Contenido oculto: Nota del Autor Este FanFic está basado en la historia narrada durante el disco musical Ghostly Field Club de Touhou. Es un fragmento del guión que hice para un juego de Touhou que por falta de conocimientos temo que no saldrá a la luz. -w- ¡Espero que os guste! Caminaba descalza por un bosque de bambú. Pese a ser de noche, se puede ver con total claridad gracias a una misteriosa y sobrenatural luz espectral que baña los alrededores. La vegetación es espesa, avanzo sin rumbo alguno. De pronto, a unos metros se agita un arbusto. De él brotan un par de orejas de conejo y, acto seguido, las orejas echan a correr. Las persigo sin pensármelo demasiado, estoy lo suficientemente perdida como para tener la tonta idea de seguir a un conejo adonde quiera que vaya. El extraño conejo es rápido, por poco lo pierdo de vista. A medida que corremos se oyen con más claridad unas voces que canturrean alegremente. El conejo salta bruscamente hacia un lado y se yergue sobre dos patas. En ese momento descubro que aquello que estaba persiguiendo no se trataba de un simple conejo: era una niña pequeña con unas blancas y mullidas orejas de conejo. Llevaba un vestido rosa y tenía un colgante con una zanahoria. Iba tan descalza como yo, pero eso no la frenó en ningún momento. ¿Quién, o mejor dicho, qué era esa niña? Los cantos aquí se podían escuchar a la perfección. Provenían del lugar al que la niña conejita había saltado. Un montón de niñas conejitas balanceaban al unísono mazos de madera que aplastaban una y otra vez lo que parecían ser mochis. Era una escena realmente alegre, se las veía a todas tan felices… Y entonces sonó a mi espalda un crujido. Me doy la vuelta y contemplo a una mujer alta de cabello plateado tensando amenazadoramente un arco hacia mí. Aquella mujer tenía una vestimenta parecida a la de una enfermera, solo que su uniforme era rojo y azul con unos estampados de distintas constelaciones. A varios metros se encontraba una mansión japonesa tradicional. Así que aquí debía ser donde vivían esas conejitas. La mujer del arco estaba bastante seria, parecía que mi llegada no era especialmente bienvenida. — ¿Qué haces aquí, intrusa? ¡Vuelve a tu aldea con los demás humanos! — Creo que me he perdido, no encuentro el camino de vuelta a casa. Ambas nos observamos, la tensión casi se podía palpar. Tenía miedo de que en cualquier momento esa flecha volase hacia mí. La canción de las conejas había cesado. No necesitaba girar mi cabeza para saber que nos estaban observando. La mujer suelta repentinamente una exclamación. — ¡Eres exactamente igual a cierta mujer odiosa! ¿Acaso eres una espía? ¿Te ha mandado ella? ¡Responde! No entendía nada de lo que estaba diciendo. ¿A quién se refería? — No, no. Te equivocas. Simplemente aparecí en este bosque sin saber cómo. Llegué hasta aquí persiguiendo a esa niña, pero no sé nada más. ¡De verdad! La mujer permaneció en silencio, su mirada decía que seguía sin fiarse de mí. — No te creo. Hay algo que me estás ocultando y me lo vas a contar. Vendrás conmigo, vamos a tener un largo interrogatorio. ¡Reisen! En el momento en el que dijo ese nombre, una chica coneja notablemente mayor que las demás apareció de la nada. Me encontraba rodeada, la situación se había tornado algo violenta. Tenía miedo, mucho miedo. Necesitaba salir de allí así que corrí por el único camino libre que tenía. Me daba igual hacia dónde fuese, solo quería alejarme de esas conejas que me perseguían. Las flechas silbaban a los lados, impactando contra las altísimas cañas de bambú, y un sinfín de luces explotaban por todos lados. Estaba claro que no pretendían dejarme salir de este bosque ilesa. Cuando creía que ya las estaba dejando atrás choqué contra alguien. Era otra chica, pero no era como mis depredadores. Vestía una camisa blanca y un pantalón con tirantes rojos. Sobre su cabello de plata llevaba un lazo blanco y rojo. Cerca de ella hacía calor y su mirada parecía emitir verdaderas llamas. — Una humana no debería andar sola por este lugar. Es un sitio muy peligroso. ¿Acaso eres tan tonta que no lo sabes o es que quieres morir? Antes de que pudiese responderla, nos alcanzaron las conejas encabezadas por la enfermera asesina. La mujer que me acababa de encontrar soltó un bufido. — Perfecto, acabas de arruinar mi paseo nocturno… Hoy has tenido suerte, déjame que me encargue de esto. Desaparece ahora que puedes, las cosas se van a poner un poco feas. La chica me echó a un lado y se encaró al ejército de conejas. — ¡Apártate, Mokou! Esto no es de tu incumbencia. ¡Es una espía! La que parecía llamarse Mokou sonrió. — ¿Esa niña? ¿Espía? ¡Menuda broma! ¿Qué clase de idiota se adentraría de cabeza al territorio de las Lunarians tratándose encima de una humana sin poder alguno? No sabía que ahora las del Eientei pasaban el tiempo cazando humanos. — Me da igual lo que pienses. Ha visto nuestra mansión, no puede salir del bosque. — Tsk, no estoy de acuerdo. Si queréis atacarla, antes tendréis que derrotarme; aunque dudo mucho que lo consigáis. Si Kaguya estuviese con vosotras sería más entretenido. — ¡No nos subestimes, inmortal descarada! Y entonces ambas empezaron a pelear, pero no se trataba de una lucha normal con puños o armas. Se lanzaban lluvias de luces, era una danza hipnotizante a la par de aterradora. Las conejas se unieron a la pelea y todo se volvió caótico. Mokou llevaba una clara desventaja, la superaban enormemente en número. Sin embargo, empezó a brillar. Su cuerpo emanaba fuego, las llamas brotaban por todos lados y una bocanada de fuego nos cubrió a todos. Antes de que las llamas me alcanzasen pude distinguir la sombra de un ave gigante de fuego alzando el vuelo. Desperté. Por fin he regresado al mundo real, estoy en casa. Palpé mi acelerado corazón y traté de tranquilizarme. Otra vez he viajado al mundo de mis sueños, he vuelto a Gensokyo. Debería contárselo a Renko. Seguí la rutina de siempre: fui al colegio, asistí a clase hasta que llega la tarde y después me reuní con mi amiga en el Ghostly Field Club. Como siempre, ella me estaba esperando. — Llegas 3 minutos y 15 segundos tarde. — Lo siento. Intentaré ser más puntual la próxima vez. Renko suspiró, sabe que nunca he llegado a tiempo y que difícilmente lo haré. Dejamos a un lado la puntualidad y empezamos con las actividades del club. El Ghostly Field Club es un club dedicado oficialmente a la investigación de sucesos sobrenaturales y el espiritualismo; pero nuestro verdadero objetivo es muy distinto: estamos investigando acerca de un mundo del que descubrimos su existencia hace poco, Gensokyo. — Renko, hoy he tenido otro sueño. — ¿Ah, sí? ¿Y qué era esta vez? — Estaba en un bosque de bambú y había unas chicas conejo cantando y aplastando mochi. Luego apareció una enfermera que me había confundido con un espía y quería secuestrarme. Mientras huía de ellas me encontré con otra chica que me defendió y luego todo se incendió y del fuego apareció un pájaro. — Vaya, parece que el sueño de hoy ha sido bastante agitado. Pero gracias a ti, podemos saber más cosas sobre Gensokyo. Es cierto, no recuerdo cuándo comencé a tener estos sueños, pero por lo visto son más reales de lo que pensamos en un principio. Aún recuerdo mi primer sueño, fue en una mansión de estilo europeo. Aparecí en mitad de un gran salón lujoso. Había unos enormes ventanales desde el que se podían ver unos amplios jardines rodeados por un muro de ladrillos y, a lo lejos, un lago cubierto de niebla. — ¿Quién anda ahí? Sin que me diese cuenta se había acercado una sirvienta de pelo gris. En aquella ocasión yo volvía a ser la intrusa. Intenté explicarme como mejor pude. — Perdone, señorita. No sé cómo he llegado a esta mansión, me fui a la cama y de repente me encontré en este lugar. ¿Puede que sea un sueño? — ¿Un sueño? La sirvienta soltó una breve risita. ¿Dónde estaba la gracia? — Qué interesante… Espera aquí un momento, traeré unos pasteles y luego me cuentas esa historia. Dejó en la repisa que tenía más cerca un manojo de cuchillos que estaba escondiendo en su espalda (¿qué clase de sirvienta necesita llevar encima cosas tan peligrosas?) y salió del salón. Me quedé unos minutos sola así que decidí sentarme en una de las preciosas sillas mientras esperaba. Era un lugar bastante acogedor, los propietarios de ese lugar debían de ser muy ricos. Me fijé en un cuadro muy grande que colgaba en la pared de enfrente. En él se representaba una niña con un elegante vestido y… ¿Unas alas de vampiro? Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. La llegada de la sirvienta en ese preciso instante no me ayudó a calmarme. — ¡Qué rápida has sido! — Podría decirse que el tiempo no es ningún problema para mí —dijo con una misteriosa sonrisa. Se sentó a mi lado y comenzamos a hablar—. Bien… Primero las formalidades. Soy Sakuya Izayoi, jefa de las sirvientas del Koumakan. — Yo me llamo Maribel, Maribel Han. Soy estudiante de secundaria en Japón. — ¿Japón? No conozco ningún lugar en Gensokyo que se llame así. ¿Eres una nueva youkai o algo así? Definitivamente tenía que ser un sueño. Todo el mundo conoce Japón, es algo muy elemental. Sabiendo que aquello no era real, me relajé. — ¿Qué es un youkai? — ¿No sabes ni siquiera qué es un youkai? No puedes ser de por aquí. Un momento... ¿Es posible que…? —Sakuya me miró sorprendida. Fuese lo que estuviese pensando, la había alterado bastante—. Creo que debería informar a Patchy, ella sabrá algo. No te muevas, vuelvo enseguida. Rápidamente volvió a marcharse. Sin importarme mucho lo que sucediese luego, cogí unas cuantas galletas de chocolate que había traído Sakuya y mordí una. Cuando estaba a punto de de comerme la primera galleta imaginaria, desperté. Había sido un sueño muy extraño, pero al menos fue un buen sueño. Me quedé con la curiosidad de saber quién sería esa Patchy. Iba a olvidarme del sueño y a seguir con mi vida cuando me encontré en el escritorio de mi habitación un plato repleto de galletas de chocolate. Le conté lo ocurrido a mi mejor amiga, Renko Usami, y decidimos crear el Ghostly Field Club. A día de hoy seguimos investigando el mundo de mis sueños que parece llamarse Gensokyo. — Yo también traigo noticias —dijo Renko enseñándome unas fotos—. Fui anoche al "campo fantasmal". Confirmé lo que sospechamos: ese lugar está conectado con Gensokyo. Es el Mundo de las Tinieblas. — ¿Cómo lo sabes? —yo no veía nada de lo que decía. — No lo sé, Mary. Tengo algún tipo de conexión con Gensokyo, estoy segura. No sé a qué tipo de conexión se refiere, pero coincidía en que ese lugar estaba conectado con Gensokyo. — ¿La puedes ver? — Así es —afirmé señalando el cielo—. Ahí está la Frontera. Desde hace generaciones mi familia ha tenido la habilidad de poder ver las Fronteras, los límites de los mundos. Siempre he pensado que solo eran leyendas familiares sin sentido, pero desde que descubrimos Gensokyo entendí que las historias que me contaban eran ciertas. — ¡Genial! En ese caso, esta noche deberíamos ir al campo fantasmal. — ¿Estás segura de que es buena idea? —no me hacía mucha gracia ir a un lugar tan espeluznante, y encima de noche. — ¡Oh, vamos Mary! ¡Es el momento que estábamos esperando! ¡Por fin descubriremos la verdad sobre Gensokyo! ¿De verdad vas a desaprovechar esta oportunidad? No había mucho que decir contra eso, así que finalmente esperamos hasta el anochecer y nos pusimos rumbo al campo fantasmal. El campo era en realidad un cementerio, sin más misterio a simple vista; pero ambas sabíamos el secreto que escondía. — ¿Puedes sentirlo? — ¿El qué? –no notaba absolutamente nada. — Un tintineo. Proviene de los cerezos, de las flores, de los pétalos caídos. Definitivamente es aquí. El cementerio estaba rodeado de cerezos púrpura y el suelo estaba cubierto de un manto de pétalos morados. No sentía ningún tintineo, pero sí era verdad que desde que llegamos tenía una extraña sensación. ¿Tal vez es eso a lo que Renko se refiere? Revisamos todas las tumbas, una por una, hasta que mi amiga se detuvo en una lápida más adornada que las demás. — Es aquí. Ésta es la entrada al Mundo de las Tinieblas. Me agaché para leer la inscripción que había tallada en la piedra. “En memoria de Saigyouji por su valiente sacrificio.” No notaba nada en particular, pero siempre he confiado en Renko. Hay cosas que ella es capaz de intuir y gracias a eso habíamos llegado tan lejos. Si ella decía que ésta era la entrada, la creeré. De lo que sí estaba segura y llevaba un buen rato inquietándome es la Frontera que hay al otro lado de los cerezos. Estamos realmente cerca de ella. — Deberíamos abrir la lápida. ¿No crees? —sugirió Renko. — ¡No somos ladrones de tumbas! Los espíritus se podrían molestar. — Yo soy la que está molesta por no haber encontrado hasta ahora Gensokyo. ¡Venga, solo será un momento! ¡Ayúdame! A regañadientes, la ayudé a empujar la pesada tapa. Cuando cayó, una bocanada de viento sopló repentinamente, los cerezos se agitaron y hasta sentí que las almas de los muertos se habían alterado. Miramos en el interior de la tumba, preparadas para ver lo que hubiese al otro lado… Pero no había absolutamente nada, estaba vacío. Nos miramos totalmente decepcionadas. Teníamos puestas todas las esperanzas en esta noche, pero al final todo ha acabado en nada. Esperaba que Renko hubiese gritado enfadada o algo así, pero ni se inmutó. Estaba mirando al cielo, contemplando la noche estrellada. Entonces susurró algo: “02:27:41”. ¿Qué demonios? Sabía que Renko es capaz de conocer la hora exacta en la que se hace cualquier foto, pero no tenía ni idea de que también lo pudiese hacer con tan solo mirar la posición de la Luna y las estrellas. — Bueno… ¿Y ahora qué hacemos, Renko? — Humm… Antes de irnos me gustaría sacar unas pocas fotos. No quiero irme de aquí con las manos vacías. — Como quieras. Esperé a que hiciese todas las fotos que quisiese sentada sobre la tumba que acabábamos de abrir. Renko sacó muchas fotos, se la veía algo desesperada. Lo de hoy ha debido de ser un golpe muy duro, incluso yo me siento algo decepcionada. Mientras saca las últimas fotos me quedo observando la casi imperceptible Frontera que solo yo soy capaz de ver. Es algo indescriptible, no tiene forma ni color, pero se mueve. Es fascinante, es como si me invitara a dejar este mundo y encontrarme con lo que hay al otro lado de la Frontera. Siento un tintineo que me llama… — Ya he terminado. ¿Nos vamos? —Renko interrumpe mis ensoñaciones. — Sí. El camino de vuelta a casa fue silencioso, no teníamos fuerzas para comentar mucho. Estábamos cansadas y abatidas. Nos despedimos con pocas palabras y cada una volvió a su casa. Me metí en la cama y no tardé mucho en dormirme… Abrí los ojos. No estaba en mi habitación. Me encontraba en un lugar extraño, no había suelo ni techo. No existía arriba ni abajo, todo era izquierda y derecha. A mi alrededor había dos cielos o dos suelos, no lo tenía claro, y en cada uno había multitud de brechas por el que se veían distintos paisajes: edificios, calles y otros lugares que conozco perfectamente; por otro lado, había paisajes de bosques, montañas, templos y más lugares familiares… En uno de esos paisajes vi el interior de una mansión y, en ella, una sirvienta que conocía perfectamente… ¡Era Sakuya! — Bienvenida a la Frontera, Maribel Han. De una de las brechas emergió una mujer adulta con un paraguas y un vestido blanco. Era rubia y su piel era más pálida de lo normal. A pesar de que lucía muy elegante, había algo muy inquietante en ella. No necesité mucho tiempo para descubrir qué era lo que me inquietaba: ¡era exactamente igual a mí! ¿Qué significaba todo esto? — No temas, aquí no corres ningún peligro. No pienso hacerte daño. Solo quiero darte una advertencia: deja de investigar Gensokyo. Olvidad todo lo que sabéis y volved a vuestras vidas. Gensokyo no es un lugar para los humanos del Mundo Exterior, debe permanecer oculta para siempre. El equilibrio debe mantenerse. No sabía qué decir, todo era demasiado confuso para mí. Recordé mis sueños, recordé el club… y recordé a Renko. Llevábamos demasiado tiempo trabajando juntas, buscando e indagando tardes y noches enteras. No podíamos echarnos atrás, no ahora que era cuando más me necesitaba. — Lo siento, pero no podemos abandonar la búsqueda. Nuestro sueño es llegar hasta Gensokyo y descubrir la verdad. No nos rendiremos, ni ahora ni nunca. La mujer sonrió. — En ese caso no os detendré. Perseguid vuestro sueño y se os revelará el camino. Solo una cosa más —la mujer me lanzó una especie de carta. — ¿Qué es esto? — Es una SpellCard. Encierra un enorme poder. Si eres capaz de dominar su poder serás digna de atravesar la Barrera Hakurei. Buena suerte, mi querida Mary. Espero grandes cosas de ti… Totalmente confundida, la oscuridad se cierne sobre mí, devolviéndome al mundo real. De todos los sueños que he tenido, éste ha sido sin duda el más raro de todos. Tengo algo en la mano: es la carta que me dio esa mujer. La llamó SpellCard… ¿Qué podría ser? En cualquier caso, ahora no me cabe duda de que Gensokyo existe. Tengo que contárselo todo a Renko. Después de las clases me dirijo directamente al club. Como es habitual, Renko estaba esperándome. — Llegas 2 minutos y 19 segundos tarde. Al menos vas mejorando. — ¡Renko! No vas a creer lo que he soñado… — Y tú no vas a creer lo que he descubierto —estaba tan emocionada que no me escuchó. De su mochila sacó unas fotos—. ¿Te acuerdas que estuve sacando ayer algunas fotografías? — Así es. ¿Qué has encontrado? — Mira aquí, tras los cerezos. ¿Lo ves? A simple vista no veía nada fuera de lo común, pero fijándome un poco más pude reconocer una estructura de madera en forma de portón. — ¿Esto de aquí? — ¡Exacto! ¡Es una puerta budista! Mira esta otra foto. En ésta se veía con mucha más claridad. No consideré lo suficientemente importante decir que no era una puerta budista, sino una sintoísta. — Aquí se ve mejor, pero no entiendo adónde quieres llegar. — Esta mañana revisando las fotos encontré la puerta, así que de camino al instituto decidí desviarme hasta la puerta y saqué otra foto. — Por eso llegaste tan tarde a clase. — Eso da igual. Mira lo que descubrí. ¿Ves el otro lado de la puerta? — Sí, hay un templo. ¿Y? — ¿No ves nada extraño? ¡Es como si el templo no perteneciese a este mundo! Además, el cielo está difuminado y no puede ser culpa de la cámara. Mary, ¿ves alguna Frontera? — Déjame ver… Examiné detenidamente el cielo… y vi algo que me dejó sin respiración. — Renko, aquí no hay solo una Frontera. ¡Aquí convergen un montón de Fronteras! ¿Qué es ese lugar? — Estuve buscando por Internet, pero no hay mucha información. Lo poco que sé es que ha estado abandonado desde siempre y nadie se acerca a ese lugar. También hay rumores de que se han avistado algunos espíritus malignos y que los que se acercan a ese lugar desaparecen. No tengo ninguna duda: por fin hemos encontrado la entrada a Gensokyo. Recordé la advertencia de aquella misteriosa mujer. Empecé a pensar que igual no era buena idea, quizás esto nos venía demasiado grande… — Renko, creo que es demasiado peligroso. Igual… igual deberíamos dejarlo. Tan rápido como un relámpago, recibí una bofetada. — Renko… — No es justo que digas eso. Llevamos meses buscando Gensokyo sin descanso y ahora que está delante de nuestras narices… ¿Me sales con esas? ¿Qué te pasa Maribel? Nunca me habría esperado que dijeses algo así. — No es eso… Creo… creo que seguir sería peligroso. No sabemos lo que nos espera al otro lado. El juego fue divertido, pero deberíamos terminarlo aquí. — ¿Un juego? ¿Piensas que todo esto ha sido un juego? ¿Lo han sido tus sueños, las cosas que hemos encontrado? —cogió una de las fotos y me la acercó a la cara— ¿Esto te parece un juego? Renko estaba furiosa. Indignada, recogió todo y salió del club, no sin antes decir una última cosa. — Esta noche iré al templo, contigo o sin ti. Y me quedé sola. Me quedé en el sitio llorando, me sentía culpable. No era que no quisiera ir, solo trataba de protegerla. Hay algo en todo esto que no me gustaba lo más mínimo. No obstante, había una cosa en la que Renko tenía razón: no podíamos abandonar todo aquello por lo que habíamos luchado. Debíamos enfrentar lo que nos encontrásemos en el templo, juntas, como lo hemos estado siempre. Con estos pensamientos en mente, salí del instituto mientras el sol se ocultaba en el horizonte. Era de noche cuando llegué al pie de las escaleras que daban al templo. Al principio no sabía muy bien dónde estaba el sitio, pero recordando el camino que llevaba al cementerio (y dando alguna que otra vuelta) me orienté. Me alegré al ver que Renko me estaba esperando. — Llegas tarde, como siempre —dijo Renko con indiferencia. — Me perdí un poco por el camino. Esto… Renko, siento todo lo que te dije en el club. Estaba asustada, no quiero que te pase nada. Me preocupa que te pueda pasar algo malo... De pronto, Renko me abrazó. — Yo también siento todo lo que te dije. Sé que esto también es muy importante para ti. A veces puedo ser una persona un poco ansiosa y perdí los papeles. Pero ahora da igual, estamos juntas en esto. ¿Verdad? Afirmé con la cabeza, nos dimos la mano y subimos las escaleras que nos llevarían de una vez por todas a Gensokyo. Atravesamos varias puertas sintoístas antes de llegar a la cima de la colina. Cuanto más avanzábamos más incómoda me sentía. Parecía que a Renko también le pasaba lo mismo. Al fin vislumbramos con nuestros propios ojos la entrada a Gensokyo. El templo no era nada del otro mundo, era un templo normal y corriente, como cualquier otro. Sin embargo, las dos notábamos algo fuerte. Era la misma sensación que tuvimos en el cementerio pero muchísimo más fuerte. Cuando dimos un paso, se abrió una brecha de la nada. Parecía como si el mundo se hubiera roto delante nuestra. De la brecha apareció una poderosa presencia; era una mujer, la misma con la que soñé, seguida de otra mujer con siete colas de zorro y una niña gato con dos colas. Renko estaba impactada por la aparición, a mí no me impresionó tanto, pero tampoco podía negar que estuviese asustada. La mujer con el paraguas (¿o parasol?) me echó una mirada y nada más reconocerme, sonrió. — Así que finalmente habéis venido… ¿Y bien? ¿Qué esperáis encontrar en Gensokyo? Era una pregunta extraña. No había exactamente un por qué, solo queríamos descubrir Gensokyo. No obstante, Renko sí tenía una respuesta. — Esperamos descubrir la verdad. Queremos saber qué hay al otro lado de la Frontera, qué clase de mundo se esconde y qué es lo que allí nos aguarda. — ¿Tanto interés tenéis? Vuestro coraje es admirable, es una lástima que no os pueda dejar pasar. Ya te dije que Gensokyo no es un lugar para el Mundo Exterior. — ¿Qué? ¿No me aseguraste que no nos detendrías? —pregunté enfadada. — ¿Mary, de qué estás hablando? —¡Se me había olvidado! Al final no le comenté a Renko el sueño que tuve. — Es cierto, yo no os detendré, lo hará Ran —la chica kitsune da un paso hacia delante—. Ran, encárgate de ellas, pero no seas demasiado dura. — Como desee, Yukari-sama. — ¿Qué demonios estáis diciendo? ¿Qué está pasando? —preguntaba Renko sin entender nada. No tenía tiempo para dar explicaciones, las amenazas de esa mujer se estaban haciendo realidad. Ran disparó unas luces muy parecidas a las que vi en el Bosque de Bambú que soñé hace varios días. Iban tan rápido que no me dio tiempo a reaccionar. — ¡Cuidado Mary! —Renko saltó hacia mí para apartarme—. ¿Estás bien? Afirmé en silencio. Tenía una pequeña herida por la caída, pero no era nada importante. — Todavía estáis a tiempo de marcharos. Si os vais ahora le diré a Ran que se detenga. De no ser así… — ¡Eso no ocurrirá! —saltó Renko. Fue una respuesta valiente, pero no tenía claro cómo pretendía derrotarlas. — Es una pena, no me gusta mancharme las manos, y menos con unas crías… Ran, acaba con esto de una vez, usa una SpellCard —ordenó la malvada mujer. ¡SpellCard! ¡Se me había olvidado! Creo que la traje… ¡Sí! Ahí la tenía, estaba brillando. No sabía muy bien cómo funcionaba, pero si esto nos podía salvar había que intentarlo. Nuestra adversaria lanzó primero su SpellCard. —“¡Banquet of 12 General Gods!” Innumerables luces ascendían y se agitaban en el cielo, formando un curioso patrón de ataque preparadas para para caer sobre nosotras en cualquier momento. Si no actuaba ahora nunca volveríamos a ver un amanecer ni en Gensokyo ni en nuestro mundo. Por pura intuición, invoqué mi SpellCard sin saber bien qué estaba haciendo. —“¡Boundary of Humans and Youkai!” De la carta aparecieron luces y rayos que arrasaron con el terreno y desviaron los ataques de su SpellCard. Ran se vio obligada a salir de la zona de impacto. — ¿Cómo? ¿Estas humanas pueden usar SpellCards? —exclamó Ran. Sonaron unos aplausos. Aquella mujer llamada Yukari nos estaba aplaudiendo y sonreía. — ¡Maravilloso! ¡Espléndido! Una demostración fabulosa. No esperaba menos de ti, Maribel. Finalmente has demostrado ser útil para mis planes. — ¿Qué quieres decir? —pregunté molesta. No me gusta que jueguen conmigo. — Dije que si sabías usar una SpellCard serías digna de entrar a Gensokyo, y eso hiciste. Como prometí, te dejaré pasar. — ¿Y qué pasa con Renko? — ¿Renko? ¿Tu amiga? Me temo que ella no está dentro de mis planes. Se quedará en el Mundo Exterior. Renko se interpuso entre nosotras dos. — ¡No dejaré que te lleves a Mary! ¡O vamos las dos o no vamos ninguna! — Lo siento, chiquilla, no siempre se obtiene lo que una quiere. Apártate y no molestes. Maribel, tenemos muchas cosas por hacer… Ran echó a un lado a Renko mientras Yukari me arrastraba dentro de la brecha. Ran se internó primero junto con la niña gato. Estaba a punto de pasar totalmente por el portal cuando Renko agarró mi mano. — ¡No te pienso abandonar! Sin embargo, ella también acabó siendo arrastrada conmigo. Estábamos volando por el interior de la Frontera, llevada por Yukari mientras que yo intentaba desesperadamente que Renko no se cayese. Poco a poco nuestras manos se estaban escurriendo y, a pesar de todos mis esfuerzos, Renko cayó al vacío. — ¡Reeeenkooooo! — ¡Maribeeeeeel! Solo podía limitarme a ver entre lágrimas cómo Renko desaparecía por una de las brechas mientras que yo era secuestrada por Yukari. Habíamos llegado juntas a Gensokyo, pero ahora habíamos sido separadas… Renko, algún día nos volveremos a encontrar, te lo prometo. Contenido oculto: FIN
¡Hola! La verdad es que no tengo contexto, es decir, no conozco en lo que dices que está basado e inicialmente me resultó muy confuso y extraño, lo admito. Conforme se fue desarrollando la historia y se fueron presentando los personajes y las diferentes locaciones, terminé por sumergirme en la lectura y sentirme ansiosa por entender qué estaba pasando y cuál sería la verdad de todo el asunto. Tengo especial curiosidad respecto a los vampiros de Gensokyo, más que nada porque me gustó mucho la pintura de Remilia. No vi errores en lo que respecta a ortografía o los dejé pasar. Lo único que me agradaría ver diferente es que, en los diálogos, usarás el guión largo (—) en vez del corto (-). Fuera de eso no veo mayor cosa que deba comentar al respecto.
OMG, ¿Qué pasó con Renko? No me dejes con la intriga, te lo ruego por las fronteras sagradas de Gensokyo /? Ahora entiendo el texto de tu cinta, lol. Al principio estuve un poco perdida y de hecho tuve que cortar a mitad de la historia y googlear el fandom. Creí que se trataba de un anime, pero no. Que decir, me llamó mucho la atención este universo, no lo conocía de nada y parece que tiene mucha pasta para escribir. Es decir, la muchacha ha pasado de lugar en lugar, conociendo sitios y personas diferentes cada noche, eso abre mil posibilidades. Gensokyo parece ser un mundo realmente fascinante, y me pregunto si todos esos sitios en los que estuvo Maribel son parte del mismo lugar o si Gensokyo es una dimensión paralela con diversos mundos /? El final estuvo algo apresurado, y me hubiese gustado más narración, más detalles en cada encuentro con los seres de Gensokyo. En fin, ha sido todo un descubrimiento. Ojalá continúes la historia. ¡Saludos!
Gracias por comentar. ^-^ He arreglado lo de los guiones largos, éste fue uno de los últimos relatos en los que aún no usaba el guión largo y ahora que lo he visto no podía dejarlo como estaba. La idea de este relato es que se pueda entender la historia incluso si no conoces los personajes que van apareciendo, aunque los enlaces explican un poco por encima la historia de cada uno. Si bien es cierto que muchísimos de los guiños que hago a lo largo del relato pueden perderse si no se conoce el mundo de Touhou. Me alegro de que te haya gustado mi historia. :) ¡Ooooooh! He encontrado una posible víctima de abducción Gensokyana. <3 Sí, amo Touhou con todo mi ser. Realmente es un universo ENORME repleto de un montón de personajes originales y únicos. No exagero si dijese que en el relato no salen ni una décima parte de todos los personajes que aparecen en Touhou (bueno, no he hecho los cálculos, pero ya me entiendes XD). Te confirmo, todos los lugares a los que iba Maribel pertenecían a Gensokyo, que es un territorio que antes formaba parte de la Tierra, pero que fue separado con una barrera para convertirlo en un oasis para youkais y otras criaturas fantásticas. Aunque también es cierto que dentro de Gensokyo hay otras dimensiones como el Hakugyokurou (el Inframundo), el Makai o el Mugenkan (nombres que suenan a chino, o a japo). Reconozco que muchas veces me dejo llevar por la situación y me acabo precipitando en la escritura. Suelo flaquear en la narración, trato de mejorarla todo lo posible; aunque no siempre lo consigo. X_D Como no creo que escriba la continuación (aunque la idea ya la tengo en la mente), te digo resumido que Renko cae a Gensokyo y se encuentra con una bruja llamada Marisa Kirisame de quien se hace amiga y van viviendo aventuras mientras buscan el paradero de Maribel, pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión. (?) Si te ha interesado Touhou, te animo a que sigas investigando el tema porque, aunque no te gusten sus videojuegos, es un universo verdaderamente hermoso. ¡Ah! Y sí tiene un anime hecho por fans llamado Touhou Fantasy Kaleidoscope - The Memories of Phantasm (qué nombre más largo). ¡Gracias por leer! ^-^