Long-fic El viaje de Rosa

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por George Asai, 31 Enero 2014.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Andrea T

    Andrea T Iniciado

    Sagitario
    Miembro desde:
    20 Abril 2015
    Mensajes:
    44
    Pluma de
    Escritora
    Ahora por acá xD
    Jaja pues este cap estuvo, normal en mi punto de vista, se me hizo corto, pero da lo mismo, pobre rypherior, que triste su vida, mas bien, lo que le ocurrio con los años.
    Nunca me hubiera imaginado a Rosita con un rypherior, es que Rosa es bastante adorable como para imaginarla con pokemones super fuertes xD pero esta bien, siempre es bueno variar.
    Ganarse su confianza y hacerla sonreir de nuevo de seguro va a ser dificil, pero hablando de lo terca que Rosa puede ser, no se va a rendir n.n
    Bueno, tomalo con calma, no te apures en continuar la historia si estas ocupado :3 sale, chauu
     
    • De acuerdo De acuerdo x 1
  2.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    El viaje de Rosa
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    4100
    Por fin, capítulo de Rosa, no les dejo con la espera y vamos adelante.



    Capítulo 16: Korrina ataca




    Nuestras protagonistas finalmente llegaron a Ciudad Yantra, dicho pueblo era una especie de isla rodeada por grandes cantidades de agua, además, una enorme torre yacía en un islote a las afueras de la ciudad. Rosa abrió sus ojos en par cuando vio semejante estructura tan antigua y con rasgos de la antigua civilización que habitó la región Kalos antes de la guerra.



    —Oye, ¿qué dice el mapa de este sitio? —cuestionó Rosa.



    —Al parecer, la torre maestra es donde se encuentra el gimnasio, según el mapa, los primeros entrenadores de la región Kalos vinieron aquí para entender el misterio de la Mega evolución. Además, siento una vibra mística por toda la ciudad. —Liza respiró profundamente, al hacerlo dio un vistazo a las casas viejas que adornaban el escenario.



    Por un momento se imaginó a sí misma caminando por las calles del antiguo Kalos, saludando a medio mundo y temiendo por una guerra devastadora. Liza vio películas en su infancia de este desastre, una tragedia donde humanos y pokémon lucharon codo a codo en un genocidio masivo. Por suerte, eso era cosa del pasado, recuerdos tristes que marcaron a toda una generación hace miles de años.



    De esas muertes solo quedó la triste memoria.



    —Impresionante, ¡el gimnasio está dentro de esa torre!, ya quiero retar a la líder Korrina. —Los orbes de Rosa se encendieron como dos pequeñas velas, tras una racha perfecta en batallas oficiales el hambre de Rosa incrementó más, no obstante, el desafío era más difícil que su pelea contra Lino, ya que Korrina se especializaba en pokémon tipo lucha y dos de sus pokémon eran débiles al mismo.



    —Tranquila, primero debemos ir al centro pokémon para descansar un poco. Mañana a primera hora iremos al gimnasio, de mientras puedes ir planeando tu estrategia para ganar.



    —Ya lo tengo todo, lo siento, Eevee, pero no participarás en esta ocasión. —La pequeña zorrita asintió con su cabeza levemente, a ella no le gustaba estar fuera del equipo, no obstante, sabía que también sus compañeros debían tener participación en batallas oficiales.



    —Eso es nuevo, normalmente siempre dependes de Eevee para ganar.



    —No es bueno depender de un solo pokémon, además, quiero que Pidgey gane experiencia. —El pajarito de Rosa difícilmente ganaba peleas contra pokémon salvajes, su diminuto tamaño y estadísticas pobres le hacían un candidato para salir del equipo en son de otros más poderosos. Aun así, Rosa tenía esperanzas en el pequeño.



    Las chicas llegaron al centro pokémon, como siempre, una enfermera Joy las recibió con una sonrisa radiante.



    —Hola, bienvenidas al centro pokémon.



    —Enfermera Joy, ¿podrías revisar a nuestros amigos, por favor? —Rosa metió a Eevee dentro de su pokebola, Liza entregó las suyas con una sonrisa y luego, un Chansey vino a recogerlas diligentemente. En el lapso que esperaron estuvo lleno de silencio, la memoria de Rhyperior y las estrategias contra Korrina pasaron por la mente de nuestra heroína, Liza por otro lado prendió el televisor público y se dispuso a ver espectáculos pokémon y demás.



    Ella no deseaba interrumpir la concentración de su amiga antes de una batalla de gimnasio, pero más que eso, quería que Rosa aclarase sus ideas con respecto a Rhyperior. Si el pokémon de roca no deseaba seguir viviendo tampoco podían imponerle una mentalidad que ella no deseaba, no obstante, decirle eso a Rosa podría herir sus sentimientos.



    —Oye, Liza. —Rosa interrumpió el silencio y luego giró su cabeza en dirección a su amiga.



    —¿Qué pasa? —respondió amablemente.



    —¿Tú crees qué hago bien? —Liza ya suponía esa pregunta de algún modo, sin embargo, la chica negó con la cabeza pero sonrió al mismo tiempo.



    —Yo no soy nadie para decirte, simplemente haz lo que busque tu corazón, no pidas segundas opiniones o una guía que te indique, simplemente hazlo.



    —¿Solo hacerlo?



    —Exacto, si piensas mucho las cosas podrías perder una gran oportunidad. Tampoco te lances a lo idiota sin saber hacia dónde vas, pero trata de no reflexionar mucho lo que haces. Después de todo, ¿no es lo que tú buscabas?, ayudarle a encontrar la felicidad. —Liza respondió lo que Rosa quería escuchar, si bien no eran sus verdaderos sentimientos decidió mentirle inocentemente, ya se daría cuenta de sus intenciones luego.



    Con esa idea en mente las chicas pasaron la noche en el centro pokémon.



    Al día siguiente Rosa fue la primera en levantarse y recibir a sus ya recuperados pokémon, Eevee salió de su pokebola con un semblante mucho más fresco y saludable, a pesar de no tener un rol protagónico en la batalla de hoy se mostró amigable y educada. Al parecer, la suplencia no le afectó tanto como Rosa pensó, ya que su personalidad era muy parecida a la de ella.



    —¡Hoy ganaremos nuestra medalla! —exclamó, la zorrita dio un saltito y también vociferó con dulzura la misma frase de su entrenadora, pero en idioma pokémon.



    —Veo que están muy entusiasmadas, ¿tendrán una batalla hoy? —La enfermera Joy ya estaba atendiendo unos pokémon y registrando datos en la máquina de curación, Rosa se sorprendió un poco al verla tan activa, ya que apenas eran las siete de la mañana y la enfermera no tenía rastro alguno de cansancio.



    —Sí, pero antes vamos a desayunar, no podemos pelear con el estómago vacío.



    —Muy bien, les deseo mucha suerte y traten de no sobre esforzarse mucho. —La enfermera despidió a Rosa ondeando su mano de un lado a otro, posteriormente nuestra entrenadora principal corrió a la cafetería y se pidió un desayuno gigante, lo mismo para sus compañeros pokémon que devoraron como si no hubiese un mañana. Bueno, casi todos…



    Rhyperior no tocó su comida pokémon, algo entendible, ya que su especie se alimentaba de rocas más que nada, aun así, la comida hecha por humanos poseía mejores condiciones nutrimentales y era en teoría, más saludable. Liza llegó al puesto de comida poco después, a diferencia de Rosa sus ojos todavía conservaban cansancio y pocas ganas de ingerir alimentos, lo mismo con sus adorables pokémon Kirlia y Dedenne.



    —¿Acaso tuviste un mal sueño? —Se burló Rosa, Liza solamente la ignoró y continuó comiendo. Gesto que nuestra heroína interpretó como un sí…



    —Deberías pensar mejor en tu batalla y dejar a esta pobre alma en paz.



    En fin…



    Tras reposar una hora los alimentos el grupo se encaminó hacia el gimnasio de ciudad Yantra, ahí vieron un pequeño puente de madera que estaba anclado a pocos metros del nivel del mar, en estaciones más secas se podía llegar caminando sin ningún problema, pero debido a la época del año era necesario un puente improvisado para poder entrar.



    —Increíble, este gimnasio parece un estadio. —La arquitectura del gimnasio era totalmente distinta a lo que venían pasando, el primero apenas y tenía gradas, el segundo parecía más bien un parque temático, pero éste sí cumplía con todos los requerimientos para una batalla repleta de espectadores. Rosa soltó un suspiro pesado al ver las gradas vacías, ya que en su imaginación se vio a sí misma combatiendo frente a miles de fanáticos.



    —Es cierto, me pregunto dónde estará la líder de gimnasio…—Liza escaneó rápidamente el lugar en búsqueda de la líder Korrina, no obstante, el recinto yacía desierto, no había ni un alma ahí dentro.



    —¡Hey, retadora! —O eso pensaron, de repente una chica rubia con patines se deslizó sobre las paredes del gimnasio y con un enorme salto aterrizó frente a Rosa. La joven tenía la misma edad que Rosa, su mirada llena de valentía y energía solamente incrementó el espíritu competitivo de nuestra adorable protagonista. Korrina vestía un vestido blanco de una pieza, bastante corto, obviamente traía shorts debajo de su falda, ya que esto no era un anime ecchi, además, el casco que cubría su melena rubia hacía juego con el resto de su atuendo —. ¿Estás lista para tener una batalla? —cuestionó Korrina.



    —¿Tú eres la líder Korrina?, ¡es un placer!, yo soy Rosa.



    —Ah, es cierto, vaya modales los míos, perdón. Soy Korrina, la líder de gimnasio de ciudad Yantra y actual heredera de la mega evolución, antes de empezar quiero preguntarte algo, ¿has competido en otras regiones?, ¿o es tu primera vez?



    —Es mi primera vez, pero ya tengo dos medallas conmigo.



    —¡Excelente!, entonces me ajustaré a este nivel de dificultad, las reglas son simples, usaremos dos pokémon cada una, tú puedes hacer cambios durante la batalla, pero yo no. De ahí el reglamento será el mismo que utiliza la liga pokémon, ¿alguna duda? —Korrina hizo las preguntas de protocolo, aquello le pareció una molestia, pero como líder responsable tenía que cubrir todas las bases antes de una emocionante batalla. En el pasado su abuelo debía corregirle y le regañaba cada vez que iniciaba la pelea sin conocer los antecedentes de su oponente.



    No obstante…La hiperactiva Korrina logró convertirse en una líder digna y respetada por todos.



    —Ninguna, ¡vamos a darle! —exclamó Rosa con gran determinación, sin embargo, Korrina elevó su mano diestra y señaló a Liza tímidamente.



    —Me da un poco de pena pedírtelo, ¿pero podrías ser el referí?, es que el árbitro se tomó el día hoy y por eso andaba buscando un suplente.



    —De acuerdo, no hay problema, vamos, Eevee, tendremos el mejor lugar para ver la pelea. —La zorrita acompañó a Liza al centro del campo, ahí levantó sus dos manos para señalar a las contendientes —. Esta será una batalla pokémon de dos contra dos, ya saben las reglas y demás, ¡peleen! —exclamó la chica un tanto apresurada, pues deseaba ver la pelea de una buena vez. Eevee empezó a dar saltitos y a gritar con su adorable voz de pokémon, pues le deseaba toda la suerte del mundo a su linda entrenadora.



    —¡Vamos, Pancham! —Rosa eligió al confiable osito luchador, a pesar de estar en desventaja por ser novato la chica tenía mucha confianza en él, ya que su enorme perseverancia y valor le permitieron ganar su segunda medalla. Korrina sacó una pokebola de su cinturón, luego lanzó la misma al centro del campo y de ahí salió un Tyrogue en posición de ataque.



    —Tyrogue, ¡es hora de luchar!, ¡usa golpe roca! —El pokémon bebé rápidamente se colocó a lado del pandita y en menos de un parpadeo lanzó un puñetazo directo al rostro, no obstante, Pancham leyó bien su jugada, ya que segundos antes del impacto dio un pequeño paso hacia atrás, lo que le dio el margen perfecto para bloquear el ataque con una defensa exterior, básica de las artes marciales japonesas.



    —¡Bien!, ¡contraataca con golpe de karate! —Los dos pokémon luchadores intercambiaron puñetazos durante unos segundos, ambos tenían orgullo y pasión como buenos pokémon de tipo lucha, de hecho, la batalla parecía sacada de un manga shonen donde ambos protagonistas se daban con todo a una velocidad superior a los reflejos humanos. Bueno, en realidad no, simplemente soltaban golpes y bloqueos simultáneamente, nada del otro mundo.



    —Tyrogue, ¡usa placaje! —El diminuto peleador cargó directamente contra Pancham, gesto que Rosa interpretó como un ataque imprudente, ¿por qué demonios utilizó un movimiento tan riesgoso?, a diferencia de golpe roca, placaje implicaba usar todo el cuerpo para golpear al oponente, lo que le daba a Rosa mayor maniobrabilidad al momento de pensar un contraataque. Aun así, Korrina no era ninguna tonta, era imposible que alguien de su categoría cometiese un error de principiante.



    ¿Debía aprovechar la oportunidad?, ¿o mejorar su defensa?



    Tenía menos de dos segundos para dar una orden crucial, Rosa decidió hacerle caso a sus más bajos instintos y por fin llegó a una conclusión.



    —¡Pancham, recibe el ataque y contraataca con gancho alto! —La jugada no era mala, sino todo lo contrario, Tyrogue golpeó al osito con todo su cuerpo, pero el impacto no fue lo suficientemente fuerte para hacerlo caer. En ese momento, el puño izquierdo de Pancham brilló con un resplandor blanco, de inmediato, un potente puñetazo salió disparado hacia la mandíbula del pokémon bebé.



    —¡Error!, ¡detén el gancho con patada baja! —Lo que pasó después dejó a Rosa sin palabras, el pokémon luchador se dejó caer al piso y lanzó una patada dolorosa contra las rodillas de Pancham, éste tuvo que agacharse por el dolor del impacto y peor aún, quedó desorientado por la rápida reacción de su oponente —. ¡Termínalo con mega patada! —Rosa ya no sabía qué hacer, su estrategia falló y lo peor es que pudo haberlo evitado si hubiese pensado mejor las cosas.



    —¡Esquívalo! —exclamó la chica, pero fue demasiado tarde, la patada del pequeño pokémon dio en el cráneo de Pancham, dejándolo fuera de combate instantáneamente.



    —Pancham ya no puede pelear, Tyrogue gana. —Liza anunció con gran pesar el primer resultado de la pelea, Eevee por su parte bajó sus orejitas algo triste por el primer descalabro de su entrenadora.



    —Pancham, regresa. —Rosa devolvió a su compañero a la pokebola con una mirada deprimente —. Muchas gracias por tu esfuerzo y lamento haberme equivocado, prometo que no volverá a pasar. —Tras disculparse con su compañero Rosa volvió a sonreír y rápidamente llamó a su segundo pokémon —. ¡Vamos, Pidgey! —La última esperanza para ganar la medalla por fin apareció, Pidgey era quizá el pokémon más débil de su equipo y el que menos victorias tenía, sin embargo, la chica confiaba en él para obtener la victoria.



    —Un pokémon volador, ¡bien pensado, Rosa! —felicitó Korrina amablemente —. Pero no creas que la ventaja de tipo te salvará, ¡enseñémosle a Rosa una lección Tyrogue!



    —¡Empiecen!



    —¡Pidgey, usa tornado!



    —¡Tyrogue, corre hacia la izquierda para evitarlo! —Sin embargo, el tornado de Pidgey fue más rápido, las corrientes de aire levantaron del suelo al pokémon luchador y lo hicieron girar en el aire durante varios segundos —. ¡Tyrogue, gira a la inversa del tornado con giro rápido!



    —¡Usa ataque rápido mientras gira! —La estrategia de Rosa por fin salió a la luz, ya que Tyrogue se encontraba girando en dirección contraria al tornado no pudo ver ni evadir el impacto directo de Pidgey, además, al estar suspendido en el aire sufrió daños por la caída también. No obstante, Tyrogue se levantó campantemente y miró con valentía a su oponente volador.



    —Nada mal, ¡pero eso no vencerá nuestra sangre caliente!, ¡Tyrogue usa placaje! —La misma jugada no resultaría dos veces, Pidgey voló por los aires y así evadió la embestida brutal de su adversario, el pajarito se mostraba confiado, lejos de aquella inseguridad que lo acompañó durante todo su viaje.



    —¡Termínalo con tornado nuevamente! —La ráfaga de viento volvió a levantar a Tyrogue del suelo, éste intentó por todos los medios zafarse del agarre, desde menearse de un lado a otro, hasta tratar de poner su peso en las piernas. Por suerte para Rosa, ninguno de sus métodos funcionó y al terminar el tornado, Tyrogue cayó vencido por el impacto contra el suelo, dándole así la victoria a nuestra adorable heroína.



    —Tyrogue no puede continuar, Pidgey gana. —Liza dio el veredicto final con una sonrisa, Pidgey por fin pudo demostrar lo que valía en una batalla y fue gracias al trabajo en equipo con su entrenadora que pudo explotar todo su potencial en combate.



    —¡Bien hecho, compañero! —El ave pequeña le dio un ligero aletazo amistoso al puño de Rosa, Korrina sin embargo se mostró feliz por el desempeño de la retadora y de su propio pokémon, había luchado batallas mucho más intensas en el pasado, pero claro, ver a una entrenadora novata superarse gracias a ella le hacía sentirse orgullosa por su profesión.



    —Descansa, Tyrogue. —La joven patinadora devolvió a su compañero de vuelta a su pokebola —. Lo hiciste muy bien, ¡pero no perderemos!, ¡vamos, Machoke! —exclamó Korrina, al hacerlo salió un pokémon muy musculoso y vigoroso, de un tamaño totalmente diferente al pequeño Tyrogue.



    —¡A pelear! —comandó Liza.



    —¡Pidgey, vuelve a usar tornado! —El ataque de Rosa no sirvió esta vez, ya que Machoke era demasiado pesado para ser levantado por una corriente de aire tan pequeña, de hecho, ni siquiera se molestó en evadir el ataque. A pesar de tener la ventaja de tipos, el tamaño de los dos contendientes era muy desigual.



    —¡Machoke, usa golpe de karate! —El pokémon musculoso rápidamente cargó contra Pidgey que todavía volaba, éste dio un gran salto con toda la intención de impactar en el pokémon de Rosa, por suerte, Pidgey voló aún más alto y quedó a una distancia segura de futuras arremetidas.



    Rosa estaba en un nuevo predicamento, acercarse a Machoke era peligroso para Pidgey, por desgracia, tampoco podía atacarlo si no lo hacía. Korrina sonrió, ella tenía la ventaja del combate y supo aprovecharla correctamente.



    —¡Machoke, ¡usa onda certera! —Las manos del luchador brillaron con un resplandor naranja, posteriormente una poderosa bola de energía salió disparada en dirección a Pidgey a una velocidad absurdamente rápida. El pajarito pudo esquivarla por un pelito de rana, gracias a sus buenos reflejos y diminuto tamaño, no obstante, Machoke volvió a cargar rápidamente otra esfera —. ¡No dejes de atacarlo!



    Fue un bombardero constante y agotador, Pidgey se la pasó volando de un lado a otro mientras evadía las esferas naranjas que amenazaban con golpearlo. Rosa no sabía qué hacer, su mente volvió a perderse en lagunas mentales incapaces de encontrar una solución para este predicamento.



    —¡Pidgey, usa ataque de arena! —El pajarito trató de tirarle arena en los ojos a Machoke, desgraciadamente… ¡Machoke lo vio venir!, antes de que las corrientes de viento levantaran la tierra del campo una esfera naranja impactó de lleno en el pecho del pokémon volador —. ¡Pidgey! —exclamó Rosa con terror en su voz, Machoke sabía que su oponente llegaría a esa conclusión, por ende, preparó una onda certera de antemano.



    —¡Usa tiro vital mientras está cayendo! —El pobre Pidgey cayó en picada hacia el suelo, pero no impactó de lleno contra el mismo, en vez de eso recibió un potente golpe que lo mandó a volar varios metros hacia atrás y lo dejó bastante maltrecho, Rosa pensó por un momento que todo había terminado, pero la determinación del pajarito era tan grande que volvió a ponerse de pie.



    —Oh no, Pidgey… ¿Qué debo hacer?, ¿cuál es la estrategia ideal para ganar?, necesito pensar…



    —No tienes por qué pensarlo tanto, Rosa, solamente conéctate con tu pokémon y navega a través de sus sentimientos. Está bien pensar en planes y tácticas para ganar, pero a veces solamente debes de lanzarte al vacío sin mirar atrás, es un consejo que te doy. No lo pienses tanto y actúa, de lo contrario, no podrás responder bien los sentimientos de tus pokémon.



    Rosa cerró los ojos y vio a Rance en su imaginación, el chico tenía una mirada confiada y no lo pensaba dos veces antes de hacer una acción heroica. Pero más que eso, confiaba en la fuerza de sus compañeros y por ende cargaban sin muchos planes, usando meramente poder bruto contra oponentes débiles. Era un estilo muy riesgoso, altanero y en cierto modo ineficaz contra un oponente inteligente, incluso el mismo Rance reconocía que solo usaba ese modo de combate contra matones y entrenadores novatos.



    Aun así…



    Rosa sintió admiración por ese estilo de batalla tan despreocupado y brutal, lejos de los enormes planes y estrategias que ella realizaba para cubrir su falta de poder y experiencia. Mientras recordaba sus pocos días con Rance, nuestra protagonista le dio un vistazo a Pidgey, esos ojos tan llenos de fuerza y honor contrastaban con el estado de su cuerpo, tenía moretones y rastros de tierra por todos lados. Pero seguía de pie, luchando contra la adversidad, sin ningún tipo de miedo o preocupación por el resultado de la batalla.



    Ganar o perder no importaba nunca más, simplemente quería demostrarle a Rosa lo valiente y fuerte que era.



    —Es cierto, ¡no lo pensemos tanto y vamos!, ¡Pidgey, usa ataque de ala! —El pokémon pequeño lanzó una carga suicida contra Machoke, éste se preparó para recibirlo sin mayor temor a lo que pudiese pasar.



    —¡Machoke, toma a Pidgey de las alas y azótalo contra el piso! —Pero la orden no pudo ejecutarse, Pidgey iba con tanta fuerza que incluso Machoke se vio algo molesto cuando tuvo que alzar a la pequeña ave, ¡justo cuando estaba a punto de azotarla un milagro pasó!



    El cuerpo de Pidgey brilló con un resplandor blanco, su cuerpo se volvió más grande y la fuerza de su ataque incrementó considerablemente, evitando así el azote mortal que Machoke amenazaba con hacerle. Sí, aquí no había ningún error…



    ¡Pidgey había evolucionado a Pidgeotto!



    —¡Sigue presionando con ataque de ala!



    —¡No sueltes sus alas todavía, trata de azotarlo contra el piso nuevamente! —Machoke sabía que soltar a Pidgeotto era un error total, ahora tenía la oportunidad de terminar el combate y de no hacerlo, estaría en una severa desventaja, por desgracia para él, la fuerza de Pidgeotto incrementó muchísimo, tanto que sus manos empezaron a sangrar por la fuerza de sus alas.



    —¡¡No te rindas, ataque de ala a todo poder! —Rosa exclamó hasta quedarse literalmente sin voz, Pidgeotto logró lo imposible, ¡levantó a Machoke del suelo!, una maniobra que desafiaba toda lógica existente, ya que el peso de esta especie rondaba los 70 KG, el simple hecho de competir poder a poder contra eso ya era un logro, ahora… ¡Ser capaz de levantarlo estaba en un nuevo nivel de valor!, Pidgeotto logró levantarlo cerca de cuarenta centímetros, distancia suficiente para librarse de su agarre y poder volar libremente por los cielos.



    —¡Machoke, usa onda certera antes de que te ataque! —Pero no solo la fuerza del pokémon volador incrementó al evolucionar, también lo hizo su velocidad, tanto que pudo evadir las esferas naranjas sin molestarse un segundo. Korrina sabía lo que se avecinaba, así que trató de defenderse con una jugada más defensiva —. ¡Retrocede, no te pongas en su línea de caza!



    —¡A darle ahora con golpe aéreo! —Rosa dejó las estrategias a un lado y cargó usando meramente el poder, justo como su ídolo Rance, Pidgeotto voló a una velocidad impresionante y de un solo impacto dejó a Machoke tendido en el suelo, éste ni siquiera pudo moverse ante la poderosa fuerza de su adversario y para fortuna de Rosa, las heridas que se hizo en ambas manos también cobraron factura, por lo que fue incapaz de levantarse para continuar peleando.



    —El combate se terminó, ¡Rosa es la ganadora! —exclamó Liza un tanto imparcial, Eevee salió corriendo a los brazos de Rosa y ésta la recibió con una sonrisa radiante. Pidgeotto también hizo lo mismo pero debido a la nueva fuerza de sus alas tiró a Rosa por su abrazo improvisado.



    —¡Ganamos, realmente ganamos! —exclamó muy feliz, Pidgeotto movió sus alas orgullosamente mientras su entrenadora se levantaba del suelo —. Estuviste realmente impresionante, Pidgeotto, sabía que eras un pokémon muy valiente.



    —Regresa, Machoke, diste lo mejor de ti y estoy orgullosa. —Korrina devolvió a su pokémon y luego caminó hacia Rosa, la chica no se veía molesta por perder, sino todo lo contrario, ya que pudo ayudar a la retadora a mejorar y a encontrar una alternativa para su estilo de lucha —. Lo hicieron bien, tú y tus pokémon, me sorprendí mucho cuando Pidgey evolucionó, creo que por fin lograron conectarse juntos y llevar más allá su poder.



    —Gracias a ti también, de no ser por tu consejo no habríamos llegado a esta conclusión, ¡eres una gran líder de gimnasio! —exclamó Rosa, Korrina se apenó un poco, ya que no estaba acostumbrada a ser halagada tan seguido.



    —Tienes mucho potencial, Rosa, es cuestión de que vayas puliendo tus habilidades y dándolo todo en los combates. ¡Excelente!, ahora como prueba de tu victoria en este gimnasio te daré la medalla Lid. —Korrina sacó de su bolsillo una medalla con forma de puñetazo, Rosa pensó que tenía un diseño bastante rústico para ser una medalla oficial, pero eso no le importó mucho ya que se esforzaron mucho para ganarla.



    —Felicidades, ¡fue una batalla intensa! —Liza dejó la plataforma del referí y se reintegró con ambas rubias —. La verdad nunca había arbitrado un combate antes, ¡fue divertido!



    —Sí, prometo que si volvemos a pelear tendré un referí a la mano y sino, Liza puede hacernos el favor, ¿verdad?



    —¡Por supuesto!



    Fue así como Rosa presenció la primera evolución de su carrera como entrenadora, en aquel momento ella no estaba consciente de los momentos difíciles y deprimentes que se ocultaban en el horizonte. Porque más allá de las sonrisas, existía peligro latente en Kalos…



    Fin del capítulo 16

    Es todo por el momento, ¿cuál escena les gustó más?, ¿qué piensan del capítulo? c:
     
    Última edición: 1 Agosto 2016
    • Me gusta Me gusta x 1
  3.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    El capítulo en sí fue muy dulce, y me gustó cómo describiste la batalla. No esperaba nada muy impresionante, eso sí, dado que era un combate meramente físico. Hubiera sido mucho mejor, claro está, que hubieras puesto a perder al Lucario sin mega que Korrina tiene (ella tiene dos, según el lore de la WikiDex).

    Rosita, en tanto, aprendió una cosa más... que debe aventarse con todo cuando es necesario (o sea, cuando no valen los planes y debes pensar RÁPIDO). Es un milagro que ahora tenga a Pidgeotto xD. Esto ya me apesta a que conseguirá una Pidgeotita en el futuro no tan lejano -3-. Pero no me quejo...

    Y espero que pronto Rhyperior recupere las ganas de vivir... y bueno, eso del "peligro latente en Kalos" con que finalizaste el capítulo... wow, a ver qué sucede O_oU. Espero el siguiente capi con ansias, compa :B

    ¡Mucha suerte en todos tus proyectos!
     
  4.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    El viaje de Rosa
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    3793
    Les tengo nuevo capítulo de Rosa, espero les guste c:



    Capítulo 17: Encuentros y dilemas


    Tras haber ganado la batalla de gimnasio Rosa y su compañera de viaje abandonaron el recinto y se dirigieron al centro pokémon para celebrar la victoria con una rica botana. La sonrisa de nuestra heroína no desaparecía por ningún motivo, todavía recordaba la intensa pelea que tuvo contra Korrina y el como Pidgey se esforzó al máximo hasta evolucionar de una manera casi legendaria, como en las películas de entrenadores que veía cuando era una niña.

    No obstante, cuando llegaron a su destino vieron una enorme limosina negra con varios hombres trajeados y bien arreglados, las dos chicas reconocieron casi de inmediato a la dueña de ese auto tan pomposo. Cosette Rock, una entrenadora muy adinerada que tenía un lenguaje brusco, personalidad arisca pero un buen corazón después de todo.

    Aun así, a Rosa no le caía muy bien.

    —Es la limosina de Cosette, ¿vendrá por una batalla de gimnasio? —preguntó Rosa un tanto confusa.

    —No lo sé, entremos a ver lo que ocurre. —Rosa y Liza entraron al centro pokémon sigilosamente, no es que estuviesen haciendo algo malo ni nada por el estilo, pero les daba algo de pena meterse a un lugar repleto de hombres trajeados. La enfermera Joy no parecía molesta por tantos visitantes uniformados, en vez de ello les sonrió a todos y atendió a los pokémon que le traían con la misma disposición de siempre. En verdad, esa enfermera poseía un corazón demasiado noble.

    —¿Ves a Cosette por ahí? —llamó Rosa.

    —Sí, en la sala de espera, habla con otra chica. —Liza señaló a la joven millonaria, ella portaba elegantemente un vestido blanco, adornado con diamantes y joyas de lo más extrañas. Se veía realmente hermosa, incluso Rosa se sintió un poco celosa cuando apreció aquella distante figura pelirroja. No obstante, lo que llamó la atención de Liza no fue la belleza de su conocida, sino la otra persona.

    A diferencia de la arrogante Cosette, su acompañante vestía una falda mediana hasta las rodillas, blusa negra con el símbolo de una pokebola rota en el pecho y unas intimidantes botas rojas que parecían sacadas de un manga. El cabello de la chica era castaño y sus orbes blancos como la nieve.

    —¿Por qué mi familia debe trabajar con los Agentes Pokémon?, no tenemos nada que ganar y mucho que perder. —Cosette no se dejó intimidar por los temibles ojos de su interlocutora, de hecho, se mostró un tanto molesta —. Ustedes los Agentes creen que están por encima de nosotros, pero no es así, ustedes necesitan la ayuda de mi familia.

    —Creo que no nos estamos entendiendo, Cosette. —El hecho de llamarle por su hombre y no por su título fue una clara falta de respeto, sin embargo, la joven Agente tampoco dio su brazo a torcer —. La familia Rock tiene la oportunidad de salvar a todo Kalos, ¿no te imaginas cuánto prestigio le darás a tus descendientes?, la legendaria Cosette Rock, una heredera que fue parte importante a la hora de salvar Kalos. Tú no te mancharás las manos, serás una maldita figura pública que recibirá los honores de una tarea que no mereces. Para ser sincera no me agradas y no quiero recibir la ayuda de tu familia, pero órdenes son órdenes, los de arriba quieren formar una alianza contigo, en especial en la parte de financiamiento.

    —Ya veo porque te mandaron a ti, ciertamente eres buena negociante, ustedes son unos matones que compiten con la policía internacional pokémon y al tener el apoyo de mi familia podrán moverse con mayor libertad. Fama y prestigio, ciertamente son cosas importantes, no necesitamos dinero, no somos mercenarios estúpidos que dan su trasero por unos cuantos billetes. Pero el honor, la gloria y la victoria son cosas que no podemos dejar pasar, sería una verdadera estúpida si rechazara tu oportunidad. Muy bien, acepto. —Con un desconfiado apretón de manos las dos chicas llegaron a un acuerdo, posteriormente la joven negociante giró su cabeza hacia Rosa y Liza, pues ambas habían escuchado la conversación.

    —Vaya, parece que tenemos a unas metiches por acá. —La joven caminó un poco amenazante hacia ella, pero Cosette tronó sus dedos con autoridad.

    —No te molestes con ellas, son mis informantes de Kalos. —Cosette mintió para que las dos chicas no se vieran involucradas en problemas, un gesto bastante generoso de su parte.

    —Me hubieras dicho que tenías informantes, pero bueno, Cosette Rock, fue un placer hacer negocios contigo.

    —Lo mismo digo, Agente Mana.

    Mana pasó a lado de Rosa, al hacerlo las dos se vieron a los ojos y pudieron ver la enorme diferencia que estos tenían, La mirada de nuestra protagonista estaba repleta de inocencia y dulzura, en tanto, Mana tenía un semblante serio y sufrido, como si estuviese sintiendo dolor en este momento.

    —Espera. —Rosa llamó a Mana sin reflexionar nada, simplemente dejó que su voz saliera solita. Ante ese gesto, tanto Liza como Cosette abrieron sus ojos en par, ¿por qué motivo Rosa querría hablar con una chica tan distinta?, fue esta acción carente de sentido lo que llamó la atención de Mana.

    —¿Qué necesitas? —respondió Mana con mucha educación, no obstante, su tono estaba repleto de una hostilidad invisible que solamente Cosette pudo reconocer.

    —¿En verdad hacen cosas crueles?, ¿cómo matar personas y pokémon? —Rosa escuchó hablar de los agentes y tuvo una experiencia mala con uno de ellos, pero todavía quería creer que estos misteriosos personajes no eran más que una invención del pueblo, un mito inexistente nacido por la necesidad de crear un villano para la sociedad. Eso era lo que Rosa deseaba, en lo más profundo de su corazón se negaba a creer en la existencia de estos individuos.

    Mana de inmediato reconoció esa mirada llena de esperanza y alegría, sí, no podía estar equivocada. La joven agente notó que Rosa poseía el mismo semblante que Rance tenía durante el incidente del invierno veraniego, cuando ella y el entrenador detuvieron por las malas al pokémon legendario Articuno.

    Esa aventura le trajo recuerdos dolorosos y tristes, pues fue un recordatorio de su triste existencia como juez y verdugo de las personas malas.

    —Sí, las hacemos para salvar a entrenadoras inocentes como tú. Tienes mucha suerte, estás en una aventura para seguir tu sueño y poder convertirte en una gran entrenadora. —Por un momento Mana sintió que hablaba de nuevo con Rance, en su mente el rostro desesperado del muchacho todavía seguía extendiéndole la mano hacia la salvación, donde no tendría que realizar atrocidades nunca más.

    Pero aquella ilusión se quedaba ahí, en un mero sueño inútil que jamás se volvería realidad.

    —¡Pero no lo estás disfrutando!, disculpa si soy una entrometida, pero… ¿Cómo puedes vivir siendo infeliz? —Rosa odiaba ver a la gente y los pokémon sufrir, así como Rhyperior estaba cansada de vivir, Mana tampoco estaba contenta con su situación actual, de hecho, parecía un robot cumpliendo los comandos de alguien mucho más fuerte.

    —No es de tu incumbencia, niña. —Mana ya no quería escucharla más, cada palabra que salía de la boca de Rosa le recordaba la hermosa oferta que Rance le hizo, cuanto más hablaba la chica, más ganas tenía de buscar a Rance y tomar su mano de una buena vez.

    —¡Sí es de mi incumbencia!, eres una entrenadora pokémon como yo y alguien que ama a los pokémon no puede ser malvada.

    —Rosa, creo que deberías dejarla. —Incluso Cosette suavizó su voz ante aquella declaración, la joven millonaria ya no sabía qué hacer para cortar la tensión en el ambiente. Incluso los guardias de seguridad se quedaron callados al no poder intervenir en este asunto de ideologías.

    —Cosette tiene razón, Rosa, déjala ir. —Liza también sugirió lo mismo, pues ambas se dieron cuenta que Mana en verdad la pasaba mal.

    —No puedo dejarla ir, Mana, tú sabes lo que quieres, ¿por qué no lo haces?

    —¡Porque no es tan fácil!, deja de aconsejarme, Rosa, no sabes quién soy ni tampoco lo que he vivido.

    —Entonces quiero conocerte, ¡tengamos una batalla pokémon!, solo así podremos comprender los sentimientos de la otra persona. No me importa que tengas el nivel de un campeón, ¡me esforzaré al máximo para comprender tus sentimientos! —Rosa habló con más valor que inteligencia, ¿a quién en su sano juicio se le ocurría pelear contra una agente peligrosa?, Liza y Cosette no hicieron nada para detenerla, de todos modos, aunque lo hubiesen hecho no habrían sido capaces de pararla.

    Rosa estaba cien por ciento decidida.

    —¿En verdad quieres eso?, puedo destruir la inocente ideología que tienes.

    —¡No me importa!, voy a demostrarte que pelear por tu felicidad es más importante. Vayamos afuera.

    Las dos chicas salieron del centro pokémon y se colocaron en el patio trasero, ahí había una pequeña arena de combate, lo suficientemente decente para tener una batalla ahí. Los guardaespaldas no acompañaron a las chicas, simplemente se quedaron haciendo guardia en los alrededores de la calle y dentro del establecimiento, por ende, las únicas personas que verían el combate eran Liza y Cosette.

    —Aún puedes retractarte ahora, Rosa —advirtió Mana.

    —Yo nunca me retracto de nada.

    —Muy bien, ¡vamos a combatir!

    Fue así como la batalla pokémon entre la Agente Mana y la Entrenadora Rosa dio inicio, ambas chicas se miraron mutuamente en los dos costados de la arena, de inmediato Rosa mandó a Eevee a pelear, ya que sus otros pokémon habían tenido actividad en el gimnasio y Rhyperior todavía no le hacía caso.

    —Cuento contigo, compañera. —Rosa y Eevee sonrieron a la par, mostrando así la enorme confianza que tenían.

    —Umbreon, yo te elijo. —El pokémon rival era una evolución de Eevee, para ser precisos, la más opuesta a la personalidad original.

    Los Umbreon normalmente eran ariscos, solitarios y les atraían los entrenadores con dolor en sus corazones, el hecho de que un pokémon tan alegre y gentil como Eevee pueda convertirse en un ser tan sombrío era un reflejo aterrador de la vida que ambos habían vivido. Definitivamente Mana y Rosa eran opuestos definitivos, dos personas que nunca podrían llegar a un acuerdo dentro de sus propias filosofías.

    —¡Eevee, usa placaje! —La zorrita cargó directamente contra Umbreon a una velocidad relativamente rápida para su tamaño, Mana no se sorprendió por el entusiasmo de su rival, en vez de ello lanzó una mirada carente de interés.

    —Resiste el impacto. —La orden fue clara y concisa, por lo tanto, el pokémon siniestro recibió de lleno el golpe —. Retrocede unos pasos —volvió a comandar.

    —¿Por qué huyes?, ¡vamos a seguir presionando con rapidez! —Eevee lanzó unas estrellas doradas en dirección a su rival, estas golpearon a Umbreon y lo hicieron perder el balance durante unos segundos, tiempo que Rosa aprovechó para continuar el asedio —. ¡Vuelve a usar placaje! —Y justo como lo pensó, Eevee embistió a Umbreon cuando éste se tambaleó de un lado a otro, aun así, Mana siguió calmada y ni siquiera se veía preocupada por la salud de su pokémon.

    Tanto Liza como Cosette notaron que Umbreon tampoco lucía cansada ni adolorida por el asedio de Rosa, su semblante serio y carente de sentimientos parecía una copia exacta del rostro de Mana. Incluso Rosa se dio cuenta de ello…

    —Seguramente planea algo, ¡no las dejemos!, ¡Eevee, usa ataque de arena!

    —Esquívalo. —Pero Umbreon fue más astuta, justo antes de recibir la arena cerró los ojos y utilizó su cola para dispersarla, neutralizando así la jugada de Rosa. Mana continuaba de brazos cruzados, todavía no le ordenaba a Umbreon un movimiento ofensivo y dicho dato terminó por preocupar a nuestra heroína mucho más.

    ¿Por qué ella no atacaba?

    ¿Acaso las estaban subestimando?

    —¡No dejaré que nos subestimen, Eevee, usa as oculto!

    —Ya me aburriste, Umbreon, golpe bajo. —Antes de que Eevee pudiese cargar su técnica el pokémon siniestro apareció frente a ella, de inmediato golpeó su lomo con un cabezazo brutal que la hizo retroceder dos metros.

    —¿Eh?, ¿cómo hizo eso? —Rosa estaba sorprendida, los Umbreon no eran conocidos por su velocidad y el hecho de que atacase primero fue una sorpresa de mal gusto.

    —En verdad se nota que eres una novata, golpe bajo siempre ataca primero si el oponente piensa realizar un movimiento ofensivo. No lo puedo usar muchas veces, pero me basta para sacarte del juego.

    —¡Todavía no nos rendiremos!, ¡Eevee, usa placaje nuevamente! —Rosa no podía usar su estrategia cliché de atracción y rematar con cualquier otro movimiento, ya que ambos pokémon eran hembras, por lo tanto, debía pensar en un nuevo plan para obtener la victoria.

    —Vuelve a resistirlo. —Umbreon recibió otro impacto directo y debido a la fuerza del mismo retrocedió cuatro metros, el doble de distancia que la vez anterior —. ¡Terminemos esto con vendetta! —El cuerpo de Umbreon brilló con un resplandor morado, de inmediato el tipo siniestro cargó de frente contra Eevee, la potencia de su ataque se duplicó gracias a todo el castigo que estuvo recibiendo durante la batalla y desgraciadamente, Eevee no fue capaz de esquivarlo.

    —¡Eevee, no! —La pequeña zorrita fue golpeada con tal potencia que acabó siendo impactándose contra la pared del centro pokémon —. I-Imposible…

    —Se terminó, tu Eevee no puede pelear más.

    —¡Eevee! —Rosa corrió a ver a su compañera, por fortuna la zorrita movió su cabecita y lamió dulcemente la mano de su entrenadora —. ¿Estás bien? —A pesar de estar adolorida y humillada por la derrota, Eevee asintió con su cabecita y trató de sonreír para que Rosa no se sintiera triste. Un gesto bastante lindo que incluso Mana logró notar.

    —Umbreon, regresa. —Mana regresó a su pokémon de nuevo a la pokebola, posteriormente se acercó a Rosa con un semblante lleno de superioridad —. Ahora has visto que tus palabras no tienen respaldo, no eres más que una habladora que dice cosas bonitas con tal de no aceptar la opinión de los demás.

    —Es cierto, soy una habladora, Mana, ¡pero estoy segura de que no me equivoco!, Eevee y yo nos volveremos más fuertes… —Rosa evitó por todos los medios ponerse a llorar, ya que eso le quitaría credibilidad a sus palabras —.Es cierto, apenas estoy iniciando mi viaje y no sé cómo funciona el mundo, estuve encerrada en mi granja sin saber la maldad o la bondad. Sin embargo, realmente creo que tú estás mal, Mana.

    —¿Cómo puedes decir eso luego de perder tan humillantemente?, esa tonta filosofía tuya no te llevará muy lejos. —Mana mintió, en verdad quería aceptar a Rosa como su amiga y decirle que todo estaba bien, en su imaginación se vio a sí misma estrechando su mano y deseándole buena suerte para su siguiente encuentro. Aquel escenario ideal por desgracia, estaba lejos de cumplirse, Mana se vio forzada a cruzarse de brazos y despreciar más a la pobre chica.

    —Yo sé que mientes, ¡en verdad no eres una mala chica!, Eevee y yo te lo demostraremos. De ahora en adelante eres mi rival, Mana, aunque tú me consideres una novata habladora que no es digna de tu tiempo, ¡te demostraré que estás equivocada! —Rosa se puso de pie con su inocente pokémon en brazos, al hacerlo encaró a Mana con una ferviente determinación que ni siquiera Cosette sería capaz de imitar.

    —Como quieras, buena suerte intentándolo. —Mana se fue del centro pokémon, dejando a las tres chicas calladas y con la mirada baja, Rosa se sentía fatal, el hecho de haber perdido de una forma humillante destruyó la poca confianza que había logrado con sus más recientes victorias. Pero también encendió una llama dentro de ella, gracias a este encuentro nuestra protagonista comprendió lo que significaba tener un rival.

    No puedo perder…

    Con una nueva determinación en su corazón Rosa llevó a Eevee con la enfermera Joy, ambas tenían que volverse más fuertes para mostrarle a Mana el camino correcto hacia la salvación.

    Mientras tanto, en Ciudad Luminalia…

    Rance caminaba solo por las enormes avenidas de la ciudad, su más reciente experiencia lo dejó desanimado y sin ganas de nada. El muchacho utilizó su dinero en cafés, restaurantes y hoteles absurdamente lujosos con la intención de olvidar todo lo ocurrido en los últimos días. El ataque de los criminales al gran espectáculo pokémon todavía seguía afectándole, además, el tener que dejar al Bidoof que capturó con su hermana pequeña le hizo sentir pena como entrenador.

    —Supongo que no a todos los pokémon le gusta pelear. —El chico reflexionó un poco su situación actual, luego del atentado terrorista el muchacho no había tenido ningún desafío recientemente y a decir verdad, Rance andaba aburrido, los entrenadores que retaba en la calle apenas y le daban dos o tres segundos de pelea antes de eliminarlos con un ataque poderoso.

    El joven buscó en los restaurantes de batalla una oportunidad para entrenar, pero grande fue su decepción cuando acabó por vencerlos a todos sin sudar una gota, ¿era el nivel de los entrenadores en Kalos tan bajo?, ¿o él tenía una fuerza devastadora?

    Fue entonces cuando fijó su mirada en la enorme torre que yacía en el centro de la ciudad, se podría decir que la torre prisma era el corazón de Kalos, una estructura que suministraba energía eléctrica a toda la ciudad y pueblos aledaños. Toda una obra de arte creada por humanos y pokémon, la estructura perfecta del trabajo en equipo.

    —Dicen que el gimnasio pokémon se encuentra dentro de la torre, supongo que le daré una visita para ponerme en forma. Si no lucho contra oponentes fuertes me voy a oxidar. —En eso tenía razón, no era lo mismo enfrentarse a matones insignificantes, entrenadores novatos y cocineros payasos, que a un líder de gimnasio. A diferencia de los entrenadores comunes, los líderes de gimnasio poseían habilidades sorprendentes, para estar ahí; debían pasar muchas pruebas y vencer a miles de entrenadores, solo por el derecho de ser conocido como el más fuerte de la ciudad.

    Rance llegó a la torre luego de subirse a un taxi, ya que terminó por perderse en medio de las congestionadas calles y también deseaba evitar a las mujeres acosadoras que de vez en cuando lo seguían. Sí, el tipo era una celebridad después de todo y no deseaba verse involucrado en el drama citadino.

    —La torre se ve más impresionante desde adentro, bueno, vamos a entrar.

    La estructura del gimnasio estaba repleta de aparatos electrónicos y muchos circuitos, además, varios entrenadores jóvenes practicaban sus habilidades en los cuartos aledaños al área de combate. Más al fondo del estadio estaban unas cabinas de control, seguramente el lugar donde el líder de gimnasio daba mantenimiento a la torre en general.

    —Oh, ¡un retador ha llegado! —Una niña de al menos 13 o 14 años llegó corriendo a saludarlo, tenía el cabello rubio y dos coletas atadas de forma graciosa, no era muy alta, pero su presencia resaltaba mucho en medio de tantos aparatos electrónicos —. Me llamo Bonnie y soy la hermana menor del líder de gimnasio, ¡mucho gusto!

    —Es un placer conocerte, Bonnie, mi nombre es Rance. —El chico se quitó el sombrero como señal de respeto, la niña sonrió dulcemente y luego frunció ligeramente el ceño, al parecer no lo reconoció —. Ojala fueses una chica linda, así podría ofrecerte a mi hermano para que cuides de él.

    —Uh, veo que no te guardas nada, pequeña, ¿es tu hermano tímido con las mujeres? —cuestionó Rance, un tanto curioso.

    —¡Sí!, cada vez que llegan retadoras lindas al gimnasio lo ofrezco como buen partido, ¡pero él nunca lo intenta!, estoy segura de que una chica vendrá y se enamorará de él. —Bonnie en verdad amaba a su hermano, pero al mismo tiempo deseaba conseguirle novia, una actitud un tanto extraña para una chica de su edad. Por otro lado, ella no estaba interesada en el romance o en los chicos todavía, ya que no mostró ningún rubor o admiración hacia Rance.

    —Ya verás que consigue algo. —Rance imaginó a Rosa y a Liza llegando a este gimnasio, seguramente ambas se sonrojarían si de la nada una niña llega ofreciendo a su hermano como soltero deseado. La mera imagen de ese suceso inexistente le hizo ofrecer una sonrisa sincera, que no había hecho en mucho tiempo.

    —Buenas tardes, mi nombre es Clemont, ¿has venido por una batalla de gimnasio? —El líder por fin hizo aparición, era un chico rubio como su hermana, usaba un traje de ingeniero color azul y también portaba lentes grandotes que cubrían sus ojos azules. Era pocos años menor que Rance, aun así, el muchacho era unos centímetros más bajo que el entrenador del sombrero negro.

    —No he venido por una batalla de gimnasio. —Ante esa respuesta Clemont y Bonnie abrieron sus ojos en par, ¿por qué alguien vendría al gimnasio si no deseaba una medalla?

    —¿No vienes por una batalla de gimnasio?, ¿entonces estás interesado en mis inventos o en el funcionamiento de la torre?, de ser así puedo hacerte una visita guiada y eso. —El amable líder de gimnasio mostró una sonrisa cordial, gesto que Rance apreció por la cortesía del inventor.

    —Me gustaría ver cómo funciona esta cosa, pero no vengo solo por eso, ¿aún no me reconoces, líder Clemont?

    —Un momento, ¡tú eres Rance!, ganador de una liga pokémon en Teselia hace tiempo.

    —¿Eh?, ¿es ese chico un entrenador famoso, hermano? —Bonnie miró a Rance como si fuese una estrella de rock o algo parecido, al hacerlo un pequeño pokémon salió de su bolsita, era un Dedenne —. Mira, Dedenne, ¡un entrenador famoso visitó nuestro gimnasio!

    —Sí, pero se me hace extraño, ¿qué haces aquí si no vienes por una medalla? —preguntó Clemont.

    —Vengo a buscar una buena batalla, no estoy interesado en ganar la medalla, ya que eso significaría basarnos en el reglamento de la liga pokémon. Para ser claros, deseo enfrentar al entrenador más fuerte de Ciudad Luminalia, no desafiar al líder de gimnasio, creo que me entiendes, ¿verdad? —Rance se puso el sombrero, de inmediato Clemont comprendió a lo que se refería, él venía a retarlo a él como un entrenador normal, sin importar su título o las responsabilidades que un líder de gimnasio tenía normalmente.

    —Ya te comprendo, Rance. —Clemont soltó una risita desafiante, por primera vez en mucho tiempo el genio podría pelear usando todo su poder, ya que siempre se contenía por la regla de ajustarse al nivel del retador —. Acepto tu desafío…

    —Por fin hablamos el mismo idioma, Clemont.

    Fin del capítulo 17

    Muy bien, de aquí en adelante la trama seria empieza oficialmente, los primeros capítulos fueron introductorios y demás, pero ahora las cosas van a empezar a moverse seriamente, espero les gusten los siguientes arcos argumentales, porque la historia va con todo.

    Ahora la pregunta del siglo...

    ¿Team Mana?
    ¿Team Rosa?
    ¿Team Liza?
    ¿Team Cosette?
    ¿Team Olivia?

    Editado por sugerencia de Nathan xD

    ¿A cuál se unen :3?
     
    Última edición: 14 Agosto 2016
    • Me gusta Me gusta x 1
  5.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Oh, wow... Mana hizo acto de aparición n__n. Realmente no es un personaje que me pueda caer mal, puesto que su actitud dura y algo repelente es solo una máscara. La batalla que tuvo contra Liza sí podría considerarse un apabullamiento, ¿Pero humillación? Ni tanto... las he visto peores.

    Ambas xD. Ya saben que los Kalosianos son unos alfeñiques... bueno, descontando a la élite y los gym leaders, pero como les importa más una triste "performance" toda rosa que informarse como es debido, pues eso es de esperarse. Rosa es la excepción puesto que al menos se esfuerza y tiene una voluntad a primera vista inquebrantable... Cosette tuvo suerte de nacer en el seno de una familia adinerada, puesto que sus entrenadores particulares debieron ser carísimos, pero se ganan su dinero a pulso, sudor y sangre. Liza aún no me convence con sus habilidades... seguro que la veremos pelear por algo importante en el futuro y me tapará la boca :)

    Solo pa joder, me uniré al Team Cosette xD. No por los banquetes a los que podrían invitarme ni a las facilidades de la más alta tecnología... sino porque es una personaje interesante ;). Y no soy tan cruel como para irme al Team Mana -w-U

    Espero siguiente episodio... :B

    Ah, ¿Y por qué no crear el Team Olivia para los que sí aman las performances? xP
     
  6.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    El viaje de Rosa
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    2933
    Hola, por fin traigo la siguiente parte, espero les guste :33



    Capítulo 18: Una batalla electrizante




    POV: Rance




    El líder de gimnasio me condujo hacia el flanco izquierdo del estadio, él se colocó en el derecho y luego sacó un extraño aparato de su bolsillo. La niña de nombre Bonnie decidió observar nuestro combate desde las gradas, por suerte solo ella vería nuestra pelea. No tenía intenciones de contenerme ni nada, al contrario, iba a luchar con todo desde un inicio.




    —Supongo que lucharemos usando dos pokémon, ¿verdad? —cuestioné, preferiría ir seis contra seis, pero tampoco tenía mucho tiempo y a decir verdad, me daba un poco de flojera tener que pelear por mucho rato.




    —Si así gustas me parece bien, total, esta batalla no es oficial.




    —Ya conozco las reglas de todas formas, ¡vamos a empezar! —Exclamé, justo antes de liberar a mi primer pokémon el joven científico me detuvo con la mirada —. ¿Pasa algo?




    —Veo que eres un entrenador de élite, Rance, por eso me decepcionaría si contuvieses tu poder por miedo a dañar el estadio, así que pondré en marcha uno de mis mejores inventos… ¡Mecanismo Clemontico ya! —El líder oprimió el botón que cargaba consigo, al hacerlo todo el campo de batalla se vio envuelto en una burbuja transparente —. Supuse que algún día vendría un entrenador de élite a pelear conmigo, así que ideé este mecanismo de contención para que los espectadores y la estructura del gimnasio no sufran por los ataques de alto nivel que vamos a usar, yo lo llamo: ¡La burbuja protege aficionados de los ataques mortales efectuados por entrenadores absurdamente poderosos! —Al escuchar el nombre de su invención solté un pequeño suspiro, ¿acaso todos sus inventos tenían nombres gigantes?




    —Eh, que nombre más original, creo —comenté un tanto confundido.




    —No le prestes atención, Rance, mi hermano siempre se emociona cuando habla de ciencias. —Bonnie le dio a Clemont una ligera sonrisa de vergüenza, no obstante, el científico parecía estar ignorando nuestros comentarios y continuó levantando su pecho con orgullo.




    —El poder de la ciencia sin duda iluminará al futuro.




    —No tengo duda de ello, ¡viva la ciencia! —Decidí seguirle la corriente un poco, cuanto más rápido salga de su trance académico, más pronto iniciaríamos el combate.




    —En fin, con esto no tendrás que preocuparte de las técnicas de tus pokémon, pelea usando tu poder máximo.




    —Gracias por el gesto, ¿estás listo, joven genio? —Una sonrisa de emoción se formó en mis labios, de hecho, no había peleado honorablemente en muchos meses. El tener a un oponente formidable y dispuesto a recibir mi máximo poder hizo que mi sangre volviese a calentarse como en los viejos tiempos, donde no me ahogaba en ideales tristes y deprimentes.




    —¡Luchemos entonces, maestro dragón!




    —¡Vamos, Scizor! —La sorpresa en el rostro de Clemont no se hizo esperar, el muchacho seguro esperaba un pokémon tipo dragón de mi parte, sin embargo, debía entrenar a mis demás compañeros. Scizor era un pokémon bicho/acero, por lo tanto, cubría las dos debilidades principales de los tipo dragón, en este caso hada y hielo —. ¿Qué pasa?, ¿pensaste qué solo tenía pokémon de un tipo?




    —No, esto lo hace todavía más interesante, ¡vamos, Luxray! —Clemont eligió a un tipo eléctrico justo como pensé, Luxray era un pokémon intimidante, su penetrante mirada podría asustar a cualquier novato que lo viese por primera vez, además, los rugidos agresivos que soltaba no parecían muy amigables. Claro, seguro era por la batalla y no tanto por su forma de ser.




    —¡Iniciemos fuerte!, ¡Scizor, usa danza espada! —exclamé, al hacerlo mi pokémon brilló con un resplandor rojo como su armadura, Scizor incrementó notablemente su ataque físico y por ende, varias piedritas se levantaron del suelo debido a la intensa energía que emanaba mi pokémon. Clemont no se mostró preocupado por nuestro incremento de poder, simplemente acomodó sus lentes con la mano diestra.




    —¡Luxray, usa colmillo rayo! —El león eléctrico cargó directamente contra Scizor a una velocidad bestial, pude ver como rugía mientras avanzaba y trataba de usar alguna especie de guerra psicológica para hacernos retroceder. ¡Menudo error!




    —¡Esquívalo y contraataca con puño bala! —Gracias a la habilidad especial de Scizor los movimientos débiles incrementaban su fuerza considerablemente, este poder en combinación con danza espada hacía de mi técnica un movimiento brutal, tanto que Scizor golpeó a Luxray directo en la boca y lo mandó a volar cuatro metros hacia atrás —. ¡No dejes que se reincorpore!, ¡sigue usando puño bala!




    —¡Luxray, usa trueno hacia el suelo para no recibir los golpes! —Justo como su entrenador dijo, Luxray liberó una fuerte descarga hacia el piso que terminó por electrificar todo el campo de batalla, además, la fuerza de su ataque le hizo “volar” dos metros en el aire —. ¡Cae usando triturar!




    Aún si la ventaja de tipo me protegía recibir un mordisco a esa velocidad podría traerme consecuencias negativas, por ende, decidí jugar a la segura y hacer retroceder a Scizor para no recibir el ataque de frente. No obstante, Luxray leyó bien mi jugada, ya que cerró su hocico y luego lanzó un poderoso rayo en dirección a Scizor.




    —Te tengo —susurró Clemont.




    —¡No tan rápido!, ¡Scizor, usa ala de acero como pararrayos! —Mi jugada no tenía mucha lógica, pero esto me funcionó hace algunos años durante una liga pokémon. Scizor se dio la vuelta y usó sus alas para desviar el rayo de su oponente, de inmediato regresó su semblante al frente y esperó nuevas órdenes para continuar la pelea —. Scizor, ¡tijera X! —El pokémon bicho cargó nuevamente contra el león eléctrico, por desgracia Luxray volvió a evadir mi ataque y éste acabó por impactar contra el suelo. Clemont abrió sus ojos en par cuando la fuerza del ataque agrietó por completo la arena de batalla, el poder bruto de Scizor ya era demasiado. Tanto que Luxray también retrocedió un poco intimidado por aquella demostración de potencia.




    —Eso es… ¡Luxray ya tengo una idea!




    —No te dejaré ponerla en práctica, ¡Vuelve a usar tijera X! —Mi pokémon lanzó un poderoso corte contra el pecho del enemigo, sin embargo, Luxray no se movió como antes, simplemente fijó sus intimidantes ojos en las tenazas de mi pokémon.




    —¡Usa rayo al piso! —Aquella técnica me desconcertó un poco, no obstante, Scizor no detuvo su carga y yo no le ordené nada más. Deseaba ver la estrategia de Clemont, seguramente encontró alguna forma de contener este poder tan impresionante. Y así fue, varias piedras gigantes y rocas salieron disparadas por la onda expansiva del rayo, lo suficientemente grandes para bloquear la trayectoria de mi movimiento.




    —¡Scizor, cuidado! —La tijera X terminó por golpear un escombro y no a Luxray, éste para colmo tenía la abertura perfecta para contraatacar, pues la cantidad de piedras dificultaba nuestra visión.




    —¡Aprovecha tu sonar para no fallar y luego usa voltio cruel! —Scizor no pudo hacer nada cuando el pokémon eléctrico lo golpeó con semejante voltaje, por fortuna no sufrió ninguna parálisis y nada más le obligó a retroceder cuatro metros.




    —Eso no me lo esperaba, ¡vamos otra vez con tijera X a todo poder! —Mi pokémon destruía todo a su paso con su fuerza, tanto que el campo de batalla apenas y podía ser reconocido como tal, ahora no era diferente a un basurero carente de valor.




    —¡Vuelve a usar rayo en el piso y levanta escombros! —La misma jugada volvió a dar el mismo resultado, Scizor terminó por pegarle a dos rocas que se interpusieron en su camino y para colmo Luxray atacó de nuevo con voltio cruel, sin embargo no iba a dejarme golpear dos veces.




    —¡Recibe el voltio cruel con puño bala! —Las dos tenazas de Scizor detuvieron la embestida de Luxray, ambos quedaron prensados en un duelo de poder a poder, usando toda la energía posible para hacer retroceder al enemigo.




    —Con que no vas a soltarlo, muy bien, ¡vamos a forzarlo con trueno!




    —¡Suéltalo y retrocede, Scizor! —Mi orden llegó a tiempo, segundos después de haberlo soltado un rayo cayó encima de Luxray, potenciando todavía más sus habilidades, al menos mi pokémon no recibió daño alguno del impacto.




    —Ustedes son bastante buenos, pero creo que te equivocas en algo, Rance. —Clemont mostró una sonrisa repleta de confianza y diversión, el chico en verdad se divertía tanto como yo, al punto de llegar a entender mi estilo de pelea —. Usar solo el poder no te garantiza la victoria, ya he visto detrás de tus formas y puedo decirte con toda certeza que así no me ganarás.




    —Lo sé, aun así tengo mucho tiempo sin una pelea intensa, quería ver si podía ganar confiando en la fuerza nada más. Hasta ahora solo necesitaba poder para obtener la victoria, desde mi época de competidor no encontraba a un rival capaz de sobrevivir a mis embates. Pero tú eres diferente, Clemont, eres un entrenador que ama a los pokémon y los comprende, contigo me emplearé a fondo.




    —Justo lo que deseaba escuchar, ¡continuemos la batalla!




    Sí, Clemont era un rival fuerte, hasta hoy mis adversarios eran matones baratos, entrenadores débiles o personas incapaces de comprender el lazo con los pokémon. Pero él irradiaba un aura distinta, en sus ojos no había dudas ni tampoco temor, solamente el semblante de un entrenador dispuesto a todo con tal de vencerme.




    Había extrañado esta sensación por mucho tiempo, disfrutar los combates sin contenerme para dar consejos o acabar las peleas rápido para atrapar criminales inútiles. En resumen… Usaría una táctica distinta en esta ocasión.




    —¡Scizor, usa doble equipo! —Mi pokémon comenzó a clonarse a sí mismo alrededor de Luxray, estas reflexiones no eran sólidas y nada más eran útiles para distraer al oponente. Claro, sabía que esta jugada no iba a reducir su precisión en lo absoluto, ya que su especie tenía un sonar en los ojos capaz de detectar al original en un corto periodo de tiempo.




    —Luxray, ¡detecta al enemigo con tu sonar y luego usa colmillo rayo! —Justo como pensé, los ojos del pokémon se tornaron amarillos, seguramente porque escaneaba el lugar en búsqueda del Scizor real. Cuatro segundos más tarde el rival cargó directamente hacia el pecho de mi compañero, no obstante, logré obtener el dato que tanto necesitaba.




    —¡Esquiva y vuelve a usar doble equipo! —El tipo insecto obedeció mi comando con rapidez, a pesar de no ser muy rápido fue capaz de evadir gracias a la precisión de mi comando, posteriormente Scizor volvió a clonarse rodeando así al pokémon de Clemont.




    Luxray volvió a usar su radar especial para rastrear a Scizor, al hacerlo sus orbes se tornaron amarillos y su cola quedó totalmente rígida. ¡Era mi oportunidad!, antes de que Clemont se diese cuenta de mi plan ordené a mi compañero usar puño bala, un movimiento prioritario que ignoraba por completo la poca velocidad de mi bicho/acero.




    —¡Imposible! —exclamó Clemont, el muchacho vio cómo su pokémon era golpeado por las tenazas de Scizor directo al pecho, pero el castigo no se quedó ahí, la distancia entre los dos fue recortada casi cuatro metros, quedando a pocos centímetros uno de otro.




    —¡Tijera X! —Logré darle la vuelta a la batalla, todo el control y estrategia que Clemont había llevado hasta ahora desapareció por completo, pude ver como su rostro empalideció al verse acorralado, ya no le quedaban muchas opciones, pues Scizor no iba a dejarlo escapar.




    Sí, yo también era un maestro de la estrategia, durante mis viajes aprendí a manejar diversas situaciones y mantener el control de una batalla. No fue fácil, tardé muchos años entrenando a cada uno de mis pokémon para poder reaccionar ante las adversidades, por desgracia, cuando combinaba este rasgo con mi gran poder normalmente acababa las batallas en un movimiento o dos. Debido a ello creé una norma especial, pelear siempre usando la fuerza bruta primero, si el enemigo resultaba ser lo bastante fuerte para sobrevivir a mis embates, entonces pasaría al plan B, el cual consistía en usar estrategias ingeniosas usando el poder como respaldo.




    El único error de Clemont fue pensar que solo usaría la fuerza bruta para pelear.




    Scizor continuó golpeando a Luxray con tijera X, el pobre pokémon eléctrico no era capaz de evadir los constantes azotes que recibía, de hecho, por un momento pensé que Clemont sería responsable y se rendiría, pues ninguna batalla valía más que la salud de un pokémon. Estuve a punto de decirle que se rindiese, pero luego me arrepentí de tener tal pensamiento.




    —¡Muerde una de sus tenazas con colmillo rayo! —No esperé ese movimiento, creí que Clemont optaría por una jugada defensiva en vez de atacarme, ni siquiera la pequeña Bonnie dio crédito por el comando de su hermano mayor. Luxray atrapó la tenaza izquierda de Scizor con sus poderosas fauces, de inmediato vi a mi compañero cerrar su ojo derecho por el dolor —. ¡No lo sueltes, sigue triturándolo!




    —Maldición, ¡golpea a Luxray con tijera X usando tu otro brazo! —Ya no estaba en posición de pensar, si no sacaba al pokémon enemigo de encima el duelo podría tomar un rumbo nuevo. La tenaza derecha rápidamente golpeó la cara del rival repetidas veces, pero sus fauces no cedieron y el dolor le empezó a tomar factura.




    —¡Tritura más fuerte y usa rayo! —Maldita sea, ¡esto no pintaba nada bien!, un poderoso rayo le cayó encima a Scizor y éste poco a poco fue perdiendo fuerza en los puñetazos limpios.




    —¡Azota a Luxray al piso y golpéalo con tijera X! —Ya no tenía nada que perder, con sus últimas fuerzas el pokémon bicho azotó cruelmente a su rival directo al piso, entonces la tenaza disponible continuó golpeando las fauces del felino hasta el cansancio, fueron segundos brutales, los rugidos de dolor de Luxray cada vez se hacían más fuertes, pero con su calvario llegaban relámpagos mucho más potentes que lastimaban el cuerpo entero de mi pokémon. Las estrategias y poder quedaron a segundo plano, ¡esto era un duelo de voluntad!, solamente el pokémon más firme y determinado aguantaría este castigo tan feo.




    —¡Sigue usando rayo!




    —¡No pares de golpear!




    Hasta que finalmente todo acabó, las fauces de Luxray cedieron y éste dejó libre a Scizor, por un momento pensé que había ganado, pero grande fue mi sorpresa cuando mi pokémon se desplomó hacia adelante. El león azul también hizo lo mismo, ninguno de los dos podía continuar peleando y por ende, el primer asalto acabó en empate.




    —Buen trabajo, Scizor, descansa. —Regresé a mi compañero de nuevo a su pokebola, en verdad dio un buen combate y ahora merecía descansar. Lo mismo hizo Clemont con su Luxray, luego de una digna felicitación los dos nos quedamos viendo mutuamente, sobraban palabras para expresar nuestro sentir luego de una batalla tan reñida como esa.




    —Hice bien en venir aquí, no había tenido una batalla tan entretenida en mucho tiempo. —Una parte de mí recordó aquellos días gloriosos, donde no me preocupaba por organizaciones malvadas e ideales acabados. Aún podía sentir el bullicio del estadio y los fanáticos coreando mi nombre con enormes carteles, en las gradas estaban mis padres, mi adorable hermana pequeña y muchos amigos de la infancia.




    Sí, las memorias de mis antiguos campeonatos solo me traían sonrisas, momentos hermosos que nunca más volverán, pero que todavía me hacían feliz.




    Esta batalla era un reflejo de mi pasado épico, podía combatir a fondo sin ganar de un solo golpe o tener que detener a los villanos, había esperado mucho tiempo para volver a sentirme así. ¡No deseaba terminar esto!, pero…




    Al igual que los sueños, eventualmente acabaría por despertarme.




    —Lo sé, pero todavía queda el round 2, ¿estás preparado, Rance? —preguntó Clemont con pasión y fuerza, a pesar de su personalidad tranquila y gentil el muchacho realmente estaba ardiendo como yo.




    —Hagámoslo, ¡luchemos al máximo de nuestro poder, líder de gimnasio!, ¡vamos, Garchomp! —No me guardé nada, mandé a mi pokémon inicial y miembro más poderoso del equipo, no tenía intenciones de contenerme o tener consideración con la salud del pokémon rival. El imponente dragón de tierra rugió con tanta fuerza que el Dedenne de Bonnie se ocultó e incluso la misma niña agachó su cabeza para no verlo de frente. Garchomp en sí tenía un carácter dulce y juguetón fuera de batalla, pero al verse dentro de un ring sus sentidos cambiaban y toda su amabilidad se transformaba en ferocidad irracional. Sus ojos estaban centrados en el rival y no tardó mucho tiempo en lanzar miradas aterradoras a todos lados.




    Sí, incluso antes de empezar la batalla nuestra guerra psicológica ya llevaba tiempo realizándose.




    —Es un pokémon aterrador, pero no lograrás asustarme con él, ¡vamos, Ampharos! —En contraste con mi dragón el pokémon de Clemont no parecía nada agresivo, aun así, solo un tonto subestimaría a un adversario por su apariencia —. Este Ampharos fue un regalo de mi padre, sus sentimientos están conmigo y cada vez que luchamos recuerdo la promesa que le hice, ¡ambos juramos ser los mejores líderes de gimnasio!, y hoy haremos validas esas palabras… ¡Ampharos, mega evoluciona! —El pokémon eléctrico mega evolucionó, su cola se llenó de una espuma blanca repleta de bolitas rojas y también vi como una melena blanca creció sobre su cabeza calva. Aquella fue una transformación maravillosa, pude sentir sus sentimientos y unión desde un principio, ¡pero él no era el único!




    —¡Garchomp, mega evoluciona! —Mi dragón también se transformó, los dos unimos nuestros lazos en uno solo para lograr el poder definitivo, una energía que pocos eran capaces de manejar. Ya no había marcha atrás, ¡éste iba a ser un combate memorable!




    Fin del capítulo 18


    ¿Qué les pareció el capítulo? :3
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  7.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Un episodio ligero en cuanto a trama, pero pesadísimo y bien pulcro a la hora de narrar el combate. Este Rance es todo un loquillo y Clemont no se queda atrás... sus habilidades son dignas de respeto con este pasar de los años. Y bueno, como niño tampoco es precisamente un mal peleador. Tiene mi absoluto #RESPECT :V

    Lástima que solo lo vean como un personaje aburrido... a mí no me lo parece. Ah, pero como no es Serena... ¬¬

    Okey, eso ya qué importa... solo nos queda esperar el siguiente episodio de esto... a ver qué tanto tarda Mega-Garchomp en pelear contra Mega-Ampharos... y bueno, Clemont al menos pudo proteger su estadio y a su público (digo, a Bonnie y Dedenne xD) con el poder de la ciencia. Es un buen chato n_n

    Como sea, nos vemos :B
     
  8.  
    Andrea T

    Andrea T Iniciado

    Sagitario
    Miembro desde:
    20 Abril 2015
    Mensajes:
    44
    Pluma de
    Escritora
    No puedo con esto xDDDDDD

    Y menos con esto XDDDDDD
    te quedo identico! XDDD
    que genial capitulo, bastante intenso y cool!! Me encanta
    Y el cap anterior, Rosa y Mana!!!! Ahhhhhhh muerooooo
    Aun shippeo el rosa x rance y el mana x rance. Pero el primero es mas genial!! <333 amo shippear, y lo sabes XD
    Bueno, todo el cap esta increible.
    Ya puedo vivir en paz despues de leer todo n-n jejeje
    Saludos!!
     
  9.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    El viaje de Rosa
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    2770
    Muy bien, traigo el siguiente capítulo :3



    Capítulo 19: Se mueven los hilos

    Mientras Rance y Clemont se batían en duelo, Rosa trataba de comprender el enorme problema en el que se había metido. La jovencita reflexionó poco a poco su situación con ayuda de sus dos compañeras: Liza y Cosette.

    —Entonces así están las cosas, eso nos pone a las tres en el mismo barco. —Cosette concluyó su discurso mientras bebía una taza de café, Rosa por otro lado solamente suspiró ante todos los acontecimientos que sucedieron en las últimas horas.

    —Pero es verdad, no podemos dejar que esto quede impune. Somos entrenadoras pokémon y es nuestro deber mantener segura la región Kalos, ¿no es así? —Las palabras de nuestra dulce heroína podían sonar demasiado idealistas, pero tampoco se alejaban tanto de la realidad.

    En épocas desesperadas, los mismos entrenadores tenían que solucionar problemas que las autoridades no podían resolver. Liza escuchó historias de un chico capaz de vencer a una organización entera por sí solo, o los cuentos de un entrenador de Pueblo Paleta que desafió todas las regiones.

    Pero aquellas historias eran solo eso, relatos que la gente contaba para dormir a los niños durante las noches. Muy pocas veces aparecía un héroe capaz de lidiar con todo, por ende, la responsabilidad de salvar la región recaía en las entrenadoras inocentes como Rosa, cuya mentalidad libre de maldad podía provocar milagros y grandes hazañas.

    —La reputación de la familia Rock está en juego, le demostraré al mundo que no soy solo una cara bonita y cartera gordita. —Cosette también estaba decidida a salvar Kalos de esos criminales feos, a diferencia de Rosa, ella sí tenía una reputación importante y su rostro era bien conocido en toda la región.

    —Supongo que no tengo otra opción, dejarlas solas a ustedes dos sería un error. —Liza por otro lado solo se metió para ayudar a sus amigas, la entrenadora de hadas carecía de una visión heroica o solidaria con la gente, pero tampoco se consideró a sí misma egoísta por este pensamiento.

    —¡Entonces está decidido!, nosotras tres vamos a combatir a esos criminales feos, solo tengo una duda… ¿Alguien sabe en dónde están? —preguntó Rosa, al escuchar su cuestión las dos bonitas jovencitas ladearon sus cabezas al mismo tiempo.

    —Eh, buena pregunta, supongo que Cosette debe saber, ¿verdad? —Y astutamente, Liza se sacó la responsabilidad.

    —Mi familia tiene una red de contactos muy grande, cuando encuentren algo nos lo harán saber. En fin, ustedes dos. —Las llamó Cosette —. N-Necesito que me pasen sus números para estar en contacto.

    Aquella situación dejó un tanto desconcertadas a las chicas, claro, el pedir el número de tus amigos era de lo más normal en el mundo. Pero Cosette era una señorita muy adinerada, debido a ello nunca tuvo la necesidad de pedir los contactos personalmente ya que alguien más lo hacía por ella.

    —Claro, te los pasaremos. —Rosa y Liza le dieron sus respectivos números de contacto a Cosette, ella inconscientemente mostró una sonrisa fugaz repleta de alegría. A pesar de su personalidad arisca y fastidiosa, ella en realidad quería tener amigas de su edad, ya que siempre se vio rodeada de adultos desde su infancia. Nunca pudo bromear ni reír con los demás, andaba envuelta en un manto de seriedad que acabó por forjar un carácter firme y sin miedo.

    —No tienes por qué avergonzarte, Cosette. —Liza pudo leer el rostro de su nueva compañera y no desaprovechó la oportunidad para molestarla un rato.

    —¿Quién se está avergonzando?, no sé de qué me hablas. —Pero la señorita rápidamente le volteó las tablas, Rosa no entendió nada de la conversación, por ende, solo se limitó a mirarlas con un semblante confundido.

    En fin, regresando al combate de Rance y Clemont…

    —¡Usa pulso dragón! —Clemont ordenó a su pokémon el mismo ataque por octava ocasión, la pelea había sido reñida desde un inicio y el campo de batalla era testigo indudable de lo anterior. El suelo estaba partido en mil pedazos, agrietado por los constantes azotes que ambos pokémon estaban dándose.

    —¡Desvía el pulso con garra dragón! —Pero Mega Garchomp no dio su brazo a torcer, las garras de la bestia desviaron el ataque del enemigo y nuevamente la contienda quedó en un punto muerto. Llevaban ya diez minutos de intercambios sin descanso, Mega Ampharos jadeaba constantemente por aire mientras que Garchomp trataba de ignorar todo el cansancio acumulado en su cuerpo.

    Las cesiones brutales de entrenamiento que Rance les ponía a sus pokémon dieron frutos, incluso después de haber recibido cuatro veces el movimiento pulso dragón la determinación del combatiente no menguaba. Ampharos era igual de tenaz, incluso con dos terremotos y una carga dragón de Garchomp todavía no desfallecía.

    Pero, lo que más alegró al muchacho de cabello blanco fue la dificultad del desafío, Clemont no se rindió ni tampoco imploró piedad como los matones baratos que enfrentó en la fábrica abandonada o los ladrones de guarderías. No, nada de eso, comparar a Clemont con esos esbirros sin valor era un insulto para el líder de gimnasio.

    Alguien que realmente amaba a los pokémon y los entendía, en especial al tipo eléctrico.

    Clemont también lo estaba gozando, normalmente debía nivelarse a los retadores para ayudarlos a crecer como entrenadores y personas. Sí, innumerables novatos llegaban a desafiarlo para ganar la medalla, algunos lograban vencerlo por muy poco margen, otros perdían y prometían volver a enfrentarlo algún día. Claro, le alegraba mucho ayudar a otros entrenadores, después de todo, esa era su misión, ser un puente para que los retadores pudiesen elevar sus habilidades. Después de inventar cosas, no había mayor placer para Clemont que combatir contra entrenadores novatos con potencial.

    Pero, de vez en cuando, tener una pelea sin limitarse ni preocuparse por el crecimiento del rival también estaba bien.

    Rance era todo un campeón, alguien que superó todos los desafíos y ahora se alzaba triunfante sobre las masas. No obstante, incluso él podía aprender cosas nuevas, ya sea técnicas olvidadas o simplemente un respiro de aire fresco para su vida agitada. En esa batalla los dos entrenadores usaron sus mejores estrategias, Clemont rápidamente comprendió que su adversario no era simplemente poder bruto, detrás de sus acciones existía una temible estrategia capaz de dejar boquiabierto a los agentes pokémon o los mismos campeones regionales. El rubio tuvo que hacer gala de su increíble mente para poder seguirle el paso y combatir de poder a poder contra Rance.

    —¡Garchomp, vuelve a usar terremoto!

    —¡Levitón! —ordenó Clemont.

    El pokémon amarillo comenzó a flotar por los cielos, ignorando así el brutal terremoto que sacudía la tierra del gimnasio. No era la primera vez que recurría a esa técnica, ya que levitón era cancelado por cualquier contacto físico del oponente.

    —¡Roca afilada! —Varias piedras puntiagudas flotaron alrededor del dragón terrestre, luego Garchomp lanzó sus proyectiles en diferentes direcciones para que su adversario no pudiese esquivar de ninguna manera. Además, Ampharos perdía velocidad al mega evolucionar.

    —No necesitamos esquivarlo, ¡trueno! —Pero un poderoso relámpago acabó con todos los proyectiles mucho antes de hacer contacto con el dragón peludo —. ¡Es hora de usar híper rayo! —Ampharos comenzó a cargar energía en su hocico, Rance de inmediato alertó a su pokémon con la mirada y en vez de esquivar decidió combatir fuego con fuego.

    —¡Pulso dragón! —Los dos ataques fueron lanzados al mismo tiempo con una potencia bestial, el impacto provocó un temblor trepidante que se sintió incluso en las gradas. Las pequeñas piedritas del suelo terminaron por desintegrarse ante aquella demostración de poder y nuevamente la batalla quedó en un punto muerto, con ambos rivales mirándose frente a frente.

    —Parece que a la batalla le queda mucho tiempo —susurró Clemont, el chico ya ni siquiera tenía puestos sus lentes, estos terminaron por romperse debido a la colisión anterior, de hecho, su atuendo de trabajo se rompió y también acabó por despeinarse. Parecía otra persona que ni siquiera su propia hermanita logró reconocerlo.

    Y no fue la única…

    Mientras la batalla seguía su rumbo, una chica con lentes entró al gimnasio, sus ojos eran rojos y tenía la piel clara como la nieve. Vestía una blusa blanca, pantalón oscuro, además portaba un gorrito blanco sobre su cabeza. Lo que más resaltaba de ella eran sus dos coletas gigantescas que la hacían ver algo adorable.

    Su nombre era Lilia, hija de un magnate inventor de otra ciudad lejana y amiga de Clemont desde hace tiempo. La chica de vez en cuando lo veía combatir contra entrenadores novatos o de nivel medio, a ella parecía agradarle el estilo tranquilo de Clemont y la manera en que ayudaba a los entrenadores combatiendo.

    Pero esto era distinto, nunca antes vio al chico tan feliz por una batalla y con esa mirada tan decidida, sencillamente no pudo evitar un suspiro de chica enamorada cuando lo vio. ¿A dónde se había ido el niño tímido que no podía correr?, aquel muchacho solitario que solía esconderse en sus inventos para no tener que confrontar los problemas.

    Ya no existía, en su lugar solo quedó un peleador aguerrido, capaz de defender su gimnasio con capa y espada.

    —Hey, Lilia, ¡llegas en buen momento! —Bonnie llamó a la inesperada espectadora desde su privilegiado lugar en las gradas —. ¡Esto se pone bueno! —exclamó la chica rubia.

    —E-Eh, bueno, voy.

    —¿Aún le queda?, no, Clemont, ¡acabaré la pelea en mi siguiente movimiento! —Rance no decía eso como una fanfarronada o una frase salida por el calor de la batalla, él no era ese tipo de persona. Si él declaraba algo, era porque había un cien por ciento de probabilidades de que se cumpliese.

    —Es verdad, ¡la pelea terminará a mi favor!, ¡vamos, Ampharos!

    —Garchomp, ¡usa enfado! —El movimiento definitivo por fin llegó, normalmente Garchomp no aprendía enfado por sí mismo, requería tener padres que supiesen el movimiento para poder efectuarlo. El cuerpo del dragón se rodeó de un aura roja, al hacerlo, su fuerza física incrementó considerablemente, pero su mente se vio perdida en un mar de furia. Enfado era un ataque peligroso, el pokémon perdía la capacidad de razonar, lanzándose a sí mismo a una embestida brutal que ponía en riesgo su integridad física y la del contrario.

    —¿¡Enfado?!, esto no es bueno… No me queda de otra, ¡Ampharos, usa enfado!

    Los dragones cargaron con una fuerza desmedida, el campo de energía que cubría las gradas parpadeó por el desmesurado poder que los dos tenían. Garchomp y Ampharos se golpearon, patearon, mordieron y demás en distintas ocasiones, ya no había táctica o estrategia en sus golpes. Ambos contendientes continuaron castigándose mutuamente, Garchomp conectó un zarpazo demoledor contra el pecho de Ampharos y éste respondió con un coletazo al rostro del dragón terrestre.

    Nadie retrocedió, el efecto de enfado duraba un minuto y durante ese tiempo los rivales se infligieron un castigo físico tan fuerte que un árbitro normal estaría obligado a detener la pelea. Pero hacerlo sería insultarlos, tanto al entrenador como al pokémon.

    —¡No cedas! —alentó Rance.

    —¡Sigue peleando! —Clemont apoyó a su compañero también.

    Finalmente los ataques pararon y como era de esperarse, ambos dragones cayeron víctimas de la confusión. A duras penas podían mantenerse en pie por las heridas y los efectos de estado.

    —Esta es mi victoria, Clemont. —Rance suspiró profundamente, Clemont no entendía el porqué de su frase si Ampharos todavía continuaba en pie —. ¡Termina con garra dragón!

    —¡Detén su ataque! —Pero Ampharos no respondió, el pokémon eléctrico recibió el último zarpazo que lo dejó fuera de combate y deshizo la mega evolución. El rubio abrió sus ojos en par cuando todo acabó —. Eh, ¿cómo es posible?

    —La confusión afectó a nuestros pokémon, pero Garchomp y yo hemos entrenado para que no nos afecte tanto luego de usar enfado. De todos modos, fue un combate increíble. Lo hiciste bien, Garchomp. —Rance felicitó a su pokémon y de inmediato lo regresó a su pokebola.

    —Es verdad, supongo que debemos practicar más eso. Buen trabajo, Ampharos, regresa. —El chico devolvió también a su inseparable compañero y luego sonrió amablemente, volviendo así a la expresión de siempre —. Vaya, mi campo de fuerza logró resistir nuestra pelea.

    —No me había divertido tanto desde la final en la copa Teselia, Dios, ¡eres muy bueno!, ¿por qué no apuntas para ser el campeón? —Rance mostró un lado de él que parecía olvidado, no peleaba para salvar a nadie o apalear matones, simplemente lo hacía por mera diversión. Scizor y Garchomp también sintieron lo mismo.

    —No, lo mío es ser líder de gimnasio —respondió Clemont.

    —¡Hermano!, ¡esa batalla estuvo grandiosa! —Bonnie bajó de las gradas y rápidamente abrazó a su hermano —. Deberías combatir así más seguido.

    —No creo que nuestro gimnasio aguante otra batalla de estas en un buen tiempo —contestó Clemont.

    —¡Combatiste increíble! —Lilia también bajó de las gradas para felicitar al líder de gimnasio, la chica mostró un enorme rubor en sus mejillas y un brillo fascinante sobre sus orbes.

    —Ah, Lilia, me alegro que nuestra batalla te haya gustado.

    Rance esbozó una pequeña sonrisa con tanta gente feliz a su lado, así es como deberían ser todas las batallas pokémon. Intensas, repletas de sentimientos, poder y sonrisas al final. Pero al mismo tiempo comprendió que no podía hacerlo todo solo.

    —Oye, Clemont, necesito hablar contigo luego. —El joven recogió su sombrero y caminó directo a la puerta del gimnasio.

    —Eh, ¿no vas a quedarte a comer? —cuestionó Bonnie.

    —No, ya he tenido suficiente por acá, pero gracias por invitarme. Clemont, vendré durante la noche, hay algo importante que necesito discutir contigo. —La seriedad del muchacho distaba mucho de su tono anterior, Clemont de inmediato comprendió que se trataba de algo importante, después de todo, su posición como líder de gimnasio le obligaba a proteger Kalos de cualquier peligro.

    Clemont no ignoraba los casos de terrorismo que azotaban la región, por ende, supuso que Rance sabía algo del asunto.

    —Ok, ¡que te vaya bien, Rance! —Bonnie ignoró por completo la atmosfera seria que se formó y de inmediato despidió al muchacho con una radiante sonrisa.

    —Claro, te veré más tarde —asintió Clemont.

    Fue así como esta intensa batalla llegó a su fin, Lilia pudo ver un lado del joven inventor que pocas veces salía a la luz y Rance encontró a un futuro aliado potencial. Por desgracia, los hilos enemigos poco a poco se movían, pero nadie esperó que golpeasen tan pronto.

    Esa misma tarde en la casa de la campeona Diantha se estaba llevando a cabo un combate intenso, los contendientes eran Mega Gardevoir, contra un pokémon legendario, el temible y misterioso Mewtwo, no obstante, había algo distinto en él. Su color de piel era totalmente oscuro, además, parecía disfrutar de la tremenda paliza que le daba a su rival.

    —¿Cómo es posible?, ¡Gardevoir, usa fuerza lunar! —exclamó, con las pocas fuerzas que le sobraban el pokémon tipo hada lanzó su mejor ataque contra su aterrador adversario. Aquel fue un movimiento sublime, lleno de gracia y poder, digno de ser efectuado por la campeona de Kalos.

    Pero no logró conectar, Mewtwo solo elevó sus manos hacia el frente, al hacerlo detuvo el rayo rosado y de un chasquido lo disipó. Diantha no podía creerlo, todo pasó tan rápido que su cerebro no era capaz de seguir el ritmo de los acontecimientos. ¿Acaso era una pesadilla?, pensó.

    —¿Qué sucede, campeona? —El hombre que yacía parado detrás del Mewtwo oscuro solo sonrió, venía encapuchado y no alcanzó a distinguir bien su rostro.

    —¿Quién eres tú? —cuestionó, algo asustada.

    —Soy un entrenador legendario, lo siento, mujer, pero tu rol apenas comienza. —Mewtwo golpeó a Gardevoir con una onda mental tan destructiva que acabó por eliminar su mega evolución y por consiguiente, ganar el combate —. Yo soy el ganador.

    —¡Gardevoir!

    —Ahora, ¡nos perteneces! —El pokémon oscuro usó un ataque psíquico para dejar a Diantha hipnotizada, la campeona no pudo resistirse al control mental que Mewtwo ejerció sobre ella, bastaron solo dos segundos para someter su voluntad y pensamientos fácilmente. Pero no solo a Diantha, Mewtwo hizo lo mismo con todos sus pokémon para evitar cualquier tipo de resistencia o intentos por salir del trance —. Bien hecho, compañero, con esto el plan de ese bastardo iniciará. ¡Que buen combate!, enfrentar a un campeón es digno de nosotros, ¿verdad que sí?

    Mewtwo oscuro levantó su mano izquierda en señal de afirmación, este dúo peligroso dejó a la campeona durmiendo en su habitación, posteriormente curaron a todos sus pokémon y eliminaron los recuerdos de la batalla. Claro, Mewtwo también compuso la casa destrozada y arregló cada detalle para que todo estuviese intacto.

    Oh… Sí…

    Tiempos oscuros asechaban Kalos.

    Fin del capítulo 19

    Espero les haya gustado :3
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  10.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    A ver, este episodio estuvo repleto de acción, de relaciones humanas agradables y también de las desagradables al final. Ese encapuchado del Mewtwo de color alterno realmente me da una mala espina... me pregunto quién podría ser. Sospecho de alguien, pero no diré quién

    Me gustó la referencia que hiciste a Red y a Ash aquí... Ash es canon en los juegos y ahora acá igual. LOL.

    Bueno, a ver cómo se "mueven los hilos" en el siguiente episodio n__n. Espero conti pronto...

    Por último diré que Cosette se ve moe cuando intenta tener amigas de verdad x3
     
  11.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    El viaje de Rosa
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    2546
    Capítulo nuevo de Rosita, disfruten <3



    Capítulo 20: Cambio total de planes


    La mañana continuó normal para nuestras heroínas, las tres chicas desayunaron en el centro pokémon de Ciudad Yantra y no faltaba mucho para separar sus caminos nuevamente. Aun así, las jovencitas continuaban tranquilas, sin hacer muchos planes por adelantado ni nada por el estilo.


    —¿Y qué harán ahora? —cuestionó Cosette, la pelirroja bostezó un poco por todos los hechos tan rápidos que ocurrieron los días pasados.


    —Pues… —Antes de poder responder, Rosa elevó su mirada hacia el televisor que estaba colgado sobre la pared del centro pokémon, de inmediato sus ojos se fijaron en la hermosa campeona, Diantha y su Gardevoir. Al parecer, la liga pokémon levantó una conferencia de prensa de última hora y claro, la noticia no se hizo esperar entre los entrenadores que también descansaban en el recinto.


    Al cabo de unos segundos la cafetería se llenó y muchos entrenadores fijaron sus semblantes en la campeona.


    —Buenos días entrenadores, creo que todos están sorprendidos por esta conferencia tan repentina, pero estoy segura de que es para bien. Verán, el formato de la liga pokémon cambiará, aquellos que deseen ganar las medallas podrán hacerlo, pero creo que este método es mucho más desafiante. No le daré más rodeos, este año el torneo regional será una competición por equipos de tres entrenadores. —Y ante esa noticia miles de reporteros saltaron con sus micrófonos en búsqueda de una exclusiva, ¡no era algo que debía tomarse a la ligera!, por cientos de años el formato del torneo regional siempre fue el mismo. Y ahora, de la noche a la mañana, siglos de tradición fueron alterados por el deseo de una cara bonita.


    —¿Y por qué el cambio? —Uno de los reporteros logró pasar la reja de seguridad e interrogó a la campeona.


    —Las batallas unen a humanos y pokémon por igual, sin embargo, trabajar en equipo con otros entrenadores también permitirá a los participantes expandir sus horizontes y mejorar estrategias en orden de ser los mejores. ¿No ven el hermoso significado de esto?, cuanta más gente se una al torneo más posibilidades hay de encontrar amistades nuevas, rivales inéditos y por supuesto… ¡Mejorar los lazos con tus pokémon y los de tus compañeros! —Diantha mostró una bella sonrisa a la cámara que ningún periodista desaprovechó la oportunidad de tomarle fotos, la chica en verdad hablaba desde el fondo de su corazón y no había malicia o mentira en ella.


    Después de todo, el hechizo de Mewtwo oscuro fue perfecto, pero ya habría tiempo de explicarlo.


    Una horda de periodistas hambrientos de exclusivas se amontonaron junto al afortunado y por poco logran acercarse de más a la campeona, por suerte, Gardevoir los hizo levitar a todos cuidadosamente hasta una distancia segura.


    —Por favor, no se amontonen. Voy a explicar las reglas del torneo desde aquí para que no haya ninguna duda, ¿podrían dejarme hablar, por favor? —Y con un tono elegante, digno de una reina, Diantha logró callar a la multitud. Rosa, Liza y Cosette continuaron viendo la entrevista sin perderse un solo segundo.


    —Como usted diga, campeona —asintieron todos al mismo tiempo.


    —En total participarán… ¡4096 equipos de tres personas!, con un espacio en blanco para poder agregar a un cuarto miembro suplente en caso de emergencia. Los equipos deberán registrarse en el centro pokémon más cercano y tendrán que ponerle un nombre a su equipo, luego, en tres meses empezarán los combates clasificatorios. ¡Recuerden, solamente los mejores 64 equipos combatirán en el coliseo Luminalia!, el resto de las eliminatorias se realizarán alrededor de toda la región Kalos, recibirán las instrucciones de las enfermeras Joy que ya han recibido todos los datos del sistema. —Diantha hizo una pausa para tomar aire, luego continuó su discurso —. Les deseo mucha suerte, entrenadores, ¡demuestren que son los mejores de la región Kalos!


    La transmisión terminó ahí, de inmediato varios grupos de entrenadores fueron al centro pokémon para registrarse y salir a entrenar. No obstante, todo fue tan repentino que algunos entrenadores, como Rosa, no sabían que hacer, ellas ya tenían un plan en mente y ahora todo cambió.


    Obviamente, Rosa deseaba ser la mejor de Kalos y entrar al torneo era la mejor manera de demostrarlo, además, combatir a lado de sus amigas sería una experiencia inolvidable. Pero… Hacerlo sería pausar su viaje y las posibles vivencias que más adelante vivirían.


    —¿Por qué el cambio? —Liza tampoco podía creer lo sucedido, la ansiedad y emoción del momento se disipó, algunos entrenadores decidieron esperar un poco antes de registrarse, otros salieron en búsqueda de amigos con quien competir. Rosa no los culpaba, un anuncio gigantesco no debería ser tomado a la ligera.


    —Bueno, las reglas dicen que se necesitan tres personas y nosotras somos tres, ¿van a inscribirse o no? —Cosette fue directo al grano, a diferencia de sus dos amigas la pelirroja se veía ansiosa por competir —. ¿Por qué están dudando?, ¿acaso su objetivo no es volverse fuertes? —Punto para la millonaria, Rosa cerró sus ojos y recordó aquella batalla contra Mana.


    Odió perder, pero sobretodo, detestó la manera en que no pudo hacerle un rasguño a Umbreon. Eevee también se sentía de la misma forma, ¿cómo podían estar tranquilas con lo sucedido?, ellas salieron de casa con la intención de ganar el campeonato y ahora la oportunidad estaba frente a ellas.


    —¿Nos volveremos fuertes en poco tiempo? —preguntó Rosa.


    —¡Claro que sí!, hablas con una de las chicas más ricas de Kalos, prepararé un entrenamiento intensivo que nos pondrá en forma para las eliminatorias. Vamos a ir por ese campeonato, es deber mío como heredera de los Rock ser la mejor, pero tú, Rosa… ¿En verdad estás dispuesta a tomar el reto? —La pregunta de Cosette penetró por completo la consciencia de la chica, Liza cerró ambos ojos y sonrió dulcemente a Rosita.


    —Yo estoy contigo en lo que decidas, Rosa, pero no te mentiré, realmente quiero superarme a mí misma. Cosette puede ayudarnos, es cuestión de que se lo permitas.


    Liza nunca fue una entrenadora fuerte, ella siempre veía a sus hermanos mayores triunfar en otras regiones, ellos lograron llegar a cuartos de final, semifinales o incluso a la gran final. Su familia los recibía con sonrisas y grandes fiestas donde todos comían sin parar.


    Quiero superarme


    Pensó Liza, tantos años viviendo a la sombra de sus hermanos por fin llegarían a su fin. Llegó el momento de mostrar orgullo como entrenadora y también pasión, pues ya no tenía ganas de disfrutar logros ajenos, ¡ahora era su turno de brillar!


    Rosa dudó un poco más, la determinación de Liza y Cosette todavía no eran suficientes para hacerla aceptar. No tenía mucho tiempo de entrenadora y ya había un reto enorme frente a ella, era natural que sintiese miedo hacia lo desconocido.


    No obstante, la imagen de Rance pasó por su cabeza, el muchacho de pelo blanco nunca dudó en sus decisiones, siempre se veía tan fuerte, imponente, incluso invencible. Rosita no pudo evitar sonrojarse al imaginarse luchando contra él, aquello era un sueño lejano y loco, pero tampoco imposible. ¿Qué pensaría Rance de ella?, aunque viajaron un tiempo juntos nunca tuvieron tiempo de hablar de sus sentimientos o las percepciones ajenas.


    —Rance no dudaría —susurró.


    También pensó en Mana, la agente silenciosa, sus ganas de revancha poco a poco fueron encendiendo su espíritu de lucha y finalmente, el coleteo suave de Eevee le hizo llegar a una conclusión.


    —¡Estoy dentro!, ¡vamos a ganar el campeonato! —gritó a todo pulmón, tanto que llamó la atención de todos los entrenadores ahí presentes —. Eh, l-lo siento, me ganó la emoción.


    —Muy bien, entonces tenemos que pensar en un nombre, ¿alguna idea, chicas? —Liza no era buena pensando nombres y Cosette solamente dio sugerencias inútiles, por más que odiase admitirlo, la pelirroja era pésima con la creatividad.


    —¿Y si nos llamamos: Las chicas RLC? —susurró nuestra moe protagonista —. Ya saben, las tres somos chicas y nuestras iniciales suenan bien de esa forma.


    —Oh, no está mal, Rosa. —A Liza pareció gustarle el nombre.


    —Perfecto, me encanta no tener que depender de mi apellido en esta ocasión, voy a demostrar que no necesito el respaldo familiar para convertirme en una gran entrenadora. ¡Chicas RLC!, se oye genial, vamos a registrarnos.


    Las jovencitas caminaron hacia el mostrador, mostrando antes sus respectivas identificaciones como entrenadoras pokémon.


    —Hola, ya tengo todo el sistema listo para empezar el registro. ¿Van a hacerlo de una vez? —preguntó la enfermera.


    —Sí, regístrenos bajo el siguiente nombre: Chicas RLC.


    —De inmediato. —La enfermera llenó unos datos en la computadora, luego de dos minutos finalmente imprimió una hoja de papel con las fechas y horarios de sus combates —. El registro ha terminado, su primera pelea de las preliminares será en Ciudad Fractal, conocerán a su oponente el mero día de la batalla, ustedes saben, para crear sorpresa y evitar trampas. ¡Les deseo mucha suerte!


    —Gracias —respondieron las tres al unísono.


    —Muy bien, Chicas RLC, ¡vamos a empezar a entrenar ya mismo! —Segundos después de haber dicho eso una enorme limosina se estacionó frente al centro pokémon —. ¡Vamos!, no hay tiempo que perder.


    —¿Eh?, ¿ya mismo? —cuestionó Liza un tanto confundida, la chica tenía entusiasmo, pero no tanto para lanzarse de una vez a la aventura.


    —¡Sí!, esta limosina nos llevará a un centro de entrenamiento que está en Ciudad Tempera, entrenaremos hasta que nuestros pokémon y nosotras no podamos mantenernos conscientes. —Cosette le hizo fama a su color rojo ardiente, Rosa también le siguió la corriente y un fuego imaginario apareció sobre sus orbes y los de Eevee.


    —¡A esforzarse! —exclamaron las dos.


    —Ay, Arceus. —Liza no tuvo más remedio que aceptar los hechos como eran, de inmediato las tres subieron al coche y partieron sin rechistar. Fue así como nació el equipo de Chicas RLC, a decir verdad, ellas prometían ser un equipo llamativo por estar compuesto únicamente de mujeres jóvenes y guapas, claro, Cosette llamaba mucho la atención por su deslumbrante belleza, personalidad explosiva y herencia detrás de ella.


    Pero Roza y Liza no se quedaban atrás, la primera tenía un aire inocente y puro, al estar recluida en su granja por mucho tiempo todavía conservaba un tono infantil en sus movimientos y vestimenta. Gestos bonitos que algunos hombres podrían considerar tiernos, Liza por otro lado, era una chica refinada y con clase, su personalidad tranquila contrastaba con la explosividad de Cosette, pero juntas hacían un buen balance.


    En cuanto a estilo de combate, Liza prefería luchar a base de velocidad, alteraciones de estados y manejo de distancia. Cosette por otro lado, no tenía ninguna especialidad, pero tampoco era mala en una forma de combate. Rosa apenas descubría su propio estilo, pero el usar ataques potenciadores para incrementar la fuerza natural de sus pokémon le llamaba mucho la atención. Con todos esos datos en cuenta, el equipo Chicas RLC prometía ser la revelación del torneo, ¿o no?


    Mientras tanto, en un lugar desconocido de Kalos…


    —Hey, parece que nuestro plan va viento en popa. —Mewtwo oscuro habló telepáticamente con su entrenador, el hombre encapuchado soltó un suspiro lleno de resignación. Deseaba combatir otra vez, la batalla contra la campeona no lo dejó satisfecho y en teoría, su parte del trato solo se cumplía si desafiaban entrenadores fuertes.


    —Ya lo sé, ¿por qué ideó este torneo el jefe? —respondió el entrenador legendario, los dos estaban confundidos con las verdaderas intenciones de su contratista. Y la verdad, no les interesaba en lo absoluto, pues el dúo solo quería vencer a oponentes poderosos —. Es una pena que no podamos participar en el torneo.


    —Tampoco es que nos perdamos de mucho, los entrenadores y sus pokémon van a inscribirse por montón y solamente los finalistas serán dignos de nuestra atención —contestó Mewtwo —. En verdad no estás interesado en otra cosa que no sea pelear, ¿verdad?, no te culpo, yo también deseo batirme en duelo con alguien de alto nivel.


    —Ya lo sé, pero no tengo a nadie en mente y pelear contra entrenadores al azar no es mi estilo. —El entrenador legendario pensó en desafiar a los líderes de gimnasio, pero tras haber vencido a la campeona sin parpadear esa idea dejó de llamarle la atención. Quizá la élite cuatro podría significar un desafío menor, a lo mejor una que otra gota de sudor, justo como Diantha.


    —Tampoco podemos andar destruyendo entrenadores a cada rato, recuerda que nuestra misión es mantenernos sigilosos. Si llamamos demasiado la atención el plan del jefe será descubierto. —Mewtwo nuevamente tuvo la razón, su inteligencia y serenidad superaban a las de su entrenador, no obstante y por curioso que parezca, los dos confiaban mutuamente el uno con el otro, a pesar de haber nacido de la maldad y los sentimientos rencorosos del Mewtwo original su versión oscura logró recuperar la cordura gracias al entrenador legendario.


    —Lo haces sonar como si fuésemos invencibles, la verdad es decepcionante que no podamos tener una buena batalla. ¡El combate del siglo debe ser nuestro!, haremos que Kalos tema a nuestro poder, porque somos el dúo definitivo, ¿estás conmigo, compañero?


    —Ya sabes que sí. —Los dos chocaron sus puños en señal de confianza, resultaba irónico que una de las amistades más puras de todo el mundo estuviese del lado equivocado. No, ellos no se consideraban a sí mismos como partes de la sociedad y colaboraban con ese jefe malvado para su mero entretenimiento. Pelear en torneos ya no era divertido, los dos comprendieron que los entrenadores y sus pokémon solo peleaban al máximo cuando sus vidas o las de sus seres queridos corrían peligro.


    Por otro lado, en toda la región Kalos muchos equipos de entrenadores comenzaron a inscribirse por montón, claro, el boom del pitazo inicial fue grande, pero al cabo de las horas las inscripciones disminuyeron. Algunos no se sentían seguros de competir tan repentinamente, otros decidieron buscar miembros inteligentemente y no dejarse llevar por la emoción del momento.


    Para la opinión pública, el hecho de hacer equipo con otros entrenadores era una noticia flameante, pero los agentes pokémon se tomaron el hecho con mesura, les resultaba sospechoso que Diantha haya cambiado las reglas de un día para otro, sin aviso alguno ni tampoco un plan de respaldo. La policía internacional pokémon no metió mucho la nariz en el asunto, ellos no se metían en las cosas relacionadas a la liga y tampoco con las decisiones de la campeona, su trabajo consistía en detener criminales y brindar seguridad a los entrenadores.


    Cosa que un torneo no amenazaba.


    —Definitivamente hay una trampa en esto. —Mana fue la primera en notar las irregularidades, no obstante, carecía de los argumentos necesarios para respaldar su teoría —. Pero esta corazonada no es suficiente, necesito ver más de cerca la administración de la competencia. Y para ello debo entrar al torneo, supongo que buscaré a dos miembros más para esta misión, no tienen que ser agentes.


    Mana comenzó a moverse por su cuenta, lo mismo que otros agentes con la misma sospecha y uno que otro entrenador inocente.


    En fin, fue así como las inscripciones del gran torneo por equipos comenzaron, ¿quién se llevará la gloria a casa?


    Fin del capítulo 20

    ¿Qué les pareció el nombre del equipo?
    ¿Cuál de las chicas RLC es tu favorita?
    ¿Qué rivales imaginan?

    Y bueno, es todo :3 por el momento.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  12.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Ooooh... buen giro de tuerca, mi pana, y sin recurrir a elementos demasiado fantásticos, como me pasa a ratos :V jeje...

    Pero en fin, creo que mientras mi género favorito es la fantasía (y el porno, pero acá no vale xD), lo tuyo es el moe semi-realista n__n. O al menos así lo percibo. Avísame si me equivoco :B

    Pero bueno, el nombre del equipo es... "meh". Yo me hubiera partido la cabeza con algo más intenso. Aunque igual como que al ser simples niñas que quieren mantener un perfil más o menos bajo, les viene como anillo al dedo. Y vaya que Liza adoraría un buen anillo con perla n__n.

    ¿Mi chica favorita? Creo que le voy a Cosette nuevamente

    ¿Rivales? Espero que mi OC entrenador haga aparición... pero si no fuera por eso, creo que las chicas lo tendrán relativamente fácil peleando con rivales de lo más divertidos n__n. ¡Vamos, pana! ¡Sorpréndeme!

    Adiosito :)
     
  13.  
    TYNX

    TYNX Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    9 Septiembre 2016
    Mensajes:
    157
    Pluma de
    Escritor
    Me encanta, tiene muy buena trama y te hace sentir lo que siente Rosita :3
     
  14.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    El viaje de Rosa
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    23
     
    Palabras:
    2729
    Este fic no ha muerto, pero como me he vuelto escritor independiente ya no tenía tiempo de actualizarlo. Hoy me di la tarea de hacerlo y acá están los resultados.

    Recuerden comprar mi novela: Aria, el misterio de la diosa caída, en Amazon, me ayudarían mucho c:

    Sin más demora, acá el cap.



    Capítulo 21: Entrenador élite




    Los entrenamientos del equipo RLC empezaron a todo dar, Rosa se dio cuenta de que las batallas pokémon eran más que solo un intercambio bruto de ataques. En primer lugar, tenía que analizar a su adversario, al ser una entrenadora sin mucha experiencia, la cautela se convirtió en su primera arma defensiva. Claro, ella no era como Rance, alguien capaz de vencer a todos con mero poder bruto.




    —¡Chicas, debemos seguir entrenando duro! —Cosette y Raichu entrenaban una maniobra curiosa, la rata evolucionada se movía de un lado a otro, mientras liberaba chispas en el suelo que electrificaban el campo de batalla. Su oponente de entrenamiento, Liza, supo la estrategia casi de inmediato.




    —Kirlia, levita un poco para mantenerte lejos de la estática, pero no vuelves muy arriba. —Una jugada inteligente, pues Raichu deseaba atacarla con un poderoso rayo. Los ataques eléctricos tenían ventaja sobre los tipos voladores, por ese motivo, Cosette electrificaba el campo de batalla, obligando a sus rivales a volar o intentar alejarse del piso para no caer víctimas de la parálisis. Gesto que aprovechaba para rematar a su oponente.




    —Cosette es muy astuta —susurró nuestra dulce protagonista.




    —¡Bola sombra! —Liza continuó atacando también, darle la iniciativa a la pelirroja era un error, sobre todo, porque Raichu se volvía más rápido con agilidad y permitirle tales acciones no era distinto a un suicidio —. Ataca sin detenerte, no le des tiempo a Raichu de aumentar su velocidad.




    —Muy lenta, Liza, ¡doble equipo! —Varias copias de Raichu aparecieron por todo el campo de batalla, cada una de ellas, se movía en zigzag, evitando así la concentración del tipo psíquico y llevándola a un punto de estrés donde le era imposible concentrarse —. ¡Ahora rayo!




    —Justo lo que esperaba, ¡redirige su ataque con psíquico! —El rayo se detuvo a medio centímetro del pokémon enemigo, Kirlia sonrió confiadamente, pues ya sabía que hacer después. Cosette frunció el ceño, tener a una rival tan astuta como Liza le hizo replantearse las cosas.




    En primer lugar, jugar siempre a velocidad no siempre convenía, pues no se necesitaba andar corriendo por todo el campo de batalla para asegurar la victoria. Hacerlo, significaba gastar más energía de la habitual, segundo, Liza era una entrenadora de estilo suave, ella, a diferencia de Rance o Rosa, prefería llevar las cosas a su propio ritmo.




    Sin acelerar de más ni nada por el estilo.




    —¡Recibe el rayo! —No había de otra, Raichu recibió su propio ataque y sufrió un poco de daño, la chica deseó haber tenido la habilidad de pararrayos para su pokémon, pues así, habría sido una jugada beneficiosa.




    El combate siguió su curso, las dos chicas continuaron esforzándose mientras intercambiaban técnicas y estrategias bastante pro. Rosa tomó nota de todo, después de todo, a ella y Eevee le encantaban las batallas.




    —Buen trabajo a ambas, ¿descansamos un poco? —cuestionó Rosa.




    —Sí, en total, tenemos que mejorar muchas cosas. Yo me di cuenta de que no todo es velocidad ni precisión, necesito bajar el ritmo a veces. —Cosette fue la primera en notar sus propias carencias, a pesar de su arrogancia y actitud pedante, era alguien capaz de cambiar sus paradigmas con tal de alcanzar la victoria.




    —Y yo necesito ser más rápida, está bien tomarse el tiempo de analizar al oponente, pero hay oportunidades que deben ser tomadas en cuanto las ves.




    —Llevamos ya varios días entrenando duro, ¡tus instalaciones son geniales!, debe ser genial tener tan buen equipo para entrenar.




    —Naturalmente, la familia Rock jamás dejará que su heredera sea una perdedora en los combates. Debemos mejorar más, nuestro primer encuentro eliminatorio será en tres días, recuerden que solo 64 equipos podrán combatir en las rondas finales.




    —Oh, eso quiere decir que… ¿tendremos 6 rondas eliminatorias antes de las finales? —cuestionó Liza.




    —Exacto, si perdemos una sola ronda, estamos fuera de la competencia —respondió Cosette.




    —Hm, es verdad, este torneo es bastante duro. Solamente los mejores podrán competir en el coliseo, ¡que emocionante! —Rosa ya se imaginaba a sí misma frente a miles de personas en las gradas, combatiendo por el tan ansiado trofeo, mientras los fanáticos coreaban su nombre.




    Menuda visión más bonita.




    —Vamos al centro pokémon.




    Las chicas salieron de las instalaciones y caminaron tranquilamente al centro pokémon, o al menos, ese fue el plan, pues fueron interceptadas por un tipo de lo más curioso.




    —Buenas tardes, señoritas. —El muchacho tenía la piel clara y el cabello rubio, vestía un traje de vaquero que lo hacía ver muy atractivo. Sobre todo, por el sombrero puntiagudo que reposaba sobre su cabeza, a lado de él, un Hawlucha imitaba sus poses de galán mientras las chicas solo evitaban mirarle a los ojos.




    —¿Qué deseas, joven? —Liza le respondió por mera educación, Cosette ni siquiera se dignó a mirarlo y Rosita estaba algo nerviosa, no se topaba con tipos tan apuestos todos los días.




    —Solo me preguntaba porque joyas tan hermosas como ustedes caminan a pleno luz del sol, ¿no se les hace una injusticia? —Ok, el tipo era un idiota, a pesar de ser muy atractivo su personalidad dejaba muchísimo que desear —. ¿Qué tal si paseamos un rato?, mi Hawlucha y yo somos los más fuertes de esta ciudad.




    —Si sabes lo que te conviene, deja de estar molestándonos, eres un fastidio. —Cosette rápidamente lo bateó, gesto que le dio en el orgullo al pobre rubio.




    —Usted, bella señorita, ¿si quiere pasear conmigo? —El vaquero se dirigió a Liza, con una mirada seductora.




    —No, gracias, joven, pero es muy amable en invitarme. —Otro rechazo, su Hawlucha le dio palmaditas en la espalda y sonrió, algo incómodo —. Además, ni siquiera sé tu nombre.




    —¡Oh!, que tonto de mi parte, me llamo Tyler y soy un entrenador de Teselia que ha venido a competir en este torneo por equipos. Deseo estar rodeado de mujeres hermosas y ser conocido como el campeón más apuesto de todos.




    —Suerte con eso, ya nos vamos —comentó Cosette, harta de su palabrería.




    —Oh, hermosa pero picante, me gusta. Hm, ¿cómo te llamas tú, señorita? —Tyler extendió su mano hacia Rosita, la chica miró hacia ambos lados y mejor se escondió detrás de Liza, la chica no estaba acostumbrada a que le coquetearan, mucho menos de esa forma tan descarada.




    —E-Eh, s-soy Rosa, un placer.




    —Ok, suficiente, Rosita tampoco desea coquetear contigo. —Cosette tomó a Rosa de la manga y caminó pasando de largo al muchacho, éste nada más hizo una caída estilo anime mientras su Hawlucha lo levantaba. El tipo era un caso perdido.




    —Auch, ¿seguras qué no desean inscribirme en su equipo?, ¡soy muy fuerte!, y apuesto.




    —Seguras —respondieron las tres, al mismo tiempo.




    —¿¡Un rechazo triple?!, Hawlucha, creo que es un record nuevo. —Su pokémon solo suspiró avergonzado por el comportamiento del entrenador, no obstante, Liza detuvo su marcha y giró su cabeza.




    —Un momento, creo que te me haces conocido, ¿saliste en televisión alguna vez?




    —¡Claro que salí en televisión!, soy el increíble sub campeón de la liga Teselia, pude haber ganado, pero ese desgraciado de Rance me venció en el último segundo. —Cuando Rosa escuchó el nombre de su amigo, inmediatamente sonrió y lo volteó a ver, ya con más confianza.




    —Oh, ¡ya te recuerdo!, eres el entrenador que Rance venció en la final.




    —No lo recuerdes tanto, Rance y yo somos rivales de por vida, ¡estamos destinados a combatir hasta el fin de los tiempos!, venimos del mismo pueblo y tenemos la misma edad. ¿Acaso lo conocen?




    —Yo no, pero he oído hablar de él —respondió Cosette, ya menos molesta.




    —Nosotras sí lo conocemos, es un buen chico. —Liza sonrió con más confianza, el hecho de ser “rival” de Rance, hizo que dejase de ser un desconocido para ellas.




    —Sí, gracias a él yo empecé mi viaje, es una persona especial para mí…—Rosita hablaba como doncella enamorada, cosa que Tyler notó y de inmediato, se deprimió más.




    —¡Rance me gana hasta en los ligues!, no es justo. —Y de nuevo, Hawlucha le dio palmaditas en la espalda.




    —¡Nosotros no tenemos ese tipo de relación!, s-solo somos amigos —susurró nuestra extremadamente moe, protagonista.




    —Ajá, eso dicen todas.




    —Oh, ¿cómo se siente que te pateen el trasero sin que esa persona esté aquí? —Cosette miró maliciosamente al pobre Tyler, cuyo orgullo de galán acabó por completo en la basura.




    —¡Que cruel!, pero candente…




    —¿Acaso eres masoquista?




    —Masoquista de amor. Bueno, ya hablando en serio, estoy buscando equipo, pero veo que me quedo sin opciones. Creí que mi fama me daría la oportunidad de entrar a un grupo fuerte, pero tal parece que no mucha gente me reconoce.




    —Es normal, acá no solemos ver las finales de otras regiones. Nosotras somos el equipo RLC, ya nos registramos y si bien, podemos tener un miembro de reserva, no creo que alguien de tus credenciales acepte un rol de suplente. —De nuevo, Liza mostró ser la más educada de las tres, su explicación tenía sentido, Tyler no se conformaría solo con ser el suplente, él quería acción y brillar por sí mismo.




    —Tienes razón, bueno, ¿entonces no saldrán a una cita conmigo?




    —No —respondieron las tres, nuevamente.




    —Ay, está bien, seguiré mi camino entonces. —Tyler les dio su seña de despedida y se dispuso a seguir su rumbo, no obstante, Rosa lo detuvo.




    —Espera un momento, ¿eres un entrenador fuerte, no?, antes de que te vayas, quiero tener una batalla contigo. Si te proclamas a ti mismo como rival de Rance, entonces debes tener un nivel parecido al suyo.




    —Bueno, sí, lo tengo. Rance y yo hemos combatido muchas veces. Tengo que encontrar equipo, ¿te parece solo un 1 vs 1?, necesito apurarme.




    —¡Sí!, será un honor combatir contra un finalista, ¿podrían esperarme, Liza, Cosette?, en verdad quiero combatir contra él.




    —De acuerdo, te esperaré —respondió Liza.




    —Si no hay de otra. —Cosette también detuvo su marcha y le dio permiso a su compañera de batirse en duelo.




    —Está decidido, ¡tengamos un combate! —Rosa ordenó a Eevee ir al frente, era su mejor compañera y también, su pokémon más confiable —. Demos lo mejor de nosotras.




    —Ok, ¡si tanto es tu deseo de pelear, hagámoslo!




    *Batalla pokémon: Entrenadora Rosa vs Entrenador de élite Tyler*




    —¡Steelix, yo te elijo! —Rosa se quedó con la boca abierta, el pokémon rival era un imponente Steelix brutalmente entrenado, fue injusto, un entrenador de nivel campeón estaba usando toda su fuerza contra una rival súper inferior. Aun así, Rosa no sintió miedo, sino todo lo contrario.




    ¡La emoción de enfrentar a un entrenador élite era grandiosa!




    —¡Eevee, usa bola sombra! —La pequeña zorrita lanzó su ataque a todo poder, si bien, Steelix poseía un cuerpo más duro que el diamante, la defensa especial de su especie no era la gran cosa.




    —¡Esquiva usando cavar! —Pero Tyler no se confió, a pesar de su abrumadora superioridad, el chico no menospreció a su oponente ni dejó que su pokémon sufriese daño alguno. Cualquier entrenador súper poderoso habría querido intimidarla dejándose golpear, pero él no, si algo aprendió con los años de experiencia, fue a valorar cualquier esfuerzo por parte de sus rivales.



    La serpiente de acero cavó con tal velocidad, que ni siquiera parecía tener ese tamaño. Liza y Cosette también sintieron la diferencia de experiencia, Tyler era un entrenador altamente calificado, el mismo Rance tuvo muchísimos problemas para vencerlo en la final del torneo pasado.




    —Tranquila, Eevee, espera el momento preciso para esquivarlo.




    —Oh, ¿realmente piensas que atacaré?, ¡ingenua!, ¡Steelix, usa maldición mientras estás bajo tierra! —Otra jugada inteligente, Eevee era perfectamente capaz de esquivarlo, pero no de contraatacar en caso de salir debajo de la tierra.




    —No puede ser…—Buscar a Steelix debajo de la tierra era suicida, además, la técnica: Maldición, disminuía su velocidad física pero aumentaba de manera considerable su ataque y defensa físicos —. No puedo hacer nada.


    En efecto, Rosa se vio neutralizada por completo, le bastaron pocos movimientos al entrenador para dejar sin opciones a Rosita.




    —¡Roca afilada desde abajo! —Cuatro enormes rocas salieron disparadas del suelo, en dirección a Eevee, la pequeña no sabía qué hacer, pues los proyectiles poseían un tamaño que la superaba con creces.




    —Tranquila, ¡brinca encima de las rocas y contraataca con as oculto! —La pequeña pokémon hizo caso justo a tiempo, saltó de roca en roca, hasta quedar encima de Steelix, éste apenas salía del agujero, por lo que esquivar el golpe le sería imposible.




    —¡Usa cola de hierro y cúbrete la cara! —Tyler volvió a detener sus ataques, la chica tenía como intención cegar al pokémon con un ataque especial de apariencia cortante, pero no funcionó, pues la cola de Steelix sirvió como escudo para protegerse —. Muy astuto, Rosa, pero no dejaré que dales a mi pokémon.




    —¡Atracción! —El último recurso de Rosa llegó, ella quería dejar de confiar tanto en esa estrategia tan usada, pero en vista de la situación, no quedaba de otra.




    —Muy dulce de tu parte, Rosita, ¡pero en la batalla no hay tiempo de romance!, ¡Steelix, usa tormenta de arena! —El pokémon gigantesco movió su cola y al instante, una impresionante tormenta de arena llenó el campo de batalla, disminuyendo la visibilidad y el movimiento de Eevee significativamente. Por tal motivo, los corazoncitos que expresaban la atracción no fueron capaces de acertarle a Steelix, aún con su enorme tamaño.




    —¡Eevee, retrocede!




    —¡Muy tarde! —Y finalmente, Steelix usó atadura en Eevee, obviamente, no muy fuerte para no hacerle más daño del necesario, la pobrecita intentó zafarse, pero no pudo. ¿Cómo podía hacerlo?, el ser atrapada por semejante bestia era igual a derrota, Rosa tuvo que aceptarlo.




    —Me rindo, no hay manera de que podamos salir del agarre. —Y tras declarar eso, la tormenta desapareció, posteriormente, Steelix bajó a Eevee cuidadosamente




    —No tienes de que avergonzarte, Rosa, hiciste bien, era imposible liberarte del agarre de Steelix. Recuerda, lo más importante es la salud de nuestros queridos amigos pokémon, victoria y derrota pasan a segundo plano.




    —Lo sé, Rance me dijo lo mismo una vez. —Rosita sonrió, a pesar de haber perdido, el hecho de combatir contra un rival tan imponente le hizo emocionarse al máximo —. Luchaste muy bien, Eevee, no te intimidaste frente a su tamaño y diste lo mejor de ti, estoy muy orgullosa.




    —Es cierto, no cualquiera tiene el valor de enfrentar a un oponente mucho más grande. Las felicito. —Tyler devolvió a Steelix a su pokebola, no sin antes darle las gracias también. A pesar de su personalidad coqueta y molestosa, Tyler en verdad poseía un gran cariño por sus pokémon y un nivel digno de un campeón.




    Eevee y Rosita sonrieron al comentario del chico, éste ya no intentó coquetearle, pues notó algo muy obvio en la señorita… Le gustaba su archirrival, Rance, aunque no quisiera admitirlo.




    —¡Gracias!, espero que podamos tener otra batalla en el torneo, verás que nos habremos vuelto mucho más fuertes. —Y entonces, Rosita le sonrió con tal calidez, que maldijo el no haberla conocido primero, pues seguramente, se habría enamorado de ella.




    Aquel sentimiento de inocencia y voluntad firme, era algo que no todos los entrenadores podían presumir.




    —Claro, si es que encuentro equipo, ¡necesito apurarme!, fue un placer conocerlas. —Justo como vino, se fue, el chico emprendió el trote nuevamente junto a su confiable Hawlucha. Solo quedaban tres días para el cierre de inscripciones, ¡alguien de su nivel no debería quedar fuera por tal nimiedad!




    —Bueno, ese tipo no era tan malo después de todo. —Cosette aceptó la fuerza del entrenador en el último segundo, lástima que Tyler no estuviese cerca para oírlo.




    —Los entrenadores élite son geniales, ojala algún día nosotras tres podamos estar en ese grupo. —Liza también se mostró emocionada con la batalla, había visto a los grandes entrenadores por televisión, pero nunca tan de cerca.




    —Lo seremos, ¡solo debemos esforzarnos más! —Rosa comprendió que todavía estaba a muchos años de distancia, pero paso a paso, sus habilidades estaban mejorando.




    3 días nada más…




    El equipo RLC tenía su debut a la vuelta de la esquina.




    Fin del capítulo 21

    Trataré de no dejarlo taaan abandonado, pero igual, ahí la lleva.
     
    Última edición: 28 Septiembre 2017
    • Me gusta Me gusta x 1
  15.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    [​IMG]

    ¡Al fin, carajo! xD. Ya me preguntaba qué pasó con esto... pero igual, lo de que eres un escritor independiente con una obra ya publicada no es la historia completa. Quisiste priorizar otro fanfic ajeno al fandom de Pokémon... lo cual se entiende, igual xP. Pero igual la relación entre episodios publicados en "Crónicas de Maho Shoujo" y los de aquí es como de 10 contra 1 ¬¬

    Como sea, me alegra volverte a ver en las andadas... con un episodio que bien podría ser considerado un "puente" (me niego a llamarlo "relleno". Esto no es Naruto, carajo ¬¬). Pero igual está divertido :), conocieron a Tyler, un rival de Rance que tiene cierta esencia de Brock... solo que menos caricaturizada y más... pues... no sé :V. Sigue siendo divertida sin llegar a agobiar como pasó con el Brockas. Y claro, también tiene un Steelix bien poderoso OwO. No sorprende que le haya dado problemas a Rance para ganar... en fin, a ver qué equipo se consigue. En cuanto a Rance, supongo que no le interesa la competición, sino romper a los malhechores en pedacitos -w-... sobre todo al que "poseyó" a la campeona Diantha. Seh, todavía me acuerdo ;)

    También veo que Liza es de esas que se toma su propio ritmo y no se apura con nada. Eso me recuerda mucho al ritmo que me gustaría tomar, pero que los formatos competitivos y el VGC se lo pasan por el asterisco porque solo quieren velocidad, poder, poder y más poder ¬¬. Aunque como entrenador en el animeverse, me gusta ir despacio... hasta que me hacen enfadar y me obligan a ¡Meter el turbo! (como en cierto song-fic que tengo en la firma, por si te interesa ;) ). Uno ve cuándo debe pisar el acelerador y cuándo no. Rance, por comparación, tiene un ladrillo pegado al pedal acelerador xD... carajo n_nU.

    Y claro, ¿Rance sabrá alguna vez que Rosita tiene sentimientos bien moes hacia él? >w<

    Pasando un poco a lo técnico, la narración está casi totalmente bien hecha y la ortografía igual. Vigila un par de dedazos que tienes, compa.

    Por último, por favor evita el uso de la palabra "pro" acá...

    Mira, si el personaje que lo narra tiene un vocabulario así parecido al del "Niño Ratta", está bien que lo diga... pero como narrador omnisciente que eres en esta parte, queda feo. Hubiera sido mejor poner "técnicas y estrategias dignas de campeonato" o bien "dignas de alabanza".

    Espero que el siguiente episodio no tarde tanto en venir xP. Nos vemos en otra, mi pana -w-
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso