Quise salir del concepto de artes marciales, torneos, incluso saiyajines, creo que pueden funcionan, incluso el protagonista, del que hasta ahora no he encontrado ningún fic, de este tipo. Aquel chico de piel morena suspiró con fastidio detrás de aquel callejón, presionó sus dientes y el arma en sus manos, exhaló y avanzó intentando no vomitar por los nervios. Un tipo mucho más alto y viejo que él lo encontró con la mirada, observándolo con cierto desprecio. Estaba allí por una razón estupida, como cobrador de un traficante menor, buscando dinero difícil. — Así que te envió a ti — se jactó— patético. La ultima palabra perforó a Uub como un cuchillo, "patetico" era el perfecto calificativo para su vida, su persona, su pasado y futuro, esto lo llenó de rabia. Con bastante fuerza, pero nada de tecnica, le alcanzó con un puñetazo que para su desgracia no lo hizo ni inmutarse, no físicamente al menos, el matón furioso tomó al chico y lo lanzó como un saco hacia el piso, pero algo detuvo su paso. — ¿Te encuentras bien?— le preguntó quien lo había detenido. — Son Goku... ¿por qué?... — El día de hoy faltaste al entrenamiento, así que vine a buscarte para practicar— declaró cambiando su semblante serio por uno amigable y sonriente. Se giró de nuevo mirando al agresor. — Yo seré tu oponente— declaró con decisión. Se puso de pie frente a él, Uub quiso intervenir pero apenas y podía respirar con el golpe que le había dado al pecho. Goku esperó, poniendo sus manos sobre su cabeza con un gesto relajado. — Adelante, te prometo que será distinto a pelear contra niños como lo acostumbras.— retó Son Goku alzando sus cejas. Con una especie de rugido el oponente lanzó un golpe, Goku agilmente se agachó y con el mismo impulso giró 180 grados con su pierna derecha estirada, con su extremidad alcanzó las piernas del tipo provocando que con media voltereta cayera de espaldas al piso, golpeandose con fuerza. — Es hora de irnos Uub— señaló ofreciendo su mano Goku y dándole una palmada luego. Uub se sintió avergonzado, allí estaba de nuevo él salvandolo, lo había estado haciendo desde un año atrás cuando luego de cometer un delito menor lo enviarían a prisión, entonces aquel hombre de pelos de punta apareció para pagar su fianza y proponerle desde ese momento vivir en su organización. Realmente lo había sacado de situaciones difíciles, las suficientes para que alguien se rindiera y lo dejara hundirse en el agujero donde lo encontró. — Se-señor Goku...— tartamudeó — ¿ por qué continua ayudándome? Goku lo miró con un gesto ingenuo, casi infantil, como si la pregunta no le cuadrara. — Es lo correcto— respondió luego de un rato. Uub sintió un nudo en la garganta y sus ojos húmedos, se preguntó por qué seguía traicionandolo de esa manera a pesar de todo lo que había hecho por él. — Mi mamá me dijo una vez, estando ebria— su voz era quebradiza y tenía deslices, se estaba aguantando las ganas de llorar— que había algo malo en mi y por eso mi padre nos había abandonado... Se detuvieron frente al edificio donde se encontraba el albergue para personas difíciles como él. — Uub eso no es cierto— respondió Goku— él hizo mal al irse, tu estas haciendo bien al volver. Pasaron algunos días y Uub permaneció allí, se empleó en sus estudios, tuvo disciplina en sus labores asignadas y entrenó mejorando en balocesto, cada tarde con Goku, que dominaba este como la mayoría de los deportes, incluyendo artes marciales. El muchacho descansaba en una de las bancas frente a una estatua de un anciano que hasta ahora había decidido ignorar. — Me ha dicho que has mejorado mucho— indicó una voz femenina detrás de él. — Señora Milk, hola, creo que lo he hecho un poco— confesó. Ella portaba un saco y una falda, maquillaje ligero y el pelo recogido. — ¿Sabes? Pasa mucho tiempo aquí, hoy he traído a mi hijo Goten por que quería verlo, están jugando en la parte de atrás. — Yo, lamento escuchar eso— dijo Uub Sintiendo que era especie de reclamo por que el albergue absorbía tiempo que debería estar pasando con su familia. — Tranquilo, sé que a mi Goku le hace feliz, además lo hace por su abuelo— señaló Milk mirando la estatua. Uub observó por primera vez el monolito, era un viejecillo con una sonrisa calida y gentil. — ¿Él es su abuelo? —Claro, aunque no de sangre, solo es una persona que lo cuido y lo enseñó siendo un rebelde, justo como ahora hace con ustedes, lo quería mucho, incluso nuestro primer hijo lleva su nombre. Uub sintió calidez en su interior, decidido se puso de pie mientras miraba la placa debajo de él. "Refugio para jóvenes Son Gohan" — Tengo que irme señora Milk, buenas tardes.— dijo Uub mientras se alejaba. — ¿A donde vas? — Creo que debo de esforzarme y entrenar mucho más.
¿Lo publicaste dos veces? Bueno, como sea, me gusta la perspectiva que le das al personaje de Uub, enfrentando sus miedos e indecisiones siempre con la ayuda de Gokú... el buen Gokú que está para otros pero deja un poco de lado a su familia (aunque sin lugar a dudas los quiere de verdad, sólo que no sabe expresarlo adecuadamente). El detalle de que Son Gohan, el abuelo, se encontrara ahí con vida, me pareció un toque lleno de ternura. En fin, me gusta como escribes y, a pesar de ciertos detallitos técnicos este escrito es bastante agradable. Gracias por escribir, apreciable vecino.
Es un concepto que lleva el título como tal, pasó por lo mismo y sabe que algún día aquello se repetirá, honestamente me pareció muy interesante y agradable de leer. Muchas gracias por compartir, me gustó. Suerte y que tengas una excelente semana.
