Eternidad (SesshxKagome)

Eternidad (SesshxKagome)

bien este es un fic que tenía hace tiempo en mente, la pareja principal, creo que está muy claro, espero os guste, cualquier herror, crítica sois libre de expresarlas yo las acogeré y así podré corregir aquello que no sea muy del agrado de la gente

bueno y Aqui está




capitulo 1 : has been born again, the story begins again



El llanto de una criatura resonaba por toda la habitación. La mujer mecía suavemente a su hija para que acallara, y su marido, el cual estaba justo al lado de su esposa, observaba atenta a su recién nacida hija, un enorme sonrisa surcaba sus labios, su niña había nacido, su heredera.


En otro lugar muy alejado de la ciudad …



Pudo escuchar los pasos de aquella mujer desde pisos más abajo, le resultaba curiosa la extraña forma que tenía de subir las escaleras, podría subirlas en tan solo fracciones de segundos, pero ella prefería hacerlo de manera lenta y acompasada.




Despegó la vista del libro que, a pesar de la oscuridad de la habitación podía leer con toda claridad, para observar a la mujer que acababa de entrar en el estudio.




-Ya ha nacido- dijo la voz femenina y suave, que resonó en medio de todo el silencio




El sujeto que se escondía tras la oscuridad de la habitación, sintió un gran alivio en su corazón, de latido casi imperceptible, una leve sonrisa, surcó sus finos labios, sus ojos ambarinos brillaron, como hacía décadas que no lo hacían.



-Ya era hora- dijo su voz aterciopelada y varonil aún sin voltearse a verla



-¿Qué piensas hacer?- preguntó la fémina.

Irónico, ¿Qué haría? Lo que había estado haciendo durante los últimos dos siglos …


-Creo que esa es una pregunta que no tiene ningún sentido- dijo con cierto deje de burla


La mujer le dirigió una mirada incrédula, sus delicadas y blancas manos se posaron sobre su delicada cintura , y su perfecta ceja fue enarcada con elegancia.




-¿Lo dices enserio?- volvió a preguntar, resistió las ganas de rolar los ojos, eso le resultaba poco digno, pero no pudo evitar que un bufido se escapara de sus labios carmesí-Eres increíble …




-Lo sé- dijo dando la vuelta para posar su mirada en ella- Es mi dedición- Caminó hacia ella, aunque su verdadero objetivo era la puerta, después de pasar a su lado y antes de perderse entre los enormes pasillos del chatillo dijo- Avisa a Rin y al resto




Una vez hubo desaparecido de su vista se acercó al escritorio, para ver el libro que leía, sonrió al ver la página en la que estaba abierta, y la frase que tenía enmarcada, su hermano podía ser muy dramático a veces y a todo aquel que no lo conociera diría que sumamente misterioso, pero ¿Quién no lo era en su familia? salió a cumplir lo que se le había mandado.

“De lo que tengo miedo, es de tu miedo” Shakespare



veintitrés años después …



Su respiración era agitada, el aire empezaba a escasear, sentía que tarde o temprano caería desmayada en el frío pavimento, pero no podía detenerse, sabía que, a pesar de el fuerte dolor que sentía en sus piernas y del desesperado latido de su corazón, el cual parecía querer escapar de su pecho, no podía parar de correr, ahora se daba cuenta de cuanto le horrorizaba la idea de morir.




Estaba segura de lo que había visto, claro que estaba segura. Simplemente quiso coger un atajo. Un maldito atajo que la había conducido a la escena más desagradable que había podido contemplar.




Flash back.




Los faros de las calle principales, alumbraban el callejón tenuemente, dándole un aspecto tenebroso, pero, teniendo en cuenta que la oscuridad nunca la aterró, poco le importó ingresar en la calleja.




El sonido de los tacos resonaba por el lugar, siendo este el único sonido que parecía existir por los alrededores, acompañado de su respiración que por alguna razón cuanto más avanzaba se hacía más intensa, el aire se empezó a sentir pesado , casi escaso, algo repentino se apoderó de su corazón, dándole una extraña sensación de miedo e inconformidad.




Se sentía vigilada, detuvo su paso, para mirar hacia atrás pero no vio nada , volvió su mirada hacia delante, la salida del callejón parecía lejana, no recordaba que fuese tan largo, antes de que su mente pudiera divagar en el singular cambio de extensión de la estrecha calle, un grito desgarrador se apoderó del lugar, tapó sus oídos, pero fue inútil, el lamentó llegaba nítidamente a su sentido auditivo, desgarrador, suplicante. Una vez hubo cesado sus ojos se movieron rápidamente, en busca del emisor pero no vio nada, el callejón aunque más oscuro, debido a la profundidad, seguía siendo el mismo de minutos atrás.




De un momento a otro escuchó pasos, pasos apresurados , cada vez se acercaban más y más , pero lo más extraño es que su vista no percibía nada, entonces un fuerte viento sopló , calándole los huesos, su piel se erizó, sus ojos desesperados buscaba una respuesta ante tal fenómeno y entonces la vio, era una mujer, de piel morena, de larga cabellera azabache y traje negro venía corriendo en su dirección, una expresión de horror se figuraba en su rostro y antes de que pudiera siquiera llegara su altura, una figura negra surgió de la nada, y en un parpadeo su cabeza fue separada de su cuerpo , dejando a su paso un enorme charco de sangre.




Sus ojos se abrieron desmesuradamente, su vista empezó a nublarse, las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, intentó moverse, salir se allí, pero su cuerpo parecía no responderle. Aquella sombra parecía haberse percatado de su presencia, antes de pudiera hacer nada , como un rayo llegó a su lado, la sombra empezó a tonarse más definida, en realidad se trataba se una capa negra, de tela gruesa , a su parecer, un rostro pálido surgió entre las vestiduras, finas facciones adornaban su cara, tenía un pelo negro y brillante, sus estrechos ojos rojos brillaron con malicia y una leve sonrisa, casi imperceptible, se formó en sus pálidos labios.




-Contaré hasta diez- dijo con voz gélida y ronca- así que corre …





espero vuestros postt :P

 

Re: Eternidad (SesshxKagome)


aquí esta el segundo capi espero os gustee


capitulo 2: Bringing them back
　
-¡Maldita sea!- Gritó con fuerza mientras golpeaba la mesa del escritorio, sus ojos rojos de rabia, buscaban alguna solución para todo lo que estaba sucediendo, pero sabía de sobra que esa solución que tanto buscaba no vendría así , por las buenas


-Esta vez la hemos conseguido salvar, pero creo que a ella no le hace mucha gracia ser perseguida tantas veces- dijo un joven de pelo negro y unos enormes y hermosos ojos azules desde algún sitio de la habitación-esta es la novena vez que intenta matarla. Y borrar su memoria tarde o temprano, no funcionará .
　


-¡ya lo se, no tienes que repetírmelo!- espectó furioso, aquel joven de cabellos plateados- ese idiota está sobrepasando el límite


- Sesshomaru- dijo otro joven, el cual, a diferencia del otro, le miraba de frente, tenía un alarga cabellera negra y unos ojos marrones.- tienes que calmarte, recuerda que esto es lo que él quiere-

Sesshomaru ignoró por completo a Inuyasha, y dirigió su mirada a su hermana, sabía que no hacía falta preguntar pero quería aseguraras ;

-¿Te has encargado de ella verdad?

-Sabes que sí,- respondió con obviedad.

Sintió alivio, pero no lo demostró


-Bien, ya pueden irse- dijo finalmente, estaba cansado, no quería hablar con nadie, siempre era lo mismo, lo bueno era que él nunca la dejaría a merced de ese ser.


Todos abandonaron la habitación excepto la mujer que observó como su hermano se sentó en el escritorio y lo golpeó nuevamente, odiaba verle así, pero era algo inevitable, durante mucho tiempo ellos se han encargado de protegerla, los ataques de Naraku antes no eran tan frecuentes, pero ahora su fuerza había incrementado, y eso preocupaba a todos.

-¿Qué voy a hacer?- su mirada fría reflejaba impotencia.

Ella suavizó su mirada se acercó a él, hasta llegar a su frente, le miró fijamente, sus pálidas manos pasaron por el rostro del hombre, una pequeña sonrisa surcó sus labios, al ver que no rechazaba el gesto.

-No dejaremos que le pase nada- dijo susurrando

-Pero esta vez ha estado tan cerca …- dijo en voz baja - para él todo es un juego, un maldito juego …

-Lo sé, pero nunca dejaremos que le haga daño, ni Inuyasha, ni Miroku, ni tú, ni yo …


Hubo un largo momento de silencio, eso ya se le había hecho de costumbre en las conversaciones con él, no podían hacer nada, él lo había decidido así, condenar su vida al silencio y la soledad, por que aunque todos ellos estuvieran con él en el fondo, se sentía solo y era una soledad de la que extrañamente disfrutaba, pero de la que pronto acabaría cansándose nuevamente.



- Miroku está más raro que de costumbre, para él es tan duro encontrarse con ese sujeto como lo es para todos- dijo Kikyou- todos de alguna manera, hemos salido afectados- su mirada se perdió tras lo enormes ventanales del estudio- por eso no dejaremos que le haga daño …

Un ligero toquecillo en la puerta , les hizo desviar sus miradas, tras ella una niña de enormes ojos almendrados y largo cabello negro, esperaba que se le diera el permiso de entrar


-Pasa Rin- escuchó la voz de su padre desde el otro lado de la puerta, sus dientes brillaron en la oscuridad del pasillo, una enorme sonrisa se dibujó en sus labios, abrió la puerta rápidamente, inspeccionó la habitación, y como si fuera posible su sonrisa se ensanchó más-

-¡Tía Kikyō!- gritó mientras corría hacia ella- ¿Dónde estabais? Me he encontrado con tío Miroku y tío Inuyasha les he preguntado pero no me han dicho a donde han ido, tú si me lo dirás ¿Verdad? …

-Rin- la voz de su padre la sacó de su interrogatorio, cuando se giró se encontró con esa mirada que tenía cuando estaba en público, fría , pero a ella eso no le afectaba, tardó poco en tirarse sobre los brazos de su padre y depositó un dulce beso en su mejilla .

-¿Porqué no estas acostada?- preguntó con lo que parecía una voz cansada.

-No tengo sueño-se quejó- ya dormí ayer, además tía me ha prometido que esta noche jugaría conmigo.


Sesshomaru envió una mirad significativa a Kikyou, pero ella lo ignoró, era la única que se atrevía a hacer eso. Desde pequeños Kikyou adoptó una confianza para con él que no se explicaba, pero que en el fondo agradecía. Era una de las pocas personas, aparte de sus tres amigos y su hija que no le temía cuando le hablaba, o que no bajaba la mirada cuando él intentaba sostenerla, lejos de esas reacciones siempre le miraba fijamente y le sonreía como si le estuviera haciendo algún chiste, pero eso simplemente era con los de alrededor con los de fuera, podía llegar a ser tan fría como lo era él, no en balde era su hermana.

Kikyou cogió a la niña en brazos con suma facilidad, como si sólo fuera una ligera pluma y la colocó aun costado de su cuerpo.

-Claro que si cariño, tenemos toda la noche para jugar, pero si me prometes, que mañana sí irás a la escuela.


La niña frunció el ceño exageradamente, cruzó sus brazos con fuerza y formó un perfecto puchero en su rostro infantil.

-¡Jo!, ¡pero yo no quiero!- se quejó .

-Rin- dijo su padre , pidiendo su atención- Tienes que volver al colegio, una enfermedad como la gripe no dura tres semanas, no quiero más cartas del colegio por tus excesivas faltas, así que ya es hora de volver.

-Pero papá es que allí me aburro mucho- se quejó la niña- Es estúpido volver allí.

-No te aburrirás tanto, ha llegado un comunicado, decía que la profesora de matemáticas se dará de baja, dentro de dos días tendrás una nueva profesora, ¿no es genial?- intentó animarla Kikyou

-Puf, súper- dijo Rin levantando sus brazos con fingido entusiasmo


Sesshomaru se puso de pie, no entendía como es que se ponía a discutir con esa niña, después de todo acabaría haciendo lo que él dijera. Caminó hacia la puerta y la abrió, pero antes de salir, desde el marco de la puerta, dirigió una mirada a su hija.


-Mañana a las ocho, te quiero abajo lista apara ir al colegio.- sentenció, y cerró la puerta tras él.


-UFFF- gruñó la niña con rabia, no le gustaba que la obligaran a hacer cosas, pero era su padre y tendría que obedecerle. A ella no le hacía falta ir con esa panda de críos infantiles, aunque ella resultara ser más infantiles que ellos. Ya se sabía todo lo que un niño de “su edad” tendría que saber, era totalmente de idiotas repetir lo mismo.
　
- .- . - . -. - . - . -. - . - . -. - . -. - . - . -. - . - . - . - . - . -


Negro …

Negro …

Todo estaba negro no veía nada, sentía como si su cuerpo estuviera suspendido en el espacio flotando de manera rectilínea, sin ningún destino a seguir.


Abrió sus ojos pesadamente y su vista se tornó borrosa, casi no distinguía nada, sólo una tenue luz iluminaba la estancia, se frotó los ojos varias veces intentando aclarar un poco el panorama, y después de varios intentos lo logró, movió sus ojos lentamente, intentando averiguar el lugar en el que se encontraba, se sintió confundida , parecía ser su casa, de un solo movimiento se sentó sobre el sofá en el que estaba acostada y un fuerte dolor descabeza se apoderó de ella, al igual que un fuerte mareo, se agarró la cabeza con ambas mano, intentando así disminuir el dolor, una vez la intensidad del dolor bajó levantó su rostro y encontró que, efectivamente, estaba en su casa, en el salón de su casa para ser más específicos. Lo último que recordaba fue que estaba en su trabajo, y el horrible día que había tenido, que terminó con un escandaloso despido, sabía que no necesitaba el dinero, aquel miserable sueldo de profesora, pero le encantaba estar con los niños, le costó mucho que su padre aceptara cederle la empresa sólo cuando se casara, así tendría tiempo para hacer lo que más le gustaba, pero ese no era el problema ahora.


Su confusión aumentó todavía más, no recordaba haberse dormido, la verdad, es que no recordaba ni siquiera haber llegado a su casa.


Eso ya había pasado con anterioridad, unas ocho o nueve veces, la ultima vez, fue en sus últimas vacaciones de verano. Se fue a pasar el verano a casa de sus padres y aprovechó la ocasión para salir a montar a caballo, lo único que recuerda de ese paseo fue cuando subió sobre el caballo, al otro día se encontró en la habitación en la que permanecía en la mansión . Las dos primeras veces que le pasaron, estaba tan asustada que salió corriendo a contárselo a sus padre, ellos sólo la miraron y luego hicieron algún comentario que a ella le sonó como:
　
Mira el lado bueno cariño, a la niña no le ha dado con tener amigos imaginarios, ahora hace cosas sin darse cuenta …-


Recordaba perfectamente esos deslices por los que al despertarse la sensación era la misma, como si acabara de tener una horrible resaca.

Suspiró con pesadez, se levantó y después en nos tambaleos consiguió equilibrarse, caminó por el lujoso apartamento hasta llegar a su habitación, se puso un pijama y se acostó sin ni siquiera preocuparse por averiguar lo que , por alguna razón había olvidado, sabía que era inútil.

Durmió plácidamente y no se despertó hasta la mañana siguiente por el chirriante sonido del teléfono. Sacó su mano de entre las enredadas sábanas y la alargó hasta encontrar el teléfono,miró primero el reloj, para saber si regañar a quien la estaba llamando, por hacerlo tan pronto, pero se sorprendió enormemente cunado vio que eran las doce y cuarenta del medio día, fijó sus adormilados ojos en la pantallita del aparato

Desconocido

No le gustaba contestar a teléfonos desconocido, pero iguáleme lo hizo.

-Hola- su voz todavía se sentía áspera por su reciente descanso.

-Buenos días- habló una diplomática voz del otro lado del teléfono- ¿ Es usted la señorita Kagome Higurashi?

Se sentó de un salto en la cama, se aclaró la garganta y habló de manera más normal.

-Sí- respondió

-Hablamos desde el colegio privado Montpellier, soy la directora Tsubaki Hatati ,hace unos meses recibimos un currículum suyo y queríamos contratarla …

ella dejó de escuchar la voz, para intentar recordar de qué le sonaba el nombre de esa escuela

Montpellier, Montpellier

¡Claro ya se acordaba, era uno de esos colegios a los que había enviado una solicitud de trabajo. ¡Que suerte!

-¿Hola?- habló nuevamente la voz denunciando su atención.

-Ah eh sí , estoy aquí, lo siento la … la escuela sí eh … ¿Qué me decía?

-le estaba preguntando que si podía pasarse por aquí y así le mostramos el trabajo que tiene que realizar y usted decide si acepta.

-¡Bien! Me parece genial, ¿Cuándo puedo pasarme?

- Que le parece hoy a las cinco.

-Me parece estupendo, muchas gracias.

-Bien, hasta luego .
Cuando colgaron el teléfono saltó rápidamente de la cama, pero olvidó desenredárselas, lo que ocasionó que cayera estrepitosamente contra el piso. Se sentó en el frío parqué (suelo de madera) y se sobó la parte a alta de su trasero

-Ay- se quejó, y como si el golpe hubiera dado un giro a sus pensamientos de acordó de algo - a la señora Tsubaki se le olvidó darme la dirección …
- -. -. - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -. - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . - . -
　
bueno espero os guste el capi
besos

 

Re: Eternidad (SesshxKagome)

capitulo 3: closer

Caminaba tras la directora Tsubaki, era más joven de lo que esperaba, unos treinta y seis años más o menos , tenía el pelo negro, libre de toda cana y una figura envidiable. La mujer la dirigía por los ocres pasillos del colegio, que en cierto modo era más grande de lo que parecía por fuera, el trabajo se le hacia muy tentador , el único problema es que tendría que mudarse, el colegio, quedaba muy lejos de la ciudad, aunque le resultaría un poco difícil conseguir algún apartamento, por allí cerca no había ningún edificio todo eran casas y mansiones, le resultaba tonto coger una de esas asas familiares para ella sola, pero no tendría más remedio.


- Esta es la sala de música- dijo la directora, señalando una enorme sala que , a diferencia de todas las blancas aulas, estaba pintada de azul oscuro, tenía varios asientos rodeando un piano que se encontraba en el centro y había mucho instrumentos colgados en las paredes .


-Aquí cogen clases algunos alumnos de tercer, cuarto y quinto grado - siguió hablando- si necesita un dinero extra y sabe tocar algún instrumento pude dar clases por la tarde, hay muchos interesados, pero estamos escasos de profesorado, como podrá ver esto está muy lejos de la ciudad y para un profesor es casi imposible conseguir alguna de las casa que hay por aquí, por lo que son pocos los que aceptan este trabajo, nos hemos vistos obligados a construir una pequeña residencia de profesores, pero claro eso solo nos ha ayudado un poco aunque nuestro presupuesto es alto no todos se quieren pasar cinco día a la semana encerrados- habó con tono de burla, para luego dar un largo suspiro- bueno sigamos- dijo mientras emprendía su paso por el largo pasillo- nuestros alumnos, como sabrá no son unos alumnos cualquiera, son hijos de familias muy importantes, ahora le enseñaré los alumnos con los que trabajará- dijo dándose la vuelta para encararla, haciendo que Kagome saltara del susto al encontrársela cara a cara- claro está si acepta el trabajo.


-Hoy se celebra el aniversario de la escuela, ya tenemos setenta años- dijo con orgullo- los niño están reunidos en la capilla, hay un pequeño evento.


La mujer dobló otro pasillo, donde había una enorme puerta, abrió con ambas manos las gigantescas puertas, dejando ver lo que parecía ser una capilla repleta de niños, todos se pudieron de tres cuando vieron quien entraba, la directora de su colegio, un silencio reinó en cuanto la mujer dio el primer paso, seguido de otro y otro, Kagome me quedó parada en la puerta, sin saber que hacer, seguirla.


-Querida- Dijo Tsubaki sin voltear a verla- camina


Kagome apresuró su paso nuevamente, observando todo aquello. La capilla era bastante grande, tenía vidrieras laterales y tras el altar. Todos los niños volvieron a sentarse cuando la mujer llegó hacia un micrófono que se encontraba a un lado del altar.


Una joven llamó a Kagome para que se sentara en uno de los bancos delanteros, parecía ser una de las profesora, pero al igual que ella era muy joven, ella se acercó con mucha timidez y se sentó a su lado. La joven le sonrió amablemente, y le ofreció la mano.


-Hola soy Ayame- dijo con una gran sonrisa
Kagome correspondió el gesto con otra sonrisa.


- Yo soy Kagome
Ayame era bastante linda, tenía un sedoso pelo rojo, como si fueran llamas, unos preciosos ojos verdes azulados y su piel trigueña, repleta de débiles pacas hasta sus hombros.
　
-Buenos días- empezó a hablar Tsubaki - Bien, hoy …


Kagome pasó totalmente de su discurso, estaba cansada de escucharlos, fueron muchos los que había escuchado en esas conferencias que daba su padre. Dio una rápida mirada a los niños pero como si fuera un imán su mirada se detuvo en una niña, de unos siete o ocho años , un largo pelo negro, unos ojos grandes pero con ciertos rasgos achinados, tenía el la piel pálida, parecía un muñequita de porcelana, su carita a pesar de reflejar sumo abrimiento, resultaba muy tierna. La niña como si se hubiera dado cuenta de que era observada giró su cabeza, hasta que sus almendrados ojos chocaron con los zafiros, entrecerró sus ojos con suspicacia, Kagome tuvo un de javú , la niña frunció los labios y volvió su mirada hacia delante, negó suavemente con la cabeza e intentó prestar atención a todo lo que hablaba la mujer del micrófono.
Cuando terminó la “ceremonia” la mujer le pidió a Kagome que la acompañara a su despacho, para que firmara el contrato que ella ya estaba dispuesta a aceptar . Hablaron por lo que pareció una eternidad hasta que tocó el timbre.


-Bien mañana mismo puede empezar- dijo- ¿Segura que no quiere pedir una plaza en la residencia de profesores?


-¡No! Yo me las arreglo para conseguir una casa.


Tsubaki la miró dudosa, pero luego asintió.
Salió del despacho y respiró hondo, tenía una extraña sensación el pecho.


-¡Hey!- gritó una voz haciéndola girar, era la chica pelirroja, junto a la que se había sentado antes, Ayame-¡Hola! dijo cuando llegó hasta donde estaba ella


-¿Eres tú la nueva profesora?- preguntó curiosa, mientras emprendía camino por el pasillo y Kagome la seguía.


-Sí.- Contestó


- ¡Genial! Ahora seremos compañeras de trabajo, espero que nos llevemos bien
- - -- - --

¡Era imposible! El olor estaba impregnado por toda la zona. Aceleró el coche, y lo que pasó no le gustó nada, a medida que se acercaba el olor se hacía mucho más fuerte, más intenso. Cuando legó al colegio estacionó el coche y salió con rapidez.
Enseguida vio a Rin salir por la puerta, al verla sonrió abiertamente y corrió hacia ella.


-¡Tía!- gritó la niña

-Buenos días Rin -dijo su tía con seriedad.
Se agachó un poco, hasta quedar a su altura y acarició su pelo.


-Rin-

-¿Mm?.-

-Espérame en el coche, tengo que hacer una cosa ¿vale?

-vale- contestó


Caminó hacia la puerta, estaba totalmente segura, su olfato no le fallaba, ella estaba en ese lugar y de ser así las cosas se complicarían y eso suponía problemas y a ella no le gustaban los problemas.

Caminó por los pasillos seguida del olor, estaba muy cerca.
Estaba tan concentrada en seguir el rastro que cuando dobló la esquina chocó con alguien. La joven calló al suelo y la otra, la que ya conocía por el nombre de Ayame, la ayudó a levantarse.

¡Bingo! La encontró

-Lo siento …- se empezó a disculpar pero fue interrumpida por una pregunta que le resultaba totalmente fuera de lugar

-¿Qué haces tú aquí?- preguntó Kikyou de manera ruda

-¿Qué?- preguntó Kagome confundida, su confusión pasó a ser sorpresa al ver a la mujer de belleza sobrenatural que se encontraba frente a ella.


Siento haber tardando tanto, (siempre tengo una excusa) lo que pasa es que nos habían mandado a hacer unas redacciones en clase para en viar las dos mejores a un concurso, así que me inspiré de sobremanera, pero, todo esfuerzo obtiene su recompensa y la mia fue selecionada!!.

espero os guste

besos

 

Re: Eternidad (SesshxKagome)

bueno este es el capi de este finde, espero os guste, muchas gracias por los post.

Capitulo 4: terrifying dreams

pvo: Kagome

Unos ojos rojos se asomaban tras las espesa neblina, brillantes y peligrosos, cuando su cuerpo fue capaz de recibir la información y asimilarla por completo, supo que tenía que correr, pero, aunque anhelaba hacerlo, aunque deseaba correr incluso si sus piernas sangraran, su cuerpo no respondió, se quedó inmóvil justo en el mismo lugar, mientras veía como aquellos ojos tan terroríficos la miraban con fijeza e intentaban leer hasta el más insignificante de sus pensamientos, dándole así una sensación de estar expuesta de manera abarrotada.

Entonces el miedo se esfumó por completo, un frío impresionante te apoderó de todo su cuerpo, haciéndola inconciente de todo el peligro al que se enfrentaba, de repente, el frío se trasformó en un calor abrasador, desde la punta de los pues hasta las uñas de las manos, presentía que si realizaba el más mínimo movimiento sus venas explotarían, el calor fue en aumento, hubiese dado lo que fuera por el soplo de un leve viento, pero nada vino, nada la reconfortó, tarde o temprano, su cuerpo se desmoronaría y caería hecho cenizas, al menos eso era lo que ella sentía .
…

Despertó bastante agitada , miró a ambos lado, sentía la boca seca y una quemazón exigente en el pecho, encendió la lamparita que estaba en el buró cerca de su cama. Pasó sus manos por su frente, para encontrársela totalmente empapada. Apartó las frazadas con un rápido movimiento y se puso de pie, camino al baño.


Encendió la luz y lo primero que hizo fue abrir el grifo y lavarse la cara, su respiración todavía no se apaciguaba. Bebió directamente, grandes sorbos, pero eso no disminuyó el ardor, cuando por fin se dignó a mirarse en el espejo, su sorpresa fue mayor, su rostro estaba repleto de marcas, marcas negras, que se extendían hasta su cuello y se perdían bajo la tela del pijama. Asustada y horrorizada, su primer acto reflejo fue emprender marcha atrás, intentado alejarse de esa imagen o reflejo que se exhibía frente a sus ojos , pero pronto su espalda chocó con la pared. Movió su cabeza frenéticamente a ambos lados, intentado buscar la salida y cuando, con terror, intentó volver su mirada a la efigie del espejo, se encontró a ella misma, tal y como había sido siempre.


Resbaló su cuerpo por la pared hasta deja su cuerpo sentado en el suelo, juntó sus rodillas y hundió su rostro en ellas y lloró amargamente.


Aquellos sueños …

Había tenido sueños raros, sueños que la habían dejado con una sensación de haberlos vivido realmente, pero ninguno de ellos habían tenido ese tipo de efectos, no hasta ese punto, no hasta el punto de sentir miedo de sí misma.

- - - - - - - - -.--------------------------------------------------------------
pvo:sesshomaru

Basándose en la teoría de lo que era su vida, todo aquello era normal, la eternidad era un estilo de vida que le permitía colmar todos los placeres que un humano en su escaso tiempo de vida les era imposible saciar. Pero normalmente a la hora de elegir , la persona no es capaz de pensar en las consecuencias que conllevan esa forma de vivir, no es que se arrepintiera, el nunca se arrepentía de nada, era un lujo que su ego no le permitía, tan solo que cada ves que divagaba entre las opciones que podía haber tenido, la conclusión era la misma, ¿Qué habría pasado si hubiese elegido su vida como humano?
Una pregunta estúpida, ¿Por qué no admitirlo?, ya que nunca obtendría una respuesta, y todo aquello que no que no guiara a una persona a la aclaración de sus dudas era total e irracionalmente estúpido. Pero aunque él no era estúpido, era unas cuestiones que no podía evitar plantearse.


Llega un momento en la vida de los de su especie en la que tanta longevidad les resultaba un poco agotadora, tanta libertad acaba siendo incluso incómoda, entonces es cuando se plantean buscar alguien con quien compartir los milenios que se levantan frente a sus vistas, no obstante, en caso contrario la soledad también era una opción por la que pocos declinaban, sólo los valientes, como él, eran capaces de aceptarla, a pesar de que a él dicha opción nunca le presentó una alternativa , era estar solo o morir.


Por suerte entre tanta soledad tenía una derivación que escogía con sumo agrado y era cuidar de ella .

Hubo un tiempo en el que se recriminaba sí mismo por el hecho de haber perdido la razón así por una mujer y ese era el momento en el que su hija entraba en escena, con solo mirarla, aquella voz que le gritaba se apagaba rápidamente, dándole a entender que todo eso había valido la pena, pero luego durante la ausencia de su retoño, esa vocecilla volvía a atormentarle y le era casi imposible acallarla, entonces como si alguien en el cielo le amara, volvió a encontrarse con ella, con su alma pulcra y tibia, pero no se acercó , que va, optó por observarla de lejos a escondidas, unas acciones de las que no se siente muy orgulloso y de las que nadie se enteraría mientras su soberbio corazón siguiera latiendo. La veía construir su vida, su familia y morir con aparente felicidad y así lo hizo durante mucho tiempo, se sentía bien, ver como ella seguía siendo la misma a pesar de que su aspecto físico cambiara. Y fue entonces cuando su mayor miedo se hizo realidad, ¿Por qué no le podía dejar en paz?¿Por qué no podía simplemente ser un observador? No, porque al igual que había alguien que le quería en el cielo también existía alguien que le odiaba profundamente entre las llamas del sofocante infierno.


Apareció él, el ser que hizo una vez su vida añicos y que estaba dispuesto a hacerlo nuevamente. Y por eso aún estaba vivo, no solo por su hija, si no por defender a la única persona que fue capaz de derretir su corazón de hielo, de alguien que por simple hecho de venganza intentaba hacerla infeliz.


Dirigió su mirada a la fulgente luna que dejaba escapar su esplendor a través de los cristales. Ahora estaba más cerca y eso suponía un gran problema , ya que eso despertaría su autentica naturaleza y eso llamaría arriesgadamente la atención de Naraku. Alejarla sería lo mejor, o por lo menos eso pensaba él.


- . - . - . - . - . - . - . -

pvo:Kagome

Quería seguir durmiendo, después del sofocante sueño de la noche pasada no pudo dormir. Una vez puso sus pie en el frío piso todo rastro de sueño quedó borrado , se levantó y se vistió. Tuvo suerte de encontrar una buena casa, un poco de la influencia de su padre y todo había quedado solucionado. La idea de vivir en una casa tan grande ella sola no le causaba mucha gracia, pero aun así resultaba muy agradable, todo por allí era muy diferente a la ruidosa ciudad, todo era tan tranquilo, era como si cada momento se disfrutaba: respirar, dar un paseo, incluso plantar alguna rosa en el pequeño jardín trasero, solo tenía allí dos semanas y la serenidad del lugar se había apoderado de ella, pero todo era muy diferente por las noches, las cuales se convertían en un escenario de terror incontrolable.


Suspiró con ganas, dejó el zumo, que se estaba tomando, sobre la encimera, cogió sus llaves, su bolso y salió con dirección al garaje para coger su coche e irse a trabajar.


Mientras conducía no pudo evitar pensar en la frecuencia de los viajes alucinógenos que tenía su mente durante las horas nocturnas, pesadillas que parecían ser casi reales y que más de una vez le dieron esa sensación ,pero lo de la noche anterior, había sobrepasado el límite, pensó que tal vez fuera una ilusión, pero eso supondría llamarse loca y ella estaba muy segura de lo que había visto, recordaba a la perfección su cuerpo relleno de medias lunas negras y sus zafiros cambiar a un índigo casi negro, se estremeció ante el recuerdo.


Interrumpió sus pensamientos , para darse cuenta de que ya había llegado al colegio, en la puerta estaba Ayame y otra de las profesoras, Sango, recibiendo a los niños.

Salió para encontrarse con ellas

-Buenos días- saludaron ambas a la vez

-Buenos días- contestó

-¿Qué tal has empezado el día?- preguntó Ayame con simpatía

-Bien-


Un coche frenó estrepitosamente, llamando la atención de todos, a Kagome me le puso la piel de gallina al reconocer al portador de dicha máquina. Era Kikyou, según le había contado Ayame era la tía de Rin, una e las alumnas de su nueva clase, tras el extraño encuentro que tuvieron por primera vez, que acabó con una disculpa seca por confundirla con otra persona, no habían vuelto a hablar, era curiosa la personalidad que encaraba la atractiva mujer. Era seria, bastante seria y su carácter dejaba ver que también era autoritaria, pero a la hora de hablar con su sobrina resultaba de lo más encantadora y complaciente.


Rara- Pensó Kagome


Ayame también le contó que ella no era la única y que el padre de la niña era todavía más cortante, eran pocas las veces que se había presentado a recoger o llevar a su hija al colegio, pero que las pocas veces que lo hacía, la directora casi le besaba los pies


Sencillamente idiota-pensó entonces Kagome


Y puestos a describir personalidades también se encargó de decirle que era el hombre de belleza más extraña que había conocido, por que a diferencia de su hermana, portaba un largo cabello blanco, lacio y aparentemente suave y unos ojos de fuego congelado, no aparentaba para nada ser padre de una niña de la edad de Rin, más bien parecía su hermano mayor, pero no solo eran ellos los de belleza arrebatadora por que el marido de Kikyou, el cual la había acompañado un par de veces también era todo un adonis, lo que le parecía extraño era la tendencia que tenían, entre los hombres de aquella familia, de portar el pelo largo.


La mujer bajó del coche, le dio la vuelta y ayudó a bajar a la niña también, cuando se dirigía hacia la puerta pudo ver como Sango se tensaba, no hablaba casi nunca con Sango, por que era una joven bastante misteriosa, pero ahora tenía ganas de decirle algo para que aligerara esa expresión de disgusto que tenía en su rostro.


La niña entró corriendo después de saludar a Kagome, que era su profesora y Kikyou la vio perderse entre las grandes puertas del edificio, luego miró a Sango de manera altiva y arrugó la nariz como si algo le disgustara , después miró a Kagome cambiando su expresión.


-Buenos días- dijo, haciendo que Kagome me estremeciera ante el sonido de su vos, era tan suave y fina que nunca pensó acostumbrarse a ella.

-Buenos días- se las arregló para responder.

Ulteriormente te dio la vuelta y se dirigió a su, casi como ella, magnifico coche.

Sango bufó enfadada y caminó rápidamente hasta la puerta del colegio y entró.

-¿Qué ha sido eso?- preguntó Kagome confundida.

-No lo sé- respondió Ayame- Sango estaba aquí mucho antes que yo, y desde que yo sé a la señorita Kikyou no le cae muy bien, su marido( el de Kikyou) siempre que la ve desvía su mirada igual que el joven Kouga, otro tío de la niña y el señor Sesshomaru, el padre de Rin, simplemente la ignora, aunque el ignora a casi todo el mundo. Es como si ella no se llevara bien con ninguno.


-A lo mejor ya se conocían- pensó en voz alta

-sí, es lo más seguro- contestó.
Tocó el timbre y ambas entraron .

un rato depsues

-Bien, ahora os repartiré los exámenes de prueba que os hice la semana pasada- anunció Kagome a sus alumnos.

Todos saltaron de alegría al ver su alta calificación, el examen en sí era bastante fácil, todo el mundo lo aprobó a excepción de una alumna.

-Rin- empezó a decirle Kagome cuando fue a entregarle su examen- creo que necesito hablar con tus padres- entonces recordó que Rin no tenía madre- digo con tu padre- rectificó


-¿Por qué?- preguntó

-Verás, has sido la única que has suspendido - dijo con gravedad.

-No pasa nada- la niña acercó su rostro al de Kagome, como quien fuera a contar un gran secreto- créame así es mejor.

-Pero Rin no es solo eso, tú tienes muchas faltas, eso también me preocupa - dijo Kagome susurrando, sin saber por qué.

-Tranquila le prometo que no volverá a pasar
Kagome me mordió el labio inferior no muy convencida.

-¿Me lo prometes?-

-Sí- respondió sonriente.

- . - .- .

Dos semanas después
-¡Rin!- gritó enfadado. Aún con la notificación en la mano.

Su bramido se escuchó en todas y cada una de las esquinas de la mansión. A veces esa niña ponía su paciencia a prueba. En dos segundos la niña estaba en la puerta del estudio, con un enorme peluche colgado de su brazo izquierdo, dispuesta a hacer sus famosos pucheros en caso de que el regaño implique un castigo.

-¿Qué es esto?- preguntó levantado la nota que tenía en la mano.

Rin se apresuró a cogerla, la leyó rápidamente y comprendió entonces lo que sucedía.

-Es una solicitud de entrevista de mi tutora- respondió inocentemente

Sesshomaru pasó su mano por su frente con frustración.

-¿Qué has hecho?- preguntó con tono cansino.
La niña cogió la mano de su padre y lo guió hasta su asiento, le dio la vuelta al enorme escritorio y se sentó del otro lado, frente a él, dispuesta a explicarle su teoría.

-Verás papá, tú me dijiste que debía aparentar ser una niña normal, si saco las mejores notas de clase llamaría mucho la atención así que estoy haciendo un gran esfuerzo para parecer una niña normal- sonrió ampliamente- ¡¿no es una idea genial?!, aunque- dijo poniendo su dedo en la barbilla- creo que me he pasado un poco

-y cuando dicen una entrevista con la tutora …

-Significa que tienes que hablar con mi tutora de clase, la señorita Kagome.

-¡¿Qué?!-



okii espero os guste el capi, gracias por vuestros post, muchas gracias
nos vemos, besos.