de Inuyasha - Mejores Amigos ¡¿Por Siempre?! InuXkag

Re: Mejores Amigos ¡¿Por Siempre?! InuXkag

¡Hola! Como se los prometí en el capítulo anterior, éste es un poco más largo, y gracias a todos aquellos que se han tomado la molestia de leer mi fic. ^^

En el capítulo anterior:

Naraku observaba la silueta de Kagura saliendo del despacho, para después adentrarse en sus pensamientos…

—Kagome muy pronto estaremos juntos, estoy consiente de que tu tienes 13 años y que yo tengo 15, se que en estos momentos me odias, no quieres verme ni en pintura, pero con Kagura de mi lado, ayudándome a cumplir mi objetivo, me perdonarás y viviremos juntos por siempre, cueste lo que me cueste volverás a mí, nada ni nadie se interpondrá en mis planes —Pensaba él, mientras sonreía maquiavélicamente.

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Capítulo 7º: La verdadera identidad de Inuyasha.

En una calle solitaria, se podía ver un chico de ojos ambarinos, caminar solitariamente rumbo a una gran mansión, la cual era igual a la de Naraku, solo que a diferencia de esta, la de Inuyasha era un lugar con luz y vida; en la parte de afuera se podía apreciar un hermoso jardín con bellas flores bien cuidadas y llenas de una magnifica energía.
Mientras él llegaba iba pensando en una chica de cabello azabache e iba recordando su pelea con ella, caminaba muy metido en sus pensamientos que no se dio cuenta en que momento llegó a su casa; cuando entro a esa mansión lo recibió un señor vestido de negro y blanco, con guantes de color blanco, alto, cabello negro y ojos pequeños.

— ¡Buenas tardes joven Inuyasha! —Saludo el mayordomo abriéndole la puerta, recibiéndolo con una reverencia.

— ¡Buenas tardes Jacob! —Respondió él de la misma manera, esbozando una linda sonrisa.

— Joven, su padre lo esta esperando en el despacho —Le dijo el mayordomo, dirigiendo su mirada hacia Inuyasha.

— Gracias, dile que enseguida voy —Dijo éste, viendo a la persona que estaba enfrente de él, para después voltear y empezar a subir las escaleras rumbo a su habitación.
El mayordomo solo asintió y fue a avisarle al señor Taisho el recado de su hijo menor. Mientras tanto Inuyasha entro a su cuarto, el cual era muy grande, con cortinas finas, en la cama tenia cobijas y sabanas de seda, su armario contaba con espacio grande tenía ropa de todo tipo; al entrar dejo su mochila encima de la cama, y se dispuso a bajar, para ver que era lo que necesitaba su padre; cuando iba bajando las escaleras se encontró con un muchacho de mirada fría, ojos de un color ambarino, cabello plateado, piel blanca, en su cara se podía notar marcas raras, una media luna en su frente de color azul morado, en sus mejillas había 2 franjas color rojo, era más alto que él, con un traje blanco y una estola de color blanco alrededor de su cuello.

— Inuyasha, mi padre lleva rato esperándote, así que ve enseguida —Dijo autoritariamente el chico de mirada fría y ojos ambarinos.

— ¡Cállate Sesshomaru! Nadie te pregunto nada, y no me des ordenes que no eres mi padre —Contesto Inuyasha un poco enojado por la forma de ser de su hermano.

— Soy tu hermano mayor, por lo tanto merezco respeto y debes de obedecer lo que yo te ordene —Le dijo él, de una manera tranquila y sin inmutarse ante su hermano menor, el cual estaba alterado.

— ¡Ni siquiera lo pienses! ¡¿Entendiste?! —Gritó él, mirando con odio a su hermano, para después voltear y seguir su camino al despacho de su papá.
Sesshomaru solo se quedo observando la actitud de Inuyasha que era muy común en él y la forma en la que se fue sin esperar respuesta de él; después empezó a caminar rumbo a su cuarto, seguido de su ayudante, un sapo verde, con ojos saltones, y traía en las manos un bastón de dos cabezas; así ambos entraron al cuarto de Sesshomaru en silencio y cerrando la puerta de la habitación de éste.

Mientras tanto Inuyasha iba entrando en el despacho de su papá, el cual era de tez apiñonada, ojos ambarinos, cabello blanco amarrado en una coleta, de orejas puntiagudas, en sus mejillas se podía apreciar una franja azul, era de cuerpo bien formado, no estaba gordo ni flaco.

— Papá, me avisaron que necesitabas hablar conmigo —Dijo Inuyasha entrando al despacho.

— Así es, te mande hablar porque necesito comunicarte algo importante —Respondió su papá, mirándolo a los ojos, para después hacer un ademán con la mano para que se sentara.

— ¿De que se trata? —Preguntó él, algo ansioso por saber que quería decirle.

— Hijo, ya te había comentado el hecho de que tenías que esconder lo que en verdad somos, no quiero que por ningún motivo las personas sepan que no somos iguales a ellos, tengo entendido que tienes un amigo al cual ya le has confesado tu naturaleza, solamente te voy a permitir que él lo sepa —Contestó él con un tono autoritario.

— Si te refieres a Miroku, no te preocupes que el no dirá nada, pero ¿Por qué no puedo contarle a nadie más? —Inquirió él chico, tratando de encontrar un ¿Por qué?

— Porque tratarían de matarnos y jamás lo comprenderían, nunca comprenderán que somos demonios, si me llego a enterar que se lo has dicho a alguien más, te juro que yo mismo te sacare de la escuela y enviare a un internado lejos de aquí —Dijo en un tono autoritario, viendo a su hijo menor a la cara.

— ¡¿Qué?! Tú no puedes hacer eso, no tienes derecho —Dijo Inuyasha algo exaltado por lo que había dicho su padre.

— Claro que tengo derecho, soy tu padre y eres menor de edad, así que harás lo que se te ha dicho, ¿entendiste? —Sentenció él señor, viendo a los ojos a su hijo menor.

— Pero… —Él trataba de formular palabras, pero no podía.

— Ningún pero, respóndeme ¿Entendiste? —Volvió a preguntarle, y esperó unos segundos la respuesta.

— Si padre, entiendo —Contesto él un poco resignado. En eso alguien interrumpió la “platica” de ellos dos.

— Señor Inu-no-Taisho, la señora Izayoi a llegado y pregunta por usted —Aviso el mayordomo entrando por la puerta.

— Gracias Jacob, enseguida voy —Contestó el señor, para después volver a concentrarse en el muchacho que tenia enfrente y decirle—, Inuyasha espero que en verdad lo hayas entendido, ahora si me disculpas voy a ver a tu madre.

Así él, se paro de su silla y comenzó a caminar rumbo a la puerta, para después salir de ahí, Inuyasha solo se quedo observando a su padre.
Él, ya no tenía nada que hacer en el despacho de su papá y decidió retirarse de aquel lugar, se dirigió a su cuarto, aún enojado por la decisión que había tomado su padre, ya que él tenía planeado contarle a Kagome la verdad de su origen.

La noche ya había llegado, y con ella llegaron varios cambios en la familia Taisho, se podía observar una silueta en cierta habitación, de un muchacho de pelo negro, el cual cambiaba drásticamente de aspecto, su cabello oscuro se volvía blanco, en su cabeza le salían una pequeñas orejitas blancas con rosa en su interior, las uñas de las manos se volvían mas largas y afiladas, al igual que la de los pies, sus ojos ambarinos se mantuvieron idénticos a como los tenia.

— ¿Cuánto tiempo mas tendré que esconder mi verdadero yo? —Se preguntaba el chico viéndose en un espejo.

— Tendrás que esperar hasta que cumplas tu mayoría de edad —Contestó una mujer demasiado bella, que iba entrando por la puerta de aquel joven; la chica tenia cabello negro, ojos pequeños que demostraban una gran ternura y amabilidad, los tenia de color café oscuro, de tez blanca, altura mediana, labios pequeños, pintados de un rosa claro y traía puesto un kimono azul con rojo

— Pero para eso aún falta mucho tiempo y no se si podré ocultarlo más —Respondió el chico de mirada ambarina, mirando a los ojos de aquella mujer.

— Hijo mío, recuerda que el que persevera alcanza —Le dijo la mujer, dándole un beso en la frente y comenzó a caminar rumbo a la puerta.

— Tal vez tengas razón madre —Respondió él, viéndola con mirada tierna.

— Mi niño es mejor que descanses, mañana tienes que levantarte temprano —Dijo su mamá, para después cerrar la puerta tras de ella.

El chico solo se quedo observando hacia aquel lugar donde había desaparecido aquella mujer, para después tomar una decisión, así que decidió salir de la habitación en la cual se encontraba, salió por la ventana para que nadie lo viera y se fue corriendo, pasando por el tejado de cada casa, hasta llegar a su destino, la casa de ella, su amiga, la que no lo juzgaría por nada en el mundo, se aventuro a buscar la habitación de ella, se asomaba por todas las ventanas, hasta que la encontró, estaba sentada a la orilla de su cama mirando un portarretrato en la que se encontraban ella y un chico de mirada maligna, ojos rojos, cabello negro, largo y de piel blanca.
Él solamente la observaba, veía como de sus ojos salían pequeñas lágrimas, las cuales eran acompañadas por una linda sonrisa; él se sintió conmovido, quería entrar y hablar con ella, decirle que siempre lo tendrá a su lado, que a pesar del poco tiempo que tienen de conocerse le había agarrado mucho cariño, también contarle aquel secreto que quería compartir solamente con ella, ser completamente sincero y no ocultarle nada, pero era algo imposible; como decirle que es diferente a otros, que no era un humano, sino un medio demonio, contarle que su padre era un youkai y su madre una humana; es algo que no se puede describir tan fácilmente.
Ella solamente veía esa foto donde estaba ella y aquel chico al cual quiso con todo el corazón, hasta que escucho un sonido proveniente de la ventana, volteo para ver de que se trataba, mas sin embargo no pudo ver nada, volvió a concentrarse en lo que estaba, pero el ruido se escucho nuevamente, así que se levanto de la cama y se dirigió a la ventana, la abrió, asomó la cabeza, pero no vio nada, decidió meterse nuevamente, dejó la ventana abierta y se metió en la cama, para después de apagar la luz.

— ¡Vaya! Por poco me cacha, ella no puede verme de esta manera, creo que es mejor que siga ocultando lo que verdaderamente soy, como se me ocurrió si quiera pensar presentarme ante ella de esta forma; no me había fijado en lo linda que es, durmiendo se ve tan indefensa, tan delicada, parece un ángel; pero que tonterías digo, ella no es eso, es todo lo contrario, una niña berrinchuda, malcriada y tonta —Pensaba el chico para si mismo, viéndola dormir adentro de su cama—, será mejor que me vaya, mañana la veré de todas formas.
Él estaba apunto de irse cuando escuchó su nombre.

— Inuyasha… —Decía la chica entre sueños; sueños en los cuales estaba él.

— ¿Está soñando conmigo?, me pregunto ¿Qué soñara? —Pensaba él, viendo la bella imagen que tenía adelante suyo; para después darle un beso en la frente y salir por la ventana.
Iba caminando por las calles solas y oscuras de aquella noche en la cual solo la luna llena lo acompañaba, el sabía que era muy difícil guardar ese secreto y más si no se lo podía decir a su mejor amiga, temía lo que ella pensara de él, pero no quería ocultarle nada, después de darle tantas vueltas al asunto decidió regresar a su casa, y así poder descansar y pensar mejor las cosas.
Al momento de llegar a su casa y entrar a su cuarto, no se percato de que alguien lo había descubierto, esa persona sonrió de manera diabólica, al haber descubierto el pequeño secreto de aquel chico mitad bestia, ese sujeto empezó a idealizar un mejor plan del que ya tenía, para poder alejarlos para siempre; por otra parte Inuyasha se había metido a su cama ah descansar y levantarse temprano, para poder hablar a gusto con ella, y contarle todo, sin ocultarle absolutamente nada.

La noche paso tranquila, acompañada de la luna brillante y resplandeciente; a la mañana siguiente Kagome se despertó temprano como solía hacerlo siempre, se alisto para ir a la escuela con su uniforme de siempre, al igual que siempre Sango paso por ella y ambas se encaminaron a la escuela, ella aún seguía molesta con Inuyasha, ni siquiera le dirigía la palabra, ambos eran muy orgullosos y ninguno de los dos daba su brazo a torcer, pero él necesitaba en verdad hablar con ella.
Las primeras clases pasaron rápidamente, cuando se dieron cuenta ya era la hora del receso, todos salieron en cuanto sonó la campana; el grupo de Kagome estaba afuera platicando, Sango y ella platicaban algo alejadas de los chicos, mientras tanto ellos comentaban lo que había estado pensando Inuyasha toda la noche.

— ¿Estas seguro lo que piensas hacer? —Inquirió Miroku algo preocupado, al escuchar lo que él tenía pensado hacer y lo que había hecho la noche anterior.

— Sí, estoy completamente seguro de lo que pienso hacer —Dijo Inuyasha viendo de reojo a Kagome.

— Esta bien amigo, es tu decisión, por cierto, yo no creí que fueras un pervertido —Le dijo su amigo, viéndolo con ojos de libidinoso.

— ¿De que me estas hablando? ¿Cómo que pervertido? —Preguntó él, algo confundido, sin entender de lo que le estaba hablando.

— No hagas como el que no entiende, sabes perfectamente de lo que te estoy hablando, mira que ir a espiar a la señorita Kagome cuando duerme y para colmo meterte a su habitación —Respondió de una manera picara y mirando a su amigo.

— No confundas las cosas, yo no fui a verla dormir, sino a hablar con ella, pero luego me arrepentí —Contesto Inuyasha molesto, para después decir—, sabes que enseguida vuelvo.

— ¿A dónde vas? —Preguntó su amigo algo curioso.

— A donde mas, voy con ella para arreglar las cosas —Dijo él, para después levantarse y caminar rumbo hacia donde se encontraban ellas.
Mientras tanto ellas veían que él se iba acercando a paso lento, cosa que incomodo de cierta manera a Kagome, cuando se dieron cuenta él ya estaba enfrente de ambas.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó Kagome, algo indiferente.

— Vine porque necesito que hablemos —Respondió Inuyasha, viendo a Sango, la cual entendió a la perfección que necesitaban estar solos.

— Los dejo solos para que puedan hablar más a gusto —Dijo su amiga, parándose de aquel lugar y comenzó a caminar hacia donde se encontraba Miroku.

— Bien, ya estamos solos, ¿de que quieres hablar? —Inquirió ella, un poco intrigada y viendo los ojos ambarinos de él.

— ¿Aún sigues enojada conmigo? —Preguntó él, sentándose al lado de ella.

— Tú sabes mejor que nadie la respuesta —Le dijo ella, volteando a verlo a la cara.

— Eso es un sí ¿Verdad? —Dijo él, bajando un poco la mirada.

— Inuyasha… ¿Qué sucede? —Preguntó ella, un poco preocupada por su actitud, ya que él no era de ese carácter.

— Quisiera hacer las pases, yo se que a veces mi orgullo me gana, pero en esta ocasión, quiero ser yo el que dé el primer paso, te quisiera pedir una disculpa por lo que paso el día de ayer —Le dijo él, alzando la mirada, para ver aquellos ojos color chocolate.

— Yo no me quedo atrás, también mi orgullo me gana, yo quisiera de igual forma pedirte disculpas si en cierto modo te ofendí, no debí decir lo que te dije con respecto a Naraku —Se disculpo ella de manera sincera.

— Entonces ¿Amigos? —Dijo él, ofreciéndole la mano derecha.

— Amigos —Respondió ella, dándole de igual manera la mano.

Continuara...

Espero que les haya gustado, recuerden que acepto críticas, consejos y todo tipo de opinión que sean constructivos.

windmiko: Hola amiga! gracias por tomarte el tiempo de leer mi fic, me alegra que te haya gustado el capítulo anterior, espero que te guste este... Nos vemos.

I,kx100pre: Amiga gracias por tomarte el tiempo de leer mi fic, perdona si en algunos momentos te revolví, estoy tratando de hacerlo, lo mejor posible, me agrada que te haya gustado. ^^

KagomeChan: Bienvenida, me gusto mucho que haya sido de tu agrado, la verdad trato de tomar los consejos que cada uno me da, el consejo de narrar más no sabia como desenvolverlo, pero me puse a pensar y a leer todo el fic, para darme cierta idea, así que en este capítulo quedo todo lo que se me ocurrió con respecto a narrar, espero sea de tu agrado.

inuyassha: Amiga, tienes razón ese Naraku es muy malvado, por cierto tome la idea que me diste, te dije, que mi cabeza ya estaba ideando el plan de como mostrar a Inuyasha realmente y aquí esta el resultado de mi imaginación xD.

 

Re: Mejores Amigos ¡¿Por Siempre?! InuXkag

Hola! Ya se que me estuve desaparecida algunas semanas y no había podido poner la conti de mi fic, han sido varios factores por lo cual no lo había podido hacer, pero aquí está; espero que les guste...

En el capítulo anterior:

— Entonces ¿Amigos? —Dijo él, ofreciéndole la mano derecha.

— Amigos —Respondió ella, dándole de igual manera la mano

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Capítulo 8º: "Te lo prometo"

Era medio día, las clases de habían pasado rápidamente, afuera de la escuela se podía apreciar nuevamente a los cuatro amigos hablando y riendo, por las cosas que decía Miroku, las cachetadas que se llevaba a causa de Sango y las peleas entre Kagome e Inuyasha.

Después de un rato, decidieron emprender el camino hacia sus respectivas casas, mientras iban caminando hablaban de lo que harían para este fin de semana que se aproximaba; al parecer todos estaban presentes en la conversación a excepción de uno, el cual, tenía en su cabeza demasiadas cosas que no podía revelar, quería desahogarse con alguien, pero sobre todo con ella, su mejor amiga hasta el momento.
Estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta en que instante se quedo solo con ella, la cual se le quedaba viendo algo confundida por la cara que él tenia; así que decidió interrumpir aquel silencio.

—Inuyasha… ¿Te encuentras bien? —preguntó Kagome preocupada, viéndolo a los ojos.

—Si, de maravilla, no entiendo la razón de tu pregunta —añadió él, volteando a ver a otro lado, evitando la mirada de ella.

— Te lo pregunto, por la simple razón que de repente te quedaste sin decir nada, es más, te aseguro que ni te diste cuenta a que hora se fueron Sango y Miroku —afirmó ella, manteniendo su mirada en él.

— Claro que me di cuenta que ya se…fueron —reafirmó él, mirándola de reojo.

— ¡Oh! ¿Enserio? Entonces dime exactamente hace cuanto que estamos nosotros dos solos —replicó ella, al mismo tiempo que cruzaba los brazos y lo veía de frente.

— Se fueron… hace poquito —contestó un poco dudoso, al momento que bajaba la mirada.

— Lo vez, no tienes ni idea; te noto algo extraño —le dijo ella, algo preocupada por la actitud que él demostraba.

— No te fijes, estoy bien, no te deberías preocupar tanto por mí; por cierto ¿Qué piensas hacer este fin de semana? —preguntó él, empezando a caminar, sin siquiera mirarla.

— Como no quieres que me preocupe, si eres mi mejor amigo y me importas mucho; y este fin de semana no tengo planes para nada ¿Por qué la pregunta? —inquirió ella, siguiendo el paso que él llevaba.

— Quisiera invitarte este fin de semana a una fiesta que dará mi familia y desearía que fueras —invitó él, parándose en seco para después voltear a mirar sus hermosos orbes color chocolate.

— Me encanta la idea, pero ¿Estas seguro que me quieres invitar? Digo puedes invitar a Miroku en vez de invitarme a mi —respondió ella, algo confundida por la invitación tan repentina.

— Feh! Eres una tonta, es obvio que también invitaré a Miroku y a Sango, y en verdad espero que asistan —le aseguró, al momento en que veía la desilusión de ella.

— Me alegro que también los hayas invitado, así no me sentiré sola en tu casa, ya que no conozco a nadie, excepto a ti —replicó ella, un poco más emocionada.

— De echo aún no los invito, pensaba hacerlo mañana, solo quería que tu fueras la primera en saberlo —añadió él, sonrojándose un poco por lo que había dicho.

— ¿Estas hablando enserio? Por lo regular tu invitas primero a tu amigo antes que a mi —dijo algo sorprendida por el comentario que había echo él.

— Sí, demasiado enserio, y más vale que asistas, ahí te confesaré algo que he ocultado por mucho tiempo, solo espero que me comprendas y no me juzgues por lo que te diga ese día —le adelantó él, viendo la expresión de confusión por parte de ella.

— Inuyasha… —susurró—, te prometo que jamás pensaré de esa manera y trataré de comprender ese secreto que no has podido compartir —terminó por decir ella, regalándole una linda sonrisa, para después tomarlo de la mano para empezar a caminar rumbo a su hogar.

Tanto ella como él iban muy a gusto por la compañía que cada uno tenia, él se sentía bien, por la respuesta que escucho de ella minutos antes y ella simplemente se sentia feliz estando al lado de él, no sabía el porqué de ese sentimiento, pero no quería arruinar el momento pensando en eso…

Mientras ellos iban pensando en eso, se podía observar una sombra de la cual sólo se podía observar unos ojos color carmesí, esa sombra emanaba maldad pura, y en sus adentros estaba ideando el plan prefecto para separar para siempre a esos dos, esa sombra escuchó la conversación que habían tenido Kagome e Inuyasha, y ya había comenzado a tramar lo que haría ese día en la mansión de los Taisho…

Continuara...

Yo sé que es algo cortito, pero aún así no le pienso quitar la intriga, el próximo será un poco más larguito, no tengo tanto tiempo como antes para actualizar, la prepa me tiene demasiado ocupada, pero trataré de subir un capítulo cada fin de semana; acepto consejos, criticas constructivas, opiniones, etc.

Nos vemos...
:bonito:

 

Re: Mejores Amigos ¡¿Por Siempre?! InuXkag

Hola! Pues aquí me tienen dejandoles ésta pequeña conti, ojala sea de su agrado, como dije antes, perdonen si es pequeña pero mi tiempo no alcanza para más...

En el capítulo anterior:

Mientras ellos iban pensando en eso, se podía observar una sombra de la cual sólo se podía observar unos ojos color carmesí, esa sombra emanaba maldad pura, y en sus adentros estaba ideando el plan prefecto para separar para siempre a esos dos, esa sombra escuchó la conversación que habían tenido Kagome e Inuyasha, y ya había comenzado a tramar lo que haría ese día en la mansión de los Taisho…

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Capítulo 9:


La noche comenzaba a salir y en una enorme mansión se podía apreciar a un chico de mirada dorada; miraba como la cálida noche cubría todo con su manto negro, después se puso a observar la luna, estaba hermosa, era luna llena y en medio de la luna se imagino el rostro de una hermosa chica, de cabello azabache, mirada calida, tez blanca y ojos color chocolate, todo un sueño para él…
Se había puesto a pensar la manera en la cual le diría la verdad, en que lugar de la mansión era adecuado contarle todo, imaginaba la reacción que ella pudiera tener con semejante noticia, pero era obvio, ¿quién en sus cinco sentidos le creería semejante cosa? Él tenia miedo, pero ya estaba decidido a contarle absolutamente todo, pasara lo que pasara nadie se lo impediría.

Al día siguiente, se encontraban todos los amigos de Kagome, sentados bajo un árbol, ellos reían por las ocurrencias de Miroku y se enojaban por las tonterías que decía Inuyasha; su mañana se pasó muy rápido, ya que cuando se dieron cuenta iban caminando rumbo a sus casas.

— Inuyasha… —susurró Kagome—, ¿ya invitaste a Miroku y a Sango a la fiesta que van a tener en tu casa?

— Sí, ya lo hice, bueno sólo invite a Sango, a Miroku, pienso invitarlo más al rato —contestó él, caminando más rápido, dejando atrás a su amiga.

— ¿Sucedió algo Kagome? ¿Te volviste a pelear con Inuyasha? —preguntó su amiga, algo preocupada.

— No, para nada hemos peleado, al parecer tiene prisa por llegar pronto a su casa, de seguro tiene cosas importantes que hacer —sugirió ella, caminando junto a su amiga.

— A lo mejor y es eso, ¿pero que más es importante que tu valiosa amistad? Yo digo que nada —añadió Sango, abrazándola, para después seguir caminando.

— Eso lo dices porque hemos sido amigas desde la infancia, y jamás nos hemos separado —replicó ella, regalándole una linda sonrisa.

— ¡Así es! —contestó ella riendo suavemente.

— Chicas, aquí nos dividimos, que tengan un buen fin de semana, Sanguito al rato te hablo por teléfono, para quedar de acuerdo… —se despidió Miroku, con un beso en la mejilla de ambas chicas.

— Sí, claro, esperaré tu llamada —afirmó ella, sonrojada.

— Inuyasha… —susurró Kagome, viendo en dirección a donde se encontraba él.

— Kagome, ¿te acompaño a tu casa? —le preguntó Inuyasha, con tono serio.

— Sí, claro —contestó ella, con una sonrisa en el rostro.

— Bien, entonces andando —ordenó él, sabiendo cual sería la reacción de ella.

— Tú no eres quien para ordenarme, ¿entendido? —Replicó ella, para después voltearse a donde estaba su amiga y despedirse—, nos vemos luego Sango, te vas con cuidado, ¿sí?

— Claro amiga, tú también te vas con cuidado —le dijo ella, para después acercarse a Inuyasha y susurrarle en el oído—, me la cuidas mucho mañana, que no le vaya a pasar nada ¿entendido?

— Feh! ¿Con quien crees que estas hablando? Conmigo no le pasará nada y mucho menos si vamos a estar en mi casa —le dijo él, en un tono arrogante.

— Bueno, solo quiero cerciorarme que estará en buenas manos —dijo ella, y enseguida se despidió de ambos—, bueno chicos los dejo, tengo que ir con mi mamá a su trabajo.

— Sí, está bien, nos vemos —respondió Kagome, despidiéndose de ella con la mano.

Sango se fue, dejando de nueva cuenta a Kagome e Inuyasha solos, ellos veían la dirección en la que se había ido su amiga, hasta que…

— Es hora de que te lleve a tu casa —dijo él, agarrándola de la mano, para que comenzara a caminar. A lo cual ella reaccionó con un leve sonrojo.

— Sí —contestó, sin siquiera molestarse por la actitud de él, ya que no quería arruinar ese momento.

Caminaron en silencio, hasta llegar a la casa de ella, aún seguían sus manos entrelazadas, ninguno de los dos se habían percatado de ese pequeño detalle. Pero una persona que los estaba siguiendo si lo había hecho, y eso no le gradaba en lo más mínimo, estaba dispuesto a separarlos a como diera lugar. Mientras tanto, ellos ya habían llegado a la casa de Kagome, e Inuyasha decidió hablar…

— Mañana paso por ti a las 7 de la noche —dijo Inuyasha, esperando la respuesta de ella.

— Está bien… nos vemos mañana a las siete —confirmó ella, viendo los hermosos ojos dorados de él.

— Es mejor que entres, tus padres han de estar esperándote —concluyó él, soltándola de la mano de una forma delicada.

— Tienes razón, pero… ¿Qué debo ponerme para mañana? —preguntó algo nerviosa por la fiesta.

— No sé… es una fiesta, con cualquier cosa que te pongas te verás hermosa, inclusive con un vestido, ¿no crees? —dijo él, de manera sutil y amable; lo cual hizo que Kagome se sonrojara.

— Sí, entonces mañana nos vemos, te vas con cuidado ¿sí? —añadió ella, viéndolo con sus hermosos ojos color chocolate.

— Claro, no te preocupes, bien mañana estoy aquí puntualmente —le respondió, dándole un beso en la mejilla, para después retirarse de ahí.

Se fue de aquel lugar esperando con ansias a que llegara el día de mañana, ya quería que aquel secreto saliera a la luz…

continuara...

Espero que haya sido de su agrado, dejen sus posts, comentarios, sugerencias, etc...

Nos vemos...
:ups: