Contenido oculto: Importante~ ➤Este escrito está participando en la actividad "Un Valentín Diario". ➤En el texto se tocan temas de drogas, pero nada muy explícito, por eso no puse la etiqueta (si hay problema se puede editar). ➤Esta historia es un UA para los personajes de un colectivo propio. Ambos personajes son míos. ➤Este tipo de escritos carecen de una trama concreta. Son solo situaciones sueltas. Pd. Puede dar diabetes tipo 3. El viento helado se coló por uno de los orificios de una ventana mal cerrada la noche anterior, los pies fríos estaban enredados entre las sábanas, sin saber dónde comenzaban los unos y terminaban los otros; la suave respiración de los cuerpos se mezclaba con la mañana calma. Uno de los chicos empezó a abrir lentamente sus ojos azules intensos, sin dirigir la mirada hacia ningún lugar en específico, buscando a tientas el otro cuerpo que sabía que tenía a su lado, el calor y el peso estaban por todo el lugar. Se giró un poco por su costado, intentando no hacer demasiado ruido, acomodándose su pelo castaño un poco hacia atrás y empezando a pasar las manos por la espalda desnuda de su acompañante; empezó tocando con los dedos, como si estos fueran pequeños piececitos que daban sus primeros pasos por un planeta inexplorado; después dio suaves caricias, envolviéndose a sí mismo cerca del chico que empezaba a quejarse por lo bajo, somnoliento. —Mmm, Adrien, vuelve a dormir —susurró, agarrándole la mano con la que le acariciaba y sujetándola entre sus propias manos, dejándole atrapado. Fingió volver a dormir entre las manos de Adrien que se reía por lo bajo. El castaño se quedó un rato quieto, sintiendo el aliento cálido en la mano que tenía atrapada y sonrió; nunca se habría imaginado una situación así antes, nunca se le pasó por la cabeza que conocería a un chico tan especial, cariñoso e inteligente como lo era Matt. No iba a negar que su novio tenía un montón de errores y defectos, tal y como él mismo los tenía, y fue muy difícil comenzar una relación, principalmente por la vida que llevaban ambos, pero eso no les impidió conocerse, acercarse y empezar a quererse, tan lentamente como un tornado que viene de la nada, y te marea en cuestión de segundos. Matt lo destruyó todo a su paso para empezar a construirlo de nuevo y mejor. —Tuviste una mala noche —susurró Adrien mientras le tocaba con su mano libre los cabellos, eran suaves y un poco largos, Matt le había dicho que eran rubios, tan amarillos como el sol, pero Adrien no le creía mucho, él se los imaginaba como un amarillo pálido, de esos que te dan paz. Sintió a Matt tensarse bajo las sábanas, todo en silencio de nuevo. —No fue mala —susurró el otro chico, la voz siendo sofocada por una almohada haciendo que sonara menos convincente de lo que ya era. —No me mientas, Mathias, te sentí dar vueltas toda la noche —suspiró el menor de los dos, entrelazando sus dedos con los de su novio y acercándolos a sus labios y dejando suaves besos, sabía lo difícil que era esto para Matt. —Solo fue un pequeño ataque de abstinencia, nada de lo qué preocuparse —el chico se dejó besar mientras volvía a cerrar sus ojos castaños, y suspiraba, porque en realidad había sido una noche terrible, nunca había estado tanto tiempo sobrio, y aunque no pensaba volver a consumir nada, era difícil no recaer. Por ahí se decía que los adictos siempre lo serían, aunque ya no consumieran… empezaba a entender que era muy real. Matt sabía que Adrien se preocupaba, estaba pasando por muchos cambios en su vida: había dejado de trabajar en donde lo hacía, ahora dormía más en su apartamento que con su familia y sabía que era pesado para él tanta independencia, por eso no quería meter más presión sobre sus hombros, quería ser capaz él de poder salir del agujero que se había dejado meter… del que se había metido él solito por estúpido. —No te quedes callado si algo te preocupa —susurró Adrien, como diciendo un secreto, aunque estuvieran tan cerca como para sentir sus latidos, tomando sus manos con más fuerza, como sin quererlo dejar ir —, sé que no soy muy bueno en esto, nunca tuve un novio antes, y no pensé que pudiera amar nunca como te amo, ¿pero sabes algo, Matt? Tú me haces mejor persona, me rescataste de una burbuja asfixiante en la que yo mismo quería enterrarme… me sacaste de ahí para mostrarme que había un mundo afuera. ¿Recuerdas cuándo me enseñaste de nuevo a montar skate? Era una de las cosas que más amaba hacer antes del accidente, y pensé que nunca podría volver a hacerlo, pero fuiste tan paciente, no soltaste mi mano nunca, me sostuviste cuando caía y me besaste con cariño cuando me derrumbaba. »Eres mi primer amor, Matt, el más puro y bueno que pueda conocer nunca, porque no quiero otro, solo te quiero a ti. Así que cuando sientas que te hundas, que ya no puedes respirar, por favor, no me digas que fue solo un pequeño ataque de abstinencia, nada de lo que tenga que preocuparme, porque me quiero preocupar, sostener tu mano, esperar paciente, sostenerte cuando te caigas, y estar ahí, ser útil para ti. Por favor no me alejes. —terminó de decir el chico, todo salió de él tan abrupto como una gran bomba de emociones, pero es que no se podía quedar callado, se asfixiaría con las palabras si no se las decía, necesitaba que Matt entendiera. El silencio corrió por la habitación, el aire helado viajó por los cuerpos cubiertos por la delgada sábana, las respiraciones pesadas se acentuaron, y la delgada mano de Matt empezó a temblar dentro de las de Adrien, quien lo tenía aún sujeto. Lo que empezó con un pequeño temblor de manos subió por todo el cuerpo del chico como grandes sacudidas, en un llanto que se volvió doloroso. —Ven acá, cielo —Adrien se acomodó en el cabezal de la cama, haciendo rechinar la vieja madera, pero no le importó; arrastró un poco hacia sí a Matt, mientras lo hacía acurrucarse entre sus piernas, apoyando la cabeza del chico en su regazo y empezando a acariciarlo, dejándole llorar. Después de unos cuantos minutos el chico más alto se había empezado a calmar, dando pequeños hipidos y con una respiración irregular, manteniendo su rostro aún sobre la piel de su novio. —Te amo —susurró entre un llanto nuevo que nacía, inevitable de detener, poniéndose entre sus rodillas e irguiéndose delante del chico que no le veía, pero sabía que le sentía con cada fibra de él, tomó su rostro entre sus manos temblorosas, dándole pequeños besos entre lágrimas —. Te amo, creía que había amado antes, pero estaba tan equivocado… tan equivocado Adrien, porque amor es lo que me haces sentir siempre, solo tú. Me mantienes en pie, por ti venceré esto, no importa si enfermo o si es difícil, lo haré por ti, porque quiero estar limpio para ti, mereces todo lo puro… y sé que no lo soy, soy todo menos puro y limpio, pero intentaré limpiar de mí lo más que pueda, y te haré feliz —repartió besos por todo su rostro, en el pequeño puchero que se formaba en sus labios por tener las mejillas sujetas aún, sus ojos, su nariz. Después de un rato se habían acomodado en la cama de nuevo, uno en los brazos del otro, combatiendo contra el frío que se colaba, en todos los sentidos. Porque el primer amor no tiene que ser perfecto, está lleno de errores, desafíos, problemas. Es un amor torpe y puro. Un amor que te ayuda a crecer. No hay que desvalorarlo por ser el primero… porque si tienes un poco de suerte, y pones mucho amor por ambas partes: el primer amor puede ser para siempre.
Saludos, me paso por acá para comentar. Debo decir que me ha gustado el escrito por lo polémico que es, las cosas que presenta, ese amor entre dos personas del mismo sexo y la superación a la adicción de las drogas. Es una mezcla poco común, y debo decir que salió perfecta. Hay más sentimientos de los que se pueden ver a simple vista si te pones a leer entre líneas. Ese sentimiento que no has llegado a sentir por nadie más, esas ganas de ser mejor persona por ese alguien especial. Es un escrito que hay que leer con la mente abierta, porque estamos en pleno siglo 21 y el mundo es otro, hay que aprender a aceptar a las personas como son, con sus defectos y virtudes. En cuanto a lo técnico no tengo nada que agregar, me parece que los tiempos están bien, no noté errores ortográficos, buenas estructura. Éxitos!
Agh, si es que al final en la noche es cuando uno se siente más vulnerable y cuando todos los sentimientos y pensamientos que tenemos guardados salen a la luz, cuando mejor nos desahogamos y cuando nos podemos liberar de todo. Y eso ha sucedido aquí, a partir de una "mala noche", ambos han podido abrirse y decir lo que sienten. Y ha sido una conversación bonita. Es eso, una simple conversación, pero una conversación muy profunda. Una conversación sobre unos sentimientos puros, sobre un amor puro, y es tan lindo, cómo dejan salir sus sentimientos, cómo se dicen la verdad de una forma tan bonita. ¡Oh! Cuando leí que le había dicho cómo era su color de pelo lo tuve que hacer varias veces y luego me di cuenta que estaba ciego y omg, eso es super triste, pero luego dice que lo ayudó a recuperar una de sus pasiones y me dio tanta ternura. Y estoy segura que el otro chico también va a superar su adicción por él, porque se nota que lo quiere. Muy lindo el escrito, me ha gustado mucho de verdad. ¡Sigue así!