Microrrelato Noche de pensamientos egoístas.

Awww, que micro tan triste. Me refiero a que allí está ella, ya crecida, sufriendo en silencio ese repentino malestar que puede identificar como envidia, porque desea lo que sus primitos recibieron de regalos. Aquí lo que más denoté, fue que esa pésima sensación se debe a que ha perdido algo mucho más importante. Su niñez física. Porque ya no la miran como a una niña, no pueden regalarle juguetes, pero en su interior su alma de niña sigue ahí y quiere que eso le regalen.

Saludos

 

La verdad es que el hecho de ser mayores nos pilla un poco de sopetón y cuando nos damos cuenta, no deja de ser duro. ¿En qué momento dejamos de merecer esos regalos? ¿En qué momento dejan de hacernos ilusión? Yo todavía hoy disfruto de jugar con algún niño con sus juguetes, es divertido hacerlo y la verdad, que se me califique de infantil por ello, no me causa más que una inmensa tristeza, ya que quien lo haga, ha perdido a su niño interior hace mucho tiempo y eso es realmente dramático.
De por sí, el sentimiento de la 'envidia' es horrible, pero tampoco creo que en este caso sea una envidia 'insana' por ende, no me termina de parecer mal e incluso hasta se me hace un poco chistoso.
Está bastante bien redactado y es ameno y fluido, te cito unos fallitos que he visto:

Será "tenga", ya que debe concordar con ese "sigo".

Sería "siguen", te comiste una "n".

Y nada más. Espero seguir leyendo cosas tuyas. ¡Sigue trabajando!

¡Un saludo! :)

 

Yo pondría parecía en vez de pareciese, eh.

Pues el relato es bastante simple, una situación cotidiana que apenas y explota un poco aquí y allá con pseudo-sabiduría de disfruta la vida y sé feliz, pero hasta ahí. Yo te aconsejaría que no uses de esa forma las comillas, en realidad no hay un diálogo plasmado como tal, pero no es necesario separar tanto las frases que la protagonista se dice a sí misma, sería cuestión de narrar "qué tonta, pensé, [...]", algo así, veo innecesario ir separando los pensamientos como si fueran tan importantes cuando tranquilamente pueden leerse de corrido y hasta en un mismo párrafo, fuera de eso parece estar en orden.

La situación con lo que describe, hubiera esperado un tono más infantil, o uno que otro detalle clave sobre la protagonista, como para sacar más conclusiones o explotar la idea del escrito, que no sea tan directo y básico como que a Menganita le dieron una Barbie y a mí Sultanita un oso, pues bueno, lloro.

En fin.