Lento, y seguro, paso a paso intentando llegar al destino. El ambiente se veía solitario y pequeñas ondas se notaban surgir en el agua. Pisadas pesadas y arrastradas se escuchaban en la lejanía, logrando que ella se metiera bajo el agua buscando refugio en su hogar duro, cerrando los ojos con miedo. Un humano venía donde ella se encontraba, en aquella tina pequeña grisácea, y llena con bastante agua, dónde, claro era su hogar, el hogar de una tortuga de agua dulce. Aquel humano, era enorme y le sonreía, tratándola con cariño, hablándole en un idioma bastante extraño. Mira como acerca sus manos dentro del agua, y ella por instinto retrocede con miedo. —No temas ceci, no te haré daño, solamente es hora de limpiar tu tina —dice la humana. La pequeña criatura escamosa y verde, la mira, respira agitada, se podía escuchar un pequeño pitido salir de los huecos de aquel hocico verdoso y duro. La humana la deja con cuidado en el suelo, dejándola ver un mundo grande, dónde, se podía ver por el lado izquierdo unas enormes plantas verdes, y ramas espinosas y duras, perfectas para rascar la picazón que sentía en su caparazón. Mira a la humana y ve como ésta, se encuentra ocupada, por lo que a paso "veloz" logrando hacer uno otro *track*, *track* al caminar tan apresurado en dirección a esa planta extraña. Una vez que llega a esa planta, tantea con una de sus patas escamosas y la toca, para ver si no le haría daño, al ver que no sucedía nada, mira la probabilidad de adentrarse, mira un pequeño hueco, y entra en él, con algo de "dificultad", ya que su caparazón se había trancado en la misma. Ocasionando que la tortuga moviera su parte trasera de izquierda a derecha, intentando ingresar, pero al ver que por su gran tamaño, había quedado atrapada, suspira cansada, se vuelve a mover y siente que al hacer aquella acción, una fricción con una parte de la hoja de la extraña planta con púas (áloe) justo en nas partes donde la comezón la volvía loca, eran rascadas, ocasionando que por instinto a llegar al alivio se siguiera moviendo. De un punto diferente, de vista frontal, viéndola desde atrás a la tortuga, pareciera se estaba gozando y bailando al hacer aquella fricción. Pero luego de unos minutos se escucha unos pasos y que a la pequeña criatura verde se le es levantada en el aire. —Es hora de regresar a casa, supongo que te divertiste, ceci —dice la humana. Mas sin mas retraso, la deja suavemente en el agua, ocasionando que un poco agua llegara a sus branquias y estornudara al cambio de clima de terrestre a acuática, luego de unos minutos su estomago gruñe con hambre. Y justo cuando se disponía a rasgar su tina, para pedir comida, bolitas pequeñas y de color rojo caen del cielo al agua, mas solo rebotan y quedan flotando en la superficie. Y la pequeña tortuga con un rápido movimiento se tira a por la comida que la humana le ofrece, dando a lugar un largo festín para llenar su estomago vacío.
OwO Que ternura. Que escrito me vine a encontrar precisamente que ahora tengo de mascota una tortuga. Yo también sacó a pasear a D'Artagnan (el nombre de mi tortuga) de vez en cuando para que respire aire fresco. Cuidándola de sus depredadores, los pajaros, por supuesto. Un escrito muy simples, pero bueno. que quizá al principio vi desapercibido, pero que ahora, lo veo con otros ojos y fue un deleite leerlo.