Lluvia sin ti. Temblaba de frio. Afuera llovía estrepitosamente y yo no traía puesto más que una camisa simple y un chaleco de lana. Recuerdo haber volteado mi cabeza para mirarlo otra vez. Él también temblaba, aunque lo disimulaba muy bien. Sólo por un segundo me imaginé acercándome a él, para luego acurrucarme en su pecho tibio de calor humano, con sus abrazos alrededor de mí, acobijándome como solíamos hacerlo. En ese momento recordé que habríamos cumplido tres años juntos. Resignada, miré hacia el paisaje borrado por la lluvia y luego apoyé mi frente contra el frio ventanal, empañándolo levemente con mi respiración.