arco de DP fue horriblemente largo y tuvo mucho hiatus en las traducciones a duras penas y recuerdo sobre los eventos importantes, y por eso mismo es la generación de la que menos conozco personajes incluyendo a sus líderes de gimnasio. Irónicamente de lo muy poquito que sí sé me encanta y algunos de mis personajes favoritos tanto en anime como en juegos y manga son de esta saga... definitivamente me tengo que jugar platinum para ver de qué me perdí. Menciono esto porque rara vez simpatizo con un personaje que sólo conozco de vista pero del que no de personalidad y actitud, pero esta historia me ha hecho sentir una enorme curiosidad por Fantina, por ejemplo, yo desconocía el hecho de que también es coordinadora como Wallace así como lo de su acento o sus manerismos. Me gustó como se fue desarrollando su facinación por los tipos fantasmas así como su backstory trágico y la interacción con el niño ha sido muy linda, y es curioso porque rara vez se puede apreciar ese vínculo con un líder de gimnasio fuera de las batallas... salvo que te llames Ash y seas parte de un episodio de relleno.
Awwww... es un relato adorabilísimo y bien hecho la verdad. El único error que noté fue que pusiste "basto" donde debe ir "vasto" para denotar lo amplio del cementerio. Oh, bueno... dedazos tenemos todos xD Por lo demás, me da gusto que se pusiera un enfoque en Fantina. Es buena teoría decir que su acento francés proviene de Kalos... me pregunto si ella volverá a hacer una aparición en el animé algún día. Aunque Fantina tampoco es un personaje que goce de mucha popularidad por alguna razón... así que, al igual que Iris, tristemente dudo que vuelva a salir. Oh, bueno... para eso está el fanfiction creo yo. Como sea, nos vemos en otra ;P
Y... morí de amor. Siempre lo he dicho, Sinnoh fue mi primera región y le tengo un cariño especial, el DP es uno de mis juegos favoritos, que puedo decir, tiene de todo. Claro, uno cuando juega siempre se centra en pasar la historia, llegar a la liga y completar la pokédex, y no se para a pensar un poco en los personajes que hay en el juego. Lo cierto es que hace mucho que jugué y apenar recuerdo como fue mi partida, pero creo que no tuve mucho problema en pasarme a Fantina. Lo peor fue la liga, eso sí lo recuerdo. Pero bueno, centrémonos. Suele pasar que un entrenador se pone triste y enfada con sus pokémon tras perder contra un líder de gimnasio. Yo misma me enfado con la DS cuando algo no me sale bien. Pero Fantina se muestra amable con el chico, sabiendo que solo eran las emociones del momento y que realmente no lo sentía. Eso no quita, claro, que sus palabras fuesen duras. Su pasado es muy triste. Me pareció tremendamente adorable como el pequeño Gastly se indignaba con ella por asustarse cuando lo único que quería era ayudarla. Y sí, siempre en los juegos (y hablo de los juegos pues es lo que conozco) se ha mostrado a los pokémon de tipo fantasma y siniestro como seres malvados cuando en realidad, muchos de ellos, solo lo han pasado mal y, de hecho, no son malos, simplemente incomprendidos. De hecho, a mi muchos pokémon de tipo fantasma me parecen adorables. En definitiva, me ha gustado mucho tu escrito (aunque te lo comente tarde, sorry), has expresado muy bien los sentimientos y la historia de Fantina es triste pero bonita. Además, un lindo detalle poner que viene de Kalo y por ello su acento francés. Una narración fluida y en cuanto a esos dedazos, ya Lucas te dijo lo mismo que yo había visto. Estaría bien que le echases un vistazo rápido ahora que tienes ordenador para dejarlo impecable, pues este fanfic se lo merece. Poco más, sigue así ^^
Amane se suma al anime en Julio del 2016, con una de sus espectaculares actividades (mentira, ella ya había tenido un cameo antes. No se dejen engañar). No sé si existe realmente el género “fantasmas” (vos sí que sos una fantasma, ¡forrita!), pero vamos allá. OH. ES POKEMON DE VUELTA. Una diría que esto es Kalos, pero no: es Fantina. ¿Cuáles eran las chances de que ese personaje sea un hombre disfrazado? En fin. La mejora en redacción ya no vale mucho la pena mencionar, por lo que ataquemos la trama con fuerza. Medio medio extraño meter un flashback en medio de un one-shot: una regla clásica es nunca empezar con el “tres años antes” en el primer capítulo, pero te doy un pase porque después de todo está bastante bien ejecutado. Ey, adivinen qué. Si había una mención a Kalos después de todo. La historia flashback quedó medio “new adventure” de “primer fic espero que les guste y dejen comentarios”, pero a juzgar por los comentarios estabas medio a contrarreloj, nada que el chequeto no pueda cubrir. Ah, failficslandia. Siempre con gente dispuesta a ayudarte.