Revenge

He aquí mi one-shot para la actividad de @Amane: Un momento para nuestros favoritos. Espero que os guste :)


Se lo habían arrebatado todo. En apenas un segundo su madre y su única y mejor amiga Aquarius habían sido apartadas de su lado por culpa de Layla Heartfilia, dejando así a una pequeña y sola Brandish sin absolutamente nada. Y ahora, más de diez años después, tenía delante de sus narices a la hija de la causante de todas sus desgracias y pensaba vengarse. Esa estúpida y confianzuda Lucy Heartfilia iba a pagar en su piel de muñeca todas aquellas veces que había llorado de rabia o se había sentido sola, y la mandaría de una patada de vuelta junto con su madre, que ojalá estuviese pudriéndose en el infierno, donde la gente como ella se merece estar.

Y es que Layla Heartfilia nunca fue más que una fachada perfecta, de pelo brillante y sonrisa impecable con un corazón que aparentemente no le cabía en el pecho, y que todo, todo el mundo amaba. Pensabas en bondad y su cara aparecía al lado.

“Y una mierda” pensó Brandish. La auténtica Layla, la que se escondía detrás de toda esa gratitud fingida, era una despiadada asesina, una persona indiferente que no había dudado dos veces antes de apuñalar a su madre por la espalda y arrebatarle algo que ella misma le había dado: la llave de Aquarius. Y todo para devolvérsela a su querida princesita, como si esta no tuviese ya todo lo que pudiese desear y más.

—¡Mi madre nunca habría podido…!

Terminó por sujetar a la heredera Heartfilia por el cuello y la espalda, soltándose de sus cadenas y cubriéndole la boca con otra de sus manos para no oírla terminar esa maldita frase.

Sí, su madre sí había podido.

—No es como si tuviese algo contra ti exactamente, —dijo, presionando su cuello con toda su fuerza, al no poder utilizar su magia por las esposas que la restringían— pero para vengar a mi madre… voy a matarte.

Lucy ni siquiera era capaz de resistirse y Brandish estaba más que dispuesta a terminar con el legado Heartfilia sin ningún miramiento o remordimiento. Estaban en guerra, y esta sería la primera baja de muchas en el camino para conseguir el propósito de su emperador, el Fairy Heart. Y de paso, una pequeña venganza personal que dejaría al bando contrario sin una de sus bazas más importantes, a pesar de que probablemente ellos (o incluso ella misma) ni siquiera supieran lo que realmente esta escondía.

“Dos pájaros de un tiro” Se dijo.

Mas la suerte nunca había estado de su lado, y ni siquiera el enorme poder mágico que Brandish poseía evitó que del agua que se había derramado en el forcejeo inicial apareciese etéreo y brillante el espíritu por el que se había iniciado la discusión. La sirena se irguió en todo su esplendor, rescatando a la Heartfilia de sus brazos y empujándola contra el otro lado de la habitación.

—¿Qué acabas de decir sobre mi llave? —preguntó, irónica, la sirena.

Y mientras Brandish intentaba volver a mantenerse en pie se dijo que no se lo merecía. La princesita no se merecía que la hubiesen rescatado, porque Aquarius había sido su mejor amiga y ahí estaba, enfrente de ella, riéndose en su cara, eligiendo otra vez a las Heartfilia en vez de a ella. Estaba hasta las narices de ser traicionada de esa manera, y por una vez, también se merecía que la eligiesen sobre alguien las demás.

“Lo juro” Se prometió. “Voy a vengarme, cuando y como sea, pero tú, Lucy Heartfilia, perecerás. Y así, y de una vez por todas, sufrirás lo que yo sufrí, y no te quedará más remedio que ver cómo Aquarius, por una vez, se queda a mi lado. Es una promesa.”