En Venecia como todos los años se hace una fiesta en el cual todos los invitados asisten con mascaras, que ocultan sus rostros tras ellos. En este año, dos familias muy importantes de la realeza fueron invitados a esta gran fiesta. La familia Roskovich, de Rusia, donde su única hija y heredera del trono iba a asistir -por obligación, para encontrar un pretendiente-. Pero ella haría cualquier cosa por que llegase el pretendiente, es liberal. Y la familia Montesquieu, de Francia, de importancia presencia, junto a su único hijo que deseaba con todo su corazón encontrar al verdadero amor. Ambas familias tenían esperanzas que sus hijos mas de sentir la magia y felicidad de la fiesta, también les abriera un nuevo rumbo °°° Una joven de cabello largo de color morado, observa el atardecer, suspira. —Mirar adelante, sólo guiarme por la musica, eso debo hacer —murmura. Su madre llega, sonríe. —Es hora Moriski, estas bellísima, ten ésta es tu máscara —dice acariciándola. Le entrega una máscara morada con destellos en cyan. La joven de cabello morado, sonríe a su madre. —Gracias —agradece con educación. Al levantar la mirada observa a su padre mirándolas. —Mis dos estrellas bellas, es hora de irnos —comenta con una voz gruesa y varonil el Rey de Rusia. Las dos mujeres asienten, y lo siguen. °°°~ Por otro lado. El príncipe de la familia Montesquieu se encontraba observando el atardecer. —Príncipe Cyaniu, sus padres requieren su presencia —dice un mayordomo. El príncipe de melena corta y cabello color cyan, asiente. —Muchas gracias Roster —agradece, marchando al lugar. Al llegar observa a sus padres preparados con máscaras, y su madre tenía una mas en su manos, -el cual, era negro y sólo llegaba a cubrir hasta la nariz-. —Es hora Cyaniu —dice la madre, besándole la frente, entregando la máscara. El príncipe sonríe. —Gracias madre, vamos —dice. °°° Una vez en el baile todos los invitados empiezan a socializar, ambas familias,y poco tiempo después la alegría como jubilo inunda el lugar. Cyaniu empieza a observar el lugar, y ve una cabellera singular, diferente, de color morado, moviéndose con discreción, como si fuera que escapase en dirección al balcón. La curiosidad le pica, y se dirige en esa dirección. —Al fin... tranquilidad—murmura la joven Moriski. Cyaniu sonríe. —Una tranquilidad para una hermosa velada, ¿no? —comenta. Moriski se sobresalta un poco. —Discupe, Señorita no quise asustarla —comenta. Moriski sonríe. —No os preocupéis, estaba distraída —comenta. Ambos tanto príncipe como princesa, empezaron a tener una buena charla, hasta que escucharon anunciar que pronto serían las 12 de la noche. —¿Me permite acompañarla señorita? —pregunta educado Cyaniu, ofreciendo su mano. Moriski le sonríe, y acepta el gesto...
Moriski le sonríe, y acepta el gesto. Tanto ella como Cyaniu empiezan a bailar siendo el centro de atención, y lo que mas se puede ver, es como los ojos de ambos se iluminan al sentir la emoción, complementación de estar juntos. —Eres muy bella...—afirma el príncipe, susurrándole. Moriski se sonroja, y sonríe. —Moriski...—comenta diciendo su nombre. El príncipe Cyaniu le brilla la mirada al escuchar su nombre, y su corazón palpita con emoción. —Moriski, bello nombre, soy el príncipe Cyaniu —se presenta. Mientras da una vuelta, y ve como ambos se complementan en el baile, dejando sus corazones, alma en él. Los relojes se escuchan retumbar y anunciar las 12:00 pm, todos aplauden al ver culminar el baile. El príncipe mira a la princesa, y pide permiso para sacar aquella máscara para observarla, Moriski asiente. Mas luego ella también pone sus manos entorno a la máscara de Cyaniu, ambos deshaciéndose de las mascaras dando a conocer sus rostros. Tanto el príncipe como la princesa quedan impactados al sentir ese clic, del primer amor.
Bonita historia de amor. Algo típica y bastante común, donde se hacen ese tipo de fiestas o van a ese tipo de festividades para encontrar el ‘amor’ y se casen. Aunque eso no quita que ese hecho éste muy apegado a lo que fue esa época. Ambas familias el mismo punto pero demostrando diferencia: La familia Roskovich un poco más chapados a la antigua: para que ella se casará. Por el contrario, la familia Montesquieu, que solo desean lo mejor para su hijo. Bien por ambos príncipes que se hayan enamorado sin ninguna clase de presión por parte de sus familiares. No me gustan mucho esa clase de historias, pero nunca está de más leer algo diferente, de ves en cuando. Aunque no vi la necesidad de haber partido en dos el relato, funcionaría (hasta mejor) si solo hubiera sido un capítulo. Un consejo: hay partes en la narración que no se entiendes, quizá porque les faltó una palabra o no la oración no está completa. Por ejemplo:
