Todo está bien [CCS]

Tema en 'CLAMP' iniciado por Pami, 14 Septiembre 2009.

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  1.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

    Piscis
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    Re: Todo está bien [CCS]

    Wtf, no recordaba que no te había posteado nunca en este FanFic >.<
    Te doy permiso para que me muerdas xD!!

    Ok, tonterías a un lado. Cabe destacar que no eres la única que ama a Matt (yo también, es monísimo *-*). Por otro lado, me encantó el final del capítulo. ¡Por fin aparece nuestro gran esperado chico! Se me pone la piel de gallina... ¿Finalmente será capaz Sakura de enfrentarse a él? Por lo que le dijo a Matt deduzco que no, y que él no insistirá en presentarlos por el momento. Pero, ¿qué pensará ella sabiendo que uno de los trabajadores de Li será quien se encargue de su obra? Wii, esto se pone interesante.

    Siguiente, siguiente (uch, yo soy quien tiene que betearlo xD!).
     
  2.  
    BelAhome

    BelAhome Usuario común

    Aries
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    Re: Todo está bien [CCS]

    ¡Que feliz! ¡Ya apareció!
    Esto hay que tomarlo con calma y leerlo lentamente. Quiero tanto que se encuentren, pero Sakura sufrió demasiado...
    Matt parece ser todo un comprensivo, abrazarla de esa forma al enterarse.
    Después de tanto dolor ¿volverán a cruzarse sus miradas?
     
  3.  
    Anya

    Anya Entusiasta

    Cáncer
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    Re: Todo está bien [CCS]

    Ah!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    (Fangirl Mode Off)
    Muero!!!!!! Al fin el tan anhelado capítulo donde por fin aparece el que ya no es inombrable, sino, el mismísimo Li Syaoran.
    Pero dejemos a un lado la emoción de saber que aparecio y enfoquemonos en que Sakurita sufrió mucho por ese e.e. La verdad es que quiero que se encuentren y que sus miradas se cruzen, cosa que tarde o temprano sucederá, pero que la pobre Sakura no aguantará, aunque ya es muy tarde para evitarlo. Dios, que mala soy.

    Al fin!!!! Morire hasta esperar la próxima actualización, así que me voy a entretener pervirtiendote Pami......ok no xDD.
     
  4.  
    Pami

    Pami Guest

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Sandritah;me alegro que me des la razón para poder maltratarte D:! Pero gracias por tu rápido beteo, creo que debería de darte más pronto, ¿no :D?
    BelAhome; créeme que sí. La idea no es simplemente mostrarlos separados, no. En unos pocos capítulos los verán convivir. De hecho, la escena que hizo surgir toda la idea viene en uno de esos momentos donde estén juntos.
    Anya; no moriste, te lo aseguró. Yo me aseguré de darte una escena en particular de este capítulo que te dejó gritando por MSN un rato xD!

    Ah sí, ¿alguna aclaré que, por el momento, es +15 o T? Porque en este capítulo viene el por qué.
    El lemon, uff... yo creo que sí tendra.

    Si todo va bien, actualizaré cada sábado de aquí a Enero :D!
    Ahora: disfruten.

    Capítulo VI
    Li Syaoran

    Bufó al notar las miradas sobre él. No entendía cómo había aceptado ofrecer aquella fiesta, Feimei había sabido utilizar las palabras correctas para convencerlo.
    No es que lo molestara la fiesta en sí, no. Había ido a muchas en los últimos tres años. Lo que no entendía es cómo había terminando ofreciéndola en la Torre de Tokyo, un lugar que le traía demasiados recuerdos como para pasarlos por alto.
    Suspiró mientras tomaba un nuevo trago. Toda Tomoeda le traía esos recuerdos, esa sensación de abrir los ojos y encontrarse nuevamente vestido con la ropa de la primaria o secundaria y persiguiendo con la mirada a una hermosa chica de ojos verdes.

    Asintió con solemnidad cuando fue presentado ante una nueva persona y comenzó a participar activamente en la plática con el pensamiento de que faltaba poco para terminar su tortura.
    Pasó su mano por su cabello mientras otorgaba la palabra a su asistente y dirigía la mirada al amplio salón. Obtuvo una buena vista de una pareja cerca de la puerta que se abrazaba con cariño. Un pequeño brote de ira apareció en su mente, existían ocasiones en que los celos por la felicidad de ese estilo le hacían hacer cosas muy estúpidas. Pudo observar que la chica era pequeña y de lindo cuerpo, ocultaba su rostro en el pecho de él así que no pudo ver sus rasgos para juzgar si sólo era un bonito cuerpo.

    —Él es Matt Shizuka y su acompañante —susurró con complicidad Alice, su asistente—. Es el editor de Esmeralda; sobre ella no sabría decirte nada. Llegó como invitada, pero parece ser escritora por cómo él ha estado llevándola alrededor de otros editores. Creo que el jefe de editores de la empresa aquí se interesó en ella.
    —¿Debo conocerla? —preguntó sin despegar la vista de la pareja.
    —Podríamos hacerlo, de hecho sería bueno para ver de quién se trata.

    Syaoran asintió mientras veía cómo ellos se movían hacia la salida. Comenzó a caminar siguiéndolos con Alice un paso por detrás.

    —Buena noche —comenzó cuando estuvo cerca de ellos. Observó cómo la chica se tensaba a su lado y el editor volteaba a verlo sorprendido.
    —Buena noche —respondió Matt mientras lo veía de arriba abajo, como analizándolo—. Debo pedir disculpas, mi acompañante se siente mal y debemos retirarnos.
    —¿Llamo al médico? —preguntó Alice con una sonrisa—. Como en ocasiones algunos se sienten mal usualmente cargamos con uno.
    —No, no es necesario —afirmó el editor mientras sentía como Sakura se separaba de él caminando a la salida con paso tambaleante.

    Syaoran inclinó la cabeza a la derecha mientras se preguntaba si lo que había pasado era alguna intoxicación por alcohol. Observó su cabello largo de un tono tan parecido al de… ella.

    —Insisto, ella no se ve bien —repitió la asistente.
    —Igual yo… agradezco su invitación pero…

    Fue interrumpido por un pequeño grito de exclamación de su amiga mientras perdía el equilibrio y era sostenida por un par de brazos que no eran los suyos.

    —Lo siento Matt —susurró la chica sin darse la vuelta—. Me he sentido mal y perdí el equilibrio. Soy una torpe, lo sé, no empieces.
    —No iba a decir nada —le respondió una voz más gruesa de la que esperaba. Se tensó inmediatamente mientras rogaba mentalmente que no tuviera tan mala suerte. Sintió cómo era levantada con ligereza y depositada en el suelo con cuidado.
    —¿Estás bien? —dijo Matt a su derecha. Sakura asintió por miedo de dar media vuelta y encarar a Syaoran.
    —Gracias —susurró mientras se separaba de él, sin dar media vuelta, y aferrarse al brazo de Matt—. Lamento los inconvenientes.
    —Soy Li Syaoran —se presentó el chico mientras buscaba observar el rostro de la chica frente a él. Existía algo en él que le gritaba el gran parecido que tenía con la chica de la que se encontraba enamorado.
    —Carter Esmeralda —respondió después de unos segundos, mientras decidía si decir algo o no. Dio media vuelta para encararlo sin soltar la mano que Matt le dio, apretándola con fuerza—. Agradezco su hospitalidad pero debo irme, en verdad me siento mal.

    Syaoran asintió mudo de la impresión. Una idea comenzaba a cruzarse en su mente, pero ella había dicho Esmeralda, no Sakura.
    No pudo evitar seguirlos con la mirada sin notar que ella no había dirigido su mirada hasta él y caminaba mientras era sostenida amorosamente por el chico a su lado.

    —Esmeralda —escuchó decir a Alice a su lado—. Ella es la escritora del momento —comenzó a relatar mientras dirigía su mirada a su jefe—. Es extraño que apareciera por aquí cuando ya tiene una editorial, deberé investigar sobre su presencia aquí.

    El chico asintió de nuevo, buscando semejanzas entre los recuerdos de su mente.

    —Hazlo —ordenó—. Ahora me retiro, dile a Feimei cualquier excusa razonable.


    Sakura veía por la ventana a los otros autos y el fenómeno que las luces causaban en el pavimento. Intentaba distraerse lo suficiente en eso pero no podría lograrlo. Metió su mano en el bolso que traía y sacó un celular desde donde comenzó a escribir con rapidez.

    —¿Qué haces? —preguntó Matt mientras la veía preocupado.
    —Escribo…
    —¿Qué cosa?
    —Mi novela, me quedé en una parte interesante y ya que se me ocurrió algo lo usaré de una vez —dijo sin levantar la vista.
    —Sakura… —suspiró—. Creo que deberías de pensar sobre qué sucedió el día de hoy.
    —No, no lo haré —respondió decidida—. No haré tratos con él, Matt. Sólo lo voy a ver cuando firme el contrato, si es que lo firmo. Mi conversación será únicamente con el editor encargado de mi libro y ya. No tengo por qué pensar que él comenzará a trastornar mi vida de nuevo.
    —Pero en realidad lo hace…
    —No —lo interrumpió—. No lo hará si yo no se lo permito, y no lo haré.

    Llegaron a la casa de Sakura, que se encontraba en silencio y con las luces apagadas. Se despidieron con unas cuantas palabras y prometieron encontrarse la tarde siguiente, aunque no tuvieran alguna noticia.
    La chica cerró la puerta de su habitación detrás de ella y se dejó caer resbalando por ella. Ocultó su rostro en sus manos y comenzó a sollozar, asustada por la facilidad con la que su vida se derrumbaba por verlo una vez.

    La mañana llegó más rápido que lo acostumbrado, o eso le pareció a la chica que se negaba a salir de las sábanas en su habitación. Estaba feliz dentro de aquel pequeño mundo que se había obligado a crear cuando el real se estaba destruyendo.
    Suspiró con fuerza cuando un leve golpe a la puerta la hizo abrir los ojos.

    —Sakurita, salgamos por el desayuno —dijo Tomoyo desde el pasillo.
    —Voy en unos minutos —respondió después de afirmarse a sí misma que era mejor salir de una vez y enfrentar su día a quedarse ahí. Además tenía que continuar escribiendo.

    Se puso de pie y se vistió rápidamente, tomando en una alta coleta su largo cabello.

    —¿Estás bien? —preguntó la amatista mientras bajaban por las calles buscando un pequeño restaurante cercano.
    —¿Has hablado con Matt? —exclamó sin mucho tacto.
    —No… —susurró—. ¿Debería?

    Sakura negó con la cabeza mientras entraban por la puerta. Mantuvieron un incómodo silencio mientras tomaron asiento y pidieron su desayuno. Tomoyo se mantenía tranquila, observando por el gran ventanal a las personas que caminaban fuera del negocio.

    —Anoche lo vi, Tomoyo —dijo de pronto la morena.
    —¿A quién? —preguntó no muy segura de haber entendido. Una parte de su mente le decía que claramente se refería a él.
    —A Syaoran —murmuró antes de tomar un sorbo de su jugo. Sus ojos se cerraron con fuerza y entonces la amatista logró distinguir aquellas ojeras que aparecieron en su rostro—. Es el dueño de Yamska.
    —¿Te vio?
    —Sí, pero no sé si me reconoció… —comenzó con el relato mientras Tomoyo preguntaba y decía un par de cosas. El desayuno había pasado a un segundo plano.
    —¿Trabajarás ahí aún así? —preguntó sorprendida del detalle.
    —Claro, el que él sea el dueño no tiene porque resultarme un problema. Lo estuve pensando anoche y realmente es buena la oferta, después podré publicar lo que yo quiera sin atenerme a las reglas que ponen —masticó un poco de su salchicha asada—. Además son sólo dos libros.
    —Si así lo quieres, te apoyaré en tu decisión.
    —Gracias Tomoyo —dijo con una leve sonrisa mientras tomaba la blanca mano entre las suyas.


    Syaoran abrió los ojos e intentó enfocar su habitación. Se levantó con cuidado prometiendo jamás volver a beber como un loco. Sabía que no lo cumpliría, pero en aquel momento era lo primero que se le venía a la mente.
    Arrastró sus pies fuera de la cama en búsqueda del baño para darse una ducha. Gimió alegremente al sentir el agua tibia sobre su cuero cabelludo. Se talló rápida pero cuidadosamente y después se dedicó a cosas más interesantes. Tocó entre sus piernas con la idea de relajarse mediante ese roce, pero cuando apareció en su mente el cuerpo de la chica de la noche anterior tuvo que continuar hasta que terminó el trabajo completo.

    —Parece que hoy despertaste animado —se dijo mientras reía, no entendía por qué le hablaba de esa manera pero le parecía divertido.

    Salió de la ducha y se vistió con ropa informal para salir a desayunar algo. Suspiró cuando vio a Feimei esperándolo en la entrada del comedor.

    —¿Así que vomitaste en tu baño? —preguntó con frialdad.
    —Me sentía mal, Feimei… —comenzó fingiendo su tono de voz.
    —No sé por qué no te creo, Syaoran. Sé que huiste de ahí y quiero saber el porqué.
    —Feimei…
    —Alice trajo esto —mencionó mientras le entregaba una carpeta.

    Syaoran lo tomó con un nudo en la garganta que se intensificó cuando descubrió el nombre real de la chica al inicio de la redacción.
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  5.  
    Anya

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Ah!!!!!!!!!!!!!!!!

    Y seguiré gritando!!!!!!!!!!!!!, pero me aguantare porque esto no es MSN y porque es un foro y ahiq ue intentar ser decentes para no asustar a tus seguidores del fic al ver una loca. Ok, demasiado Spam. Al finnnnn Dioss, ya era hora, se vieron, se vieron (2x), argh, que ganas tenía de ser Sakurita y ver a Syaora, ok ya. Pero me imagino como andaba Saku con el corazón y todo lo demás y cuando se tropezo y hablo Syaoran, uff, no me imagino el cumulo de emociones que sintió en ese momento aunque todavía anda dolida por lo de él e.e. Y con eso del Lemmon, moriré, ya quiero verlo!!!!

    Ok me voy y espero el próximo cap. :beso:
     
  6.  
    Pami

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Anya; sigue gritando, fuerte y claro. yaaay!, digo xD! Al fin se vieron por supuesto, es algo complicado el saberse frente a frente, ¿no crees? Aunque las cosas no serán tan sencillas, puedo asegurartelo ;).

    Capítulo VII
    Pasado y futuro

    Toda la mañana había pasado investigando a esa Esmeralda, según el informe ese era realmente su nombre. Tenía toda una vida construida e información que ayudaba a no dudar sobre eso, aunque por alguna razón no creía todo lo que decía.
    Se enfocó en revisar la vida escolar primaria y secundaria, encontrando que no había sido en Tomoeda cuando la cursó.
    Vio el reloj en su despacho que señalaba el mediodía, tomó el teléfono a su derecha y decidió hacer lo que había evitado por años.

    —¿Alice? Necesito que me hagas un favor… investiga a Kinomoto Sakura.

    Colgó antes de arrepentirse y escuchó la voz de Feimei cerca de la puerta. La sintió, más que vio, entrar, y soltó un sonoro suspiro.

    —Hasta parece que no querrías verme, hermanito.
    —¿Qué necesitas, Feimei?
    —Qué lindo saludo —dijo mientras tomaba asiento en uno de los sillones del lugar—. ¿Qué fue lo que trajo Alice?
    —¿Y por qué estás interesada? —preguntó Syaoran, colocando su mano derecha sobre los papeles inconscientemente.
    —Por la expresión de tu rostro. Sólo recuerdo algo así cuando madre te dijo lo de Meiling… —levantó la mirada y vio a Syaoran frunciendo el ceño—. Lo de la boda.
    —Era sobre Esmeralda —respondió con tranquilidad.
    —¿La nueva escritora? —exclamó confundida, ¿qué tenía que ver eso con la expresión desolada de su hermano?—. ¿Va a trabajar con nosotros?
    —Probablemente —afirmó—. A Labza pareció gustarle su idea, pero esperaremos a que envíe una copia de lo que lleva de su escrito.
    —Eso suena bien, ¿usaría el mismo nombre?
    —Probablemente no, pero eso es fácil. Uno falso no sería tan complicado.

    Conversaron un poco más sobre el tema, después de todo la idea había venido de Feimei, quien amaba leer, y no resultó tan complicado de hacer con Syaoran administrando la empresa. Ella se encargaba de la labor social, igual que en Hong-Kong, donde seguía la mayor parte de las empresas Li.
    Feimei se puso de pie para avisar que la comida sería en el patio, en el ala oeste. Justo cuando tocó la puerta para salir por ella un ruido la hizo voltear.

    —Sakura… —susurró Syaoran, la chica dio media vuelta para notar cómo mordía su labio inferior—. Buscaré sobre ella.

    La castaña se acercó hasta él y le acarició el cabello con ternura, antes de volver sus pasos y salir de la habitación.
    Syaoran la observó en silencio y después se dejo caer en el sillón más cómodamente. Era hora de enfrentar al pasado aunque no tuviera la habilidad para hacerlo.
    Resultaba difícil de pensar que podía superar muchas cosas, pero jamás cosas del corazón.

    Cerró los ojos un momento intentando aclarar sus ideas. Syaoran amaba el manejar los negocios, buscar proveedores, crear sucursales y convivir con economistas. Era algo que le daba un sentido a levantarse día a día y que lo mantenía lo suficientemente distraído del desastre que era su vida personal.
    Pero llevaba ya tres días sin poder concentrarse en lo que debería hacer. De alguna forma se sentía como un estúpido adolescente con las hormonas vivas, se había entretenido más de la cuenta viendo a las mujeres que lo rodeaban (cuando normalmente simplemente eran más empleados en la lista) y de alguna forma buscaba ciertas características en ellas.
    Era una estupidez, por supuesto, porque la chica a la que buscaba nunca caminaría por esos pasillos ni volvería a cruzarse en su vida. Por eso se había ocultado durante ese tiempo. Aunque Syaoran estaba seguro de que la idea provenía de Hiraguizawa, el mejor amigo de Sakura.

    —¿Puedo pasar? —preguntó Alice desde la puerta de su oficina.
    —Adelante —mencionó mientras se acomodaba la corbata oscura—. ¿Sucede algo importante?
    —Tengo la información que me pidió, además Labza ha recibido el trabajo de Esmeralda el día de hoy temprano. ¿Solicita algo a seguir?
    —Quisiera que hablara con ella —tomó los papeles que le ofrecía con el ceño fruncido—. Necesitamos saber si ella es realmente Esmeralda, y si lo es entonces qué necesitaría para publicar…
    —¿Antes de revisar su trabajo?
    —Sí, antes —afirmó.
    —Joven Li, si me permite… —comenzó con calma—. Sugeriría revisar su trabajo, podría no ser de los estándares que necesitamos.
    —Alice, agradezco tu preocupación, pero en este caso en particular nos seguiremos de esta manera.
    —Si así lo desea…
    —Alice… como amigo te digo, estará bien. Ya verás.

    La chica sonrió divertida. Eran amigos desde la universidad, a pesar de ser jefe y asistente. Él la había acogido en su empresa porque hacían un buen trabajo juntos. Aunque dentro de la oficina siempre se trataban de usted realmente conocían mucho del otro.

    —¿Para qué es la información que me pediste? —preguntó, tomando asiento frente al escritorio—. No necesito saber quién es, pero me llama la atención que buscaras cierta información.
    —Alice —susurró viéndola fijamente—. Existen cosas que no te contaré, o mínimo no todavía.
    —Syaoran —dijo riendo—. ¿Aún tienes secretos para mí? —soltó otra carcajada al ver la expresión del chico—. ¿Quién lo diría? Parece que ni la persona que jura conocerte totalmente lo hace.
    —Existe alguien que sí me conoce totalmente, Alice.
    —¿Kinomoto? —preguntó sin ninguna reserva a la expresión que le otorgó el chico.
    —Sí —afirmó—: Kinomoto.
    —Bueno, me retiro. Supongo que quieres leer eso —señaló con la cabeza los papeles a su derecha—. Cualquier cosa que necesite, me avisa joven Li.

    Se levantó de un salto y caminó directamente a la puerta, sin pausas. Syaoran la observó irse y suspiró. Buscó con la mano el cajón a su izquierda, luego el botón que activaba el escondite que había creado y metió sin mucho cuidado los papeles que le habían sido entregados.
    No, no huía de su pasado. Simplemente quería primero ver su futuro.
    &.

    —¡Tomoyo! —gritó Matt mientras las abrazaba con fuerza, la amatista rió encantada.
    —Hola Matt —dijo aún entre sus brazos—. Te notas feliz —afirmó.
    —Ayer conocí al hombre más maravilloso que pudieras imaginar…
    —¿Y eso fue en aquellos que se venden… —preguntó Sakura bajando las escaleras— o dónde esta vez?
    —Sakura, me avergüenzas con ese pensamiento. ¿Cómo me crees capaz?
    —Cómo no creerte capaz, no sería la primera vez.

    Tomoyo comenzó a reír viéndolos fijamente. Antes de conocer la inclinación sexual del chico había creído que él podría arrancar la tristeza de los ojos de su mejor amiga. Ciertamente, sí lo lograba, pero no ocupaba su corazón de la manera en que Sakura necesitaba.

    —Pero yo vine por buenas noticias —terminó su discusión mientras sacaba de su maletín una carpeta—. Temprano me hablaron de Yamska, buscan que les envíes algo de lo que llevas escrito para poder decidirse.
    —¿Para cuándo?
    —Sakura, creo que deberías de pensarlo bien. Ahí trabaja Li, te toparas con él…
    —Lo menos que sea posible —lo interrumpió con firmeza—. No te preocupes, sólo dime la fecha.
    —Dentro de una semana —susurró—. Como tu editor de confianza debo de serte franco: debes aceptar esta oportunidad que se te brinda. Realmente sería bueno para ti y para tu carrera en general. Podrás publicar lo que quieras, si resulta es de un contrato donde tú eliges cuándo, cómo y dónde —tomó aire mientras acariciaba el rostro de la castaña—. Como amigo, buscaría alejarte lo más pronto posible de él.
    —Matt…
    —No —la interrumpió—; escúchame. Conozco la historia, lo que me has contado. Sé lo que te dolió y, estoy seguro, aún duele cuando lo recuerdas. Es comprensible que pretendieras huir en aquel momento…
    —Precisamente Matt —levantó la mirada—: yo era una niña, alguien que pretendía ser mayor sin lograrlo. Ahora ya soy adulta y puedo tomar mis propias decisiones. Hace años huí, ahora no lo haré. Aprovecharé la oportunidad.
    —Cualquier cosa… estoy aquí contigo.
    —¡Y yo también! —exclamó Tomoyo con una sonrisa sincera.

    Sakura sonrió de vuelta, a pesar de que las cosas se estuvieran saliendo de control en su vida, agradecía tener amigos que la apoyaran.

    &.

    Algo no le resultaba coherente de la frase que acaba de escribir, algo sobre el tiempo del verbo, o probablemente el orden de las palabras.
    O tal vez que no tenía nada que ver con el resto del párrafo.
    Frunció el ceño mientras seleccionaba la oración y la eliminaba del documento, tenía que concentrarse en lo que estaba escribiendo. Desde la mañana, justo después de enviar lo que le habían pedido, se encontraba divagando con facilidad; era algo que le sucedía a menudo, y de ahí habían salido algunas ideas que ahora ya eran capítulos enteros, pero ahorita estaba en la escena del reencuentro entre el chico y su hermana. Tenía que apoderarse del sentimiento familiar y no algo que se fuera inmediatamente a un amor imposible.
    Sobre todo a nada que tuviera que ver con imposible.

    Subió su pierna derecha a la cómoda silla donde se encontraba, cambiando de posición de nueva cuenta en los últimos diez minutos. Tomó aire y comenzó a describir nuevamente la escena, detallando las expresiones de cada uno, intentando pasar por alto a cierto chico con su hermana que seguramente leerían su historia en ese momento.
    Mordió su labio inferior antes de negar con la cabeza y auto-convencerse de que esa noche no avanzaría mucho más. Dio un vistazo al periódico a un lado de su computadora y antes de pensarlo lo tomó en sus manos, en la primera plana se encontraba el chico que había sido su sueño y ahora era su pesadilla.
    Suspiró, y ella que había creído que nunca volvería a enfrentar su pasado de esa forma.
     
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  7.  
    Pami

    Pami Guest

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Es una lastima que en esta ocasión nadie dijera nada, pero yo prometí continuar ;).

    Capítulo VIII
    Sólo por trabajo.


    Cómo había logrado dejar de temblar aún era una duda para la castaña, los nervios la tenían al borde del desmayo aunque por fuera parecía una chica tranquila. Lo bueno de tener doble personalidad, se dijo; en esos momentos era Esmeralda, una importante escritora con una vida especialmente creada para satisfacer a aquellos que se molestaran en investigarla.
    Sostuvo con más fuerza la mano de su acompañante provocando un leve quejido de dolor, pero poco le importó. Matt era el culpable de todo aquello al final.

    —Tranquila, respira —susurró el chico acercando su rostro.
    —Yo estoy muy tranquila, gracias —aclaró con firmeza.
    —Claro, Esmeralda —acotó—, por eso mi mano está a punto de perder la circulación.

    La chica lo vio resentida por su comentario pero no soltó su mano, ni aflojó su fuerza. Necesitaba algo que la anclara a su papel y si ése iba a ser Matt que así fuera.
    Se abrió la puerta frente a ellos y una chica salió por ella, mencionando que podían pasar enseguida.
    Sakura tomó aire una vez más y dejo sus pensamientos como ella misma enterrados en su mente.

    —Buenos días, bienvenidos —mencionó una morena acercándose a ellos—. Yo soy Alice, la asistente del presidente. ¿Se les ofrece algo?
    —No, muchas gracias —respondió Matt siempre atento.
    —Bien, si necesitan cualquier cosa pueden decirme en el momento que quieran. Los acompañaré en la entrevista con Li, espero no les moleste.
    —No, ninguna molestia —negó Esmeralda con calma—. Gracias.

    Alice asintió y les sonrió mientras los guiaba por el pasillo hasta el despacho de Syaoran. Tocó dos veces y abrió después de escuchar un breve ‘pasen’ del dueño del lugar.

    —Buenos días —murmuró Syaoran poniéndose de pie—. Lamento la tardanza, la junta anterior se extendió más de lo debido.
    —No se preocupe —volvió a responder Matt, atento a la reacción de su acompañante—. ¿Vendrá el señor Labza?
    —¿Realmente lo cree necesario? —preguntó el castaño mientras indicaba que podían tomar asiento en unos sillones cercanos—. Podrías encargarte tú de esto, ¿no crees?
    —Yo trabajo para otra empresa…
    —Que según investigué no te prohíbe trabajar en apoyo a Esmeralda.

    Matt frunció el ceño, eso nadie lo sabía más que unos pocos. En esos momentos se preguntó qué tan poderoso era aquel tipo.

    —Si así le parece, perfecto —dijo sonriendo—; conozco el trabajo de Esmeralda lo suficiente para que no exista ningún problema.
    —De hecho —interrumpió la aludida, hablando por primera vez—, para mí sería más fácil seguir con Matt que empezar a entenderme con un nuevo editor.
    —Eso suena fantástico —mencionó Alice sonriendo, mientras tomaba asiento a un lado de Syaoran—. Hemos leído lo que envió y nos gusta la idea.
    —¿Han leído? —comenzó a preguntar la castaña.
    —Sí —tomó la palabra Syaoran—. Verás, soy nuevo en esto por lo que intento acoplarme al ritmo de trabajo, en este momento estoy leyendo a la par que el resto de los editores para saber a quiénes estamos contratando.
    —Eso es nuevo… —susurró Esmeralda—. Me gusta la idea, cabe señalar.

    La plática siguió dentro de los negocios, cosa que le pareció maravilloso a la castaña puesto que no existía la mínima oportunidad de ser cuestionada sobre su vida personal, y también le impedía conocer de la del chico frente a ella. Ahora que podía observarlo con algo de calma no existían tantos cambios como los propios; ella sí podría decir con claridad que ahora era una persona diferente, su cabello había crecido hasta casi media espalda, su maquillaje era más sofisticado y su manera de actuar era calmada y siempre pendiente de sus palabras… como toda buena escritora.
    En cambio, Syaoran seguía siendo bastante similar, mínimo si así como era jefe actuaba en su vida privada.

    Cuando Sakura iba a sugerir sutilmente la retirada por el momento y lograr fijar una nueva fecha para la firma de los documentos, una puerta oculta se abrió y por ella salió una hermosa chica con un traje chino.

    —Oh, siento interrumpir —mencionó asombrada—. Lo siento mucho —se disculpó sonrojándose. Syaoran negó con la cabeza mientras una leve sonrisa aparecía en su rostro, sabía que eso no había sido accidental.
    —Creo que no han sido presentados —comenzó a hablar mientras se ponía de pie y se acercaba a su hermana—. Ella es Li Feimei, mi hermana, socia mayoritaria y buena consejera en este campo —amplió el saludo a los invitados—. Ellos son Shizuka Matt y Carter Esmeralda.
    —Mucho gusto —murmuraron los dos inclinando con respeto la cabeza.
    —El gusto es mío, realmente admiro su trabajo, Carter.
    —Puede decirme Esmeralda —dijo sonriendo, siempre había sido fácil hablar con ella y lo recordaba en esos momentos.
    —Esmeralda entonces, ¿podría invitarte a beber algún día de estos para conversar contigo sobre tu trabajo?

    Sakura dudó unos instantes, sopesando qué tan mala idea era el salir, probablemente a solas, con la hermana de Syaoran. Sería complicado, admitía, pero sería una grosería no aceptar.

    —Claro, me parece bien —terminó diciendo sin sonreír demasiado, aún recordaba bastante que Feimei era la hermana con la que más cercanía había tenido en su momento.
    —Bien, supongo que tendrás que ver tu agenda…
    —En realidad —interrumpió—, casi no salgo de casa en estos momentos. Estoy enfocada en terminar la novela que escribo, que es justo la que les envié hace unos días.
    —¿No sales con tu novio? —preguntó la castaña, mirando atentamente a Matt, quien sonreía mientras aún tomaba la mano de Sakura.
    —Intento no interrumpir su creación —respondió él, tomando su papel—. Después no quiero ser asesinado por su furia.
    —¡Matt! —gritó Sakura, satisfecha con su respuesta pero algo molesta.

    La plática siguió unos momentos, mientras Feimei y Sakura se ponían de acuerdo de cuándo podían salir y dónde, después de todo ninguna de las dos llevaba mucho tiempo en Tomoeda.
    Mientras tanto, Syaoran observaba a la chica de ojos verdes, deteniéndose en cada detalle. Muchas cosas le recordaban a la chica de la que había estado enamorado, sobre todo ese color en la mirada y en el cabello, rasgos que podía admitir que eran iguales; pero no podía aseverarlo como quisiera porque la personalidad de la chica frente a él no correspondía con la que guardaba en la memoria.
    Estaba seguro de que Sakura jamás sería tan fría y distante, ni siquiera con su nuevo jefe, como lo era Esmeralda.

    Dio un pequeño suspiro recordando el pasado que cargaba día a día en sus hombros, aquel que no lo hacía nada feliz y que definitivamente había marcado y arruinado su vida.
    Carraspeó un poco cuando el acompañante de Esmeralda dirigió su amable mirada hasta él, por lo que retiró la suya y tomó nota mental de investigarlo también.

    —Bien —comenzó Matt—. Nosotros nos retiramos, agradecemos su hospitalidad y apoyo.
    —Claro, nos veremos después. Gracias por todo.

    Todos se despidieron rápidamente pero con amabilidad, Matt deseaba sacar de ese lugar a su amiga lo más pronto posible.
    Sakura sonrió e inclinó la cabeza en señal de despedida antes de dar media vuelta y que la puerta se cerrará cuando Alice saliera a los pocos segundos.
    Y esa sonrisa, ese gesto tan simple, había dejado sin aire a Syaoran.


    Horas más tarde, el castaño se debatía entre si abrir aquella carpeta o no. La tenía sobre su escritorio desde minutos antes, tentado a mandar al diablo sus miedos.
    Entre ellos, el que Sakura se hubiera casado y de esa forma jamás volver a recuperarla.
    “Como si pudieras hacerlo”, razonó su conciencia.
    La abrió con cuidado pero la cerró enseguida. Por alguna razón no era capaz de hacerlo.
    Gruñó mientras la tomaba nuevamente y la guardaba en aquel maletín que llevaba con él al trabajo, creía tener la mejor forma de librarse de su nerviosismo.
    Nada mejor que una cantidad indignante de alcohol.


    —Y dime… —comenzó la amatista— ¿cómo te fue hoy?

    Sakura suspiró sin poder evitarlo. Sabía que en cuanto cruzara la puerta de su casa Tomoyo la acribillaría a preguntas… y en esos momentos aún se encontraba algo conmocionada como para responderlas.

    —Bien, creo. Las cosas salieron bien…
    —¿Pero? —preguntó Tomoyo, tomándola de la mano y arrastrándola hasta uno de los sofás.
    —El verlo fue peor de lo que pensé —confesó agachando la cabeza y dejando fluir sus sentimientos—. Él es mucho más guapo que la última vez que lo vi. Y eso que el día de su boda lucía genial —afirmó con sarcasmo. Un nudo se formaba en su garganta y no estaba tan segura de poder contenerlo esta vez—. No ha cambiado tanto, aún así. Su forma de hablar sigue siendo correcta y…

    Sakura mordió su labio inferior y se dejó abrazar por su mejor amiga, quien veía tantas cosas en aquellas esmeraldas que observaban el horizonte.
    Difícil era poco; el estar de nuevo frente a él había abierto muchas heridas que creía sanadas, también revivió un montón de recuerdos que la acosaban en ese momento.
    Y lo peor de todo era aceptar que los que más acudían a su mente eran los felices.
     
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    Lidia

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    Re: Todo está bien [CCS]

    OMFG.. Ya me puse al día.. ye so de que no la reconozca me molesta :mad:
    Pero bueno.. prometo pasarme más ahora que me puse al día
    y ver que pasa, ovbio. Sos la mejor ;)
     
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    Sandritah

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    Interesante reencuentro, ¿no? Con alusión a la "posible" pareja MattXEsmeralda (omg, me resulta de los más gracioso sabiendo que él es homosexual xP!) me hiciste reír, y Syaoran... bueno, digamos que empieza a notar cosas raras. Quién sabe, podría volver a enamorarse :musica:!

    Vamos, Pami, next!! :D
     
  10.  
    Pami

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    Lidia; hdp :mad:! El que no la reconozca es lo bonito del asunto xD!
    Sandritah; posible pareja... sí... tendré que crearle un lindo chico a Matt, ¿no crees?

    Como regalo de navidad, pongo un capítulo extra esta semana :D!

    Capítulo IX
    Coincidencias

    Negó con la cabeza mientras una sonrisa adornaba su rostro, no podía evitar reír cuando su acompañante movía con tanto entusiasmo su cuerpo, procurando dar a entender lo que quería contarle.

    Aquella salida definitivamente había sido una excelente idea. Sakura se sentía mucho más tranquila que las dos semanas anteriores, sobre todo después de tener que ir a firmar su nuevo contrato. El volver a ver a Syaoran frente a ella le había destrozado los nervios, sobre todo cuando había tenido que aceptar, muy renuente, a salir un día con él para mostrarle la ciudad. Él a ella, por cierto, porque había admitido que vivió ahí algunos años en el pasado.

    —Luces algo distraída —comentó Hideki sonriendo.
    —Lo siento, suelo irme con facilidad.
    —¿Te sucede seguido? —preguntó mientras tomaba una de las galletas en la mesa.
    —Sí, bastante —aceptó y se sonrojó un poco—. Dice mi mejor amiga que eso me ayuda con mis historias, que logro compenetrarme con ellas.
    —Debería de leer alguna de tus historias… —dijo con seriedad. Su mirada se dirigió a las manos de la chica que se encontraban sobre la mesa.
    —Si quieres puedo darte una historia que nunca he publicado, ni lo haré —afirmó mordiéndose el labio inferior.
    —¿En serio?
    —Claro, pero a cambio tendrás que decirme qué te pareció —mencionó guiñándole un ojo.

    Hideki aceptó la propuesta y al poco volvieron a involucrarse en una plática simple y muy divertida.
    Sakura ya había notado que el chico había intentado tomar su manos una o dos veces y no despegaba sus ojos de sus labios; si hubiera estado aún en Tokyo podría haberse dado una oportunidad, pero ahora, con la presencia de él aún presente, no podía.
    Suspiró una vez, antes de levantarse para ir al cine junto a su acompañante.


    —Sabes algo —comenzó Tomoyo mientras pintaba las uñas de sus pies de un tono azul—. Creo que deberías intentar salir con Hideki.

    Sakura levantó la mirada de su cuaderno, estaba decidiendo qué vestido le quedaba mejor a su protagonista para así poder avocarse a describirlo. Tomoyo había dibujo aquellos bocetos, era una forma de ayudarse mutuamente… aunque la castaña tenía que vestirse con la ropa para modelarle a su amiga.

    —Sabía que dirías eso —dijo mientras negaba con la cabeza—. Tal vez después, Tomoyo, ahorita sinceramente no puedo.

    La amatista asintió una vez, dando por terminado el tema, antes de acercarse a su amiga y comenzar a cepillarle el largo cabello. Comenzaron una conversación sobre los dibujos que estaban en la cama.
    Pocos minutos después ambas se encontraban recostadas en la cama, preparándose para dormir esa noche juntas.

    —Te haré una pregunta, y quiero que seas completamente sincera conmigo —murmuró Tomoyo, apartando un mechón de cabello del rostro de Sakura. Ella asintió en respuesta—. ¿Qué sientes por Li Syaoran?

    Sakura mordió su labio inferior y cerró sus ojos, buscando una respuesta.

    —Mentiría si te digo que lo odio —susurró, no podía hablar en un tono más fuerte que eso—. Pero no lo amo. Es sólo que… es tan difícil verlo de nuevo.

    No pudo evitar cuando las lágrimas acudieron a sus ojos y Tomoyo la abrazó con ternura, rogando que el ciclo se cerrara ahora que lo había visto nuevamente.


    Feimei era una chica que siempre obtenía lo que quería, sobre todo cuando se trataba de chantajear a su único hermano varón.
    En esos momentos caminaba felizmente tomada de su brazo por uno de los centros comerciales más importantes de la ciudad.

    Syaoran gruñó un poco cuando ella lo guió hasta el área de comida en busca de un helado de fresa, su favorito.

    —¿Es absolutamente necesario venir aquí? —soltó a bocajarro mientras tomaban asiento en una de las mesas—. Te recuerdo que puedes pedir que te lleven lo que sea a casa.
    —Sí, pero en casa no convivimos con muchas personas —dijo guiñando un ojo y caminando hasta la tienda de helados.

    El chico se cruzó de brazos observando al resto de las personas que estaban ahí. En parte Feimei tenía razón, y él no disfrutaba como cualquier chico de su edad por su familia.
    De todas formas tenía el castigo auto-impuesto de no ver a las mujeres que lo rodeaban en busca de alguien. No tenía caso, él ya había dado su corazón a alguien y nunca había podido recuperarlo.

    Su mirada lo llevo hasta un chico que iba haciendo aspavientos con los brazos y que iba con una hermosa chica de cabellos negros en una coleta a su lado. Frunció el ceño cuando notó cómo aquel rasgo le recordaba a alguien que había conocido.
    Acomodó su silla de forma que quedó justo frente a ellos, la curiosidad lo llevaba a hacer cosas que usualmente no haría.

    Aún y cuando Feimei había llegado con los helados, uno para él, y seguía la conversación que le sacaba sobre su familia y lo que harían en los próximos días, seguía observando a esa pareja.
    Su curiosidad fue pasada a la estupefacción cuando vio al tal Matt acercarse a ellos y tomar asiento. Fue en ese momento cuando la chica soltó su cabello y encontró la semejanza que buscaba.

    Frente a él tenía a Tomoyo Daidouji, la mejor amiga de su Sakura.

    —Ya sé que me estás ignorando pero me gustaría saber el porqué —murmuró su hermana con una sonrisa.

    Syaoran dirigió su mirada hasta ella, recién notando que llevaba ya bastante tiempo en silencio. No pudo evitar volver a ver a los amigos que había estado siguiendo momentos antes.

    —Estoy viendo a Daidouji —dijo con calma, una que no tenía. Su cabeza estaba recorriendo muchas posibilidades.
    —¿La mejor amiga de Sakura? —preguntó, pidiendo permiso con la mirada para darse la vuelta y no arruinar el acto de espionaje de su hermano.
    —Sí, la misma —afirmó. Frunció el ceño al notar cómo el primer chico se retiraba y quedaban únicamente el editor y la amatista—. Y su acompañante es Shizuka Matt, el editor de Esmeralda.
    —¡¿Qué?! —medio gritó, apenas conteniendo su voz. Intentó darse media vuelta pero Syaoran la tomó con fuerza del brazo—. Déjame ver, Syaoran.

    Cuando levantó la mirada hacia su hermano intentó gritarle nuevamente pero se detuvo al ver su semblante. Syaoran estaba blanco como la cal y veía a un punto detrás de ella.
    Se dio media vuelta sin importarle el férreo toque de su hermano y descubrió a una chica más agregándose a la escena. Desde lejos podía ver que era Esmeralda, lo cual sonaría lógico siendo que Shizuka estaba ahí.
    Pero si juntaban todo el cuadro, ¿qué tenía que hacer Daidouji ahí?


    Tiró la copa que sostenía al suelo. Le dirigió una rápida mirada intentando entender cómo se había resbalado de sus dedos, sin embargo el cuarto daba muchas vueltas ya como para analizarlo. Probablemente ya se encontraba lo suficientemente ebrio para que sus músculos hicieran lo que mejor les viniera en gana.
    Frunció el ceño cuando notó que no podía ponerse de pie, rió un poco ante la idea de pasar toda la noche ahí tirado, era un sofá cómodo, pero aún estaba completamente vestido.

    Negó levemente con la cabeza y puso todo su esfuerzo en acercar su mano derecha a la carpeta que se encontraba en la mesa frente a él. Con el paso de las horas, y mientras más bebía, le parecía que iba tomando un mayor tamaño. Llamaba su atención.

    Bueno, ya se encontraba lo suficientemente ebrio como para preocuparse por encontrar algo que no le gustara. De hecho, quién sabía si al día siguiente recordaría lo que hubiera leído en ese momento.
    La tomó con rapidez, antes de analizarlo demasiado, y la abrió para comenzar a leer la información; la primera página contenía todos los datos que él ya conocía, fecha de nacimiento, padres, hermanos, escuela primaria y secundaria, cambio de domicilio a Tokyo. En la segunda hoja venía la fotografía que se había tomado para su ingreso a la universidad. Syaoran no pudo evitar pasear sus dedos en aquellos hermosos rasgos, trazó con cuidado sus labios y aquel par de ojos que le decían tantas cosas.

    Apartó la hoja, colocándola justo sobre sus piernas estiradas a lo largo y tomó la siguiente.
    Cuando había investigado sobre ella, justo a unos meses de la boda y a solicitud de su esposa, sólo había encontrado su nueva dirección pero aún no había decidido a qué universidad iba a ingresar. Poco después sucedieron miles de otras cosas que captaron su atención y no volvió a buscarla.
    El nombre en mayúsculas de la universidad le llamó la atención y abrió sus ojos cuando leyó el siguiente dato.
    La carrera elegida era literatura.
     
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    Lidia

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    Awwwwwwwwwwwww may gad... uniendo cabos :x3:
    Cada vez va mejor *--*
     
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    Lidia; sí, cada vez mejor :F

    Siguiente:

    Capítulo X
    En este mundo no existen las coincidencias

    Algo que Syaoran había aprendido bien era que en este mundo no existían las coincidencias, por lo tanto aquella mañana se había dedicado a investigar por sí mismo la vida de su ex-novia.
    No había avanzado mucho entre la resaca y el quitarse de encima a su hermana o Alice, pero no pensaba darse por vencido tan pronto.

    Suspiró y pasó su mano derecha por sus cabellos, despeinándose aún más. Bendito internet y todo lo que conllevaba, había dado con información importante sobre Sakura; por ejemplo: había ganado una beca por la mejor historia en su primer semestre de carrera, cosa lograda por pocas personas.
    Sonrió levemente al ver la fotografía que estaba en aquel periódico en línea, ella se veía nerviosa entre tantas personas que parecían felices por su reconocimiento.

    Cuando la búsqueda dejó de lanzarle información, decidió buscar sobre Daidouji. Después de todo, si sus alucinaciones no eran solamente eso, aún eran amigas.
    Lo que encontró no le sorprendió demasiado. Desde joven había tenido una aptitud singular para la moda, no le era difícil de imaginar que seguiría por ese camino.
    Frunció el ceño al notar que, al igual que con Sakura, la historia se perdía después del término de la carrera.
    Como si hubiera dejado de existir.
    Pero Syaoran estaba seguro de algo y era que la mujer a la que había visto el día anterior: Tomoyo Daidouji.

    Un sonido en la puerta lo distrajo de sus pensamientos.

    —Hermanito —dijo una entusiasmada Feimei—. A que no adivinas con quién me veré el día de mañana.
    —No, no puedo adivinarlo —murmuró en un tono agrio.
    —Syaoran… —suspiró exasperada por la actitud de su hermano y rodó los ojos—. Bien: con Esmeralda.
    —¿Qué? —Syaoran se puso de pie y taladró con su mirada a su hermana.
    —Síp —afirmó—, ayer por la noche le envié un e-mail a su cuenta y me ha respondido hace un par de horas. Parece que trabaja por las noches, por cierto —aclaró pensando en otras cosas—. Total, saldremos mañana a tomar un café.
    —Feimei…
    —No te preocupes, lobito. No investigaré si es quien los dos creemos que es —dijo mientras guiñaba un ojo—. Ahora, sugiero fervientemente que vayas a descansar. Luces asquerosamente mal —comenzó a reír al ver al chico fruncir el ceño—. Por si lo dudas, sí, sí te quiero.

    Syaoran la observó caminar rumbo a la puerta secreta de la oficina, la que solía usar normalmente, y después negó con la cabeza. Revisó su agenda y decidió que era buena idea seguir, por alguna vez, un consejo de su hermana mayor.

    Sakura debía admitir que Tomoyo estaba un poquito enojada en esos momentos.
    El ruido de una puerta siendo cerrada con fuerza distrajo sus pensamientos un poco.
    Muy bien: Tomoyo estaba muy enojada.

    Suspiró y negó con la cabeza. Entendía la preocupación de su mejor amiga, de hecho ella misma estaba dudando sobre su salud mental.
    Realmente no entendía cómo había aceptado salir a tomar un café con Li Feimei. No es que no estuviera acostumbrada a actuar como Esmeralda y saber que podría con ello; el mayor problema era que en ocasiones solía rellenar la vida de su personaje con la propia y tendría que tener mucho cuidado sobre lo que decía para evitar cualquier error.

    Decidiendo que ya que tenía que perder el tiempo en algo para dejar de quebrarse la cabeza con todos los posibles resultados, bajó las escaleras hasta el sótano para escribir un poco más. Sabía que iba bien de tiempo, pero existían ciertas partes de la historia que le entusiasmaba relatar más que otras y sabía que aún faltaban un par de capítulos antes de ellas. Y Sakura ya quería llegar.

    —¿Sabes qué usaras mañana? —preguntó Tomoyo detrás de ella.

    Hasta ese momento la morena no había notado, sentido u oído nada. Vio el reloj de la computadora y marcaba dos horas más que la última vez en notarlo. Hasta ese momento tampoco había notado que tenía un poco de hambre.

    —No, no realmente —respondió recordando mentalmente todo su armario.
    —Te ayudaré —afirmó, y sin ninguna posibilidad de negarse.
    —Me parece bien —dijo con una sonrisa. Tomoyo le correspondió—. ¿Ya no estás molesta? —tentó un poco la suerte.
    —Preocupada, más bien —aclaró con un fingido suspiro—. Sabes que si haces algo mal toda la vida que has creado para ocultarte dejará de existir.
    —¿Realmente crees que vale la pena huir aún? —cuestionó. Ante la mirada de su amiga se encogió de hombros—. No, no estoy loca —afirmó—, es sólo que… lo hice para huir de mí y al hacerlo eso me llevó de nuevo a verlo. —Negó con la cabeza recordando cuándo había decidido tomar un nombre falso y no el propio para la publicación de su primera historia—. Creo que si hubiera seguido siendo ‘Sakura Kinomoto’ no hubiera tenido que trabajar para él.

    Tomoyo lo sopesó unos momentos, en parte tenía razón. De hecho, por la misma razón de si algún día la investigaban a ella como diseñadora encontrarían más rápido a su amiga ella se había puesto un sobre-nombre.

    —Estoy contigo, sea lo que sea —le dijo mientras la abrazaba—. Siempre puedes contar conmigo.
    —Gracias Tomoyo —murmuró Sakura abrazándola de vuelta.



    Sakura tomó aire nuevamente, se encontraba muy nerviosa pero intentaba no aparentarlo. Había quedado de ir a una cafetería nueva cerca de donde había sido su secundaria. El tener que pasar por el frente de ella le había causado una impresión más grande de lo que creía.
    Tomoyo había hecho un buen trabajo vistiéndola, le había dejado en claro que usaría todo lo que estuviera a su alcance para vestirla casual pero sin ningún toque que pudiera recordarle a Feimei a su ex-cuñada.

    Mordió su labio inferior mientras dirigía su mirada al café que se encontraba ya frente a ella. ¿Y si la chica decidía comentarle sobre Syaoran? No tendría razón de hacerlo, pero las pláticas entre chicas, estaba consciente, podían abarcar todo y nada.
    ¿Qué sentiría si se enteraba del matrimonio que había arruinado su vida? O peor aún: de un hijo.

    Negó con la cabeza y agarró con más fuerza los faldones de la blusa negra que llevaba. Ella buscaría la manera de que no se enterara de nada que no quería saber. Además estaba paranoica, demasiado.

    —Buena tarde, Esmeralda —dijo Feimei tomando asiento delante de ella—. Siento mucho la tardanza.
    —Hola Feimei —saludó, un poco descolocada todavía—. No te preocupes, es apenas a tiempo, yo llegué un poco temprano —admitió.

    Conversaron algo insulso mientras Feimei decidía qué tomar y lo pedía. Sakura estaba cada vez más tranquila y decidida a ser únicamente Esmeralda.

    —Y dime, ¿por qué has venido a Tomoeda?
    —Bueno, porque mi hermano decidió crear la sucursal aquí —respondió la china—. Le trae recuerdos, supongo.

    La morena desvió un poco la mirada, dirigiéndola hacia su café, buscando de esa forma un poco de tiempo para decidir qué hacer con esa información.

    —Vaya, eso resulta interesante —mencionó—, yo había pasado varias veces por aquí pero no lo conocía realmente. Tú sabes, es diferente ser turista a lugareño.
    —Sí —acordó—. Te entiendo, ¿y has visitado lo suficiente Tomoeda? Podría invitarte a salir conmigo un día para que lo conozcas.
    —Me encantaría —dijo sonriendo—. Pero tendrá que ser otro día, hoy quedé de verme un poco más tarde con Matt.
    —¿Tu novio?
    —Y editor —agregó guiñando su ojo derecho.
    —¿Eso no resulta complicado? —preguntó curiosa.
    —En ocasiones sí —aclaró—, pero supongo que ya nos hemos acostumbrado.

    Y la plática continuó durante una hora más, entre detalles insulsos de la vida de Feimei y de aquella inventada por Esmeralda.
    Cuando Sakura llegó a casa aquella tarde se dirigió directo a su habitación, había conocido algunos pocos detalles de Syaoran, de su actual vida. Nada de su pasado.
    Realmente, no sabía cómo tomar aquello.
     
  13.  
    BelAhome

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Las ventajas de leer una historia toda junta es no tener que esperar demasiado por la continuación, beneficio que se acaba cuando llegas al último capítulo subido y nuevamente te encuentras con el "debo esperar para saber más". Y ahora me toca volver a esperar.
    Dios que Syaoran no la reconozca es frustrante pero cuando ella le sonrió él se dio cuenta de algo ¿O son mis ansias porque la descubra? (el que se vean literalmente no me convenció xD) También está esa noticia que le dijo su madre sobre Meiling, lo importante de su pasado y saber que pasó para que se casara con otra.
    A contra de lo que le pueda doler a Sakura yo quiero que ambos se vean tal cual son. Lectora egoísta ;)
     
  14.  
    Sandritah

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    Re: Todo está bien [CCS]

    Oh, ¡muy buena idea! Un lindo chico para Matt, ¿te imaginas *-*?

    Ahora, con respecto al capítulo... muajaja, me encanta ver a Syaoran preocupado por conocer qué clase de relación hay entre Matt, Esmeralda y Tomoyo. Además, el final es interesante: él borracho animándose a ver el papeleo. ¿Y Sakura hizo literatura? Omg *-*!
    Estoy deseando que los juntes, ¿qué pasará cuando se enfrenten cara a cara :D?

    Navidad, navidad :musica:!
     
  15.  
    Pami

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    Re: Todo está bien [CCS]

    BelAhome; te entiendo, aunque yo siempre he leído en el momento que suben. Resulta difícil esperar una semana más pero también no leer xD! Lectora egoísta, definitivamente D:!

    Sandritah; ya tengo la idea para el novio de Matt, por cierto. Resultara un lindo chico. Qué pasará, tú ya lo sabes ;).

    El siguiente:

    Capítulo XI
    Reencuentro

    Tomoyo debía admitir algo: para ser un chico común, Hideki solía atraer mucho la atención de Sakura.
    Lo había conocido unos días atrás, justo un día antes de la salida con Feimei, y le había parecido alguien encantador. Ahora que estaba frente a las impresiones que causaba en su mejor amiga le caía aún mejor.
    No recordaba haber visto a Sakura tan sonriente y relajada desde que conocieron a Matt, al igual que en aquella ocasión comenzó a rezar porque en esta ocasión Hideki sí fuera el chico adecuado para hacerla olvidar. Ayudarla a seguir adelante.

    —¿Deseas un helado? —le preguntó una entusiasmada Sakura, saltando justo frente a ella.

    Tomoyo sonrió y negó con la cabeza levemente, le gustaba verla actuar así.

    —Sí, anda, vamos por uno.
    —¡Yo invito! —aclaró Hideki. La morena hizo un tierno mohín.
    —No, no. Tú ya pagaste el juego anterior —indicó con un movimiento de manos.
    —Soy un caballero, Sakura —dijo el chico sonriendo—. Además, ni que hubiera sido tanto. Anda, así te invito al cine el fin de semana —comenzó a reír—. Tú pagas las palomitas, ¿te parece?
    —Hecho.

    Los tres caminaron rumbo a la heladería que se encontraba cerca de la tienda donde estaban. Sakura solía ir a pasear por las librerías, comprar un par de libros y llevarlos a casa para obtener ideas, lo cual era muy divertido. Tomoyo siempre creía que su mejor amiga leía entre líneas porque de una historia de suspenso podía sacar todo un relato lleno de amor que poco o nada tenía que ver con la fuente de inspiración.

    Después de un par de helados, donde Hideki repitió para probar el sabor que había elegido Sakura, siguieron caminando rumbo al centro de la ciudad en busca de algo en qué entretenerse.

    —Él no sabe quién eres, ¿verdad? —preguntó Tomoyo mientras observaba a Hideki, quien estaba entretenido viendo los celulares en un aparador.
    —¿Te refieres a mi otro yo?
    —Así es —dijo, tomando su mano con cariño.
    —No, pero sí sabe que soy escritora —suspiró levemente—. Aunque le di el guión de la historia que sacaré con la Editorial Yamska. Si los lee y después ve el resumen de la historia probablemente lo relacione.
    —¿Y eso quieres?
    —Creo que sí —dijo sonriendo—. Me he cansado de esconderme, no sirve de nada. De todas formas no creo que Hideki dijera nada.

    El chico apareció frente a ellas con una sonrisa y disculpándose por su distracción.

    —Sí, yo también lo creo —murmuró Tomoyo mientras el chico seguía disculpándose.

    &.

    —Y dime, ¿en verdad quieres ir? —preguntó Feimei.
    —¿Por qué no? —gruñó Syaoran a su lado. Estaba observándose en el espejo y decidiendo qué playera usar aquel día.
    —Porque estarás solo con ella —murmuró mientras señalaba la verde—. Esa te queda mejor, y combina con sus ojos.

    Syaoran volteó a verla mientras negaba con la cabeza. Él había decidido aprovechar que Feimei no podía acudir a la cita que tenía programada con Esmeralda para ir en su representación y de esa forma poder estar más cerca de ella.
    Había creado una idea muy loca en su cabeza, justo como si fuera un libro, donde Esmeralda Carter era en realidad Sakura Kinomoto, quien se había cambiado el nombre para poder vivir con tranquilidad. Sonaba algo muy extraño, pero fuera o no realidad su fantasía provocada por el sueño y el vino, quería conocer más a la escritora.
    Por lo tanto: cuando Feimei le había informado de que no podría asistir y estaba a punto de cancelar la salida él le había dicho que iba en su lugar.

    —¿Estarás bien? —preguntó la chica, observando el serio semblante de su hermano.
    —¿Por qué no habría de estarlo? —murmuró a la defensiva.
    —Porque te conozco —dijo sonriendo.

    Syaoran le dirigió una mirada envenenada antes de ponerse la camisa y salir de la habitación.
    Tenía que controlarse, porque, aunque se negara a aceptarlo, sí estaba nervioso.

    &.

    Sakura observaba el paso de los vehículos fuera de la ventana, estaba tranquila aún sabiendo que se encontraría, de nuevo, con Feimei.
    La vez pasada todo había salido mejor de lo que esperaba y no había encontrado forma de negarse a salir nuevamente con ella, en esta ocasión para visitar la ciudad.

    Suspiró mientras leía las últimas líneas que había escrito desde su celular. Siempre cargaba con ella la versión más actualizada de su historia porque nunca sabía cuándo una idea podría aparecer en su cabeza.
    Para matar el tiempo y despejar su cabeza de dudas comenzó a escribir algunos detalles extras en una libreta que cargaba también con ella.
    Probablemente no sirvieran para esa historia, pero siempre podría crear algo con ellas. Después de todo todavía visitaba algunas páginas para amateurs donde había comenzado y de vez en cuando las visitaba para publicar nuevas cosas.

    [FONT=&quot]Una sombra cayó sobre ella y levantó la mirada con una sonrisa en su rostro… que murió ahí al notar que detrás de ella se encontraba Syaoran Li.

    —Buen día, Esmeralda —dijo Syaoran después de la impresión que aquella sonrisa le había causado—. Feimei no pudo venir pero yo conozco la ciudad mejor que ella por lo que tomé su lugar, espero no le moleste.
    —No, no —aclaró Sakura con una voz muy chillona—. Es sólo que me asombré de verlo. Disculpe, Li.
    —Llámame Syaoran —pidió, buscando escuchar de esa voz su nombre. La vio negar con la cabeza.
    —No, por supuesto que no. Si no le molesta prefiero llamarle por su apellido, sigue siendo mi jefe y superior —mencionó—. Usted puede llamarme Esmeralda, sin embargo.
    —Eso no me parece justo —murmuró haciendo un gracioso mohín.
    —Lo siento, en verdad. ¿Le molesta demasiado?
    —No —dijo, viéndola directo a los ojos. Existía algo en ellos que lo atraía demasiado—. Pero hagamos algo, yo le llamo Esmeralda si tú dejas de hablarme así. Háblame de tú.

    La chica pareció pensarlo unos segundos antes de asentir y sonreír, pero no era aquella sonrisa que le había otorgado cuando recién apareció. Parecía algo forzada, diferente.

    Se pusieron de pie los dos y comenzaron a caminar a la salida del café. Syaoran comenzó a hablar sobre los posibles lugares a visitar y Esmeralda actuó correctamente, basándose en todo lo que había tenido que aprender de actuación cuando comenzó con esa doble vida. Aunque, estaba segura, aquella era la ocasión más difícil.


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  16.  
    BelAhome

    BelAhome Usuario común

    Aries
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    Pluma de
    Escritor
    Re: Todo está bien [CCS]

    ¡No entiendo como no la reconoce!
    Esto me desespera xD
    Veamos si Sakura logra salir de esta (espero que no muejeje), debe ser la situación más dificil para ella. Así que a Tomoyo le agrada Hideki... interesante.
    Considero tus capítulos muy cortos, muy buenos, pero cortos :(
     
  17.  
    Fayth.

    Fayth. Entusiasta

    Libra
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    Re: Todo está bien [CCS]

    OMG. ¿Sabías que son las 5:28 de la madrugada y me leí todos tus capítulos ahora? ¿Y que me encantaron? ¿Y que ahora, te convertiste en una ídolA para mí? :gex2:

    Bien, dejaré eso y diré qué, ¡me encantó! Tu forma de narrar me cautivó. *---*

    En los primeros capítulos me moría para que Syaoran se encontrara con Sakura, ¡Y ahora recién los colocas! ;__; Bien, Matt y Esmeralda. ¡Hhahahaha! ¿Con quién lo colocarás? Me muero, ni la menor idea. x'D

    Okey, también morí súbitamente cuando leí que Syaoran se había casado con Meiling(¿Fue ella? x'D), y que más encima la había dejado así cómo así. ¡Ugh! :(
    Bien, sinceramente fue original, nunca había leído en donde Sakura sea escritora, todos eran cómo tú habías dicho anteriormente, ¡por eso me gustó! xD Bien, tu forma de redactar me gustó. *---*

    Si te conociera te diría que te amo. :gex2: Bien, ignora eso. x'D
    Tendrás un comentario luego de tus capítulos siempre, ya me enamoraste de la historia. xD

    Bueno, ¡Nos vemos! n.n
     
  18.  
    Anya

    Anya Entusiasta

    Cáncer
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    Re: Todo está bien [CCS]


    Al fin salio esa parte infartante que me mandaste y concuerdo con Bel Ahome, acaso Syaoran está ciego o perdio parte de su bendta memoria :mad: (con el debido respeto, claro está). Me enoja que no la reconozca, quisiera entrar a la historia y darle un golpe en la cabeza a Syaoran para que reaccione o algo, o es acaso la Saku anda muy cambiad? Buena pregunta :/.

    Espero el próximo capítuloo!!!
    Adiosito.
     
  19.  
    Sandritah

    Sandritah Usuario popular

    Piscis
    Miembro desde:
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Todo está bien [CCS]

    ¡Tatatachán! Y señoras y señores, ¡por fin Syaoran piensa, aunque sean "suposiciones"!
    Quiero ver ya mismo cómo se desmorona (sí, aunque suene cruel :mad:) al saber que Esmeralda es en realidad Sakura, su querida Sakura. ¿Será capaz de enfrentarse a los fantasmas del pasado y explicarle toda la verdad a la única chica de la que estuvo realmente enamorado? La sinceridad y la confianza son las claves de todo. Ella, ¿tendrá el suficiente valor para perdonar?

    Y dos cosas que son muy importantes:

    1.- ¿Cuándo piensas hacer entrar en escena al "novio" de Matt :mad:? Sí, voy más adelantada que los lectores, pero Pami, ¡quiero saber eso D:!
    2.- Sakura, ¿tendrá algo con Hideki? Porque tal y como van... :musica:

    Awwww, ¡escribe! (Pero no quiero coaccionarte, así que si te ves muy, muy, muy, muy, muy, muy, pero que MUY agotada, tómate un descanso. Sólo en última instancia :D!)
     
  20.  
    Pami

    Pami Guest

    Acuario
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    Pluma de
    Re: Todo está bien [CCS]

    BelAhome; paciencia mujer, que las cosas ya están saliendo a la luz. No la reconoce porque, en cierta medida, no quiere hacerlo. ¿Qué explicaciones podría darle? O peor, ¿cómo poder acercarse a ella cuando ella tiene a Matt (o Hideki) detrás de ella? Ya estoy arreglando eso de los capítulos cortos pero me resulta frustrante porque simplemente no puedo escribir más :'(

    AlexA; ¡muchísimas gracias por tu comentario! Que yo recuerde no he dicho con quien se caso Syaoran (aún), pero no vas mal encaminada. Por supuesto que agradeceré cada comentarios que me dejes por cierto.
    No existe nada más entusiasmante para mí como lectora saber que existe gente que se queda despierta tan tarde por mis historias :D!

    Anya; Sakura está cambiada. Más que físicamente, que obviamente sigue siendo ella misma, por la forma en que actúa. Syaoran jamás se espero encontrar con una chica que se vale tanto por si misma.

    Sandritah
    ; el novio de Matt, uff... aún falta. La idea no es centrarnos en ellos que, cremee, sí soy capaz de centrarme en ellos xD! Sakura y Hideki, probablemente. Parece que sí por cómo se llevan, pero uno nunca sabe.
    Por cierto, la parte de Esmeralda/Sakura y Syaoran ya casi llega ;).

    Sin más, el siguiente:

    Capítulo XII
    Torre de Tokyo

    Esmeralda negó con la cabeza mientras veía a Syaoran comprando dos conos de nieve, ella se encontraba sentada en una banca de un parque que nunca había visitado; no recordaba si cuando vivía ahí no existía o si nunca había tenido que visitar esa área de la ciudad.
    Contrario a lo que se había imaginado, la situación era extraña e incómoda, pero no difícil de manejar. A pesar de la impresión que daba, Syaoran era menos frío que antes. Era reservado, sí, pero ella también lo era. Y de todas formas no tenía mucho interés en conocer con detalles la vida de él.

    —Y dime, Esmeralda —dijo de pronto Syaoran, asustándola levemente—, ¿ya has visitado la torre?
    —Sí, en dos ocasiones. —Dirigió su mirada al cielo y rezó para que no se le ocurriera invitarla, no a ese lugar.
    —¿Te gustaría ir nuevamente? —preguntó con una sonrisa en los labios—. Conozco un lugar que poca gente conoce y que podría resultarte interesante, ¿gustas acompañarme?

    Sakura, sin poder respirar adecuadamente, asintió.

    —Vamos entonces —afirmó, después vio su reloj—. Considero que sería bueno comer algo primero, para disfrutar del atardecer en ese lugar. Además, tengo que alimentarte. Eres una escritora muy importante y creo que existirían muchos de tus fans que querrían asesinarme si te sucede algo.


    Horas después, Sakura estaba creyendo que aquello era muy mala idea. El lugar donde habían acudido era uno que habían descubierto juntos, nunca creyó que Syaoran la llevara a ese lugar siendo que, estaba segura, no había descubierto quién era en realidad.
    Frunció el ceño ante la idea de que llevara ahí a sus conquistas, si es que tenía. Ahora que lo pensaba, no sabía si seguía casado o no. Tampoco es como si le interesara demasiado conocerlo a profundidad. Ella había intentado ante todos los medios posibles no volver a verse con él; lo que le resultaba molesto era que al final las coincidencias no existían y donde menos lo había esperado se habían unido nuevamente.
    Claro era que no tenían la relación de antes, y probablemente ni amigos serían, pero al parecer tendrían que estar más unidos de lo que había considerado en un principio.

    La vista a esas horas, aún cuando faltaran unos minutos para que atardeciera y resultara algo sumamente hermoso, era lo suficientemente inspiradora.
    La primera vez que la habían visto tenían poco tiempo de comenzar su relación, cuando apenas se habían dado uno o dos besos sin ponerse rojos por el nerviosismo y la cercanía que eso implicaba. Recordaba haber pasado varias tardes llenas de tiernos recuerdos en ese lugar.

    —¿Entonces te he ayudado o no? —preguntó mientras observaba claramente cada detalle del rostro de Esmeralda.
    —Sí —asintió sonriendo forzadamente—. Creo que tendré que venir aquí después junto a una libreta para escribir un poco.
    —¿Y ahora no tienes alguna idea interesante?
    —La verdad es que sí, pero sería una falta de respeto meterme en mis pensamientos cuando tú me acompañas —se disculpo, y volteó su rostro hasta el sol desapareciendo en el horizonte.
    —No te preocupes por eso, no lo consideraría una falta de respeto si después me permites leerlo —volvió la vista hasta la chica y se movió para quedar frente a ella. Levantó su mano derecha para acariciar suavemente la mejilla de ella, que se coloreó con rapidez en un tono rojizo—. ¿Te parece?

    Esmeralda dirigió su mirada para admirar aquellos ojos cafés que querían leer los suyos. Se sentía tal y como antes, nerviosa, amada… descubierta ante aquella implacable mirada que leía todo de ella aunque quisiera ocultarlo bajo llave.

    Asintió una vez y ordenó las palabras que se amontonaban en su cabeza, intentando crear algo para describir exactamente lo que sentía en esos momentos. Como Esmeralda, claro… porque como Sakura hubiera hecho dos cosas: primero dar un paso al frente para besar aquellos labios que tanto la llamaban y atraían, y seguidamente darle una cachetada que lo tirara desde el mirador.

    Se volvió nuevamente a admirar el horizonte, aclaró la voz y detuvo las lágrimas que querían comenzar a formarse. Los recuerdos la llamaban, aclamaban y gritaban para aparecer en su mente y tomarla.

    —Observaba el cielo claro en busca de alguna respuesta —susurró con tranquilidad—. La chica pasaba su mirada de una nube a otra, creando cientos de preguntas en su mente que buscaba poder contestar de alguna forma. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Por qué yo? —comenzó a subir su voz—. Explícame, cielo azul y claro, ¿debido a qué sucede todo esto? —calló unos instantes—. Entonces el cielo comenzó a oscurecerse, las nubes se corrieron abriendo el paso a la noche. Ella comenzó a sollozar ante tal respuesta, no quería creer que todo sucedería de esa forma, que todo terminaría. Pero el cielo así lo mandaba. Silenció unos instantes más sus pensamientos y cayó de rodillas. Acababa de descubrir que allí jamás encontraría nada de lo que buscaba conocer.

    Syaoran observó las facciones de Esmeralda, buscando si aquello que decía con su voz tenía que ver con su forma de ver las cosas o solamente eran palabras que se le habían ocurrido ante su petición.
    Cuando la mirada verde obtuvo un punto de cristalización, supo que ella en verdad sentía eso.
    Antes de notarlo o pensarlo, ya estaba abrazando cariñosamente el cuerpo de la escritora.

    &.

    Después de insistir durante unos días, Tomoyo por fin había logrado que Sakura saliera de la casa. Había buscado a Hideki para que, prácticamente, la obligara a ir con él a la venta de libros que se hacía una vez al año en la colonia.
    Sakura se había negado a contarle mucho de su salida a solas con quien jamás creería volvería a estar: Syaoran. Así que la amatista poco conocía del porqué del mutismo de su amiga. Sobre todo cuando, a pesar de estar callada la mayor parte del tiempo, lucía tranquila.

    Hideki la mantuvo entretenida durante el camino y aún dentro de la feria. Observó cómo la chica cambiaba su expresión conforme pasaba por los estantes repletos de libros.

    —¿No comprarás nada de Esmeralda? —preguntó el chico cuando pasaron frente a un estante lleno de copias de sus tres libros anteriores. Con la cantidad de libros que llevaba no creía que necesitara más, pero al haber tomado de todo un poco le resultaba extraño que no se acercara para tomar alguno.
    —Ya los tengo —respondió ella con una sonrisa.
    —¿Todos? —cuestionó asombrado—. ¿Te gusta cómo escribe?
    —No soy la más apropiada para comentarlo.
    —¿Por qué no? Eres escritora, ¿no? —comentó, tomando uno de ellos entre las manos—. Aunque seas amateur considero que puedes dar una opinión.
    —Probablemente… —mencionó acercándose a un afiche donde se encontraba en grande la portada del segundo libro—. Después, ¿te parece?
    —Me parece —asintió—. ¿A dónde vamos ahora?
    —¿Qué te parece si vamos por algo para comer? Estoy famélica.
    —¡Eso me gusta!, ¡que coman!

    Ambos rieron mientras caminaban rumbo a la cafetería del lugar.
     
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