Un solo mundo.

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Minniee, 22 Junio 2010.

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    Minniee

    Minniee Iniciado

    Tauro
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    Un solo mundo.
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    Un solo mundo.

    Hola, hola holaaa ^^ ! bueno, hace ya bastante que no me paso por aquí ... x) pero me dió la vena y creé un nuevo long-fic :) espero que os guste !
    Es mi 2º fic, a acepto críticas y sermones y espero que algún alago también :D.


    UN SOLO MUNDO

    20 de Julio de 1996, Noa.


    Se oían risas y canciones tras el muro blanquecino de la enorme mansión. Dentro, multitud de personas y sobretodo niños cantaban y hacían ruido felizmente, pero quien nos importa en esta historia, es una pequeña niña que chapoteaba en una enorme piscina sostenida por un flotador con el dibujo de un Clefable. Era una niña de cabellos morenos y ondulados, y ojos azulones. Su nombre era Noa, Noa de la Vega Depardieu, y ese feliz día cumplia siete añitos. Su padre, Julián de la Vega, era el presidente de la región de Johto, quién se encargaba del gobierno y el orden nacional, y su madre, Marylin, era una famosísima y preciosa estilista pokemon, que tenía un elegante acento francés. Era una chica afortunada, vivía como una verdadera princesa, tenía montones de juguetes, amigos ( su mejor amiga, también de rica familia como ella, se llama Kate), caprichos...pero a ella solo le faltaba algo: un compañero pokemon. Había heredado el amor por los pokemon de su madre, que empezó su carrera siendo modelo, y acabo siendo estilista por su amor a ellos. Sus padres conocían sus pensamientos, por ello, ese día iba a cambiar radicalmente para ella.
    -- ¡Vamos Noa!, ¡vamos a abrir tus regalos! - dijo Kate tirandola del brazo para que su amiga saliera de la piscina.
    Pero ella estaba demasiado distraida intentando mojar al Thyplosion de su padre, que la seguía el juego acercándose y alejándose continuamente.
    -- Noa, toma ! - dijo un chico entregándole un paquete de papel de colores. Noa salió de la piscina y comenzó a abrir regalos. Había un montón de ropita, juguetes, peluches, consolas, ... nada que no tuviera antes, pero aún así, ella se sentía muy agradecida. Cuando abrió unos veintiséis regalos, llegaron sus padres.
    -- ¡Ehh, princesa!, ¡te queda uno!. - dijo su padre esbozando una sonrisa, y con una pequeña cajita roja con agujeros en la tapa.
    -- ¡Oh! ,¿Qué es papá? - dijo ella fijándose en los agujeritos.
    --Debes "prometegnos" que lo "cuidagás" bien, ¿de acuerdo, "ma petite"? - dijo su madre, con su peculiar acento francés.
    Noa empezó a adivinar que ahí dentro tendría lo que había querido siempre.
    -- ¡Sí, sí ! - dijo ella mientras levantaba la tapa emocionada. - ¡Oh!.
    Al quitar la tapita, una pequeña cabecita marrón se asomó desorientada al exterior. Miró la carita iluminada de la tierna niña y alargó sus orejitas esbozando también una sonrisita.
    -- ¡Oh, mamá... papá!, es un Eevee!.
    -- Sí, es una hembrita de Eevee, y es toda tuya.
    La Eevee intentó salir de la cajita por su propio pié, pero cayó hacia el interior de la esta torpemente; era una recién nacida. Enseguida Noa la cojió y la puso en su regazo dándole un achuchón.
    -- ¡Es el mejor regalo del mundo mundial! - dijo ella gritando excitada.


    11 de Diciembre de 1996, Alan.

    No todo el mundo tiene suerte en la vida. Hay muchísima gente que carece de fama, dinero, y respeto. Pero hay cosas que pueden coincidir en dos mundos diferentes.
    En un pequeño pisito de la región de Kanto, en Ciudad Celeste, vivía la familia Simon. El padre, era un humilde carpintero, bueno de corazón, pero que apenas traía un sueldo digno a su hogar. La madre, una guapa mujer de cabellos rojizos, era camarera, y traía menos de la mitad de dinero que traía su marido. Ellos, tenían dos hijos. Rachel y Alan. Rachel tenía los cabellos pelirrojos como su madre, y tenía catorce años. Estudiaba en una escuela pública y su mejor amiga era un pequeño pokemon que encontró en la calle. Se llamaba Missy, y era una Meothw callejera, pero muy linda. Alan, tenía ocho años. Tenía los cabellos castaños como su padre, y los ojos miel de su madre.
    Aquella tarde fría de invierno, Rachel escuchaba música de "King&pok", el grupo de moda a través de una radio que debió pertenecer a su abuelita. A la vez, estudiaba psícología para un examen. Missy, estaba tumbada echa un ovillo al lado suya. En poco, ella se iba a ir de viaje pokemon. Era lo que más soñaba.
    A Alan, le encantaban los pokemon también , y aunque el quería tener uno, sabía que sus padres no podrían alimentar una boca más, ya que Missy, al menos, se buscaba la comida en la calle, cazando Ratatas y otros pequeños pokemon.
    Su padre, volvía del trabajo a las 23:30, exhausto del agotador día. Pasando por un callejón oscuro, vió una luz; una luz cegadora. Se acercó para ver que era, y adivinó la silueta de un huevo pokemon. La luz cesó, y se pudo apreciar el pokemon. Era un pequeñísimo Eevee, que debía de haber sido abandonado, ya que no había nadie por los alrededores, ni tampoco pokemon. Unos copos de nieve empezaron a caer haciendo piruetas sobre el suelo de marmol de la calle. El frío era insoportable. El pequeño Eevee tiritaba y se acurrucaba en su cola, sin quitar la mirada de aquel carpintero. El hombre, siguió su camino apenado. Sabía que ese Eevee no sobreviviría , porque era tan frágil y pequeño, que no podría resistir esa noche helada. Pero, ¿qué podía hacer él?... apenas tenían de comer...Con los ojos apretados y un gran sentimiento de
    culpa, siguió caminando, pero freno en seco al oir unos débiles gemidos de dolor. No podía dejarle ahí...Muy rápidamente, volvió a donde estaba el Eevee, y se quitó la chaqueta para envolverle. Al llegar a casa, Alan vió el abrigo de su padre echo un ovillo.
    -- Papá, ¿Porqué te has quitado el abrigo?, no sabes que hace muchísimo fri......ooh. - dijo al ver una cabecita peluda.
    -- Hijo, calienta un poco de leche y dásela, ¿no querías un pokemon?, aquí lo tienes. Eso sí, cuando crezca un poco, deberá buscarse la comida fuera, como Missy.¿ De acuerdo?.
    Alan estaba boquiabierto mirando a su padre y a la bolita. Su sonrisa de dientes de leche se iluminó y abrazó a su padre. Solo le llegaba a la altura del ombligo. El padre sonrió levemente y se lo dió.
    - Me voy a buscar a tu madre al trabajo, hijo. No tardaré.
    - Si-si papá - dijo Alan con el Eevee en brazos. Aún no lo había asimilado.
    Rachel bajo al oir algunos gemiditos, con su libro en los brazos.
    - ¡Alan!, ¿Qué haces con ese pokemon?¿De donde lo sacaste?
    - Me lo ha dado papá, ¿¡No es geniaal!?, por fin tendré un pokemon!.
    Entre toda la alegría y la conversación apenas oyeron media hora después un par de ataques de un pokemon seguidas de órdenes de entrenador. Comenzaron a llegar ambulancias y gente curiosa. Eevee estaba recostado en la camita de Alan, dormido profundamente. Rachel fue a la habitación donde estaba su hermano.
    - ¡Alan!, creo que ha pasado algo, ¡mira que de gente y ambulancias hay fuera!.
    - Ya sabes, aquí son corrientes las peleas callejeras.
    - ¿Te vienes a ver que pasa?.
    - ¡Ais vale pesada!, iré contigo.
    Al salir de su piso, vieron que había unas treinta personas arremolinadas a algo. Una mujer pelirroja lloraba ruidosamente y había un cuerpo en el suelo, rodeado de unos cinco médicos. Rachel soltó un grito al adivinar quien era el hombre tendido en el suelo. Los dos hermanos se dieron cuenta, y salieron a toda velocidad a donde estaba su padre, tendido y desangrado. Un policía les freno el paso.
    - Lo siento niños, aquí no podéis pasar.
    - ¡ES NUESTRO PADRE! ¡DÉJENOS PASAR AHORA MISMO! - grito Rachel, mientras se le derramaban las lágrimas.
    - Lo siento, deberéis esperar.
    - ¡Y una mierda! - soltó Alan agachándose y consiguiendo pasar a través de la hilera de policías. Corrió y se agacho al lado de su padre.
    - PAPÁ ... papá.
    - Niño, por favor vete fuera y déjanos hacer nuestro trabajo - soltaron dos médicos. Enseguida, el policía de antes lo agarró por los hombros y lo sacó fuera.
    Su padre fue trasladado al hospital. Estuvo apunto de morir, aunque finalmente consiguió sobrevivir; pero durante dos años, no podría moverse ni para andar. Por lo que la familia comenzó a preocuparse, ya que no sabían que iban a hacer para sobrevivir. Rachel, tuvo que abandonar su sueño de viajar y tuvo que ponerse a trabajar de camarera, como su madre. Alan, no podía trabajar...pero les sería útil con el tiempo.


    Bueno aquí va las 2 primeras introducciones ;), espero que os guste !!!
    1 millon de gracias por leerloo :DDD !
    Muak!
     
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