Un hombre tan cariñoso, siempre me quisiste. Me enseñaste a ser expresivo y a no avergonzarme de mis sentimientos. Siempre me apretujabas con fuerza cuándo estabas feliz por mí. Siempre has sido bueno. Gracias a ti soy el hombre que soy. Y espero ser tan buen padre como Tú, con el bebé que viene en camino. Me has enseñado tanto de lo que sé; gracias a que me heredaste el negocio familiar, la panadería, gozamos de otra fuente de ingresos a parte de los trabajos que Ruki y yo hemos tenido. Pero ahora estamos sentando cabeza. Es por todo esto que sí resulta ser un niño quiero ponerle el nombre de su abuelo. Tu nombre, Papá, Takehiro.