Destino [Original]

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por sorimori, 2 Mayo 2010.

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    sorimori

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    Destino [Original]
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    Destino [Original]

    Me presento:

    He llegado hace unos días aquí, estoy publicando en el foro de Fics sobre Inuyasha y bueno, escribí hace medio año un libro que voy a comenzar a subir. Espero que me leáis con ganas ;).

    Prefacio:

    Desde bien pequeño me he dedicado a dar vueltas sin rumbo alguno por mi propia vida. Sin saber exactamente que es lo que me espera. Esta claro que mi vida no puedo considerarla como algo normal. Vivo enfadado con el mundo por razones que aun desconozco y me limito a seguir los pasos pintados que encuentro en mi vida, por así decirlo. Todo esto se podría definir como el perro que sigue a su amo sin ser consciente de sus actos, aunque yo si se lo que hago.

    Ahora que estas perdiendo tus, seguramente, valiosos minutos leyendo todo esto aprovecho para presentarme. Mi nombre es Aaron Allen Tisdale, no, no tengo dos nombres, Allen es mi apellido aunque se que no lo parece. Vivo en Orlando, Florida. Hace buen tiempo por aquí y no me puedo quejar, pero si te soy sincero cuando el calor se mezcla con la humedad me resulta terriblemente agobiante, aunque lo aguanto como puedo. Nací en Bilbao pero pronto dejamos el País Vasco para irnos a Florida donde mis padres Vivian desde hace muchos años. No te quedes con esa cara ¿a caso esperabas mas información? Bueno… ¿quieres saber como soy físicamente? No soy nada del otro mundo, soy uno del montón. Mis ojos son marrones oscuros y hacen juego con mi pelo castaño. Mido 1,80 y soy delgado. ¿Qué pasa ahora? ¿Se me olvida algo? ¡A si! Tengo 17 años, los cumplí ayer.

    ¿Quieres saber como fue la fiesta verdad? Invité a todos mis amigos del instituto y ellos invitaron a otra gente que yo ni conocía, en fin lo que sucede en todas las fiestas ¿no? Todo fue genial en la fiesta y vino la persona que yo más quiero en el mundo, pasé todo el tiempo que pude con aquella persona hasta que mis amigos me la robaron por minutos, minutos que por cierto parecían horas.

    Veo que quieres saber quien es esa persona ¿No es así? Pues entonces escucha mi historia. Una historia que espero que te marque y que te haga comprender la vida de un modo diferente, al menos en ciertos aspectos.

    Anteriormente a todo lo que te he dicho cuando estaba haciendo cuarto, mi último año de educación secundaria y con la edad de 16 años me pasaba algo peor que ahora. No sabia lo que me iba a tocar en la vida y estaba totalmente perdido. Sentía odio hacia los demás, ahora al menos solo estoy enfadado con el mundo, y hacia los homosexuales en particular. Lo cierto es que me parecían seres anormales que estaban completamente locos. Nunca llegué a considerarlos personas durante casi todo el curso. Cuando el destino te golpea con fuerza dejando una pequeña grieta por donde visualizarlo se debe intentar por todos los medio ver algo. Yo no lo hice, no me arrepiento de no haberlo hecho ni mucho menos. Si hubiese mirado por esa grieta nunca sería lo que soy ahora, quizás mejor persona y por fin… Feliz.

    Sinceramente, luchar contra el destino se podría comparar a andar sobre el agua descalzo, lo intentas mil veces pero nunca da resultado.

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    ¡Pi! ¡Pi! ¡Pi!

    El sonido del despertador fue tan repentino que me sobresaltó. Salté sobre la cama tan bruscamente que caí de morros al suelo y ni tiempo me dio para apoyar las manos y evitar el golpe.

    -¡Auuu! – Parecía que me había roto la nariz por el dolor punzante que apareció de repente en mi cabeza.
    -¿Qué pasa ahí? – Mi madre estaba abajo preparando el desayuno y no quería hacerla subir.
    -Nada, tranquila mama.

    Me subí de nuevo a la cama y me tumbé boca arriba, toque suavemente mi nariz con las manos para comprobar que todo estaba en su sitio.

    -Maldito despertador – Murmuré a la par que masajeaba mi nariz de un lado a otro y haciendo círculos – En que momento lo habremos comprado.

    Miré con rencor el despertador sin quitarme las manos de la nariz.

    -¡Aaron! – Una vez mas me sobresalté y caí al suelo. Cuando mi madre gritaba parecía una leona - ¡Baja ahora mismo! ¡Holgazán!

    Para rematar la nariz solo me faltaba eso, una segunda caída. Ahora sonó como si se hubiese roto y me hizo gritar para mis adentros. Una lágrima de frustración cayó por mi mejilla mientras me levantaba aun envuelto en el dolor de la fractura.

    -¡Vamos! – Gritó de nuevo mi madre - ¡O bajas o te quedas sin desayuno!
    -Se cree que aun soy un niño – Me levanté del suelo y fui al baño para mojarme con agua fría la nariz. No parecía muy grabe la fractura.

    Una vez que me moje la nariz entré a la ducha, una ducha rápida bastaría, tres minutos a remojo si no quería que mi madre enfureciese más.

    Acabé de ducharme y fui desnudo del baño a la habitación, la verdad que era un alivio tener un baño en tu habitación, así nadie te ve correr en pelotas por los sitios. Me vestí rápidamente con unos vaqueros anchos medio caídos, dos cadenas al costado derecho de los pantalones caían con gracia. Una era más corta que la otra, la larga la tenía oxidada para darle un aire más pasota. Me coloqué una camiseta un poco ancha, pero sin pasarme de la raya no quería matar a mi madre del susto.

    Volví al baño para recoger el pijama.

    -¡Aaron! – Pegué un salto – Cariño… ¡BAJA AHORA MISMO!
    -¡Guau! – Susurré - ¡Que fiera!
    -Tienes chocolate para desayunar… - Lo dijo como si fuese una melodía y me di cuenta que lo dijo con retintín, el chocolate me encantaba y claramente mi madre sabía como manejarme.
    -Chocolate… - Abrí la boca durante veinte segundos y puse los ojos en blanco mientras en esos veinte segundos la baba empezó a aparecer por un costado de mi boca.

    Escuché la risa victoriosa de mi madre.

    Bajé las escaleras a toda velocidad, cuando llegué a la décima escalera – aun quedaban otras diez – tropecé y me caí de un salto al suelo, obviamente caí de morros otra vez y logré intensificar el dolor de la nariz.

    -Hoy no es mi día – Golpeé el suelo despacio con los puños.
    - Si que tardas macho

    Levanté la cabeza poco a poco y vi a mi padre de pie y riéndose a mandíbula batiente de mi aspecto terriblemente dañado. El cruzó los brazos y se quedo mirándome fijamente.

    -Al menos podrías ayudarme… - murmuré.
    -Nada de eso, un hombre debe levantarse por su propio pie. – Me replicó.
    -Pero da la casualidad de que yo soy un adolescente con las hormonas alteradas, no soy un hombre. – Levanté la mano, obviamente yo tenía razón.

    Mi padre apretó los labios y movió los ojos de un lado a otro despacio intentando buscar algo con lo que contra atacar, pero no lo encontró.

    -Va, coge mi mano anda – Estiró su brazo hacia mi y abrió de par en par la mano.
    -Gracias papa, si en el fondo nos llevamos bien.
    -Si… muy en el fondo hijo. Muy en el fondo.
    -No sabes cuanto te quiero – Agarré su mano y tiré de el para impulsarme hacía arriba.
    -Lo que tu digas, venga tu madre te esta esperando.

    Me solté de el después de recuperar el equilibrio y fui a la cocina dejándolo atrás.

    -Ya he llegado – Saludé. –Chocolatito mío gracias por esperarme.

    Di unos cuantos pasos hacía mi chocolate caliente, el cuenco se veía tan perfecto con el chocolate en su interior. Su sabroso humo salía hacia arriba formando figuritas poco reconocibles. Anduve un poco mas hacía el cuenco.

    -¡Corre por la banda derecha! – Mi hermano pequeño apareció por mi derecha a todo gas. –¡Esquiva a su adversario! – Hizo un zig-zag delante mío - ¡Se coloca delante de puerta! – Se coloco en frente de mi chocolate, aun veía el humo salir. – ¡Chuta! – Agarró mi tazón - ¡Y Gooooooooooooooooool! ¡Gol Gol Gol Gol! – Dirigió el tazón a su boca rápidamente, lo apoyó en sus labios y bebió mi chocolate de un trago.

    -¡Noooooooo! – Grité estirando mi brazo izquierdo - ¡Mi chocolate!
    -¡¡Aaaaaggh!! – Gritaba mi hermano dando saltitos y levantando los brazos, igual que hacían en el futbol para celebrar un gol.
    -¡Noooooo! – Volví a gritar cayendo de rodillas al suelo y expulsando otra lagrima de frustración.
    -¡Aaaaaaagh! – Volvió a gritar el - ¡Me quemo! ¡Me quemo! – Empezó a correr con los brazos en alto alrededor de la mesa. - ¡Me quemo!

    El panorama en la cocina era ridículo. Mi hermano dando vueltas alrededor de la mesa y gritando. Yo tirado en el suelo y llorando de frustración y Mi madre dada la vuelta, partiendo verduras para meter en bolsitas y murmurando cosas.

    Una vez que hubo pasado todo y pude levantarme ocultando el color rojo de mis ojos. Me dirigí a mi hermano que estaba aun dando vueltas y aullando del dolor que le producía la quemadura.

    -¡Imbecil! – Le grité mientras andaba hacia el.
    -¡No me pegues! – Grito el.
    -¡Serás… Imbecil! – Lo cogí en una de las vueltas que dio y lo sujete por la camiseta mientras el hacia intentos por correr.
    -¡Suéltame! – Decía el.
    - Señorito Bryan Allen Tisdale. Es usted un imbecil. – Le volví a repetir.
    -Soy lo que quieras, ¡pero suéltame! – Movió los brazos con fuerza de un lado a otro.

    Suspiré para expulsar un poco de la ira contenida que tenía.

    -¡Como te atreves a tomarte mi chocolate! ¡Era… MI chocolate!
    -Es que tenía ganas de desayunar. – Se quejó.
    - A ver, a ver, a ver… - Le susurré al oido. - ¡¿No decías que hoy no querías desayuno?!
    -Pero las cosas cambian… - Se volvió a disculpar.
    -Me da igual ahora mismo te vas a enterar de lo…
    -¡Silencio los dos! – Mi madre se giró a toda velocidad.
    - ¡Aaaa! –Gritamos al unísono mi hermano de doce años y yo.
    -¡LOS DOS AL INSTITUTO! ¡YA! – Rugió mi madre empuñando el cuchillo manchado ridículamente de zanahoria y con cachitos de pimiento en los costados pegados.

    Solté en el momento a mi hermano y salí corriendo hacia la habitación, subí las escaleras y me tropecé en la última. No caí al suelo. Mi hermano subía detrás y se rió de mí, pero no pude ir para pegarle o empeoraría el humor de mi madre. Era una persona que perdía la paciencia con facilidad.

    Corrí a la habitación y mi hermano me copio. Cada uno fue en una dirección distinta. Yo tenia la habitación en una punta del pasillo y el en otra. Entré a la habitación. Corrí hacia la cama, me agaché y saque la polvorienta mochila de debajo. Metí todos los libros en la mochila y la subí al hombro. Debía llevar cincuenta kilos por los menos por que parecía que no podía avanzar con aquel peso en la espalda.

    Corrí lo más rápido que pude con la mochila, salí de la habitación y giré hacia las escaleras. Vi que mi hermano ya salía de su habitación y corría a toda velocidad luchando contra el notable peso de su mochila. La mochila que yo llevaba era negra y le había puesto chapas y cadenas. La suya, llevaba dibujado un Mickey Mouse bastante visible en la zona que iba apoyada a la espalda. Me reí de el.

    -¡Una sola palabra sobre esto… - Señalo el dibujo –Y te rajo!

    Reí más todavía.

    -¿¡Tu… Rajarme a mí!? – Reí.

    Llegamos a las escaleras, giramos a la vez. Pusimos el mismo pie en la primera escalera y de ahí todo fue una bajada rápida y dolorosa. Caímos rodando. Como yo había entrado a la segunda escalera antes que mi hermano me agarró el pie de forma que nos caímos rodando. Yo delante, por tanto fui el que mas sufrió y el detrás.

    -Vendita suerte que tienen los crios – Murmuré tirado en el suelo por cuarta vez en menos de una hora.
    -Gracias Aaron, me has salvado la vida. – Bryan sujeto mi cabeza y me beso la frente. Luego se levantó y salio corriendo por la puerta.
    -¡El autobús! – Chille, si no corría lo iba a perder.

    Me levanté a toda velocidad con la expectante mirada de mi padre clavada en mí.

    -No me toques las narices papa… ¡Ni una risita! – Corrí a la puerta.
    -Michael, cariño – Llamaba mi madre a mi padre.
    -Dime, Abie. ¿Qué pasa? – Mi padre temía a mi madre igual que mi hermano y yo. Lo cierto es que era buena madre y imagino que buena esposa. Pero cuando perdía la paciencia mejor no estar cerca.

    Cerré la puerta de un portazo y corrí hacia el autobús. Por suerte algo me iba a salir bien esta mañana.

    Una vez estuve a 2 metros del autobús baje el ritmo, estaba agotado. Pronto me di cuenta de que no debí haberlo hecho. El autobús arrancó dejándome tirado. Miré mi reloj.

    -Las 8:21… - Murmuré. –Perfecto, un minuto tarde.

    Para coger el autobús había que ser puntual y yo no lo fui por un miserable minuto.

    -¡Que asco de conductor! – Mi hermano se asomaba por la ventanilla mientras se reía. El pelo castaño de mi hermano hacia brillos con el sol que empezaba a asomarse en Orlando. El y yo éramos prácticamente iguales. Solo que el era mas pequeño.

    El autobús iba algo despacio, quizás podía alcanzarlo. Corrí a toda velocidad, aquellos años entrenando sirvieron para algo. Llegué a la puerta del autobús mientras aun iba despacio, ya que mi calle era una calle en la que había que ir despacio y había muchos semáforos. Aporreé la puerta y empecé a gritar cosas que el conductor no podía oír. El me miró. Si era hijo de Abie tenía que demostrarlo, cambie mi cara a algo mas parecido a la cara de Tejon enfurecido y aporreé mas fuerte la puerta alterando a la poca gente que iba aun en el autobús. Cuando el conductor vio el panorama y vio mi cara prácticamente pegada a la puerta no pudo hacer otra cosa que abrirme. Entré al autobús aun mirando con odio al maldito conductor y me fui a sentar lejos de mi hermano.

    Me relajé en el asiento y dejé la mochila justo debajo de mí.

    -Conductores…

    Miré en todas direcciones pero no encontraba a mi hermano. Escuché su risa. Bajé la vista y ahí estaba debajo del asiento que quedaba libre a mi lado.

    -¿¡No podías haber elegido otro de los muchos asientos libres!? – Le chillé. Lo cogí de los pelos, los tenía un poco largos. Y lo senté en el asiento.
    -¡Aaa! – Chilló.
    -Cállate anda, no me pongas en evidencia.

    Fui en silencio durante todo el viaje y mi hermano a menos de un cuarto del viaje se alejo de mí para sentarse con sus amigos. El autobús ya iba mucho mas lleno, pero mis amigos no entraban asta la penúltima parada. No quedaba mucho pero se me hacia eterno.

    Llegamos a la ultima parada de bus y mis tres amigos subieron metiendo escándalo.

    -¡Hola tios! – Decía Connor, el primero del pelotón. Saludo a todo el autobús y le choco los cinco a los dos primero que iban sentados. Después de meter la tarjetita avanzó hacia mi muy pasivamente y moviendo la cabeza al son de la música que escuchaba.
    -No se permiten MP3, MP4, Móviles… ni ningún aparato de esos en el autobús. – Le informó el conductor.
    -No me rayes… - No se quitó los cascos y se sentó a mi lado. Se despeinó el pelo negro poniéndoselo de punta. Escupió en su mano y se lo mojo para darle mejor aspecto. Me miró con sus dos grandes ojos negros y me sonrió. Su cara era redonda, algo rechoncha pero no estaba gordo. Tenía unos mofletes prominentes y llevaba gafas de sol graduadas siempre. Un pendiente de aro colgaba en su oreja izquierda y un piercing decoraba su fina ceja derecha.

    El conductor bufó y cerró las puertas. De milagro no engancho con las puertas la mochila de Evens que era el último de mis tres amigos en entrar. Este era más formal no hacia tantas burradas pero había que decir que estaba como una completa cabra. Tenía el pelo largo y poco peinado. Lo podría definir como Hippy… Era flacucho y se le marcaban los huesos de la cara. No era anoréxico solo que era de pocas carnes como yo le decía. Tenía la cara algo estirada y los ojos saltones. Así entre nosotros… no era precisamente algo que se pudiese mirar mucho tiempo seguido siendo chica, pero yo le apreciaba muchísimo.

    Y el chico que estaba en el centro taponando a Evens… Iba vestido completamente de negro y llevaba muchísimos piercing por las orejas y la cara. Tenía los ojos pintados de negro y llevaba en la mano un guante con calaveras, en la muñeca contraria llevaba una pulsera de pinchos. Era muy pálido y tenía la cara también algo estirada como Evens y el pelo corto y muy negro.

    -¡Que mierdas le pasa a esto! – Gritaba golpeando la maquina del ticket del autobús. – No entra…

    Golpeó más fuerte aun la maquinita.

    -Devis… - Le habló Evens- Estas intentando meter el DNI…
    -¡Dios! – Gritó- Es verdad… - Se rió de su propia confusión.
    -En fin…
    -Vamos no tenemos todo el día y ya empieza a formarse caravana. –Dijo el conductor.
    -Pues arranca, que culpa tengo yo de que tengas menos luces que un candil apagado. –Devis sacó la tarjeta del bus de la maquinita. – Vaya robo dios… ¿Para esto pagamos una mensualidad?
    -¡Si no estas contento te vas a pata! – Le advirtió el conductor.
    -Bua chaval… Que miedo – Se rió.

    El siguiente en meter la tarjeta fue Evens que lo hizo rápidamente y sin queja alguna. Mientras Evens caminaba detrás de Devis lentamente sacó un periódico de su bolsillo. El periódico sobresalía muchísimo del bolsillo y parecía que se iba a caer antes de sacarlo. Lo abrió y vino leyendo el periódico.

    -¡Que asco de mundo! – Gritó. – Ahora resulta que no les basta con matar ballenas… van a empezar con la caza de osos polares. Maldita sociedad. – Agarró su colgante de la paz con fuerza y comenzó a meditar como de costumbre.

    El autobús paró seis minutos después.

    -¡Todos abajo! – Se abrieron las puertas del autobús y todos bajaron corriendo. Yo y mis amigos fuimos los últimos.
    -Venid- Nos dijo Devis.

    Lo seguimos a la parte trasera del instituto. La hierva estaba cortada recientemente y los aspersores habían dejado de funcionar al parecer hace poco, porque estaba todo encharcado. Nos apoyamos en la pared y Evens sacó una caja de cigarrillos, cogió uno y empezó a fumar.

    -¿Queréis? – Nos enseñó la caja.

    Yo cogí dos y los demás no cogieron ninguno.

    -¡Mirad que botín chavales! – Connor enseño un casete rojo, muy brillante. Era grande y tenía varios altavoces.
    – Que bueno eres Devis.
    -Ya lo se… Ya lo se – Sonrió.
    -¿Lo has mangado? – Evens se acercó al casete.
    -Si…
    - He de decirte Devis… ¡que es una pasada! – Evens agarró el casete y lo subió a lo alto para admirarlo.
    -He tenido que dejar los libros en casa pero bueno.
    - No importa es una pasada – Dejó el casete en el suelo.
    -Bueno voy a guardarlo- Devis agarró el Casete y se lo metió de nuevo en la mochila.
    - Al salir de clase tenemos que probarlo. – Yo estaba muy emocionado, ese casete era muy caro y llevaba tiempo queriéndolo tener.
    - Vale, luego vamos a mi casa directamente – Devis sonrió.

    Salimos de detrás del instituto y entramos con el sonido de la campana. Fuimos a la sala de actos allí nos iban a presentar a los profesores y cada clase debería ir con el suyo. Había miles de personas hablando por lo tanto todas las voces se convirtieron en un gran murmullo.

    -¡Bua chaval cuanta peña! – Grité.
    -Y que lo digas. Vamos allí que hay seis sitios libres. De sobra. – Evens nos condujo asta la fila de mesas libres.

    Cada uno se sentó en una. Connor, obviamente, sin quitarse los cascos.

    Entraron dos personas más por la puerta, supuse que era las últimas por que los profesores entraron detrás y cerraron la puerta. Los dos chicos se sentaron a mi lado, uno de ellos me miró durante un minuto. Me estaba empezando a poner nervioso.

    -¿Te pasa algo? – Le pregunté al chaval. Era atlético y llevaba un poco de barba por la cara, le hacia bonito incluso. Tenía un piercing debajo del labio inferior y otro en la ceja izquierda. Los ojos eran azules y tenía el pelo negro. Por alguna razón, las chicas no dejaban de mirarlo. Había que admitir que tenía una cara bonita y un cuerpo diez… pero de ahí seguro que no pasaba.
    -No ¿Por qué? – Me sonrió y luego giró la cabeza y rió por la bajini.
    -Bien… - No me gustaba ese chico…

    El otro chaval que estaba a su lado también era atlético y tenía los ojos negros y el pelo rubio. También tenía una cara bonita. Pero este no se salía de lo normal… Si nos poníamos a mirar bien yo era mas guapo que el.

    -Bueno chicos – Comenzó a hablar el director del centro. –Aquí estamos un año mas, juntos y en la misma sala de actos que todos los años. Como veis nada a cambiado…
    -Claro… No tenéis presupuesto… - Susurró Connor.
    -Señorito… ¿Cómo se llama? – El director anduvo asta Connor
    - Connor Lodge Ford – Le sonrió.
    -¿Y crees que tu harás mejor el trabajo de administrar el dinero de un instituto con miles de alumnos? – Expulso la pregunta tan rápido que de poco se ahogó.
    -No lo se macho, no me rayes… - Siguió escuchando musica.
    -No me rayes… - El director rió.
    - ¿Qué pasa ahora macho? – Le pregunto Connor.
    - ¿No querrás una falta nada mas empezar el curso cierto?

    La madre de Connor se alteraba cuando su hijo llevaba faltas a casa, así que nosotros tres sabíamos perfectamente la respuesta.

    -No señor – Connor se quito los cascos y guardo el MP4. Se sentó en mejores condiciones y no volvió a hablar.
    -Bien Connor, así me gusta.

    El director siguió la charla sin más interrupciones.

    -Bueno, y ahora cada uno podrá ir con el profesor que le corresponda. En la puerta tenéis las listas de las clases con la cara del profesor que será vuestro tutor durante este año.

    Todos corrimos a ver las listas, la gente se aplastaba mutuamente intentando ver algo en las listas. Por fin llegamos nosotros a las listas, buscamos nuestros nombres. Por suerte estábamos juntos en clase. La cara del profesor que nos iba a dar clase se plasmaba en la esquina superior derecha de la lista. Tenía las facciones marcadas, pelo corto peinado de forma moderna y en la foto vestía una camisa blanca. Era también atlético de cuerpo. Bueno… Había que tener en cuenta que tenía aproximadamente veintisiete años.

    Las diferentes clases se clasificaban por letras.
    A, B, C, D, E

    A mi me tocó como a mis amigos, cuarto A. 4º A.

    Subimos las escaleras, pasamos los pasillos. Esquivamos a los que llegaban por primera vez al instituto, ya que estaban perdidísimos. Y después de ver a mi hermano con algunos de sus amigos entrando a su clase seguimos hacia la nuestra.

    Entramos a clase, la puerta estaba abierta, y nos sentamos cada uno en su silla.

    -Otra vez a comenzar el curso, que asco – Se quejó un chico que estaba en la parte de atrás.
    -Y que lo digas – Le dije riéndome.

    Cuando todos estuvimos sentados entró el profesor.

    -Bueno chicos… - Saludó – Se supone que teníais que haberme seguido, pero veo que habéis sabido llegar perfectamente. – Sonrió.
    -Si bueno, no somos nuevos. – Una chica que parecía estar hipnotizada por el profesor, por que no quitaba la vista de sus ojos, se agarraba los tirabuzones rubios y enredaba con ellos. Sonrió tímidamente al profesor, cuando sonreía su cara se iluminaba. Era algo precioso.
    -¿Aaron? – Me susurró Connor que estaba a mi lado.
    -¿Qué?
    -Nada… el profesor esta delante. No me digas que te gusta esa pija.
    -No… solo que por alguna razón me llama la atención su cara. – Era verdad, no me gustaba la chica.
    -En fin…

    Dejé de mirarla.

    -Entonces chicos… ¿nos presentamos? – Preguntó el profesor.
    -¡Yo primera! – Gritó la chica rubia.
    -Como quieras… - Dijo el profesor.
    -Pija… - Susurró Connor y de forma automática cuando paso por su lado le puso una pierna para que tropezase. La chica como iba saltando en vez de andando pudo esquivar la pierna.
    -¡Que suerte tienen algunas personas! – Me quejé.
    -Silencio chicos… dejad que se presente – Dijo el profesor.

    La chica se empezó a poner roja mientras nos miraba a todos.

    -Hola me llam…

    ¡Piiiiii!

    -Lo siento, el tiempo de presentación ya ha acabado – El profesor se rió disimuladamente y mando a la chica a su sitio.

    Justo en el mismo momento dos chicos entraron por la puerta, eran los que se habían puesto a mi lado. El mismo que me miró antes volvió a mantenerme la mirada durante un minuto. Yo intenté esquivarla pero no podía retirársela. Agité la cabeza. El volvió a reír.

    -Hola, perdone por llegar tarde señor. – Le dijo el. – Me llamo Danny. Danny Lauper. – Sonrió. Tenía los dientes muy blancos. – El es Darren Thomson.

    Darren saludo a la clase con timidez.

    -De acuerdo, sentaos. – Señalo dos asientos libres. Uno estaba detrás mío y el otro en la otra punta. Danny se sentó detrás de mí y Darren tuvo que conformarse con ir a la otra punta de la clase. – Por cierto chicos, yo me llamo Derek. – Se dio la vuelta y lo escribió en la pizarra.
    -No somos analfabetos ¿sabias? – Devis se quitó su pulsera de pinchos y hecho la silla hacia atrás mientras se ponía cómodo.
    -Nadie ha dicho que lo seáis. – Sonrió. - ¿A caso te tachas de analfabeto?

    La clase entera se rió incluso nosotros. La verdad que el profesor había sabido jugar sus cartas con Devis y lo dejo petrificado.

    -Conmigo no hay listillo que pueda, recordad que soy joven. Seguramente ya estéis intentando adivinar mi edad. Tengo veinticinco años y se mas de lo que vosotros podáis imaginar. Antes que adulto fui adolescente y se como pensáis cada uno de vosotros- Nos señalo uno por uno.- Así que mucho cuidado.

    Derek se fue a su mesa y se sentó…

    -Entonces, hoy es el primer día ¿que queréis hacer?
    -¿Irnos a casa? – Le dije.
    -No será posible.
    -¿Entonces para que preguntas? – Lo miré fijamente.
    -¿Por qué me da la gana? – Me dijo.
    -Pues no preguntes esas cosas, esta claro que queremos hacer.

    Derek endureció la mirada y pasó de mi automáticamente.

    -Hoy no teníamos pensado empezar las clases. Os voy a dar el horario de clases. – Cogió un taco de hojas, solo éramos veinte pero el taco era grandísimo. - ¿Danny?
    -¿Si? – contestó
    -¿Puedes repartir el horario?
    -Claro – Sonrió.
    -Además de borde vago – susurré no lo suficientemente bajo, por lo que pasó después.
    -Ni borde ni vago, Solo te he tratado como tú me tratas nada más. ¿No te gusta? Pues no lo hagas tú tampoco.
    -Haya paz – dijo Evens.
    - Ya hablo el Hippy. – Murmuró amigablemente Connor.
    -¿Ya habéis acabado? – Pregunto Derek. – De acuerdo, Danny, reparte.
    -De acuerdo.

    Danny empezó en orden, de fila en fila. Cuando llegó a la mía y repartió a los tres primeros que había llego a mi mesa. Se quedo mirándome con fijeza. Cogió un papel y me lo dio. Cuando levanto la mano para irse rozó con los dedos una de mis manos. Me estremecí y se me cruzó la vena. Me levanté de la silla dejando que cayese al suelo del empujón. Empuje un poco la mesa pero el cuerpo de Danny consiguió que no cayese al suelo y lo agarré por la camiseta acercándolo a mi cara.

    -¿Qué pasa? – Le pregunté enfurecido. - ¿Eres maricon? – Apreté más el puño.
    -Suéltame… - Suplicó. – ¡Ha sido sin querer, te juro que ha sido sin querer! – Sus ojos mostraban terror.
    -Dios… ¡eres maricon! – No me podía creer que tuviese a un raro detrás de mí. – A mi me lo quitáis de atrás, a ver si me va a contaminar. – Grité.

    Danny empezó a llorar, algunas lágrimas cayeron por sus mejillas. Cuando vi que estaba aterrado, casi petrificado, me asuste de mi mismo. Lo solté, todavía enfurecido, y me senté en la silla. El empezó a recoger los papeles que se le habían caído cuando lo agarré.

    -Aaron, ¿Eres Aaron verdad? – Me preguntó Derek.
    -Si…
    -Te vas a ir al despacho del director por mal comportamiento y homofobia. Y una cosita… yo soy maricon como tu dices – Sonrió. - ¿Me vas a pegar? ¿Me vas a pinchar las ruedas del coche? ¿Vas a hacerme algo? – Me miró con muchísima rabia la verdad – Creo que no ¿Sabes por que? Por que solo te queda cuarto para acabar educación secundaria y por que si te expulsan lo tienes crudo.

    No dije nada.

    -¡Ahora largo! – Me empujo fuera de clase.
    - ¡No me toques! ¡No me toques dios, estás enfermo! – Le grité y salí pegando un portazo de clase.

    Anduve por el pasillo, si se creía que iba a ir al despacho del director lo llevaba claro. Salí por las puertas del instituto ignorando a todos los profesores que me miraban confusos.

    -Que asco de gente – Murmuré mientras cerraba la puerta del instituto.

    En el instituto teníamos un jardín grande con bancos. Había árboles que hacían sombra y fuentes para beber agua. Fui a una y bebí un poco de agua. Luego me fui a sentar a un banco alejado de las puertas y donde los árboles me ocultaban. Agarré el móvil, enchufe los cascos y me puse a oír música. No tenía preferencia por ninguna música en concreto. Tenía de todo tipo excepto clásicas… Había que ser muy poco hombre para escuchar eso. Seguí el ritmo de una canción que mi hermano me había metido para escuchar el.

    Tenía unas ganas terribles de estrenar el casete en casa de Devis. Solo tenía que esperar a que acabase el horario escolar y podría alejarme de aquel lugar contaminado por aquellas dos personas anormales y completamente enfermas.

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    Sorry por la longitud del capitulo. Los siguientes son mas cortos xD.
     
  2.  
    suzuno

    suzuno Usuario común

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    Re: Destino [Original]

    Hola ^^

    La verdad sí que es bastante larga comparada con los demás, el prefacio me ha gustado bastante, está muy bien narrado al igual que el capi:D. Nada más leer eso (el prefacio) me parece que estará interesante y emocionante…
    Además de cómo termina el primer capítulo :D

    Jaja xD me hizo reír la parte en la que se cae de la cama y todo lo que sucede después, que parte más graciosa aunque si me quedo pensando si que sería doloroso. JOE, que torpe es, pobrecito ToT y que mala suerte ha tenido.

    PD: grabe es con v; hierva en cambio es con b; asta se escribe con h y los porqués al responder las dos palabras se escriben juntas, no separadas; a cambiado la a lleva h siempre que vaya con un verbo. Por lo demás no he visto más faltas ortográficas más que las tildes pero eso ya me lo explicaste en otro fics tuyo. Espero que estos comentarios no te desagraden :o

    Bueno hasta la próxima conti que la seguiré con ansias ;)
    ¡Ánimo y Suerte! en las contis

    Hasta la próxima :)

    Matta ne!!
     
  3.  
    sorimori

    sorimori Entusiasta

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    Re: Destino [Original]

    En este libro no voy a corregir nada, no me disgustan tus comentarios, al contrario. Como es un libro que escribí hace muchos meses y ya esta acabado pues.. xD es como que no quiero mirarlo de nuevo para corregirlo.

    A Casa De Devis

    La campana de salida de la última clase sonó. Me había quedado dormido en el banco durante todo el horario escolar y no había ido a clase. La gente salió por las puertas, abiertas de par en par, muy rápido. Algunos se quedaron a fumar y otros se fueron hacia el autobús. Nosotros hoy no lo íbamos a coger. Vi a mis tres amigos salir a toda prisa así que, por si no me veían, me levanté y fui hacia ellos.

    -¿Qué? – Me pregunto Connor. -¿Dónde estabas? – Se quitó la mochila para sacar el casete y miró a ver si había recibido algún golpe importante, al comprobar que no la volvió a meter en la mochila.
    -Toma anda – Devis me lanzó la mochila- te la habías dejado en clase.
    -Gracias, me he quedado dormido. – Señalé el banco que se escondía entre los árboles. – Es un buen sitio.
    -Oye Aaron tío, ¿se puede saber que te ha pasado en clase? – Devis nos guió camino a su casa. Los cuatro empezamos a andar en dirección a la casa de Devis, hoy no íbamos a coger el bus.
    -El maricón ese… el Danny ¿Danny se llama no? – Los demás asintieron. – Me ha tocado la mano con los dedos – Hice un gesto de asco.
    -Abra sido sin querer tío – Me tranquilizaba Connor – No te rayes.
    -Por dios Connor… si cuando lo cogí el pobre estaba mas cagado… - Apreté los puños. – Esto ya es una plaga, cada vez hay más.
    -Pasa de ellos – Evens levanto las manos y se las puso juntas delante de la boca, profirió un ‘’Ooomm…’’ y las puso en su sitio.
    -Deja las meditaciones macho – Le dije. - ¡Y ya para rematar la faena tenemos un tutor gay! No se como voy a ir a clase sin sentir asco por esos dos.

    Nadie más habló, todos seguíamos a Devis que a pesar de llevar el casete a cuestas corría como una liebre.

    -Devis tío – Connor puso una mano en el hombre de Devis para pararlo. – Que aquí hay a gente que les pesan los pantalones.- Señalo mi pantalón y el suyo. – ¿Y si bajas la marcha?
    -No… aquí fue por donde lo mangue, tenemos que ir rápido. – Se dedicó a mirar en todas direcciones.
    -Vale… ¿Has sido tan listo de no taparte la cara? – los tres preguntamos lo mismo en el momento exacto.
    -Pues si, ahora no me toquéis mas las narices ¿Vale? Y sobre todo ¡RAPIDO! – El paso rápido de Devis se convirtió en un movimiento rápido de piernas difícil de visualizar. En vez de andar ligero ahora corríamos.

    Estuvimos más de cinco minutos corriendo y seis andando ligeros, un total de once minutos para llegar a casa de Devis. Aun que andando se tardaban veinte minutos.

    Una casa grande nos esperaba delante. Tenía tres pisos de habitaciones, uno de desván y otro de sótano. Mas un jardín que rellenaba el hueco de una casa a la derecha y el hueco de otra a la izquierda. En el lado derecho se podía visualizar vagamente una gran piscina y un huerto un poco mas alejado. Al lado izquierdo había mesas y sillas para cuando tenían comidas familiares, comidas a las que por cierto Devis no quería asistir. Y no mas importante un invernadero. La hierba del jardín era verde y según me había dicho tenían varios sistemas de riego colocados.

    -Vamos chavales, adentro – Abrió la puerta blanca y nos dejo pasar primero. Yo ya había estado en la casa varias veces pero siempre me impresionaba lo grande que era. Nos adentramos por el camino de baldosas de barro y llegamos a la puerta. Subimos dos escaleras y Devis pasó entre nosotros como pudo para abrir la puerta. Metió la llave, solo sonó un sordo ‘Clic’ y la puerta se abrió.

    El perro que tenía corrió a saludarnos, era un Rottweiler.

    -Basta Rex… - Agarró el collarín de Rex y lo empujo hacia la calle. – Quédate ahí.
    -No se por que no lo dejas dentro – Dijo Evens.
    - Deja tus rollos Hippys… – Devis nos empujo a todos hacía dentro.
    -¿Y tu madre? – Connor buscó por toda la casa pero no vio nada y menos escucho ruido alguno que no fuese el perro aullar.

    Todos sabíamos lo buena que estaba la madre de Devis, era joven tenía treinta y seis años.

    -¿Quieres dejar a mi madre en paz? – Le advirtió.
    -Bueno... Bueno… - Connor anduvo al salón de Devis, como pedro por su casa. Pasó por encima de una alfombra roja con reflejos dorados y siguió andando lo que parecía un milenio asta el salón. – Una casa tan grande tiene que tener sus inconvenientes – Dijo levantando un poco la voz.

    Devis, Evens y yo fuimos hacía Connor que ya había entrado al salón.

    Abrimos la puerta y yo entré primero. El salón era muy grande, ocupaba dos habitaciones de dormitorio, tenía sofás rodeándolo todo y una gran mesa en medio. La televisión estaba arriba, enganchada a la pared. No había que levantar mucho la cabeza para mirarla por lo tanto no molestaba. La televisión era de plasma. Entre los sofás había una puerta con cristalera transparente que daba a ver otra sala. Esa sala tenía algunos armarios y también sofás. Una televisión muy grande reposaba en una de las paredes de la sala, ocupaba casi toda la pared.

    -¿Los armarios los tenéis en otro salón? – Le pregunté asombrado.
    -Si

    Sacó el casete y lo llevo con delicadeza a uno de los sofás. Lo sitúo bien apoyado al respaldo y se retiró.

    -Admirarla. – Extendió los brazos hacia los lados. – ¡No la toquéis! – El más peligroso en ese salón era Connor así que debía tenerlo todo controlado.
    -¿Vamos a estar aquí mirándola como cuatro tontos? – Empuje a Devis para que encendiese el casete.
    -Vale…

    Anduvo hacía el casete, estiro uno de los brazos. Le temblaba el dedo, estaba petrificado ante tal cacharro.

    -Anda Devis no seas tan melodramático – Connor se levantó desde la otra punta del salón, anduvo despacio hacia el casete, estiró un brazo e igual que Devis se quedo petrificado.
    -Que panorama… madre mía… -Ahora Evens avanzó para encenderla, levanto el brazo acerco la mano al casete y apretó el botón. Los otros dos petrificados solo dijeron ‘’Ooohhh’’. – Hay que tratarla con cariño, una pieza como esta necesita mimos.

    Los altavoces expulsaban la voz en cascada. Se oía perfectamente y llegaba a los oídos como lluvia de verano. Devis empezó a llorar de la emoción y Connor lo siguió se abrazaron y dieron saltitos. Los miré y después miré a Evens para intercambiar una risa con el, pero cuando puse los ojos sobre su cara la tenía tapada con un clínex y estaba secándose las lagrimas.

    -¿Pero que…? – Me golpeé la frente y moví la cabeza con el movimiento del no. Tres chicos llorando por encender un casete… que cosa más ridícula.

    Cuando por fin se dignaron a dejar de hacer el ridículo se sentaron cada uno en una esquina del salón.

    -Mirad como suena – Decía Connor – Es el Porta… Que voz… Que todo… Madre mía…
    -¿Eres así o te entrenas? – Me reí.

    La pregunta no le gusto, volteó la cabeza y me fulmino con la mirada.

    Nos quedamos escuchando música un buen tiempo. Sonaban canciones de todo tipo, cuando llegaban las clásicas las saltábamos.

    Connor se levanto a apagar el casete.

    -Buuuuuuu – Abucheábamos.
    -Callaros – Nos advirtió señalando con el dedo a la otra sala que había al otro lado de la puerta. – Ahí hay una pantalla de cine. Seguro que Devis tiene la Wii… Si la conectamos…
    -¡Ni hablar! – Devis se levantó a encender el casete de nuevo pero Connor se puso delante. – A ese salón solo pueden entrar mi padre y mi madre.
    -No veo que haya de malo en que entres cuando no estén en casa.
    -No Connor macho… - Devis se puso delante de la puerta para evitar que Connor pasase.
    -Si no te quitas te voy a pasar por encima Devis, te lo advierto.

    Devis no se retiraba. Connor cogió carrerilla bajo mi mirada y la de Evens, llegó a pocos centímetros de Devis. Estiró los brazos… Devis se tiró al sofá a tiempo y Connor chocó contra la puerta abriéndola de par en par y cayó al suelo.

    -Lo que hay que ver… - Evens se levantó y fue hacia la puerta, entro pasando por encima de Connor. Yo hice lo mismo.
    -Gracias por abrir la puerta Connor – Le agradecí.
    -Si… lo que tu digas – Murmuró.
    -¡Que pasada! – Evens miraba la pantalla embobado. - ¡Que grande! ¡Corre, Corre! ¡Saca la Wii!
    -Voy… - Dijo Devis ya rendido. Salió por la puerta y subió corriendo las escaleras, a los dos minutos se le oía bajar.

    Entró al salón de nuevo, tiro la Wii a las manos de Evens. La cogió y la miro fijamente. Se fue asta la pantalla miro por la zona de atrás buscando donde enchufarla.

    -Aquí hay algo… - Intento enchufar la Wii – A ver, a ver… - ¡Aquí esta! ¡Enchufada!
    -¡Bravo! - Connor y yo aplaudimos, Devis aun no estaba muy convencido.
    -Saca los juegos Devis.

    Devis salió corriendo hacia arriba de nuevo y bajo otra vez a los dos minutos.

    -No eres mas listo por que no has nacido antes, ¿Cómo se te han podido olvidar los juegos? – Evens le dio un golpecito suave en la cabeza. –Dame que meto uno.

    Agarró un juego lo saco de la cajita y lo metió en la Wii. Todos nos sentamos en la alfombra que había en frente de la pantalla. Cada uno jugo durante veinte minutos.

    -Bueno ya, ya hemos jugado todos. Ahora cada uno a su casa – Devis nos empujaba fuera de la casa.
    -Vale… - Connor se soltó de las manos de Devis – se salir solo.
    - Hasta mañana tío – Le dije.

    Evens se fue al sur, yo al este y Connor al oeste.

    -¡Hasta mañana! – Nos despedimos.

    La temperatura de Orlando era perfecta, detrás de la casa de Devis había muchos árboles haciendo sombra al jardín de atrás. El camino por el que yo seguía también estaba lleno de árboles. No sabía que tipo de árboles eran… pero eran bastante finos y con muchas hojas.

    Para llegar a mi casa debía pasar por frente de un barrio pijo. Procuré no mirar a nadie ni a nada para que no se me cruzase la vena. Metí las manos en los bolsillos. Paso a paso fui notando la presencia de alguien cerca de mí. Tenía la sensación de que me estaba mirando.

    Levanté la vista para encontrar la supuesta persona que me miraba, estaba a escasos metros a mi derecha. Me miraba fijamente y estaba bloqueado en medio de la calle. En efecto, era Danny. Me paré y me di la vuelta para mirarlo. Nuestras miradas se cruzaron yo le odiaba pero el… el… debía averiguar por que me miraba tanto.

    Empecé a andar hacia el con las manos dentro de los bolsillos. Bajé la vista para evitar la suya, me sentía realmente incomodo. Pude ver como el se empezaba a alejar despacio. Me temía… claramente me temía. Tenía que averiguar por que me miraba… no podía dejar que se fuese. Le salude amigablemente con la mano pero en su cara seguía reflejado el terror.

    -¡Danny! – La primera vez que lo llamaba por su nombre. – Espera por favor.

    El se paró de nuevo sin cambiar la expresión aterrada de su rostro.

    Me apresuré en los últimos metros y llegue cerca suyo, me quede un poco alejado por precaución…

    -¿Qu-Qué quieres? – Me preguntó, ahora no me miraba a mí, miraba sus pies.

    No me anduve con rodeos.

    -¿Por qué me miras tanto? – Le pregunté- ¿Por qué solo a mi?
    -No se de que me hablas – Negó – serán coincidencias…
    -Una coincidencia no dura un minuto. –Le repliqué.
    -Esto… me tengo que ir, ¡Adios! – Salió corriendo de aquella calle.
    -Será… - Apreté los puños

    Me percaté de que unos chavales me estaban mirando. Cuando me di la vuelta se empezaron a besar con pasión.

    -¡Maricones!, Sois una plaga – Les grité y me fui de la calle.

    Procuraría no volver por esa calle para evitar enfadarme…

    Caminé mas ligero todo recto asta que llegue a casa.

    -¡Ya estoy en casa! – Grité.
     
  4.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
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    Re: Destino [Original]

    Wah... muy buena historia, la trama está realmente interesante, y tus personajes son realmente nuenos, y originales a mi parecer.

    Solo oté algunas faltas de ortgografia en unas "h" que te has comido y unos acentos que te ha faltado colocar, fuera de eso, todo estuvo prefecto!!!

    Esperaré la conti con ansia... por cierto, muy buena narracion...
     
  5.  
    suzuno

    suzuno Usuario común

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    Re: Destino [Original]

    Amm, okis, entiendo :)
    no hay problem…

    Hablando de la historia…

    Buena conti ;)

    ¡¡¡Dios mio!!!, me asombro del odio, asco que tiene hacia los homosexuales, no puede ni verlos xD
    Que tío esta echo.

    En el momento que Davis decía que no se podía entrar a aquél salón ya pensaba que iba a haber pelea entre Davis y Connor, pero menos mal que no hubo nada de eso, sino no me imagino que habría pasado entre ellos y los muebles de la casa.
    También hubo escenas algo graciosas que también me hicieron reír :D

    Ese tal Danny me parece algo sospechoso… que hacía el en esa calle ¿? Le habrá seguido ¿?...
    Será de verdad que le gusta Aaron, porque esa actitud...
    da de que sospechar.

    Sin mucho más que decir ;)

    Hasta más ver

    Matta ne!!!
     
  6.  
    Quelconque

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    Re: Destino [Original]

    Siempre se me ha figurdo un recurso barato el describir al personaje de es manera tan metódica como si un personaje fuera una cosa - aunque la descripción de Connor posteriormente es magnífica pues resalta características que definitivamente marcan una diferencia y lo hacen nteresante - y encuentro chocante el que el protagonista interrogue al lector como si le estuviera leyendo la mente cuando no es así.

    Después hay descripciones demasiado detalladas de las cosas que hacen que el lector pierda el interés pues es algo irrelevante para la historia.

    ¿Acaso sus amigos subían al autobus en la última o en la penúltima parada?

    Y en cuanto entra a la escuela todos son atléticos o guapos o talentosos... vaya con las casualidades y los gary stues.

    Realmente me parece una atrocidad más indignante que la homofobia el que un maestro abuse de su autoridad para expulsar a un alumno de su clase, se exponga frente a un alumno - como si eso le diera derecho a actuar en contra de otra persona tan prepotentemente -, y encima lo provoque, lo humille frente a los demás y lo empuje para sacarlo del salón.

    Espero que no compartas ninguno de los puntos de vista extremistas sobre los que escribes pues sería una verdadera lástima que alguien que tiene tan buen potencial para escribir tuviera una mentalidad tan cerrada.

    Saludos.
     
  7.  
    Quelconque

    Quelconque Usuario popular

    Virgo
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    Pluma de
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    Re: Destino [Original]

    yo te recomendaría, si algún días quisiera publicar este escrito en una editorial, que sí corrigieras tus errores ortográficos. Tal vez después tengas editores que to hagan por ti, pero mientras no está de más corregir ;)

    Se me hizo de lo más raro que se contrastara una cassette de música con el Wii. Yo creía que la época era otra - por las referencias de los hippies y demás -, pero ya veo que sí está ubicado el relato en la época actual.

    Lástima que en este último capítulo pasa mucho menos que en el anterior.
     
  8.  
    sorimori

    sorimori Entusiasta

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    Destino [Original]
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    Re: Destino [Original]

    Gracias a todas las personas que han leído *o*

    Un saludo y ahora mismo cuelgo *o*

    ¿Por qué a mí?

    En casa nadie contestaba, por tanto di por supuesto que la casa estaba vacía. Mantuve la vista fija al final del pasillo mientras pensaba en mi comportamiento de hoy. Pero… ¡que demonios! No me había comportado mal. Arrojé la mochila al suelo y pasé por encima de ella para no caerme. Después de dejar atrás el salón, que era la primera sala nada mas entrar, me dirigí a la cocina. Tenía hambre y en esas condiciones era más insoportable aun.

    La cocina que era totalmente blanca, y tenía brillantes azulejos en las paredes lograba que el sol hiciese brillos dando un tonto amarillento natural. Observé por la ventana que teníamos allí, los coches pasaban constantemente por delante y en ciertas horas se podía ver como intercambiaban droga en la calle de enfrente. No había que ser muy listo para entender lo que hacían en ese callejón oscuro. Saqué la cabeza por la ventana para observar mejor. En la calle del enfrente ahora habían varios perros abandonados y cerca de ellos el edificio que algunos listos se habían dedicado a ocupar. Pero quien sabe, quizás ese sitio fuese mi lugar algún día.

    Abría la blanca nevera, hacía juego con la cocina al igual que todo lo demás, y rebusqué algo interesante para comer. Me gustaba comer zanahorias crudas, pero al parecer hoy no había.

    -Vaya completo asco – Agarré la puerta de la nevera con una de mis manos – No hay nada… - Cerré despacio la puerta. – Tendré que salir a comprar algo…

    Hoy no me apetecía hacer nada.

    Salí de la cocina, con las tripas sonando, y me acerqué a la mochila. Rebusqué y saque una galleta de uno de los bolsillos.

    -No creo que sea conveniente… - Dije.

    Volví a guardarla. Cogí la mochila, que por suerte ya no pesaba, y subí al trote por las escaleras. Después de derrapar en la salida del ultimo escalón y percatarme de que mi habitación no estaba en la dirección que estaba yendo me di la vuelta para andar hacía el lugar correcto. Al entrar por la puerta lancé la mochila y la dejé colgada de una canasta que llevaba allí desde que tenía diez años. En algunas ocasiones me gustaba lanzar para relajarme, por eso no la quite. Hoy era uno de esos días. Me tiré a la cama y rebusqué debajo, palpé con delicadeza asta que pude encontrar la pelota. La saqué de debajo y automáticamente empecé a tirarla contra la canasta. En la mayor parte de tiros no conseguí encestar y rebotaba contra la pared volviendo de nuevo a mis manos. Cuando me cansé de tirar la pelota e ir a buscarla de vez en cuando por haber encestado la dejé en el mismo lugar donde la había encontrado.

    La imagen de Danny me removía todas las ideas. ¿Por qué me miraba tanto? ¿A caso tenía monos en la cara? ¿Y si era verdad que solo eran coincidencias?...

    -¿Qué podría hacerle para ponerlo nervioso? – Me preguntaba a mi mismo… - ¿Y si…? ¡Bingo!.

    Me levanté de un salto de la cama, corrí prácticamente hacia la silla de la mesa del ordenador, la aparté para sentarme y encendí el ordenador. Después de que emitiese un sonido parecido al motor de un coche averiado se encendió.

    -Menuda mierda de ordenador… - Me quejé.

    Después de lo que me pareció una eternidad la pantalla cargo todos los iconos. Llevé el puntero del ratón hacía el icono de Internet ‘’e’’ y después de darle dos clicks se abrió, a maldita cámara lenta, la ventana.

    Golpeé la pantalla del ordenador.

    -¡Vamos joder! – Si estuviese en mi mano ya abría lanzado el ordenador por la ventana.

    La ventana cargó. Entré a Google y esta vez cargó bastante rápido, ¿quizás escuchó mi amenaza? Teclee la palabra ‘’tuenti’’ y metí mis datos. Una vez estuve dentro de mi tuenti fui a buscar personas. Escribí el nombre y apellido de Danny y la máxima información que sabía de el.

    -¡Si señor! – Apareció una sola persona con los datos que había metido. Allí estaba la cara de Danny. Me dieron ganas de vomitar cuando lo ví tan acaramelado con el chaval que le acompañaba en la fotografía. Pinché en el y le pedí invitación para ser su amigo en tuenti. Solo debía esperar a que aceptase.

    Después de pocos minutos apareció un mensaje comunicándome que me había aceptado. Tenía todo bien planeado, no solía usar mucho el tuenti y por eso lo tenía vacío, el nombre no daba a entender que era yo y solamente los datos de donde vivía eran iguales a los míos.

    -¡Que bueno soy! – Sonreí victorioso.

    Empecé a escribirle un mensaje. ¿Qué podía poner? ¡Debía trabajármelo!

    ¡HOLA!

    Te he visto por Orlando y me has llamado mucho la atención. Me gustaría hablar contigo por aquí y conocerte. Contéstame si quieres.

    Att: Andrew

    PD: Me ha costado encontrarte.

    Muy trabajado tampoco estaba, yo y la escritura no nos llevábamos bien. Parecía convincente.

    Al de pocos minutos recibí un mensaje suyo.

    Hola Andrew;

    ¿Dónde dices que me has visto? Y si ¿por que no hablar por aquí? No veo inconveniente.

    Un saludo Danny.

    -Que repipi – Pensé entre risas. – El pez ha picado.

    Te he visto en el instituto. De acuerdo me va a encantar hablar contigo.

    Att: Andrew

    Este fue mi último mensaje ya que después de esto me desconecté. Por el momento lo tenía en tuenti, luego llegaría el momento de atacar y de hacerle daño.

    Apagué el ordenador de mala manera. Estaba casi hecho polvo que mas daría un poco más de maltrato. Giré la cabeza hacía la cama, justo encima de la almohada había una balda colgada con varios libros nuevos. No me los había comprado hace poco, tenían años, pero estaban nuevos ya que no abrí ninguno. Lo mío no era la lectura y menos la escritura. Me levanté de la silla y me tiré en plancha a la cama, suerte tuve de no darme de morros en el suelo.

    Enganché los cascos una vez más al móvil y empecé a escuchar música. Los ojos se me cerraban despacio hasta quedarme envuelto en un sueño profundo.

    No se cuantas horas habían pasado ya, quizás dos o tres. La cerradura de la puerta sonó y tres personas entraron a casa. Mi madre cacareando como una loca y mi padre y mi hermano diciéndole ‘’si’’ como a las tontas.

    -¿Aaron? – Mi madre empezaba a subir las escaleras.

    Me levanté y en el espejo del armario pude ver mi hermosa estampa. Estaba sin camiseta, sin pantalones… y casi sin calzoncillos… los tenía bajados asta el comienzo de la ingle.

    -¡No subas! – Le grité histérico.
    -¿Por qué?
    - No subas mama.

    Si me veía en esas condiciones que se iba a pensar… ni yo sabía lo que había pasado. Por dios… me dormí solo. ¿Cómo había acabado así? ¿Y si…? No imposible…

    -¡No subas! – Cogí el pantalón que estaba a un lado de la habitación y la camiseta que estaba los pies de la cama, me vestí y me tire de espaldas a la cama.
    -¿Se puede saber que pasa? – Me preguntaba ya a pocos metros de mi habitación – No se si sabes que te he visto en calzoncillos toda la vida.

    Entró por la habitación con cara de hurón. Parecía que estaba olfateando la habitación para encontrar algo.

    -¿Se puede saber… ¡Que hacen los calcetines por ahí tirados!?
    -Ahora… ahora lo cojo. – Estaba muerto de miedo, mi madre conmigo sola en una habitación… era como estar en una escena de terror.
    -Bueno…
    -¿A que has subido?
    -A ver donde estabas – Me sonrió y se dio la vuelta para salir por la puerta.
    -¿No te bastaba con escuchar de donde venía mi voz? – Le fulminé con la mirada, había corrido para que no me viese con esas fachas solo por que quería saber donde estaba… patético.
    -¡No… me… fulmines… - Se dio la vuelta de golpe - …con la mirada!
    -¿Y-y-y – Emití un grito ahogado - Yo?

    Me miró de arriba abajo, después de pestañear cinco veces seguidas me dijo:

    -Te quiero hijo. – Y se fue por la puerta.

    Tenía la boca totalmente abierta.

    -¿Pero que familia es esta? – Fingí llorar.

    Me levanté de la cama y fui al baño de mi cuarto.

    -¡Aaaahh! – Gritó mi madre. Salí corriendo de la habitación para ver que pasaba.
    -Gracias por interrumpirme el meao mama… - Lancé mis calcetines sucios por las escaleras - ¿Qué pasa ahí abajo?
    -¿Quién ha sido el listo de dejar una galleta por aquí tirada? – rugió.

    Tragué saliva e intenté retirarme de puntillas.

    -¡Ni se te ocurra moverte! – Volví a la barandilla y observe como poco a poco se asomaba con los calcetines en una mano y la galleta espachurrada en la otra. -¿Esto no será cosa tuya verdad?
    -Esto… - No sabía que decirle. Pensé rápido como escapar de aquella situación. – Tengo que ir a hacer deberes – Salí corriendo y cerré la puerta de la habitación.
    -¡¡Aaron!! – Cuando bajase algo me decía que mi madre me iba a matar.

    No tenía deberes que hacer… Se me daba bien dibujar en el ordenador. Volví a encenderlo, abajo mi madre murmuraba cosas sin sentido sobre una galleta. Abrí el paint y empecé a dibujar lo primero que me vino a la cabeza. Dibuje los perros que había visto por la ventana de la cocina y la casa de al lado. Me quedó bien, lo guardé sin color.

    Salí del cuarto por que no tenía nada que hacer, mi madre estaría abajo esperando expectante a que yo bajase. Necesitaba ser cauteloso e ir con cuidado observando bien la casa. Bajé por las escaleras muy despacio y llegue a la primera esquina. Solo había una opción, girar a la derecha, cogí esa opción y seguí hacia delante. Una mano me detuvo.

    -¡MIERDA! – Casi me estampe contra el techo del salto que dí.
    -Vaya… - Era mi padre con esa cara redonda y su piel oscura, en la oscuridad del pasillo me había asustado cuando lo vi. Sacudió la cabeza moviendo la inmensa melena que tenía. El pelo castaño caía sobre su rostro tapándolo casi por completo, cuando se hacía coletas ganaba mucho mas. Dos pelotas castañas me observan atentamente. Si, si… pelotas, era de ojos grandes mi padre. Sin duda alguna mi hermano y yo nos parecíamos a los dos.
    -¡Dios papa! ¡Que susto! – Me alejé un poco de el.
    -¿De quien huyes? – Me pregunto como si no lo supiera.
    -De mama – Le miré extrañado.
    -Yo también – Se rió levantando la voz y automáticamente le tapé la boca.
    -¡Cállate! – Apreté mas mi mano contra sus labios - ¿A caso no sabes que es la palabra huir?

    Apretó los labios y esperó en silencio. De pronto abrió los ojos totalmente y hizo una ‘’o’’ con los labios. Otra mano me tocó por detrás, en esta ocasión no me sobresalté, era mi hermano por el tamaño de la mano.

    -¡Buenas chavales…! – Gritó como si estuviésemos en un zafarrancho.
    -¡¡Ssshhh!! – Mi padre y yo nos pusimos el dedo en los labios y miramos a mi hermano con temor.
    -¿Qué pasa? – Susurró.
    -Estamos huyendo de tu madre – Le dijo mi padre.
    -¿Y eso?
    -Los calzoncillos sucios… - Mi padre bajó la cabeza y se puso colorado.
    -La galleta… - Me puse las manos en la cara.

    Después de que mi hermano nos mirase fijamente, aproximadamente un minuto después…

    -¡¡Mama!! – Gritó.
    -¡¡Noooo!! – El grito de mi padre y mío fue lo que le alerto de que estábamos allí.

    En pocos segundos apareció a la velocidad de un ciempiés gigante.

    -¡Sálvese quien pueda! – Gritó mi padre.
    -¡Corre! – Le dije empujándolo.
    -¡Quita de en medio! – Me empujaba hacía un costado.
    -¡No te metas en mi camino! – Le golpeé en el brazo.

    Un cazo pasó por encima nuestro estampándose contra la pared final del pasillo.

    -¡Que peligro! – Empuje a mi padre hacía atrás y se cayó por las escaleras, no fue grande el golpe ya que solo cayó de dos escaleras.
    -¡Noooo! – Mi padre iba medio arrastras y mi madre lo sostenía del cuello de la camiseta.
    -¡No te creas que podrás escaparte! – Me advirtió amenazándome con la sartén que tenía en la otra mano.

    Respiré agotado contra la pared. Esto parecía una casa de locos.

    -¡¿Qué te parece esto?! – Bajé por las escaleras para ver la bronca que mi madre le estaba echando a mi padre. Era peligroso pero… quería verlo.
    -¿Unos calzoncillos? – Le preguntó mi padre muerto de miedo y encogido en una silla.
    -¡Sucios!
    -¿Y?
    -¿Cómo que y?... ¿Cómo se te ocurre dejarlos tirados por la casa? – Le pegó en toda la cabeza.
    -¡Auch!
    -¡Mañana te los pongo de comida como me hagas lo mismo! – Yo respiré pausadamente y mi madre debió percatarse porque giró la cabeza. – Y a ti ya te cogeré. ¡Ahora yo tengo que limpiar la mancha de chocolate de la alfombra! ¡Por culpa de tu galleta!

    Me volví a subir a mi habitación. Cerré el pestillo que tenía, en pocas ocasiones lo usaba, y me deje caer a la cama.

    -¡Que día mas movido por dios! ¿Por qué a mi me tenía que tocar esta familia de desquiciados? – Golpeé mi frente una y otra vez.
    - No te creas… que tu tampoco es que estés muy bien que se diga. – Mi hermano entró por la ventana desde un árbol que tenía justo al lado.
    -¿Qué haces aquí?
    - Molestarte – sonrió.

    Se tumbó en la cama también y miró debajo.

    -¿Mama sabe lo que tienes aquí? Anda que como se entere…
    -¡No le vas a decir nada! – No me apetecía que mi madre se enterase del tipo de revistas… que por así decirlo… leía yo.
    -¿Por qué? – Se asombró.
    -Por que si le dices algo, le enseño el póster que me pediste.
    -¡No serás capaz! – Había pocas cosas que dejasen K.O a mi hermano, pero esta era una de ellas.
    -Haz la prueba…

    Ni siquiera lo intento.

    -¡Como mama descubra el póster… me mata!
    -Es que con doce años… ver esos pósters… no lo veo yo muy normal la verdad. – Le señalé con el dedo haciéndolo sentir culpable.
    -¿Qué pasa? ¡Tú empezaste a ver cosas X unos meses antes que yo! – Eso era una verdad tan grande como la torre de pizza.
    -Bueno si... Pero…
    -¡Pero nada! – Rió – Y como siempre… el hermano menor gana.
    -Lo que tu digas, anda déjame en paz.

    Se fue por el mismo lugar del que había venido sin emitir queja alguna.

    Hoy me iba a dar miedo bajar a cenar por lo que mi madre pudiese hacerme… Pero debía hacerlo si no quería morirme de hambre.
     
  9.  
    Florentina

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    Re: Destino [Original]

    WoW... me gustó mucho el capi.

    Que familia es la que tiene Aaron, bueno, por lo menos se ve que siempre están entretenidos... xD solo espero que Aaron no haga algo que lo meta en problemas de proporciones colosales, ya que eso de que planea hacer sufrir a Danny me tiene con pendiente, en fin, solo esperemos que no haga algo muy malo.

    Bueno, espararé la conti, cuelgala pronto plis...;)
     
  10.  
    montsehinata

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    Re: Destino [Original]

    jeje esta buenisomo
    no puedo esperar la conti
    ya me quede con la duda de que onda con su plan macabro
    esta muy bueno y espero que me avises cuando pienses poner la conti
    bexos ;)
     
  11.  
    sorimori

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    Re: Destino [Original]

    Eso sí, este fue segundo libro y seguro que algún fallo narrativo ya vais a encontrar xD, Como cosas que no encajan xD
     
  12.  
    sorimori

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    Re: Destino [Original]

    Afrontar Lo Que Toca

    Los primero rayos de sol asomaron indecisos por la ventana de mi cuarto. Las nubes intentaban ganar la batalla al sol pero por suerte la fuerza del calor se impuso, como siempre.

    Estiré una pierna fuera de la cama y moví el pie haciendo círculos, seguidamente hice lo mismo con la otra. Me puse las zapatillas, pequeñas por cierto, y caminé hacía el baño. Una esplendida posadera me esperaba reluciendo allí dentro. Subí la tapa del retrete… Bueno esto ya fue algo íntimo. Una vez hube acabado le di al agua. Me lavé las manos antes de vestirme. Observe el blanco baño de arriba abajo y me acerqué a la ducha. La encendí y después de esperar a que el agua comenzase a evaporarse y a formar vao, me metí. Cuando hube acabado de ducharme todo el baño estaba lleno de vapor y la densidad del calor era asfixiante pero me gustaba a primeras horas de la mañana.

    Me sequé con rapidez y me coloqué la ropa que tenía al otro lado de mi habitación tirada de mala forma en el suelo. Me percaté de que una de las revistas sobresalía un poco por debajo de la cama, la agarré y después de mirarla durante mucho rato y abrir la boca de par en par la coloqué debajo del colchón, pensé que sería mejor ponerla ahí, las demás ya las colocaría a la vuelta.

    Una gota caliente se deslizó por mi frente y calló por mi nariz, tenía el pelo calado. Hice la cama, a quien quería engañar simplemente eché la colcha encima, y me sequé el pelo con la misma toalla del cuerpo. Alboroté mi cabello y después hice un ovillo con la toalla, salí del cuarto a toda prisa y al llegar a la cocina metí la toalla en la lavadora.

    Abrí la nevera con cuidado y saqué una magdalena de allí dentro. Me la comí sin apenas respirar.

    -Buenos días Aaron – Mi madre entraba por la puerta de la cocina estirando los brazos y bostezando continuamente.
    -Buenos días. – Le serví su desayuno… unos cereales integrales con un vasito de leche.
    -Buenos días – Mi padre y mi hermano hicieron la misma operación al entrar por la puerta.
    -Buenos días – Resoplé.

    Mi hermano y mi padre se pelearon durante unos instantes por coger el helado de chocolate que teníamos en el congelador. Quedaba poco. Cuando mi hermano consiguió echar mano al helado mi padre se tuvo que conformar con uno de fresa que estaba entero. Los dos se fulminaron con la mirada.

    Al salir de la cocina noté la mirada de todos clavada en mí.

    -¿Qué miráis? – Me di la vuelta lentamente.

    Empezaron a comer otra vez ignorando mi pregunta. Apreté los labios, mi padre solía hacer ese gesto y a mi me salía en ocasiones.

    -¡¡Michael!! – Mi madre gritaba desde el otro lado de la gran mesa del comedor.
    -¡Mierda! – Por lo visto mi padre había metido los pelos en el desayuno.
    -No tienes remedio… - Mi madre se rió. Hoy se había levantado de buen humor al parecer.

    Me fui despacio hacía mi habitación a coger la mochila. Me quedaba una hora para que viniese el autobús pero iba a dejar las cosas abajo para salir antes. Entraba a las 8:30 a estudiar. Los profesores no era muy puntuales pero normalmente el autobús de las 8:20 nos hacía llegar a tiempo.

    Saqué el móvil de uno de los bolsillos traseros de mi pantalón. Abrí la tapa de mi Motorola V3 y busqué en mi agenda particular el número de móvil de Connor, era como un hermano para mi.

    Después de cuatro pitidos por fin sonó su voz.

    -¿Qué pasa tío? – Ese era su particular saludo siempre que lo llamaban.
    -Hola Connor – Espere su respuesta.
    -Anda tío, si eres tú. – Detrás de su voz se oían vasos chocando suavemente.
    -¿Qué haces? – Le pregunté sin dejar de oír el sonido de fondo.
    -Nada macho, recojo la mesa. – Bajó la voz en esa frase – estoy solo en casa.
    -¡Menuda putada! – Mi madre solía recoger siempre la mesa y nunca me pedía a mi que lo hiciese… temía que se me cayesen las cosas. Y a decir verdad yo temía a mi madre, así que era un gran favor el que me hacía.
    -¡Y que lo digas! ¿Oye, que horas es?
    -Nada, las 7:25.
    -¿Para que nos despertaremos tan pronto si no tardamos nada en arreglarnos? – La pregunta sonaba tan obvia que no se podía responder. ‘’Por que somos tontos’’ Pensé.
    -¿Sabes que? – Le pregunté.

    Al otro lado no me contestaba nadie y los ruidos habían cesado.

    -¿Connor?
    -Si,si dime
    -He agregado al maricon al tuenti. – Sonreí victorioso.
    -¿Si? ¿Para que?
    -Para joderle la vida.
    -Haz lo que quieras Aaron, esta bien que te den asco los gays pero deberías dejar al chico tranquilo.
    -¿Por qué lo defiendes? - ¿Ahora Connor se había puesto de parte de ese gay?
    -No lo defiendo Aaron… solo te digo que…
    -Yo se lo que me hago.
    -Si tu lo dices… - Hizo unos segundos de silencio, como pensando lo que me iba a decir o si debía decírmelo - ¿Sabes que? Ayer hablé con Devis y hemos quedado en llevarnos el casete dos semanas cada uno.
    -¿Solo vosotros dos? – ¡que injusto! Yo también quería.
    -No, con llevarnos me refiero a los cuatro. – Escuché una puerta cerrarse al otro lado del móvil – ¡Maldita corriente!
    -A vale los cuatro…
    -Si… oye voy a ver si se ha roto el cristal de la puerta macho, que ha sido un golpe cojonudo.
    -Vale.
    -Hasta luego. – Se despidió.
    -Adiós – No colgué el móvil, espere pacientemente a que lo hiciese el. Lo escuché bajar corriendo las escaleras y pasar el pasillo a la misma velocidad. Ahora se oían levemente los pasos, ¿se abría dejado el móvil encendido en su habitación?

    Abajo escuche la voz de una chica, estaban hablando los dos. No podía escuchar bien la conversación pero si me llego a los oídos una palabra. ‘’… Quiero…’’

    Cerré la tapa del Motorola. ¿Por qué no nos había dicho que tenía novia?

    Hoy no iba a llevar el móvil a clase, pasaba de tener mas marrones con el tutor, además todos los días a primera hora nos tocaba con el. El profesor maricon me tenía que tocar a mí… todo esto era una desgracia.

    Cerré los ojos, estaba de pie, y empecé a pensar formas de molestar a Danny desde el tuenti. Después de cavilar mil y una formas una buena idea me ilumino toda la cabeza.

    ¿Cómo puedes hacer sufrir a un gay? Rompiéndole el corazón. Sin duda alguna esa era la mejor de las alternativas para destrozarle la vida. Debía tener un noviazgo con el. Un noviazgo que por supuesto mis amigos no sabrían que existía, mejor dicho, nadie sabría que existía. Ya no me daría tiempo a ligar con Danny pero al volver del instituto, como no hacía los deberes, lo haría.

    La idea era muy descabellada y me daba asco pero era mi deber y mi necesidad hacerle daño.

    Abrí los ojos y el claxon del autobús sonó en mi puerta. Bajé corriendo las escaleras, agarré la mochila. El móvil aun lo llevaba en la mano así que lo metí en el bolsillo. Salí corriendo hacía el autobús y entré. Miré hacia mi casa, mi hermano salía muy despacio de casa, parecía que lo estaba haciendo a posta. Con pasos inmensamente lentos llego al autobús y increíblemente no lo perdió. Fulminé al conductor con la mirada, ayer lo había echo adrede.

    Introduje la tarjeta, y después de que la maquina pareciese estar devorándola me la devolvió intacta. Mi hermano iba detrás de mí para meter la tarjeta.

    Esta vez el autobús iba ligeramente mas vacío que ayer por eso mi hermano se sentó conmigo. En las paradas anteriores a la de mis amigos – Los tres cogian el autobús en el mismo sitio – subirían los suyos por tanto me dejaría tranquilo.

    En todo el trayecto no me molestó ni una pizca, fui de lo más feliz. Subieron sus amigos, todos ligeramente más altos que mi hermano, y se fue con ellos.

    -Por fin, dios mío. – Mis tres amigos subían por las escaleras del autobús.

    Metieron las tarjetas a la maquinista y se vinieron a sentar conmigo. Eché un vistazo rápido a Connor.

    -Connor… ¿no hay nada que quieras contarnos? – Le pregunté ansioso
    -No… ¿Por qué?
    -He oído lo que le has dicho a esa chica, por el móvil, antes. – Le dije arqueando una ceja.

    Connor no habló y se puso colorado.

    -¿Qué pasa aquí? - Evens se metió entre nosotros dos, casi tiró a Connor al suelo.
    -Nada… - Aseguró Connor.
    -Connor – comencé – que lo he oído…
    -¡Que no pasa nada! – Me gritó, todos los ocupantes del autobús nos miraron.
    -A ver, a ver… - Empezó Devis- aquí cada uno a sus temas, estas cosas son discusiones de amigos.

    Connor decidió ignorarme y miró hacia delante, para observar la carretera. Estaba pensativo.

    -Evens… - Dijo. – Vete por favor, estamos incómodos aquí los tres.

    Después de fulminar a Connor con la mirada Evens se fue con Devis y empezó a hablarle de un juego de la Wii.

    -Te juro que lo voy a averiguar – Murmuré.
    -¿Qué dices?
    -Nada Evens, tu sigue hablando de los juegos anda…
    -Bueno… - Sonrió.

    El autobús paro de golpe y casi se estampó contra la señal de bus. Todos bajamos corriendo como de costumbre y entramos al instituto. Olía a limpio.

    -¡Que bien huele! – Les dije a los tres asombrado.
    -Ya… es poco habitual que esto huela así. – Evens me golpeó la espalda felicitándome por el hallazgo.

    Connor seguía cabizbajo sin pronunciar ningún tipo de palabra. Decidí ignorarlo, un amigo que les esconde las cosas a los demás era un traidor para mí. No pensaba dirigirle la palabra en todo el día pero mientras subíamos las escaleras para llegar a nuestra clase, se me ocurrió algo.

    -Connor – Le dije sin ganas, ni siquiera le miré.
    -¿Si? – No tenía la misma felicidad de siempre en su voz.
    -Esto… ¿Luego como en tu casa?
    -Como quieras, a mi madre le da igual. – Subió la última escalera ya sin fuerzas.
    -Vale… entonces me voy contigo luego.
    -Iremos en autobús.
    -De acuerdo.

    Antes de entrar a clase llamé a mi madre para decirle que hoy no comía en casa. Cuando acabé la conversación me metí en clase.

    Todos estaban sentados, al primero que miré fue a Danny para matarlo lentamente con la mirada y luego mire a Connor. Ya me estaba preocupando. Mientras caminaba hacía mi asiento noté los ojos de Danny como siempre clavados en mi. No lo miré no quería problemas.

    Dentro de poco iba a entrar Derek, no me hacía gracia que un gay me diese clases pero había que aceptar lo que tocaba. El profesor entró me miró apenado y cerró la puerta.

    -Aaron, ven aquí por favor. – Me hizo señas con la mano, el aun estaba de pie en la puerta.
    -¿Qué quieres? – Le dije lo mas prepotente que pude.
    -Después del incidente de ayer, y de enterarme que no fuiste a ver al director…
    -No te jode… ¿para que iba a ir? – Me estaba enfadando.
    -Escúchame.

    Una persona rarita no se merecía que yo la escuchase, pero al fin y al cabo era mi profesor.

    -Que si… - Le dije.
    -Después del suceso de ayer, he decidido dejarte un libro que a mi me sirvió mucho. Un libro que yo también tuve que leer. Me gustaría que te lo leyeses en dos días y me hicieses un pequeño resumen. – Me dijo – Por favor.
    -Bueno… A ver como es el libro.
    -No tiene muchas hojas, tranquilo. Solo trescientas.
    -¡¡¡¿Trescientas?!!! – Toda la clase me miró.
    -Si… ciento cincuenta por día. Para asegurarme de que lo lees, no me queda otra que amenazarte,

    Resoplé.

    -Si no te lo acabas en dos días. Te pondré una falta por no hacer lo que se te manda.
    -Bueno… - Me estaba empezando a calentar ya – Lo leeré – Resoplé de nuevo.
    -Eso me parece bien.
    -Toma el libro. – Me proporciono un libro viejo, con la portada manchada exactamente por donde estaba el titulo, era ilegible prácticamente. Solo pude leer ‘’La vida después de…’’ Me lo leería. Ciento cincuenta hojas por día debían ser entonces. Escondí el libro bajo mi camiseta, aun que ya lo había visto todos.

    Derek se fue ha su mesa y yo a la mía. Al final no había sido tan dramático hablar con el. Aun así lo prefería lejos.

    -Bueno chicos y chicas – Sonrió. La chica de tirabuzones dorados ya no le prestaba tanta atención como antes, no sonreía cuando lo veía y no lo miraba excesivamente.

    Me reí en alto sin querer.

    -¿Qué te hace gracia ahora? – Me pregunto Derek.
    -Emmm, Nada…
    -Cállate, por favor.
    -Que si…

    Saqué un cuaderno para empezar a dibujar.

    -Como sabéis yo os daré Matemáticas, hoy empezamos con geometría que veo que lo tenéis muy olvidado, por vuestras caras. – Se rió. Nadie le correspondió al chiste. –Bueno… Sacó su libro. Empecemos recordando las formulas de cada figura. – Se levantó de la silla y empezó a dibujar en la pizarra. – Por cierto, tenéis una optativa, pintura, en la que yo os daré clase también. Quien la haya elegido ya sabe, y a quien se la hayan asignado pues también, ya sabe.
    -Yo elegí pintura – Le dijo Danny a una chica que tenía a su derecha.
    -Yo también – respondió ella.
    -Perdona profesor – Le interrumpí. - ¿Cómo sabemos que optativa nos ha tocado? – Estaba medio perdido.
    -Ahora te lo digo… - Abrió su libro. En la parte de dentro se veía pegada una fotografía de un chaval de dieciocho años aproximadamente.
    -¿Quién es ese? – Le preguntó una chica que se sentaba cerca de su mesa.

    Derek se quedó mirando la fotografía, y la acarició con las yemas de los dedos. Una lagrima cayó encima de la fotografía.

    -Mi novio… - Otra lágrima cayó.
    -¿Por qué lloras? – Le preguntó la chica. Era muy infantil y al parecer muy cotilla. - ¿Ya no esta contigo?

    Después de que Derek no reaccionase durante un largo tiempo. Lo escuché respirar hondo.

    -Murió. – Empezó a buscar algo en las listas. – Lo mataron a palos por ser lo que era. Por ser gay. – Ahora además de la tristeza mostraba mucha seriedad. – Aaron, a ti te toca pintura.
    -Mierda – murmuré.
    -Lo siento.
    -Derek… - Empezó de nuevo la chica. - ¿Podrías contarnos algo sobre el? – Señaló la fotografía.
    -¿Pero no ves que esta sufriendo? – Danny estaba enfadado por lo que parecía.
    -Da igual Danny. – Cerró el libro y se sentó en su silla.- Para mañana las formulas de las figuras que hay en la pizarra.
    -Cuéntanos algo, por favor – Dijo la chica de nuevo. Casi toda la clase estaba atenta a Derek, incluso Connor le atendía. Yo mientras yo seguía dibujando.

    Derek respiró hondo.

    -Se llamaba Cristopher – Comenzó. – Yo le daba clase como a vosotros y en el mismo curso.
    -¿Era menor de edad? – Preguntó un chico de la zona trasera.
    -Si. – No se sentía avergonzado, estaba más bien orgulloso. Me pareció increíble como un hombre podía no sentir temor por haber estado con un menor de edad. – Tardé tiempo en asimilar que estaba enamorado de el – Miró al cielo por la ventana de la clase – Me di cuenta demasiado tarde. Cinco días después de que se lo dijese, y tres días después de que estuviésemos juntos. – Me miró. – Unas personitas exactamente como tu Aaron, personas que odiaban a muerte a los gays… Lo mataron al salir de clase. No pude hacer nada... yo… - Otra pequeña lagrima se deslizo por su mejilla – Yo…
    -Tranquilo profesor – Danny se levantó y corrió a donde estaba el para tranquilizarlo. Lo abrazó fuertemente.
    -Muchas gracias… - Se secó las lagrimas.

    La campana de salida sonó. Y el profesor se levantó y se despidió de nosotros. Miró por ultima vez al cielo y beso su mano para después liberar el beso.

    Detrás de mi un grupo de chicas estaba llorando a moco tendido, mientras Connor estaba totalmente petrificado.

    -¿Pero que…? – Nadie, nadie excepto yo había dejado de prestar atención a Derek. ¿Era un monstruo? ¿No tenía corazón? ¿Por qué me resultaba tan difícil entender el dolor ajeno, los problemas ajenos o la felicidad ajena? ¿Acaso era egoísta? Agité la cabeza rápidamente para borrarme todas aquellas preguntas de ella.
    -Aaron – Me dijo Connor.
    -¿Qué?
    -¿Sigue en pie lo de venir a comer a mi casa no?
    -Si
    -Vale, aviso a mi madre para que prepare mas comida.
    -Vale.
     
  13.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

    Aries
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    Escritora
    Re: Destino [Original]

    Wah... me has dejado intrigada.

    ¿Que pasara en casa de Connor? ¿Que planea hacer ahora Aaron? Plis, no tardes con la conti que si no me muero...xD

    Pobre del profesor Derek, que malo que haya muerto su novio, esperemos que Aaron entienda un poco mas del dolor (y los sentimientos en si) ajenos, no le caeria nada mal...xDxDxD
     
  14.  
    montsehinata

    montsehinata Entusiasta

    Géminis
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    Re: Destino [Original]

    ME quede ahora si pero bn picada,
    Pobre profesor, la muerte es muy dolorosa
    pero ya no aguanto por saber cual es el paln de Aaron
    Esperare la conti con ansias ;)
     
  15.  
    suzuno

    suzuno Usuario común

    Tauro
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    Escritor
    Re: Destino [Original]

    Estan muy bien las contis ;)

    Que rápido has puesto la conti, no me puedo ni desconectar un poco :)

    Vaya protagonista que nos ha salido…
    Sería mejor no meterse con él o hablarle cuando está enfadado (ya que con todo se enfada y tiene ganas de romper todo a su alrededor)

    Jaja, que gracioso es la escena de la “huida” (para que no les pillara la madre, aunque cortita :() no paraba de reír mientras lo leía xD; vaya hermano más malo, que lo hiciera a su hermano lo entiendo pero también a su padre…

    Veo que se llevan bastante bien en realidad (Aaron y su hermano) aún así me extraña ya que normalmente los hermanos siempre están discutiendo sobre todo si la edad entre ellos es bastante :D (Aunque hay una evidencia clara del porqué se tienen que llevar bien, que no les mate su madre [por lo que guardan en secreto xD jeje]).
    Esta familia no se puede explicar con palabras, siempre están pasando movidas…


    Que estará planeando Aaron ahora (¿?); que se le habrá ocurrido para fastidiar/molestar a Danny(¿?)

    Que historia más triste del profe, concuerdo con Florentina, haber si escuchando la historia (aunque no prestó atención)tiene algo más de compasión por el chaval y no es tan bruto con él (con lo que piense hacerle)

    A ver si en el siguiente capi se sabe lo que le pasa a Connor y un poco más del plan ;)
    que me muero de intriga

    ¡¡¡Que emoción!!! :D
    ¿Que sucederá a partir de ahora?...

    Matta ne!!!
     
  16.  
    sorimori

    sorimori Entusiasta

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    Destino [Original]
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    Re: Destino [Original]

    Os pongo dos capítulos para compensar el de ayer :D

    Increíble y anormal

    Las tripas empezaron a sonarme cuando acabó la última clase del día. Me levanté de mi silla, cogí la mochila y después de echar una envenenada mirada a Danny me quedé esperando a Connor pacientemente. Desde esta mañana no tenía el garbo de siempre, estaba mustio y apagado. La mochila esta vez no la recogió como siempre sino que fue más pasivamente.

    -Connor – No me atrevía a mirarle a los ojos, quizás había sido mis ganas de saber las que le habían puesto así. – ¿Estas molesto conmigo?
    -No, tranquilo. – Me sonrió con dulzura; definitivamente nuestro Connor se había esfumado, al menos hoy. – Vamos a casa anda.

    Anduvo delante mío durante todo el trayecto con la cabeza baja y arrastrando los pies. No me dirigió palabra alguna.

    -Oye – le llamé.
    -¿Qué? – Se dio la vuelta aun con la cabeza baja.
    -¿Pasamos por la tienda de videojuegos? – A Connor le encantaba esa tienda.
    -No… vamos a casa. – Volvió a girarse y siguió andando.

    Entramos por la puerta del garaje y dejamos las mochilas allí mismo. Me llevó por el destartalado garaje, había de todo menos un coche, y subimos por las escaleras que llevaban a la casa. Eran de mármol y brillaban aun en la oscuridad del garaje.

    En la cocina su madre ya había puesto la comida en los platos, por la textura de las hojas y el espeso del caldo mi intuición me decía que era puerros. Me senté en la silla.

    -Hola – Salude abiertamente a la madre de Connor – gracias por dejarme comer aquí.
    -Tranquilo, no hay problema. – Me sonrió con la misma dulzura que anteriormente había usado Connor.
    -¿Y papa? – Connor llegó de lavarse las manos –cosa que yo no hice- y se sentó a mi lado.

    Su madre me miró durante un corto periodo de tiempo.

    -Ya sabes como es tu padre, siempre esta muy ocupado hijo.
    -Ah… - Connor cogió la cuchara y se dispuso a comer. No emitió palabra alguna después de esa conversación con su madre.

    Yo comí rápido y recogí mi plato más todo lo que me rodeaba, después me senté de nuevo a esperar que acabasen. Cuando alguno de los dos terminaba recogía su plato rápidamente y todo lo que estaba a su alrededor.

    -Vamos arriba – Me dijo Connor.
    -¡No! – Quizás esto sonó demasiado alterado pero…
    -¿Por qué?
    -vamos a ver una película – le pedí
    -bueno… vamos al salón, pero las películas están arriba. – Comenzó a andar hacía el piso de arriba.
    -Espera – le paré con impaciencia – ya voy yo.
    -No se que te pasa hoy macho, anda sube. – El se fue al salón.

    Llegué arriba, suponía que las películas las tendría en su habitación y además cualquier cosa que nos ocultase también.

    Primero busqué las películas, las tenía en una balda dentro de su armario, todas descargadas de Internet y grabadas en discos. Había muchísimas dentro, cogí la primera de la segunda columna, y agarré la puerta del armario para cerrarlo.

    Cuando estaba prácticamente cerrada me percate de que había un pequeño cuaderno azul detrás de los CDs. Como la intriga me podía abrí de nuevo el armario para cogerlo. Con el cuadernillo en la mano me fui a su cama para estar cómodo. Lo abrí, en la primera hoja ponía en letras de graffiti ‘’Mi diario’’. Pasé la hoja atónito y en las dos siguientes ví algo escrito. Considerando mi velocidad de lectura no me daría tiempo a leerlo en un minuto. Corrí a la primera escalera de arriba.

    -Connor, déjame usar tu ordenador para una cosa. – Le grité.
    -Vale – Me grito.
    -Gracias. Tardo cinco minutos.

    Volví corriendo otra vez a la habitación, me senté en la cama de nuevo y abrí el cuaderno. Empecé a leer.

    Tardé exactamente cinco minutos en acabar de leerlo, pero se sumaron dos mas por el tiempo que tardé en asimilar lo que había leído. Agité la cabeza en un intento desesperado por olvidar todo pero no pude. Mi amigo, o ya no sabía lo que era… estaba enamorado de un chico. Eso significaba que… era ¡GAY!. Volví a agitar la cabeza.

    -A ver Aaron – me empecé a hablar en voz alta a mi mismo – El porcentaje de Gays en cada ciudad y pueblo siempre es mínimo. – Me tranquilizaba. – Aun que claro… tengamos en cuenta que a ti te ha tenido que tocar la Ciudad con mas porcentaje de gays de todo el mundo, Orlando. Bueno, no son cálculos profesionales, pero lo digo yo. – Agité la cabeza otra vez. – Ahora, tienes que salir de esta casa lo antes posible y a ver como te alejas de Connor en el instituto.

    Cierto, tenía que salir de la casa ya. Dejé la película donde estaba y el diario también. No podía dejar ningún indicio de que había leído su diario. Bajé las escaleras despacio pero me oyó.

    -¿A dónde vas? – Me preguntó.
    -Connor, me he dado cuenta de que tengo que leerme un libro en dos días. Necesito empezar ya – Era verdad.
    -Bueno… ve. – Se despidió de mí con la mano y una gran sonrisa.

    Corrí en dirección a mi casa sin saber lo que hacía. Estaba pensando aun en aquellas dos páginas cuando de repente me choqué con alguien. La caída fue tremenda y si la hubiese visto me habría reído de mi mismo. Mi nariz se quedó estampada sobre el pecho de aquel chico. Puse las manos a los dos costados de su cuello para poder levantarme. Cuando tenía la suficiente altura para mirarle a la cara y lo miré me puse demasiado nervioso. Era Danny. Los brazos me empezaron a temblar.

    Danny pudo salir por el agujero que yo dejé al levantarme y me tendió la mano. Lo miré intrigado. ¿Por qué me tendía la mano después de todo lo que yo le hice? Acepte coger su mano para impulsarme. Era grande y musculosa. Parecía ya de hombre, la sensación al tocarle fue demasiado dura para mi pero no se parecía en nada a las anteriores.

    -¿Estas bien? – Me preguntó.
    - Si… - Quería agradecerle por haberme ayudado a levantar pero las palabras no me salían.
    -¿A dónde vas?
    -No te importa. – Miré a mí alrededor.
    -Yo voy a hacer unas compras para mi madre.
    -Vaya… - No me interesaba lo que iba a hacer o lo que no.
    -¿Quieres acompañarme? – Los ojos estaban fijos en mí. Totalmente pegados a mí.
    -¿¡Como!? – No era que hubiese entendido mal, sino que no quería ir.
    -Vale entiendo, adiós – Se despidió y se fue.

    Continué andando hacía mi casa. Cuando llegué la música clásica que tanto le gustaba a mi madre para limpiar estaba puesta. Subí a mi habitación. Cuando estuve arriba me tumbe en la cama y saqué de la mochila el libro que me había dado Derek.

    Abrí el libro, el titulo que salía también en la primera hoja se titulaba ‘’Mi vida antes de verte a ti’’

    Lo empecé a leer sin ganas, a medida que pasaba el tiempo y considerando que tenía que leer ciento cincuenta hojas me empezaba a gustar. Era interesante y de momento el chico me caía bien. Se parecía un poco a mí.

    No pasaron muchas hojas asta que se empezó a descubrir todo el meollo del libro. Resultaba ser que el chico era gay y no lo sabía asta que vio a alguien que le hizo cambiar. Primero nos contaba su vida antes de que llegase aquel chico y luego su vida junto a el. Pensé detenidamente que el titulo no le quedaba bien al libro.

    Derek quería que le resumiese el libro, pero sinceramente no había mucho que resumir. Ya estaba casi acabando las ciento cincuenta hojas. Llevaba ya siete horas en mi habitación. La cena ya estaba hecha desde hace rato, pero tenía que acabar me estaba empezando a gustar el libro.

    Acabé en una hoja en la que el chico se peleaba con sus amigos por que era gay y a ellos no les convencía.

    -Interesante – pensé.

    Bajé a cenar, seguramente la cena ya estaría fría o quizás en la basura. Afortunadamente pude cenar pizza caliente ya que mi trozo estaba dentro del microondas todavía y guardo perfectamente el calor. Lo engullí. Y después de eso me fui temprano a dormir. Estaba agotado y no me iba a dar tiempo a reírme de Danny en facebook. Me metí vestido a la cama y dormí rápidamente.

    El resto de la semana pasó con rapidez sin ningún contra tiempo. Me terminé a tiempo el libro y pude hacer el resumen. Derek mientras hacíamos tareas en clase se quedaba mirando la foto de su novio y de vez en cuando se ponía una crucecita que al parecer era nueva, en los labios y la besaba. Los demás profesores que si tenía que compararlos con Derek – por mucho que fuese gay – los superaba en todos los aspectos, se dedicaban a enviarnos trabajos para clase y se iban a tomar cafés a la sala de profesores. Por lo tanto nadie hacia las cosas. Espere con impaciencia el fin de semana, mi madre no me dejaba ir de fiesta durante la semana así que cuando llegaban los fines de semana estaba más fuerte que nunca. Sobre Connor… por el momento pasé el tema aun que el ya notaba que me comportaba mas distante, incluso mas distante que cuando nos enfadábamos el y yo.

    Pero eso sí, el tema de Connor nunca iba a dejar de parecerme increíble y anormal.

    Volviendo Al Presente.

    Hola, os preguntaréis que hago ahora hablándoos en el presente y por que no sigo contándoos mi historia. El periodo de mi vida en el cual cambie totalmente y me encontré a mi mismo, bueno solo un poco. Me imagino que recordareis muy bien las dos hojas del diario de Connor que leí ¿no es así? Pero claro, simplemente os las he resumido me gustaría escribiros dichas hojas enteras. Con pelos y señales y para eso aquí mismo las tengo. Durante este tiempo que os escribía me dediqué a pedirle dicho diario a mí, gracias a dios, amigo. Me lo proporciono amablemente y bueno aquí lo tengo. Dejémonos de habladurías y vayamos al grano.

    Connor

    Es la primera vez que escribo lo que siento en un diario. Si te soy sincero hace poco pensaba que no servía de nada hacer estas cosas pero creo que hoy es el día de probarlo. Tengo tantos sentimientos dentro que no puedo guárdamelos por siempre y por ello necesito escribir en tus paginas.

    ¿Alguna vez has sentido que tú ya no eres tú? Bueno, eres un cuaderno no se para que te lo pregunto. A mi me pasa continuamente. Durante este poco tiempo de instituto era de lo más normal pero ahora me siento raro, en una pequeña nube negra que no puedo disipar. No te digo que este descontento por ello, solo que ya no se si yo manejo a mi mente o mi mente me maneja a mi.

    ¿Sabes que? Esta semana un amigo mío casi se pega con otro de mi clase. Si fue muy emocionante, pero ya no me hace gracia. Ese pobre chico de clase tiene un amigo, como todo el mundo, y siempre van juntos a los sitios. Se llama Darren.

    No conozco mucho a Darren pero me da la impresión de que es tímido y seguramente muy simpático, llevo días planteándome acercarme a el para saludarlo pero me da miedo lo que piense uno de mis amigos, Aaron.

    Aaron, es un homófono de los pies a la cabeza y si me acerco a hablar con Darren, además de mirarme mal seguramente desconfiaría de mí. Si, desconfiaría en el sentido de si yo era uno de los suyos o no. Y me da miedo que descubra la verdad. Lo considero un gran amigo, somos como hermanos pero dudo que aceptase que uno de los suyos fuese gay.

    Tu eres el único que me escucha sin rechistar *Reírse* como eres un matojo de hojas no puedes hacer nada para interrumpirme *Reírse*. Con mis padres no tengo esa suerte. No estan en casa habitualmente y si lo están tienen poco tiempo para mi. Como mucho solo me hacen la comida –mi madre- y ya. Son los típicos padres ocupados. Es una pena.

    Bueno, me he desviado del tema. Lo que te quería contar con todo lo anterior, es simplemente que creo sentir algo por Darren. Es difícil comprender como después de tantos años sintiendo una fuerte atracción por las mujeres ahora me atraigan los hombres. Pero así es, necesito conocer a Darren cuanto antes ya que estoy totalmente enamorado de el.

    Eso es todo.

    Volviendo Al Presente

    Después de esto os habréis quedado quizás helados o quizás muy emocionados. Yo por mi parte, ahora cada vez que leo eso me emociono demasiado, tanto que hasta las lagrimas brotan por mis ojos empapando mis mejillas. Es algo normal en mi, después de tantos años sin llorar ahora me toca hacerlo. ¿Algún día tenía que ser verdad? Creo que me he sensibilizado bastante.

    Bueno, os hago un adelanto si os parece.

    A lo largo de estos próximos capítulos intentare ligar con Danny desde el Facebook para burlarme de el. No es asustéis con mi antiguamente perversa mente es totalmente normal.

    Tendré una pelea con alguien, dicha pelea me llevará a hacer algo que no quería y acabaré en un sitio horrible.

    Y no os cuento más porque sino os cuento toda la historia. Seguramente alguien ya se este oliendo algo de lo que me pasó. De cual fue mi cambio o de quien es la persona que tanto quiero. Es fácil adivinarlo ¿Verdad?
     
  17.  
    suzuno

    suzuno Usuario común

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    Re: Destino [Original]



    Gracias por los dos capítulos ;) pero en realidad prece uno ya que el segundo es bastante corto ToT




    Me ha gustado como has seguido la historia[​IMG]

    Aunque me impacté un poco al saber que Connor también es gay; ¿entonces quién era la chica con la que estaba hablando antes(en el anterior capítulo)? La hermana de Darren(¿?)

    Que cotilla es xD, como se le ocurre leer el diario de su amigo (¿?), eso es una cosa íntima. Aunque la verdad si lo ves (cualquier diario) si que te puede dar tentación a leerlo :D

    Por descubrir que es gay, va dejar de ser amigo de Connor, pero si se llevaban estupendamente; ¿y si fuera todo una confusión? O ¿Qué está en dudas?
    Aunque al leer lo que puso en el diario creo que sí que está enamorado, pero a saber…
    No quiero que distancien, no quiero que suceda tal cosa, los dos puede que lo pasen fatal recordando los viejos tiempos (si es que lo hacen) y ya no poder quedar y ser colegas/amigos. ToT

    Jaja al final se engancho al libro, encima que al principio se asusto al saber cantas hojas eran; ya me lo imagino leyendo xD.

    Por último... que casualidad de que siempre(en todos lados) se encuentre con Danny[esto me da que sospechar, aunque puede ser simple coincidencia]

    Espera un momentito…

    Como es eso de que se va a pelear (Aaron) con alguien; no me digas que será con su amigo (Connor) o con Danny; aunque seguro que me este equivocando. Y donde va a cavar…, el único lugar que se me ocurre, que sea horrible es… la cárcel, a no ser que por culpa de la pelea acábese bastante herido y vaya al hospital (aunque lo dudo mucho).

    Sorimori me dejas bastante intrigada y en ascuas…
    porqué pusiste aquellas frases al final del capítulo, que quieres matarme o que me dé un ataque al corazón(¿?) de la intriga que me corroe por dentro.

    Por favor pon cuanto antes la conti ;)

    Matta ne!!!
     
  18.  
    Florentina

    Florentina Usuario común

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    Re: Destino [Original]

    Muy bien, a qui voy...
    ME ENCANTARON LOS CAPIS!!!
    aunque es segundo fue bastante corto, y los adelantos me han dejado al filo del asiento... creo que moriré si no termino de leer esto...

    ¬¬ que le pasará a Aaron? Esperemos que nada muy malo...
    xD creo que es bueno que Connor se acepte a si mismo tal y como es, pero me da mucha tristeza que por eso Aaron ya no le quiera hablar ToT

    Que mal que vaya a haber una pelea... es bastante malo que sucedan cosas asi... pero que bien que Aaron encontrará a alguien a quien amar... hum... por ahora solo me quedara ser paciente y esperar la conti...xD

    Ok, cuidate!!!
     
  19.  
    sorimori

    sorimori Entusiasta

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    Destino [Original]
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    Re: Destino [Original]

    Os meto tres capítulos por que hoy no me apetece escribir, de todas formas os pongo tres para compensar, ya que este esta escrito xD

    Un Mañana De Sabado Diferente

    Me levante de la cama rápidamente sin temer a una caída o a alguna lesión por mis movimientos alocados. Por suerte hoy no me iba a caer en ninguna ocasión, eso me daba a entender mi buena suerte de primera hora de la mañana.

    Me asee a toda velocidad y al terminar deje el baño de mala manera. La toalla en una esquina del cuadrado cuarto. La ducha empapada. Los botes de champú y gel tirados en la ducha… Y todos las paredes llenas de bao.

    Corrí a la habitación, estaba a dos pasos, y me vestí con la ropa del viernes. Las zapatillas sin embargo me las cambie. Me puse unas zapatillas anchas totalmente desgarradas, eran mis favoritas por muchos que estuviesen echas un cristo.

    Salí corriendo de la habitación sin haber echo la cama, al final de las escaleras mi madre miraba arriba muy atentamente. Cuando estuve a su lado me miro de arriba abajo.

    -Iba a preguntarte que día de la semana era hoy – Me dijo rascándose un costado de la cabeza. – Pero veo que es sábado. – Mi atuendo le servia perfectamente para saber si estábamos en fin de semana o no.

    Siempre me ponía la misma ropa dos días seguidos, pero cuando llegaba el sábado me ponía la ropa del viernes aunque la hubiese llevado ya dos veces. Simplemente por que cuando íbamos de fiesta solíamos llegar… hechos un asco a casa.

    -Si mama, es sábado. – La mire con ojos de cordero degollado – Y ya sabes que los fines de semana te toca hacer mi habitación. – Sonreí.
    -Si, lo se.

    La respiración se me atasco en la garganta cuando me percate de que podía descubrir las revistas… especiales… que tenía debajo de la cama y del colchón. Salí corriendo escaleras arriba con la apuñalante mirada de mi madre pegada a la espalda.

    Guarde las revistas en lugar seguro, en la ventana tenía una baldosa que se podía levantar, y debajo de ella había como un gran hueco donde en ocasiones ya había escondido revistas. Las coloqué ahí todas y puse la baldosa en su sitio.

    Volví a bajar rápidamente a donde mi madre, que seguía en la misma posición.

    -Me asombras hijo…
    -Gracias, gracias.
    -Bueno, voy a hacer tu habitación y tu baño que estarán patas arriba.
    -Si vale. Gracias.

    Me fui a la calle sin desayunar y me senté en las escaleras de subida a casa.

    Hoy teníamos planes a la noche, íbamos a ir por las calles con bolsas llenas de botellas de alcohol y cada uno con su litrona. Si se daba podíamos entrar a alguna discoteca a hacer el idiota pero era poco probable. Era por mi, cuando yo entraba a una discoteca no podía permaneces mas de cinco segundos en ella. Me daban ataques de ansiedad debido a las luces y a la aglomeración de gente.

    Por la tarde, antes de salir por la noche estaría en Facebook bastante tiempo. Por el tema de Danny más que nada.

    A medida que la masa de nubes, completamente blancas, se alejaba el sol empezaba a disparar sus primero y débiles rayos de sol, que luego se convertiría en achicharrantes chispas de luz. Deje la mente en blanco pero no pude porque un tema me rondaba la cabeza. ¿Qué pasaría con Connor?, mis amigos tenían derecho a saber que estábamos saliendo con un gay. No se lo diría esta noche… primero quería hablar con Connor del tema. No tenía que olvidar que Connor era mi gran amigo, mi hermano por así decirlo y debía tener tacto.

    Saqué el móvil del bolsillo del pantalón, llevaba allí desde el viernes, enchufe los cascos y me puse a escuchar música.

    No paso mucho tiempo hasta que una sombra perturbo mi relax. Cada vez se hacía mas grande y al final se asomó por detrás de las columnas de la verja de mi casa.

    -Vaya, - Dijo – Así que vives aquí.
    -¿Qué haces aquí? – Le pregunte.
    -Solo estaba paseando. Es sábado – Me recordó.
    -Danny, sabes que no te aguanto. No intentes caerme bien.

    Danny endureció el gesto al darse cuenta que había descubierto que estaba intentando caerme bien.


    -No… - balbuceó – No estoy intentando nada. – Apretó los labios. Ese gesto me recordó a mi padre.

    Parecía que los sábados me sentaban mejor por que aun no había perdido la poca paciencia que tenía.

    -Como tú quieras – Suspiré.

    Intente disuadirle con las palabras para que se fuera, pero no lo hizo. Se acercó a mí despacio, con paso lento. Estaba ya a tan solo dos metros de mí.

    -¿Qué oyes? – Me pregunto, mientras se acercaba más rápido.
    -Nada que te interese.- Subí el volumen del móvil.
    -A ya veo, a mi me gusta también esa canción. – Se sentó a mi lado.
    -¿Tu escuchas rap? – Le pregunté atónito. Era imposible que un gay escuchase rap.
    -Yo escucho de todo Aaron – De su boca mi nombre sonó más suave. Más angelical.

    Me estremecí.

    Danny, situó sus brazos sobre las piernas y miró al frente pensando en algo. Pasaron cinco minutos en los que no me habló. Me molestaba tener a alguien al lado y que no me hablase, así que tome yo la iniciativa.

    -¿En que piensas? – Me coloqué la mano en la cabeza como compadeciéndome de lo que había dicho.

    Danny me miraba asombrado. Realmente parecía imposible que yo me preocupase por lo que alguien pensaba.

    -Pues… - Se notaba que no sabía por donde empezar. – En todo.

    Dejé el móvil en el suelo.

    -¿Y que significa ese ‘’En todo’’? – Me estaba empezando a interesar la conversación. ¿Realmente no era tan malo hablar con un gay? Bueno, al fin y al cabo por la mañana no tenía nada mejor que hacer.
    -Pues… - Pensó en profundidad – Si te soy sincero Aaron, no se en lo que pienso.
    -Pero si me has dicho que piensas en todo.
    -Pero no quiero decirte en que pienso.

    Dejé de respirar y abrir los ojos por completo. ¿Por qué no quería contármelo?

    -Dímelo, no me voy a enfadar. – Eso no era totalmente cierto, no tenía ni idea de en como iba a reaccionar.
    -En Darren… - Suspiró.
    -Ammm.
    -Mira Aaron, lo esta pasando muy mal. – Lucho contra, lo que pude definir, su ética antes de contármelo. – Hay un chico que le ronda en la cabeza, y a ese chico también le ronda el. Quiere ir y decirle que le gusta y que quiere salir con el, pero, piensa que puede ser una mentira para reírse de el.
    -Lo dudo – Inconscientemente había abierto la boca.
    -¿Por qué? – Me pregunto.
    -¿Conozco al chico? – Le pregunté.
    -Si…
    -Es Connor.
    -Si. – Me dijo ya con más confianza en mí.
    -No es ninguna broma. – Le aseguré.
    -Pero, ¿te lo ha contado precisamente a ti? – Negaba con la cabeza. – Es imposible.
    -No me lo ha contado, lo he descubierto yo. Y no preguntes como porque no te lo voy a decir.
    -¿Y que te parece?
    -Mal, ¿Cómo quieres que me parezca? – Me estaba enfadado un poco – Resulta que mi amigo es…
    -Homosexual.
    -Gay – Le corregí.
    -No es tan malo. Eres su amigo Aaron, no importa que sea gay mientras haya amistad.
    -Yo no lo veo así. Ni siquiera se que hago hablando con un gay a estas horas de la mañana.
    -Yo tampoco se que hago hablando con un homófobo – se rió – En cualquier momento me matas a golpes.
    -Puede ser – Me hizo gracia lo que dijo, y era verdad si me enfadaba demasiado podía matarlo a patadas.
    -Ya ves.
    -¿Y no me tienes miedo?
    -Si.
    -Ya decía yo.
    -Pero no a que me mates a golpes precisamente.
    -¿A que? – Era raro que no tuviese miedo a la muerte, hasta yo le temía.
    -¿No te ha enseñado nada el libro que te dio Derek? – Cambió de tema - es bueno el libro.
    -No, era entretenido pero sigue siendo un libro. En la vida real no pasa nada de eso. – Desenganche los cascos del móvil y guarde todo en el bolsillo.
    -Un libro como ese plasma cosas reales Aaron.
    -Lo que tú digas. – Ya no me gustaba la conversación… libros…
    -¿Quieres salir conmigo esta tarde? – Bajó la vista hacia el suelo.
    -¡¡¿Cómo?!! - ¿Salir con el? ¿Con un gay? ¿Y si me veían mis amigos?
    -Si… dar una vuelta.

    Medité durante poco tiempo. Realmente además de intentar ligar con Danny con mi identidad falsa no tenía nada mejor que hacer hoy.

    -Bueno, pero poco tiempo. ¡Y por sitios que no vayan mis amigos!
    -No creo que vayan a mi barrio.
    -Pues a tu barrio entonces. – Increíblemente iba a salir con Danny… No estaba totalmente seguro de lo que iba a pasar hoy. Me daba miedo.
    -Vale. ¿A las cinco de la tarde? – Me preguntó.
    -Bueno…
    -Ahora voy a seguir paseando. – Se despidió de mi - ¿Ves como no ha sido tan malo hablar conmigo?
    -No… a sido malísimo – le asegure.

    Se fue por el lado contrario que había venido.

    Salida con Danny

    Un gigante plato de arroz blanco me esperaba en la mesa. Lo observe durante pocos segundos, odiaba el arroz igual que mi padre, pero mi madre se empeñaba en ignorarnos. Comí rápido y sin respirar para evitar saborear el arroz. Me despedí de mi madre y subí a mi habitación a encender el ordenador.

    No tenía ningún mensaje en Facebook, era normal, pero aun así fui a mirar los mensajes. Tarde poco tiempo en recibir un mensaje de Danny. No decía gran cosa simplemente que hoy iba a salir conmigo.

    Fingí estar celoso y el siguiente mensaje que recibí fue precisamente como me temía, me preguntaba que me pasaba.

    Aquí iba a entrar en acción mi malévolo y perverso plan. Reí por la bajini y me frote las manos.

    Le dije que creía sentir algo por el y que necesitaba aclarar mis dudas. Después de esto no contesto.

    -¿Habré fallado? – Me pregunté a mi mismo. Pasaron cinco largos minutos y recibí una contestación de Danny.

    Quería quedar esta tarde. Me vendría a buscar si le decía donde vivía. Ante todo y rápidamente le dije que no, que saliese con ese tal Aaron y que se lo pasase bien. También le dije que me sentía algo mal.

    Acepto enseguida mi excusa. No tenía nada mucho mejor que hacer en Facebook así que lo cerré visto que Danny no estaba por la labor de hablar de cosas mucho mas extensas.

    Apagué la pantalla y baje abajo, salí por la puerta. Iba a dar un paseo para bajar la comida. Camine hacía la derecha y crucé decenas de pasos de cebra.

    Orlando daba miedo con tanto tráfico. Un hermoso Ferrari rojo, típico, pasó por delante mis narices a toda mecha cuando iba a cruzar uno de los últimos pasos de cebra hasta llegar a un precioso parque poblado por las flores. Me quede atónito, los Ferraris eran impresionante y la velocidad que alcanzaban era de vértigo.

    Cuando por fin estuve en el parque sano y salvo me tire a la escasa hierva y cerré los ojos mientras el olor de las flores impregnaba todo mi ser. Me gustaba mucho ese sitio. De pequeño mi madre me llevaba allí a jugar a futbol con ella. Bueno, lo que se podía denominar futbol ya que todo era un ‘’tírame la pelota que te la paso’’ por así decirlo. Con cinco cuatro años tampoco se me podía pedir ser Cristiano Ronaldo.

    Varios pájaros grises pasaron por encima mío plasmando su sombra en mi cuerpo. Saqué el móvil, siempre lo llevaba a mano para escuchar música, y me puse los cascos para oír la música que por suerte era un regalo para mis oídos. Como el Rap no había nada.

    Las horas pasaron volando y la batería del móvil también pasó volando. Más que pasar se gastó volando. Miré el reloj.

    -¡¿Cómo?! – Grité tirado en la hierba. – Las cinco menos cinco. – Me levanté rápidamente y salí corriendo hacía mi casa.

    Cuando quedaba con alguien fuese quien fuese siempre tenía que estar a tiempo, no estaba en mi forma de ser dejar plantado a alguien por muy mala persona que fuese o por poco que me gustase.

    Crucé los pasos de cebra rapidísimo, por exagerar a la velocidad del Ferrari que ví antes. Llegué a casa totalmente sudado. Eran las cinco. En pocos segundos Danny apareció por una de las esquinas de la Berja de mi casa.

    -¿Te espero no? – Frunció el ceño mientras me miraba de arriba abajo.
    -Si…


    Subí relativamente corriendo a mi baño, entré y me dio pena usarlo la verdad. Mi madre lo había dejado como los chorros del oro. Me metí a la ducha, me moje un poco para quitarme el cansancio y el sudor, jabone con rapidez mi cuerpo y me aclaré. Salí otra vez relativamente corriendo de la ducha calando todo el suelo y sin la toalla puesta, con todas mis vergüenzas al aire.

    Me puse otra ropa, era una pena no poder llevar la del viernes hoy. Me puse unos pantalones anchos negros de tela vaquera, estaban arrugados ya que le decía a mi madre que no los planchase. Una camiseta ancha blanca y unas zapatillas blancas. Saqué una gorra negra del armario y me la puse de mala manera, tenía el pelo empapado y la gorra se mojo.

    Salí pitando de la habitación, me tire, literalmente, por las escaleras y salí a la calle.

    -Ya. – Le dije respirando acompasadamente.
    -Vaya…
    -¿Qué? – Arqueé una ceja.
    -¿Tantas ganas tenias de salir conmigo? – Me sonrió. ¿A caso le gustaba sacarme de mis casillas?
    -¡¡¡Claro que no!!! – Le chillé, después rebusque en el bolsillo de mi nuevo pantalón para encontrar el móvil pero obviamente no estaba. - ¡¡¡Claro que no me gusta la idea de salir contigo!!! – Volví a gritarle. - ¡¿Pero que te…?!
    -Vamos – Me ignoro olímpicamente. Empezó a caminar y me hizo un gesto con la mano para que yo fuese con el, eso hice.

    Me dediqué a seguirle durante todo el camino. ¿Dónde viviría?

    -¿Falta mucho? – Le pregunté, notaba algo cansadas las piernas.

    No respondió.

    -¿A dónde me llevas? – Le pregunté otra vez con un tono mas agudo.

    No obtuve respuesta alguna.

    -¡Que a donde vamos! – Ya no preguntaba ahora gritaba en medio de la calle.

    El se dio la vuelta, luego se rió y siguió caminando.

    -Me estas hartando. – Murmuré por detrás.

    A lo lejos otro parque, esta vez más bonito se empezaba a ver. Una gran fuente expulsaba agua continuamente por la boca de los cinco niños que tenía. Los bancos se colocaban alrededor de la fuente y otros más a lo lejos con farolas a los lados. Algunos bancos de piedra estaban dentro del césped con caminos hechos para pasar sin pisar la hierba. Lo más impresionante fue ver donde vivía Danny. Detrás de todo eso una gran casa, de cuatro pisos y grandes dimensiones esperaba tranquila nuestra llegada.

    -¿Aquí…Aquí…? – No me salían las palabras solo de contemplar la fabulosa y blanca casa.
    -Si, aquí vivo. – No sonaba muy contento al decir eso, y cualquiera con dedos de frente estaría contentísimo de vivir en esa gran casa.
    -¿No te gusta vivir aquí o que? – Le pregunté atónito
    -La verdad que me da igual.
    -¿Qué te da igual? – Mas que ganas de reír me dieron ganas de llorar. - ¿Por qué?
    -Por que vivo solo.

    No le pregunté nada pero el pudo interpretar perfectamente mi pregunta por lo visto.

    -Mis padres son empresarios, los dos. De la misma empresa. Están casi todo el año fuera y me dejan aquí solo. Lo que se dice, tener una relación abierta con mis padres no tengo. A veces dudo en si tengo algún tipo de relación con ellos. – Siguió caminando para llegar asta la puerta de entrada, una puerta de madera maciza imposible de romper.

    No supe que responder.

    -Tranquilo, cuando cuento mi dilema nadie sabe que responder. – Abrió la puerta. La casa por dentro era terriblemente impresionante.

    Una gran entrada nos daba la bienvenida, tenía dos estatuas a los lados de las escaleras. Eran… Parecían serpientes. Las escaleras eran de madera, buena madera y brillaban como si fuesen nuevas. El piso de abajo era como mi casa entera de grande. Es decir, toda su casa serían cuatro casas mías.

    -¡Es enorme! – Me brillaban lo ojos.
    -Veo que te ha gustado.
    -¿Eh? – Me sobresalté, tenía los ojos de Danny clavados en los míos, mirándome fijamente. - ¡No, claro que no me ha gustado! ¿Crees que me gustan estas mariconadas? – Noté que estaba sudando de los nervios.
    -Como quieras entonces.
    -Si eso… - Le dije y le retiré la mirada.

    Se fue asta una puerta de cristal que dejaba ver el salón. Yo le seguí y entré.

    -Es incluso mas grande que el de Devis… - Abrí la boca.

    Dos mesas de comedor reposaban al final del salón con las sillas bien colocadas. Un gran sofá estaba colocado en una pared y enfrente había una televisión de plasma. Tenía muchos muebles y fotografías. La alfombra, blanca era mullida y daba ganas de colocar los pies descalzos en ella.

    -Tengo películas para elegir. Libros para leer. Consolas para usar, todas. Y obviamente juegos. – Todo esto lo dijo en un suspiro y señalando cada lugar con el dedo. – Coge lo que quieras.
    -Ammm… - No estaba muy seguro de querer jugar con un rarito a la Play o a la Wii…
    -¿Qué pasa? – Frunció el ceño – No te voy a contagiar la lepra.

    No estaba muy seguro de ello.

    -Coge lo que quieras. – Me volvió a invitar.
    -Bueno.

    Sin pensarlo dos veces fui a la zona en donde estaban los juegos y cogí algunos de la Play. Me acerqué al lugar de las consolas y cogí la correspondiente a dichos juegos.

    -Tienes buenos juegos. – Le felicite.
    -Y lo que no sabes es que te gano en todos.

    Me reí a mandíbula batiente.

    -¿Tu ganarme a mi? – Seguí riéndome – Ni lo sueñes gay.
    -¿Hacemos la prueba? – Me retó.
    -Claro, me va a gustar verte perder.
    -Si… - Encendió la Play, la televisión de plasma también y apago la luz.
    -¡Qué pasada! – La televisión iluminaba por completo todo el salón y se reflejaban algunos dibujos en la pared.
    -¿A que si? Pero ahora al grano.

    Estuvimos jugando durante horas, no controlé el tiempo. Me ganó el 80% de las veces mientras que yo me quede con un patético 20%

    -La suerte del novato – Intenté consolarme.
    -Si si… - Se rió ahora el.
    -Pues si – Apreté los labios, esto produjo una reacción distinta en Danny, me miró fijamente e inspecciono todas las facciones de mi rostro.
    -¿Qué haces? – Apreté más los labios.
    -Nada. – Encendió la luz y apago la televisión y la Play. La dejo en el sofá.
    -¿Qué hora es? – Le pregunté.
    -No se… mira tu el reloj, que para eso lo tienes. – Señalo mi muñeca.

    Baje la vista hacia el reloj, me pesaban los parpados y la vista se me empezaba a nublar. Después de jugar a juegos era una persona de sueño fácil y efectivamente, en pocos segundos todo el salón se volvió oscuro y me deje caer en el sofá.

    Lo último que pude oír fue a Danny llamándome perezoso.

    Avergonzado.

    Abrí los ojos con mucho esfuerzo y me estiré en la amplia cama. Mire hacia un lado, ya que en casa tenía ahí el armario, pero no encontré nada, simplemente una pared blanca con un cuadro de un precioso paisaje. ¿Dónde había dormido aquella noche?

    Intente recordar por todos los medios entre las suaves sabanas de la cama. No me apetecía salir de ella me sentía tan a gusto allí tumbado…

    Una lámpara negra con tres bombillas situadas alrededor de un barrote, en diferentes alturas me cegaba, por completo cuando la miraba.

    Escuche pasos bajando unas escaleras y en el piso de abajo oí ruidos de vasos y bandejas. La nevera se cerraba y se abría constantemente, del mismo modo en el que la abre alguien que pasa mil veces por la nevera sin saber que escoger. Los pasos se volvieron a escuchar, ahora por lo que parecía estaba subiendo.

    Me senté en la cama después de luchar contra la pereza que invadía mi cuerpo y aguce los oídos. Los pasos se acercaban cada vez más. Miré al espejo que tenía justo enfrente de la cama, era grande y dejaba ver reflejada toda la pared en la que estaba situada la cama. Increíblemente estaba sin camiseta.

    La puerta de la habitación se abrió despacio y alguien entró de espaldas para así evitar que se cayese lo que llevaba en las manos.

    -¡Danny! – Grité y agarré la sabana bruscamente, me tape con ella asta la barbilla.
    -¡Buenos días! – Estaba conteniendo una gran carcajada al parecer.
    -¿Qué…?
    -No me digas que no sabes lo que paso ayer… - Me miró de medio lado, seguía de pie y con una bandeja en las manos.
    -¿Qué paso? – Estaba asustado.

    Reprimió otra carcajada.

    -¿No te estarás quedando conmigo verdad? – Apreté los ojos, parecía que le estaba echando rayos láser.
    -Ayer…
    -¿Si? – Le presione.
    -Jugamos…
    -¡¿Coomoo?! – Mis manos se habían convertido debajo de las sabanas en dos puños.
    -a la play – Concluyo.
    -Muy gracioso… - Suspiré aliviado.
    -Toma, desayuna. – Dejo la bandeja en la cama.
    -¿Y por que estoy durmiendo aquí? – Abrí ligeramente los brazos para señalizar toda la blanca estancia. - ¿Y sin camiseta?
    -Te quedaste dormido nada más apagar la play, te subí arriba y como por las noches hace calor te quite la camiseta para que estuvieses más cómodo.
    -¿Me subiste arriba? - ¿Tan fuerte era Danny?
    -Si, te subí arriba. ¿O crees que no soy capaz? – Cogió una magdalena de la bandeja.
    -Es que, no lo eres.

    Dejo la magdalena con calma, se levanto y se quito la camiseta. Se volteó hacia mí y me miró fijamente.

    -¿Sigues pensando que no puedo? – Me pregunto.

    Levanté la sabana y observe mi torso desnudo, luego miré el suyo. Había una considerable diferencia entre el mío y el suyo, yo no tenía tanto músculo.

    -Bueno… - Fruncí el ceño.

    Se coloco de nuevo la camiseta y se sentó para acabarse su magdalena. Busqué mi camiseta por toda la habitación pero no estaba.

    -¿Dónde dejaste mi camiseta?

    Se volvió a levantar, ya se había acabado la magdalena, y se acerco a un armario. Lo abrió, estaba completamente vacío excepto una balda en la que había una camiseta.

    -Toma – me lanzó la camiseta.
    -Gracias – Me la puse corriendo para que Danny no me viese sin camiseta, aun que ya me hubiese visto la noche pasada.
    -¿Gracias? – Se quedó atónito.
    -¿Qué?
    -¿Tu sabes decir gracias? – Me pregunto.

    No le respondí.

    Hoy era domingo, mi madre se estaría preguntando donde había pasado la noche, así que pensé en volver a casa.

    -Me voy – Le dije a Danny. Salí de la cama.
    -¿Seguro que no quieres comer nada? – Me insistió.
    -No. – Le dije - ¿Me puedes acompañar a casa? – Sonaba algo ridículo – Es que desde aquí no se ir.
    -Si, deja que haga la cama.

    En tres minutos Danny había terminado la cama. Ordeno un poco los cojines de la cama y paso un plumero que había dentro del armario.

    -Que rapidez.
    -Costumbre. – Me dijo – Vamos.

    Yo estaba de frente a el obstruyendo la puerta por lo tanto me empujo posando una de sus manos en mi pecho para poder salir de la habitación. La sensación que recorrió mi cuerpo fue diferente, me asusté. A el debió de pasarle algo similar, pero no sintió miedo, este se quedo petrificado con la mano en mi pecho y respirando pausadamente. Nos quedamos en aquella posición al menos medio minuto.

    -Vamos Aaron – dijo con la voz débil. – tengo que enseñarte como ir desde aquí a tu casa.

    No le respondí, seguía asustado y notaba una sensación extraña en el pecho.

    Salimos de la casa, y seguimos todo recto, cruzamos algunos pasos peatonales y llegamos a mi casa.

    -Era más fácil de lo que creía – Le dije ya con el susto fuera del cuerpo.
    -Cuando me asomo al desván, veo tu casa perfectamente así que no esta tan lejos.
    -Ya… bueno adiós – Entré corriendo a casa.

    Me fui al salón, mi familia por suerte seguía dormida y no tendría que hacer frente, por el momento, a sus preguntas. Encendí la televisión y me recosté en el sofá. Mas que ver la televisión estuve pensando. Pensando en la tarde anterior con Danny, me lo había pasado realmente bien. En el sentimiento al sentir su mano en mi pecho y en que al parecer dejé plantados a mis amigos. ¿Cómo lo explicaría?

    Sonó mi móvil, algo me decía que enseguida obtendría la respuesta a mi pregunta.

    -¿Si? – Aparte el teléfono de la oreja por el posible griterío que habría al otro lado.
    -No – Evens hablaba al otro lado del teléfono.
    -Eres tú…
    -¿Quién quieres que sea pues? – Me preguntó con intriga – ¿has ligado? ¿Estabas esperando a la novia?
    -No…
    -¿Entonces donde estuviste anoche? Creíamos que te habías coronado.
    -No…
    -¿Entonces?
    -Es… una larga historia. Me entretuve con alguien.
    -Aaron… ¿Quién es ese alguien? – Estaba perdiendo la paciencia por lo que parecía – Sabes perfectamente que de tus tres amigos, descontando a Connor que estos días no se que le pasa, sabes que yo soy el mejor para que me cuentes las cosas. No voy a decir nada.

    Pensé detenidamente en Connor, Devis y Evens, ciertamente era verdad, Evens era el mejor para desahogarse.

    -Bueno – comencé, me pareció oír un ‘’bien’’ al otro lado del teléfono pero no estaba seguro. – Estuve con Danny.

    Un silencio taladrante invadió la atmosfera.

    -¿Danny? – Le hoy preguntar a grito limpio.
    -Si Evens, si…
    -¿Y que hacías con Danny? – Me preguntó - ¡Tú lo odias!
    -Si… - Ya no sabía si lo odiaba o que.
    -¿Entonces?
    -Me invito a su casa y sacó la play.
    -Interesante…
    -¿Qué pasa? – Le pregunté irritado.
    -¿No te has dado cuenta?
    -¿De que?
    -De que le gustas.
    -¿En serio? – Sin querer mis labios esbozaron una sonrisa. Tosí.
    -Si… Te mira durante minutos, te toca la mano en clase, te invita a su casa y juega contigo a la play.
    -Eso… eso no quiere decir nada.
    -Lo que tu digas, pero el tío esta coladito por ti. Que bonito… Pero si quieres decirle que no te van los tíos ya le hablo yo, que tengo mas tacto.
    -El lo sabe perfectamente…
    -A vale, entonces no hay problema. O eso creo.
    -¿O eso creo? - ¿Por qué solo lo creía?
    -Si Aaron, ya entenderás por que. Y si no lo entiendes, yo lo sabré y eso es suficiente.

    Arriba alguien se levantó.

    -Bueno Evens, adiós que me van a interrogar.
    -Adiós, adiós. Paz y amor… - Colgó el teléfono.

    Por la forma de bajar las escaleras, debía ser mi madre. Ella era la única en casa que pisaba las escaleras como un rinoceronte y hacía retumbar, como quien dice, la casa.

    -Aaron – Me llamó mi madre.
    -¿Si? – Apagué la televisión y me senté.

    Entro al salón y miro de un lado a otro como buscando indicios de algo.

    -¿Dónde has estado esta noche? – Se sentó a mi lado.
    -En… con mis amigos… - Atajé.
    -¿Por qué no has venido a dormir a casa?

    No le respondí.

    -¿Has estado con alguna chica? – Me preguntó hincándome el codo en el brazo.
    -No…
    -¿Has hecho algo malo esta noche? – Me miró de reojo.
    -Mam…
    -¿Has usado precauciones? – Volvió a mirarme de reojo.
    -Pero… - No me dejaba hablarle, sentí ganas de llorar de la frustración que sentía.
    -No me digas mas, has estado con una chica. ¿Es buena chica?
    -No e…
    -¿No es buena chica? ¡Entonces olvídate!

    Me estaba poniendo nervioso, ahora mi madre creía que había estado haciendo cosas ‘’malas’’ con una chica.

    -Te estas poniendo rojo – Me miró ahora de lleno a la cara.

    Me tapé la cara y apreté los dedos contra ella.

    -Tranquilo hijo, es normal a tu edad…

    Esta conversación iba para largo, me acomodé contra el respaldo del sofá y le dije a mi madre que continuase hablando.

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    A lo personal, creo que he mejorado mucho mi forma de escribir. xD, es la impresión que me da de este libro al de Das sentido a mi vida.
     
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    Re: Destino [Original]

    ¡Mierda! Se me repiten los pots TT. A ver si alguien me dice de una vez como se borra un post repetido xD
     

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