Historia larga Crónicas de una Maho Shoujo

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por George Asai, 19 Agosto 2015.

  1.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    4890
    Bueno, luego de enfermarme y las fiestas decembrinas/año nuevo, traigo capítulo el primer día del año, para no perder la costumbre.



    Historia 36: Primer ataque


    La historia de Wendy terminó, Esmeralda y Gracia se quedaron calladas un momento para asimilar toda la información que su amiga les brindó. Fue una vida difícil, llena de contradicciones y dificultades, por un momento Esmeralda entendió muchas cosas. Wendy tenía problemas con las matemáticas porque nunca fue a una escuela formal y todo su aprendizaje se basó en conocimiento empírico, de igual manera, su pasión al combate nació gracias al entrenamiento que tuvo con el gran mago Wiccato y también a su rivalidad con Carlos.


    —Ya veo, no la tuviste fácil, Wendy, lo lamento, creí que te comprendía, pero al final no sabía mucho de ti. Muchas gracias por abrirte con nosotras. —Esmeralda inclinó su cabeza educadamente ante su amiga, la joven rubia rápidamente negó con la cabeza y luego volvió a sonreír.


    —No, no… Esmeralda, estoy muy agradecida contigo, el ver a alguien viviendo mi ideal me hizo darme cuenta de lo que realmente amo. Sí, yo amo a las personas, no soporto matarlas y no quiero volver a quitarle la vida a nadie. Tu determinación me cambió, aún sin conocerte, cuando te vi luchando contra ese monstruo gigante rápidamente me di cuenta que esa vida deseaba llevar. Así que no inclines tu cabeza ante mí, porque no merezco dicho honor.


    —Vaya, no creí que pudieses hablar de esa forma —bromeó Gracia, la chica aligeró el ambiente con su comentario, gesto que Esmeralda y Wendy agradecieron.


    —¡Soy toda una caja de sorpresas!, ahora tengo hambre, tanta tristeza merece helado y grandes cantidades de azúcar para sentirnos mejor, ¡a comer!


    Las tres chicas tuvieron una mini fiesta repleta de dulces, comida chatarra y películas, como si fuesen tres adolescentes normales, ignorantes de la terrible conspiración que se acercaba a ellas. En fin, los días transcurrieron con normalidad, Esmeralda decidió ayudar a Wendy con matemáticas para que pudiese pasar el extraordinario, en un principio, fue como hablarle a una piedra.


    —¡No entiendo nada! —Wendy dijo la misma frase más de mil quinientas veintidós veces, bueno, realmente no.


    —¡Tú puedes hacerlo! —Esmeralda y Gracia animaron a la chica con pompones, literalmente hablando, los esfuerzos de Wendy por aprobar matemáticas eran increíbles, tanto que merecía pasar al menos por haberlo intentado. No obstante, Wendy no deseaba aprobar por mera lástima, incluso para las matemáticas ella tenía orgullo de peleadora, ¡una calificación regalada no valía todo su esfuerzo!


    Los días pasaron y la prueba se acercaba, sus amigas ya no tenían que presentar ese examen, por ende, centraron todos sus esfuerzos en ayudarla para no reprobar y así pasar más tiempo jugando. Luego de haber sobrevivido a la secta, una pequeña prueba de matemáticas no era la gran cosa, ¿o sí?


    Cuando el día llegó y los resultados se dieron a conocer, Wendy fue con la mirada alta para enfrentar su destino: ¡Aprobó!, un jodido y tétrico seis, pero aprobatorio a fin de cuentas.


    —¡Lo conseguí! —exclamó, sus dos confidentes brincaron de alegría también, pues era una victoria en conjunto.


    —¡Lo hicimos! —gritó el dúo —. Estamos tan orgullosas de ti, Wendy, ¡todo esto debe ser porque ese actor ganó el óscar! —exclamó Esmeralda.


    —T-Tampoco es para que hagan una mega celebración, lo hacen sonar como si nunca hubiesen tenido fe en mí.


    —Obvio no teníamos fe, Wendy, ¡incluso tenías problemas para dividir!


    —Ay, Gracia, no seas tan sincera.


    Mientras las chicas vivían sus vidas escolares al máximo, del otro lado del mundo, el gran mago Wiccato por fin planeó su movimiento. Las órdenes que le dieron a Carlos y otros cuatro individuos más eran simples: Traer al avatar de Gaia, ¿por qué su jefe les dio una orden tan repentina?, incluso Carlos sospechó de aquella demanda tan inusual.


    —El maestro no está actuando como de costumbre, normalmente para una misión tan importante como ésta mandaría a todo un escuadrón, ¿por qué nos ha seleccionado solo a nosotros? —Carlos le habló a sus compañeros con un tono firme, a pesar de las dudas que sentía su determinación no flaqueó ni por un instante.


    —¿Y eso importa? —Una chica de aproximadamente quince años le respondió con un tono mal educado, la pequeña era rubia y de estatura bajita, medía un metro con cincuenta centímetros nada más. Vestía un pantalón de mezclilla negro y blusa café, a primera vista no parecía una persona intimidante, pero el aura que emitía era de hostilidad total.


    —Eso no importa, solo matemos y ya. —Una chica idéntica a la anterior respondió al comentario, en realidad, eran dos gemelas, compartían la misma voz, las mismas poses, la misma ropa y para ser más perturbador, el mismo nombre.


    —Lucy, ten más respeto hacia nuestro jefe, lo mismo va para ti, Lucy. —Un hombre fornido y de gran estatura regañó a las gemelas, el hombre era unos años mayor que Carlos, vestía una camiseta casual roja sin mangas, un pantalón deportivo negro y tenis blancos. El sujeto lucía como todo un atleta, tanto que su musculatura dejaba atónitos a los que pasaban junto a él.


    —Eres aburrido, Goliat.


    —No importa, de todos modos es una misión del gran maestro Wiccato, incluso estas gemelas mal educadas no dudarían ni un minuto en cumplir su cometido, ¿verdad?


    —Lucy solo obedece a Wiccato.


    —Lucy solo obedece a Wiccato. —Las dos coincidieron en su comentario, para ellos no era ninguna novedad ver aquella coordinación casi demoníaca, pero un desconocido seguro se llevaría un buen susto con estas gemelas.


    —¿Estás preparado, Takeshi? —Carlos le habló a un joven oriental que yacía recargado en la pared del cuartel, a diferencia de los miembros anteriores el muchacho de verdad resaltaba en cualquier sitio. Vestía una túnica de monje Yamabushi amarilla, a primera vista aparentaba ser un traje samurái, pero al observarlo más de cerca claramente mostraba la esencia de un monje guerrero. El chico no habló, simplemente asintió con la cabeza, pues al unirse a la hermandad realizó un voto de silencio.


    —Muy bien, nos prepararemos para el asedio durante la tarde. —Carlos dio el comando final, en pocas horas, la secta de Wiccato asaltaría por sorpresa a Esmeralda y sus amigas. Su plan era simple, esperarlas en la intersección abandonada para lanzar una ofensiva brutal, naturalmente crearon una barrera especial que alejaba a los civiles del lugar, incluso ellos estaban conscientes de mantener su clandestinidad al máximo.


    Ya nada más era cuestión de tiempo para que la confrontación empezara.


    Esmeralda de la Luz no era ninguna tonta que podía ser emboscada, la chica sabía de antemano que la secta volvería para pelear contra ellos. Simplemente estuvo engañándose a sí misma y disfrutando el tiempo de paz que tenía con sus amigos del club de karate. Desde el momento en que los sectarios entraron a Juan Álvarez ella rápidamente identificó su presencia, su sensibilidad mágica le permitía estar alerta por si algún villano invadía la ciudad.


    No obstante, ellos no hicieron nada malo en los días que estuvieron planeando su ataque, por ende, no consideró necesario atacarlos. El deber de una Maho Shoujo consistía en ayudar a las personas, no andar cazando criminales, claro, esta información solo la sabía Esmeralda. Ni Wendy o Gracia estaban conscientes de la aparición de estos misteriosos personajes.


    Cuando el entrenamiento terminó las tres amigas salieron de la escuela y caminaron rumbo a la intersección, ahí cada quien iría por su cuenta directo a casa, la rutina de siempre bajo el atardecer, un escenario ordinario que pronto se convertiría en un campo de batalla.


    —Chicas, creo que nos despediremos por hoy. —Cuando llegaron a su destino, las jovencitas empezaron a despedirse, básicamente las charlas finales, saludos amistosos y demás recordatorios para el día siguiente. De haber sido cualquier otro día las tres continuarían sus rutinas de forma individual, no obstante, los cinco sectarios aparecieron al final de la calle, ellos habían estado esperando desde hace horas y ya tenían todas las bases cubiertas. Esmeralda no se sorprendió, Gracia por su parte abrió sus ojos en par muy alterada por la presencia de aquellos desconocidos.


    —E-Eh, C-Carlos, ¿eres tú? —cuestionó la heroína novata.


    —Sí, parece que nos vimos más pronto de lo que esperaba. —El artista marcial caminó unos pasos hacia el frente, Wendy giró su cabeza hacia otro lado cuando lo reconoció.


    —¿Qué buscas? —susurró Wendy.


    —No venimos por ti, Wendy, nuestro objetivo es Esmeralda, el avatar de Gaia. —Sin rodeos ni mentiras el joven de cabello negro reveló su objetivo —. Eres amiga de Wendy, por ende, te preguntaré… ¿Vendrás con nosotros, Esmeralda?


    —¿Para qué me quiere la secta?, ya me contaron lo que hacen y ciertamente no estoy de acuerdo con sus métodos.


    —Nuestro líder no nos ha dicho porque, simplemente desea usarte para su plan maestro. Él cambiará al mundo y lo hará mejor, ¿cooperarás con nosotros, Esmeralda? —Carlos habló de forma educada y gentil, su propuesta no era amenazante ni tampoco ofensiva, el chico realmente quería solucionar las cosas sin pelear o llegar a la violencia.


    —Hm, ¿y qué pasa si me niego?, la secta realiza matanzas y cosas feas, además, poca gente sabe que soy el avatar de Gaia. Probablemente no estén planeando algo bueno.


    —Si te niegas, entonces vamos a llevarte por la fuerza. Tú decides, ¿vendrás o no? —sentenció, sus acompañantes seguían callados, pero desde el momento en que Esmeralda lanzó su pregunta comenzaron a mostrar signos de hostilidad.


    —Me niego, si quieren que los acompañe tendrán que llevarme a la fuerza. —Esmeralda se transformó en menos de un parpadeo, solo que esta vez no hubo bailes mágicos ni tampoco una secuencia larga repleta de fan service. No había tiempo para bromas o chistes baratos.


    —¿Nada de lo que hagamos evitará una pelea, verdad? —Wendy también retomó su transformación en Magical Fénix, esta vez los acompañantes de Carlos dejaron de lado sus roles de soporte para encarar a nuestra heroína.


    —Una traidora como tú no puede hablar. —Lucy frunció el ceño y sacó su lengua como una niña grosera.


    —Las traidoras merecen la muerte. —La otra Lucy no escondió su odio hacia Wendy, de hecho, invocó un hacha gigantesca de un metro noventa de altura y con un peso cercano a los cuatrocientos kilogramos. Bastaba un golpe para terminar con la vida de una persona promedio.


    —Wendy es una traidora, una traidora. —La primera gemela invocó un martillo repleto de púas metálicas y un peso abrumador, la única razón por la que ambas pequeñas podían cargar semejantes cosas era por la maldición del alma, un hechizo que entraba en la rama de la brujería oriental, el cual consistía en brindar capacidades sobrehumanas a las personas disminuyendo su esperanza de vida y también relaciones interpersonales.


    Las dos gemelas compartían una sola alma, por dicha razón realizaban casi los mismos movimientos y hablaban con frases parecidas. Aun así, las chicas se contuvieron, ya que Carlos aún no había dado la orden de entrar en combate.


    —¿Cuáles son tus órdenes, jefe? —Goliat por su parte invocó una gran espada de batalla, el arma ideal para alguien de su estatura.


    —Vamos a pelear contra las Maho Shoujos, gemelas, ustedes lucharán contra la novata. Takeshi y Goliat, encárguense de Wendy, probablemente ustedes dos sean suficientes para vencerla. Yo iré contra Esmeralda.


    —Eh, no es justo.


    —No es justo. —Las dos Lucy reclamaron al mismo tiempo, sus ojitos asesinos solo apuntaban a Wendy, en verdad la odiaban y deseaban despedazarla desde lo más profundo de sus corazones —. La traidora merece morir en manos de Lucy, mataremos a la traidora.


    —¡Háganme caso!, Wendy las va a quemar vivas, no tienen oportunidad de ganar. Hago esto porque me preocupo por ustedes, ¡dejen de ser unas estúpidas y sigan mis órdenes! —Carlos las regañó como lo haría cualquier soldado, en ese momento ya no veían al chico tranquilo y paciente que compartía dulces con ellas o les contaba historias antes de dormir. No… Las gemelas tragaron su propia saliva y solamente se limitaron a inclinar sus rostros en señal de sumisión.


    —Lo que ordenes, jefe. —Goliat miró a Wendy con hostilidad, posteriormente se alejó de su compañero y encaró a Magical Fénix frente a frente —. No es nada personal.


    —Descuida, en este momento soy Magical Fénix, no me veas como una traidora o una vieja conocida. Simplemente somos enemigos, ni más ni menos. —Wendy dio un gran salto de tres metros en el aire, luego retrocedió ocho metros más para alejarse del área de combate. Ya que ellos los superaban en número su estrategia principal consistía en mantenerlos separados para evitar cualquier ataque coordinado entre los sectarios. Goliat y Takeshi la siguieron, alejándose así de Carlos.


    —¡Buena suerte, chicas!, ¡vamos a hacerlo, Toñita! —Gracia realizó su transformación mágica, convirtiéndose así en Fairy Smile, posteriormente la jovencita voló varios metros en el aire, ganando una distancia considerable de quince metros. A diferencia de Wendy, Gracia carecía de poder ofensivo y experiencia, por lo tanto, su plan consistía en atacar a distancia, además de evitar el combate físico.


    —Antes de pelear quiero saber una cosa, Carlos, ¿por qué no decidiste pelear con Wendy? —Ese detalle le pareció extraño a Esmeralda, ambos se criaron juntos y entrenaron por muchos años, era natural que el muchacho tuviese una ventaja significativa contra Wendy, aparte, el daño emocional que la chica podría sufrir le daba al peleador motivo suficiente para iniciar una pelea con ella.


    —No podría soportarlo, amo a Wendy, pelear con ella solo nos destruiría a los dos desde adentro. Si alguien la va a matar, no seré yo.


    —Ya veo, supongo que eres una buena persona, Carlos, es una pena que estemos destinados a pelear. Quizá, en otras circunstancias, habríamos sido buenos amigos. —Esmeralda por un momento imaginó un escenario imposible, donde Carlos era compañero suyo y al mismo tiempo, el interés romántico de Wendy. Un mundo donde no estaban forzados a pelear para defender sus ideales y sus metas, donde todo lo que importaba era sonreír cada día.


    Sí… Aquella utopía distante debía existir en algún universo paralelo, pero no ahí.


    —Opino lo mismo, la verdad no quería pelear contra ustedes, pero las órdenes del maestro son absolutas. ¡En guardia, Magical Luz!


    Carlos cargó de lleno contra Esmeralda, el chico lanzó una serie de puñetazos hacia el rostro de la jovencita, todos en línea recta y no ganchos como Esmeralda pensó en un inicio. A decir verdad, los golpes de las artes marciales en su mayoría eran rectos y no tenían el impulso giratorio que los boxeadores realizaban para dar mayor poder a sus impactos. Esto se debía más que nada al trabajo de piernas, un boxeador normalmente confiaba en la distancia corta y en arrinconar a su oponente en un espacio cerrado.


    Sin embargo, los karatecas y arte marcialistas orientales usaban todo el cuerpo, eso incluía patadas, codazos y otros ataques con partes distintas. Carlos era un experto en todas las ramas, por ende, limitarse solo a golpear con una extremidad era como luchar con los ojos cerrados.


    —Demonios. —Esmeralda bloqueaba sus golpes con ramas gigantescas que salían del piso, desgraciadamente, los puños del muchacho eran tan fuertes que destruían por completo cualquier muro natural. Nuestra heroína se vio forzada a retroceder y contraatacar con una lluvia de espinas hacia el pecho de su enemigo.


    —¡No funcionará! —La postura de Carlos cambió, en vez de tener ambos puños hacia el frente decidió mover su brazo izquierdo hacia arriba y el derecho a la altura de su cintura. Esmeralda recordó haber visto esa misma posición en un anime popular —. ¡Vamos! —Las manos del guerrero se llenaron de chi, fue tanta la concentración que ambas muñecas lograron detener los proyectiles que amenazaban con penetrarlo brutalmente. Magical Luz apenas pudo verlo, las manos parecían desvanecerse hacia donde iban a impactar las púas y luego volvían a la postura inicial. Este proceso tardío se repitió cerca de cuarenta veces en menos de un parpadeo, hasta que el suelo debajo de Carlos se llenó de trozos de madera rotos.


    —Concentración de chi, un estilo inusual, ciertamente. —No obstante, nuestra adorable protagonista se mantuvo calmada, el ver a un humano realizar esas hazañas sobrehumanas no le sorprendió en lo absoluto, después de todo, Carlos compartía el mismo estilo que su padre.


    —Aún no has visto nada. —Carlos retomó su postura ofensiva y sin perder tiempo lanzó una serie de patadas giratorias contra Esmeralda, sus ataques recordaban los movimientos de una patinadora artística, ya que en ningún momento el muchacho perdió el equilibrio ni la visión de su rival. Magical Luz tuvo que impulsarse hacia atrás con unas ramas que salieron del suelo, posteriormente retomó la distancia de cinco metros y lanzó un contraataque inmediato.


    —¡Golpe de Gaia! —La carta más poderosa de nuestra heroína por fin llegó, el golpe de Gaia, un hechizo poderoso que consistía en destruir al rival a base de ramas gigantescas. Esmeralda no era fanática de la violencia, pero en esta ocasión no había otra forma de ganar la batalla.


    Nuevamente dos ramas enormes amenazaron con golpear al peleador en toda su humanidad, sin embargo, Carlos volvió a esquivarlos al desplazarse en medio de las dos ramas y correr directo al centro. Esmeralda no tuvo tiempo de cancelar el hechizo o redirigirlo, por ende, creó un muro mágico invisible frente a ella.


    —Mierda. —La reacción de Esmeralda dio frutos, un segundo luego de haber levantado el escudo, los puños de Carlos chocaron contra éste, logrando salir ilesa de aquella peligrosa intención —. Has tenido suerte, pero no vas a salvarte una segunda ocasión.


    —Me estás subestimando, Carlos, aún no has visto de lo que soy capaz.


    Mientras tanto…


    —¡Vas a morir! —exclamaron las gemelas.


    —Vengan por mí si es que pueden, ¡tontas! —Fairy Smile voló de un lado a otro, esquivando las hachas y martillos voladores que las dos Lucy le tiraban. Gracia sabía perfectamente que luchar en buena ley solo le traería una muerte horrible, por ende, se la pasaba distrayéndolas y atacando desde la distancia —. ¡Disparo de hada! —La Maho Shoujo disparó un rayo de cristal hacia las piernas de Lucy, no obstante, ésta dio un salto sobrehumano de dos metros, evadiendo así el ataque y de paso, recogió su hacha clavada en el piso.


    —Eres un cadáver respirando. —La otra Lucy flexionó ambas piernas y centró toda la energía mágica posible en ellas, de inmediato, el hada acompañante de Gracia le advirtió el peligro, pues una concentración tan potente le permitía cubrir la distancia que las separaba.


    —¡Rayos! —Gracia reaccionó justo a tiempo, medio segundo después de haber aterrizado al suelo, Lucy saltó hacia su posición y lanzó un corte al aire. Si…


    Definitivamente no había ningún error.


    Bastaba un solo golpe de las gemelas para matarla, ni siquiera su poderosa armadura de cristal o diamante podría salvarla de un impacto tan profundo.


    —Fairy Smile, que bonito nombre para una chica muerta.


    —Fairy Smile, morirás hoy. —Las dos Lucy caminaron juntas como si fuesen la misma persona, Gracia no supo reconocerlas y a decir verdad, no necesitaba hacerlo. Medían y pesaban lo mismo, sus expresiones nunca variaban y sus frases contenían significados similares. En cierto modo, Gracia agradeció el tener que pelear contra solo una entidad y no dos.


    —Q-Que miedo, Toñita, ¿cómo le hacemos? —cuestionó Gracia a su compañera interior.


    —Mantén tu distancia y espera el momento para separarlas —respondió el hada.


    —Es más fácil decirlo que hacerlo, ellas están muy coordinadas y es difícil buscar un punto ciego mientras la otra lo cubre.


    —¿Con quién estás hablando? —De nuevo, las dos chicas hablaron simultáneamente, dejando a Gracia todavía más helada del miedo —. No importa con quien hables o lo que digas, vas a morir, Gracia.


    —No moriré, ¡soy una chica mágica!, al final del día la suerte me sonreirá, ¡vamos, Toñita! —Gracia retomó el vuelo e inclinó su semblante hacia el suelo. Ahí pudo ver a las dos chicas alistándose para saltar y darle el golpe inicial/final, incluso una novata como ella pudo sentir la concentración de energía mágica que se acumulaba en las rodillas y músculos inferiores de las jovencitas asesinas.


    —¡Muere!


    —¡No tan rápido! —Gracia llenó sus alas mágicas con cristal, de inmediato cargó contra ambas chicas en vez de evadir —. ¡Sonrisa penetrante! —Al no ser capaz de bloquear los dos golpes al mismo tiempo, Gracia prefirió ir de frente y esquivar el hacha de Lucy, evitando así ser atrapada por las dos armas a la vez. Pero el contraataque apenas iniciaba, gracias a sus alas mágicas fue capaz de darse la vuelta mientras caía y así apuntar a las gemelas con sus manos —. ¡Tomen! —Gracia lanzó dos rayos cristalizados a las jovencitas, como éstas caían en picada no pudieron esquivarlo.


    —¡Imposible! —exclamaron, para la mala fortuna de Gracia, las chicas usaron sus propias armas como escudos y luego retomaron sus posturas ofensivas iniciales —. Una novata no puede vencernos.


    —Lucy es la más fuerte, solo Lucy puede vencer a Lucy.


    —Mi truco no ha funcionado, pero no se preocupen, gemelas Lucy, todavía tengo muchos trucos bajo la manga. ¡Una Maho Shoujo sin misterio no tiene encanto! —Gracia sonrió mientras encaraba a las dos psicópatas, resultaba increíble de creer que ella todavía fuese una novata como contenedor de hada.


    Por otro lado…


    Takeshi blandió su bastón y apuntó a los órganos vitales de Wendy, la chica se vio forzada a retroceder mediante saltos y acrobacias áreas con tal de salir de su rango de alcance. El bastón que sostenía Takeshi no era ordinario, estaba bendecido por energías sagradas de oriente y su principal ventaja radicaba en la capacidad de opacar las fuerzas de la naturaleza, incluyendo las murallas llameantes que Wendy levantaba en su defensa.


    —Tan rápido como siempre. —Magical Fénix contraatacó de inmediato, la jovencita lanzó siete bolas de fuego contra el monje japonés, en seguida, centró su atención en el hombre musculoso que cargaba con su imponente espada de batalla —. ¡Muy lento!


    Wendy se desplazó hacia la derecha para esquivar el impacto, al hacerlo, giró su cuerpo entero y pateó el cuerpo del peleador dos metros hacia atrás, suficiente distancia para regresar a su postura defensiva.


    Takeshi evadió sus ataques sin problemas también, no obstante, en vez de lanzarse otra vez a la ofensiva decidió colocarse detrás de Goliat. Al parecer, los dos idearon una estrategia para romper la velocidad de Wendy.


    —Takeshi, ve por ella. —El monje se movió de izquierda a derecha rápidamente, el tipo usó la fuerza de sus piernas para desplazarse saltando y abarcando casi cuatro metros con cada paso. Magical Fénix dio un salto sobrehumano de tres metros en el aire, la chica desconocía las intenciones de sus adversarios pero la experiencia en batalla le decía claramente que debía mantenerse lejos de los dos contendientes al mismo tiempo.


    —¡Estallido del fénix! —Mientras estaba en el aire, Wendy lanzó flechas llameantes por todo el campo de batalla, no apuntó a ninguno, pero sí abarcó lo suficiente para distraerlos un rato y evitar que pudiesen poner en marcha su estrategia —. Espero esto los retrase —susurró.


    Justo como lo ideó, Goliat tuvo que retroceder algunos metros para no verse atrapado en medio del bombardeo y Takeshi por otro lado ni siquiera intentó atacar a Wendy por andar esquivando sus ataques. El plan falló antes de idearse, Magical Fénix se anticipó a ellos dos pasos antes y mostró la verdadera diferencia de habilidades.


    Sí… Wendy estaba acostumbrada a los combates mortales por su experiencia en la secta, incluso dos guerreros talentosos como Takeshi y Goliat tendrían problemas contra una oponente tan fuerte. Las tablas yacían parejas, Wendy poseía mejor talento y técnicas de combate, pero el dúo masculino contaba con mejor fuerza bruta.


    —¡Vengan! —La chica aterrizó y sin perder el tiempo cargó contra Takeshi —. ¡Puños llameantes! —Los nudillos de Wendy se llenaron con fuego carmesí, el monje sin hacer ruido fue esquivando uno a uno sus impactos, no parecía molesto ni tampoco frustrado por tener que pelear contra una ex compañera. Se desplazaba suavemente, como la brisa marina al atardecer. Los movimientos de Takeshi eran puros y serenos, no había en ellos una sola pizca de odio ni tampoco dolor. A diferencia de Goliat, que sí mostraba enfado, Takeshi mantuvo la calma, ni siquiera la onda de calor que Wendy liberó al momento de atacarlo pudo distraerlo.


    —¡Eres mía! —Goliat lanzó un corte contra Magical Fénix, pero ésta volvió a evadir con un salto en reversa.


    —Ustedes no pierden el toque.


    —No nos hables como si fuéramos amigos, traidora. —Goliat mostró abiertamente su hostilidad, Wendy sin embargo solo mostró una débil sonrisa de arrogancia e intimidación.


    —Oh, ¿acaso el maestro les enseñó a ser unos pelmazos?, venga, grandote, ¡te voy a dar la paliza de tu vida! —gritó Magical Fénix.


    Las tres batallas ocurrían simultáneamente, el trío de chicas mágicas contra la secta, en un inicio la superioridad numérica no se hizo notar por parte de los sectarios. Pero conforme avanzaban las escaramuzas lentamente los enemigos aprovecharon bien su ventaja. En primer lugar, las dos Lucy fácilmente confundían a Gracia y ella carecía del poder necesario para enfrentarlas cuerpo a cuerpo, debido a ello, las chicas le tomaron la medida y poco a poco sus golpes se iban volviendo más precisos.


    Wendy por otro lado pudo mantenerse a la defensiva por unos minutos más, pero evidentemente no podía combatirlos al mismo tiempo de manera prolongada. Takeshi por sí mismo era un rival temible y Goliat solo aumentaba el grado de dificultad, por un momento pensó en huir para replantear su estrategia, pero hacerlo nada más retrasaría el conflicto inevitable. Además, corría el riesgo de involucrar a gente inocente.


    Finalmente, Esmeralda y Carlos no se daban cuartel, los dos continuaron lanzándose sus mejores técnicas por un lapso de cuatro minutos. Fue una batalla brutal, ramas mágicas salían del piso y eran destrozadas en menos de un parpadeo por los poderosos nudillos del muchacho. Carlos solo necesitaba unos cuantos golpes para ganar, Esmeralda también tenía la certeza de vencerlo si impactaba algún hechizo potente en él.


    No obstante… Nuestra protagonista notó un hecho que deseaba ignorar, sus amigas estaban perdiendo terreno y si una de ellas era derrotada las posibilidades de ganar acabarían por esfumarse. Esmeralda cerró sus ojos en búsqueda de alguna respuesta, algo que le permitiese darle la vuelta al tablero y compensar la superioridad numérica.


    ¿Cómo podían superar esa desventaja tan profunda?


    —Veo que están teniendo problemas. —Una voz conocida llamó a Esmeralda desde la distancia, la chica rápidamente mostró una sonrisa radiante cuando vio al dueño de aquel mensaje. Sus ojos brillaron con intensidad y al mismo tiempo un ligero rubor apareció en sus mejillas, la persona que más deseaba ver apareció justo en el momento indicado.


    Como si se tratase de un héroe o una figura sublime, Pablo Casanova yacía parado al final de la calle con su chaqueta negra y pantalones azules. Los sectarios estuvieron a punto de salir corriendo, la mera presencia de un Casanova fue suficiente para bajarles la moral, por suerte, Carlos les lanzó una mirada reconfortante para evitar cualquier tipo de deserción.


    —¡Pablo! —exclamó Esmeralda.


    —Mierda, es Pablo Casanova. —Carlos por otro lado se mostró aterrado, el chico dio unos pasos hacia atrás y evitó caer presa del pánico —. Cambio de estrategia, Goliat, pelearás junto a mí, gemelas, encárguense de Wendy, Takeshi, la novata es toda tuya.


    —¡A la orden! —exclamaron al mismo tiempo, la presencia de Pablo Casanova cambió por completo la situación. Carlos tuvo que improvisar, desde antes de iniciar la misión había examinado las habilidades de cada chica mágica para buscar un contraataque perfecto con sus miembros disponibles. Pero el panorama cambió radicalmente, Pablo era un peleador brutal, incluso Wiccato les dijo que evitasen contacto con él, pues la muerte del nigromante aún estaba fresca en los registros del Vaticano y los gremios centrales.


    —¿Qué haces aquí, Pablo?, creí que tú no eras un héroe ni tampoco un defensor de la justicia como nosotras.


    —Es cierto, no soy un defensor de los inocentes como tú, pero ellos han venido explícitamente por ti. Lo que voy a hacer es proteger a mis amigas, nada más, nada menos. Bueno, digo que te protegeré, pero más bien lucharé a tu lado. —Pablo acarició la cabeza de Magical Luz suavemente, en seguida le mostró una sonrisa un tanto tímida para la ocasión —. Creo que será la primera vez que luchamos codo a codo, ¡demos lo mejor de nosotros para obtener la victoria!


    —¡Sí!, no sabes lo feliz que me hace poder luchar junto a ti, e-es como un sueño… —susurró Esmeralda, un tanto nerviosa por la presentación del muchacho.


    —Pablo Casanova, no pensé que nos encontraríamos de esta forma. ¡Vamos a luchar hasta nuestro último aliento! —Carlos se quitó la camisa china que traía consigo, quedando totalmente con el torso desnudo. Sus abdominales, pectorales y pecho marcados por un arduo entrenamiento relucían como diamantes al mediodía. No obstante, lo más temible del guerrero era la cantidad desorbitante de chi que recorría cada molécula de su cuerpo.


    —Hablas demasiado, Carlos, miembro de la secta. ¡No permitiré que tus sucias ambiciones se cumplan!


    Y de esta forma, la batalla retomó su rumbo…


    Fin de la historia 36


    ¿Qué les pareció la historia?, pronto vendrá el descenlace de este arco argumental c:
     
    • Me gusta Me gusta x 2
  2.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    ¡Buena forma de empezar el año! :D

    Me gustó mucho el episodio en general. Comenzó todo tranquilito, con Wendy luchando contra las matemáticas xD. Me hiciste acordar de mi novia y su aversión hacia ellas... y bueno, también me causó gracia el ver la referencia a DiCaprio :V

    Pero el plato fuerte fueron las batallas simultáneas. Carlos organizó bien a sus secuaces... y las gemelas Lucy también me sacaron una risilla, ya que quizás Wiccato les puso así en plan "no tengo tiempo para distintivos superfluos. Las dos se llamarán Lucy y va que chuta xD".

    Goliat y Takeshi, por su parte, parecen buenos personajes aparte de peleadores. Menos mal que en esta historia no se necesita mucha profundidad en ellos... me basta con ver que serán un verdadero dolor de cabeza para las Maho Shoujos...

    También me parece extraño que no apareciese Magical Blade a ayudar a las otras chicas. En el fondo, ella es una chica mágica también (aunque de ideales totalmente distintos... pero bueno, quizás eso cambie un poco con la ayuda de Ryo-kun)

    Por último, algo que no me gustó... ¿Es necesario poner la otra historia de Pokémon en Standby? ¬¬. Me gusta esta historia, sí, pero mil veces más prefiero una del fandom al que sigo desde el '97~'98. Just sayin'

    Como sea, mucha suerte, compa xP
     
  3.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    6262
    Avanzando, avanzando, finalmente el climax de este arco argumental llegó, disfruten.



    Historia 37: El mejor equipo

    La llegada de Pablo Casanova niveló las tablas, Carlos retomó su guardia inicial, dejando a Goliat a lado suyo para cualquier precaución. El pelirrojo en cambio invocó rápidamente su confiable katana, de inmediato cargó directamente contra el muchacho sin tomar en cuenta al gigante que estaba a su lado.

    —¡Ahora! —gritó Casanova, un segundo después Magical Luz tronó sus dedos, levantando así una gran rama gigantesca del suelo en dirección a Goliat. El plan de ambos consistía en separarlos para evitar cualquier tipo de contraataque en equipo.

    —Maldición, ¡Goliat, destruye las ramas! —Carlos evadió el corte que Pablo le propinó, en consecuencia giró sobre su propio eje para responder con una patada lateral hacia las costillas del enemigo.

    —Error. —El gigante obedeció la orden de su comandante, le bastó solamente un golpe de su espada gigantesca para destruir las ramas que se interponían entre él y Carlos. Por desgracia, aquella acción era justo lo que deseaba el dúo rival.

    —¡Golpe de Gaia! —Una rama mucho más grande y gruesa que la anterior apareció por detrás de Goliat, éste aún sostenía la espada hacia el frente del golpe anterior, por lo tanto, le resultó imposible esquivar o moverse hacia otro lado.

    —¡Cuidado! —Pero Carlos rápidamente se puso detrás de él y con un rápido golpe repleto de chi destruyó la técnica de Esmeralda —. Reincorpórate a la batalla —volvió a comandar.

    —¡No pierdas el tiempo! —Casanova aprovechó la generosidad de su oponente al máximo, para poder destruir la rama Carlos tuvo que haberle dado la espalda y Goliat no se dio cuenta de su acción. Mientras el hechizo se destruía, Pablo usó el hechizo de refuerzo, reduciendo así la distancia que lo separaba de su antagonista, entonces, de un solo tajo, el muchacho lastimó severamente la espalda del peleador marcial —. Estás acabado, Carlos.

    —N-No… ¡Apenas comienzo! —La herida anterior no pareció importarle mucho, de hecho, Carlos sonrió como todo un guerrero y sin darle chance de sentirse superior lanzó una serie de golpes finos hacia el cuello y pecho del pelirrojo. Goliat tampoco se quedó parado, el temible gigante también se unió a la carga brutal que ambos formaron.

    Esmeralda observó la situación detenidamente, a pesar de la herida en su espalda la velocidad de Carlos no disminuía, al contrario, parecía volverse más fuerte conforme la pelea iba transcurriendo. Luego, tras ver mejor la situación se dio cuenta que ese corte profundo estaba sanando por sí mismo. No, sanando no era la respuesta indicada para aquel fenómeno tan extraño.

    El chi de Carlos se desbordaba con tanta fuerza que las heridas eran forzadas a cerrarse contra su voluntad. No era un proceso agradable ni tampoco indoloro, seguramente el chico estaba sintiendo una presión extrema que en teoría, debería dejarlo postrado por varios meses. Que pudiese canalizar el dolor en furia hablaba bien de él y su entrenamiento como artista marcial.

    —Pablo, ten cuidado —Cuatro sellos mágicos se postraron debajo de los tres peleadores, Casanova rápidamente comprendió lo que significaba —. ¡Explosión de Gaia! —El chico dio un salto en reversa rápidamente, alejándose así de sus dos contrincantes, medio segundo después el suelo que ambos pisaban se tornó rojizo.

    —Déjamelo a mí, Carlos. —Goliat elevó su enorme espada de un solo movimiento, de inmediato los sellos liberaron una ráfaga de energía que atacó a los peleadores desde sus pies. O al menos eso intentó —. ¡Espada negadora! —Goliat clavó su espada en el suelo justo antes de que la ráfaga tuviese tiempo de calcinarlos, cuando el filo tuvo contacto con el sello mágico las corrientes energéticas terminaron por desbordarse y disiparse en menos de un santiamén.

    —Eh… ¿Cómo es posible?, esa espada no es común —susurró Esmeralda.

    —Precisamente, esta gran espada de batalla fue creada por un herrero especial de las montañas misteriosas. Su poder me permite cancelar cualquier tipo de hechizo que necesite sellos o combinaciones para efectuarse, quería usar su poder para negar las habilidades de Wendy, pero supongo que también funciona contra hechiceras puras como tú, Magical Luz. —Goliat retomó su guardia de combate, Carlos hizo lo mismo sin darle oportunidad a Pablo de explotar cualquier abertura.

    La pelea llegó a un punto muerto de nuevo, Esmeralda y Pablo perdieron de momento el factor sorpresa. Además, las propiedades mágicas de aquella espada gigantesca por fin salieron a la luz.

    —Tendremos que deshacernos de la espada. —Pablo estaba en lo correcto, la mayoría de las técnicas que Esmeralda efectuaba consistían en combinaciones de corrientes energéticas o sellos mágicos para juntar energía y luego lanzarla en distintas formas. Justo el tipo de hechicería que la espada podía negar sin ningún problema.

    —Así parece, ¿alguna idea?

    —¡No los dejaremos pensar! —Ahora era el turno de los sectarios para contraatacar.

    Goliat lanzó un corte pesado contra la humanidad de Pablo, éste bloqueó su impacto con la katana y trató de contraatacar rápidamente. Grande fue su sorpresa cuando el arma que sostenía en ambas manos salió volando, quedando totalmente desarmado por unos instantes.

    —¡Ahora! —Carlos se puso frente a él mientras Goliat levantaba su espada de nuevo, la idea del dúo consistía en desarmar a Pablo para luchar cuerpo a cuerpo contra él. La ventaja del artista marcial bajo sus propias condiciones era abismal, Pablo no era rival para él ni siquiera en sus sueños más locos.

    Magical Luz lanzó más ramas repletas de púas hacia Carlos, con toda la intención de distraerlo y darle a Pablo el tiempo suficiente para ganar distancia. No obstante, la espada gigantesca neutralizó su hechizo dejándolo inservible.

    El pelirrojo tuvo que arreglárselas solo, al ver venir una oleada de puñetazos mortales contra su cuerpo se vio forzado a utilizar su hechizo menos favorito: Refuerzo total.

    —¡No lo permitiré! —La mente de Pablo corrió a mil por hora, su cerebro comenzó a pensar con mayor velocidad, de igual forma, cada parte de él se volvió literalmente sobrehumana. Músculos desgarrados, pero capaces de soportar pesos increíbles, huesos rotos, pero con la resistencia suficiente para moverse a velocidades inimaginables y por supuesto, un alma debilitada con el poder de crear hechizos brutales.

    El chico literalmente se movió a la velocidad del sonido, incluso más rápido, pues en menos de un segundo reapareció la katana en sus manos y bloqueó los diez golpes mortales que Carlos lanzó hacia sus partes vitales. El mismo peleador tuvo que retroceder ante esa velocidad tan bestial, además, de ser un oponente cualquiera la pelea ya habría terminado.

    —Ahora veo porque Wiccato nos dijo que debíamos evitarte. —Carlos retomó su distancia y ordenó a Goliat hacer lo mismo.

    —Tú también eres poderoso. —Pablo rara vez halagaba a un rival, normalmente sus peleas terminaban de un solo golpe o prolongándose hasta el cansancio. Este caso apuntaba a la segunda opción —. Necesitamos deshacernos de esa espada, mi katana no aguantará otro choque directo.

    —Hm, ¡tengo una idea!, Pablo, ¿te acuerdas de cuando jugamos videojuegos? —cuestionó Esmeralda.

    —Oh, ya veo.

    Los dos enemigos se quedaron escuchando la conversación, cualquier pista o indicaciones acerca de sus futuros movimientos podrían darles tiempo valioso para anticipar los poderes de sus adversarios. Sin embargo, Esmeralda y Pablo no hablaban de una estrategia como tal, sino de una anécdota que sucedió hace poco.

    Gracias a una nueva promoción en una tienda digital, Pablo consiguió dos copias de un juego en línea, ya que tener dos le resultaba inútil decidió darle a Esmeralda la sobrante. Y desde ese momento solían jugar en línea cada noche hasta desvelarse.

    El juego en sí era el típico RPG de aventuras, con gráficas de anime y muchas clases que cualquiera vería en calabozos y dragones. Pablo tomó el rol de un caballero y Esmeralda de una maga blanca, esos típicos personajes más dedicados al soporte que al combate real. No obstante, un equipo sin soporte moría demasiado rápido por las mecánicas del juego.

    Es decir, andar por ahí sin un sanador era un suicidio y Pablo lo sabía muy bien, de hecho, su rol era evitar que el personaje de Esmeralda muriese, ya que eso significaría la muerte del grupo entero. Peor si entre los adversarios había lanceros o personajes capaces de moverse rápido y superar sus defensas.

    Durante una partida casual, Esmeralda y Pablo resultaron ser los últimos sobrevivientes de su equipo, sus enemigos eran lanceros, rivales débiles ante Pablo, pero que los superaban en número. La estrategia obvia era lanzar un ataque kamikaze contra los enemigos, aprovechando la habilidad de Pablo como jugador y también su ventaja de clase.

    Era la jugada obvia, un movimiento que debía ser realizado por mera lógica, sorprenderlos con otro ataque sería estúpido. Como meter las manos al fuego.

    Y aun así, Pablo no cargó con su personaje, se quedó viendo la pantalla y escribiéndole a Esmeralda por el chat el siguiente mensaje: Atácalos.

    Sí, un ataque sorpresa, un movimiento que no debería estar ahí…

    ¡Esa era la fórmula para vencer a Carlos y Goliat!

    —¡Es la hora! —Pablo fue el primero en cargar nuevamente contra el musculoso, Casanova levantó rápidamente su katana y de un tajo apuntó a la yugular del espadachín. No obstante, el arma absorbió la energía que Pablo depositó en la katana y sin mayor problema repelió el golpe hacia el lado derecho.

    —¡Muere! —Carlos se desplazó hacia el flanco izquierdo de Casanova y sin perder tiempo lanzó una patada directo a sus costillas. Para desgracia suya, el pelirrojo rodó por el piso en el momento indicado, evadiendo así el contraataque enemigo. Goliat levantó su espada e intentó aplastar a Pablo con el temible filo de su arma.

    —¡Golpe de Gaia! —Pero se vio distraído por el hechizo de Esmeralda, la enorme rama tuvo que ser nulificada y eso le llevó a Goliat dos segundos, tiempo suficiente para retroceder y retornar a su postura ofensiva.

    Lo siguiente por lógica, era que Pablo abriese una abertura en la defensa de Carlos, pues éste lo miraba fijamente con ambas manos a la altura de su pecho, imitando la posición de un boxeador.

    Pero no…

    —¡Hechizo de refuerzo! —En un movimiento inesperado, Esmeralda corrió directamente contra Carlos, su cuerpo no estaba entrenado para soportar la presión de esa técnica, sin embargo, usó toda su fuerza de voluntad para moverse ligeramente más rápido que un humano promedio. Carlos giró su rostro muy sorprendido por la acción suicida de la chica, aún con el incremento de habilidades la jovencita no era rival para su control del chi.

    Magical Luz tiró un golpe a la mejilla izquierda de Carlos, su hechizo había perdido el efecto sobrenatural por la espada negadora y ahora ya nada más tenía la potencia de una colegiala normal. Pero… El muchacho recibió de lleno el impacto, como resultado, perdió su balance y retrocedió un poco aturdido.

    ¿Por qué no bloqueó ni evadió el ataque?, fácil.

    Pablo Casanova lo mataría de hacerlo, su atención estaba centrada en el espadachín, si descuidaba su guardia, incluso por una centésima de segundo para bloquear o esquivar a Magical Luz, Pablo habría cortado su cuello fácilmente. Aquel golpe era un precio incluso barato a comparación del daño que pudo haber sufrido.

    Pero las reacciones en cadena no se detuvieron ahí, Goliat tuvo que gastar tiempo y segundos en detener el refuerzo mágico de Esmeralda, dándole a Pablo la oportunidad perfecta para atacarlo. El chico tomó las gigantescas muñecas del guerrero y de una patada baja a sus piernas lo llevó al suelo, desarmándolo en el acto.

    —No necesitarás esto. —Pablo tomó la espada negadora en sus manos y en una sabia jugada la arrojó varios metros hacia la derecha. Deshaciéndose así de su principal problemática.

    —¡Carlos, cuidado! —El peleador a duras penas pudo reaccionar, pues dos temibles ramas gigantescas aparecieron del suelo y estuvieron a punto de empalar sus piernas. El asedio de Esmeralda no terminó ahí, luego de fallar su primera técnica, Magical Luz lanzó un segundo rayo verde hacia el pecho de Carlos.

    —Mierda… —Carlos cubrió su parte blanda con sus imponentes brazos repletos de chi, no obstante, el daño fue terrible, solo bastó una pequeña mirada para saber que su carne yacía quemada por el impacto. Un dolor abominable recorrió su espina dorsal, como si una motosierra estuviese atravesándolo una y otra vez sin descanso alguno.

    —¿Se van a rendir?, no quiero lastimarlos más —advirtió Esmeralda, la chica no bajó su guardia ni por un segundo, Goliat por otro lado, estaba inutilizado. Si intentaba correr por su arma tendría que darle la espalda a Pablo y al hacerlo, éste no tendría mayor problema en acabar con él.

    —La rendición es inaceptable —respondió Carlos, eliminando así cualquier intención de abandonar la pelea por la vía pacífica.

    —Entonces vamos a pelear hasta las últimas consecuencias, Pablo, sigamos.

    Aquel combo sensacional fue gracias a la sorpresa del momento y la improvisación, en ningún momento, Carlos o Goliat se imaginaron que Esmeralda entraría en combate cuerpo a cuerpo, incluso el hecho de que fuese ella y no Pablo quien diese los remates finales resultó asombroso.

    A pesar de la personalidad dulce, dócil e inocente de Esmeralda, la chica ya no tenía reparo alguno en causar heridas graves. Pues las quemaduras de Carlos no eran simples heridas, su alma se vio dañada y con ello, su control del chi se descontroló. Para poder sanar tenía que carcomer restos de energía mágica a su alrededor.

    En conclusión, regenerar un alma en base a energía física era igual a sumergir la cabeza y aguantar la respiración hasta que te exploten los pulmones. Aquello no fue una consecuencia segundaria ni tampoco un accidente, Esmeralda tenía esa intención desde un principio. Ella sabía que un oponente como Carlos necesitaba recibir ataques de alto nivel para ser derrotado, ser condescendiente o blanda en la pelea solo le traería una derrota aplastante.

    Por otro lado, Wendy encaró a las gemelas Lucy con una sonrisa pedante en su rostro. Si algo aprendió al pelear contra Gilberto Casanova fue a mantenerse calmada y no dar aberturas sentimentales a sus oponentes. Odiaba reconocerlo, pero el asesino tenía razón, una pelea debía llevarse a cabo con suma concentración, dejando los sentimientos de lado.

    El primer golpe del hacha vino de frente, no había estrategia ni tampoco planeación detrás de esos ataques vacíos, por ende, la chica solamente dio un pasito hacia atrás para evadirlo. Wendy sonrió, ella contaba con ventaja moral y física, pues las gemelas no podían igualar su velocidad ni tampoco la experiencia.

    —¿Es todo? —susurró Wendy, la segunda Lucy cargó desde el flanco izquierdo con su poderoso martillo gigantesco —. Me decepcionas. —La cabeza del arma pasó refilando las mejillas de Wendy, la heroína ni siquiera se veía molesta o perturbada por el aura asesina que las pequeñas desprendían.

    —¡Vas a morir! —exclamaron al mismo tiempo, de inmediato cargaron desde los dos costados con sus respectivos armamentos.

    Pero nada pasó, Magical Fénix continuó evadiéndolas y burlándose de sus pobres intentos de alcanzarla. Ella sabía muy bien que las chicas la odiaban, por ende, solo necesitaba enojarlas más para que rompiesen su equilibrio perfecto y tuviese la oportunidad de ganarles con un solo golpe.

    —No veo que ustedes se estén esforzando, ¿no era su intención matarme? —bufó.

    —¡Lucy está enojada! —Ni siquiera la sincronización de sus voces intimidó a la pelirroja falsa, para este punto ya las tenía comiendo de su mano. Wendy vio venir un impacto fugaz contra su pecho, lo normal sería esquivarlo, ya que un objeto tan pesado sería imposible de esquivar. No obstante, la chica mágica decidió quedarse plantada y mantenerse firme.

    —Vengan. —Lo que pasó después fue sorprendente, Wendy giró su cuerpo unos cuantos centímetros hacia la derecha, evadiendo por un pelito de rana el filo del hacha, de inmediato llenó sus manos de fuego carmesí y sin dudarlo golpeó el rostro de Lucy 1 con tanta fuerza que la mandó a volar ocho metros hacia atrás. La segunda oponente atacó de frente, cegada por la ira y la frustración de no poder acertar ningún solo golpe.

    —¡Eres mujer muerta! —Aquel martillazo ni siquiera dio en el blanco, Magical Fénix saltó de manera sobrehumana sobre la cabeza de Lucy 2, evadiendo así cualquier intento de hacerle daño. Además, quedó en una posición perfecta para contraatacar, Wendy disparó dos llamaradas fugaces contra toda la humanidad de Lucy, ésta no pudo esquivar, de hecho, la jovencita ni siquiera notó cuando las enormes llamas ya estaban quemando su piel —. ¡AH! —exclamó adolorida, incluso su resistencia superior sucumbió ante las terribles quemaduras. Lucy 2 cayó al piso maldiciendo su propia suerte.

    —Ninguna de ustedes puede pelear más, he ganado. —Las gemelas fueron inutilizadas, la primera sufrió una fractura en la nariz, desgarres por todo el cuerpo y por supuesto, quemaduras en los ojos que le impedían ver con normalidad. La segunda Lucy en cambio, yacía retorciéndose en el suelo por el dolor, como si fuese un gusano agonizante.

    El cambio de peleador fue lo que determinó el resultado del encuentro, de haber peleado contra Goliat y Takeshi al mismo tiempo, Wendy habría perdido. En primer lugar por el tipo de personas que eran estos dos guerreros: Takeshi no le tenía rencor, el monje luchaba con paciencia y estrategia, además, evitaba por todos los medios no caer en las provocaciones del enemigo. El plan de Magical Fénix de explotar la debilidad de sus rivales no iba a funcionar contra un oponente tan serio como Takeshi. Goliat, por otro lado, sabía controlarse mejor y no cargaba de forma estúpida como las dos niñas de hace un momento.

    Desde un primer momento, Carlos deseaba evitar que las gemelas enfrentasen a Wendy, pero la aparición repentina de Pablo acabó por forzarlo a cometer un error de juicio. Gracia era el elemento más débil del equipo contrario, lo que Carlos realmente deseaba era que Takeshi venciera a Fairy Smile rápidamente para darle apoyo a las gemelas y así, someter a Wendy con la ventaja numérica de tres a uno. Por desgracia para él, Gracia era buena esquivando gracias a su habilidad de vuelo y Takeshi, carecía de un ataque a larga distancia capaz de alcanzar a la novata.

    De hecho, la estrategia que Fairy Smile ideó era perfecta para no perder, pero con ella jamás podría ganar. La chica volaba en zigzag y cubría su cuerpo con cristales mágicos para resistir los embates de Takeshi. El chico continuó silencioso, firme en su decisión de solo usar el bastón.

    En contraparte de su compañero Goliat, aquel monje silencioso representaba el opuesto perfecto: Meticuloso, sereno y letal, no contaba con golpes brutales ni tampoco un arma extravagante. Sin embargo, la defensa de Gracia era suficiente para resistir los golpes de su vara, los cuales de por sí ya iban debilitados por la necesidad que tenía Takeshi de saltar para alcanzarla.

    Claro, los contraataques de Gracia eran inútiles, sus disparos de cristal mágico lanzados desde el aire apenas y lograban pasar cerca de Takeshi, éste los esquivaba sin verlos, desplazándose con pequeños deslices o saltos en reversa. Pero a la chica no le importó, desde un inicio sabía que ganar un mano a mano resultaba imposible, no obstante…

    —¡Golpe del Fénix! —Magical Fénix derrotó a las gemelas y de inmediato cargó contra Takeshi. El monje se vio forzado a retroceder y encarar de nuevo a la falsa pelirroja —. ¿Qué pasa, japonesito?, ¿tienes miedo? —El agujero que Wendy creó por su golpe anterior lucía intimidante, el suelo alrededor suyo acabó calcinado por las llamas de fénix que desprendía como un volcán a punto de hacer erupción.

    —Justo a tiempo, ¿necesitas ayuda? —preguntó Fairy Smile, su compañera negó con la cabeza y luego le sonrió.

    —No, yo terminaré la pelea en mi siguiente movimiento. Gracias por aguantar, Fairy Smile. —Wendy hablaba con suma seguridad, su adversario no tomó esas palabras como una burla o fanfarronería. Si algo había aprendido durante su estancia en la secta era que Wendy jamás mentía, cuando ella decía que iba a terminar una pelea lo hacía.

    Incluso un ser silencioso como Takeshi comprendía que Wendy luchando en serio no era ninguna broma, por lo tanto, como medida preventiva el chico invocó un segundo bastón.

    —¿Dos varas?, ¿¡es que me tomas por estúpida, Takeshi!? —Magical Fénix llenó su cuerpo entero de fuego carmesí, el calor a su alrededor derritió las pocas piedras que todavía quedaban sin calcinarse. La mirada en su rostro cambió, dejó de ser la chica dulce que olvidaba sus deberes de matemáticas y regresó, por un momento, a su vieja identidad de ejecutora sectaria —. ¡Explosión de fénix!

    La embestida de Wendy fue demoledora, ni siquiera los dos bastones repletos de chi pudieron resistir las majestuosas llamas que Wendy emanó. El joven japonés fue golpeado con tanta potencia, que terminó estrellándose contra un muro de contención al final de la carretera, dándole así una segunda victoria a Magical Fénix.

    Carlos estuvo a punto de tirar la toalla, sus compañeros habían sido derrotados, ahora le superaban en número y también en condición. Las profundas quemaduras de sus brazos también le cobraban factura, ya ni siquiera podía mantenerse firme o realizar pensamientos elaborados. El rendirse no era una mala idea hablando estratégicamente, con dicha acción podría salvar a sus compañeros de cualquier daño extra, además, la personalidad dócil de Esmeralda evitaría cualquier intento de asesinato durante su escape.

    Sí… Claudicar era lo adecuado, la mejor opción.

    Pero…

    Carlos cerró sus ojos, en su mente recordó aquella noche donde Wendy decidió abandonar la secta para seguir sus propios ideales. Ese día no ha desaparecido de su memoria, lo recuerda como si fuese ayer, cada esencia, sentimiento y tristeza perduraba como si hubiese sido congelado en el tiempo. ¿Por qué no podían estar juntos?, ¿por qué una chica tan dulce como Wendy no podía ser feliz?, ambos no habían hecho nada malo. Simplemente fueron víctimas de un mundo cruel que no los dejó expresar su amor.

    “Rendirme ahora es aceptar las cosas como son” pensó Carlos, los ideales de la secta era crear un mundo nuevo, mejorar la situación mundial para que chicas dulces como Wendy pudiesen sonreír diariamente.

    —No me rendiré, me niego a creer que mis ideales están equivocados. Hago esto por Wendy, para que ella pueda vivir en un mundo distinto, donde sus convicciones no la hagan infeliz. —Carlos comentó su resolución con un tono apagado, conforme pasaban los segundos la fuerza de su cuerpo menguaba, cada respiración se le hacía más difícil y lo mismo ocurría con su vista —. No voy a darme por vencido…

    —Debes de amar mucho a Wendy para no rendirte así, respeto eso, Carlos. —Incluso Pablo Casanova reconoció los esfuerzos de su rival, de no ser por sus intenciones antagónicas ambos pudieron haber sido mejores amigos.

    —Y aún no has visto nada. —El cuerpo del peleador marcial nuevamente recuperó su energía, sus músculos se tensaron mientras el flujo de chi retomaba la intensidad inicial. Pablo sintió hostilidad viniendo de él, por ende, retrocedió unos pasos hasta quedar a la altura de Esmeralda.

    —¿Qué es esta sensación?, ¿por qué siento que algo terrible se avecina?

    —Para proteger la sonrisa de Wendy, para vivir en un mundo donde podamos estar juntos, ¡yo no me rendiré! —El chi literalmente explotó, la concentración llegó a niveles críticos, destruyendo el suelo que Carlos pisaba y al mismo tiempo, dándole a él un último aire para terminar el encuentro. Eso era su golpe final —. ¡Goliat, dame tu energía!

    —A la orden —contestó el gigante, de inmediato una luz blanca salió de su pecho en dirección a Carlos, fortaleciendo todavía más la carga de chi. Esmeralda sintió la presión que su adversario provocaba, era aterrador, el suelo tembló por la concentración tan descarada de poder natural que incluso una ignorante de dicha energía podía verlo a la perfección.

    —Este sujeto no es ninguna broma, Esmeralda, también debemos ponernos serios. —La katana del muchacho desapareció, en su lugar la espada legendaria Arondight hizo aparición. Aquella reliquia mágica pertenecía al caballero Sir Lancelot, un guerrero que luchó a lado de un antepasado de Pablo, Sir Percival.

    Bajo circunstancias normales, Casanova no debería ser capaz de invocar un arma ajena a su familia, no obstante, el pelirrojo tenía una extraña conexión aislada con la reliquia y por tal motivo, podía blandir semejante espada como si fuese suya. Claro, no contaba con todo su poder, pero aún seguía siendo un arma implacable.

    —¡De acuerdo!, vamos a atacar juntos. —Esmeralda no se quedó atrás, haciendo uso de todo su poder mágico logró reunir una cantidad de energía similar a la del muchacho en tan solo cuatro segundos —. Combinemos nuestros poderes, Pablo… —La chica sujetó el mango de la espada junto a Pablo Casanova, al punto de tomarse de las manos mientras sostenían la reliquia sagrada.

    —Por Wendy, por la secta y por mí mismo, ¡voy a ganar!, ¡golpe de chi supremo! —Carlos logró lo que parecía imposible… Darle forma al chi, de tanta energía reunida creó una esfera azul que medía lo mismo que una pelota de soccer.

    Sin embargo, esa pequeña bola tenía la potencia suficiente para destruir media ciudad si se lo proponía. Aquella hazaña imposible fue un milagro, la determinación del muchacho rompió la ley principal de su arte marcial: “El chi no tiene forma ni figura, solamente existe entre nosotros”.

    —¡Corte de Gaia! —exclamó la pareja.

    La espada Arondight brilló con un resplandor verde, fruto de la energía combinada de Esmeralda y Pablo, el nombre de la técnica era una mezcla de sus dos movimientos favoritos: Golpe de Gaia y Corte electrizante. Ambos agitaron el arma con fuerza, liberando así un poderoso rayo que bloqueó la esfera y provocó una potente colisión.

    —¡Vamos! —Carlos liberó más chi para incrementar la potencia de su ataque, por desgracia para él, Esmeralda también hizo lo mismo.

    Aquel choque de técnicas decidiría el resultado de la batalla, era la determinación de Esmeralda contra el amor de Carlos, dos voluntades distintas y al mismo tiempo tan parecidas. Pues nadie dio su brazo a torcer, a pesar del dolor y el martirio, se negaban a rendirse.

    Pablo sintió como su prótesis mágica estaba a punto de explotar, la presión del ataque resultó ser demasiada para sus nervios, los cuales literalmente explotaron uno por uno, provocándole un dolor equivalente a ser amputado de nuevo. Sin embargo, no soltó las manos de la espada, sabía que hacerlo sería darle la victoria a Carlos.

    —Mi brazo… Maldición. —Casanova estaba a punto de ceder, los dedos empezaron a fallarle y al cabo de unos segundos dejó de sentirlos totalmente. La regeneración que sus tejidos tenían no era suficientemente rápida para detener la destrucción de sus propias células que intentaban por todos los medios mantener atado al brazo, ni siquiera el poder del dragón podía seguir un ritmo tan acelerado.

    —Tranquilo, Pablo. —Sin embargo, el dolor se detuvo, la oscura sensación se fue sin dejar rastro alguno y nuevamente la movilidad regresó. Casanova giró su cabeza ligeramente y vio a Esmeralda sonriendo —. No estás solo, no tienes por qué resistir todo por tu cuenta, yo estoy contigo. Si estamos juntos podremos superar cualquier adversidad, ¿no es así?

    —Ah, e-es verdad.

    Esmeralda utilizó el hechizo de regeneración acelerada en las células de Pablo, las cuales rápidamente cubrieron los nervios destruidos, regenerándolos casi en menos de un parpadeo, en parte por la energía del dragón y el mismo sistema energético del pelirrojo. Gracias a esa jugada el dúo fue capaz de incrementar la potencia de su ataque combinado, superando a Carlos por un breve periodo de tiempo.

    —Es imposible, no puede ser, vamos, vamos, ¡no puedo caer aquí!, esto no terminará de este modo. —Carlos finalmente cedió, su explosión de chi falló y por ende recibió el ataque de lleno en la cara. Lo último que vio el muchacho antes de salir volando por los cielos fue la mirada fulminante de Esmeralda, no había duda ni tristeza en su semblante, solamente el valor de una fuerte peleadora capaz de vencer cualquier adversidad —. Supongo que perdí…—susurró, mientras una pequeña lágrima bajaba por su mejilla.

    La batalla terminó a favor de Esmeralda.

    Sin embargo, Carlos sobrevivió al hechizo, además, contra todo pronóstico se levantó del piso con el cuerpo ensangrentado. Había volado casi diez metros y solo sobrevivió por los remanentes de chi que lograron amortiguar la caída. Sus piernas aún funcionaban, pero no podía decirse lo mismo de sus brazos, el chico inclinó lentamente su mirada para evaluar el daño y al verlo, simplemente soltó un grito ahogado.

    Los dedos del guerrero estaban rotos, estos yacían doblados en direcciones improbables, lo mismo ocurría con sus antebrazos, muñecas y hombros. Cada extremidad estaba manchada por un velo de sangre que no se detenía, el simple hecho de continuar consciente era ya por sí misma una proeza.

    —Peleaste bien, Carlos, pero te mataré ahora. —Pablo Casanova no iba a perdonarlo, el artista marcial atentó contra la vida de Esmeralda y para él, no había piedad alguna. Dejarlo vivir solo traería problemas en un futuro, pues la secta no iba a rendirse tan fácilmente. Esmeralda no quería ver morir a una persona frente a sus ojos, por ende, decidió detenerlo antes de que cometiese un asesinato.

    —¡Espera, Pablo! —Pero antes de mover sus labios una voz conocida detuvo al pelirrojo —. N-No lo mates, por favor… No mates a Carlos. —Wendy se interpuso entre los dos guerreros, ya sin su transformación de Magical Fénix. Los ojos de la chica estaban repletos de lágrimas melancólicas, aún después de todo lo que pasó era incapaz de dejar el pasado. Matar a Carlos era la opción correcta, de lo contrario volvería más fuerte que nunca.

    —¿Estás segura, Wendy?, Carlos es nuestro enemigo y no podemos permitir que una persona tan poderosa como él siga viva. Es una decisión de la que te puedes arrepentir. —Pablo Casanova no disminuyó su hostilidad, esperaba el momento perfecto para burlar a la chica y asesinar a Carlos de una buena vez.

    —¿¡Cómo puedo matar a una persona que amo!? —Pablo no pudo responderle, el chico permaneció callado, mientras Wendy se deshacía en lágrimas amargas que limpiaban su bello rostro de la tierra y el sudor acumulados por la batalla.

    —Está bien, Pablo. —Esmeralda tomó al chico de las manos y nuevamente sonrió con dulzura —. Si Carlos regresa lo volveremos a enfrentar juntos, como dije antes, no tienes por qué cargar todo tu solo. Suelta tu espada, Pablo…—La voz casi angelical de Esmeralda convenció a Casanova de tirar su arma y hacerla desaparecer.

    —Tienes razón, lo dejaré pasar solo porque tú me lo has dicho. Dios, a veces creo que no tengo defensa contra tus argumentos. —El chico se dio la vuelta y junto a Esmeralda caminaron hacia Goliat, ya sin ningún tipo de amenaza o espíritu combatiente —. Llévate a tus amigos de la ciudad y nunca vuelvan, aprovechen la oportunidad de vivir.

    —¿Qué opción tenemos?, gracias por tu consideración de todos modos. —Goliat recogió a sus compañeros caídos, menos a Carlos, para él cargarlos sobre sus hombros no suponía ningún esfuerzo. Luego de sujetarlos el sectario abandonó la zona sin esperar a su comandante, después de todo, este último era capaz de moverse por cuenta propia.

    —Gracia, Pablo, creo que nosotros debemos irnos también. Wendy necesita una última charla a solas con Carlos, es lo mejor para ella.

    —Te doy la razón, vámonos. —El trío también se retiró, a pesar de haber ganado, Esmeralda no se sentía particularmente feliz. Quizá por todo el contexto que tuvo la batalla anterior, de igual forma, seguía sin saber porque la secta deseaba llevársela contra su voluntad. Nuestra adorable protagonista decidió ignorar momentáneamente la preocupación que le provocaba dicha organización y en su lugar, mantuvo la mente fija en Wendy.

    Aquella era la última oportunidad que tenían para hablar, debían aprovecharla bien.

    —Carlos, ¿en verdad no dejarás la secta? —preguntó Wendy, la chica deseaba contarle mil cosas, desbordar sus argumentos con el único propósito de convencerlo. Pero en el fondo, sabía que nada podría hacerlo cambiar de opinión, la determinación de Carlos continuaba firme como en el pasado, aquella derrota solamente incrementó más su convicción de crear un mundo diferente.

    —Es imposible, de igual forma, tú no regresarás a la secta.

    —Sabes algo, cuando Pablo pensó en matarte no pensé que lo detendría. Mi cuerpo se movió solo, como si una parte de mi pasado estuviese arrastrándome hacia el abismo. Pero ahora lo entiendo todo, mi amor por ti nunca desapareció, aun cuando lo suprimí con todas mis fuerzas, no sabes cuantos días he estado tratando de olvidarte y cuando creí haberlo hecho, apareciste. En verdad nunca se te dieron las entradas, Carlos.

    —A mí también me sorprendió que lo detuvieras, pero nuestro amor no podrá ser, Wendy. Tú misma lo sabes, con todo el dolor de mi corazón tengo que aceptar tu partida, a-aun así… Es demasiado triste, me enamoré perdidamente de ti y ahora, teniéndote tan cerca no puedo estar contigo. Maldición, ¿por qué tengo tan mala suerte?, ¿por qué no puedo tenerte entre mis brazos?, ¿por qué estos ideales se interponen entre nosotros? —Carlos también lloró, para Wendy, ver a Carlos derramar lágrimas era algo inaudito, siempre fue un tipo duro que nunca mostraba sus emociones a nadie. Pero ahí estaba él, llorando por milésima ocasión frente a ella, incapaz de controlar su propia depresión.

    —Por Dios, deja de llorar o yo tampoco podré parar. Carlos, ay… Cuando te veo así, empiezo a creer que la secta tiene razón, el mundo es injusto y triste, pero no voy a volver. Me niego a seguir matando personas, quiero creer que hay un valor que merece la pena ser salvado. —Wendy hablaba con la voz ronca y cubierta en llanto también, las dos almas se estaban destruyendo mutuamente por la incapacidad de profesar su amor. Pero la chica se mantuvo firme a sus convicciones, en ningún momento los deseos de ser feliz se interpusieron en aquella muralla de acero que levantó para no caer en la tentación.

    —¿Algo de valor?, de nada servirá salvar cosas que pueden no existir, no obstante, respeto tu punto, Wendy. Nunca cedes ante las palabras de nadie y tampoco dejas que impongan opiniones sobre ti, supongo que amo esa parte tuya. La siempre indomable Wendy, así te decían cuando entrenábamos juntos, pero en el fondo eres demasiado buena, todo un ángel que se niega a cometer atrocidades por amor a la humanidad. ¿Cómo puedes tener tanto amor?, ¿cómo puedes ser tan gentil si viste el caos en persona?, no lo entiendo, Wendy, tú mereces la felicidad más que nadie.

    —Eso es fácil, porque te amo a ti. —En ese momento, los orbes del muchacho se abrieron en par, su expresión lo decía todo, era una mezcla de sorpresa y tristeza muy difícil de identificar —. El amor existe, Carlos, aún si yo no puedo ser feliz, otras personas lo serán, este sentimiento hermoso que se me ha negado todavía puedo concederlo para los demás. Por eso me convertí en una Maho Shoujo, quiero pelear contra la adversidad, dar esperanza y brindar amor para los necesitados, ese es mi sueño, mi meta y mi ideal. Puedo ser fuerte porque te amo, el hecho de sentir aquella emoción tan hermosa me da fuerzas para seguir adelante. Sin importar el dolor, la tristeza y las penumbras de no poder estar contigo yo no me rendiré, soy como un fénix que reencarna desde las cenizas, una existencia poderosa que brinda su calor a los que tienen frío. Pero en la secta yo no podría ser así, necesito ser libre, volar por el cielo sin ninguna cadena que me ate. —Wendy dejó de llorar y en su lugar mostró una sonrisa radiante como el fuego, Carlos quedó tan maravillado por esa expresión que su llanto también se detuvo.

    El tiempo parecía haberse congelado, los dos continuaron mirándose sin decirse nada más, en ese momento el crepúsculo llegó y poco a poco el sol empezó a esconderse en el horizonte. Sin embargo, la chica no dejaba de brillar, aquella deslumbrante sonrisa brindó a Carlos el calor que necesitaba para superar su depresión anterior.

    —No apruebo tu ideología, pero al verte sonreír así me dan muchas ganas de desearte suerte, Wendy, espero de todo corazón que puedas salvar algo de valor en este mundo podrido. Yo me esforzaré también para cambiarlo y así crear un lugar donde personas como tú no tengan que sacrificarse.

    —Lo haré, voy a salvar algo de valor y verás que mi ideología no está equivocada, Carlos. El mundo es lo bastante hermoso para luchar por él.

    —Cuídate, Wendy, hasta que nos volvamos a encontrar. —Carlos suspiró aliviado, el chico no podía limpiarse sus lágrimas por el dolor de sus brazos, la jovencita notó aquel detalle y sin previo aviso se acercó.

    —Tú también, cuídate. —Wendy limpió las lágrimas de Carlos con su mano izquierda, gesto que provocó una ligera sonrisa en los labios del peleador marcial.

    La pareja tomó caminos diferentes, pero a diferencia de su último encuentro por fin lograron entenderse. Carlos ya no veía la meta de Wendy como una estupidez sin sentido y ella, por otro lado, comprendió por qué Carlos continuaba dentro de la secta. Ambos puntos de vista eran válidos y no valía la pena iniciar una discusión al respecto.

    Simplemente continuaron viviendo de acuerdo a sus convicciones y sin mirar atrás, pues solo así el dolor que ambos cargaban habrá valido la pena.

    Fin de la historia 37

    Es todo por el momento, ya vamos descubriendo secretos y la trama escolar está por terminar, disfruten los últimos arcos argumentales antes del climax.
     
    • Me gusta Me gusta x 3
  4.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Honestamente, pensé que este episodio sería uno más triste. A la final fue un poquito triste al final, y romántico a su manera, claro. Pero te ha quedado muy bueno, mi pana xD. Me pregunto qué más seguirá...

    Las estrategias de pelea de Carlos fallaron gracias a los esfuerzos de Wendy, más que nada. Vaya ironía... pero también es bonito que Pablín fuese convencido para no herir de muerte al experto en Chi y que tanto Carlos como Wendy entendiesen mejor los ideales del otro. Nada mal, la verdad...

    No tengo más qué decir. Espero que al menos retomes la historia de Rosita :V

    Ah, antes de que lo olvide... me gustan la referencias que haces al universo de Flores, al poner "en otro universo hubieran sido amigos" y cosas así xD. Sabes cómo manejar tus universos :P. DC debería aprender xD
     
  5.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    3455
    Y con esto poco a poco la trama va llegando a su climax final. Disfruten el capítulo.



    Historia 38: Quiero estar contigo


    ¿Qué significaba realmente la vida escolar?


    Esmeralda se vio a sí misma en el espejo mientras la misma pregunta resonaba en su interior, habían pasado ya muchos meses desde que inició el año final y como toda aventura, eventualmente debía llegar a su fin. Faltaban menos de dos semanas para la gran ceremonia de graduación, los alumnos estaban emocionados, pero a la vez nostálgicos por todos los recuerdos que juntaron durante su estancia en la preparatoria.


    El club de karate no era la excepción, ya no entrenaban con la misma intensidad que en los primeros días, a veces solo hacían ejercicios de calentamiento y el resto de las clases nada más hablaban del pasado o de sus planes para el futuro. Ryo se sintió un poco triste por la separación, aun así, el chico mantenía una actitud positiva frente a sus amigos.


    Pero por dentro, su corazón poco a poco le dolía, el tener que separarse de su preciado grupo de amigos era deprimente. Más para él, un extranjero que no conocía a nadie y en pocos meses, logró formar vínculos firmes con personas diferentes a él.


    —Es todo por hoy chicos, por cierto, ¿alguno de ustedes irá al baile de graduación? —preguntó Ryo.


    —Yo no iré, no tengo pareja y además seguro me fastidiarán las chicas. —Gracia fue la primera en negar su asistencia, la chica prefería salir de viaje o leer un libro que pasar el tiempo rodeada de música y personas. No es que fuese asocial ni nada por el estilo, sencillamente prefería las veladas más privadas.


    —Yo sí iré, soy el presidente del consejo estudiantil y debo supervisar todo. Ya saben, los invitados, la comida y demás papeleo. No es que vaya a divertirme. —Rance por otro lado no tenía tiempo de vagar, el club de karate resultó ser su única distracción en una vida repleta de responsabilidades, escolares y sobrenaturales.


    El muchacho de pelo blanco era un mercenario poderoso, alguien que luchaba por dinero y no por sus ideales. Haber encontrado amigos en la escuela fue una grata sorpresa para él, pues podía divertirse, sonreír y pasar el rato con ellos, lo más parecido a una vida normal que él jamás podrá alcanzar. Pero al graduarse todo terminaría, el chico continuaría su vida de hechicero renegado al mayor postor, ya que no le interesaba estudiar más y sus amigos tampoco podían estar con él para siempre.


    Nada podía permanecer igual, ni las personas, ni los lugares, todo eventualmente cambiaba con el compás del viento.


    —Comprendo, debe ser pesado administrar el evento, ¿Esmeralda, Pablo, ustedes irán? —volvió a preguntar Ryo.


    —No lo sabemos. —Esmeralda respondió un poco apenada, a decir verdad, nada la haría más feliz que salir con Pablo Casanova en el baile de graduación.


    —E-Eso, no lo sabemos. —Pablo Casanova ya estaba pensando como invitarla al baile, ¡era su deber después de todo!, los demás miembros del club sabían perfectamente que iban a ir juntos, cualquiera con sentido común podría deducirlo.


    —¿Y tú, Ryo? —cuestionó Esmeralda.


    —Yo no iré, ya tengo una cita con alguien más.


    Nadie sabía de la relación del japonés con Emily, salvo Esmeralda, la jovencita inclinó un poco su mirada al recordar la forma en que deseó verlos fracasar. Ryo sonrió amablemente ante la pregunta de su amiga, en ningún momento imaginó que la inocente Esmeralda pudiese desear algo tan horrible. Pero aquello quedó en el pasado, gracias a Ryo, nuestra protagonista abandonó su manera generosa de pensar y vivió de acuerdo al auto placer, es decir, luchar para sí misma, llenar su propio ego y abandonar la estúpida idea de ser una elegida o algo así.


    Tras platicar un poco y guardar los instrumentos del entrenamiento, el club se retiró a sus respectivos hogares.


    —Gracia, me acordé que debo dejar unos papeles, ¿me acompañas? —Wendy mintió descaradamente, de hecho, solo quería dejar a la parejita (Esmeralda/Pablo) junta.


    —Oh, es cierto, ¡yo voy contigo! —exclamó con un tono bien fingido.


    —Al menos esfuércense en mentir —comentó Rance, con una gotita estilo anime detrás de su cabeza. Luego de comentar aquello, el muchacho se retiró a la sala del consejo estudiantil.


    —¡Nos vemos luego! —Ryo ni siquiera se molestó en disimular, su rostro básicamente decía: Ya invítense al baile, carajo.


    —E-E-Eh, bueno, v-vamos a casa —susurró Esmeralda.


    Con sus demás amigos realizando otras actividades, la pareja no oficial abandonó los terrenos escolares a paso lento. Los automóviles circulaban lentamente por las concurridas avenidas, lo mismo ocurría con los peatones, cuyos pasos iban ligeramente más rápidos de lo normal. Situación obvia, pues muchos trabajadores y asalariados salían de sus respectivos empleos para comer o irse a casa.


    La típica escena vespertina que se veía todo el tiempo.


    —Lo que dijo Ryo fue interesante, e-eh, ah… Esmeralda, ¿quieres ir a comer conmigo? —En realidad, Pablo deseaba decir: ¿Quieres ir conmigo al baile?, pero en el último momento se arrepintió y terminó por cambiar las últimas palabras.


    —Sí, total, me estoy muriendo de hambre, vamos. —Esmeralda ya no era tan densa como antes, ella supo rápidamente que Pablo tartamudeó esa última frase y que su verdadero significado era el deseado. Probablemente Pablo se está esforzando pensó ella.


    Los dos llegaron a un pequeño puesto de comida económica, las sillas y mesas de plástico no daban una buena impresión a primera vista. Sin embargo, la señora que ahí cocinaba era muy meticulosa con la comida, además, ofrecía un servicio excelente y su personalidad gentil atraía a varias personas de bajos recursos.


    —¿Qué van a pedir, jóvenes? —Una empleada con uniforme escolar se acercó a tomarles la orden, la jovencita pertenecía a otra escuela cercana y al no tener club dedicó las primeras horas de su tarde al trabajo de medio tiempo.


    —Dos órdenes de carne, por favor. —Casanova devolvió los volantes a la empleada, posteriormente la chica hizo una educada reverencia y pasó el pedido a la cocinera principal. Mientras esperaban por la comida Esmeralda jugaba nerviosamente con su cabello, nunca la habían invitado a un baile y dentro de su mente imaginó distintos escenarios e incluso formulaba las respuestas afirmativas que le daría a Pablo.


    Definitivamente, ver muchos animes (animación japonesa) románticos le hizo tener un distorsionado sentido del romance.


    —Ya nos vamos a graduar, que rápido pasa el tiempo. —Pablo decidió soltar un tema recurrente para matar el hielo, no obstante, al pensarlo detenidamente se dio cuenta que acababa de iniciar una conversación profunda.


    —Es verdad, poco a poco nos estamos convirtiendo en adultos. Sin embargo, creo que debemos hacerlo con calma, yo no tengo ninguna prisa por crecer, Pablo, al contrario, quiero disfrutar estos días al máximo. Reír con mis amigos, hacer idioteces y buscar lo que me haga feliz, ¿no es ese nuestro deber como jóvenes?, luego ya no podremos hacerlo.


    —Oh, esa es una respuesta bastante madura. —Pablo no creyó que su amiga le dijese sus pensamientos de una forma tan elaborada, sin embargo, Esmeralda soltó una risita ligera.


    —Yo no creo que eso sea madurar, simplemente me di cuenta que eventualmente lo vamos a hacer. Nadie permanece igual para siempre, el flujo del tiempo no perdona a nadie, queramos o no, cambiaremos para afrontar la vida. —Esmeralda recordó sus inicios como chica mágica, en aquel entonces nunca se imaginó las consecuencias negativas que traería aquella decisión de seguir los pasos de Victoria.


    Aun así…


    Ella no se arrepentía de nada, a pesar de haber recorrido un camino doloroso y difícil, Esmeralda realmente estaba satisfecha con su vida.


    —Es cierto, a decir verdad hemos pasado por mucho en este último año. Jamás imaginé que tú fueras ya sabes quién —comentó Pablo.


    —Tú tardaste en averiguarlo, ni siquiera cambié mi voz, Wendy siempre se burlaba de eso.


    —Uh, si lo dices así me haces ver como el típico amigo ignorante de la identidad de la heroína.


    —¡Pero eso es lo que eras! —exclamó Esmeralda con una brillante sonrisa.


    La comida de los chicos llegó en cuestión de minutos, posteriormente, la pareja ingirió sus alimentos con normalidad. Nada extraño pasó en ese trayecto, Pablo Casanova no despegó sus ojos de Esmeralda, el muchacho notó como su preciada amiga comía de manera casi mal educada, quizá porque sentía mucha confianza alrededor suyo que los buenos modales no hacían falta.


    Cada gesto, palabra y reacción de la heroína le daba a Pablo gran alegría, sí, tras escuchar sus anteriores respuestas el joven llegó a una conclusión obvia: Esmeralda maduró. Pero no solo ella, los miembros del club estaban madurando y moviéndose hacia adelante, pues no podían ser los mismos de siempre.


    Rance dejó de ser tan avaro con el dinero, estar en el club le enseñó el valor de la amistad y la camaradería. Wendy comprendió mejor sus ideales y ahora estaba más dispuesta a ser una chica mágica que antes, Gracia dejó de ser una pobre indefensa, en su lugar, se convirtió en una gran persona, capaz de proteger a los demás y brindar alegría a los corazones ajenos.


    Ryo también cambió, ya no era una persona ignorante de su alrededor, ahora pensaba mejor las cosas antes de hablar y también ganó una buena percepción del mundo sobrenatural.


    Sí… Todos cambiaban…


    Yo también necesito mejorar” pensó Pablo.


    Luego de pagar la cuenta, Esmeralda y Casanova dejaron el restaurante rumbo a la gran intersección. Nuestra adorable protagonista ya estaba preparándose para la invitación al baile, a decir verdad, no podía contener la emoción que sentía, su estómago parecía un nido de mariposas monarcas volando de un lado a otro, no obstante, mantuvo la calma para no parecer una novata en temas escolares.


    Cuando llegaron, Pablo fijó su semblante en la casa de Esmeralda, aquella intersección había sido el lugar donde todo comenzó. Fue ahí donde iniciaron su amistad cercana luego del torneo de videojuegos, de igual forma, Pablo solía asomarse a la casa de su amiga antes de que fuesen más cercanos.


    —Sabes, siempre creí que esta intersección daba malas vibras, pero no es así, este podría ser considerado nuestro lugar, ¿recuerdas el torneo de videojuegos? —preguntó Pablo.


    —Sí, me ganaste y me diste los premios, aún lo recuerdo bien. Ese disfraz no me quedaba, ¡pero no podía evitarlo!, la gente se me iba a venir encima si revelaba mi identidad.


    —Eres toda una leyenda en el mundo de los videojuegos locales, la doncella de Juan Álvarez, o algo así. —Pablo nunca iba a esos eventos de niño, pero en internet leía las historias de los antiguos jugadores de la ciudad. Claro, aquella historia no era más que una exageración, pero en verdad su preciada compañera era muy hábil para los videojuegos. En cierto modo, no estaba equivocado.


    —Sí, así me decían, pero me da un poco de pena escucharlo ahora. Siento que aquellos tiempos son tan lejanos, pero a la vez no quiero dejarlos ir.


    —Pero no te mentiré, la sonrisa que me diste bajo el atardecer fue hermosa, creí que estaba viendo un ángel cuando la vi. —Pablo cerró sus ojos y recordó la escena vespertina, el semblante de Esmeralda en ese instante fue precioso, un recuerdo digno de enmarcar con todo el amor posible.


    —E-Eh, gracias, supongo —respondió, totalmente sonrojada.


    —Esmeralda, yo…—Pablo por un momento se congeló, quería desviar el tema y decir cualquier pendejada posible, pero luego recordó los avances de sus amigos, todos maduraron en cierto sentido y él no podía quedarse atrás —. Quiero hablar contigo sobre algo importante, ¿puedo?


    —S-Sí, claro que puedes. —Esmeralda pensó que la iban a invitar al baile, por ende, aceptó sin dudar las palabras de Casanova.


    —Yo nací solo y estuve solo todo el tiempo, la verdad creí que el mundo no valía la pena. Me encerré dentro de una burbuja para no salir herido, cuando un rayo de esperanza tocó mi puerta traté de integrarme a la sociedad como todos los demás, pero fallé, ese rayo desapareció de una forma injusta y luego, simplemente vagué por la oscuridad. Conocí a un paladín llamado Silver y me entrenó en las artes del combate, eso fue una buena distracción para olvidar el dolor de mi corazón, incluso usé una excusa cliché, la venganza, con tal de darle sentido a mi vida. Pero conforme pasó el tiempo, me di cuenta que ni siquiera valía la pena ser un vengador. Odio a Gilberto, pero no quiero pasarme la vida entera persiguiéndolo para matarlo, no tiene sentido. —Pablo Casanova soltó un suspiro pesado, Esmeralda se quedó callada, sabía que esas palabras no tenían nada que ver con el baile, no obstante, deseaba seguir escuchando al pelirrojo desde lo más profundo de su corazón —. Y luego te conocí a ti, ¿recuerdas al primer rayo de esperanza qué tuve?, fue tu madre, Magical Victory, ella me cuidó un tiempo y me dio dulces, por eso me sorprendí cuando supe que eras su hija. No es ninguna coincidencia, Esmeralda.


    —Espera, ¿conociste a mi madre? —cuestionó Esmeralda, un tanto sorprendida por aquella declaración.


    —Sí, nunca supe su identidad hasta hace poco, pero a la heroína Magical Victory sí la conocí. Me dijo que era especial y debía alegrarme, por unos días compró dulces para mí, fue la primera vez que alguien me prestó atención, tenía doce años apenas. Sin embargo, cuando falleció creí que estaba maldito, pasaron los años y creí que estaría solo para siempre, de hecho, llegué a tomarlo como algo bueno. Si estaba solo no tendría por qué sufrir nunca más, tomé la soledad como sinónimo de fortaleza y seguí adelante, enfrentando cada problema con todo mi poder. Pero no podía engañarme más tiempo, dentro de mí sabía que solo estaba mintiéndome descaradamente, en verdad quería ser feliz, deseaba tener gente a quien cuidar y obviamente, ser protegido. Entonces, llegaste tú. —Pablo se sonrojó muchísimo cuando llegó a esa parte, detenerse ahí sería un error, por lo consiguiente continuó su discurso —. Llegabas con una sonrisa tan radiante y un semblante repleto de esperanza, al principio creí que me tenías lástima, que eras amable con todos y por ende, debías serlo conmigo. Pero luego nos acercamos más y más, hasta el punto de querer estar contigo, después nos unimos al club de karate y muchas cosas pasaron. L-Lo que quiero decir, es que… Gracias a ti encontré la vida escolar que tanto buscaba, aun si terminará pronto, yo realmente estoy agradecido, Esmeralda, eres alguien muy especial para mí.


    —Sí, tú también me has ayudado mucho, Pablo, estoy muy feliz de haberte conocido.


    —Y-Yo, aún no termino… —susurró Pablo —. Lo que realmente quiero decirte, Esmeralda… Lo que verdaderamente siento por ti… Y-Yo, y-yo… —Pablo no pudo soportarlo más, el muchacho tomó de las manos a su preciada compañera y sin pensarlo dos veces empezó a llorar. Su rostro se llenó de lágrimas confusas, al punto de hacerle parecer alguien totalmente diferente —. Me gustas mucho, Esmeralda… —Finalmente lo dijo, luego de pensarlo mucho tiempo y no poder encontrar una respuesta a sus propios sentimientos, Pablo Casanova se armó de valor y declaró su amor hacia Esmeralda.


    Su rostro enrojecido por las lágrimas y la vergüenza lucía adorable, de hecho, costaba creer que aquel chico inocente y gentil era la misma persona que asesinó al nigromante tiempo atrás.


    —E-Eh… —Nuestra adorable protagonista quería gritar que sí, abrazarlo y darle todo su cariño, pero no pudo moverse, muchos sentimientos se acumularon en su corazón que le fue complicado asimilar la noticia. No era digna de su amor, Esmeralda sabía que solo traería problemas, dolor y confusión al chico.


    Sí, la respuesta ideal era rechazarlo, seguir siendo amigos para centrarse en su misión de ser una chica mágica, de igual modo, lo mejor para Casanova Pablo era mantenerse alejado de Esmeralda, al menos en el plano sentimental. Estar juntos podía considerarse como la peor elección posible. Un mal presentimiento llegó a la cabeza de la jovencita, de aceptar la confesión podía sentir un panorama terrible, incluso trágico.


    La derrota contra Gilberto seguía viva en los recuerdos del pelirrojo, tener una atadura mucho más fuerte al mundo podría ser contraproducente y llevar a Pablo a tener que tomar decisiones horrendas. Esmeralda estaba consciente de ello, en pocas palabras: La vida de Pablo Casanova corría el riesgo de arruinarse, aceptar sus sentimientos le haría feliz, pero dejaría a Pablo en una futura encrucijada que Esmeralda eventualmente comprendería.


    “No merezco ser su novia, tampoco estar junto a él, si estamos juntos, solamente causaré problemas”, pensó Esmeralda, la jovencita ya estaba preparándose para rechazarlo cuando recordó aquella cita…


    Ver a Emily comerse su discurso de heroína para ser feliz junto a Ryo fue la gota que derramó el vaso, ellos no merecían estar juntos, el simple hecho que una asesina vengadora pudiese sonreír con tanta naturalidad era una injusticia hacia aquellos que murieron bajo su filo. Fuesen o no malvados, arrebatar la vida de una persona te convertía en asesino y por ende, merecía ser castigada.


    No obstante, Emily no sufrió ninguna consecuencia por sus acciones, la joven seguía viviendo en paz junto a su preciado Ryo, entonces, si una absurda hipócrita como ella podía ser feliz, ¿por qué Esmeralda no?


    Aun si causaba dolor a los demás, si arruinaba la vida de Pablo, la suya o la de alguien más, a Esmeralda dejó de importarle su estúpido código de honor. En vez de ello, cerró sus ojos y se arrojó directo al placer.


    —Sí, quiero ser tu novia, Pablo. —La respuesta de Esmeralda fue firme, no había dudas ni tampoco temor en sus palabras, en seguida la chica le dio un abrazo mientras su rostro se sonrojaba cada vez más.


    —¿Lo dices en serio?, y-yo no sé qué decir. —Pablito en cambio se mostró sorprendido, al parecer ya iba preparado para ser rechazado.


    —Sí, lo digo en serio, Pablo, quiero ser tu novia y estar contigo. Tú también me gustas muchísimo, ¡nunca mentiría!, sé que no estoy haciendo lo correcto, pero por un momento quiero escuchar a mi corazón y no al mundo. —Esmeralda soltó un poco al chico para mirarlo de frente a los ojos, Esmeralda no lloraba, al contrario, sonreía con tanta emoción que las lágrimas del muchacho fueron desapareciendo poco a poco —. Así que no llores más, venga, sonríe conmigo.


    —S-Sí, es que sigue siendo sorpresivo que aceptaras mi declaración, tú eres una chica grandiosa y jamás pensé que te enamorarías de un ser tan bajo como yo.


    —No digas eso, Pablo, tú eres maravilloso y honesto, además, no soy tan perfecta como dices. Tengo deseos egoístas, me gusta llenar mi ego con la fe de los demás y en cierto modo, me doy asco. Pero aquí estoy, parada frente a ti en el día más feliz de mi vida. No somos perfectos, pero no tenemos por qué serlo, con poder expresar mi amor por ti me es suficiente, creo que no necesito ningún código de honor o la aprobación de los demás para poder amarte. —El tono de Esmeralda fue suavizándose cada vez más, Pablo en verdad creyó que hablaba con un ángel, alguien divino capaz de perdonar todos sus pecados.


    —Es verdad, no necesitamos ser perfectos, Esmeralda, solo me basta estar contigo para ser feliz. E-Entonces, ¿somos novios de ahora en adelante? —preguntó Pablo, totalmente sonrojado por la ocasión. Su nueva noviecita sufrió un rubor gigantesco también, al parecer, a ella por fin le cayó el veinte de su nueva relación, por así decirlo.


    —S-Sí, lo somos —respondió Esmeralda, tartamudeando por el nerviosismo, ¿a dónde se fue toda la seguridad y profundidad de hace un momento?


    —Entonces, supongo que iremos al baile, juntos, ¿verdad?


    —Naturalmente —contestó Esmeralda, tras verse por un momento los dos soltaron una pequeña carcajada. Parecía mentira que hace pocos segundos aún eran amigos y charlaban con tanta profundidad que podría considerarse como una clase de filosofía.


    —Muy bien, d-de ahora en adelante, seremos novios, ¡me esforzaré mucho para hacerte feliz, Esmeralda! —Pablo Casanova sonrió bajo el atardecer, por primera vez en su vida experimentó el romance y no hacía falta decir que lo hizo verdaderamente feliz.


    —Yo también me esforzaré, Pablo, cuidémonos mutuamente, ¿vale?


    Fue así como Esmeralda y Pablo iniciaron su noviazgo, fue una declaración inesperada, poco planeada y hasta inocente. Pero no había otra palabra para describir su relación, los dos pasaron por muchas cosas dolorosas, vivieron experiencias terribles, pero también pudieron conocerse mejor y finalmente, luego de atravesar distintas circunstancias, los dos protagonistas por fin lograron llegar a un acuerdo con sus sentimientos.


    Fin de la historia 38

    ¿Qué les pareció el capítulo? :333 habrá más pronto, ya urge acabar la trama de una forma pro.
     
    • Adorable Adorable x 2
  6.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Aaaawww... un pequeño "puente" romántico (me niego rotundamente a usar la palabra "relleno" solo porque no hay escenas de peleas o de cosas ultra importantes). Es adorable todo. ¿On-ta ese maldito sello? :'V... *3 segundos después* oh, ya lo encontré xD

    Bueno, Esme aún debe aprender que la vida no siempre es justa... si bien Emily sí que cometió asesinatos bajo su fachada de Magical Blade (a quien no hemos visto de nuevo desde hace mucho, salvo aquella ejecución del ladronzuelo xD), pues para mí cuando menos sigue siendo algo como matar a unos cuantos insectos. Sí, sonaré algo cruel, pero todo el tiempo estuve de acuerdo con la visión de la ahora noviecita de Ryo de chingarse a todos los malhechores... pero igual me alegro de que no se hubiese enfrentado a Gilberto por motivos obvios o_oU. Después de todo... no son más que escoria y me vale madre si tienen familia o algo así, porque es a lo que te arriesgas por no buscar un trabajo honesto en primer lugar... a pesar de todo, creo que si la policía fuese la que cometiese brutalidad excesiva, Magical Blade es capaz de verlos a ellos como la verdadera escoria y se los chingaría en cuestión de segundos... aunque claro, eso ya dependerá de su capacidad de discernir entre buenos policías y los malos.

    Okey, ya me expandí demasiado en eso de Emily... me gustó la mención de que Pablo conoció a la mamá de Esme tiempo atrás y también de que fue entrenado por Silver el paladín, pero decidió no seguir el camino de la venganza que éste tenía... y no, no es necesario que Pablín persiga a Gilberto, después de todo, si cada cierto tiempo viene a joder por que sí xP... algún día, Pablo será tan fuerte como para deshacerse de él. Confío en Pablín. Punto.

    Y también espero que esos dos disfruten su noviazgo sin preocuparse por "oh, arruinaré la vida de mi amad@ si lo mantengo cerca mío..." ¡Pamplinas! ¡Es una estupidez pasársela pensando eso! Bueno, ya aprenderán, supongo... Es MENESTER que Esme deje de sentir tanta "envidia" (?) por Emily... repito: La vida no siempre es justa. Aunque si ella creyese en el concepto del Karma, seguro sabrá que las generaciones posteriores serán las que carguen con el peso de la sangre derramada por Magical Blade...

    En fin, ya me volví a desviar... en lo técnico no detecté nada erróneo por el estilo. Quizás unos dedazos, pero no presté mayor atención a la orto-grafía, jeje n_nU. Solo quería disfrutar una lectura ligera.

    Nos vemos en otra xP
     
  7.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    6094
    Traigo un capítulo nuevo, este es el final del arco escolar, espero lo disfruten.



    Historia 39: Graduación


    El salón que los estudiantes rentaron para su baile de graduación no era la gran cosa, no obstante, la decoración efectuada por el consejo estudiantil dio un aire de grandeza y solemnidad. Alrededor de las paredes yacían globos dorados con el símbolo de la escuela, sobre los costados se acomodaron varias mesas redondas con sillas rodeándolos como guardaespaldas. La comida se encontraba en una mesa más grande, cercana a la pista de baile.


    La música sonaba muy fuerte al principio, canciones felices, repletas de risas y bailes alocados, los alumnos que bailaron al inicio lo hicieron despreocupadamente. Todos daban carcajadas, memorias bonitas e intensidad, después de todo, era la última vez que podrían disfrutar como alumnos de esa institución.


    Entre ellos estaban Pablo y Esmeralda, los dos fueron de los últimos en llegar y al no ser demasiado populares ni siquiera llamaron la atención. Casanova vestía una camisa negra y un pantalón de mezclilla gris, no era una fiesta formal de traje y corbata, por ende, el venir con ropa demasiado elegante podría ser tomado como fuera de lugar. Ya se vestirían bien para la ceremonia.


    —Nunca me gustó usar camisas con cuello —comentó Pablo.


    —Te queda bien. —Esmeralda por su parte vestía una blusa café con adornos florales en la parte del pecho, también portaba una falda rosada que pasaba dos centímetros sus rodillas. Lucía hermosa, pero un tanto anticuada, pues era de las pocas chicas que decidió llevar faldas y no pantalones de mezclilla.


    —Tú igual luces muy bonita, definitivamente el usar vestidos es lo tuyo. —Pablo halagó la vestimenta de su nueva novia, incluso un torpe como él podía hacer cumplidos básicos a una chica.


    —Gracias, a decir verdad, odio usar pantalones, son apretados y no me siento nada cómoda con ellos. A veces pienso que nací en el siglo equivocado, luego recuerdo que amo los videojuegos y se me quita. —Una broma inocente para calmar el ambiente, tras platicar un poco la pareja decidió sentarse en un rincón del salón, cerca de una mesa con botanas y otros inadaptados sociales que miraban sus teléfonos o simplemente platicaban entre ellos.


    Nuestra dulce pareja nunca resaltó ni tampoco formó parte de grupos relevantes, por ende, no le dieron demasiada importancia a los populares de su generación.


    —Es hora de hacer lo que mejor sé hacer en una fiesta, Pablo. —Esmeralda rápidamente trajo consigo un enorme plato de salchichas, jamón, quesillo y trozos de carne, posteriormente tomó un palillo y empezó a comer sin reparo alguno.


    —Sabía qué harías algo así —bromeó Pablo, en seguida el chico también ingirió algunos bocadillos para que su novia no fuese confundida con una glotona (que en verdad lo era).


    —¿A poco no se viene a eso?, ¡comida gratis! —volvió a exclamar.


    —Te invitaría a la pista de baile, pero seguramente acabaré pisoteándote.


    —Oye, suena divertido, ¿por qué no probamos?, total, no están bailando ninguna balada.


    —Eh, p-pero soy pésimo en ello. —Pablo no mentía, nunca había bailado y de empezar ahora probablemente lo haría peor que un chimpancé.


    —¿Y eso qué?, esto no es ninguna competencia, solo debemos hacerlo y ya. —La sonrisa de Esmeralda fue suficiente para convencerlo, Pablo se levantó de su silla y caminó directo a la pista junto a su pareja.


    Lo que pasó después fue graciosísimo, Casanova no sabía qué hacer, así que simplemente movió su cuerpo instintivamente. Esmeralda tampoco tenía ni la más remota idea de cómo bailar, por lo tanto, ambos hicieron el ridículo ante la mirada ajena de toda su generación. No obstante, los dos se veían tan felices que nadie se atrevió a decirles nada, Pablo Casanova llegó a carcajearse de lo torpe que era Esmeralda para bailar y ella le devolvió el favor haciendo lo mismo. En verdad lucían como una pareja feliz.


    Esmeralda tenía dos pies izquierdos, aquellos movimientos tan bizarros no merecían ser llamados baile, fue tanta su torpeza que en un intento por dar un saltito acabó por tropezarse.


    —¡Ay! —exclamó, la chica cerró los ojos esperando un buen trancazo, sin embargo, el impacto nunca vino.


    —¿Estás bien? —Pablo Casanova aprovechó sus reflejos casi sobrehumanos para sostenerla de las caderas, quedando así en una posición bastante comprometedora. Como aquella fotografía de la enfermera siendo besada tras el final de la segunda guerra mundial solo que sin el beso, obviamente.


    —E-Eh, sí, gracias por sostenerme, ¿y si mejor volvemos a comer bocadillos? —Esmeralda se sonrojó un poco por la escenita que hicieron, para ese momento el resto de las parejas ya los estaba ignorando, pues ellos también vinieron a pasar un buen rato.


    —Sí, tanto baile me volvió a dar hambre. —Pablo soltó a su chica sin dejarla caer, como todo buen caballero, de inmediato los dos retomaron su asalto a los platos de bocadillos.


    Esmeralda se estaba divirtiendo, nunca creyó pasarla bien en un evento social tan repleto de gente. A pesar de su timidez natural hacia los extraños pudo desenvolverse bien en la pista de baile (al menos en actitud), tampoco le molestaron las miradas hostiles que Pablo y ella recibieron, ya que la reputación del pelirrojo era asquerosa.


    De hecho, el mismo grupo de chicas que la interrogó la vez anterior volvió a dirigirse a la pareja. Esmeralda rápidamente las reconoció, pues por culpa de ellas Pablo pasó un momento negativo y peor aún, puso en juego su amistad.


    —Oh, ¿no es la bonita Esmeralda?, ¿por qué estás bailando con ese tipo? —preguntó la líder de las arpías. Pablo inclinó un poco su cabeza para no tener que verle a los ojos. Era obvio que al muchacho le afectaban esos insultos, de ser un chico fácilmente podría iniciar una pelea física y demostrar su poder.


    Pero ante una mujer no podía actuar tan fácilmente, entrar en una guerra verbal no le convenía, pues esas chicas no solamente eran malvadas, también listas. Si debatían había muchas posibilidades de perder y arruinar todavía más su reputación.


    —Sí, Pablo Casanova es de lo peor, solo un tipo que se cree la gran cosa pero no es más que una basura. ¿O me equivoco?, ¿qué cosas buenas hiciste aquí, Pablo?, me sorprende que te atrevas a jodernos el baile. —Otra de las chicas intervino, Esmeralda se molestó mucho, la estaban pasando genial y de la nada, sus peores enemigas escolares aparecieron. La tercera de las arpías no habló, simplemente mantuvo su semblante fulminante sobre Casanova.


    —No tengo nada que discutir con ustedes. —Pablo intentó cortar la conversación e irse a otro lado, sin embargo, la arpía silenciosa negó con su cabeza.


    —Claro que tenemos cosas que tratar contigo, vamos, defiéndete a ti mismo, ¿o eres tan mierda qué aceptas todas nuestras palabras?, de ser así, el nombre de Pablo Casanova será sinónimo de basura. —Aquellas palabras fueron demasiado, incluso la mente fuerte del pelirrojo se vio forzada a morder el anzuelo.


    —Ustedes sí que son molestas, ¿tanto placer tienen por molestar a otros?, ¿en verdad están desesperadas por atención? —Pablo cometió un error, desafiar a tres mujeres agresivas sin estar preparado. Esmeralda quiso detenerlo, pero ya no había marcha atrás.


    —Sí, tenemos placer por joder a escorias como tú, ¿no es lo normal?, cuando atrapan a un ladrón y lo suben por las redes sociales la mayoría de comentarios son: Que se joda, a la mierda, mátenlo y demás. Los humanos tenemos placer por molestar a los que retrasan nuestra especie.


    —Pablo Casanova, en realidad no has hecho nada productivo, solo causas problemas al pelearte con los demás porque no comparten tu punto de vista. Seré sincera, gente como tú es la que provoca guerras, malos entendidos y peor aún, descontento social. —La segunda arpía fue más calmada con sus argumentos, a decir verdad, ella era la más coherente de las tres, pero la primera tenía una lengua venenosa y la tercera en cambio prefería las indirectas.


    —Oh, pero en lugar de ignorarme y seguir sus vidas tienen que venir para acá. Estaba bailando bien hasta hace un momento, ¿por qué no dejan de molestarme ya?, nos graduaremos y nunca más tendré que ver sus feas caras. —Pablo Casanova estaba siendo superado, Esmeralda iba a intervenir, pero el chico negó con la cabeza.


    —Pero aún no nos graduamos, vamos a recopilar tus acciones, Pablo, entraste al club de karate gracias al guapo de Ryo, ¿y qué hiciste?, nada, veías casos de bullying y nunca moviste un puto dedo para hacer algo. Oh, pero cuando te buscaban pleito bien que lo aceptabas, alguien que solo presume para intimidar no es diferente a un abusón.


    —Lo que ustedes hacen es acoso escolar, hablas de hipocresía pero eres muy buena ejerciéndola —contestó Pablo.


    —¿Y eso importa?, nunca hiciste nada bueno, nadie dijo nada de ti, solamente fuiste una peste durante estos tres años de preparatoria. Nosotras ganamos concursos, ayudamos a las personas que realmente merecen la pena, aquellos dispuestos a cooperar con la escuela, gente con futuro. ¿Tú qué más hiciste?, además de vagar como un imbécil egoísta. Nunca ayudaste a los proyectos, tampoco los maestros tienen referencias buenas de ti, ni siquiera tus notas altas de ayudaron a sobresalir. ¿No es triste?, alguien que pasó más por pena que gloria.


    —Pero la cosa no acaba ahí, Pablo, tu mirada es la misma que la de Gilberto Casanova, el criminal, te jactas de no ser como él pero en realidad haces lo mismo. Manipulas a la gente para tu propio placer, lo hemos visto, incluso cuando te hiciste novio de Esmeralda todo fue para tu propio beneficio. Siento pena por ella, tener que ser el novio de un maldito psicópata que mataría para seguir sintiendo placer. —Aquella fue la gota que derramó el vaso, Pablo Casanova sintió como las palabras de la chica penetraban lo más profundo de su alma. En el fondo tenían razón.


    Pablo no dudaría en matar, de hecho, ya lo había hecho, mató a Vortex, el nigromante, a sangre fría para mantener la seguridad de Esmeralda. Era lo peor, una escoria que no merecía ser amada, Casanova lo sabía, aún si intentaba negarlo la realidad era más fuerte que su misma voluntad.


    De ahí en adelante ya no supo cómo defenderse…


    Las chicas lo habían derrotado en el debate, o al menos eso pensó.


    —Se equivocan en una cosa, compañeras. —Esmeralda por fin alzó la voz, ella no podía soportar como destruían la autoestima de su nuevo novio —. Pablo no está haciendo nada malo, él no tiene la obligación de ayudar a los demás, no es ningún héroe justiciero ni tampoco una autoridad legal, ¿por qué le recriminan todo esto?, si Pablo quiere actuar egoístamente para seguirme amando entonces lo aceptaré. Total, yo tampoco soy una santa, no puedo huir de mis errores y en vez de darles la espalda voy a corregirlos. —Esmeralda de la Luz tomó la mano del pelirrojo y luego le brindó una hermosa sonrisa —. Yo amo a Pablo, el resto me viene valiendo madres, así que dejen de estar jodiendo.


    —Hm, son tal para cual, pura escoria. —Sintiéndose derrotadas, las chicas se dieron la vuelta y volvieron a la pista de baile.


    —Yo… No sé qué decir… —susurró Pablo —. Lo que dicen ella es verdad.


    —¿Y eso qué?, no me importa, yo te amo a ti por lo que eres, sé que tienes defectos porque yo también los tengo. Ya lo habíamos discutido antes, no somos perfectos y tampoco debemos serlo, está bien si actuamos de forma egoísta, si hacemos cosas malas o les damos la espalda a las personas. Nadie nos puede recriminar, sé que actúo como una hipócrita porque soy una chica mágica, pero ya no me importa. Viviré como más me apetezca y buscaré mi propia felicidad, tú también deberías hacer lo mismo, Pablo, ser feliz.


    —Es cierto, nada nos debería importar si estamos juntos, ¿verdad? —Pablo Casanova no estaba consciente de lo venenosas que eran sus palabras, Esmeralda poco a poco alimentaba a un terrible monstruo sin darse cuenta. Claro, en ese momento no importaban las consecuencias a futuro, simplemente disfrutaron el dulce abrazo que se dieron mientras los demás hacían sus cosas.


    Nuestra protagonista por fin comprendió su valor como persona, anteriormente creía que solo Magical Luz valía algo, pues era ella quien hacía todas las cosas buenas. Siempre se ponía a sí misma como un personaje secundario, alguien incapaz de lograr sus metas o al menos, ser reconocida por los demás. Pero aquellos pensamientos desaparecieron, porque solamente “Esmeralda de la Luz” y no “Magical Luz” podría haber salvado a Pablo de la desesperación. Sí… Definitivamente no había ningún error, gracias a ella la vida del pelirrojo había sido salvada de un abismo terrible, llamado soledad, aún si el futuro era incierto y desalentador, ella quería seguir caminando hacia adelante.


    —Hey, Esmeralda… —susurró Casanova.


    —¿Qué pasa? —Y sin darle tiempo de continuar su frase, Pablo tomó la cabeza de su novia con suavidad, de inmediato juntó sus labios a los suyos, pactando así el primer beso de su vida y obviamente, de su relación.


    Nuestra adorable protagonista se sonrojó muchísimo, ya que fue tomada por sorpresa, sin embargo, cerró sus ojos lentamente para corresponder así la muestra de afecto con una hermosa sonrisa. Pero no podía pedir algo mejor, recibir su primer beso en el baile de graduación fue una linda experiencia que valía la pena contar a sus amigas.


    —Te amo…—susurró el pelirrojo.


    Con la discusión saldada y los ánimos más calmados, el baile escolar llegó a su fin.


    Los últimos días de clase pasaron volando, hubo despedidas, momentos tristes, recuerdos felices y demás asuntos típicos de una graduación. No obstante, todos los ciclos debían terminar tarde o temprano. Esmeralda alistó su uniforme escolar por última vez, la chica se vio a sí misma al espejo y reflexionó un poco acerca de sus vivencias como colegiala. Lucía bonita, incluso más que el primer día que ingresó a la preparatoria.


    Quizá un poco más desarrollada, bueno, un poco no, mucho, la Esmeralda que entró a la preparatoria no era la misma persona que la egresada. No obstante, lo que más cambió en ella (además de su físico) fue su semblante, ella carecía de dudas ahora y tenía una mentalidad firme. Atrás quedaron los días donde no se valoraba a sí misma como persona, no quería reconocerlo, pero al principio solo creyó que su versión heroica era lo mejor de ella.


    Afortunadamente estaba equivocada, Esmeralda por sí misma era una chica hermosa y nadie podía negarlo, ni siquiera sus enemigos más temibles.


    —Es hora de ir a la graduación. —La jovencita salió de su cuarto y caminó hacia la puerta principal, ahí se encontraba Víctor, su padre, con dos maletas gigantes acampadas a sus costados.


    —Buenos días, hija. —Víctor inclinó su mirada con tristeza, por primera vez en muchos meses los dos tuvieron una conversación. De hecho, no se hablaban desde el incidente con Gilberto Casanova —. Felicidades por tu graduación.


    —Gracias, papá, hoy me graduaré de la prepa —respondió Esmeralda, casi instintivamente.


    Víctor y Esmeralda tuvieron una relación fría, casi cadavérica durante siete años, desde la muerte de Victoria nada fue igual. Apenas intercambiaban palabras, Víctor no siempre llegaba a casa y Esmeralda tampoco se molestó en llamarlo. Aun así, el hombre nunca falló como padre, siempre traía dinero a la casa y la comida jamás faltó, no se le podía acusar de negligencia en ese sentido.


    —Sí, que felicidad, legalmente eres una adulta ahora, Esmeralda.


    —¿Para qué son las maletas?, supongo que no vendrás a mi ceremonia de graduación. —A Esmeralda le entristeció un poco dicho detalle, pero tampoco era para tanto, después de todo, ella no quería forzarlo a venir.


    —Me voy para siempre, Esmeralda, sé que sonará egoísta y absurdo de mi parte, pero ya no puedo vivir más contigo. Cada día en esta casa me sofoca, me recuerda al pasado, no puedo superar la muerte de tu madre, llevo intentándolo siete años y lo único que consigo es más desesperación. Te pareces mucho a ella, el solo pensar que eres un retrato viviente de mi esposa me vuelve loco, quería irme desde que murió, pero no podía dejarte sola. Sin embargo… Yo…—La voz de Víctor sonaba apagada, carente de energías y motivaciones, cualquiera podría confundirlo con una grabación o el simple eco de un fantasma.


    —¿Qué sucede? —susurró Esmeralda.


    —Yo creí que podríamos renovar nuestra relación, en verdad traté con todas mis fuerzas el ser un padre excelente para ti. Pero no pude, al final, soy un fracaso como esposo, como padre y como persona, tienes todo el derecho de tener vergüenza de mí. Nadie te juzgará mal, ni siquiera yo. Me iré de tu vida para siempre, probablemente esta será la última vez que hablemos tú y yo.


    —Entonces, ¿esta es nuestra despedida, papá? —cuestionó Esmeralda, contra todo pronóstico sus ojos no se empaparon de lágrimas y su voz sonaba tranquila, además, la jovencita dibujó una pequeña sonrisa que era difícil de interpretar.


    ¿Estaba feliz por no verlo nunca más?


    ¿Decepcionada por no renovar su relación?


    ¿Triste por este resultado?


    Al final, ni siquiera la misma Esmeralda pudo comprender el porqué de su sonrisa.


    —Eres una hija excelente, cualquier padre soñaría con poder criar a una joven como tú. En otras circunstancias, tal vez habríamos podido retomar nuestra relación. Me siento orgulloso de tus logros, tanto estudiantiles, como sobrenaturales. Eres Magical Luz, la chica mágica que brinda esperanza a esta ciudad, pero también eres Esmeralda, mi hija y el vivo reflejo de tu madre. Al final, tú también tomaste una decisión.


    —¿Y a dónde vas, papá?, ¿qué pasará con la casa y tu trabajo? —Esmeralda no tenía ganas de llorar, hacerlo resultaba innecesario. Su relación siempre fue así, fría, distante y nostálgica, como un enamorado hablándole al retrato de su esposa muerta.


    —El hijo de un amigo acaba de nacer y me pidió que sea su mentor de artes marciales. Ellos viven en las montañas, muy lejos, para ser preciso, en otro país que desconozco. Él me pagará mucho dinero, con eso podrás entrar a una universidad privada si quieres, o crear una empresa, no lo sé, yo no necesitaré dinero nunca más. Recibirás una suma considerable y luego pequeñas mesadas de vez en cuando, eres una mujer sabia, sabrás administrarlo bien. El dinero nunca te faltará, lo que hagas con todo ese efectivo será cuestión tuya. —Víctor tenía todas las bases cubiertas, al parecer, había planeado con antelación irse en el día de su graduación. A Esmeralda tampoco le sorprendió ese hecho, después de todo, su padre siempre fue un hombre meticuloso en ese aspecto.


    —Seguramente le darás un entrenamiento estricto. Yo estuve en el club de karate de la escuela y para ser solo una aficionada, debo decir que es un régimen bastante duro. Le deseo suerte al pequeño. —Esmeralda le regaló una sonrisa dulce a su padre, éste simplemente soltó un suspiro, en seguida, recogió sus maletas y se paró en el marco de la puerta.


    —El karate deportivo es una cosa, las artes marciales reales, son otra, en fin, debo irme ya, fue un placer haber sido tu padre…


    —Papá, hiciste suficiente, muchas gracias, no necesitas contenerte nunca más. —Esmeralda corrió hacia su padre y en lugar de golpearlo, maldecirlo o insultarlo por abandonarla, decidió abrazarlo —. Te esforzaste mucho por mí estos siete años, luchaste contra el dolor de tu corazón para sacarme adelante y además, me brindaste tu apoyo, aún si yo no pude entenderte. Es cierto, papá, somos diferentes y probablemente nunca nos podamos entender, pero eso no significa que te odie por tu decisión. No, ¿cómo podría odiar al hombre qué me dio la vida?, es absurdo, ¡jamás podría odiarte, papá!, si te vas, al menos ten la certeza de que tu hija te ama y mucho. Sí, ¡te amo, papá!, me hubiese gustado decírtelo más veces, expresar mi amor por ti. —Esmeralda le regaló a su padre una última sonrisa tan maravillosa, que los pintores del renacimiento habrían deseado reencarnar cientos de vidas solo para poder verla.


    Cuando Víctor fue testigo de ese hermoso hecho, también sonrió…


    Por primera vez en muchos años, una sonrisa se posó en sus labios.


    —Yo también te amo, hija, gracias por hacer de mi existencia algo útil. Estoy seguro que nos volveremos a ver en la otra vida. Y muchas gracias, por querer a este hombre muerto.


    Padre e hija terminaron de abrazarse, posteriormente, Víctor abandonó la casa con el recuerdo de su hija sonriéndole por última vez. Esmeralda lo vio partir sin ponerse triste, claro, le deprimía no volver a verlo nunca más, pero al mismo tiempo sintió como una carga gigante desaparecía de sus hombros. Los dos por fin demostraron su amor después de un largo tiempo y eso le bastaba, aún si no podía entenderlo o estar con él, Esmeralda sabía a la perfección que su padre la amaba.


    Con ello era suficiente, no había nada más que decir.


    Esa fue la última vez que Esmeralda de la Luz vio a su padre.


    Tras cerrar la puerta con llave y caminar unos cuantos pasos, nuestra heroína por fin se dirigió a la graduación. El camino fue tranquilo como de costumbre, pocos automóviles circulaban por las avenidas aledañas, lo mismo sucedía con los peatones. Si algo iba a extrañar Esmeralda de su caminata escolar era la tranquilidad del paisaje, durante otoño le gustaba recibir las suaves brisas que movían las hojas de los árboles de un lado a otro.


    —Me hubiese gustado caminar junto a Pablo por última vez, bueno, ya nos regresaremos juntos. —El pelirrojo se adelantó a la escuela porque tenía que ayudar a Ryo con unos últimos materiales del club, al ser los dos únicos chicos disponibles para la tarea tuvieron que llegar cuarenta minutos antes.


    —Creo que son todos los trozos de tatami. —Ryo acomodó el tatami plegable en una bolsa negra, Pablo hizo lo mismo con los equipamientos restantes. No tardaron más de cuarenta minutos en desmontar todo, sin embargo, decidieron hacerlo lentamente, pues tampoco deseaban estar a primera hora en el patio principal, lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia de graduación.


    —Supongo que esto es el final, Ryo, ¿volverás a Japón luego de graduarte, verdad? —cuestionó Pablo.


    —Sí, ya tengo unos planes por allá, pero extrañaré mucho mi visita a este país. Es tan diferente de casa, las personas son más felices, sonríen más y no se preocupan tanto por los detalles innecesarios. Sí, me voy muy conforme con México, la verdad. —La sociedad japonesa era más reservada, ellos solían guardarse los problemas para ellos mismos, considerando el éxito académico más importante que el bienestar personal. Ryo, cuya personalidad ligera lo hacía sentirse en calma, logró encontrar un ambiente fácil de sobrellevar y sin ningún tipo de prejuicio. Después de todo, en Japón no tenía las mismas libertades al momento de hablar con la gente.


    —Gracias por haberme ayudado con Esmeralda, p-por fin fuimos capaces de ser novios. —Pablo Casanova inclinó su cabeza como señal de respeto, Ryo en cambio negó repetidas veces y soltó una pequeña carcajada poco escandalosa.


    —No tienes que agradecerme, aún sin mi ayuda habrían sido pareja. Se notaba a kilómetros, solamente les di un empujón para aclarar sus sentimientos.


    —Aun así, ese pequeño empujón fue suficiente, algún día voy a compensarte ese favor.


    —Sí tú lo dices… Vamos, que ni siquiera los de mi país se toman tan en serio los favores, anda, tenemos que cambiarnos para la ceremonia de graduación. —Ryo cerró con llave el salón del club, terminando así con su responsabilidad de capitán y profesor de karate. A pesar de no participar en ningún evento o examen de nivelación, la pasaron bien.


    Gracias al club de karate, Ryo se sintió como en casa y Pablo pudo interactuar con otras personas, además, hizo amigos verdaderos y no los compañeros agresivos que lo fastidiaban en clase. Justo antes de entregar la llave con el profesor correspondiente, los dos chicos tomaron una fotografía del objeto para recordarlo en el futuro, una acción bastante estúpida, a decir verdad, pero tampoco les molestó ese último detalle.


    —Bueno, iré a cambiarme y reunirme con mi grupo para comenzar la ceremonia, te veré cuando terminen las formalidades —comentó Pablo.


    —De acuerdo, hablamos luego.


    Los desolados pasillos guardaban las memorias de los futuros graduados, dentro de esas paredes vivieron tres años maravillosos, una etapa que jamás volverá, pues ya era tiempo de seguir adelante y cosechar nuevos recuerdos. La preparatoria era, como su nombre lo decía, una preparación para el mundo adulto, no en el sentido académico, para eso estaba la universidad. Pero sí en el aspecto social, ya que ahí consiguieron sus primeros noviazgos, las primeras traiciones, comprendieron el verdadero valor de la amistad y también entendieron las injusticias del mundo.


    Sí…


    Definitivamente la preparatoria era una etapa única, un hermoso respiro antes de abandonar el nido y emprender vuelo hacia horizontes desconocidos.


    Esmeralda llegó al patio escolar y vio como los encargados de la dirección acomodaban las mesas y el estrado, aún no llegaban muchos alumnos, los pocos que ya estaban sentados venían acompañados por sus padres o hermanos. Este detalle no entristeció a nuestra protagonista, quizá porque había asimilado su relación desde hace tiempo, o simplemente le dejó de importar.


    —Pablo debe de estar ayudando a Ryo. —Esmeralda tomó asiento en una de las sillas de madera, no iban a usar togas ni birretes, simplemente iban en su uniforme escolar.


    El resto de la mañana transcurrió de forma agitada, los encargados instalaron el equipo de sonido, colocaron una mesa en el estrado y las personalidades invitadas poco a poco empezaron a formarse. Para ese momento ya habían llegado Gracia y Wendy, Rance todavía venía en camino.


    —¿Lista para la graduación? —Wendy tomó asiento detrás de Esmeralda, la chica lucía bien vestida y hasta maquillada, algo raro en ella.


    —Sí, ¿y ese milagro que vienes maquillada?, creí que eras de esas chicas rudas que nunca se maquillan.


    —Siempre hay una primera vez para todo, Esmeralda, ¿a poco no me veo genial? —Wendy en verdad lucía diferente, sus ojos resaltaban más por el brillo que se puso, además, el labial rojizo la hacía ver más adulta. Muchos chicos voltearon a verla, a pesar de ser una joven atractiva nunca llamó la atención de los muchachos por su mirada desgarbada y atuendos masculinos. Pero ahora era distinto, Wendy en verdad sacó a relucir todos sus encantos, ¡incluso se sentó cruzada de piernas!, algo que la vieja Wendy no hubiese hecho ni en sueños.


    —Luces bien, amiga, una lástima que te vuelvas popular justo en el último día —bromeó Esmeralda.


    —Ya sé, igual nunca me gustó ser popular, solamente hice esto para divertirme hoy. —Wendy volteó a ver al estrado y ahí vio a Rance sentado junto a uno de los profesores, como presidente del consejo estudiantil debía permanecer ahí para suceder su cargo al ganador de las elecciones pasadas. Era una tradición de la escuela, en la graduación, el presidente pasaba la banda de líder al sucesor y éste tomaba protesta, por así decirlo.


    —Chicas, ¿todo listo? —Pablo llegó ya arreglado a la ceremonia, el chico vestía su uniforme escolar de siempre, no venía peinado ni tampoco más atractivo de lo normal. De todos modos, Esmeralda sufrió un pequeño rubor en las mejillas, pues ella le apartó un lugar a lado de ella.


    —S-Sí, te estaba esperando. —Nuestra heroína le dio chance al pelirrojo de pasar hasta su asiento, posteriormente Gracia señaló al director de la escuela caminando hacia el estrado.


    —La ceremonia va a comenzar.


    El discurso inicial del director resaltó la importancia del bachillerato, además, recalcó algunas frases baratas de autores famosos nada más para rellenar el tiempo. A Esmeralda no le llamó mucho la atención, no obstante, la chica escuchó el sermón atentamente como cualquier buena estudiante lo haría, Pablo en cambio soltó un gran bostezo y se recargó sobre el hombro de su novia.


    —Despiértame cuando termine.


    Dicho gesto provocó en Esmeralda otro sonrojo, uno más grande que el anterior, aun así, no lo rechazó y en vez de ello acarició su cabeza un poco para hacerlo sentir mejor.


    ¿Cuántas veces deseó ella estar así?, con la persona que amaba y sin preocuparse de nada, salvo los deberes escolares. Esmeralda estaba tan metida en su mundo de fantasía que no escuchó cuando el director la llamó al estrado para darle un reconocimiento por su aprovechamiento escolar.


    —Pablo, tengo que ir al frente.


    —Ah, de acuerdo. —Casanova se levantó a duras penas de su hombro y dejó ir a Esmeralda.


    Su diploma tenías letras doradas la siguiente leyenda: “Primer lugar de aprovechamiento general, con un promedio de 10”, tantas horas de estudio y memorización dieron frutos. La chica recibió unos pocos aplausos por parte de la audiencia, la mayoría de ellos desinteresados o por educación. Solamente su grupo de amigos cercanos aplaudió fuerte o soltó gritos, bueno, solo Wendy lo hizo (gritar). Tras recoger su premio, Esmeralda dio un último vistazo a los graduados desde el estrado…


    Una pequeña sensación de nostalgia invadió su corazón, era la última vez que veía a su generación unida, aún si ella no fue una chica sociable y siempre permaneció callada, el hecho de avanzar a una nueva etapa la hacía sentir insegura.


    El resto de la ceremonia siguió con el protocolo correspondiente, cada alumno fue a recoger sus papeles, saludar a los profesores e invitados y regresar a sus asientos. Cuando todo acabó, el club de karate se reunió en el patio trasero de la escuela, un lugar ideal para tener su última reunión. Ryo llegó al último con un montón de regalos que sus compañeros le dieron, el que más resaltaba de todos era un collar hecho a mano que Patricia hizo para disculparse con él, luego del incidente de los recuerdos falsos.


    —Parece que estamos todos aquí —comentó Ryo.


    —Sí, se ve que te divertiste con los regalos. —Rance en cambio no recibió un regalo ni tampoco agradecimientos por parte del consejo estudiantil, no obstante, a él no le molestaba en lo absoluto. Nunca hizo nada digno de merecer un regalo, simplemente hizo su trabajo de manera eficiente y sin quejarse ni una sola vez, al menos así veía Rance las cosas.


    —Ya te regalaré algo yo, no te preocupes.


    —No necesito ningún regalo, Ryo, además, suenas como si me tuvieses lástima.


    —Vamos, aunque sea un chicle. —Ryo le dio unas palmaditas amistosas en la espalda y sonrió gustosamente. En verdad, el japonés se había acostumbrado a bromear con Rance y Casanova demasiado.


    —Si un chicle no es suficiente, ¿qué tal un ramo de flores? —cuestionó Pablo, obviamente en tono de broma.


    —Recibir un ramo de rosas de un tipo sería deprimente.


    —Ciertamente —respondieron los tres, al unísono.


    Y así, la reunión final del club dio comienzo. Wendy sacó su celular, de inmediato comenzó a tomar fotografías a lo idiota, por aquí, por allá, la rubia no se detenía ante nada para sacar las mejores fotos. Ryo posó haciendo las formas de karate al principio, pero luego ya hizo las típicas poses juveniles de los dedos al frente y la v de victoria.


    —A ver, una foto para los novios. —Rance y Ryo empujaron a Pablo junto a Esmeralda, luego el flash de la cámara los agarró con la guardia baja.


    —E-Eh, esa no vale, no estaba lista. —Se quejó Esmeralda, pero Wendy negó rápidamente con la cabeza.


    —¡Las fotos donde sales descuidada son geniales! —exclamó nuestra hiperactiva heroína.


    —A ver, déjenme les tomo una foto mejor, a mí se me da la fotografía. —Gracia acomodó bien el ángulo de la imagen y midió perfectamente las propiedades de la cámara profesional que estaba cargando. Esmeralda y Pablo entrelazaron sus dedos suavemente, al hacerlo, un pequeño rubor apareció en las mejillas de ambos. ¡Era la oportunidad perfecta para tomar una foto!, Gracia disparó el flash de la cámara y retrató aquel momento dulce de romance.


    —Oh, quedó bastante bien. —Rance halagó la imagen que su compañera logró captar, a diferencia de las fotos de Wendy, cuyo valor no pasaba de subir a las redes sociales, la imagen de Gracia captó los sentimientos de Esmeralda y Pablito, un romance adorable, inocente y con potencial de crecer hacia algo mucho más profundo.


    —Es verdad, ¡buen trabajo! —Esmeralda también felicitó a su amiga por la hazaña artística, tras comentar unos segundos la imagen, el grupo continuó celebrando su pequeña reunión final. Hablaron entre sí, recordaron los primeros entrenamientos y también almorzaron sándwiches de pollo, cortesía de la amable Gracia.


    A pesar de estar sonriendo y pasándola bien, cada miembro del club tenía un pequeño vacío en sus corazones. Ya no iban a poder reunirse de esa forma, las tardes amigables que llevaron por estos meses se convertirían en meros recuerdos de su etapa escolar. Esmeralda no pensaba en unirse a otro club así en la universidad, no tanto porque las artes marciales le recordaran a su padre, más bien, por la ausencia de sus mejores amigos ahí. A ella no le gustaban tanto como a Wendy, simplemente iba para divertirse con los demás y poder compartir algo en común.


    Sin sus preciados amigos, seguir entrenando le parecía irrelevante.


    Las últimas risas, los últimos chistes…


    El ocaso de sus vidas preparatorianas poco a poco llegaba.


    El club estuvo tan entretenido que no se dieron cuenta de la hora, ya eran pasadas las doce de la tarde y por ende, la escuela estaba a punto de cerrar. Nadie quería irse todavía, pero las reglas así lo dictaban, no obstante, segundos antes de partir, Ryo caminó unos pasos hacia el frente, luego volteó su rostro y miró a todos sus amigos.


    —Chicos, el club de karate queda oficialmente disuelto. Quiero agradecerles a todos por formar parte de mi vida, cuando vine a este país no sabía lo que iba a encontrarme. No les mentiré, tenía miedo, ustedes tienen una cultura tan diferente a la mía que por un momento pensé que no iba a encajar. Pero me equivoqué, este país me abrió las puertas y yo le di un abrazo, en verdad son los mejores amigos que podría desear, haberlos conocido fue lo mejor de haber salido de Japón. Sí, tuve más compañeros que se llevaron bien conmigo, incluso amigos que me recordarán fuera de la preparatoria, pero ustedes estuvieron ahí para mí y yo hice lo que pude para ayudarlos. Gracias, en verdad los quiero, muchachos, han sido parte de mi vida y jamás los voy a olvidar. —El discurso de Ryo terminó con un aplauso grupal, nadie tenía nada más que decir, sus palabras bastaron para esclarecer la melancolía que todos sentían. Incluso el mismo Rance no pudo evitar sonreír con bondad en sus labios, por primera vez en su vida, una persona lo veía como un amigo y no un cliente.


    —Vamos a tomarnos una última foto, ¡para que los recuerdos del club de karate nunca mueran! —exclamó Gracia.


    Bajo aquel gran árbol del patio escolar, Esmeralda y sus amigos posaron para la cámara. La jovencita se puso en medio, a su lado izquierdo yacía Pablo, al derecho Wendy, los otros tres miembros restantes se agacharon de rodillas frente a ellos y miraron directo al lente de la cámara potrada en un tripie, tomándose así la última memoria de sus días escolares.


    Fue de este modo, como la vida escolar de Esmeralda terminó, pasaron tres años llenos de esfuerzo y dedicación, pero al final, salió recompensada como la mejor estudiante de su generación y también, había ganado algo más importante: Amigos preciados, ya sea en lo sobrenatural o su vida personal, Esmeralda no estaba sola. Gracias a ellos logró superar sus problemas y pudo volverse más fuerte, alguien capaz de poder sonreír a pesar del dolor y el sufrimiento.


    No obstante…


    Su historia estaba muy lejos de terminar.


    Fin de la historia 39


    Con esto ha terminado el arco escolar, a partir de aquí seguirá un arco flashback que ocurrirá 200 años antes del comienzo de la trama, este arco será tomado como una historia independiente, es decir, lo subiré en otro post y será de suma importancia para entender el final de la trama. Luego del arco flash back vendrá otro importantísimo también, para entender el climax y ya después, se viene el climax definitivo de la obra.

    El segundo arco flashback sí será la historia 40, pero el primero lo subiré como una historia aparte por razones que después explicaré.
     
    • Me gusta Me gusta x 2
    • Ganador Ganador x 1
  8.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Ufff... al fin se acabó este arco escolar. Pero... en serio que casi lloro leyendo esto .__.

    No todo es triste y trágico, la verdad. Es solo que las despedidas tienen ese efecto... en especial la de don Víctor. Es admirable y extraño a la vez que Esme se lo tomara todo bastante bien y lo entendiera.

    Y bueno, las arpías de mierda... típico de ellas, intentando atacar a Pablín. Menos mal que Esme estaba ahí para voltearles la mesa de una vez. Es que Pablo puede ser muy fuerte en el exterior, pero... ¡También tiene sentimientos, perras! D<. Ah, bueno... menos mal que no se alcanzó a quebrar

    Todo parece indicar que se viene un arco MUCHO más badass pronto n_n. Me alegra poder pronto leer algo de acción pura y dura para contrapesar tanta cursilería y angustia en este episodio.

    Nos vemos en otro escrito, supongo n_n jejeje
     
  9.  
    Aglicht

    Aglicht Usuario común

    Leo
    Miembro desde:
    10 Octubre 2008
    Mensajes:
    442
    Pluma de
    Escritora
    Tenías que dejar ese "final" que promete algo tétrico ja, ja, ja. Me ha encantado, me perdí varios capítulos pero por fin llegué, las peleas me gustaron mucho, y me gustaría volver a ver la parte Dark de Magical Luz. Por un momento, en la pelea contra Carlos, pensé que le darías aparición, pero el dúo con Pablo fue suficiente.
    Y casi me pones nostálgica con la parte en que Víctor se va de la vida de Esmeralda, resulta triste porque lo poco que leí de Flores, y lo que conocí de Víctor ahí, me hace difícil imaginar su abandono, pero está bien, al menos Esmeralda lo aceptó bien.

    Gracias por darle un respiro a los pobres chicos y a esperar lo que viene, hasta el próximo capítulo :D
     
  10.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    4764
    Nuevo arco argumental y por fin entramos de lleno al climax.



    Historia 40: Nuevos tiempos


    Pasaron siete años luego de la graduación escolar, en ese tiempo Esmeralda y sus amigos tuvieron muchas aventuras, en especial con miembros de la secta, de vez en cuando llegaban nuevos peleadores intentando llevarse a nuestra heroína para su base secreta. Obvio, todos fallaron, en cierto punto, Esmeralda llegó a considerarlos una amenaza menor, pues desde Carlos, ningún otro agente requería la atención de todos sus amigos.


    Nuestra adorable jovencita estudió la universidad y se graduó en pedagogía, no obstante, a pesar de sus increíbles resultados académicos, la chica prefirió convertirse en profesora de primaria, en vez de aspirar a un sitio más alto entre los condecorados investigadores del campo educativo.


    Había una razón principal para esto: El amor hacia los niños.


    Esmeralda amaba a los niños con todo su corazón, en la universidad se dio cuenta de que podía influir de manera positiva en las vidas de los infantes, ya que las experiencias vividas en dicha etapa de la vida terminaban por definir el carácter y las acciones de un individuo en el futuro. Ella misma lo comprendió por experiencia, el amor de su madre y dedicación hacia los demás fueron los detonantes iniciales que la condujeron a la vida del vigilante y por consecuente, su origen como Maho Shoujo.


    “Si yo puedo ser una influencia positiva para las nuevas generaciones, con mucho gusto dedicaré mi vida a ello”, fue su pensamiento.


    —La clase de hoy seguro será divertida. —Esmeralda se vio a sí misma en el tocador de maestros, llevaba consigo un vestido elegante de una sola pieza color negro, zapatos del mismo color, traía consigo dos aretes de oro que encontró en su casa y un colgante plateado con forma de corazón. Lucía hermosa, los años la habían vuelto más bonita de lo que ya era, muchos profesores varones no podían evitar voltearla a ver por la belleza que emanaba con cada paso.


    No obstante, lo que realmente cautivaba los corazones de sus conocidos era su sonrisa, ese gesto casi angelical borraba cualquier enojo u emociones negativas.


    —Buenos días, clase, ¿hicieron la tarea que les pedí? —Esmeralda entró al salón de clases muy animada, sus alumnos respondieron con un “sí” grupal que la hizo sentir genial —. ¡Excelente!, vamos a ver. —La adorable profesora pasó a recoger las hojitas sueltas con los apuntes de la tarea pasada, en sí no era algo complicado, solo una pequeña redacción de sus comidas favoritas.


    Apenas iban en segundo año de primaria, no le podían pedir mucho.


    —Maestra, se me perdió la tarea. —Uno de los niños no entregó su hoja, por lo tanto, sus compañeros voltearon a verlo por pura inercia. Esmeralda sabía que ese pequeño tenía ciertos problemas de conducta, nada grave, pero le costaba prestar atención y jugaba algo rudo con sus compañeros.


    —¿En serio?, que mal, ¡vamos a buscarla! —La chica tomó al pequeño de la mano y lo encaminó a la puerta —. Seguro se te debió haber caído por ahí, tenemos que encontrarla.


    —Eh, no se moleste, profesora, yo…


    —Francisco, claro que me importa, es tu tarea, después de todo, me sentiría mal si luego de haberte esforzado y dado lo mejor de ti, no pudieses recibir la recompensa que mereces. Saldré afuera y la encontraré, ya lo verás. —Esmeralda hizo una buena actuación, ella sabía de antemano que Francisco no hizo nada, no obstante, quería ver como reaccionaba ante aquella demostración de preocupación y tristeza.


    —No, espere, profesora, a decir verdad, no hice mi tarea, lo siento. —Avergonzado por haber mentido, Francisco bajó su semblante y escuchó las risas de sus compañeros, Esmeralda negó con la cabeza y silenció a la clase con una mirada estricta, no obstante, su semblante volvió a ser amable cuando retomó el contacto visual.


    —Escucha, pequeño Francisco, mentir no está bien, imagina que de verdad hubiese salido y me encontrase el director allá afuera. Podrían despedirme y ya nos los volveré a ver, lo mismo puede pasar con un amigo, o un familiar cercano, si mientes podrías lastimarlos y las cosas jamás volverán a ser iguales. ¿Me prometes que no volverás a mentir? —cuestionó Esmeralda, con un tono maternal que dejó indefenso al niño.


    —Sí, se lo prometo, profesora Esmeralda.


    —Y bien, ¿por qué no hiciste la tarea?


    —Mi letra es fea y no sabía cómo escribir algunas palabras. —Aquella respuesta era entendible, Francisco tenía problemas para redactar y normalmente solía distraerse.


    —Ya veo, no te preocupes, haremos la tarea tú y yo durante el recreo. Será duro, pero yo también sacrificaré mi hora de comida por ti, ¡esforcémonos juntos! —Esmeralda no mentía, ella solo contaba con media hora para ingerir sus alimentos al igual que sus pupilos, Francisco por su parte asintió animado, el niño esperó un regaño o grito por parte de su profesora. Aquella reacción gentil, pero firme, le hizo sentir seguro.


    La clase prosiguió como de costumbre, Esmeralda dictaba oraciones y los niños anotaban cuidadosamente cada palabra sin perderse nada. Cuando el recreo llegó, Esmeralda y el pequeño Francisco hicieron la tarea restante juntos, poco a poco, el niño problema fue entendiendo como colocar las palabras sin llegar a caer en la incoherencia. De hecho, con la guía apropiada fue más fácil de lo que pensó y al cabo de veinte minutos terminó todo.


    —La próxima vez que tengas dudas dime o pregunta en casa, no está bien que sigas fallando con las tareas, ¿vale?, me esforzaré para que aprendas todo lo que puedas y estés bien. Pero tú también debes dar de tu parte.


    —Sí, maestra, ya estoy entendiendo esto de las letras, eh… ¿Puedo comer mi lonche?, aún faltan diez minutos.


    —Claro, buen provecho. —Esmeralda también aprovechó ese lapso restante para comer, su almuerzo consistía en huevo con tortillas de harina y condimentos. No era lo más nutritivo del mundo, pero la mantenía con energía para la siguiente ronda de clases.


    Nuestra heroína maduró mucho, atrás quedó la jovencita insegura y tímida que fue alguna vez, ahora tenía la sabiduría suficiente para guiar a los demás y ayudarles en los primeros pasos de sus vidas. Si un profesor desganado o poco profesional hubiese tratado con Francisco le habría lastimado mentalmente, provocando desgano en el chico y comportamientos rebeldes en la adolescencia. Por suerte, Esmeralda sabía cómo tratar con los estudiantes problemáticos, al inicio del año escolar, varios niños traían problemas de conducta. Le tomó medio año en llegar a términos amables con ellos, pero su amor por la infancia podía más que su frustración inicial.


    La clase acabó a la una en punto, Esmeralda decidió no dejar tareas para la casa, gesto que fue apreciado por sus alumnos con un grito repleto de alegría. Tras guardar sus apuntes en un maletín, la joven profesora dejó el lugar y se dirigió directo a su hogar. No sin antes notar que dos niñas de su clase estaban paradas en el pórtico de la escuela, seguramente esperaban a sus madres o algo así.


    —¿Qué están haciendo? —cuestionó Esmeralda.


    —Oh, ¡jugamos a ver quién hace la mejor pose de Magical Luz! —exclamó una de las niñas.


    Sí, otra cosa que cambió con el paso del tiempo fue la fama de su alter ego, a diferencia de su juventud, donde las personas la trataban como una celebridad de Internet nada más, actualmente, Magical Luz era una súper heroína reconocida tanto por la comunidad mágica (en su labor de vigilante) y las personas normales.


    Años de entrenamiento y práctica, hicieron de nuestra adorable protagonista una peleadora formidable, sin embargo, ella seguía firme en su política de no matar a nadie y no causar más daño del necesario. Una pacifista marcial que se vio recompensada con el cariño de la gente, muchas niñas deseaban ser como ella, fuertes y dulces.


    —Oh, ¿son fanáticas de Magical Luz?


    —¡Sí!


    —Yo también lo soy, de hecho, ¡me sé la pose! —Esmeralda llevó su mano diestra a la cintura y la otra detrás de su cabeza, luego les guiñó el ojo. Había realizado esa pose por más de 13 años, hacerla una vez más no le hacía daño a nadie.


    —Increíble, profesora, le sale igualita a la de Magical Luz. —Una de las niñas felicitó a Esmeralda, el hecho de poder hablar normalmente con su maestra de algo popular le hizo sentir segura. Después de todo, tener a un adulto capaz de entender las fantasías infantiles creaba un ambiente mucho más saludable y menos autoritario.


    —Es que soy su fan desde que era chica.


    —Oh, ¿y cuántos años tendrá Magical Luz? —La otra niña en cambio soltó una pregunta incomoda, a decir verdad, hacer esas poses a los 25 años no se veía tan políticamente correcto. Esmeralda pensó muchas veces en volverse más adulta en cuanto al vestuario, dejar los colores llamativos y las poses juveniles. Odiaba admitirlo, pero sus días como Maho Shoujo debían terminar, ya ni siquiera era Shoujo (Chica), sino una mujer adulta.


    —Creo que es de mi edad, ella empezó a combatir el mal cuando yo entré a la secundaria. Oigan, niñas, ¿creen que Magical Luz deba volverse más seria?, como esas súper heroínas de la tele. Digo, ¿no se ve mal que una adulta haga esas cosas? —Como decía un antiguo dicho: “Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad”, si iba con su novio, seguramente le diría la respuesta más amable posible, lo mismo pasaría si pedía el consejo de algún amigo o profesor.


    —Yo opino que mientras Magical Luz ayude a la gente, su apariencia o comportamiento no debería importar mucho. La admiro por lo que hace, no tanto por el atuendo o las poses. —La primera niña dio una respuesta bastante madura, en cambio, su amiga dio saltitos repletos de emoción.


    —¡A mí me gusta como es!, las poses pueden ser algo ridículas, ¡pero le quedan genial!, Magical Luz es increíble. —La segunda infante imitó de nuevo la pose con una gran sonrisa.


    —Ya veo, bueno, me tengo que ir, vayan con cuidado a casa. —Esmeralda se despidió de sus alumnas y caminó directo a casa.


    En el camino, varios pensamientos pasaron por su mente. Las chicas mágicas solían ser jovencitas de secundaria y preparatoria, alguien de su edad actuando como una defensora inocente ciertamente no daba una vibra de confianza entre los mayores. A pesar de ser famosa por sus diversas victorias contra enemigos poderosos, solamente los niños apreciaban el comportamiento infantil y despreocupado que mostraba en ocasiones cuando se transformaba.


    ¿Acaso era momento de cambiar?, hacer el traje mucho menos corto y más místico. Sí, ella no podía permanecer estancada en el mismo personaje por mucho tiempo, Magical Luz debía renovarse.


    —¡Es momento de darlo todo! —Esmeralda lo decidió, en la siguiente emergencia, la chica vestiría un atuendo renovado, uno que demuestre su nueva forma de ser, pero sin perder los orígenes que tanto la caracterizaban. ¡La evolución de Magical Luz pronto aparecería!


    En fin, tras graduarse de la preparatoria, Esmeralda vivió en la casa de sus padres durante la universidad, no obstante, cuando se tituló, supo que era momento de avanzar. Nuestra dulce heroína puso en renta su casa para ganar dinero y se fue a vivir con Pablo Casanova, en una cohabitación romántica.


    Llevaban siete años de relación, no fueron fáciles, hubieron discusiones, peleas, momentos donde pensaron dejarlo hasta ahí. Por suerte, la comunicación y el amor entre los dos, les permitió salir adelante y continuar sonriendo juntos. Pablo Casanova la amaba muchísimo y Esmeralda también estaba locamente enamorada del pelirrojo. Eran una pareja adorable, cuando salían siempre se tomaban de las manos y platicaban con unas sonrisas tan hermosas que las demás personas no podían evitar sentirse felices por ellos.


    —A Pablo le gustará la comida de hoy. —Su novio todavía no llegaba del trabajo, Casanova no tuvo tanta suerte como Esmeralda, el pobre terminó como redactor publicitario en una agencia barata, pero conocida localmente. Como no era muy bueno socializando, tomó el primer trabajo que pudo y con ello logró estabilizarse, quizá en algunos años más, las personas verían más allá de su lenguaje y entenderían lo profundas que eran sus palabras.


    Pero por ahora, era un esclavo más del sistema.


    Esmeralda preparó milanesa de carne con arroz, una de las comidas preferidas del chico. Con solo imaginar su rostro sonriente por haber llegado a casa, se motivó más y hasta empezó a tararear las canciones de su anime favorito. A decir verdad, Esmeralda quería casarse con Pablo ya mismo, la dama ansiaba ponerse el vestido de novia y poder decir finalmente: “Soy la esposa de Pablo, un placer”, no obstante, ambos sabían que el matrimonio todavía no era una opción.


    No por falta de amor o dinero, pues lo primero sobraba y lo segundo no era problema.


    Gilberto Casanova y La Secta todavía continuaban libres, a pesar de seguir con sus vidas normales, los dos estaban conscientes de que estos enemigos no debían ser subestimados. Casarse con una amenaza tan grande como ellos era mala idea, sobre todo por Gilberto, éste seguramente atacaría durante la boda y causaría una mala memoria que preferían evitar.


    —Ya llegué, Esmeralda. —Dos horas más tarde, el pelirrojo entró a su casa con una mirada repleta de cansancio, el pobre hombre tenía ojeras marcadas y bostezó como un perrito estresado —. Oh, huele muy bien, ¡una comida excelente como siempre! —Los ánimos de Casanova volvieron, el hecho de tener a una linda chica como novia y poder comer semejantes platillos revitalizó sus sentidos.


    —Me alegro que te guste, ¡buen provecho!


    Esmeralda mejoró todavía más sus habilidades como cocinera, de hecho, en su reunión de ingreso a la primaria, regaló a los demás docentes unas botanas bien cocinadas que se acabaron en menos de dos minutos por su inigualable sabor.


    —Hoy verás a Gracia y Wendy, ¿verdad? —La pregunta de Pablo regresó a Esmeralda a la realidad.


    —Sí, por fin nos veremos luego de algunos meses, ¡será una tarde de chicas!, a la próxima podrán venir tú y Rance, una pena que Ryo esté en Japón.


    —Es cierto, tengo años sin ver a Ryo, sería interesante que el club de karate se reúna de nuevo. En fin, mientras tú sales a pasear yo tendré una pelea súper importante, Esmeralda. —Los ojos de Pablo se vieron cómicamente serios, la jovencita ya sabía lo que venía.


    —Oh, no me digas que realmente quieres hacerlo tú. —Nuestra hermosa protagonista volteó a ver la caja que estaba en la sala principal, ahí yacía una televisión plana todavía sin instalar, pues necesitaba una base que apenas compraron ayer —. Nunca se te han dado las manualidades, Pablo, ¿seguro quieres hacerlo? —cuestionó.


    —¡Sí!, hoy, el televisor y yo tendremos nuestro duelo. Voy a instalarlo yo mismo aunque sea lo último que haga, es decir, ¡un televisor no podrá más que yo!, ya he visto tutoriales en Internet de cómo hacerlo, definitivamente no fallaré. —Ante ese comentario, Esmeralda soltó una adorable risita que ruborizó al pelirrojo un poco —. E-Eh, ¿por qué te ríes?


    —Cuando estás decidido a hacer algo que no puedes, luces verdaderamente adorable, Pablo. —Y para terminar de rematar, Esmeralda le guiñó el ojo izquierdo de forma muy coqueta.


    —G-Gracias, supongo, no sé si sonrojarme o fastidiarme por el hecho de que no confías en mis habilidades para instalar teles.


    —¿Quieres qué te recuerde la estufa, querido Pablo?


    —Una televisión no tiene nada que ver con la cocina, puedo hacerlo bien, estoy seguro. —Pablo mostró una sonrisa repleta de preocupación, efectivamente, el joven arruinaba casi cualquier cosa que le ponían enfrente, sobretodo aparatos domésticos relacionados a la cocina. A pesar de ser un adulto, los defectos de su vida adolescente no desaparecían del todo.


    No obstante, Esmeralda encontraba lindos esos defectos.


    —Bien, pero si tienes problemas mejor espérame y así la instalamos juntos, ¿vale? —La jovencita se paró de su lugar luego de terminar sus alimentos, posteriormente lavó los trastes pendientes mientras Pablo mandaba unos documentos a sus superiores. Así era su rutina diaria, normalmente salían juntos en citas románticas o solo miraban televisión en casa, siempre y cuando no hubiese una emergencia.


    Pablo le dio un vistazo rápido a su hogar, las paredes estaban muy bien pintadas y la decoración cambió muchísimo a comparación de sus años escolares. Ya no había mugre ni hongos por todos lados, además, Esmeralda trajo todos los retratos de su casa y los colgó en la sala principal, Pablo hizo lo mismo con las pocas fotografías que sobraban de sus padres.


    También enmarcaron las fotos de la preparatoria y universidad, pues significaban recuerdos preciados para ellos. El pelirrojo por fin sintió la calidez de un hogar y la comodidad de tener a una persona esperándote en casa. Atrás quedaron los días de lamentaciones y pesares.


    —Gracias por estar conmigo. —Pablo caminó hacia la cocina, en seguida, abrazó por detrás a su adorable novia —. Estos años contigo han sido los mejores de mi vida.


    —Tú también me has hecho muy feliz, no estoy sola nunca más. —Esmeralda se sonrojó un poco ante la repentina muestra de afecto, a decir verdad, a ella le gustaba mucho ser abrazada y se dejaba querer —. Deseo estar contigo toda mi vida. —Ya eran adultos con muchos años de relación, a estas alturas podían decirse esas palabras sin avergonzarse en absoluto. A pesar de conservar su inocencia y dulzura, la pareja maduró a tal punto de comprenderse sin necesidad de palabras.


    Eran dos almas unidas que sonreían juntas ante la adversidad.


    Esmeralda se cambió de ropa a una menos formal, eligió un pantalón de mezclilla café y una blusa blanca. Si bien odiaba ponerse pantalones, poco a poco cambió sus paradigmas y ahora podía vestir cualquier cosa, ella misma se propuso mejorar, dejar atrás los comportamientos inmaduros en búsqueda de una vida más equilibrada.


    —Ya estoy lista, cariño, regresaré para la hora de cenar.


    —Ok, diviértete y mándale saludos a Gracia y Wendy. Ten cuidado.


    —Lo tendré. —Nuestra madura, pero adorable protagonista, se despidió de Casanova con un beso en la mejilla —. Te amo. —Y tras decir eso, una tierna risita salió de sus labios, gesto que dejó sonrojado a Pablo.


    —Y-Yo también —respondió el pelirrojo.


    Esmeralda salió de su casa muy sonriente, deseaba ver a sus queridas amigas ya mismo, si bien platicaban casi todos los días vía Internet, el tenerlas cara a cara era definitivamente lo mejor. Las tres chicas acordaron verse en un café ubicado en el distrito comercial, no muy lejos de donde vivían.


    No obstante, a mitad del camino, Esmeralda sintió como una figura misteriosa la iba siguiendo. La jovencita se detuvo en seco, tenía prisa y lidiar con más sectarios en un día tan especial le molestó un poco.


    —Ya sé que andas ahí, ¿por qué no te muestras y me atacas de una vez?


    —Parece que los rumores sobre ti son ciertos, Magical Luz, o debería decirte, vigilante Esmeralda. —Un muchacho de aproximadamente 18 años de edad apareció bajo una nube de humo negro, Esmeralda giró su cuerpo entero para verle la cara e intercambiar algunas palabas con él.


    —Escucha, hoy tengo algo importante que hacer, así que te daré la oportunidad de irte a casa. ¿Eres un sectario? —cuestionó, el muchacho asintió con la cabeza y de inmediato, dos dagas blancas aparecieron en ambas manos.


    —Ya sabes a lo que he venido, creo que intercambiar más palabras será innecesario, ¿no crees?


    —Cada vez los mandan más jóvenes. —Esmeralda tronó sus dedos de manera elegante, al hacerlo, se transformó en Magical Luz, pero de una forma mucho más adulta. Ya no encarnó la pose característica que mostró a sus alumnas en la mañana, en vez de ello, Esmeralda cruzó sus brazos y sonrió maternalmente al enemigo. Su vestimenta cambió, la heroína ahora portaba una gabardina blanca desabotonada y un corto vestido negro, lucía como toda una hechicera de alto nivel. Lo único que se mantuvo de la transformación anterior, fue el color rubio de su cabello —. Siéntete afortunado, chico, hoy ves a la nueva y mejorada Magical Luz.


    —¡Ya déjate de tonterías! —El cazador sectario cargó directamente contra Esmeralda, a pesar de su increíble velocidad, sus cuchillos pasaron de largo —. Eh, no puede ser, tú estabas ahí. —Esmeralda dio un paso sencillo hacia la izquierda, posteriormente, vio pasar las armas enemigas a pocos centímetros de su rostro.


    Ella no se sintió amenazada en ningún momento, había enfrentado a muchos oponentes poderosos en el pasado y ciertamente, un chico menor no era rival para sus nuevas habilidades.


    —No deseo lastimarte, ríndete, por favor. —Magical Luz retrocedió dos metros, su semblante no se despegó ni un momento del adversario, otro factor que aprendió con el paso de los años, fue a no subestimar nunca a un rival.


    —Mierda. —El muchacho lanzó las dos dagas contra el pecho de Esmeralda, ésta levantó una barrera de madera y bloqueó los proyectiles sin preocuparse —. ¡Muy lenta! —Aquel movimiento fue solo una trampa, el sectario sabía que Magical Luz no era tan rápida para evadir dos dagas a corta distancia, por ello, supo predecir un paso adelante las acciones de su rival.


    En verdad era un peleador formidable, sin embargo…


    Cuando trató de emboscar a Esmeralda por su flanco izquierdo, la joven profesora ya había saltado tres metros sobre el cielo, impulsada con sus poderosas ramas mágicas. Para desgracia suya, ¡Magical Luz estaba dos pasos por delante!


    —¡Golpe de Gaia! —No podía hacer nada más, una rama gigantesca venía a una velocidad cercana a los ochenta kilómetros por hora. El chico cerró sus ojos esperando el golpe mortal, dentro de su mente, pasaron imágenes de su lamentable vida. Un huérfano de guerra, traído directamente desde medio oriente y entrenado en las artes del combate por otros sectarios.


    “Igual, no fue una mala pelea” pensó.


    —Eh, ¿sigo vivo? —El impacto jamás se dio, cuando abrió sus ojos, ya no estaba la rama gigantesca y sus dagas desaparecieron también. En frente suyo, Esmeralda disipó su transformación —. ¿Por qué no me mataste?, fuiste clara ganadora de este encuentro. Ya lo noté, por más que me esfuerce no soy rival para ti, ahórrame la molestia de volver humillado y mátame, por favor.


    —¿Cómo te llamas, chico? —Nuestra dulce heroína mostró un tono maternal, como si estuviese platicando con sus alumnos en una clase cualquiera.


    —No tengo nombre, no lo necesito, solo soy una sombra que cumple la voluntad del maestro. Te lo vuelvo a pedir, mátame.


    —Pero debes tener un nombre y si no lo tienes, yo te pondré uno, a ver, tienes el cabello rizado, entonces… ¡Ya sé!, te llamarás Carl de ahora en adelante. —Esmeralda no tenía intenciones de continuar la pelea, el muchacho necesitaba ayuda y una paliza no solucionaría nada. A pesar de volverse muy poderosa, su mentalidad continuaba siendo la misma de su adolescencia: “Hacer el menor daño posible y ayudar lo más que se pueda”.


    —¿Carl?, no te entiendo, Esmeralda de la Luz, somos enemigos, deberías de darme el golpe final para que…


    —¡Silencio!, no seas exagerado, muchacho, ¡eres menor que yo y ya andas hablando como todo un mártir!, escucha, La Secta no se preocupa por tu bienestar, solo te usan como carne de cañón para venir hacia mí. No eres el primer sectario que me ataca y no serás el último, ¿por qué desperdicias tu juventud ahí?, ¡deberías estudiar algo que te guste!, y si prefieres continuar en el mundo sobrenatural, podrías aplicar la prueba del vigilante y unirte al gremio central. Eres talentoso, Carl, no quiero pelear contigo, sencillamente sería deprimente. —La interrupción de Esmeralda fue brusca, pero certera, ella en verdad deseaba salvarlo de esa vida repleta de dolor y sacrificio injustificado. Los sectarios eran personas lamentables, al igual que Wendy, sus mentes yacían rotas desde un inicio, víctimas de la violencia brutal de países en guerra o la delincuencia misma.


    Ella luchó contra chicos salvadoreños, niñas de Siria y demás individuos cuyas mentes no pudieron resistir el peso de la horrible realidad.


    No había gloria alguna en vencer sujetos así.


    —N-No sé de qué hablas, yo solo soy una…


    —No, no eres una sombra, Carl. —Sin temor alguno a ser atacada, Esmeralda caminó hacia el chico y le dio unas palmaditas en la cabeza —. Eres joven y fuerte, seguramente podrás ser alguien si tú mismo te lo propones. Pero si en verdad andas de insistente, ¡te lo ordenaré!, yo gané la pelea, así que es tu obligación obedecerme de ahora en adelante. La “sombra” que eras fue asesinada cuando luchaste contra mí, en su lugar, nació Carl, un chico ajeno a La Secta y que tomará la prueba del vigilante. ¿Eso es suficiente para ti?


    —¿Estás segura de eso, Esmeralda de la Luz?, darle una oportunidad a un viejo enemigo.


    —Ya te dije que no somos enemigos, la sombra fue asesinada, Carl está aquí, ¿no lo entiendes?


    —En verdad eres una persona extraña. —Por primera vez en toda su vida, Carl sonrió, no era la típica sonrisa falsa que mostraba en La Secta, aquel gesto vino desde lo más profundo de su corazón. Sí, su vida acababa de ser salvada por una persona que él mismo trató de matar —. Está bien, mi nombre ahora es Carl y seré parte de tu séquito, Esmeralda de la Luz, tus ambiciones son mías ahora. Tomaré la prueba del vigilante, quizá no pueda tener una vida normal, pero igual nunca fui una persona corriente desde un inicio.


    —¡Esa es la actitud!, supongo, toma esto. —Esmeralda invocó una hoja de papel, luego se la entregó a Carl, era una carta de recomendación para el examen —. Ahora vete y mucha suerte, yo tengo otras cosas que hacer.


    —Nunca olvidaré lo que hiciste por mí hoy, eras mi presa, pero te convertiste en mi salvadora. Algún día pagaré mi deuda contigo, adiós. —Y justo como apareció, Carl terminó por desvanecerse bajo una nube de humo negro.


    —Cuídate. —Esmeralda retomó su camino hacia la cafetería, a decir verdad, se sentía feliz por haberlo salvado. En el pasado no pudo hacer lo mismo con muchos pobres sectarios, la gran mayoría eran personas necesitadas de amor y comprensión. Hubo un caso en particular que le resultó doloroso, fue atacada por un chico ciego engañado por la promesa de recuperar la vista si la entregaba a La Secta.


    Ella lo intentó convencer de muchas maneras, pero no lo consiguió y antes de que pudiese hacer algo, Pablo Casanova lo mató de un solo golpe. Aquel momento fue su primera discusión grave, estuvieron a punto de terminar, pues a Esmeralda le desagradaba mucho la forma brutal en que Pablo arreglaba las cosas.


    Sin embargo, no podía culparlo a él…


    Ella misma fue la que dijo en el baile de preparatoria: “No es tu obligación ser un héroe ni salvar a los demás, tampoco la mía, solamente lo hago para auto complacerme”, enojarse con Pablo por obedecer sus propias palabras era estúpido. Ambos hicieron las paces y continuaron mejorando su relación, todo esto sucedió cuando apenas tenían 19 años.


    Más y más fracasos llegaron, Esmeralda ganaba los combates, pero era incapaz de ayudar realmente a los necesitados. Experiencias como esa fueron moldeando su dulce personalidad, hasta el punto de lograr convencer a las personas de abandonar los caminos podridos y avanzar hacia un mejor futuro.


    El acuerdo era simple, Esmeralda resolvía la situación de manera pacífica, trataba por todos los medios de arrestar mediante métodos no letales a los enemigos que la atacaban. Si fallaba, Pablo Casanova venía y mataba a los rivales insistentes o que ya no podían aspirar a la salvación.


    Para fortuna de Esmeralda, luego de aquel desafortunado incidente con el chico ciego, no hubo necesidad de matar a nadie más. Ella se esforzó al máximo para que dicha tragedia no volviese a repetirse nunca más, pues incluso nuestra gentil heroína sabía que no todos los sectarios podían salvarse. Algunos eran demasiado peligrosos para la gente inocente, por lo tanto, matarlos era la única opción.


    Yo me ensuciaré las manos por ti


    —No puedo ayudar a todo el mundo, pero doy lo mejor de mí para intentarlo.


    Con esa última reflexión en voz alta, Esmeralda por fin llegó al café donde sus amigas la esperaban.


    Fin del capítulo 40

    Muy bien, ¿qué les pareció el comienzo del climax?

    ¿Qué piensan de Esmeralda adulta?

    ¿Consideran qué los métodos de Pablo son los correctos?

    Y ya para finalizar esto xD, ¿Esme colegiala o Esme adulta?, ¿cuál mola más?

    Estamos ya en la mejor parte de la novela, el climax comienza desde ya. La Secta vs el séquito de Esmeralda, solo un bando saldrá ganador.
     
    Última edición: 6 Abril 2017
    • Me gusta Me gusta x 1
  11.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Comienza un nuevo arco al fin... luego de haberme recuperado de una jaqueca y preparándome para joder por videoconferencia, dentro de una hora y algo más, dejo mi comentario

    No pensé que ibas a saltarte siete años de golpe, con Esme vuelta una profe de primaria y enfrentando a un niño "irresponsable" con lo de la tarea, usando el sentimiento de culpa para ayudarle a saber la verdad. ¡Joder! ¡En mi niñez a los profesores les importaba una mierda y solo te marcaban el "sin tarea" en el cuaderno! xD. Me pareció casi salido de otro planeta el que Esmeralda pudiera usar esa técnica que es más devastadora que doscientos Golpes de Gaia... para los pequeñines, al menos n_nU.

    Pero bueno, después se supo que dejó la casa a modo de arriendo, tal como hizo su antepasada tocaya xD (bueno, casi) y se mudó a un departamento con su amado Pablín :3. Y vaya que sus filosofías siguen distando. Al menos llegaron a un acuerdo, pues... hay muchos niños que son mandados por la Secta a morir, pero Esme no los planea matar. Ella logra salvar a unos pocos, y al menos intenta salvar a todos owoU (sabiendo que esa weá es imposible), y solía discutir con Pablín por casos en donde él simplemente los degollaba y ya, luego de que Esme intentara salvarles. Oh, cielos... pobre chica.

    Lo bueno es que aún tiene vida social xD. Así que Wendy y Gracia la invitaron a salir por ahí :3 como buenas amigas. A ver qué pasa luego, pues... me despierta cierta curiosidad. Pero espero también que no haya demasiada melosidad.

    Hasta la próxima, mi pana :P
     
  12.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    3417
    Y la historia sigue su rumbo.



    Historia 41: Nubes de tormenta


    La reunión de las chicas había empezado, Esmeralda llegó un tanto retrasada al café, no obstante, sus amigas no le dijeron nada por la tardanza. El tiempo las volvió inseparables, a pesar de ya no pasar mucho tiempo juntas, de vez en cuando decidían reunirse o hablar via Internet. No estudiaron en universidades cercanas o similares, pues cada una eligió carreras que se encontraban en otros lados.


    Gracia, por ejemplo, eligió estudiar fotografía y su enorme talento lo llevó a recorrer grandes escenarios y paises. No obstante, ella amaba Juan Álvarez, la chica estaba enamorada de la ciudad, de sus paisajes, de su historia y sus antiguas leyendas que atraían a pocos turistas cada año. Ella investigó un poco la historia de la ciudad, por ejemplo, antes solía llamarse Santa María y estaba cubierta de vegetación espesa. No se conservaban muchos edificios coloniales, pues las construcciones solían caerse constantemente por los temblores o las lluvias que golpeaban la zona con frecuencia.


    No obstante, algunos edificios lograron resistir el paso del tiempo, estos pertenecían a los burgueses o empresarios de aquel tiempo. El más resaltado de todos, era la posada Santa Maria, una construcción que tenía más de doscientos años y se ubicaba a las afueras del distrito comercial. Muchas historias se contaban de ese lugar todavía activo, entre ellas, la que más tenía fuerza, era la de un vampiro viviendo en la habitación más alta.


    Este cuento era solo eso, una historia que no pudo ser confirmada ni denegada, los registros indicaban que perteneció a una antigua familia de acaudalados, no obstante, durante el siglo veinte la posada cambió de manos muchas veces por la revolución mexicana y la devaluación del peso. Igualmente, por las acciones militares del héroe Juan Álvarez, la ciudad tomó su nombre y abandonó aquel que usó por mucho tiempo.


    Sin embargo, el antiguo nombre de la ciudad continuaba presente en los corazones de sus habitantes y Gracia podía confirmarlo. Durante sus fotografías, la jovencita presentaba a la naturaleza y a los seres humanos conviviendo mutuamente, sin egoismo detrás de sus acciones y añorando un pasado lejano. Fue su amor por Juan Álvarez lo que la catapultó a las ligas mayores de la fotografía y ahora contaba con muchos seguidores en las redes sociales.


    Wendy, por otro lado, eligió algo acorde a su forma de ser: La academia de policías, desde su ingreso hasta la graduación, ella fue temida y respetada por todos sus compañeros. La apodaron: Princesa de la justicia, un sobrenombre que le venía como anillo al dedo, pues servía a las personas de manera legal y también continuó siendo Magical Fénix en sus tiempos libres.


    A diferencia de Gracia, que solo luchaba contra los sectarios si alteraban el orden público, Wendy prefería desafiarlos primero y patearles el trasero. Cosas como el honor, compañerismo y arrepentimiento desaparecieron, en su lugar, solo buscaba una buena pelea para seguir haciéndose más fuerte. Pero en verdad, lo que ella quería era limpiar su nombre por su pasado en la Secta.


    No lo superó del todo, cada persona que salvaba como policia era un individuo que ejecutó cuando era sectaria. Con ese equilibrio injusto en mente, Wendy se esforzó más de lo necesario, sus compañeros en la academia siempre le sugerían tomarlo con calma, pero ella no obedeció. Tan firme y recta consigo misma, que no parecía la misma persona que solía ser en la preparatoria.


    De las tres amigas, fue Wendy quien más cambió, si bien, continuaba siendo una chica amante de la vida y los combates, ya no sonreía tanto como antes, evitaba hablar con la gente en cumplimiento de su deber y se distanció un poco de sus compañeros policías. Una loba solitaria, la princesa de hierro, esos fueron algunos de los apodos actuales que Wendy cargaba.


    Y a decir verdad, no le desagradaban en absoluto.


    —¿Y qué han hecho, chicas? —Esmeralda abrió la conversación mientras se tomaba un rico chocolate con pan, una combinación que le gustaba por sus días de escuela.


    —Hoy regresé a Juan Álvarez, tengo una cesión de fotos que tomar en unos días, ustedes saben, el verano está cerca y muchas personas estarán libres. ¿Has tomado vacaciones ya, Wendy?, tienes dos años de servicio directos. —Gracia en cambio prefería beber un te de hierbas, nutritivo y ligero, a diferencia de Esmeralda, ella cuidaba mucho su alimentación. Igual, la diferencia física entre ambas era notable, sobretodo por… Bueno, eso.


    —Creo que lo haré si ustedes tienen un plan interesante, la verdad, ser policía es tedioso, hay acción, pero no puedo hacer mucho y mi rol se limita a vigilar o actuar solo con orden de aprehensión. Es raro detectar crimenes sobre la marcha.


    —Deberías animarte de ver pocas cosas feas, Wendy. —Esmeralda sonrió dulcemente a su amiga, las tres chicas comentaron sus vidas y cómo les estaba yendo en sus respectivos trabajos.


    Su amistad se volvió eterna, Esmeralda agradeció de todo corazón tener amigas tan amables y gentiles como ellas. De no ser por la Secta, ella probablemente ya habría dado el siguiente paso en su vida.


    —Oye, sé que suena anticuado discutir esto en pleno siglo XXI, pero, ¿no has pensado ya en el matrimonio?, llevas saliendo años con Pablo Casanova, es hora de sentar cabeza, ¿no? —El comentario de Gracia carecía de crítica o mala intención, simplemente deseaba conocer la razón por la cual no habían formalizado ya su relación.


    —Yo también quiero saberlo, ¡urge fiesta! —exclamó Wendy.


    —Ya lo he pensado y quiero casarme, él también está de acuerdo. Pero antes de que salten de alegría, hay un inconveniente: La Secta y Gilberto Casanova, mientras ellos estén libres, no podremos casarnos. Ya conozco a ese hombre y las terribles cosas que puede hacer, si él se entera de la boda seguro llegará y nos arruinará la fiesta. Tenemos que vencerlo para poder casarnos en paz.


    —Ya veo. —Ambas respondieron al mismo tiempo, a decir verdad, el incidente con Casanova Gilberto no fue olvidado. Pues marcó un antes y un después en sus carreras como chicas mágicas.


    —¿Alguna noticia de Rance o Ryo? —Gracia decidió cambiar de tema, hablar de Gilberto continuaba siendo doloroso.


    —De Ryo no tengo muchas noticias, solo sé que volvió a Japón, Rance es un misterio total, ya saben que él no tiene una vida normal y se dedica por completo a lo sobrenatural. —Esmeralda había ayudado a Rance hace tiempo, si bien, los dos aceptaron rápidamente que pertenecían al mundo sobrenatural, no pudieron ponerse de acuerdo en cómo actuar. Por ende, decidieron continuar su amistad sin meterse en temas sensibles. Claro, ahora si volviesen a verse probablemente serían mejores amigos que antes.


    —Es increíble como pasa el tiempo, todavía parece que los entrenamientos del club de karate hubiesen sido ayer.


    Mientras las chicas recordaban los viejos tiempos y hacían promesas para el futuro, en un lugar lejano y desconocido, Wiccato afinaba los pasos finales de su plan maestro. Todas las piezas estaban en su lugar, era cuestión de tiempo nada más, antes de que la humanidad tuviese el cambio más significativo de su historia.


    —Vaya, en verdad planeaste todo detalladamente, Wiccato. —Un viejo conocido entró a la habitación privada del gran mago, su tono de voz informal y despreocupado quedaba fuera de lugar, pues todos los sectarios se referían a él como gran maestro, pocos tenían el valor de llamarlo por su nombre y mucho menos, de una manera tan sencilla.


    —Me sorprende que quieras formar parte de mi plan, Gilberto Casanova, creí que a ti solo te interesaba la destrucción, pero ya cooperamos una vez en el pasado y al parecer, te has dado cuenta de lo que deseo hacer, ¿no es verdad? —Aquella era una alianza peligrosa, las dos personas más problemáticas y poderosas del mundo habían formado una extraña amistad. Aun así, el pelirrojo mayor negó con la cabeza y luego sonrió.


    —No me interesa lo que hagas, Wiccato, yo solo quiero lastimar a las personas y eso es algo que tú mismo has hecho por más de un siglo. No me confundas con esa bola de niños enfermos que manipulas para tu beneficio, yo amo a este mundo por ser cruel y desdichado. Cada gramo de infelicidad me llena de gracia, el conseguir tu meta de alterar a la humanidad mandará al carajo a millones de personas que murieron en vano. Además, ¿cómo sé que tu plan tendrá éxito?, bien puedes arruinar todo en el último segundo y traer la ruina a la humanidad. Te ayudo para mi diversión y placer, después de todo, para eso peleo, siempre lo he hecho y siempre lo haré. Verte caer, verte triunfar, al final nada de eso importa, yo solo quiero arruinar vidas y joder la felicidad de la gente. Porque aquella es mi función, lo que me hace especial a los ojos del mundo, sin importar la maldición que llevo conmigo. —Casanova Gilberto expuso sus razones, el hombre no deseaba la paz ni tampoco un mundo justo como Wiccato, de hecho, ni siquiera era parte de la Secta, solamente los ayudaba de vez en cuando como uno de sus refuerzos de lujo.


    —Tienes un sentido del placer demasiado retorcido, amigo mío. —Wiccato no podía comprenderlo, para él, la existencia de alguien como Gilberto era un misterio que la humanidad no deseaba aceptar. Un ser capaz de obtener placer con el sufrimiento ajeno en teoría, no debería ser novedad, existían millones de psicópatas alrededor del mundo y la gran mayoría tenía escases de empatía.


    Pero Gilberto no era arrogante ni tampoco un desquiciado total, su mente funcionaba perfectamente para obtener placer de los métodos más cruedes. Su poder rivalizaba en cierto modo con el de Wiccato y el mismo mago reconocía que luchar contra Gilberto no era una opción inteligente. Por ende, hicieron una alianza para no terminar matándose entre sí.


    A Wiccato no le interesaba el placer de Gilberto.


    A Gilberto no le intesaba el objetivo de Wiccato.


    —No existen placeres retorcidos, solo puntos de vista, quizá porque eres un mago carente de humanidad no puedes entenderlo. Quizá nunca lo entendiste, Wiccato, déjame explicarme bien. Los humanos venimos a este mundo para ser felices, no hay otra razón más que esa, es el significado de la vida, el origen de nuestra existencia. Desde la antigüedad, buscamos la propia felicidad y una vez teniéndola con nosotros, no la dejamos ir. Mi placer es arruinar cosas, el placer de mi sobrino es estar con sus personas amadas, otros individuos a lo mejor sienten placer por reparar, incluso hay gente que encuentra el sufrimiento propio como algo adictivo. Sí, existen muchos placeres en el mundo, objetos o situaciones que nos hacen felices y nos dan sonrisas, después de todo, ¿qué es una vida sin placer?, ¿qué sentido tendría vivir sin poder auto complacernos?, no somos animales que sobreviven, ¡somos humanos y tenemos que vivir!, yo me guio bajo esa premisa. Wiccato, ¿por qué motivo actuas?, ¿qué necesidad tienes de planear todo esto por siglos?, estoy seguro de que en tu interior, lo haces solo para sentirte bien contigo mismo. Porque tú, no eres un mesías.


    Wiccato soltó un suspiro lleno de resginación, en efecto, las palabras de su aliado no estaban equivocadas. Los humanos actuaban en su mayoría, por sus más bajos deseos, incluso un ser que estaba más allá del plano existencial tenía que aceptarlo.


    —Muy bonito tu razonamiento, Gilberto, pero te equivocas en algo, sé lo que es la felicidad. Yo también la viví. —Wiccato alguna vez fue un hechicero llamado Roy Alvarado, hace muchos años, Roy se enamoró de una vampira y por aquel entonces, tuvo una familia pequeña. Sin embargo, un inquisidor de la época los descubrió y luego de una batalla intensa, la querida esposa de Roy, Carmen, murió asesinada para salvarle la vida. Movido por la injusticia y la promesa de un mundo donde hubiesen podido estar juntos, Roy Alvarado dejó su identidad y se transformó en Wiccato, el mago de la realidad —. Mi felicidad me fue arrebatada por las absurdas leyes de este mundo injusto, ya no tengo placeres que seguir o disfrutar, solo una vida fría como el acero. No soy como tú, no puedo vivir mis pasiones en carne propia, solo sigo un último capricho, una voluntad que puede ya no existir en mi interior. Cambiaré a la humanidad desde su concepto y tú, un ser que disfruta las injusticias y el dolor, estás ayudandome a conseguirlo. ¿Interesante, verdad?


    —Tu objetivo requiere toneladas de infelicidad y muerte. Además, si consigues lo que tanto deseas, ¿no será un desperdicio todo lo que la humanidad peleó?, millones de vidas sacrificadas en vano, incapaces de cambiar sus realidades y sin legado hacia el futuro. Solo ponte a pensar en las millones de personas que han pisado este planeta, todas ellas tuvieron esperanzas, sueños e ilusiones. ¿Y para qué?, si al final, los conceptos que nos hacían humanos desaparecerán, dejando tantas historias inconclusas y millones de tragedias carentes de un significado. Si eso no es sufrimiento, entonces que alguien me lea la definición del diccionario.


    —Si mis acciones te producen diversión, no me importa, es mejor tenerte como aliado que enemigo, Gilberto Casanova. Además, tu pequeño sobrino también forma parte del plan, he manipulado todas las cuerdas para este último acto, puedes hacer la llamada ahora. —Con esa última frase, Gilberto abandonó la habitación, posteriormente, Carlos entró a la misma realizando una honorable reverencia hacia su maestro.


    —¿Quería verme, maestro? —Carlos vio salir a Gilberto, estos cruzaron sus miradas rápidamente y de inmediato tuvieron un desagrado mutuo. A Carlos no le parecía correcto que la organización contactara a un loco despiadado y Casanova por su parte, veía a Carlos como un mocoso en el lugar equivocado.


    —Sí, necesito que te vayas de viaje a China y entrenes en el templo Shaolin de las montañas, los monjes allá guardan registros de lo que hacen, solo di que eres un discipulo de la escuela que fundó Roy Alvarado.


    —De inmediato lo haré, maestro, ¿pero por qué de manera tan repentina? —Carlos tenía fe ciega en Wiccato, pero incluso alguien tan leal como él sospecharía de una jugada tan extraña.


    —Necesito que te vuelvas poderoso, eres de mis mejores peleadores y tu poder me será de ayuda. —Aquello no fue una mentira, Wiccato necesitaba a Carlos para la fase final, no obstante, sus intenciones eran otras.


    —Comprendo, partiré cuanto antes. Solo una duda, ¿quién es Roy Alvarado?


    —Una persona que murió hace mucho tiempo. No necesitas saber más.


    —Entiendo, parto ya mismo. —Carlos también abandonó la habitación y se dispuso a viajar rumbo a China. Poco a poco, las ruedas del destino emprendían su marcha y los futuros actores de la tragedia darían comienzo a una función deprimente.


    Esmeranda continuó en la reunión, hablando despreocupadamente, sin saber lo que ocurría en su propia casa. Claro, no había razones para preocuparse, el plan de Wiccato era tan secreto, que solo un selecto grupo de personas lo conocía.


    Pablo se rindió, no pudo instalar el televisión, por lo tanto, estaba viendo videos en internet, como solía hacerlo todas las tardes libres. En ese momento, su celular sonó, Casanova creyó que Esmeralda le llamaba, por lo tanto, corrió directo a su habitación y tomó el teléfono. Pero el número que apareció era desconocido, Pablo dudó por un momento si contestar o no, podían ser comerciantes o esos molestos vendedores que hacían llamadas al azar.


    —¿Bueno?, ¿quién habla? —Por mera educación, Pablo atendió la llamada, un segundo más tarde, otra voz habló del otro lado de la línea.


    —Sobrino, ¿cómo estás?, al parecer mal por mi llamada. —Gilberto habló con un tono burlón y arrogante, como siempre lo hacía. Pablo soltó un suspiro lleno de resignación, a diferencia de su adolescencia, donde perdía la cabeza y desafiaba a su tío casi por instinto, ahora controlaba mejor esos impulsos juveniles.


    —Acabas de arruinar mi tarde, bastardo, ¿qué quieres?, seguro no buscas una reconciliación familiar.


    —Quizá mi acción si pueda serte útil, Pablo, dentro de un mes, todos los sectarios irán a Juan Álvarez y lo invadirán. Van a atrapar al avatar de Gaia de una vez por todas, ¿por qué crees que han mandado basura nada más?, se estaban reservando para la invasión. —Gilberto guardó silencio un momento, Pablo no sabía que decir, el chico mantuvo su semblante bajo mientras asimilaba la información valiosa que su tío le daba. No deseaba agradecerle, pero un acto de esa magnitud no aparecía todos los días.


    —¿Por qué me dices eso?, ¿cómo sabes de la Secta? —cuestionó Pablo.


    —Porque son algo pesados, además, ¿no es aquello lo que buscas?, proteger a tu querida Esmeralda. La Secta es una amenaza real para ella, vendrá un ejército entero y ni siquiera tus mejores habilidades podrán mantenerla a salvo. Te estoy dando la oportunidad de salvar su vida y continuar tu placer, después de todo, ¿no somos familiares? —El tono de voz que Gilberto empleaba estaba repleto de malicia y horribles sentimientos, no obstante, todo lo que decía era verdad.


    —¿Y cómo puedo detener esta invasión?


    —Fácil, toma esto. —Pablo recibió un mensaje multi media, en él, venía información detallada de la isla donde se refugiaba la Secta y también logística de sus defensas. Aquello era ultra secreto, solamente el mismo Wiccato tenía acceso a esa información —. Tienes un amigo en el Vaticano y ellos desean destruir la Secta, pero no saben donde está su base, ni sus miembros, defensas, nada. Dales esto y disfruta el espectáculo, sobrino mío. —Y con esa última frase, Gilberto colgó la llamada y el registro de la misma desapareció.


    Pablo guardó silencio durante una hora entera, todo pasó tan rápido que era difícil de creer. La Secta atacaría pronto y estaba en sus manos salvar a su querida novia. Justo en ese momento, Esmeralda llegó a la casa, la chica estaba sonriente por la increíble reunión que tuvo con sus amigas.


    —Oh, ¿no pudiste instalar la tele? —cuestionó su amada, con una sonrisa tan dulce que terminó por encender la llama de su determinación.


    —No pude, mejor la instalemos juntos. Oye, Esmeralda, me hablaron del trabajo para un asunto importante y probablemente salga de viaje unos dos o tres días, ¿me esperarás, verdad? —Mentiras, Esmeralda no era ninguna estúpida, de inmediato notó algo fuera de lugar en su amado Pablo. Él no era alguien que mintiese, de hecho, era la primera vez que lo hacía en todos sus años de relación.


    ¿Qué motivo tenía Pablo para mentir?


    ¿Por qué sacó el tema tan urgente?, aquello pudieron hablarlo durante la hora de cenar o antes de dormir, pero no. Pablo le avisó en cuanto la vio.


    —Oh, ¡pues dalo todo! —Esmeralda más o menos se dio una idea de lo que sucedía, pero no dijo nada, pues las acciones de Pablo eran para su propio bien. El detenerlo significaría un atraso para sus objetivos personales y tampoco chocaban con su idelogía hipócrita de ayudar a los demás.


    Menudo error…


    —Gracias, me esforzaré rápido para terminar el trabajo y volver a casa.


    Esmeralda sabía que todo era su culpa, ella misma influyó a Pablo para hacer esas cosas, consciente o no. Lo que le dijo en el baile escolar realmente cambió para siempre la ideología de Casanova, ya que desde ese día, el pelirrojo veló solamente por la seguridad de sus seres amados y luchó por mero egoismo y placer. Si ayudaba o jodía a gente en el camino, era irrelevante para él.


    “Yo lo llevé a esto, es lo que buscaba desde un inicio. Soy una persona terrible”


    —Y cuando vengas, yo estaré esperandote con una rica comida solo para ti, cariño. —Esmeralda no era tan buena persona como aparentaba, una sola frase pudo haber detenido a Pablo, estaba a tiempo y forma de conseguirlo. Bastaba con decir: “No mientas”, esas dos palabras habrían logrado detener o mermar la voluntad de Pablo. Pero no lo hizo, sino todo lo contrario, la chica le dio una sonrisa tan dulce que cautivó más el corazón de su enamorado.


    —Gracias, te amo mucho, Esmeralda. —El joven le dio un abrazo calido a su dulce novia, sin darse cuenta del terrible error que estaba cometiendo.


    Fue así, como la tragedia por fin comenzó. El mundo no volvería a ser el mismo…


    Fin de la historia 41

    ¿Qué les pareció el capítulo?
    ¿Quién tiene la razón y quién no?
     
  13.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Woow... excelente episodio. Casi perfecto. Y digo "casi" porque en un lugar pusiste "cesión de fotos" cuando estaba hablando Gracia. Y es "sesión de fotos" xP. Ah, dedazos los tiene cualquiera :V

    Pero bueno, hombre, esto está lleno de muchas decisiones difíciles. Se nota que Gilberto no hace alianzas con nadie. Seguramente desconoce los conceptos de la lealtad y la sinceridad. Menos mal que Pablo realmente ha madurado, y que no ha actuado de puro impulso, como gritarle algo a Gilberto...

    Hasta entonces, parece que todo se va a ir a negro dentro de poco. Incluso Esme presiente que algo anda horriblemente mal... a ver si se cumple y cuánto tarda. También parece que Wendy ha cambiado mucho... pero por dentro aún le queda algo de felicidad, y seguro que comerá como loca en las fiestas xD. Sobre todo si llegan a casarse Esme y Pablín...

    Sobre quién tiene la razón... la verdad es que los dos tienen algo de razón, pero no completa, y probablemente ni siquiera a la mitad. Wiccato es un falso mesías con ganas de conquistar el mundo y alterar la realidad. Gilberto es... pues... Gilberto e_é. Es un personaje creado para que los lectores lo detesten.

    Ahorita solo queda esperar -w-U y yo debo aplicarme un poco más en las contis que debo a mi público xD

    Hasta la próxima :V
     
  14.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    4841
    No tengo nada que decir respecto a este capítulo, disfruten.



    Historia 42: Guerra sin cuartel


    POV: Pablo Casanova


    El sonido de los helicópteros militares era tan ruidoso que por un momento, no pude escuchar las instrucciones del comandante. No es que necesitara escucharlas, mis órdenes eran claras: Matar a todos los sectarios.


    La mañana siguiente de la llamada, Silver pasó por mí en la parada de autobuses, de ahí, entregué las coordenadas a los comandantes superiores y me ofrecí voluntariamente a participar en el asalto final. La Secta era una amenaza que el Vaticano deseaba destruir desde hace tiempo, cuando les entregué los datos brincaron de alegría, una oportunidad como ésta no debía ignorarse. Los agentes se formaron como soldados y en menos de dos horas, un ejército de cuarenta mil unidades ya estaba preparado para atacar.


    No se veía una fuerza tan temible desde la guerra de resurección.


    Deshacerme de ellos traerá paz a mi vida personal, Esmeralda ya no correrá más peligro y estaremos solo a un paso de poder casarnos. Fue como ella dijo en el baile de graduación, no tenía la obligación de ayudar a la gente ni convertirme en un héroe, bastaba con perseguir mi propia felicidad.


    Por esta ocasión, Silver me permitió portar el uniforme del Vaticano, solo que esta vez, no emplearíamos la túnica ceremonial que usaban para cazar objetivos individuales. En vez de ello, nos dieron a todos un traje militar, como los que usaban las compañías de mercenarios en medio oriente, era un conjunto color verde con el símbolo del Vaticano en el pecho, la típica cruz cristiana con dos espadas cruzadas al centro. También se me dio un rifle de asalto génerico para el ataque, no me gustaba usar armas de fuego, pero el tiempo me hizo tirar el orgullo de lado y aprendí a usarlos como cualquier soldado promedio. En mi arsenal también habían dos pistolas, cuatro granadas y obviamente, mis armas mágicas.


    Los demás agentes, o en este caso, soldados, llevaban una espada ceremonial en sus cinturones. Yo no lo vi necesario, porque podía invocar mis espadas/sabes en cualquier momento.


    Aun así, sentía que todo esto era un error, una parte de mí no dejaba de pensar en ello. Quizá pudo haber una mejor solución, una donde nadie hubiese tenido que morir. Pero si esa respuesta existió alguna vez, ya quedó sepultada en el pasado.


    —Llegaremos en cinco minutos, ¿estás listo? —susurró Silver.


    —Sí, esto es algo que debo hacer.


    —¿Estás seguro de querer participar en la operación?, nos diste la información y logística del lugar, no hace falta que formes parte del asalto. —Silver se preocupaba por mí, no podía culparlo, me conocía desde que era un niño, fue él quien me enseñó a pelear y también mostró los libros ocultos de mi familia. Fue lo más cercano que tuve a un hermano mayor y le estaba eternamente agradecido.


    Pero no podía seguir siendo un niño por siempre, esto era mi responsabilidad y de nadie más.


    —Gracias por preocuparte, pero estoy bien, este asalto fue mi idea y debo ser yo quien la culmine.


    Desde la ventana pude ver una enorme isla repleta de edificios y luces, como una gran ciudad en medio del mar. Las naves que yacían más adelante dispararon misiles y bombas contra el puerto principal, los sectarios estaban sorprendidos, no se imaginaron que un enorme ejército del Vaticano descendería con tanta brutalidad.


    Las torretas de mi helicóptero masacraron a los centinelas que cuidaban el puerto, lo mismo hicieron las naves que rodearon la isla entera, impidiendo cualquier via de escape.


    Bajamos de los helicópteros ordenadamente, de inmediato corrimos hacia una cobertura ubicada a pocos metros de nosotros. Muchos sectarios salieron desde un edificio blanco cargando rifles y lanza cohetes, no obstante, fuimos más rápidos, mi pelotón disparó sus armas contra ellos y los matamos despidadamente. Esto era la guerra, no había lugar para el perdón o la piedad.


    —¡Avancen! —exclamé, corrimos hacia el centro de la base principal, disparando a cualquier sectario enemigo que intentaba detener nuestra marcha. Mi equipo era el encargado de invadir el edificio gigantesco del centro, los demás bombarderían el resto de la isla y matarían a los guardianes costeros. Impidiéndoles el escape o refuerzos del exterior. Los cuales, probablemente jamás llegarán, como ellos se preparaban para invadir Juan Álvarez, decidieron reunirse en la base y alistar sus fuerzas.


    Dándonos así, la oportunidad de oro para matarlos.


    Silver y yo nos separamos en la entrada de la base gigantesca, él dirigiría otras fuerzas de asalto en las afueras y yo me encargaría de matar a los que se ocultaban. La base de los enemigos era como un laberinto, a pesar de ser una secta medio extraña, contaba con instalaciones de primer nivel, los científicos que acá tenían sus bases encontraron su final con el plomo de mis balas. Los maté a todos, aunque ellos no eran combatientes seguían siendo parte de los sectarios.


    —¡Defiendan! —Un hombre gigantesco apareció frente a nosotros, éste cargaba una armadura gigantesca que repelía las balas que les disparábamos. Mis soldados sacaron sus espadas y entablaron cuerpo a cuerpo con ese hombre, el resultado fue obvio, tres de mis hombres fueron despedazados de un solo golpe. Menuda masacre, el sujeto contaba con una fuerza descomunal que le permitía despedazar humanos con facilidad.


    Mis balas no eran suficientes, por ende, guardé el rifle de asalto e invoqué mi confiable katana. Los soldados a mi mando retrocedieron al verme realizar esta acción, ese gigante era fuerte, pero no muy rápido.


    —¡¿Pablo Casanova?! —Ese hombre me reconoció, sus ojos se abrieron en par y de inmediato, cargó a máxima velocidad. Vi venir sus enormes brazos sobre mi cabeza, incluso reforzando mi cuerpo, esos golpes eran suficientes para matarme. Claro, solo si me tocaba.


    Utilicé el hechizo de refuerzo para mejorar mis capacidades físicas, esta técnica peligrosa y absurda se había convertido en mi sello personal. Con facilidad di un salto hacia atrás, luego, contraataqué con un tajo directo hacia sus muñecas, provocando que mi espada cortase sus extremidades dolorosamnente. El gigante solo pudo gritar un poco, pues medio segundo después, lo maté de un corte al cuello.


    —Sígamos avanzando. —Usar armas de fuego no era lo mío, decidí quedarme con la katana para continuar el asalto.


    Otros sectario poderoso apareció, lo recordaba de hace muchos años, se llamaba Goliat por su impresionante tamaño. Mis tropas se replegaron alrededor de la base, con la orden de matar a todos, yo continué en solitario para incrementar mi eficacia como peleador marcial, porque no me consideraba a mí mismo un soldado.


    Nos miramos mutuamente sin efectuar palabra alguna, no había necesidad de hacerlo, recordaba sus habilidades y manejo de la espada sagrada, aquella capaz de bloquear las corrientes de energía mágica. Goliat se preparaba para desenfundar su arma y atacar, no obstante, yo fui más rápido, antes de que él pudiese emplear la temible técnica de neutralización le corté la cabeza de un solo tajo. El hechizo de refuerzo me había vuelto súper rápido y letal, al punto de usarlo nada más por destellos para no dañar en exceso mis articulaciones.


    La batalla no duró más de tres segundos, con el cadaver de Goliat en el suelo, me dispuse a seguir avanzando por los pasillos de la base. En el camino me topé con más sectarios, todos ellos armados hasta los dientes, empleaban rifles, espadas, armas mágicas e incluso hubo algunas quimeras manipuladas por invocadores.


    Era un caos, cada segundo llegaban más combatientes y yo los seguía matando, mi katana se llenó de sangre de manera indiscriminada. Con el hechizo de refuerzo dominado, fui capaz de repeler balas de ametralladora y regresarlas a sus artilleros, matándolos al instante. En total, más de doscientos sectarios postrados en ametralladoras y soldados de asalto murieron, víctimas de sus propias balas por haberme disparado.


    La Secta contaba con un departamento de hechiceros, ellos eran la élite del enemigo, sus habilidades eran diferentes al resto y prueba de ello fue que un pelotón entero desapareció del mapa por sus mejores hombres. Mientras avanzábamos nos topamos con uno de ellos, era una mujer de aproximadamente 28 años, su mirada seria y despreocupada contrastaba con la valentía de sus compañeros.


    —¡Disparen! —Los soldados del Vaticano dispararon sus rifles hacia la hechicera, sin embargo, las balas quedaron levitando a pocos centímetros de su cara. Mi regimiento quedó congelado por la sorpresa, ya que resultaba una hazaña digna de elogio el detener las balas especiales que mis compañeros lanzaron.


    La mujer en sí portaba una túnica morada y un sombrero puntiagudo, la típica imagen occidental que las personas tenían de las brujas. Su piel blanca y ojos violetas llegaron a ponerme un poco nervioso.


    —¡A cubierto! —Las balas se juntaron mágicamente, al parecer, esa bruja era capaz de manipular el metal, ya que todos los proyectiles se fusionaron en una especie de bala de cañón llameante. De inmediato supe que esa cosa era una amenaza, rápidamente junté las corrientes energéticas del medio ambiente con las mías, luego, disparé mi hechizo favorito —. ¡Corte electrizante!


    El rayo rojo impactó con la bala gigante justo a tiempo, ambas técnicas se neutralizaron mutuamente, dándome el espacio suficiente para acercarme y lanzar un tajo contra el pecho de la hechicera. La chica notó mis intenciones, pero fue demasiado tarde, sus escasas capacidades físicas le impidieron esquivar mi corte potenciado. Como resultado, sufrió una herida mortal, que le impidió seguir moviéndose y la mató a los pocos segundos.


    —¡No!, ¡hermana! —Un grito agudo se escuchó al final del pasillo, al girar mi cabeza pude ver a una jovencita de 16 años más o menos, lucía exactamente igual a la hechicera que maté, solo que más bajita y con el sombrero más cuidado. Sus ojos expresaban terror, tristeza y sorpresa, acababa de ver morir a su hermana y debido a ello, un semblante lleno de odio me penetró por completo.


    —¡Disparen! —Otro de mis soldados atacó a la chica con sus balas, grave error, al igual que su hermana mayor, la niña detuvo los proyectiles, solo que en vez de dirigirlas hacia el pelotón las mandó contra mí. Estaba cegada por la ira y la sed de venganza, justo como Gilberto Casanova decía: “En la batalla, solo aquellos con el corazón frío sobrevivirán”, de inmediato, noté que sus habilidades eran diferentes.


    La hechicera madura fue capaz de manipular los elementos y combinar el metal en distintas formas, ella simplemente limitó su poder a subir la velocidad de las balas, sin darle mayor enfásis al control elemental. Probablemente carecía de experiencia y todavía no dominaba esas técnicas tan avanzadas.


    Me bastó solo agitar mi espada de un solo golpe, formando así un ligero campo de energía que repelió las balas como si nada. La jovencita retrocedió dos pasos totalmente aterrada, en su mente seguro pasaban miles de pensamientos y maldiciones hacia mi persona. Bastaba con ver su rostro pálido y jadeante, en un intento desesperado por sobrevivir, la aspirante a hechicera disparó un rayo mágico desde su mano diestra.


    De nuevo, bloqueé su hechizo con suma facilidad, solamente tuve que mover mi katana unos centímetros de su sitio y emplearla como un pararrayos.


    —¡Asesino!, m-mataste a mi hermana, ¡bastardo de mierda! —exclamó, con lágrimas en sus ojos.


    —Lo siento. —Era la primera vez que me disculpaba con alguien en todo el día, ya que los demás sectarios me atacaron sin dirigirme la palabra. Pero eso no la iba a salvar. Con el hechizo de refuerzo fui capaz de reducir la distancia que nos separaba y posteriormente, la maté de un corte vertical, su cabeza cayó rodando al suelo y el resto de su cuerpo acabó desplomado. Con la amenaza neutralizada, los agentes continuaron su marcha por las instalaciones.


    Recibí un reporte por parte de los combatientes que atacaban la fortaleza exterior, al parecer, hubo una batalla sangrienta, donde apenas sobrevivieron 200 efectivos de nuestro bando, en cambio, todos los sectarios ubicados en dicha zona perecieron. Hechicería, armas de fuego, bombas, invocaciones, se emplearon todo tipo de técnicas en esta masacre, que por un momento, los veteranos de la guerra de resurección volvieron a sentir ese calor de combate que habían olvidado.


    Acá adentro, las cosas no eran diferentes, llegaron refuerzos del exterior y con ellos pudimos tirar las barricadas que estaban frente a nosotros. Una vez dentro, luchamos contra hechiceros y guerrilleros, al ser un espacio tan cerrado pude explotar mis habilidades con la espada. Maté a otros 100 hombres en el camino hacia el muro principal, los sobrevivientes trataron de refugiarse en un búnker ubicado en lo más lejano de las instalaciones. Ahí, yacían comandantes logísticos y demás personal capacitado para dar órdenes.


    En pocas palabras, los estrategas.


    —Comandante Casanova, si matamos a los cerebros del enemigo podremos ganar una ventaja vital sobre el enemigo, ¿alguna idea para tirar el búnker? —Uno de los paladines que me acompañaba se acercó a mí, un tanto preocupado. A decir verdad, el combate estaba parejo y esta oportunidad no podíamos desaprovecharla.


    —Yo lo tiraré solo, sigan combatiendo a las fuerzas del exterior, cuando pierdan su mando mátenlos a todos. Estarán confundidos y enojados, mantengan la calma y todo saldrá bien.


    20 metros me separaban del búnker, posteriormente, desaparecí mi katana y la cambié por una reliquia sagrada: Arondight, la espada del caballero traidor, Sir Lancelot.


    Me estaba traicionando a mí mismo, a pesar de que Lancelot no era un pariente mío, pude dominar el arma a la perfección. Quizá, porque tanto él como yo éramos traidores personales, dos escorias inútiles que le dieron la espalda a sus ideales por un bien mayor.


    —Arondight: ¡Corte del caballero bastardo! —Esta técnica era una variación mucho más poderosa del corte electrizante, usaba la misma teoría y ejecución, lo único que cambió fue la potencia. El rayo que se formó en Arondight superó por creces al que empleaba con la katana, de inmediato, lancé una terrible explosión de poder directo al búnker de los sectarios.


    Lo que pasó después fue brutal, pude escuchar los gritos agonizantes que los pobres hombres aullaron al rostizarse vivos, dentro de su pequeño refugio. No hacía falta decir que mi rayo destruyó las puertas del lugar y mató dolorosamente a todos los estrategas que ahí se ocultaban. Fue una muerte espantosa, ya que no solo sus cuerpos fueron calcinados hasta las cenizas, también sus almas desaparecieron para siempre, al ser un hechizo que atacaba tanto al cuerpo, como al espíritu de la víctima, no habría “descanso eterno” para ellos, simplemente desaparecieron de esta dimensión.


    Usaba este hechizo para destruir seres inmortales como vampiros o demonios, no obstante, el usarlo con humanos era demasiado cruel.


    Con los intelectuales eliminados, las fuerzas enemigas perdieron el control, los pelotones actuaban de acuerdo a las órdenes de sus sargentos y eso provocó la caída total del mando. Bastaron quince minutos para eliminar a casi todos los combatientes, incluso los más poderosos no fueron rivales para nuestras tácticas avanzadas.


    ¿A cuántas personas había matado ya?


    Los disparos no cesaban, al contrario, incrementaron su frecuencia dentro del campo de batalla. Las fuerzas sectarias no se rindieron, pero su descontrol hizo imposible que pudiesen organizar un contraataque efectivo, varios corrían alrededor de las instalaciones, solo para ser asesinados por disparos a la cabeza. Fue un verdadero baño de sangre, mientras continuaba mi marcha por la base rival pude ver dos cadáveres tirados en el piso. Eran dos chicas gemelas, las mismas que nos atacaron en Juan Álvarez cuando aún estudiaba la preparatoria.


    A lado de ellas había ocho agentes muertos, todos mutilados y con heridas terribles. Esas locas no murieron sin dar una buena pelea, al menos no tuve que matarlas yo. Luchar contra mujeres jóvenes no era mi idea favorita de diversión, de hecho, ¿a quién podría gustarle ese tipo de pasatiempo?


    —Dentro de poco obtendremos la victoria. —Mis pasos me llevaron hacia una habitación más grande, ésta tenía las paredes blancas y un cartel con un símbolo de paz. Más al fondo, dos pequeños niños de 13 años aproximadamente, cargaban espadas cortas, detrás de ellos, otros chiquitos inocentes de 5 a 12 años yacían escondidos detrás de sillones.


    —¡Un enemigo! —exclamó uno de los niños.


    —No quiero matarlos, tiren sus armas y renuncien a la Secta.


    —Jamás vamos a renunciar y abandonar a nuestras familias, asesinos, ¡lucharemos para proteger a la Secta!, es el único hogar que conocemos. —La declaración de valor fue tomada como una hostilidad para mí, solté un suspiro lleno de resignación y entonces me acomodé en una postura ofensiva. Me sentía peor que una mierda.


    —¡Entonces pelea, niño de la Secta! —El chico cargó contra mí, blandiendo su espada corta repleto de honor, detrás de él, venía su compañero. No hacía falta decir lo que pasó, antes de que sus cerebros siquiera pensaran en cómo atacar, ya los había matado de un corte directo a la garganta. El poder del hechizo de refuerzo llegó a ser injusto, yo me movía como un súper humano, me bastó medio parpadeo para degollarlos de un solo ataque.


    Ante la heroica muerte, los niños de 12 años tomaron valor y sacaron sus escasas armas para morir dignamente. Ellos sabían que no iban a vivir, pero decidieron dar sus vidas en una última batalla injusta, donde no había posibilidad alguna de ganar.


    No quería ni describir el horror que pasé matando a esos pequeños, decidí acabar con ellos de la misma forma en que maté a sus líderes. Nadie logró repeler uno de mis tajos ni esquivarlos, simplemente me encontraba en otro nivel, ni siquiera los sectarios más poderosos eran rivales para mí. En menos de 5 segundos había matado a todos los miembros pequeños capaces de luchar por sí mismos.


    —Sería estúpido decirles que no tengan miedo, ¿verdad? —Ya no podía controlarme, para este momento estaba llorando, mis lágrinas hipócritas no merecían ningún perdón. Nadie podía ni debía perdonarme, los pequeños menores de 6 años se ocultaron llorando en voz alta, la imagen de mi espada masacrando a sus queridos amigos seguramente quedó grabada en sus corazones.


    Una triste memoria que jamás olvidarán y que en un futuro, se convertirán en vengadores, cuyo único objetivo en la vida sería matarme.


    Los traumas de la infancia eran los que peor marcaban la personalidad de un individuo, urgía cortar esta cadena de odio ya mismo. Me puse frente los más chicos con mi espada en mano, maldición, Arondight no se creó para matar vidas inocentes. Quise retirarme y dejarlos a su suerte, pero sabía que dicha opción solo traería más dolor, entonces, en un acto de crueldad…


    Yo…


    Yo…


    Los maté.


    Quemé sus cuerpos con mis llamas para que no hubiese ninguna evidencia de la barbarie, nadie sabrá como murieron estos niños jamás. Lo único que quedaba de ellos era su recuerdo atormentándome , las miradas de horror antes de ser asesinados jamás desaparecerán de mi memoria.


    —No puede ser, no puede ser, no puede ser, no puede ser, ¡esto debe ser un error! —exclamé, pero este dolor lo tenía bien merecido. Necesitaba recibir odio urgentemente, ser reprochado por mis acciones, aún si esta matanza salvó miles de vidas inocentes en Juan Álvarez, el precio que pagué por ello fue abrumador.


    Lo único que me mantenía cuerdo era la sonrisa de Esmeralda, por ella yo cegué a muchas personas y las mandé al infierno sin piedad alguna. Usar su imagen para cometer masacres me hizo sentir peor, como un demonio asesino, un monstruo carente de piedad y bondad en su corazón. Sí, en el fondo, yo y Gilberto no éramos muy diferentes.


    Ambos matamos por placer.


    Él causaba daño para joder a las personas.


    Yo hacía daño para proteger a mi querida Esmeralda.


    Al final, las intenciones no contaban, solo el resultado y en eso, los dos compartíamos números.


    —¿Y al final yo salvé a Juan Álvarez, no?, ¿yo salvé a Esmeralda?, sí, yo los salvé, ¡yo los salvé! —Esto era tan gracioso que no pude evitar reírme, es decir, maté a inocentes, para salvar inocentes. Estos niños sectarios no tenían la culpa de estar aquí, sus mentes fueron lavadas por Wiccato y al mismo tiempo, les prometieron una paz que jamás vendrá. Lo mismo pasó con el chico ciego que maté hace años.


    Estos miembros me enfermaban, eran seres repulsivos que no podía mirar, pero en el fondo, ellos también tenían esperanzas, tenían sueños, ilusiones y una meta en común. Y yo vine aquí y los aplasté, sin juzgar sus situaciones o experiencias, fue una muerte rápida para algunos, dolorosa para otros.


    Mis carcajadas se mezclaron con las lágrimas que salían de mis ojos, me veía como un idiota, un grandísimo idiota. Pero esta no fue la opción correcta, sino la elección que más placer me causaba, prefería cometer una masacre indiscriminada e injusta, que perder a Esmeralda por una causa honorable/justa.


    El asedio terminó 1 hora después, yo cumplí mi cometido y maté a todos los sectarios de la base principal, los agentes hicieron lo mismo con los estacionados en las costas y centinelas. No obstante, ni Wiccato o Gilberto estuvieron en la isla, su paradero continuaba siendo desconocido, pero al menos destruimos su organización.


    —Misión completa. —Silver me recibió de regreso en el helicóptero, su uniforme también estaba ensangrentado y percudido. No intercambiamos palabras en el viaje de regreso, desde la ventana, pude ver como las naves del Vaticano bombardeaban las instalaciones hasta quedar convertidas en cenizas. De la gigantesca edificación no quedó nada.


    Fue así, como La Secta llegó a su fin.


    POV: Pablo, fuera.


    Los resultados jamás se dieron a conocer al público en general, Pablo Casanova fue condecorado como un héroe (secretamente) por haber salvado la ciudad, no obstante, el muchacho decidió no recibir ninguna recompensa monetaria, ni títulos o reliquias. Le bastaba con volver a casa y recuperar su vida normal, ya había tenido suficiente con los asuntos sobrenaturales. O al menos, eso creyó, en el fondo, sabía que la situación estaba muy lejos de terminar. Wiccato y Gilberto Casanova continuaban merodeando por ahí.


    Justo como prometió, al día siguiente de la masacre, el chico ya estaba parado en la puerta de su casa, los hechos sangrientos ocurrieron tan rápido que su mente tardó en asimilarlo. ¿Cómo vería de nuevo a su preciada Esmeralda?, por un momento se sintió sucio, alguien tan horrendo y brutal como él no merecía tocar a una chica tan dulce como Esmeralda. Al menos, ese fue su pensamiento inicial, poco sabía el pelirrojo, que su novia estaba muy consciente de la situación.


    —Ya llegué. —Pablo abrió la puerta principal muy temeroso, su rostro lo decía todo, ya no era el chico gentil que Esmeralda conoció en la preparatoria. Las personas cambiaban y en este caso, la transformación no fue para bien, el chico se veía agotado, su semblante no era ni la sombra de lo que llegó a ser cuando tenía 18 años.


    Esmeralda de la Luz supo de inmediato lo que pasó: Pablo había matado personas en su nombre y por el estado de su rostro, fueron muchas.


    En lo más profundo de su corazón, todavía quedaba una pizca de honor, Pablo Casanova deseaba ser castigado, perder a su amada era un precio justo a pagar por todas sus malas acciones. Nadie más podía culparlo, el Vaticano jamás hablará, Silver era un soldado y para él, la misión fue un éxito, no había nada de que reprocharle a Pablo. Las víctimas no tenían voz ni voto, tampoco ellas serían capaces de culpar a Casanova.


    Sí…


    Irónicamente, el genocida más grande del siglo XXI no recibirá odio ni culpa alguna de alguien.


    La única persona capaz de hacer esto era la misma Esmeralda de la Luz.


    —Oh, bienvenido a casa, cariño, ¿tienes hambre? —Pablo sabía que no era digno de esas palabras, su rostro poco a poco fue perdiendo color, hasta parecer un enfermo de fiebre amarilla.


    ¿No era eso lo que deseaba?


    —Esmeralda, yo, yo… —El chico no pudo soportarlo más, cayó de rodillas frente a su amada y también inclinó su semblante, para evitar verle los ojos —. Yo hice cosas malas, cosas horribles, lo lamento, no fui como parte del trabajo.


    —Ya lo sé, Pablo. —Era el momento de la verdad, Esmeralda debía culpar a Casanova ya mismo, solo así, las vidas de aquellos sectarios tendrían un significado. Como una Maho Shoujo y amante de la justicia, recaía en sus manos darle su merecido castigo, apartarlo de cualquier posibilidad de salvación o encontrar la felicidad. Un genocida egoísta como Pablo Casanova no merecía sonreír nunca más, el simple hecho de tener un hogar a donde volver ya era por sí misma una injusticia atroz.


    Pablo estaba listo para perderla, merecía lo peor y ambos lo sabían.


    Pero…


    —Yo jamás podría odiarte, Pablo. —Esmeralda cometió la muestra de hipocresía más grande jamás registrada, en lugar de hacer lo correcto y mostrar justicia, la chica decidió brindarle a Pablo Casanova una salvación inmerecida —. Cometiste atrocidades, ¿verdad?, yo lo sé, puedo verlo en tu rostro, aún si lo hiciste por mí, tus acciones deberían ser imperdonables. Pero… ¡Yo te perdono!, aún si nadie más en la tierra lo hace o jamás se enterán de lo que hiciste, yo siempre te perdonaré. Después de todo, yo tampoco soy una mujer perfecta. —La chica le mostró una sonrisa hermosa a Pablo Casanova, fue un momento espantoso para el mundo, pero increíblemente brillante para el pelirrojo —. Te amo.


    —E-E-Eh, ¿lo dices en serio? —murmuró Casanova —. Pero soy lo peor, yo…


    Y nuevamente, como en el baile escolar y otros momentos bellos de su relación, Esmeralda silenció a su querido Pablo de un beso en los labios, a diferencia de los pasados, éste no duró mucho y ambos se separaron casi de inmediato.


    —Si tus actos te hacen lo peor, entonces yo también soy una basura por perdonarte. No me importa, jamás me importará, tú eres el amor de mi vida y estoy dispuesta a luchar contra las convicciones del mundo para defender nuestro amor. Tú por eso lo hiciste, ¿no es así?, luchaste contra tus propias creencias y aniquilaste vidas inocentes solo para protegerme. Es cierto, mi rol como avatar de Gaia y como Maho Shoujo sería castigarte, tú viniste hacia mí con esa mentalidad, ¿verdad? —La chica acarició su cabeza con gentileza, un gesto tan dulce que Pablo todavía no aceptaba como real.


    —E-Exacto —susurró Pablo.


    —Pero te equivocas en una cosa, Pablo, cuando volví a ser una chica mágica, yo misma puse mis propias condiciones y dejé atrás la tonta idea de ser como mi madre. Decidí que seguiría siendo una justiciera solo por placer, porque a la persona llamada Esmeralda de la Luz le encantaba hacer tal cosa. De igual forma, cuando era niña me dijeron que yo era el avatar de Gaia y trataron de hacerme ver como un objeto deseachable y no un ser humano. —La jovencita hizo una leve pausa para respirar, dejando a su novio a la expectativa —. Mi deber como heroína y avatar, me dicen que debo castigarte, pero… Yo no estoy atada a esos códigos ni roles, cosas como el destino y papel, dejaron de ser importantes para mí. Lo que yo quiero es más importante y en este caso, yo, Esmeralda de la Luz, deseo seguir amándote desde lo más profundo de mi corazón. ¡El resto no me importa! —Esmeralda mandó a la mierda todos los conceptos que la ataban, de haber sido fiel a sus principios o continuar teniendo la ideología de su adolescencia, quizá el resultado habría sido más justo para el mundo.


    Pero no, Esmeralda continuó amándolo todavía más, con eso, cualquier posibilidad de justicia había terminado. Pablo se sintió agusto consigo mismo, a pesar de cargar con una cicatríz tremenda bajo su alma, todavía le era posible encontrar la felicidad. Las pocas personas ajenas al Vaticano que sabían de la tragedia no lo culpaban de nada, Gilberto y Wiccato vieron su caída hacia la destrucción como algo divertido, aún si volvían a pelear, ambos pelirrojos lo harían por otros motivos ajenos a la justicia. Con Wiccato era igual.


    El mayor genocida del siglo XXI había sido perdonado.


    —Gracias, en serio, ¡muchas gracias! —Pablo no pudo más, el chico rodeó con sus brazos a su querida novia, mientras un montón de lágrimas alegres se resbalaban por sus mejillas.


    —Ay, no llores, que yo también lo haré. —Más tardó en decir su frase que en llorar por sí misma, los dos eran unos sentimentales de primera. Reían mientras lloraban, a los dos no les importó sepultar miles de vidas bajo su manto de hipocresía feliz.


    Justo como Esmeralda dijo en el día de la graduación: No era nuestro problema.


    Y así, la mayor injusticia del nuevo milenio fue olvidada para siempre, incluso por el mismo Wiccato, cuyos planes poco a poco saldrían a la luz.

    Fin de la historia 42

    El climax está moviéndose conforme pasan los capítulos, como verán, Wiccato tiene un plan, ¿cual creen qué sea su idea?
    ¿Qué les pareció el capítulo?
    ¿Valió la pena salvar Juan Álvarez?
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  15.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Ya me parecía raro que tardaras tan poco en actualizar :V. Pero bueh, el episodio se sintió cortito y rápido. Pero no por ello carente de la calidad a la que nos tienes acostumbrados ;)

    Repámpanos, pobre Pablo... se tuvo que tragar todo su orgullo para ir a aniquilar un montón de guerreros... y niños. WTF, man!?

    Esa es una buena ilustración de los horrores de la guerra u__u... aún si es por un bien mayor (la mayoría de las veces eso no pasa de un supuesto), los sobrevivientes realmente quedan en un shock tremendo.

    Pero supongo que para mí sí valió la pena salvar Juan Álvarez... al menos para la gente común y silvestre. Ah, pero espera a que Carlos se entere. Va a dejar una tremenda cagada D:.

    En fin, esperaré lo que sigue :V
     
  16.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    3255
    Poco a poco, se acerca la mejor parte.



    Historia 43: La última pieza


    No quedaron ruinas ni tampoco cadáveres en la isla de la Secta, de hecho, solo pequeñas cenizas yacían esparcidas por el suelo y de manera tan selecta, que un improbable viajero jamás podría imaginarse el pasado del lugar. Aún así, se respiraba un aura deprimente en el sitio, incluso Casanova Gilberto sintió un ligero malestar por haber pisado aquellas tierras malditas. A lado suyo estaba Wiccato, cuya mirada no se veía molesta por la muerte de sus antiguos súbditos.


    —Menudo baño de sangre, ¿estás seguro de que fue la elección correcta?, pudimos haber ganado si yo hubiese estado acá. —Gilberto no mentía, el bastardo podía cambiar el transcurso de la contienda, sobretodo en contra del ejecutor final, Pablo Casanova.


    —Sí, esta es la elección indicada. Ya lo verás, Gilberto. —Wiccato tronó sus dedos, al hacerlo, un enorme pentagrama apareció debajo de sus pies, éste contaba con líneas azules y bordes rojos, producto de las almas caídas en la batalla de la Secta —. Esta era mi verdadera intención, Casanova, creé a este grupo para poder sacrificarlo de esta forma. Me tomó más de cien años, pero al fin lo conseguí.


    Para poder engañar al planeta, Wiccato hizo que el genocidio fuese un hecho natural de otras personas y no de él, de esa manera, el planeta tierra no podría hacer nada para evitar sus planes, ya que ésta siempre actuaba sobre la marcha y no con anticipación. De haber sido Wiccato mismo el creador del genocidio, es decir, matar él mismo a todos (cosa que podía hacer) Gaia seguramente hubiese creado un paladín de último segundo, acabando así con las ambiciones del mago.


    Pero no sucedió.


    Wiccato en verdad era un genio de la planeación, un mago sin arrogancia ni tampoco altanero con sus habilidades. Fue dicha paciencia lo que llevó a ese momento glorioso, Gilberto le aplaudió sarcásticamente, pues él reconocía al mago como un igual y lo respetaba, a pesar de sus bromas de mal gusto y diferencia de opiniones, el tío de Pablo en verdad consideraba a Wiccato como su amigo.


    —¿Y qué harás con esa energía? —cuestionó Gilberto.


    —Esto. —El pentagrama liberó una cantidad apocalíptica de poder, no era una exageración, con dicha energía Wiccato podía partir la tierra en dos, el impacto de fuerza fue tan repentino que todas las personas sobre la faz del planeta pudieron sentirlo. Esmeralda también —. ¡Ritual de los siete anillos! —Por fin, luego de mucho tiempo, el gran mago Wiccato logró un paso importante para su objetivo definitivo. Su cuerpo se elevó como si fuese un Dios, absorbiendo consigo toda esa abrumadora energía sin ningún inconveniente. Wiccato descubrió que podía realizar el ritual si imitaba una cantidad de poder equilvalente a la del avatar de Gaia, en este caso, reunió todo un grupo selecto, lo entrenó y finalmente, movió las cuerdas del destino para que sus muertes fuesen la llave para incrementar su fuerza considerablemente.


    —E-Eso es mucho poder, joder, ¿acaso quieres volverte un Dios? —Gilberto retrocedió unos pasos ante semejantes explosiones que salían por todos lados, no obstante, Wiccato tronó sus dedos nuevamente, al hacerlo, el cuerpo del pelirrojo malvado también se llenó de energía y superó sus límites con creces, al punto de volverlo un ser casi supremo —. Oh, ¿yo también recibo el regalito? —sonrió, a decir verdad, Gilberto no necesitaba un power up, pero Wiccato consideró un buen movimiento dárselo. Después de todo, el criminal no era ningún tonto, a pesar de sus placeres inhumanos, Gilberto continuaba siendo uno de los mejores peleadores del planeta.


    —No quiero volverme un Dios, después de todo, los dioses no existen, son creados de acuerdo a la consciencia colectiva de los seres inteligentes. Más bien, deseo moldear al mundo como un rey, alguien que ve más allá de las dimensiones y accede a la cuarta dimensión. Con mis poderes actuales, puedo abrir una brecha hacia ese lugar y empezar así el cambio. No obstante, hace falta una pieza más, el avatar de Gaia, cuando Esmeralda de la Luz sea derrotada en el altar dimensional, su energía será la que me de la llave para empezar la reformación de la humanidad.


    —Déjame ver si entendí, necesitabas matar a toda la Secta para abrir el portal y necesitas a la mocosa heroína para realizar el hechizo, ¿no es así?


    —Exacto —respondió Wiccato.


    —No tendrás muchos problemas en ganarle, la última vez que nos enfrentamos la hice picadillo y ella no fue capaz de tocarme.


    —Han pasado varios años desde ese combate, además, el poder de Gaia despertará tarde o temprano. La chica en sí no me preocupa, yo fui moldeando su personalidad con elecciones difíciles y también, la paliza que tú le diste le hizo cambiar de parecer. Me enfrentaré a una Esmeralda muy distinta a la que tú apaleaste.


    —Da igual, ¿es momento de atacar, entonces? —volvió a preguntar Gilberto.


    —No, todavía falta una última pieza en este rompecabezas, vamos por ella en este instante.


    Del otro lado del mundo, en Tokyo, Japón, un pequeño restaurante cerró sus puertas. La noche había caído y los clientes volvieron a sus hogares luego de comer unos ricos fideos. Ryo Yamamoto y Emily viajaron a Japón para vivir ahí, luego de unos años llenos de dificultades, los dos pudieron abrir el famoso restaurante que Ryo deseaba. Sus vivencias en México le dieron conocimientos culinarios excelentes, servía tacos, empanadas y los platillos típicos de Japón, sobretodo, fideos.


    No obstante, los dos sintieron las tremendas fuerzas que vinieron desde México, el ritual de los siete anillos no pasó desapercibido por nadie, los civiles incapaces de comprender el mundo sobrenatural, solo sintieron una molestia en el estómago, pero aquellos como Emily o Ryo, cuyos cuerpos se adaptaron al mundo misterioso, lo resintieron todavía más.


    —¿Qué ha sido eso? —susurró Emily.


    —No lo sé, pero presiento una fuerza oscura. —Y en ese instante, las dos figuras malvadas aparecieron en medio del restaurante. Ryo no los vio venir, el muchacho japonés abrió sus ojos como platos al presenciar la llegada de los individuos, sobretodo, de Gilberto Casanova —. ¡Ustedes!


    —Oh, ¿tú eras la temible Magical Blade? —Gilberto observó a la pareja con altanería, Wiccato en cambio, simplemente suspiró.


    —Ese nombre quedó en el pasado, ¡soy una mujer nueva ahora!


    —A mí no me engañas, pequeña Emily, dentro de tu corazón todavía existe sed de justicia. Ganas de cambiar al mundo y volverlo una utopía donde nadie más tenga que sufrir. —Wiccato dio unos pasos hacia el frente, pero Ryo valientemente se interpuso.


    —Emily está bien ahora, no tienen porque venir a molestarla, ¡largense de una vez! —Menuda valentía, el muchacho no se intimidó ante aquellas dos entidades monstruosas. Incluso los hechiceros más poderosos del mundo retrocederían ante Wiccato y Gilberto Casanova. Pero Ryo no lo hizo, retroceder significaba darles la razón a ellos.


    —Ya he cambiado, no necesito ser una heroína, solo me basta con ser feliz.


    —¿Es eso cierto?, ¡no me hagas reír! —Wiccato avanzó hasta quedar frente a Ryo, luego, pasó de largo hasta ponerse junto a Emily —. Yo sé que lo recuerdas, aún no lo has superado, por más que lo niegues y trates de usar tu amor por Ryo como excusa, sé que aún odias a la humanidad. Odias la injusticia y el destino de tus padres, ¿no recuerdas a ese imbécil que mató a tu mamá?


    Las paredes del restaurante se convirtieron en proyecciones ilusorias, Ryo y Emily presenciaron la escena donde la madre de Emily fue asesinada por solo cincuenta pesos. Sin embargo, ninguno de ellos conocía la verdad, Wiccato empleó un hechizo capaz de darle ideas raras a la gente, no era manipulación ni tampoco lectura de mentes. Solamente plantaba la semilla de una idea y ésta crecía conforme pasaba el tiempo.


    Wiccato le plantó el siguiente pensamiento al asesino: “Ella tiene una fortuna”, por ende, no dudó en matarla, pues al ver el billete de cincuenta pensó que se burlaba de él. Sí… El verdadero culpable de la tragedia familiar de Emily, fue Wiccato, pero esto no lo sabía ni Gilberto Casanova.


    —M-Mamá… —susurró Emily.


    —Sí, es tu madre, la persona que te dio la vida y te amó con todo su corazón. Pero, sus palabras aún viven contigo: La humanidad es una mierda, nada tiene sentido, todo está mal, muy mal. Ella no ha sido la única víctima de las injusticias provocadas por el hombre.


    Las imágenes cambiaron al momento en que su padre era ejecutado por los cazadores, fue una muerte rápida y dolorosa, Emily alcanzó a verse a sí misma acurucada del terror en una esquina. Sin embargo, las imágenes no se detuvieron ahí, durante los siguientes segundos, Emily vio un resumen de cada muerte en la historia de la humanidad.


    Pero no cualquier fallecimiento.


    Lo que ella vio ahí…


    Fueron muertes violentas.


    Violaciones, mutilaciones, crímenes de guerra, todo un sinfín de experiencias acumuladas por Wiccato a lo largo de los años. Con cada segundo que pasaba, la mente de Emily se rompía por dentro.


    —¡Basta!, por favor, no sigan. —Ryo intentó tapar los ojos de su amada, en un intento inútil de protegerla.


    —No servirá de nada, las imágenes corren más rápido en su mente. No tiene porque verlas, anda, Emily, ¡siente el odio de la humanidad!, recupera a la justiciera que hay en ti. Tú puedes evitarlo, puedes crear un mundo donde nada de esto tenga que pasar, tienes una misión desde el momento en que naciste. —Wiccato continuó con su discurso, sus palabras seductoras estaban atrapando a Emily fácilmente, la chica trató de ignorarlo, pero fue inútil. Ella todavía quería vengarse, después de todo, su odio era más fuerte que el amor hacia Ryo.


    —¡Emily!, ¡ya basta!, ella no desea esto, hemos alcanzado la felicidad aquí, ¿por qué la necesitan?, son lo bastante fuertes para conseguir sus metas sin dañarnos. —Ryo no lo comprendía, el poder de aquellos individuos era abrumador, posiblemente solo una coalición numerosa de hechiceros podría vencerlos.


    Entonces… ¿Por qué motivo querían a Emily?


    Ella era más débil que Esmeralda y sus únicos talentos eran matar y hacer fideos.


    ¿Para qué la necesitaban?


    —Anda, ¿acaso no quieres esta realidad? —Wiccato le mostró a Emily una visión imaginaria, en ella, veía a sus padres vivos en una gran ciudad, sin deudas ni tampoco preocupaciones. Todo era perfecto, nadie lloraba y a lo lejos, vio venir a Ryo con un brillante anillo de compromiso.


    Su madre lloraba de alegría, su padre bromeaba con Ryo y le daba su bendición.


    Era el mundo perfecto, una imagen que jamás podrá ser en esta vida, pero sí en otra realidad, en un sitio, donde la gente mala jamás tuviese éxito. Sus padres murieron por culpa de la ambigüedad provocada por la gente, después de todo, la ejecución de su progenitor fue una acción correcta.


    —Y-Yo…—La chica derramó unas cuantas lágrimas de tristeza, mentiría si dijese que no.


    —¡No los escuches, Emily! —volvió a gritar su enamorado, el chico se sintió imponente, ¿cómo podía convencerla de lo contrario?, miles de ideas pasaron por su agitada mente, pero ninguna dio resultado.


    —Anda, ven conmigo, Emily, tu misión te liberará de estas cadenas opresivas y encontrarás la felicidad. Tu novio Ryo será beneficiado también, todos ganaremos. ¿No quieres prevenir esas escenas?, un mundo sin injusticias ni lamentaciones, donde la gente buena sea feliz y los malos se hundan en la mierda.


    —¡Ryo!, ¿por qué no vienes conmigo?, juntos crearemos un mundo mundo, ¡siempre que estés a mi lado nada es imposible!, ¿no me lo prometiste?, ¿no me prometiste que me apoyarías siempre? —Las lágrimas de la jovencita no se detuvieron, al punto en que arrojó sus lentes hacia el piso, rompiéndolos en el acto. Esas prendas, eran la prueba real de que ella continuaba siendo Emily, sin ellos, su rostro volvía a ser el de Magical Blade.


    —No puedo ir contigo, hacerlo va en contra de mis ideas pacifistas. Amo la paz, ya deberías saberlo.


    —¡Vamos!, por mí, ¿no eres capaz de sacrificar tu forma de ser?, ¿no ibas a darlo todo por nuestro amor? —Emily continuó llorando, Gilberto solo mostró una sonrisa cautivadora ante esta discusión. El enfermo amaba ver sufrir a la gente.


    —¿Ya te escuchaste a ti misma?, Emily, no te vayas, yo sé que juntos alcanzaremos la felicidad, es más, ¿no la habíamos alcanzado ya?, trabajando unidos en este restaurante y esforzándonos diariamente para hacer sonreír a los clientes. Yo estudié gastronomía y tú administración, somos la pareja perfecta, no necesitas cambiar nada de este mundo, no es deber tuyo —argumentó Ryo.


    —¿Entonces no vendrás conmigo? —susurró Emily.


    —No, no iré.


    —Lo siento, Ryo. —Emily dio unos cuantos pasos hacia el frente, el muchacho japonés no podía creer lo que veía. Su dulce Emily, la chica que amaba de todo corazón, le estaba dando la espalda —. Te amo y por eso, tengo que hacerlo. No podré ser feliz de otro modo, creí poder escapar de mi destino, pero me equivoqué, al final, soy Magical Blade antes que Emily.


    —N-No hablarás en serio, ¿verdad? —susurró, el chico volteó su rostro y encaró a Emily de frente.


    —Adiós, Ryo. —Con la mente rota y el corazón destruido por las imágenes, Emily tomó el hombro del mago y luego, desaparecieron del lugar sin dejar rastro alguno.


    —¡Espera!


    —De nada te sirvió el romanticismo, muchacho, me quedé para ver tu reacción y veo que valió la pena. —Gilberto en cambio comenzó a reírse, sus carcajadas resultaban dolorosas, al punto en que Ryo deseaba pegarle. Aun así, el muchacho evitó una locura, sabía que meterse en una pelea contra Gilberto no le traería nada bueno.


    —No lo entiendo, ¿para qué la quieres?


    —¿Eso importa?, el verte sufrir es encantador. Eres un alma pura y noble, ¡tu dolor es el más placentero de todos! —Gilberto continuó sus ruidosas carcajadas, Ryo respiró profundamente para no golpearlo, su entrenamiento marcial estaba dando frutos al poder controlar la ira desbordante que guardaba consigo —. Pero ya que me caes bien, te lo diré, Emily solo es un chivo expiatorio para un objetivo más grande. En pocas palabras, morirá.


    —¡Eh!, p-pero si Wiccato dijo que…


    —¿En serio le crees a ese tipo?, Wiccato creó una organización en más de cien años y al final, los sacrificó a todos. No quedó nadie vivo, ¡al final, Emily es solo una pieza que será sacrificada en nuestro plan! —Ryo no pudo más, cegado por la ira y ahogado de odio, lanzó un puñetazo directo al rostro de Gilberto Casanova. Menudo error, justo como predijo, el pelirrojo mayor detuvo el impacto y peor aún, le hizo una llave de lucha que acabó por doblar sus cinco dedos hacia atrás.


    —¡Ah! —exclamó Ryo, presa del dolor.


    —¿Qué pasa?, ¿no puedes salvar a tu amada? —Gilberto se agachó y sin piedad alguna, tomó la otra mano del muchacho, doblándola hacia el frente —. ¡Eso, grita del dolor!


    —¡Maldito!, yo, yo… —A pesar de tener ambas manos inservibles, Ryo luchó por reincorporarse —. No dejaré que eso pase.


    —Tienes agallas, muchacho, ¡pero el valor por sí mismo no es suficiente! —Casanova Gilberto pateó la cara del chico en el piso y continuó haciéndolo por dos minutos enteros. Como era de esperarse, su atractivo rostro quedó reducido a una bola de moretones y sangre, el maniaco solo se reía de su determinación. Ryo nunca dejó de intentar moverse, continuó esforzándose con ponerse de pie, solo para ser pateado brutalmente en la cara.


    —J-Jamás me rendiré, E-Emily…—susurró.


    —¿Aún puedes moverte?, sorprendente, no esperaba menos de ti.


    —Y-Ya lo verás… —Ryo por fin pudo ponerse de pie, su mente estaba confundida y su vista deficiente. Sintió mareos, el chico no debería ser capaz de moverse, pero ahí estaba él, intentando perseguir a la chica de sus sueños hacia el abismo de la desesperación —. Salvaré a Emily.


    —Tu dolor solo me provoca placer, ¡que emocionante!, ¡que emocionante!, las personas como tú solo me entretienen más. —Para desgracia suya, Gilberto volvió a golpearlo en el rostro con tanta fuerza, que salió volando dos metros hacia atrás, hasta chocar con el mostrador de su restaurante —. ¿Vas a levantarte de nuevo, pequeño Ryo?


    —S-Sí, m-me levantaré las veces que sean necesarias…


    —¿Acaso eres masoquista? —Gilberto se cruzó de brazos y sonrió, en efecto, Ryo no dejaría de levantarse hasta que la muerte se lo lleve cargando. Era una determinación casi sobrehumana, muy parecida a la de su sobrino.


    —No tengo miedo de morir aquí, ¡no puedo morir aquí! —Ryo recuperó el balance y logró ponerse de pie sin usar sus manos, apenas se mantenía consciente, no obstante, su valor solo aumentó conforme los golpes vinieron —. Emily es la mujer de mis sueños, la persona más importante para mí, ¡no me dejaré vencer!, golpéame todo lo que quieras. Mi respuesta no cambiará, ¡yo la salvaré de ese destino cruel!


    —Oh, ¿y cómo sabes qué ella no desea eso?, nosotros no le mostramos mentiras. En efecto, Wiccato puede crear un mundo diferente, ¿acaso estás menospreciando los sueños de tu novia?, ¿no es arrogante de tu parte creer que la estamos manipulando?


    —E-Eh, ¿qué quieres decir?


    —¿Por qué no puedes aceptar que Emily tiene una mentalidad diferente a la tuya?, te la has pasado resistiendo mis golpizas con la firme creencia de que Emily lo hace contra su voluntad. Pero no, ella pudo haberse negado, pudo haber tomado tu mano y elegir el camino que le ofrecías. Wiccato y yo no la amenazamos con venir. A lo mejor ella y yo los habríamos asesinado si se hubiesen negado, pero Wiccato sigue siendo un soñador estúpido, él los habría perdonado de no querer participar en el plan.


    —No puede ser, ¿dices que Wiccato pudo habernos perdonado? —cuestionó Ryo, el chico aprovechó la charla para recuperar su aliento.


    —Sí, él sacrifica a las personas por un objetivo en particular, pero no le da gracia matar para complacerse a sí mismo, como a mí. ¿Ahora lo ves?, Emily siempre fue así, vivir engañada solo aumentaba su frustración personal. Te lo pondré de esta forma, Ryo, ¡Emily abrazó la venganza!, es un hecho que no puedes negar.


    —Y-Yo… —El chico no sabía que responder, por un momento, su determinación menguó —. Es cierto, entonces actuaré de forma egoísta y cambiaré mi frase: Aún si Emily me odia o no podemos volver a estar juntos, yo la salvaré, impondré mi ideología sobre la suya para traerla de vuelta.


    —Oh, ¿ahora no suenas más humano?, yo jamás me creí ese chiste del héroe desinteresado, chico japonés. —Gilberto tronó sus dedos, al hacerlo, las manos heridas de Yamamoto regresaron a la normalidad —. Toma esto. —Posteriormente, Gilberto le arrojó un anillo dorado, éste contaba con el mismo símbolo que usó el ritual de los siete anillos.


    —Mis manos, ¿están curadas?, ¿qué es esta cosa?


    —Verte sufrir es placentero, si tantas son tus ganas por salvar a esa mediocre, ponte el anillo, éste va a transportarte inmediatamente al lugar donde la cuarta dimensión se abrió. Quizá te lleves otra sorpresa al ponértelo, pero no quiero arruinar el momento. —Gilberto cruzó sus brazos y mostró una sonrisa pedante al japonés, Ryo no tardó mucho en recuperar la mirada firme de hace un momento.


    —La salvaré, ¡ya verás que la salvaré a como de lugar!


    —Pues buena suerte, muchacho, ¿cuánto estás dispuesto a sacrificar por la persona que amas? —Y tras decir eso, Gilberto desapareció del restaurante.


    Las piezas ya estaban en su sitio.


    Era cuestión de tiempo para empezar la batalla final.


    Fin de la historia 43
     
  17.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Oh, vaya O__o... ese enfermo de Gilberto lo ha hecho de nuevo. Aunque la escena fue mucho más "soft" que las que suele hacer. Pareciera que Gilberto estuviera siendo manipulado por Wiccato, aún si él decide que sea así solo "for the lulz" o "for the evulz" xD. Seh, sigo medio rayado con lo de TvTropes :V.

    Toda esta cadena de acontecimientos me hace sospechar de que va a quedar la embarrada enorme o_oU. Y ahora que Esme-chan sintió que algo estaba sucediendo, pues me pregunto cómo reaccionará ante todo.

    Ay, Emily... no merecías que tu pasado se mostrase así nuevamente u_u... qué triste todo.

    Ah, y por cierto

    Te comiste una "u" en medio de tu emoción al hacer este nuevo episodio xD. Vaya dedazos -w-U

    Nos vemos en otro episodio, ya sea tuyo o mío :V
     
  18.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    3281
    Nuevo cap disfruteeeen.



    Historia 44: Otras posibilidades


    El cielo de Juan Álvarez se vio manchado por una gigantesca marca negra, los civiles elevaron sus miradas para ver semejante espectáculo visual. No hubo discresión ni cuidado en aquella demostración de poder, Esmeralda salió al patio de su casa y lo vio por sí misma: El portal a la cuarta dimensión, Wiccato desató el ritual de los siete anillos repentinamente, que ninguna organización sobrenatural pudo predecirlo.


    Los gremios mágicos, el Vaticano, los cazadores y varios grupos afiliados quedaron como una bola de inútiles, ya de nada servía encubrir lo sucedido, millones de personas alrededor del globo tomaron fotografías y videos del suceso, haciéndolo trending topic en menos de un minuto.


    —Ha llegado el momento, Pablo. —Esmeralda sintió el llamado de Wiccato, era su destino enfrentarlo dentro de la cuarta dimensión, escapar resultaba imposible —. Mañana temprano iré al portal para batirme en duelo con Wiccato, dejaré que los paladines hagan su trabajo y acordonen el área.


    —Ya veo, es la hora de ponerse serios, iré contigo, Esmeralda, no creo que Wiccato juegue limpio y te deje entrar sin oponer resistencia.


    —Gracias, si me disculpas, creo que iré a la iglesia abandonada, no se encuentra muy lejos de aquí. Consideralo como un mini retiro antes del combate. —Nuestra valiente heroína quería ver por última vez el lugar donde empezó su camino en la hechicería. Más que una despedida, Esmeralda deseaba darle su agradecimiento a la difunta madre Joaquina, ya que fue ella quien le enseñó a vivir en el mundo sobrenatural.


    —¿Quieres que te acompañe? —preguntó Pablo.


    —No, necesito ir sola, volveré antes del anochecer, lo prometo. —Y con una sonrisa apacible, Esmeralda caminó a paso lento rumbo al templo abandonado. En el camino se topó con cientos de ciudadanos que tomaban fotos del suceso, ninguno de ellos sabía la verdad detrás de aquel fenómeno irreal y era mejor así, las personas normales no deberían de involucrarse en algo tan peligroso.


    El tráfico se detuvo, los trabajos pararon sus actividades, todo Juan Álvarez quedó embobado por el espectáculo que sucedía sobre sus cabezas. La única que no volteaba su semblante directo al cielo era Esmeralda, ella prefirió seguir mirando al frente, pues tarde o temprano, la batalla por el futuro de la humanidad empezará.


    Los años le pesaron al templo, anteriormente había una gran puerta de madera que protegía los aposentos de Dios, sin embargo, lo único que quedaba era un trozo arrumbado en el piso y repleto de tierra. Dentro del lugar ya no estaban las figuras religiosas ni las cruces doradas, probablemente fueron robadas por bandidos, lo mismo ocurría con las bancas y la decoración en general.


    —Solo es un edificio viejo —susurró Esmeralda, la chica cerró sus ojos y recordó los viejos días que vivió ahí —. Llegó el momento, maestra, mañana mismo voy a cumplir mi destino como avatar de Gaia, siendo sincera, desobedeceré tus órdenes, me aseguraré de sobrevivir y regresar a salvo. —Nuestra heroína inclinó su cabeza como señal de respeto, sin embargo, también soltó un suspiro repleto de resignación. Al final, los intentos de su mentora por volverla un avatar completo fallaron, ella prefirió la felicidad humana al bien mayor de su propia raza.


    Esmeralda pasó a ver el patio trasero del templo, éste yacía cubierto de maleza y animales como ratas, cucarachas y demás bichos invasores, anteriormente hubo pasto verde y árboles que le daban un ambiente espiritual. No obstante, aquellos días terminaron.


    —¿Ya te pusiste nostálgica, Esmeralda? —Una voz conocida la llamó desde atrás, la joven adulta supo de inmediato quién era.


    —Mago de las dimensiones, ¿a qué has venido? —Esmeralda volteó su semblante hacia el visitante, éste era un hombre con saco negro y corbata roja, portaba un sombrero café, además, llevaba consigo un bastón rojo, como si fuese un caballero de la época victoriana. Un rasgo curioso del visitante, era el color de su piel, ésta parpadeaba constantentemente y nunca obtenía una forma clara, aun así, al mago parecía no molestarle.


    —Oh, ¿no me digas que te volviste fría?, en otras líneas de tiempo tú eras un pan de Dios, Esmeralda. —El mago poseía la increíble habilidad de viajar entre dimensiones y recabar millones de datos al respecto, Esmeralda lo conoció hace dos años, durante un incidente relacionado con los sectarios.


    —No digas eso, me harás ver como una bruja, sigo siendo la misma chica, es solo que ando un poco nerviosa. —Para aliviar la tensión, Esmeralda le sonrió ligeramente.


    —Así está mejor, luces más linda cuando sonríes, ¿a poco Pablo no te dice lo mismo? —cuestionó.


    —Sí, Pablo dice que ama verme sonreír. —Nuestra protagonista se sonrojó un poquito como lo hacía en su adolescencia, a pesar de madurar y cambiar ligeramente su personalidad, la timidez adorable aún existía en menor medida —. Para poder ser feliz, necesito vencer a Wiccato mañana, ¿ahora entiendes por qué ando tan tensa?


    —He visto muchas realidades alternativas, pequeña, pero ésta posee un potencial mayor. No digo que Wiccato esté en lo correcto, de hecho, con mis años de vida he llegado a pensar que no existe el bien y el mal, son solo dos caras que tratan de moldear la historia de este mundo. Es curioso, lo sé, pero cuando has visto millones de realidades tan distintas, me parece imposible que una de las miles de ramificaciones llame mi atención. —El mago de la realidad era un ente que iba más allá de la vida, al ser inmortal (en cuanto a edad) pudo ver muchas realidades distintas y con el paso del tiempo, las dimensiones le dejaron de importar. Claro, eso creyó hasta conocer a la Esmeralda de este universo.


    Un incidente pasado le hizo reencontrarse con su deber de espectador y apreciar cada parte de la vida como un conjunto de elecciones.


    —¿Y qué tiene de especial?, ¿acaso es la peor posibilidad? —cuestionó Esmeralda.


    —¡Claro que no! —El mago comenzó a reírse ruidosamente, no era sarcasmo ni tampoco mala leche, simplemente le pareció un comentario irreverente —. No es una de las peores, tampoco de las mejores, podría catalogar esta dimensión como mediocre o término medio, si no quieres que suene tan feo.


    —Una realidad mediocre, sí, podríamos llamarla de ese modo. ¿Entonces por qué?, si acá no hay nada de valor para ti, ¿a qué se debe tu visita?


    —Porque de esta rama puede nacer un nuevo árbol. Sonará rídiculo, pero es la verdad, ¿sabías que si cortas una parte de cualquier cactus, éste crecerá como una nueva planta?, en las millones de realidades que existen, nunca antes el mundo había estado tan cerca de crear un universo nuevo. Wiccato aún no comprende lo que está haciendo, esto no tiene nada que ver con crear un solo mundo, ¡sino millones!, considera la realidad como un conjunto de dimensiones paralelas que son infinitas, sin embargo, dichas ramificaciones se encuentran conectadas a un solo punto de inicio, el origen de todo. —Esmeralda poco a poco fue entendiendo las palabras del mago, al punto de abrir su boca y quedar asombrada por la increíble revelación que hacía —. Wiccato con su plan, va a desprender una rama de este mundo y creará un inicio diferente. Jamás había pasado esto en millones de años que he recorrido las diferentes posibilidades de la vida. Por eso he venido, no sé como sentirme al respecto, tampoco es que pueda detenerlo, soy un observador, no un guerrero, si intento pelear con él, lo más probable es que me mate. —Tanto él, como Wiccato, eran magos, poseían el mismo título y debido a ello, rompían las leyes de la lógica con suma facilidad, no obstante, en cuanto a talento para pelear, Wiccato le superaba y por mucho, de hecho, no había persona sobre la faz del planeta capaz de vencerlo en un mano a mano.


    —¿Y qué pasará con nuestro mundo si Wiccato tiene éxito? —Esmeralda sintió curiosidad, ¿cómo sería el nuevo BigBang?, ¿en verdad era posible crear un nuevo universo desde cero?, cientos de preguntas invadieron su mente y ninguna podía ser respondida de manera satisfactoria.


    —No lo sé, nadie lo sabe, porque nunca ha pasado. Me parece sorprendente que en una dimensión tan normalucha ocurra un fenómeno sobresaliente, es como si el mismo destino hubiese elegido las condiciones de este mundo solo para ver nacer el plan de Wiccato. ¡Es gracioso y triste a la vez!


    —Normalucha, oye, por pura curiosidad, ¿podrías mostrarme algunas dimensiones mejores?


    —No lo haré, porque si te las muestro, querrás imitar sus pasos para alcanzar algo parecido. Al hacerlo, seguramente acabarás mal, pero lo que sí puedo mostrarte, son las dimensiones peores a ésta, ¿te interesa o no? —preguntó el mago.


    —Adelante, no tengo nada que perder.


    Y en ese instante, la visión de Esmeralda se tornó negra, segundos después, abrió sus ojos y observó un panorama totalmente distinto. Aquello era solo una ilusión, no fue transportada ahí ni nada por el estilo.


    Los edificios de Juan Álvarez yacían destruidos por todos lados, el cielo oscuro no mostraba señales de vida. A lo lejos, Esmeralda divisó a Pablo Casanova caminando sobre un charco de sangre, estaba herido y a punto de morir, mientras una turba enardecida gritaba maldiciones hacia el pelirrojo.


    —¿Qué sucedió aquí? —susurró Esmeralda.


    —Nunca te conoció y aceptaste tu rol como avatar de Gaia, sellaste al poderoso Alastor y cumpliste tu destino. Sin embargo, Pablo continuó viviendo solo y acabó por convertirse en un maniaco peor que Gilberto, costó mucho vencerlo, hicieron falta miles de vidas para poder subyugarlo. Lo que tú ves, son sus horas finales. —La escena cambió a un juicio corto, nadie defendió al pelirrojo, éste se mantuvo asechando a las masas con una mirada vacía.


    —¡Mátenlo ya! —Todos pedían su muerte, el hombre lo sabía, desde el momento en que perdió la fe en la humanidad supo que su destino era morir en la horca.


    Esmeralda vio con tristeza ese destino, quizá, el más desagradable para su novio.


    —Adelante, acaben con esto de una buena vez. —El estrado no dijo nada más, Pablo Casanova recibió disparos en las piernas, los brazos, el estómago y varias partes de su cuerpo. Sin embargo, no murió, continuaba vivo, retorciéndose como un gusano y riendo de manera descerebrada. Se estaba divirtiendo, años de entrenamiento lo volvieron resistente y capaz de aguantar una tortura insufrible, tardaron más de cinco horas en matarlo.


    Durante ese tiempo le hicieron de todo, amputaron sus dedos, le arrancaron los brazos, varios familiares de las víctimas que mató pasaron uno a uno, clavándole cuchillos, disparándole a quemarropa, pateándolo en los bajos, maldiciéndole con toda el alma. Y al final, fue una niña de 9 años, huérfana por culpa del pelirrojo, la que acabó por matarlo definitivamente de una bala en el cráneo.


    En aquel mundo, Pablo Casanova encontró su final a los 34 años.


    —Que terrible, ¿en verdad esto pasó porque morí?


    —No, como él no te conoció, tú no tuviste culpa de nada, cumpliste tu misión y salvaste al mundo de Alastor. Para eso naciste, ¿no es así?, lo que ocurra alrededor tuyo no tiene importancia.


    —Es lo que me decía la madre Joaquina, supongo que hacer siempre lo correcto también puede traer resultados como éste. —Esmeralda maduró, de haber sido una adolescente se habría puesto a llorar en cuanto viese la tortura, sin embargo, lo único que sintió fue lástima por el pelirrojo que estaba siendo ejecutado con justa razón. “Ese no es mi Pablo”, pensó.


    —Pero no hemos terminado, vamos a otra dimensión más y ya. —El escenario volvió a cambiar, solo que, a diferencia del mundo pasado, los edificios no estaban destruidos, sino cambiados. Esmeralda vio una enorme fila de gente marchando hacia las afueras de la ciudad, justo el mismo sitio donde se encontraba el tiemplo abandonado.


    —¿Y acá qué pasó?


    —Ya lo verás —complementó el mago.


    La fila gigantesca los llevó hacia un altar repleto de oro y demás artesanías valiosas, encima de todo eso, yacía Esmeralda, con aproximadamente 30 años de edad. Ella vestía solo un raro bikini negro que dejaba al descubierto su cuerpo entero, sin embargo, no se veía avergonzada ni tampoco molesta por usar dichas prendas tan provocativas. De hecho, nadie la miraba como una mujer, salvo por el sujeto con armadura de placas que estaba parado a lado suyo.


    —Nuestra salvadora, la gran Gaia en persona, ¡alabada seas! —Cientos de personas se inclinaron temerosamente, nuestra heroína vio a su contraparte con terror, el mago simplemente soltó una pequeña carcajada de ironía. La adorable Esmeralda en un mundo alterno acabó convertida en un verdadero monstruo.


    —En esta línea temporal, la gente se enteró rápido de tu secreto y de inmediato, se fundó una religión en tu honor. Al principio, intentaste seguir el camino correcto, pero al tener tanto poder sobre la sociedad llegaste a embriagarte con él, durante la pelea contra Alastor, usaste a Pablo para eliminar su cuerpo y no tener que morir en el sellado. Después de cumplir tu misión, la gente incrementó más su fe hacia ti y tú, los usaste como soldados para eliminar todas las demás religiones. No te detuviste ahí, cualquier individuo que no te tratase como un Dios, era ejecutado, como ese pobre de ahí.


    —¡Soy libre de pensar como quiera!, los humanos podemos tener nuestras propias ideas y sentimientos, ¡no voy a reverenciar a un monstruo como tú! —Un chico rebelde fue traído por dos seguidores frente a Esmeralda, posteriormente, lo encadenaron y pusieron a los pies de la Diosa.


    —¿Ah?, ¿un monstruo?, que pequeño eres. —Esmeralda lo tomó de la barbilla y luego, volteó a ver a toda su multitud —. ¡Escuchen!, esto les pasará si critican mi palabra, yo soy el avatar de Gaia, la voluntad del planeta sale de mis labios, ¡han visto mi poder y de lo que soy capaz!, cosas como la libertad e independencia están de más en este nuevo mundo. ¿Unas últimas palabras?


    —¡Vete al infierno! —Debajo de sus ropas había una bomba, lo que él pensaba hacer, era inmolarse a sí mismo para acabar de una buena vez con la dictadura de Esmeralda. Un acto heroíco que por un momento, llamó la atención de los sometidos, o al menos, eso creyó…


    Justo antes de la explosión, el sujeto con armadura invocó una espada negra y de un solo tajó, partió a la bomba en dos, impidiendo su detonación en el momento exacto.


    —¿Creíste que no lo noté?, pendejo. —Esmeralda pateó la cara del muchacho en repetidas ocasiones, hasta desfigurarle el rostro por completo, los seguidores solo aplaudían como ovejas adiestradas. Todo aquel que se atreviese a mirar hacia otro lado sería ejecutado por el verdugo metálico —. ¡Que divertido!, ¿acaso te duele?, ¿te duele?, ¡pues debería! —El chico se sintió humillado, su intento por salvar a la humanidad falló miserablemente, no había esperanzas ni tampoco fuerzas para oponerse, todo aquel que lo intentaba, moría bajo la espada de su fiel guardaespaldas, Pablo Casanova.


    —¿Debería matarlo ya, Esmeralda? —La única persona en el mundo capaz de referirse a ella por su nombre, era Pablo, a pesar de ser una megalómana dominatrix, continuaba amándolo como en su adolescencia, donde todavía era una jovencita inocente.


    —Por favor, mi dulce guardián. —El pelirrojo se quitó el yelmo que portaba y miró al terrorista con una enferma sonrisa.


    —Tienes agallas, muchacho, una pena que morirás hoy. —Casanova degolló al libertador, posteriormente arrojó su cuerpo a una fosa que se encontraba a pocos metros del trono. Ahí, estaban acumulados los cadáveres de todos los opositores de Esmeralda, al punto de parecer una montaña de huesos y carne podrida.


    —¿Una dimensión poco agradable, verdad? —El mago desapareció el escenario, volviendo así a la iglesia abandonada en la realidad normal, nuestra adorable heroína estaba anonadada, ¿cómo demonios llegó a convertirse en una dictadora exhibicionista?


    —Dios, ¿tan loca me volví?


    —Sí, lo triste de todo, es que no hiciste nada malo para terminar así, cada elección en ambos mundos que viste, fue correcta ante los ojos de la sociedad. Tú eres el avatar de Gaia, debes poner siempre la voluntad del planeta antes que la tuya, porque de ti depende el futuro que este mundo pueda tomar. Sin embargo, fuiste testigo de una verdad caótica: Hacer lo correcto no siempre trae cosas buenas, somos seres humanos, los individuos más impredecibles del planeta, ¿no te parece hermoso?, un millar de posibilidades que se extienden hasta el infinito. —El mago de la realidad sacó de su bolsillo una piedra dorada, a primera vista, parecía un diamante, pero al verlo más de cerca, Esmeralda comprendió que no era de este mundo.


    —E-Esa piedra, ¿qué es?, ¿por qué siento una fuerza extraña cuando la veo?


    —La piedra filosofal, un objeto que no existe en esta línea temporal, he venido a entregartela, Esmeralda, con ella podrás bloquear la fuerza de Wiccato y sellar sus poderes, neutralizarlo o incrementar los tuyos. Son tres opciones que están a tu propia elección, o existe una cuarta, no usarla. —El viajero dimensional entregó la piedra a Esmeralda, ella la guardó en su bolsillo con ciertas dudas en su interior.


    —¿Por qué me la das?, no ayudas a ninguna dimensión ni tampoco metes las manos al fuego. Eres un observador, no un actor. —La chica vio el regalo del mago con suma desconfianza, los años la habían vuelto astuta, pues comprendió que no todos los regalos debían aceptarse.


    —Es verdad, no suelo ayudar a ninguna dimensión, de hecho, no te estoy ayudando. Deseo saber que pasará en este mundo, ¿nacerá un nuevo universo o se quedará solo como un intento más?, Wiccato ha luchado cientos de años por este momento, un último desafío para él será la cereza del pastel. No obstante, si sus planes son arruinados tan fácilmente por una piedrita de otro mundo, quizá no era tan especial después de todo. Por eso estoy aquí, soy solo un mero observador que desea experimentar un poco los colores del destino, Esmeralda de la Luz o Wiccato, el mago de la realidad, dos seres que se enfrentan por el futuro del planeta. ¿Interesante, no lo crees?


    —Tienes una rara manera de darme ánimos, de todos modos, veré que hacer, muchas gracias. —La jovencita sonrió por ultima vez antes de darse media vuelta y caminar hacia el portón caído, sus ocupaciones en el templo terminaron, no tenía más razones para quedarse ahí.


    —Tú y Wiccato no son muy diferentes, Esmeralda. —Nuestra heroína detuvo sus pasos un momento, solo que esta vez, no giró el rostro para verle a los ojos.


    —¿No somos diferentes?


    —No, después de todo, ambos luchan impulsados por el amor. —Y tras decir esas últimas palabras, el mago desapareció.


    El cielo no cambió en el tiempo que Esmeralda estuvo hablando, las personas seguían anonadadas por la imagen tan absurda que su realidad les mostraba, los científicos intentaban buscar una explicación para el fenómeno, sin embargo, nadie logró nada, era un misterio que los hechiceros se esforzaban por esconder. Naturalmente, no iban a resistir mucho tiempo, incluso los gobiernos mundiales exigían una respuesta contundente y mediante el uso de cazadores o mercenarios, tarde o temprano conseguirían la información de una u otra manera.


    —Mañana es el día…


    Finalmente, la hora de la verdad llegó.


    El avatar de Gaia se enfrentará al usurpador de Alastor, en un último combate para decidir el futuro de la humanidad.


    ¿Quién será el ganador?

    Fin de la historia 44

    ¿Qué les pareció el capítulo?
    Como datos curiosos, las dos dimensiones paralelas que se mostraron, fueron ideas descartadas para futuros proyectos, pero al ver que no eran tan malas premisas, decidí darles un cameo canon en la historia. Ya estamos cerca de los finales, espero sigan disfrutando este viaje hasta el final.
     
    • Me gusta Me gusta x 1
  19.  
    J.Nathan Spears

    J.Nathan Spears Adicto Comentarista Top

    Libra
    Miembro desde:
    24 Septiembre 2006
    Mensajes:
    2,303
    Pluma de

    Inventory:

    Escritor
    Wooooow... increíble todo esto O_O. Siempre es bueno ver un episodio introspectivo de nuestra heroína Esme :3. Mierda, soné como un fanboy :V

    Lo primero que noté:

    Ahí tuviste un dedazo :V. La palabra correcta es "discreción". Pero bueh, es como si te escapara un pedo. Nada grave, amigo :P

    Claro, también me sorprendió saber que en este universo, Joaquina decidió morir en paz. Ignoro si tenía los poderes como para rejuvenecer, pero creo probable el que sí los tuviera. En fin, una lástima lo que le pasó a su recinto.

    La aparición del Mago de las Dimensiones también lo hallé un buen recurso, y más todavía el que mostrara las dimensiones alternas que terminaron como el ojete O_O. Mierda, mierda, mierda... y al parecer en ambas Gilberto habrá muerto, ¿Verdad? xD

    Pero bueno, también me entra la curiosidad sobre lo que hará Esme con la piedra filosofal. ¿Será posible ganarle a Wiccato sin usar sus poderes? Lo dudo, a decir verdad... a ver qué rayos ocurre o_oU.

    Como sea, el final está cerca. A esperarlo...
     
  20.  
    George Asai

    George Asai Maestro del moe

    Aries
    Miembro desde:
    15 Mayo 2011
    Mensajes:
    976
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Crónicas de una Maho Shoujo
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasía
    Total de capítulos:
    51
     
    Palabras:
    4330
    Seguimos con los arcos finales, espero les guste.




    Historia 45: Asalto final


    No había marcha atrás, Esmeralda se levantó a las seis de la mañana, comió un ligero desayuno y caminó hacia la puerta de su hogar. Antes de salir, hechó un último vistazo a la sala de su hogar, pues no sabía si regresaría para cenar esta noche. Pablo Casanova tocó su hombro izquierdo, no necesitaba ser adivino para comprender los sentimientos de su querida Esme.


    —Esta noche vamos a cenar carne asada, ¿te parece? —Una promesa frágil, pero hermosa, Esmeralda de la Luz asintió y finalmente, abandonó su morada junto al pelirrojo.


    La ciudad permanecía paralizada, ningún negocio abrió sus puertas ante semejante evento, en el corazón de los ciudadanos no quedaban más que dudas y temor. Nadie podía culparlos, después de todo, estaban siendo testigos de un suceso milenario, algo que jamás volverá a ocurrir nunca más, en ninguna otra línea temporal.


    Curiosamente, el lugar donde más energía oscura circulaba era el terreno baldío a las afueras de Juan Álvarez, aquel sitio maldito que marcó un antes y un después en la vida de Esmeralda.


    —Es un poco tarde para darse la vuelta y huir, ¿verdad? —Esmeralda soltó una broma de mal gusto, claro, ella no pensaba en bajarse del barco en el último segundo, simplemente analizó esa posibilidad.


    —Yo pienso lo mismo, pero ya no hay retorno, tendremos que demostrarle a ese mago nuestro poder. Es la única forma de aspirar a ser felices en este mundo cruel.


    —¡Sí!, lo conseguiremos. —Nuestra dulce protagonista tomó la mano de Pablo, ya no se avergonzaban ni sonrojaban tanto al hacerlo en público, pero todavía quedaba en ella ese ligero rubor que nunca desaparecerá —. Iremos directo a la victoria.


    —Hey, no tan rápido. —Su momento romántico fue interrumpido por una voz conocida, solo que esta vez, no se soltaron ni ocultaron como lo hacían en el pasado —. ¿Tan temprano y ya acaramelados?, que envidia me dan. —Wendy sacó la lengua muy celosa por el romance de su amiga, Gracia estaba a su lado también.


    —Ustedes no pierden el tiempo, pero no irán sin nosotras. —Gracia traía consigo ropa deportiva, unos pants azules con blusa blanca, Wendy en cambio, vestía su uniforme policial negro —. Es la batalla final, ¿creíste que nos la perderíamos?


    —¡Somos un equipo!, en cuanto esa cosa negra apareció, Gracia y yo nos preparamos para la contienda. Además, tengo cuentas que arreglar con mi maestro, toma esto como mi petición egoísta, Esmeralda.


    —Yo solo voy para no quedarme fuera, es deber de una heroína salvar a los débiles y vencer al mal. —Gracia no tenía las mismas razones de sus amigas, ella era quizá, la más pura de las tres, ya que no había deber ni venganza dentro de su alma. Simplemente la mera voluntad de hacer el bien.


    —Muchas gracias, chicas, no soy una persona orgullosa para dejarlas fuera de esto. Muy bien, si ustedes desean luchar a mi lado, yo con gusto les ofrezco mi compañía. Nuestro enemigo es Wiccato, el mago de la realidad, un formidable oponente que ha esperado cientos de años por este suceso, no será fácil, pero estoy segura de que nuestro lazo nos dará la victoria. —Aunque dicho factor sea un cliché más grande que la Ciudad de México, Esmeralda no estaba del todo equivocada.


    Cuanto más grande sea su séquito, mejor.


    Cantidad sobre calidad.


    —¡A darle! —exclamaron las tres amigas, ante la mirada tranquila de Pablo Casanova.


    El grupo caminó directo al terreno abandonado, ahí se encontraba el portal hacia la cuarta dimensión. Los agentes del Vaticano y cazadores resguardaban la zona, resultaba imposible que civiles normales llegasen al punto de encuentro. Por suerte, Esmeralda cargaba una identificación de vigilante y además, contaba con el permiso para acceder al círculo de seguridad.


    Y entonces, a media carretera, otro rostro conocido apareció.


    —¿Necesitas ayuda de un mercenario?


    —Rance, el poderoso. —La sorpresa que se llevó Esmeralda fue mayúscula, ella jamás pensó que su viejo amigo volvería justo antes del momento importante.


    —Creí que tú solo trabajabas por dinero, Rance. —Pablo saludó al mercenario con entusiasmo, ambos chocaron sus puños y asintieron mutuamente, a pesar de sus diferentes ideales, los dos continuaron siendo amigos después de la graduación.


    —Ni todo el dinero del mundo vale una buena amistad, eso es lo que aprendí gracias a ti, Esmeralda. —Rance parecía otra persona, si bien, aún usaba su gabardina negra y sombrero del mismo color, la escencia que emitía no tenía nada que ver con sus días de escuela. Los años que pasaron luego de la preparatoria, le hicieron entender que la amistad no podía compararse con meros placeres carnales.


    —Por Dios, solo quieres hacerte el cool mientras llegas en el último segundo. De acuerdo, me alegra tenerte en el equipo, Rance, tu fuerza será de gran ayuda en esta última travesía. —Y de ese modo, el séquito de Esmeralda por fin alcanzó su forma definitiva.


    La emoción del momento duró poco tiempo, al cabo de algunos segundos un silencio sepulcral volvió a resonar en los alrededores. Faltaban pocos metros para llegar al cerco de seguridad, ahí, varios paladines armados hasta los dientes montaban guardia para el peor de los escenarios.


    Cualquier individuo ignorante de lo sobrenatural se preguntará: ¿Por qué motivo no mandaron una fuerza de expedición completa?, fácil, Wiccato solo deseaba enfrentarse al avatar de Gaia en persona, su séquito fue nada más un capricho personal de ambos contendientes. Los paladines eran el último recurso en caso de fallar la primera opción, es decir, la última resistencia.


    —Para ser el día del juicio veo a todos calmados, ¿no les parece extraño? —preguntó Wendy.


    —Es inevitable, alterarse no afectará en absoluto el resultado. Sigamos avanzando.


    El panorama de la zona sellada difería mucho con el resto de la ciudad, principalmente por la forma en que la energía fluía alrededor del sitio. Esmeralda sintió de inmediato vibraciones anormales en las corrientes energéticas, el portal estaba llamándola desde la distancia.


    “Supongo que no hay otra manera” pensó.


    Frente al grupo, yacía el enorme agujero negro del cielo, su imponente presencia les dio escalofríos, aquello no era algo que debía existir en este mundo. Si, una falla en la realidad, o dicho de otro modo, el error de Gaia…


    —Hay algo extraño, Esmeralda, ¿no se supone que debería haber guardias o monstruos custodiando el portal? —Gracia no estaba del todo equivocada, era sentido común resguardar algo de valor, sobre todo si se trataba de una parte importante del plan.


    —Te equivocas, Wiccato quiere verme, no tiene caso retrasar nuestra pelea, quizá encontremos enemigos dentro, pero no fuera de él.


    —¿Y cómo entramos?, ¿alguna idea? —cuestionó Rance.


    —Yo sé la manera, primero, necesito que se pongan detrás de mí. Abriré el portal de la cuarta dimensión.


    Esmeralda soltó un débil suspiro, en seguida, sus amigos hicieron caso a las instrucciones y formaron una fila detrás suyo. Antes de abrir el portal, nuestra adorable, pero madura protagonista observó los edificios lejanos de Juan Álvarez, en su memoria estaba la visión de una ciudad llena de vida, con un cielo azul resplandeciente, donde las aves volaban de un árbol a otro y cantaban las bellas melodías del atardecer.


    —Nos vemos, Juan Álvarez. —De esa forma, Esmeralda se despidió del pueblo que la vio nacer, el sitio donde pasó sus 25 años de vida, ¼ de siglo, básicamente —. Espero que deslumbres a todos con tu belleza.


    El proceso de transportación fue más rápido de lo que pensaron, Esmeralda simplemente elevó su mano diestra unos centímetros hacia el portal, posteriormente, una luz blanca cegó al grupo temporalmente. Diez segundos más tarde, los chicos por fin pudieron abrir los ojos y enfrentar el nuevo escenario que se presentaba frente a ellos.


    —N-No puede ser…—La primera persona en hablar fue Wendy, ni en sus más locas fantasías imaginó estar pisando la cuarta dimensión, el sitio prohibido para toda la humanidad. El sueño máximo de la hechicería y donde todas las realidades tuvieron un comienzo.


    Aun así, el paisaje no los sorprendió en absoluto.


    De hecho, resultó bastante decepcionante a primera vista.


    No había nada ahí, simplemente un espacio en blanco, ni pasto, ni árboles o escenarios pregrabados.


    —Que lugar más aterrador. —Pablo Casanova se agachó y tocó el suelo, sin embargo, lo único que sintió fue algo parecido a una superficie plana —. No hay conceptos acá, este lugar es diferente a la realidad donde vivimos, ¿verdad?, mi cerebro está sobreponiendo ideas preconcebidas para no explotar, lo que estamos pisando no es un piso ni plataforma, solamente la creación conceptual falsa que nuestras mentes crean para sentirse a salvo, ¿no es así? —Menuda explicación más extraña, Wendy no entendió absolutamente nada de lo que dijo, para ella, la cuarta dimensión era un sitio frío, desolado y triste.


    —Exacto, de hecho, no importa cuanto caminemos, en la cuarta dimensión no existen distancias ni ubicaciones. Para ello, debemos hacernos la idea de que Wiccato está más adelante y avanzar, caminar carentes de ideas o voluntad nos hará perdernos en este mar silencioso —dijo Esmeralda —. Wiccato aparecerá pronto, estén alertas.


    La cuarta dimensión, el lugar donde podían verse todas las dimensiones a voluntad, cada ramificación, cada hecho ocurrido dentro de la caja de posibilidades existía en lo más recóndito de sus pasajes. Miles de hechiceros trataron de llegar ahí, algunos perdieron su humanidad, otros, murieron inútilmente en un vil intento de encontrar la verdad.


    Pero Wiccato no se perdió en la inmensidad del ego, continuó luchando solo, formando un plan superior capaz de superar las defensas del planeta. Su meta en sí, era resetear los conceptos de humanidad, para no tener que distinguir entre negro y blanco una vez más.


    Una utopía donde los buenos siempre sean felices.


    Una utopía donde los malos siempre pierdan.


    Aquel deseo inocente, nacido por la tristeza de haber perdido a su amada, estaba a pocas horas de volverse realidad.


    —¿Cuánto tiempo llevamos caminando? —Gracia no sentía cansancio físico, pero sí mental, el hecho de no ver nada a su alrededor, le hizo sentir nerviosa.


    Justo cuando Esmeralda iba a responderle, ocurrió un fenómeno extraño.


    La cuarta dimensión tomó forma, el piso dejó de ser una mancha blanca y en su lugar, una planicie gigantesca pintó de verde oscuro todo el lugar. Aquello solo podía significar una cosa: Wiccato ya había puesto en marcha su plan inicial, era el llamado a la batalla.


    —Genial, pasamos de un mundo blanco a una planicie infinita, de todas formas, el pasto no se siente vivo en absoluto —comentó Rance.


    —Wiccato ya tiene control de este lugar, es cuestión de tiempo. —Las manos de Esmeralda sudaron un poco, sin importar que tan preparada estaba o cuanto había entrenado en los últimos años, resultaba imposible quitarse el miedo.


    —En efecto, ya tiene el control total. —Carlos apareció de la nada, probablemente invocado por Wiccato, el chico vestía su traje marcial chino, cubierto de sellos mágicos y al mismo tiempo, emblemas orientales relacionados al control del chi —. Has traído un séquito bastante grande, Esmeralda de la Luz, lo siento, pero no voy a dejarlos pasar.


    —Entonces, acabaremos todos contigo, no tenemos tiempo de tus tonterías, Carlos —afirmó Pablo Casanova.


    —Espera, Pablo, no te precipites, pelear todos al mismo tiempo es un plan con maña. Recuerda que Wiccato ya tiene el control de la cuarta dimensión, si nos lanzamos todos contra Carlos, probablemente lo haga desaparecer y tardemos más tiempo en encontrarlo.


    —Oh, muy lista, señorita Esmeralda, reconozco que eres un avatar digno de oponerse al maestro. Tienes razón, si ustedes mordían el anzuelo de atacarme todos a la vez, Wiccato acabaría por desaparecerme en otro lugar y la confrontación final se estaría retrasando. Es algo inútil, realmente, no importa si tardan un minuto o un año en encontrarlo, el tiempo no existe en la cuarta dimensión. Aun así, sus mentes sí van a resentir el cansancio, la desesperación y por ende, crearán un tiempo falso en sus cerebros que los irá desgastando hasta la locura. ¿No suena bonito, verdad? —Sus argumentos tenían sentido, llevar una campaña de desgaste no le convenía al séquito de Esmeralda, pues ninguno de ellos era un monstruo capaz de aguantar siglos de espera en un lugar tan aterrador como la cuarta dimensión.


    —¿Es esto lo que deseas, Carlos?, ¿no podemos encontrar una solución donde no tengamos que pelear? —Wendy quería intentar hablar con él una última vez, era inútil y ella lo sabía, simplemente no podía evitarlo, en el fondo de su corazón, deseaba estar con Carlos como cualquier pareja normal.


    —Lo siento, ya hemos hablado de esto antes, Wendy, hago todo esto por ti, quiero que vivas en un mundo donde puedas sonreír sin contradecirte. Aceptar la realidad distorcionada que nos rige sería abandonar los sueños de todos nuestros compañeros caídos. La Secta ya no existe, tú y yo somos los únicos sectarios que sobrevivieron al exterminio del Vaticano, por el honor de sus nombres y las esperanzas que depositaron en mí, no puedo retroceder, aún si debo romper mis principios para lograrlo. —Su decisión había sido tomada, Carlos no iba a retroceder, el muchacho mantuvo firme sus ideales y los llevó hasta las últimas consecuencias.


    —Es verdad, no vas a retroceder ni aunque te lo pida en lágrimas. Lo siento, no quería herir tu orgullo de guerrero, Carlos.


    —No sé que tipo de relación tengan ustedes dos, pero una pelea suya no sería nada placentera. Yo seré tu oponente, artista marcial, ¿aceptas mi desafío? —Rance dio un paso al frente, de inmediato, Esmeralda abrió sus ojos en par, muy sorprendida por la decisión del chico —. Si solo uno te enfrenta mis amigos podrán seguir adelante, ¿no?, ese es el plan de Wiccato, separarnos para mantener a Esmeralda preocupada o simplemente, disminuir nuestro potencial ofensivo, ¿me equivoco?


    —Acepto tu desafío, hechicero y sí, tienes razón, el maestro desea dividirlos un poco antes del encuentro final. Más adelante hay otros peleadores que aguardan el regreso del avatar de Gaia, de mientras, pueden pasar.


    —Ya veo, con que esas tenemos, lo siento, Esmeralda, yo me quedaré ha luchar contra Carlos, en cuanto lo derrote trataré de alcanzarte lo más rápido posible. Nada más no te hagas ilusiones, este bastardo es fuerte, no sé si podré ser capaz de moverme luego de luchar con él. —Rance dio luz verde a sus amigos para continuar sin él, de inmediato, Esmeralda caminó a lado de él junto al resto del equipo.


    —Mucha suerte, Rance, demuéstrale a Carlos porque te apodan: “El poderoso”, estoy feliz de ser tu amiga, aunque tú y yo nunca tuvimos la mejor relación, aprecié mucho nuestra amistad en el tiempo que entrenamos juntos. —Esmeralda aguantó sus lágrimas hasta el último minuto, no podía llorar por él, hacerlo, sería dar por sentada su derrota.


    —Vaya, no sabía que te ponías sentimental en momentos importantes. Seamos realistas, hay muchas probabilidades de que esta sea la última vez que hablemos, así que seré franco, al principio no me agradabas en lo absoluto, te consideraba una chica débil que se mentía a sí misma para buscar una falsa felicidad. Pero estaba equivocado, cambiaste para bien y me mostraste un camino diferente al que había vivido todos estos años. Haberlos conocido a ustedes fue una dicha, amigos míos, por eso, ¡estoy dispuesto a luchar para proteger tu sueño egoísta!, sé que lo que hacemos no está bien, que somos los enemigos de Gaia en este instante. Y aun así, los seguiré apoyando hasta el final. Adiós, Esmeralda de la Luz.


    —Adiós, Rance.


    El séquito siguió adelante, dejando atrás al joven de cabello blanco y gabardina negra.


    La cuarta dimensión era muy extraña, en cuanto se despidieron de Rance, éste desapareció junto a su oponente, llevándose consigo los sonidos y lamentos del futuro combate. En efecto, el lugar no aplicaba las leyes de la realidad, alguien como Wiccato tenía ventaja considerable al tener mayor comprensión de los entes sobrenaturales.


    Y hablando del demonio, el imponente mago yacía junto a tres seguidores, todos ellos encapuchados para cubrir sus identidades hasta el momento oportuno. Después de todo, Esmeralda no era la única en llevar acompañantes consigo, el sitio del ritual aún estaba lejos de nuestra heroína, aun así, los aliados de Wiccato tenían la ventaja de poder aparecer y desaparecer a voluntad del mago.


    —Yo seré la siguiente en atacar, señor. —La figura femenina más pequeña habló primero, a pesar de cubrir su rostro y distorsionar su voz, cualquiera podría reconocerla con solo verle la cara.


    —Como quieras, Emily, te recomiendo que tomes la piedra filosofal y huyas lo más pronto posible. Si las palabras de ese mago son ciertas, ella tratará de usar la piedra como carta del triunfo. —El mago de la realidad también visitó a Wiccato, como un observador neutral, dio pistas a los dos bandos para igualar la contienda y ver si realmente nacía una ramificación nueva.


    Darle a Esmeralda la piedra y a Wiccato información de la misma.


    De ese modo, las tablas volvían a quedar 50 a 50.


    —A sus órdenes —afirmó.


    La jovencita desapareció repentinamente, dejando a los otros dos encapuchados suspirando de resignación. Wiccato empezó sus movimientos, en lugar de realizar un todos contra todos de manera revoltosa, prefirió ir separando a los miembros del séquito para enfrentar a menos miembros posibles en la batalla definitiva. Esto lo hacía por precaución más que miedo, había construido esta oportunidad por más de un siglo, sería una tontería arriesgar tanto trabajo por su estúpido ego.


    En este punto, Wiccato ya no tenía ego que llenar.


    Demostró su valía ante Gaia con acciones, no fanfarronerías.


    Esmeralda tuvo un mal presentimiento, la jovencita paró sus pisadas y ordenó a los demás hacer lo mismo. Parecía un general dirigiendo una compañía de mercenarios, o algo así.


    —¿Qué pasa?, ¿sentiste a Wiccato? —cuestionó Wendy.


    —No, siento algo extraño… Estén alertas…


    —¡Cuidado! —Gracia fue la primera en sentirlo.


    Emily apareció a lado de Esmeralda, ya transformada en su versión Magical Blade, la chica tenía consigo dos cuchillos y sin pensarlo dos veces, lanzó una puñalada directo a la pierna izquierda de su víctima. Por fortuna, Esmeralda se desplazó instintivamente hacia el frente, evadiendo así las intenciones de su oponente.


    ¿O no?


    En realidad, Magical Blade ya daba por sentado que Esmeralda esquivaría su puñalada, aquello fue solo la excusa para querer acercarse a ella. A pesar de haberse movido a tiempo, nuestra protagonista no fue capaz de evitar el contacto con las cuchillas rivales, ya que estas cortaron los bolsillos de su vestido e hicieron caer la piedra filosofal.


    De inmediato, Emily recogió dicha sustancia y dio un salto en reversa lo suficientemente alto para alejarse de sus perseguidores, por al menos, siete metros.


    —E-Eso fue rápido —susurró Esmeralda, el proceso anterior apenas duró dos segundos.


    —Se ha robado algo que tenías, ¿es importante? —cuestionó Wendy.


    —Sí, nos hemos descuidado, no me imaginé que te aliarías con Wiccato, Emily, ¿tanto es tu odio por mí?


    —Te odio, sí, pero esto no tiene nada que ver contigo. Si quieres la piedra de vuelta, tendrás que quitármela. —Las chicas mágicas y Casanova no pudieron detener su huida, Esmeralda pensó en seguida para resolver sus diferencias de una buena vez, no obstante, Pablo la tomó del hombro y negó con la cabeza.


    —Esa chica no es muy fuerte, yo podré vencerla rápido. Te daré la piedra cuando termine, ustedes tres sigan adelante, confía en mí. —Magical Blade ya no estaba a la vista, la joven desapareció entre aquel terreno vacío y carente de vida. Perseguirla conllevaba muchos riesgos, sobre todo, por el peligro a una segunda emboscada.


    —¿Estás seguro, Pablo?, si trabajamos juntos, quizá la atrapemos más rápido. —Gracia no comprendió muy bien la estrategia del rival, el sugerir esa última cosa, mostró su inocencia en el aspecto marcial.


    —No, Gracia, Pablo tiene razón, Emily me tiene odio y si luchamos, es posible que tardemos más. Siento que caemos en la trampa del enemigo, pero no hay marcha atrás, confío en que regresarás con nosotras, c-cariño. —Esa última palabra estuvo acompañada de un ligero ruborcito, Casanova acarició la cabeza de su novia y finalmente, sonrió.


    —Lo prometo, Esmeralda. —Y tras decir eso, Pablo también desapareció, dejando al trío de chicas mágicas como las únicas miembros del séquito.


    El sendero volvió a cambiar, ya no eran pastizales infinitos que tapizaban este ambiente tan deprimente, en su lugar, suelo pavimentado cubrió los alrededores como una manta blanca. Aquella transformación no podía ser nada buena, cualquiera con buena intuición, se daría cuenta de que algo grande los esperaba más adelante.


    —Nos estamos acercando —susurró Wendy.


    Las tres jovencitas estuvieron en silencio, no valía la pena hablar estando tan cerca del final, aún si en el pasado, habrían tenido una mejor conexión que ahora, ya no se podía hacer nada para arreglarlo.


    —Chicas, antes de avanzar, quiero decirles algo. —Las palabras de Gracia detuvieron la marcha, no obstante, sintieron un profundo alivio por detenerse antes de llegar al destino —. Pase lo que pase, ustedes serán siempre mis mejores amigas, Toñita y yo hemos decidido continuar hasta el final, pero eso no significa que debamos sacrificarnos para lograr algo heroico. Valoremos nuestras vidas, de nada servirá la victoria si no tenemos a nadie con quien celebrarla, ¿vale?


    —Oh, acabas de levantar death flags, Gracia, ¡claro que sobreviviremos!, no seas tan negativa. —Wendy le dio palmaditas en la espalda con tal de relajarla un poco, Esmeralda, en cambio, sonrió dulcemente a las palabras de su preciada amiga.


    —No te preocupes, he sacrificado mucho para llegar hasta aquí, no dejaré que esos sacrificios sean en vano. —Ni Wendy o Gracia conocían la verdad detrás de aquellas palabras, Esmeralda cargaba con las muertes de todos los sectarios, el arrepentimiento de su padre y fallecimiento de Victoria. Demasiados sacrificios para mantenerla con vida, morir no era una opción.


    Y entonces, mientras terminaban su plática, el siguiente encapuchado hizo acto de presencia.


    No hacía falta presentarlo, Esmeralda y Wendy lo conocían a la perfección.


    —Ha pasado tiempo, jovencitas. —Gilberto Casanova se quitó la capucha, mostrando así los rasgos más distintivos de su rostro. Cabello rojo y ojos verdes, justo como los de Pablo, solo que esta vez, ya tenía algunas canas blancas por su edad. No obstante, el poder alrededor suyo había incrementado de manera considerable, tanto que su mera presencia hizo a Gracia retroceder algunos pasos —. Yo soy el siguiente obstáculo en su travesía, ¿quién será el oponente indicado?


    —Algo me decía que aparecerías aquí, Gilberto. —La madurez de Esmeralda salió a flote, si lo hubiese encontrado hace algunos años, acabaría por tener un ataque de pánico y dolor. Pero ya no más, atrás quedó la jovencita asustadiza que pasó por incontables pesadillas con ese rostro.


    —Has cambiado, Esmeralda de la Luz, ya no vives una mentira y abrazaste la hipocresía de manera ideal. Interesante, quizá tengas la fuerza para vencer a Wiccato, en todo caso, tú no serás mi oponente hoy. —Casanova Gilberto volteó su mirada hacia las otras dos chicas mágicas, Gracia y Wendy, éstas, rápidamente iniciaron sus transformaciones a Fairy Smile y Magical Fénix, respectivamente.


    —No creas que he olvidado lo que hiciste la última vez, me las vas a pagar, Casanova Gilberto. —Wendy no podía perdonarlo, fue por su culpa que los días felices en la preparatoria se volvieron pesados y deprimentes. El encuentro con Gilberto le hizo ver que no estaba lista para despegar, tardó muchos años en superar aquella pelea tan desastrosa.


    Y hoy, por fin iba a saldar cuentas.


    —Tú eres la muñeca de Wiccato, no tengo interés en ti, alguien que siguió ciegamente una ideología tonta y luego cambió de opinión en el último instante no es digna de mi tiempo. Pero mi rol es luchar contra ti y esa mujer que está contigo, parece que no nos conocemos, ¿cómo te llamas? —Gilberto dirigió su semblante hacia Fairy Smile, la joven heroína tragó saliva un tanto nerviosa y luego recuperó su compostura.


    —Soy Fairy Smile, protectora de los débiles y defensora de la justicia.


    —Oh, una heroína, Wendy está aquí para saldar cuentas con su pasado, Esmeralda por su papel en este mundo y el resto del séquito tiene sus razones también. Pero tú, mujer, eres alguien ajena a lo sobrenatural, fusionarte con un hada y usar los poderes de la tierra significa que no eres una hechicera ni posees poderes mágicos por tu cuenta. Alguien ajena a este sub mundo no debería estar aquí, pero nuevamente la lógica me sorprende, no tienes miedo ni tampoco intenciones ocultas. Joder, en verdad eres una verdadera heroína de la justicia, alguien cuya vocación existe más allá del placer, porque no estás feliz de verme ni luchar contra mí, tampoco gustas del combate como la muñeca de Wiccato. Actuar por devoción, fuera de sentimientos egoístas y motivos alternos, tú, Fairy Smile, eres quizá lo más cercano a una santa en este mundo. —El discurso de Gilberto Casanova no estaba equivocado, Esmeralda solo pudo asentir ante las palabras del pelirrojo.


    —Así es, por eso mismo voy a derrotarte y traer la paz a este mundo. Mis amigas necesitan ayuda y confío en que sus intenciones serán buenas para la humanidad, ¡no tengo miedo de pelear contigo!


    —Bien dicho —comentó su hada, en pensamientos.


    —Chicas, se los encargo, yo tengo que avanzar. —Esmeralda caminó a lado del criminal, Gilberto ni siquiera la volteó a ver, pues enfocó sus ojos en las dos chicas mágicas.


    —Tranquila, te alcanzaremos cuando le saquemos la mierda a este imbécil. El bono que me darán en la estación de policía luego de vencerte será tan grande, que podré comprarme diez casas con eso.


    —Aterrador, aterrador, entonces vengan, muñeca inútil y heroína santa, ¡demuestren cuanto valen ante mí!


    El momento de la verdad llegó, ¿quién se alzará victorioso en el asalto final?


    Fin del capítulo 45

    Y nos acercamos a los mejores capítulos de la novela, espero les gusten.
    ¿Qué les pareció el capítulo?
     
    • Me gusta Me gusta x 1

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso