Long-fic Fantasía Sin Fin

Re: Fantasía Sin Fin

Capítulo 4: ¿De verdad?



Cuando escuche esa voz quise rápidamente moverme hacia donde estaba la lámpara de aceite y poder verle la cara. Fui lo más rápida que pude a moverme de la cama, pero note como una mano cálida y áspera me detenía la acción que intentaba llegar a hacer.




-Escúchame antes, estoy aquí de incognito, así que no grites ni enciendas la luz-susurraba muy bajo y cerca de mi rostro porque era capaz de notar su aliento.



-¿Cómo pretendes que haga eso?-pregunte también susurrando-No sé quién eres, podrías ser un ladrón-.


-Si fuera un ladrón, ¿no crees que ahora mismo no estaríamos ni hablando ni en esta situación?- susurraba agarrándome la mano.



-Puede que tengas algo de razón…entonces, si no eres un ladrón y no vienes a robar…-hice una pausa intentando saber quién era por lo poco que veía-¿Qué haces aquí?-



-Esto-entonces soltó en la cama unos papeles-En realidad me había dicho que no hiciera nada, pero os conozco a ambos como para dejar que os vaya a pasar esto-



Y con eso último que dijo se fue por donde llego, dejándome a mí con el corazón desembocado y mirando al balcón.



Termine la acción que no llegue hacer cuando estaba aquí esa persona, encendí la luz y vi que en la cama había una carta abierta, muy antigua.




La toque y note la textura tan suave que tenia del paso del tiempo. Tenía algo de miedo de que pudiera contener esa carta, y mi cabeza no dejaba de pensar en las palabras que me había dicho ese hombre, sabía que era un hombre por su tono de voz y no logre de ver su rostro pero si me pude fijar en algo:



-Tenia ojos azules-susurre y abrí la carta empezando a leer que contenía…


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Llegue a irme de la habitación de Kagome, era hora de volver a la realidad, no se podía vivir en un mundo de sueños. Lo he llegado a aprender todos estos años.



Me fui con pasos lentos y sin ganas hacia el jardín donde jugaba cuando era pequeña Kagome…



-¡NO! ¡DEJA YA DE HACERTE DAÑO INUYASHA!-grite fuerte agarrándome la cabeza con ambas manos, y corriendo pase todo el jardín hasta el sendero hacia mi casa...



No tarde mas de 45min, el camino me lo sabía como la palma de mi mano: cada árbol, cada arbusto, cada huella...otra vez con lo mismo…no se me iba de la cabeza su dulce expresión de cuando me ha vuelto haber.



-Al menos voy a conservar el recuerdo de la sonrisa que me has dado-decía cabizbajo sin parar de sonreír.



Llegue y me recibió el fiel amigo de mi familia, Mioga. Cierto que era algo mayor pero para mí era de la familia, me había enseñado muchas cosas junto con mi padre, pero en el momento que me dejo él fue el padre que necesitaba.



-¿Cómo fue todo amo Inuyasha?-me hablo con su voz de antaño y sonriendo



-No quiero ni mencionarlo-seguía en mi mundo, sin llegar a tener un pensamiento cuerdo en mi mente que lograra mantenerme en la realidad, y además no quería.



-Que sepa que llego su amigo, el señor Houshi y lo espera en el comedor, ¿le digo que mejor venga luego?-



-No…prefiero ir allí, así me podre quitar de la cabeza varias cosas-con eso le hice una señal con la mano y me dirige hacia el comedor



-Una cosa amo-me gire para verle y me dijo-no te des por vencido, sabes que eres capaz de todo.-



Con eso se fue hacia la cocina y yo me dirige hacia donde me había dicho, abrí la puerta sin muchas ganas y allí lo vi, echado en el sofá con su pose tranquila y encima con los pies encima.



-¿Estas cómodo o te falta algo?-dije con ironía claramente en mi voz



-Mm…deja que lo piense…-se puso a bromear y me miro levantándose y llegando hasta donde estaba saludándome-¿Cómo has estado Inuyasha?-



-Tenias razón Miroku…hoy ha salido y la vi-le hable bajo y me fui a echar en el sofá, echando mi cabeza hacia atrás y cerrando los ojos.



-¿Hablas de la señorita Kagome? ¿Cómo estaba? Seguro que ahora es una belleza-se fue acercando hasta donde estaba hasta ponerse en un sillón que había a mi lado.



-Kagome es única…pero-hice una pausa-la eche de mi vida…



-¿Qué dices Inuyasha? Cuéntame que hiciste y lo quiero saber ahora-me demando casi gritándome.



-¿Qué querías que hiciera? Además no eres mi padre, puedo hacer lo que quiera, y sé que al estar lejos de mi estará feliz y no tendrá problemas-diciendo eso me levante hasta la licorería y me serví algo de licor



-Deja ser ella quien decida que hacer…-me hablo algo enfadado



-No…sé que es lo que va a pasar de ahora en adelante-hice una pausa para llenar mi vaso y me gire mirándolo-Kikyo le dirá millones de cosas para que sepa lo “malo” que soy, luego empezara a hablarle todo el mundo y acabara odiándome de un momento a otro-le di un sorbo a mi bebida-por lo menos, el ultimo recuerdo que tengo de ella es abrazándome y sonriéndome ¿Qué más puedo pedir?-



-Las cosas no son así, tú no eres así, vas en contra de tus principios, el Inuyasha que yo conozco seria valiente como ninguno-se levanto y se puso delante de mí.



-El Inuyasha que tu conociste era un estúpido soñador que ha muerto y está bien enterrado-di otro sorbo-ahora es diferente-



-Te doy un aviso: la señorita Kagome seguramente le den una fiesta para presentarla y la vean todos los chicos de la región, ¿eso quieres?-el sabia mi punto débil.



Claro que no quería, ni mucho menos por qué sabia que le iban a hacer daño, pero yo había decidido otra cosa-Me da lo mismo-di otro sorbo terminando la copa.



-Pues esto es lo último que te digo porque no voy a estar con alguien que ni conozco-con eso cogió su capa, y se la puso dirigiéndose hacia la puerta-si no se lo dices tú, te juro que se lo diré yo-cerró la puerta rápidamente y le lance el vaso



-¡NI TE ATREVAS A HACERLO MIROKU!-grite a pleno pulmón cuando tire el vaso. Empecé a golpear el sillón y luego me senté en el con la cabeza entre mis piernas-no lo hagas…no…-termine de hablar para ponerme a pensar.


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Pasó la tarde y estaba en casa, mirando unas cosas en mi cajón del despacho cuando mire un cajón y me puse a
mirar como loco en todos lados, gritando de un lado para otro.



-¡MIOGA! ¡MIOGA! –gritaba sin parar de mirar todos los lugares.



-¿Qué ocurre amo?-llego casi corriendo y jadeando.



-¿Quién ha tocado el cajón ultimo de mi escritorio?-hable intentando calmarme como podía.



-Nadie amo, se sabe que ese es su cajón y nadie a de mirar hay, sabemos el castigo que podemos tener-decía acercándose hacia mí y cogiendo libros que se habían caído al remover yo las cosas.



-Entonces…¿me puedes explicar porque faltan cosas de ahí?-le hable lentamente señalando que fuera hacia el cajón.



Me hizo caso y se dirigió donde le dije, mirando y era cierta, era un cajón donde tenía cosas de cuando estaba comprometido con Kikyo: eran cosas buenas, malas…de todo tipo.



-Dime Mioga…¿Cuánto tiempo ha estado aquí Miroku?-intentaba relajarme sin éxito absoluto



-Mm…imagino que…unos 10min después de que usted saliera amo, ¿pero qué tiene que ver el señor Houshi con todo esto?-se acerco a mi



-¡MALDITO SEAS!-grite y fui a mi habitación para coger lo más importante-MIOGA PREPARA MI CABALLO-le grite
desde donde estaba



-Amo, es peligroso ahora mismo, es mejor que se quede y…-no le deje acabar la frase pegando otro grito.



-ME DA IGUAL LA HORA QUE SEA, TENGO QUE DETENER LO QUE PRETENDE HACER EL MALDITO DE MIROKU-cogí las cosas y me fui hacia las caballerizas por mi caballo Dark, que era como su nombre indicaba, oscuro. Me subí a él y mire a Mioga- Por favor recógeme el despacho y si sabes algo de Miroku, házmelo saber lo antes posible ¿entendido?-



Y con eso, le di rápido a Dark y salimos corriendo hacia la ciudad, más exactamente a donde estaría Kagome viviendo…con Kikyo


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Cuando acabe de leer la carta, no sabía qué hacer, no sabía que pensar…empezó a caerse lagrimas de mi cara sin poder evitar que no lo hicieran, tampoco quería detenerlas…era demasiado.



Apreté la carta en mi pecho pensando en todo lo que tenía que haber pasado todo este tiempo Inuyasha…no iba a permitir que pasara otra vez lo mismo, yo le sanaría su corazón sea como sea…



En mi pensamiento solo se repetía una cosa…




-¿De verdad?-y con ello se me callo otra lagrima

 

Re: Fantasía Sin Fin

Capítulo 5: ¿Eso sientes?


Me dedique toda la noche a intentar dormir sin dejar de pensar en el contenido que tenía esa carta…



“Querida Kikyo:


No entiendo porque estas así conmigo, no entiendo la frialdad que has cogido conmigo, si he hecho algo malo ¿Por qué no me lo dices? Yo te aseguro que puedo arreglarlo, solo dime que tengo que hacer. Si es necesario te regalo lo que me pidas, aunque sabes como estoy ahora mismo algo mal por el suceso de mis padres. Me da con que estés feliz me vale, si es necesario pediré dinero hasta que yo mismo vuelva a tener mi fortuna.
Pero por favor, solo dame tiempo te prometo que todo irá estupendamente dentro de unos meses.
Te quiero querida Kikyo, siempre tuyo

Inuyasha Taisho”



Ahora entiendo…Inuyasha estaba muy enamorado de Kikyo, por eso mismo a mi no me podría ver como nada mas especial, solo era una niña pequeña.


Me levante hacia el balcón y el aire me despeinaba y mi camisón se movía a la vez.


-¿Es así como acaba mi sueño?-



Con ese pensamiento me puse a mirar todas las estrellas que había y me puse a pensar en que hacer desde ahora en adelante.


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En mi pensamiento solo estaba la imagen de Kagome, no me quiero imaginar que ocurriría si leyera alguna de las cartas que le mande a su hermana.


-Ahora entiendo porque Miroku me decía que era mejor que las tirara, debí hacerle caso-le di mas fuerte a Dark para que corriese lo más rápido que pudiera.



La luna me guiaba el camino y hacia que mi cabello plateado brillaba en el manto de oscuridad que estaba a mí alrededor. Mi capa estaba al aire, y que a su vez era oscura. Ahora me daba cuenta que a partir de sucesos en mi vida, el color negro se había vuelto un amigo mío, a la vez que la soledad que estaba en mi alma marchita.



De esta forma y pensando como lo hacía llegue hasta la ciudad, hice que bajara la velocidad Dark para así no hacer ruido por las silenciosas calles.



Me dirigí hacia el castillo que tenia Kikyo por su “amado” marido. Me baje y ate a mi caballo a un árbol. Fui poco a poco por los alrededores de la zona, hasta que vi una cosa que me dejo impresionado.



-Es un ángel…-susurre en un suspiro al ver la imagen que llegaba a mis ojos. Era Kagome con su melena al viento que era como si lo acariciara, en ese instante le tuve celos de tocar lo que yo nunca podría tocar. Encima la luna hacia que su rostro fuera iluminado y con ello brillaba como una flor al amanecer. Me di cuenta al verla más fijamente de que tenia rastros de lágrimas cayéndose por su hermosa cara.



Entonces me arme de valor y me puse enfrente al balcón.



-Kagome…-la llame hablando suavemente para que me escuchara solamente ella.



En un momento miro hacia abajo y nuestras miradas se encontraron, notando como Kagome le salió una sonrisa. Fue una vista que hizo que pensara que valió la pena recorrerme todo este camino para llegar a verla de esta forma.



-Inuyasha…pensaba que no me querías ver nunca más-su voz se cortaba y se agarraba al balcón con sus manos apretando.



-Bueno…en realidad eso no es totalmente verdad…-dije pensando en alguna escusas que fuera buena-



-Pero dime… ¿me quieres fuera de tu vida?-



Cuando dijo eso, fue como si un puñal se me clavara en el fondo de mi corazón, me mato eso que dijo.



-Yo…no…no quise…-baje la mirada porque era cierto, no sabía qué era lo que quería, no estaba seguro que debía decir ahora-será mejor…que me vaya-di pequeños pasos para ir a mi caballo



-Para Inuyasha-me grito haciendo que parara pero esta vez sin mirarla.



-Debo irme, no tuve que venir aquí, me equivoque…-decía con la cabeza agachada.



Me di la vuelta al escuchar un sollozo y la vi hay, llorando sin poder contenerse. En ese instante hubiera querido escalar por esa planta trepadora, ponerla entre mis brazos para poder abrazarla con fuerza y pedirle perdón por cada lágrima que soltara.



Entonces se soltó del balcón y se alejo un poco pero antes de meterse dentro de su habitación cerrando las puertas de su balcón me dijo en un susurro que me llego por el viento…:


-¿Eso sientes?-