Contenido oculto: N/A Posiblemente me haya apurado demasiado, pero es lo más decente que pude hacer con mi querido Arthur Weasley. Espero que les guste :3 [Este escrito participa en la actividad de Ichiinou "Una mágica navidad"] Arthur se levantó esa mañana con gran ánimo. Suponía que esos días festivos provocaban en él esa felicidad indescriptible nacer de lo más profundo de su ser y que, además, le daba esa energía extraña como para bajar seis veces las escaleras de La Madriguera sin sufrir un infarto. De hecho, le emocionaba tanto como cuando era tan sólo un niño pelirrojo y pecoso que se maravillaba incluso por lo más común y corriente de su jardín. Arthur sonrió. No era de aquellas sonrisas que habitualmente le daba a todo el mundo, no. Aquella era una sonrisa que decía millones de cosas a la vez; palabras bonitas que sencillamente no podía expresarlas sólo con un par de palabras. Era un mago que aún creía que existían cosas que debían ser demostradas con acciones o un simple gesto. Acomodó la última imperfección de su atuendo esa mañana y asintió para sí mismo sintiéndose listo para enfrentar al fresco veinticuatro de diciembre. Ese día tenía la misión de decorar La Madriguera para sus nietos y estaba dispuesto a dejarlos ¡boquiabiertos! Pero primero, debía poner en orden su pequeño ejército. —George y Percy se encargarán de desgnomizar el jardín trasero, Harry y Ron este año les toca el ático. —Era de suponerse —murmuró Ron un tanto aterrado. Harry por su parte, sólo rió por lo bajo. —Ginny... —Con las chicas. —Exacto y no olviden el árbol —ella le guiñó un ojo antes de dejar la sala —. Charlie y Bill, ustedes les toca cuidar a los niños. —Con suerte sobreviviremos para Nochebuena, pero está bien —Bill rodó los ojos y empujó al amante de dragones hacia la cocina, desde donde ya se podían escuchar el bullicio de los más pequeños. Charlie miró a los que quedaban con una mirada llena de súplica —. ¡Ayúdenme! —pero la mayoría fingió no haberle escuchado. —Bien, a sus actividades —Arthur dio un par de palmadas y la reunión acabó tan pronto como había comenzado. Minutos más tarde llegó a la parte delantera de La Madriguera con tres cajas de luces y adornos siguiéndolo. Había planeado aquello un año entero y hasta entonces había sonado bonito, hasta que se encontró con el momento para llevarlo a cabo. Las escaleras resultaron no ser lo suficientemente altas, la magia funcionaba hasta cierto punto, dado al viento rebelde y la nieve de las cinco de la tarde. Hasta que, finalmente, su hogar se vio envuelto por más de siete mil luces y un centenar de adornos navideños darle vida a aquella noche tan especial. —¡Abuelo, es fabuloso! —¡Me encanta, me encanta! Eran parte de los gritos extasiados de sus amados nietos, lo que por supuesto hinchó su pecho de orgullo. Había valido la pena el esfuerzo, así lo sentía. —Vaya, esta vez has exagerado un... poquito este año, querido. —Tonterías, Molly ¡es perfecto! —la forma de un gran patito de hule amarillo brillaba con fuerza frente a la familia entera —. ¡Es la felicidad al alcance de un patito! Deberían llamarme de ahora en más el súper abuelo Weasley.
Adorable es una palabra muy linda como el escrito, ya lo esperaba... :omg<3:, de todos modos recuerdo que en las normas del concurso decía que se podían hacer más escritos, así que date una vueltecita otra vez por ahí para que lo compruebes. Por lo demás no podía dejar de ser Arthur Weasley, un abuelito a todo dar, sencillo, sincero y franco como él solo sin necesidad de tanta faramalla... y nada mejor que un enorme pato de hule súper bien adornado para levantar el espíritu navideño!!!... :quis::quis::omg<3:
¡Oh! Qué bonito está. Definitivamente plasmaste lo que es ser un abuelo y la importancia que toman las festividades cuando se tienen nietos, especialmente niños, alrededor. No sé qué otra cosa decir, más que ¡me encantó tu Arthur abuelo! Pipilup, fuera.
Me encantó. Creo que representaste a Arthur a la perfección, infaltable ese entusiasmo que siempre lo ha caracterizado. Y claro, tampoco podía faltar la obsesión del señor Weasley por el mundo muggle xD Muy bonito, como todo lo que escribís <3
Siempre me ha encantado la curiosidad que ha tenido Arthur hacia el patito de goma y la hazaña que tú describes es lo más propio de él que se podría imaginar. No pude evitar sonreír melancólicamente al leer esa parte, la verdad. Además, me hizo mucha gracia la parte en la que madan a Ron al ático y él se estremece pensando en que podría ver arañas o eso he supuesto yo, claro. xD Está muy bien redactado, con la soltura que te caracteriza, querida Paulijem. Has hecho un buen trabajo navideño con el personaje que te tocó, Arthur. Y la verdad, no tengo ni una sola pega para el relato, muy bueno. Muchas gracias por participar en la actividad, espero que te hayas divertido creando este relato. ¡Un saludo! :quis: