Romántico G de Gris [Días de abecedario]

Esta es mi G para dias de abecedario.
Como de costumbre sigo contando la historia de mi pareja favorita.
Esta canción acompaña este relato:

Contenido oculto: From Finner

G de Gris​

Allí sobre su cómoda cama una joven de unos 19 años de cabello castaño y rizado, de tez blanquecina, con un pequeño puñado de pecas sobre la nariz, y de ojos color chocolate, su nombre era Paula. Miraba el techo de su nueva habitación, pensando en cómo había cambiado su vida, en las decisiones que había tomado, en como amar a una persona le había dado un giro de 180 grados a su vida.

Apoyada en su pecho se encontraba profundamente dormida su novia, una joven de su misma edad, alta, de cabello muy lacio y largo de un hermoso color negro como el azabache, todos sus rasgos eran muy finos y alargados, y sus hipnotizantés ojos de un azul grisáceo. No pudo evitar sonreír al verla y pensar que estaban juntas de nuevo y ahora nada las separaría.

Del mismo modo no pudo evitar recordar cómo había empezado todo, el beso por accidente, la confusión, lo mucho que le costó aceptar lo que sentía por su mejor amiga, lo que le costó convencerse de que eso no era nada malo, como es que fue tan feliz cuando la de ojos azules se le declarò, y aunque no estaba segura en ese momento acepto, pero ahora sabía que había tomado la decisión correcta.

La abrazó con cuidado para no despertarla. Ella había sido una cobarde, siempre le tuvo miedo a lo serio, le gustaba la aventura, y le gustaba decir que ella solo le era fiel al viento, no podía esperar más de una muchacha ingenua de 14 años. En cambio, la de cabello azabache, había sido muy valiente al decirle lo que sentía por ella una y mil veces, por no abandonarla sabiendo que merecía a alguien mucho mejor, ella había tomado su mano y la había guiado en la oscuridad.

Beso con mucha delicadeza su cabeza. Le estaba agradecida infinitamente por todo, por haber luchado por ella, por su relación, por cuidarla y protegerla, por haberla preferido a ella, porque arriesgo su futuro solo para estar junto a quien ama.

Entonces estaban allí, en Massachusetts, las dos lejos de casa, solas las dos, pero eran muy feliz. Ambas cumplían con sus sueños, ella sería una de las mejores doctoras en todo el mundo, y su adorada novia sería una maravillosa bióloga marina.

Aunque al fondo sintiera algo agridulce... Puede que estén ambas muy felices porque por fin estaban juntas y nada las separaría, o por que seguían sus carreras deseadas, o porque eran independientes. Pero eso no quitaba que ahora estaban lejos de sus familias, que, aunque no aceptaran del todo su relación seguían siendo sus familias, algunos de sus amigos se habían quedado también en aquel pequeño país, y muchos otros habían ido a estudiar a diferentes lugares del mundo.

Y así sintiéndose pequeña pero a la vez grande, sola pero a la vez acompañada, triste pero a la vez feliz, se dio cuenta de que no todo es blanco o negro, es gris.

El movimiento de su pareja la distrajo de sus pensamientos, estaba despertando. Se colocó los lentes que se encontraban en el velador para poder verla mejor.

—Buenos días, amor. —Saludó tiernamente la de ojos azules para después darle un corto beso. —Qué raro que tú te despiertes primero, ¿qué estabas haciendo?

—Buenos días, gatita. —Saluda sonriéndole, realmente la adoraba. —Nada, solo estaba pensando… y mirándote dormir, te vez tan tierna cuando duermes.

La joven de las pecas sonríe más ante el sonrojo que le había provocado a su novia, la besa varias veces, mientras se prometía que jamás la dejaría ir. Ambas se besan por un largo rato hasta que se separan un momento y se miran en silencio.

—Valentina, gracias por todo. —Dice muy seria la castaña. —Te amo y lo digo muy en serio.

La de los rasgos finos se ve sorprendida por el repentino comentario de su novia. Pero gracias a este logra imaginarse un poco mejor lo que la castaña había estado pensando, si no se equivocaba, ella también tenía ese sentimiento agridulce dentro de su pecho. La abraza con fuerza.

—Yo también te amo, Ana Paula, jamás lo dudes. —Dice de manera muy sincera mientras besa su mejilla.

Ambas se sonríen, era tan lindo sentir que la otra la entendía.

Fin.