Romántico D de Doctora [Días de abecedario]

Esta es mi D para días de abecedario.
Como mis últimos dos escritos trata sobre mi ya conocida parejita, que espero no les moleste
Espero sea de su agrado.

D de Doctora ​

3:47 PM​

Una joven mujer de cabello rizado y castaño, de pequeños ojos cafes, quien está en camino de cumplir sus 29 años se encuentra en su oficina, leyendo un muy grueso tomo sobre medicina. Sobre su escritorio luce la placa en la se puede apreciar claramente las palabras “Dra. Ana Paula Kalajan”.

La castaña sigue con tranquilidad su lectura hasta que el sonido de una llamada la distrae. Sonríe al escuchar el tono, sweet child of mine, pues sabe que aquella llamada es de su esposa, sin tardar más contesta.

—Hola, amor. —Dice la doctora mientras gira en su silla para mirar la ciudad por la ventana.

—Mi Conejita. —Saludad Valentina desde el otro lado de la línea. Al escuchar su voz la castaña se siente llena de energía otra vez.

—¿Qué paso, Gatita? —Pregunta la del pelo rizado mientras se pone en pie y se dirige a el balcón que se encuentra en la parte trasera de su oficina.

—Nada, solo quería escuchar tu voz… —Dice la morena, mientras abre la puerta de su apartamento. —Y avisarte que tengo una sorpresa para ti… —Suelta como si nada con un tono entre pícaro y tierno.

—Eso suena muy bien. —Dice la de los lentes apoyándose en la baranda del balcón. —¿Sera que mi gatita tiene ganas de jugar?

—Tal vez… —Responde su esposa, para después reír un momento. —¿Vas a venir temprano hoy?

—Hoy es jueves y salgo a las 6 en punto. Además ¡quiero verte! —Asegura la doctora.

—Bueno amor, te tengo que colgar, nos vemos más tarde.

—Adiós, te amo.

—¡Yo más! —Afirma la morena y cuelga antes de que Paula pueda negar aquello.

La joven doctora sonríe mirando toda la ciudad, faltaban un par de horas para que este en casa. Era feliz, tenía un muy buen trabajo, le pagaban bien, tiene un lindo apartamento, estaba cumpliendo sus sueños, pero, sobre todo tiene a aquella persona que a pesar de todo lo que les ha tocado vivir, los altibajos, las críticas y discusiones, ambas eran felices y estaban juntas, eso era lo que en verdad importaba.

…​

4:00 PM​

Por su parte en un pequeño pero muy cómodo apartamento, Valentina una chica de ya 29 años, alta, pálida y de ojos azules que combinaban a la perfección con su negra cabellera. se encuentra preparando todo para el segundo aniversario con su amada esposa.

Se las había arreglado para salir mucho antes de su trabajo. Primero paso por el supermercado para comprar algunas cosas para la ocasión.

Primero llamo a su esposa, para después ordenar todo lo que había traído. Después ponerse a cocinar uno de los platos favoritos de la castaña.

5:00 PM
​

Al terminar de cocinar, se apresura a poner la mesa: Dos platos grandes y amarillos, con los respectivos cubiertos a los lados, en el centro un bajo florero con rosas amarillas flanqueado por dos velas, y a su lado una botella de vino fino.

En los mesones de la cocina se encuentra una secuencia de velas pequeñas y girasoles. Todo era muy amarillo, la morena sonríe mirando su decoración, sabe que a Paula le fascina el amarillo y quería darle una de las mejores noches de su vida.

5:23 PM​

Cuando termino con la cocina la de ojos azules se dirige a la muy pequeña sala y así arreglarla para la situación. Empieza moviendo los muebles a los costados contra las paredes sin tapar las puertas, de manera que la alfombra del centro quedara despejada, y justo tras ella la pequeña mesa de centro que tenía unas cuantas velas un florero con girasoles y a su lado una radio.

En los alfeizares de las ventanas y entre los despejados estantes hay varias velas bajas.

5:48 PM

Cansada, después de hacer un alboroto en la sala, la morena se dirige a su habitación. Sobre la cama de dos placas y media, sobre el cobertor rojo granada hace un corazón con pétalos de rosas amarillas y sobre la cabecera de la misma aún más velas.

Y como último detalle deja un tarro de frutillas sobre el velador derecho y un bote de crema en esprit en el izquierdo. Sonríe con malicia, después mira con sus azules ojos el reloj para darse cuenta de que probablemente su amada Paula ya este saliendo del hospital.

…​

6:00 PM​

En el hospital la joven de ojos melados estaba lista para ir a casa, ya había entregado los respectivos informes médicos, ya había colgado la bata, cuando a lo lejos pudo oír el sonido de la sirena de una ambulancia. Que no sea para mí, pensó la doctora, lo único que quería era pasar la noche junto a la chica que le había robado el corazón.

Segundos después pudo ver como ingresaban al paciente a toda velocidad, no se movió sabía que podían necesitarla.

—Doctora Kalajan, espere este paciente la necesita, entrara a cirugía inmediatamente, tiene una herida muy cerca del corazón. —Dice uno de los médicos de su equipo.

Resignada Puala se cambia para entrar a cirugía. Con la emergencia, corría contra el reloj, ni siquiera tuvo oportunidad de llamar a su esposa para avisarle que no llegaría

…​

7:00 PM​

Esa era la hora aproximada en la que llegaba Puala a su casa todos los jueves. La de ojos azules se apresura a encender todas las velas que había acomodado a lo largo de su pequeño apartamento. Después se mira en el espejo para asegurarse de estar perfecta para su esposa, al estar lista se sienta a esperar junto a la puerta con un ramo de girasoles en una mano y chocolates en la otra.

7:30 PM​

Había pasado ya media hora. La morena se quedó tranquila, probablemente hay mucho tráfico pensó mientas tomaba un libro del estante más cercano.

9:00 PM​

Las horas pasaban volando y Puala no llegaba a casa, con cada minuto Valentina sentía que se le acababa el mundo. Miles de ideas se le venían a la cabeza, ¿Por qué su esposa no le contestaba ni los mensajes ni las llamadas?, ¿le habría pasado algo malo?

11:17 PM​

Ya empezaba a hacer frio, y era muy de noche, aun así, ella no se movió, la esperaría. Aunque sus planes fueron frustrados y no sabía que había pasado con la castaña, la idea de que le hubiera pasado algo la mataba de miedo, mientras que la idea de que estuviera con alguien más le partía el corazón. Ella no sabía lo que pasaba, de la desesperación brotaron un par de lágrimas y de ellas muchas más, hasta que se quedó dormida, allí en la sala con todo listo.

…​

2:00 AM​

Paula, cansada por fin llega a casa. Fue muy complicada a operación, salvar a ese hombre era casi imposible, pero por algo ella había ganado su puesto en aquel afamado hospital, tenia talento. Al abrir la puerta de su apartamento lo que ve le parte el corazón.

Allí en el sillón de frente a la puerta de entrada está sentada su esposa dormida, a su lado hay una pila de libros y sobre estos unos girasoles, se veía que había llorado. La castaña no pudo sentir más que culpa al haber abandonado a su mujer en su día especial, ¿Pero qué clase de esposa era?

Pues de las peores, allí solo en la sala se notaba el esfuerzo de la pelinegra porque esa jornada sea maravillosa. Y ella, ella no había hecho más que llegar tarde. Una sola vela seguí llameando débilmente.

La de los lentes se despoja de sus cosas y se acerca a su esposa. Muy triste se agacha y la besa muy suavemente.

—Perdóname… —Susurra Paula, sintiéndose muy mala persona.

Acaricia la cabeza de su esposa. Valentina despierta al sentir el contacto, aliviada abraza a la castaña.

—¡¿Dónde estabas?! —Cuestiona entre aliviada y molesta clavando sus ojos como hielos en los melados de la castaña.

—Hubo una emergencia, apuñalaron a un hombre muy cerca del corazón, me necesitaban en la sala… —Dice muy apenada. —Soy la peor esposa de la historia… te abandone en nuestro día especial, perdóname…

Surge un silencio incomodo, aun así, no se sueltan. Solo se escuchan sus respiraciones.

—Idiota… —Dice la morena para después besarla. —Solo prométeme que no volverás a hacerme esto, puedes matarme.

—Te lo prometo. —Dice muy apenada acariciando el definido rostro de la morena para besarla.

Amabas se quedan así un momento hasta que ambas se calmaron. Se besan barias veces para liberar el estrés y sentir a la otra después de mucho tiempo.

—¿Aún hay algo que pueda hacer? —Pregunta apenada Paula acomodándose los lentes al separarse de su esposa.

—Sí, vamos a comer… después podemos bailar… y después podemos jugar un ratito… —Propone la de ojos azules poniéndose en pie y tomando de la mano a su esposa. —Vamos, me lo debes.

Ambas disfrutan de una cena media fría con vino y un par de velas casi acabadas, Puala le cuenta lo sucedido con el paciente de emergencias y como logro salvarlo, Valentina la escucha y comprende orgullosa de ella, después procede a contarle su travesía en el supermercado en busca de todas las velas, ambas ríen.

—Estuvo delicioso. —Dice Puala contenta mientras se limpia los labios con una servilleta. Los ojos se le iluminan al ver toda la decoración. —Me encanta que todo sea tan amarillo.

—Lo sé. —Dice la morena para después reír ante la muy tierna reacción de su esposa. —Ven sígueme.

Ambas se dirigen hasta la sala y prenden la radio, la ponen en volumen muy bajo para no molestar a los vecinos. Paula toma del cuello a la de ojos azules, de la misma manera esta toma a la castaña por el cuello y comienzan bailar muy lenta mente. Sus frentes se juntan. Cierran los ojos para sentir así la respiración de la otra.

Finalmente, Valentina lleva a la joven doctora hasta su habitación y cierra muy despacio la puerta con seguro. La castaña regresa a verla algo sonrojada con una sonrisa en la cara al ver la cama y lo que hay en los veladores. La de ojos azules le regresa una sonrisa pícara.

Fin.