Panty & Stocking Fallen Angel... kinda.

Best título ever!
Jamás pensé que volvería a escribir y lo primero que publicaría sería un escrito de este anime tan bizarro xD Pero el mundo es un pañuelo (?)

Título: Fallen Angel... kinda. (Ángel caído... un poco)
Fandom: Panty & Stocking with Garterbelt
Personajes: Panty y Stocking. Pequeña aparición de Brief y Garter.
Palabras: ¿?
Summary: Panty estaba muy jodida. Mucho. ¿Su hermana había intentado matarla?
Advertencias: Lenguaje vulgar e inapropiado, tanto en español como en inglés. Los insultos en inglés están en inglés porque el anime original también los tiene, no es que me de cosa ponerlos en español (?)

Basado en el final troll del anime. Yo sé que esta serie no pretende tomarse nada en serio, pero si no van a hacer una segunda temporada, por lo menos que den una explicación al comportamiento de Stocking (?)
* Si no has visto el anime te recomiendo no leer esta cosa. It’s so mindfuck.

Contenido oculto

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Fallen Angel... kinda.

​

Panty estaba muy jodida. Mucho. Furiosa quizás era la palabra más apropiada. Ser cortada en seiscientos sesenta y seis pedazos para después ser esparcida hasta Oten City por su propia hermana… podría sentirse dolida y traicionada, pero ese no era el caso. Lo único que sentía era una rabia intensa que le quemaba las entrañas.

—''P-Panty… S-stocking trató de matarte" — le había dicho Brief, una vez recuperó todos los pedazos desperdigados y logró hacerla volver a la vida. Con un tono titubeante y cauto, como si temiera la peor reacción por su parte. Porque Panty tenía reacciones impredecibles y Brief no quería morir tan joven. Hizo crujir todos los músculos y huesos de su cuerpo, agradecida de sentirse de nuevo en sí. Y entonces, con la mano aún en la cabeza para disminuir el mareo, enarcó una ceja con escepticismo.

—¿Qué Stocking hizo qué?

En un principio no le cabía tamaña idea en la cabeza, claro. Es decir, era su hermana. Esa misma hermana con la que había vivido más de una aventura. Habían reído juntas. Habían discutido y peleado más de lo que deberían, pero eran hermanas. De modo que no, la idea de que Stocking la hubiese traicionado no entraba en su cabeza.

Pero esa pregunta capciosa, que avecinaba una catástrofe sin precedentes…

‘’Oye Panty, ¿crees que las armas celestiales funcionan con los ángeles?’’

Mal.

Esa sí que no desaparecía. Aparecía en su mente, insidiosa, haciendo crecer su rabia intensamente. Una rabia brutal, similar a esa que despertaba en ellas las hermanas demonio o los Ghost, pero multiplicada por cien. Por mil. Por mil millones. Apretó la mandíbula con frustración hasta que sus dientes chirriaron y los dedos en la que sostenía su pistola se tornaron blancos por la falta de sangre.

—''Fuck!’’

Quizás ahora era Stocking quien estaba jodida.

Como Panty no era de callarse las cosas y estaba cabreada, por supuesto que lo primero que hizo al verla en Oten City tras abrir las puertas del infierno fue increparle con furia. Con Backlace metamorfoseada en un pistola que le apuntaba directamente a la cabeza. Si las armas celestiales realmente dañaban a los ángeles, Stocking tenía un grave problema ahora. El infierno era caluroso, por supuesto. Y apestaba a azufre, también. Pero ella tenía que saber qué se había pasado por la cabeza de su hermana para que intentase matarla… así que todo lo demás le importaba más bien poco.

—¡Oye Stocking!— la llamó— ¡Pedazo de puta!

Stocking se volteó a mirarla. Sus ojos vacíos y sin vida, con pupilas diminutas y desencajadas. De alguna forma en su expresión no había rastro alguno de la antigua Stocking. Ni el brillo de sus ojos ni el más mínimo, ínfimo, atisbo de sentimientos. En sus manos sostenía firmemente las katana que solía portar como armas celestiales, Stripe I y Stripe II.

Solo que ahora no tenían intención alguna de acabar con ningún Ghost.

—¡¿Qué cojones te crees que me hiciste?!

Stocking ni siquiera parpadeó. Sus ojos, fríos como dos pedazos de hielo, desencajados, la traspasaron como una saeta helada. Alzó la cabeza y una sombra oscureció parcialmente su pálido rostro, otorgándole un aspecto grotesco y demoniaco. Aunque aún seguían brillando pequeñas alas blancas en su espalda, en el gesto de Stocking no había nada de angelical.

—Te corté en seiscientos sesenta y seis pedazos— respondió inmutable. Con ese mismo tono pusilánime y con tanta calma que solo aumentó la rabia de su hermana aún más. No le molestaba el tono, ni siquiera la calma con la que parecía hablar. Le molestaba el hecho de darse cuenta de que aquella criatura ni siquiera parecía su hermana.

—¡Ya lo sé! — gruñó con rabia—. ¡La pregunta es por qué!

—Porque Corset me lo ordenó.

Panty no pudo evitar soltar una risa por la nariz.

—¿Y eso es todo? ¿Me traicionaste porque ese puto pervertido amante del sado te lo dijo?

…

Ahora sí que estaba jodida.

—¡Te voy a matar zorra!— gritó apretando el gatillo— ¡Eres mi hermana, creía que podía confiar en ti!

La bala cruzó veloz el aire para ser detenida por el afilado filo de las katanas de Stocking. Movió ambas manos con rapidez y la bala chocó contra el acero para caer posteriormente al suelo, inmóvil, en una trayectoria perfectamente recta. Fue un visto y no visto. De alguna forma Panty se avecinó un desenlace como ese, Stocking era una gran espadachina… no como ella, que tenía experiencia manejando otro tipo de ''espadas''.

—Yo soy un demonio— fue todo lo que dijo.

Cómo la molestaba. Esa palabra, que lo admitiera con tanta certeza después de todo por lo que habían pasado. Después de todo lo que eran.

—¡Y una mierda!—le espetó en respuesta— ¡Tú eres un ángel gordo a la que le encanta ponerse hasta el culo de azúcar!

Panty sabía que llamar ''gorda’’ a la antigua Stocking hubiera sido catastrófico. Pero esta Stocking no respondió. Agitó las katanas y las empuñó, apuntando a Panty con el filo de las mismas. Las brillantes hojas destellaron un segundo bajo la luz centelleante que las rodeaba.

—No pude matarte entonces— dijo simplemente. Su ceño se frunció y apretó los dientes—. ¡Pero esta vez me aseguraré de que no vuelvas a levantarte!

Y se lanzó contra ella, golpeándola con el filo de ambas katanas. Panty logró esquivarla apartándose de su trayectoria, pero Stocking no detuvo sus acometidas. Se movía con una velocidad sobrehumana, el doble, incluso el triple de rápido que se movía con anterioridad. A Panty se le hacía mucho más difícil esquivar sus ataques. Un sonido sordo irrumpió el ambiente cuando Stripe I chocó contra el metal de Backlace. La katana de Stocking y la pistola de Panty chocaron con furia. La primera tratando de dañarla, la segunda tratando de defenderse.

—¡¿Has perdido por completo la cabeza?!— le espetó con dificultad, su mano temblaba bajo la fuerza de Stocking. Los vacíos ojos de la joven Anarchy no se movieron un ápice. Su fría expresión tampoco varió. La voz de Panty se tornó cansada e inestable—. Mierda, Stocking... ¿de verdad vas a hacerle caso a ese demonio? ¿Somos hermanas, no? Hemos estado siempre juntas... ¡no entiendo por qué estás haciendo esto!

—¡Panty!

Aquella voz aguda y suave, quizás demasiado suave para un chico, inrrumpió momentáneamente el enfrentamiento de ambas hermanas. Panty no apartó la mirada del combate, estaba demasiado centrada en que no le cercenaran los brazos…

—¡Ahora no, Geekboy!

Pero Stocking… Stocking sí. Sus ojos desencajados y vacíos se fijaron en Brief, identificándolo como un nuevo objetivo. De algún modo, parecía cegada por la furia. Apretaba los dientes con rabia, con los ojos desorbitados y movimientos erráticos. Saltó, abalanzándose sobre el joven Briefers, que temblaba y pedía ayuda a gritos… pero sintió algo golpeándola en la cabeza con fuerza. Stocking se volvió, solo para ver a Panty sujetando una piedra en su mano.

—¡Es contra mí contra quien estás peleando, you bitch!

Reprimió un grito de rabia. Se lanzó a golpearla con sus katanas. El metal volvió a chocar con brutalidad. Parecía molesta. Muy, muy molesta. Furiosa, de hecho. Panty no pudo evitar alzar la voz para preguntar.

—¡¿Vas a decirme ya que pasa?!

—No hay nada que decir.

—Fuck off! ¡Claro que hay mucho que decir! En primer lugar, ¿crees que voy a dejarte ir así después de que me cortaras en pedazos?

Stocking no respondió. Atacó de nuevo buscando algún punto flaco en su defensa. Pero no era la primera vez que peleaban la una contra la otra. Sí que era la primera vez con armas y la primera vez que luchaban en serio, realmente a vida y muerte… pero situaciones similares, de rivalidad, no les eran precisamente desconocidas.

A medida que los minutos transcurrían y los ataques no cesaban, una especie de sentimiento aprensivo se apoderó del pecho de Panty. ¿Y si su hermana no volvía a ser nunca como antes? ¿Y si realmente la odiaba? ¿Y si se veía obligada a matarla? ¿Podría llegar tan lejos? Podía parecer furiosa y determinada a reducirla a cenizas, pero esa era solo la teoría. Eran familia… no podía obviar los sentimientos que la ataban a ella. No quería perderla. Por mucho que discutieran, por muy distintas que fuesen, por muchos dulces que Stocking comiese… la quería. Aunque amor no fuese algo que soliese demostrarle. En realidad, Panty no demostraba amor a nadie. Ella solo tenía sexo. Anteponía el placer a los sentimientos y estaba feliz con eso. Así vivía, aquel errático estilo de vida no le daba problemas. Pero quizás… y solo quizás, había dejado un poco a Stocking de lado.

—¡Eres mi hermana!— le espetó entonces— ¡Vuelve en ti! ¡vuelve en ti, maldita sea! ¡Voy a matar a ese puto desgraciado de Corset!

Definitivamente la situación la superaba.

La katana se deslizó por la piel de su brazo derecho con celeridad. Panty perdió el equilibrio con un quejido de dolor, cayendo de rodillas al suelo. Apretó la mandíbula con rabia, sujetándose el brazo herido con su otra mano. Agachó la cabeza hasta que el flequillo cubrió sus ojos cuando sintió la sombra de Stocking frente a ella, alzando la katana en vertical para atravesarla de un solo golpe. Sus ojos vacíos y ensombrecidos.

—Adiós Panty.

No. No. De ninguna manera. Ahora que se había dado cuenta del problema no podía dejar las cosas así. Aún no era su hora.

—Espera— dijo. Y su voz se quebró inevitablemente— ¡Espera joder!

—...

—... ¿Esto es culpa mía?

Stocking no se movió.

—Siempre te he dejado al margen—siguió diciendo sin mirarla— Nunca he tenido en cuenta tus sentimientos. Ni cuando estabas con ese Ghost asqueroso ni cuando grabamos Sex in Daten City. Siempre he sido yo. Siempre he pensado solo en mí misma.
>>Pero Stocking yo...— se mordió el labio inferior. Su tono de voz vaciló—. Tú... ¡Agh mierda, que complicado es esto!

Los sentimientos eran complicados, por supuesto. Algo que a Panty nunca se le había dado bien. Las situaciones pastelosas y cursis la ponían nerviosa. No sabía manejar los sentimientos, no los comprendía, pero tampoco era como si quisiera hacerlo. No necesitaba los sentimientos. Pero irremediablemente los tenía y eso solo complicaba las cosas aún más. Con Brief. Con Stocking. Incluso con Garter.

Sorprendentemente, la siguiente en hablar, con un tono mucho más reconocible… fue la propia Stocking. Bajó ambas Katanas, pero el flequillo recto cubría sus ojos bajo una tenue sombra así que era imposible definir con exactitud su expresión.

—... Lo entiendo— dijo.

Panty alzó la mirada. Sus ojos abiertos en un gesto de evidente sorpresa.

—¿Eh...?

Y entonces, la mirada de la menor de las Anarchy pareció volver a la normalidad. Alzó la cabeza y sus ojos, azules, brillantes, vieron la luz.

—... Lo entiendo, Panty.

—¿Stocking...?

—Yo también lo siento— dijo. Y sonrió. Con ternura, con… cariño. Con una mueca excesivamente dulce hasta para alguien que amaba el azúcar como ella. Era extraño. Irreal. Demasiado bueno para ser cierto. Repentinamente, su expresión cambió de forma radical y el filo de su katana se precipitó con furia— ¡Siento que tenga que matarte! ¡¡Arrepiéntete ahora!!

La katana se encajó con brutalidad en la tierra.

—¡Agh!— gruñó Panty. El filo quedó anclada en el hueco entre sus piernas cuando retrocedió rápidamente. Eso había estado cerca. Si no se hubiera apartado definitivamente ese ataque la habría cortado en dos. Se quedó un instante observando lo cerca que había estado de la muerte, incrédula. Y entonces su ceño se frunció de nuevo—. ¡¿Qué cojones hace perra?!

Stocking alzó la otra katana y la apuntó directamente a su rostro.

—Ya te lo he dicho— respondió— Soy un demonio. ¡Deja de meterte en mi camino!

—Fuck! —casi gritó— ¡Te haré entrar en razón a base de golpes!

Y se incorporó, golpeándola con furia en la mejilla con el puño cerrado. Si no podía usar su pistola porque todos sus ataques eran frenados, no tenía más remedio que atacar directamente. El golpe fue brutal, lo suficiente para hacerla retroceder. Stocking no se esperaba ese movimiento. Sus ojos se abrieron de sobremanera un momento… antes de estrecharse. Definitivamente no se quedaría de brazos cruzados tampoco. Reprimió un grito de rabia y, empuñando a Stripe en una mano, se lanzó de nuevo con el puño, furiosa, golpeando a Panty en la mejilla contraria.

—¡Ten cuidado con lo que haces!— le espetó— ¿Pretendes hundirme la cara?

—¡Pretendo hundirte ese cerebro lleno de azúcar que tienes! ¡Seguro que te lo han podrido todos los dulces que comes!

—¡Por lo menos el mío no está lleno de semen!

Un nuevo puñetazo. Se hablaban con rabia, con furia inherente y desmedida. Puñetazos, patadas, bofetadas convirtieron aquella pelea en una suerte de rabieta entre hermanas. Una rabieta muy violenta, pero rabieta al fin y al cabo. Stocking pasó de ser insensible y pusilánime a sacar las garras y a parecerse al antiguo yo que Panty creía desaparecido. ¿Es que no era un demonio después de todo?

—¡Puta!

—¡Ninfómana!

—¡Deberías haber muerto hace mucho de diabetes!

—¡Y tú deberías haber muerto de sífilis!

Un nuevo puñetazo.

—¡Ballena!

—¡Perra en celo!

Un tirón de pelo.

—Fat ass!

—Bitch!

Volaban los puños y los golpes por doquier y sus insultos y palabras cargadas de odio cruzaban el aire como una pelota en un partido de tenis. Brief, algo apartado, se sentía mareado y angustiado a partes iguales. Garter, con Chuk a sus pies, estampó la palma de su mano en su rostro.

—D-deberíamos detenerlas… Garter…

—Malditos ángeles...

Panty lanzó un último golpe contra su mejilla.

—¡N-no entiendo una mierda de lo que pasa!— gritó, agitada y agotada por la pelea— ¿Por qué estás tan cabreada?

Stocking se cubrió la nariz que sangraba profusamente con el antebrazo. Panty no se hallaba en mejores condiciones tampoco. Su rostro estaba lleno de sangre y magulladuras causadas por los golpes. Heridas ambas, en ninguna de sus peleas ni discusiones habían llegado a dañarse tanto como ahora. Jadeaban, exhaustas. Agotadas, pero ni aun así lograban bajar la guardia.

—¿Qué es lo que no entiendes?— preguntó Stocking, clavando con furia a Stripe II en el suelo— ¡Estoy de muy mala leche! ¡Estoy jodidamente de mala leche, Panty!¡Eres una perra asquerosa! ¡Siempre haces lo que te da la gana, siempre soy yo la que se queda atrás! ¡Nunca me tienes en cuenta para nada! ¡Solo te importas tú y tú y tú y en tu cerebro de nuez no hay nada más que pollas y tú! ¿Y ahora estás saliendo con ese friki del prepucio sin circuncidar? ¿¡Es una maldita broma?!

—¡Tú saliste con un fantasma jodidamente fe-!—no pudo seguir. Su expresión se tornó cómico desconcierto... parpadeó un par de veces, anonadada—. ¿Eh? ¿Hablas de Brief? Espera. Espera... ¿yo saliendo con Brief? Ptff…

Repentinamente y de la nada empezó a reír a carcajadas. Con el rostro contorsionado y magullado, sus carcajadas estridentes, incontrolables, que incluso le hicieron sacar lágrimas, se sintieron mucho más que anticlimáticas. Stocking frunció el ceño en respuesta.

—¡Te lo follaste!

—¡Para recuperar mis poderes!— exclamó Panty. Dejó de reír y se encogió vagamente de hombros—. Mi virginidad no me iba a dejar hacer nada contra Corset, y tú lo sabes de sobra. Estaba hasta las narices de ser una humana normal.

Stocking sintió sus mejillas arder. Repentinamente se sintió terriblemente estúpida. Así que era eso. El Angel Revival Syndrome vetó a Panty de sus poderes. Ella lo sabía, Garter la habría puesto al corriente durante su estancia en el cielo, por eso había vuelto a la tierra. Para luchar a su lado. De modo que era eso… resultaba lógico dentro del bizarro contexto su modo de actuar.

Sintiéndose más que estúpida, se apresuró a apartar la mirada.

—Tsk...

—Stocking...

—¿Qué quieres?

Una sonrisa socarrona se extendió por los labios de Panty. Menuda manera de cambiar las tornas. La situación se sentía irreal y anticlimática, pero no podía importarle menos. A sus ojos, aquel momento de debilidad por parte de su hermana era una joya. Una joya perfecta para usar en su contra, claro.

—¿Estás celosa?

Stocking palideció mortalmente. El tono de burla de Panty y el contexto en sí le recordó a aquel momento en el que la descubrió haciendo dieta. Empezó a sudar profusamente, molesta con la situación.

—¡C-cierra la boca!— le espetó— ¿Por qué estaría celosa? ¡Eso no tiene ningún sentido!

La sonrisa de Panty se extendió aún más. Hace un momento se sentía tan jodida y ahora todo se había vuelto extremadamente satisfactorio a sus ojos. Casi era un alivio ver que su hermana no se había convertido en un demonio ni quería matarla. La verdadera razón era que estaba molesta y celosa. Una razón muy estúpida si me apremian, pero Stocking hacía esas cosas. No pudo evitar reír un poco entre dientes.

—Oye... está bien ¿vale?— dijo entonces— No voy a dejarte ni nada de eso. Estamos juntas en esto.

—¡M-me da igual!

Y en un par de pasos rodeó a Stocking con sus brazos. Internamente, su alivio no conocía límites. Pero aquello no se mostró en su expresión. Oh… como iba a disfrutar molestándola con ello más adelante. Ahora simplemente disfrutaría del momento, sí. Todos los rencores parecieron morir entonces, igual que la faceta inmutable de Stocking.

—¿Qué coño haces...?— le preguntó ésta cuándo se vio rodeada con sus brazos. Pero aunque su tono mostraba cierta agresividad, no era en absoluto comparable al de antes. Era más pequeño, agudo, un tono que se veía opacado por la situación tan anticlimática y el comportamiento de Panty. Era agradable un abrazo de vez en cuando. No era algo que las hermanas Anarchy soliesen hacer, pero resultaba reconfortante mostrar los sentimientos que las unían.

Panty cerró los ojos y le dio unas palmaditas cariñosas en la cabeza.

—Lo siento— sentenció, con un tono más firme y serio—. Me he comportado como una perra contigo.

Stocking se encogió sobre sí misma. Que extraño era escuchar a su hermana reconocer sus errores. Panty no hacía esas cosas, Panty no se disculpaba. Y si lo hacía, lo hacía mal y a regañadientes, así que era mejor que no lo hiciera. Esto era diferente. Se sentía real. Tan real que Stocking no quiso escapar de su abrazo.

—Ya lo creo que lo hiciste— le dijo—. Eres una hermana horrible.

—Ya, ya.

—Bitch—susurró entonces, desahogando toda su rabia en esos insultos—. Whore. Fuking crazy motherfucker...

Panty frunció el ceño.

—Ya vale, ¿no? Tampoco te pases.

Stocking se apartó entonces. Sus ojos brillaban, difusos.

—Siento haber intentado matarte— le dijo—. Estaba cabreada y Corset solo me metió más tonterías en la cabeza. ¡Si solo no le hubiera dejado usar su increíble bondage conmigo...!

—Todo está bien— replicó Panty, obviando sus últimas palabras. Mejor no entrar en detalles sobre eso—. Está olvidado, Stock-chan.

Stocking se secó las lágrimas. Sorbió por la nariz, esa nariz aún magullada y manchada de sangre seca y no pudo evitar sonreír al mirar a Panty de nuevo. Su rostro lleno de magulladuras, moratones y pequeños cortes. Una sonrisa de circunstancias se dibujó en sus labios.

—Te ves como la mierda— le dijo.

Panty sonrió ampliamente en respuesta. Su gesto se contrajo en una ligera mueca de dolor al hacerlo.

—Ya. Porque tú seguro estás mejor.

—Ptff...

Y esta vez fue la risa de ambas las que llenó el ambiente. Unas risas divertidas, armoniosas… todo lo contrario a las desaforadas carcajadas de antes. Una risa que simbolizaba un perdón profundo, el súmmun de su amor fraternal y el cariño que las unía. Un poco extraño pero... cariño al fin y al cabo. Después de todo, eran hermanas. Y las hermanas se querían ¿no?

—Bien, ahora que esto está listo...

—Vamos a terminar lo que empezamos.

Panty tomó a Backlace y Stocking por su parte desencajó a Stripe I y II del suelo, alzando el filo de ambas en el aire. El ceño de ambas hermanas se frunció entonces. Hechas las paces, harían lo que mejor se les daba hacer... patear el trasero de los malos.

—¡Corset, te vamos a dar por todos lados y no precisamente como te gusta!— gritaron al unísono— ¡Jodido demonio sadomasoquista!

Volvían a estar juntas... y eso era todo lo que importaba. Al menos hasta la próxima pelea.

—¡Parece que todo se solucionó, Garter!— exclamó Brief algo apartado, eufórico— ¡Lo hicimos!

Garterbelt se secó una lágrima imaginaria. Todo era tan extraño, irreal, poco serio... nada tenía sentido y sin embargo esas cosas pasaban en su mundo. Esa clase de cosas eran el pan de cada día para ellos. Todo había salido bien, al menos. Panty y Stocking volvían a estar juntas, Corset sería derrotado y las puertas del infierno se cerrarían para siempre.

Se sonó la nariz con un pañuelo.

—Putos ángeles…—dijo—. Como les gusta el drama…

***

—Después quiero comer un montón de pasteles. Tartas de chocolate, cake heavens, rollitos de canela, brownies...

La baba se le caía de solo pensarlo.

—Y yo he puesto el contador a cero. ¡Esta noche saldré a comerme todos los tíos buenos de la ciudad~!

... Aunque quizás no era solo el drama lo que les gustaba.