Saint Seiya Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por AMMU TEIKOKU YUDAINA, 26 Abril 2025 a las 11:13 AM.

Cargando...
  1.  
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    2888
    Aquí, escribiré un especial de cada pareja con dos capítulos de este fic, (Obvio no incluiré a la Shipp principal, pues el fic de eso trato) Verán como fue que se declararon, lograron unirse y ser felices con el final que a conocemos. Como saben la serie no me pertenece si no a sus respectivos creadores, solo las ideas locas e historia son mías.
    ————————————————————————————————————————————————————————
    Capitulo 1 (AiorosXSaga)

    Para algunos las bellas historias, pueden comenzar de día o al atardecer.

    Esta por su parte, puede comenzar entrada la noche, cuando a veces el sueño se escapa, los sueños presentes y las penas vigilando tu corazón.

    -Esta nueva vida, que Atena me ha dado- Niega suavemente con su cabeza, recargando en esa pared su espalda, estando sentado en el suelo –No la voy a desperdiciar, estaré contigo, cueste lo que cueste- Se hizo esa promesa, de obtener a la persona que anhelaba su joven corazón.

    Sus castaños cabellos oscuros, sus ojos verdes cuales hojas en plena primavera, no llevaba camisa alguna, salvo un pantalón para descansar, en su mano poseía su distintiva cinta roja que usaba para evitar que el sudor cayera en su mirada.

    Suspiraba, pasaba penurias, pero sonríe por los bellos recuerdos del ayer que se ha ido.

    Un suspiro es el aire que nos sobra, por alguien que nos falta

    Por ende, el dueño de aquel corazón de Sagitario, poseía un nombre corto y sonoro, una apariencia ruda, incluso que pudiera provocarte intimidación, una cabellera azul, unos ojos de color Viridian, un físico fuerte, pero no se podría comparar al del hombre que lo amaba.

    -Saga… Aunque me pidas que renuncie a ti, no lo hare- Una sonrisa leve se posaba en sus labios –Te hare entender que te amo, y sé que tu igual a mí-

    Apretó sus dientes contra los labios, un acto de desesperación que poseía en ocasiones, estaba recordando la segunda vez que se le había declarado a Saga en su vida.

    La primera fue en la adolescencia, el mismo día que Géminis obtuvo su armadura, pero esos no eran los recuerdos que Aioros tenía en mente.

    Al contrario, lo único que pensaba era en la forma que había sido rechazado en esta nueva vida.

    ---Flash Back---

    Un lugar lleno de sol, algunas flores silvestres alrededor de su caminata, pensaba en sus asuntos, quería tomar un respiro de las obligaciones del santuario, aunque no fuera su estilo, a veces lo necesitaba.

    Nunca creyó encontrarse con alguien que tuvo la misma idea.

    Sentado en ese césped salvaje, aun así siendo suave, estaba aquel peli azul, que lo evitaba constantemente.

    Este de igual forma se sorprendió por su presencia, estando inundando en sus pensamientos, no le presto mucha atención.

    Sonrió nervioso, cerrando sus ojos, levantando su mano –Hola Saga-

    -Hola… Aioros- Su voz se notaba apagada, y bajo la mirada, para no toparse con aquellos orbes que lo sonrojaban.

    -Valla, sí que hace buen clima hoy…- Ese comentario típico para romper el hielo.

    -Si es bastante bueno- Se sentía algo incómodo por Sagitario, no era que lo odiara ni nada, pero tenía sentimientos encontrados, que eran mejor evitar a su parecer.

    -¿También necesitabas relajarte un poco?- Soltó la pregunta y se recostó junto a su compañero de armas.

    ¿Por qué es tan bueno con él?

    No lo podría entender en esos momentos.

    -Sí, pero… creo que debo volver- Intento levantarse, pero fue sujetado de su mano por el castaño, el cual lo miraba fijamente.

    -Dime… Saga, ¿Hice algo malo para que no quisieras pasar tiempo conmigo?- Su mirada era suplicante, pero mantenía una pequeña fiereza en ellos.

    -¿De qué hablas? Giro su cabeza, para no mirarlo –Tu no… Has hecho nada malo-

    Había sido paciente, no cuestionaba cuando se marchaba su contemporáneo al estar presente, pero todo tiene un final, y quería respuestas.

    -¡¡¡¿ENTONCES POR QUÉ CADA QUE ESTOY CONTIGO TE ALEJAS?!!!- Grito su pregunta, a los cuatro vientos, realmente le importaba poco si alguien que no fuera el peli azul los escuchaba.

    Lo observo con cuidado cuando lanzo aquel reclamo, pero sin dejar el agarre en su mano, solo dejo caer su mirada al suelo, no lo vería a los ojos, por la vergüenza y culpa que sentía.

    Esos sentimientos de inferioridad que tuvo en su adolescencia y aquel de remordimiento, que ha poseído desde que su lado malvado lo obligo a matar al único hombre que amaba tanto y deseaba igual.

    -Solo dime Saga…- Se acercó a él, tomando con su mano libre el mentón, para que pudiera ver sus ojos –Yo aún te sigo amando, como el día que te lo confesé y ahora… Te lo vuelvo a repetir- Su semblante estaba decidido, sujetar esa sueva mano y ese mentón aunque se notara varonil, él lo sentía delicado –Te amo con todo mi ser… Por favor acéptame- Esa suplica, ya la había hecho y en aquel entonces como ahora aprecia que no tendría respuesta.

    -No lo merezco…- Un susurro débil, fue lo que salió de esos temblorosos labios, aparto su cara de ese agarre, para que no lo viera llorar –Por favor Aioros, no puedes amarme después de todo lo que paso- Apretaba su mandíbula, para que sus palabras salieran con la típica voz que tenía, pero no lo lograba bien.

    -Eso, ya no importa- Jadeo un poco de preocupación, queriendo acercarse de nueva cuenta –No eras consciente de lo que hacías, te domino la ira y el odio, pero ahora…- Sonreía de oreja a oraje, por que estuvieran ambos con vida –Tenemos la oportunidad de ser felices, más de lo que hubiera sido si nada ocurriera-

    Negaba ante ese hecho con su cabeza -¡¡¡LO QUE HICE, NO SE PUEDE BORRAR ASÍ COMO ASÍ!!! ¡¡¡TE DAÑE, LASTIME A TU HERMANO MENOR Y CASI ASESINO A NUESTRA DIOSA!!!- La brusquedad de sus actos al zafarse de ese agarre, provoco que el hombre hincado cayera a un costado –Mis manos están manchadas de tanta sangre inocente, que no tengo ningún derecho de estar a tu lado… Al estar con una persona tan buena y pura de corazón…- No podía ocultar sus lágrimas, caían de manera abundante por sus mejillas, deslizándose hasta gotear en su barbilla al suelo.

    -Saga- Se levantó rápidamente –No te tienes que torturar por todo eso, ya pagaste lo que cometiste, a mí no me importa nada de lo ocurrido- Quería volver a tomar su mano –Nada tengo que perdonarte, solo amarte por el resto de mi vida-

    Géminis, se alejó de él, no quería su cercanía, le provocaba tanto pesar –Aioros… Por favor, solo encuentra a otra persona, con la que puedas ser feliz, yo nunca podría darte ninguna felicidad…- Decir aquello le rompía el alma, no quería eso, pero la culpa era quien estaba hablando, se limpiaba la tristeza, aunque no pudiera detenerlas.

    -¡¡¡YO NO QUIERO A NADIE MÁS!!! ¡¡¡YO TE QUIERO SOLO A TI!!!- Se desesperaba, fruncía el ceño con una gran ansiedad -¡¡¡ENTIÉNDELO, SOLO TE AMO A TI Y ESO NADA LO CAMBIARA, NI SIQUIERA TÚ!!!-

    -Solo te haré sufrir, y eso es lo único que quiero evitar- Niega de nueva cuenta, alejándose de el –Si es que me amas tanto como dices, deja de hacerlo…- Se alejó corriendo, ya no quería seguir con esa conversación, estar junto Aioros le hería.

    -Saga… Espera- Trato de ir detrás de él, pero no podría alcanzarlo.

    Se pasó en seco a los pocos metros, suspiro y se dejó caer de rodillas, no comprendía lo que surcaba por la mente de aquel hombre que demostraba tanto dolor.

    Sin embargó tenía la idea de todo ello, algo que paso, es el pasado y allí se quedara, no se puede remediar, jamás se lograría hacer, pero sufrir en el presente y el resto de tu vida… Nadie lo merecía.

    En su mente, tenía un solo pensamientos y era, que de alguna forma u otra, curaría ese corazón herido, aunque tuviera que arrancarse el propio para verlo feliz, lo haría sin pensarlo.

    Ese es el amor que un Sagitario, le entrega a su amado Géminis.

    ---Fin Flash Back---

    -La próxima vez… No te dejare escapar- Observo aquella habitado a penumbras, los débiles rayos de la luna apenas su podían surcar estaba algo nublado, era muy tenue.

    Observo de nueva cuenta su cinta roja, la apretó con fuerza, casi aprecia que se encaja las uñas –Te hare feliz, olvidaras aquellos miedos… No te dejare jamás Saga-

    ---Templo de Géminis---

    Un hombre de cabellos azules, con la mirada baja, apoyando sus codos en las rodillas, estando en su cama sentado, parecía pensar en miles de cosas a la vez, su concentración así se lo decía.

    Pero en sí, era solo una cosa, la cual le traía tanto dolor, pues estaba derramando lágrimas, sobre esas sábanas blancas, que cubrían la parte inferior de su cuerpo.

    -Aioros… No me hagas esto…- Su débil voz era apenas audible para el mismo, su llanto era abundante.

    Un mar de imágenes venía a su mente, pero eran de su etapa adolescente, algo había pasado en aquella época que le dolía tanto, que le quemaba en el interior.

    Dejo escapar un suspiro –Si yo…No hubiera…- Apretó su mandíbula, al igual que sus ojos, quería dejar de llorar, pero sería imparable.

    -Fui el único causante… De que no fuéramos felices juntos- Levanto su mirada levemente hacia la ventana.

    ---Flash Back---

    Los recuerdos solo estaban en un punto fijo, que le carcomían una y otra vez. Pensando en él hubiera sido, que eso ya no podría cambiar.

    -Felicidad Saga- Un joven Aioros de 14 años, sonríe animado, ante el nuevo portador de Géminis.

    Sonrió de manera seria –Gracias Aioros- Se miraba a si mismo con la armadura, parecía como si no pudiera creerlo.

    Después de tanto entrenar y demostró de lo que era capaz, consiguió por lo que había luchado toda su vida.

    -Te queda bastante bien- Se acercaba hacia su amigo, con un leve sonrojo en sus mejillas –Luces muy lindo-

    Aquello dejo en shock al Géminis, no se esperaba esas palabras, que aunque le apenaba, pues se puso rojo, su corazón latió con brusquedad.

    -Sí, bueno… Gracias- Camina por un lado de Sagitario, evitando su cercanía –Tengo que ir a Géminis a hacer algunas cosas y…- No podía estar cerca de su amigo ahora mismo, se sentía tan extraño con él, le gustaba y aterraba aquello.

    Pero el castaño era más rápido en sus acciones, sujetando su mano rápidamente, para detenerlo –Oye, ¿Estarás ocupado más tarde?- Pregunto ilusionado.

    ¿Por qué tomar su mano ahora era un revoloteo en su interior?

    Cuando antes podía hasta abrazarlo y no se sentía así de raro.

    Constaba torpemente –No, no creo estar ocupado… Tal vez… No sé- No quería encontrarse con esa dulce mirada.

    -Entonces, mientras lo sabes o no, te espero a las afueras del coliseo esta noche ¿Si?- Sonrió ampliamente, se emocionaba pasar tiempo con el peli azul.

    No podía negarle muchas cosas a Sagitario y estar juntos era algo que le gustaba, aunque batallara con esos nuevos sentimientos.

    Solo asintió con su cabeza, dándole una mirada nerviosa.

    -Muy bien, te espero allí- Se alejó del lugar, para dejarlo a solas.

    -Nos vamos- Solo dijo aquello despidiéndose.

    Tiene tiempo, con esos sentimientos que lo confundían, lo hacían sentirse nervioso y preocupado en la presencia del castaño oscuro, pero le provocaba una alegría inmensa, que nunca quería dejar de sentir.

    Lamentablemente, existía un pensamiento de maldad en su interior, que lo hacía cuestionarse su lealtad hacia el santuario y todo lo que aquello representaba.

    El inicio que lograba alejarlos era Sagitario, pero últimamente se intensificaba.

    Si un día perdía el control, dañaría a todos los que amaba, no podía permitir aquello, pero…

    ¿Sería capaz de impedirlo, si aquello sucediera?

    Ahora era guardián del tercer templo, así que debía mantenerse firme, aunque le costara, aun debía ser fuerte, y si Aioros estaba a su lado, sería bueno.

    Pero, aquellos sentimientos negativos, lo querían lejos.

    A veces creía que existían dos almas en el… O dos mentes, no sabía cómo interpretarlo. Y no buscaba hacerlo.

    Llegada la noche, fue a su encuentro con su amigo, portaba su armadura, se sentía orgulloso y debía acostumbrarse a ella, lo más rápido posible.

    Miraba para todos lados, era de noche, estando en el coliseo, no estaba del todo prohibido aún era temprano eran las ocho y treinta cuatro, el toque de queda era a partir de las diez, pero aun así no deseaba desafiar las reglas o cualquiera que se le ocurriera al patriarca Shion.

    Suspiraba desganado, a veces su amigo podría ser capaz de olvidar las citas o lo que fuera, estaba ocupado después de todo cuidando y criando de su hermano menor…

    Le recordó al propio que se encontraba lejos de él, por su propio bien.

    No sintió por estar distraído, aquellas manos que le cubrieron los ojos, provocando un leve sobresaltó.

    -Adivina ¿Quién soy?- Esa voz familiar, le hacía saber exactamente quien era.

    -Aioros… Llegas tarde- Dijo aquello girándose, quitándose las manos que le cubrían los ojos, pero se quedó boquiabierto, al ver lo que este joven llevaba en sus manos y su apariencia algo sucia.

    Adoraba mirar esa dulce expresión del peli azul, cuando algo le daba sorpresa, ofreció aquello a este –Sé que son tus favoritos, y quería festejar un poco que obtuvieras tu armadura, así que toma-

    Géminis se quedó perplejo, recibió el regalo en sus manos, entendía que Aioros los había elaborado el mismo, se notaba en su apariencia cubierto por una fina capa de harina y unos cascarones en el cabello –Son Koulourakia…- Teniendo aquella cesta en sus manos, observando aquel postre típico de la región. -¿Enserio los hiciste para mí?-

    -Si no… ¿Para quién?- Aun cubierto de todo esa mezcla, se veía realmente guapo.

    -Muchas gracias- Mostraba la sonrisa que amaba, sus mejillas tan sonrojadas.

    Era ahora o nunca.

    -Saga… Quiero preguntarte algo- Su rostro se mostraba serio, con un tono carmín.

    Lo miro atento, estando a casi nada de dar un bocado a aquellas galletas -¿Si?-

    -Saga... Te quiero…- De frente y sin vacilar lo dijo, expresando sus sentimientos. -¿Podríamos ser novios?- Su pregunta era clara, solo esperaba la respuesta, del peli azul rojo como la grana.

    Abrió sus ojos con sorpresa, y le temblaron las manos, que dejó caer aquella canasta al suelo, desperdiciando ese dulce postre. La sorpresa fue muy grande, no la esperaba.

    ¿Qué se suponía que debía hacer?

    ¿Aceptarlo? ¿Rechazarlo?

    -Lo… lo siento…- En su mente deseaba decir algo más, pero se lo impedía, sus labios proclamaban otras palabras –No, podemos… Yo… Tengo que irme- Salió corriendo, de los nervios, incluso piso un poco de su presente, se sentía realmente angustiado por todo lo que estaba pasando tan rápido.

    Dejando al pobre Sagitario, con una declaración, rechazada y todo su esfuerzo había quedado en aquel suelo.

    Últimamente notaba como su querido Saga, había cambiado un poco, pero creía que era por el entrenamiento, ahora lo noto mucho más diferente, esa forma de actuar tan nervioso y esa mirada que pudo ver, no era como la de siempre.

    Se hinco, para levantar aquellas galletas del suelo, su semblante era triste, pero aun sonreía… Porque sin importar como, lo volvería a intentar, hasta que él lo aceptara.

    Lamentablemente, aquello nunca podría ocurrir, pues al poco tiempo, aquel asesinato del patriarca ocurrió, incluso su propia muerte, por orden de quien amaba.

    ---Fin Flash Back---

    Se limpiaba las lágrimas, habían salido como ríos torrenciales –Si hubiera dicho lo que de verdad sentía, nada de esto habría pasado- Apretó sus puños con fuerza, le dolió su cobardía de aquel entonces y la de ahora seguía siendo igual.

    Antes por su confusión, ahora por su cobardía. Nada parecía ayudarlo a ser feliz…

    Ahora no dejaría mudo su dolor, sus gemidos y llanto estaban soltándose más ampliamente, que se podían escuchar en el templo, ese llanto cuando sabes que has perdido algo importante y que tú eres tu propio enemigo para completar tu felicidad.

    -De verdad quería probar esas galletas- Que dolor tan lastimero sentía.

    La puerta se abrió de golpe, casi azotándola. Quien fuera sin duda estaría enojado

    -¡¡¡¿QUÉ DEMONIOS TE PASA?!!! ¡¡¡TUS GRITOS SE ESCUCHAN HASTA MI HABITACIÓN Y…!!!- Se quedó pasmado, al verlo en ese estado, era raro ver llorando al mayor, pero su cara demostraba también enojo, por interrumpirlo en sus cavilaciones.

    Más al escucharse el estruendo que dio la puerta al caer, pues este la había zafado de las bisagras que la sostenía del marco.

    Otra persona que le hacía olvidar, la tristeza y la alegría, era sin duda Kanon.

    Enfureció más al ver su puerta destrozada.

    Sintió, el cosmos de Saga aumentar, sabía que sería peligroso. Levantó sus manos, enfrenté su cara, retrocediendo lentamente, si quería guardar su nueva vida, debía hacerlo con cuidado.

    -Si no fuéramos gemelos, pensaría que en serio es adoptado- Refunfuño Saga, ahora debía reparar su maldita puerta.

    Esta noche, pasaría tranquila… Dos corazones que uno se empeñaba a unirlos pero el otro debía alejarlos.

    Dos almas que se necesitaban, encontraran la forma de estarlo sin duda.
     
  2. Threadmarks: Capitulo 2 (AiorosXSaga)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    3692
    ---Pasados los días---

    Últimamente las cosas estaban tranquilas, las mismas situaciones, los mismos compañeros, malas bromas de su hermano, pero todo era tolerable.

    Solo deseaba alejarse de nuevo, a algún lugar tranquilo, en su alma, no se perdonaba lo que había hecho.

    A veces sentía ganas de suplicar el perdón de Atena, Del patriarca y de sus propios compañeros, cuando ya había recibido el perdón de ellos, no guardaban rencor alguno, más él no lo entendía.

    ¿Cuánto más debía castigarse el mismo?

    Encamino sus pasos, hasta llegar a un pequeño valle aunque estuviera alejado del santuario, se sentía augusto allí.

    Se dejó caer, acostándose sobre esa hierba fresca, aunque estuviera atardeciendo, aun se sentía algo agradable e lugar.

    Tal vez se quedaría allí, mucho tiempo, no quería volver con su dolor de cabeza llamado Kanon.

    Cerraría los ojos unos momentos, un descansó ligero, el dormitar le podría calmar su mente.

    Así poco a poco fue quedando dormido.

    No paso mucho tiempo, cuando sintió algo extraño… Un movimiento que lo estaba despertando de manera desconcertante.

    Quería abrir sus ojos, pero algo se lo impedía, más bien lograr ver algo tipi de imagen o luz, estaban cubiertos.

    -¿Qué?- Quiso levantarse, pero no pudo. Sentía un peso extra en su cuerpo.

    Mover sus brazos tampoco era opción, los sentía sobre su cabeza, sujetados por otras manos.

    -¿Quién eres?- Aunque pudiera sentir el cosmos, e identificar quien fura, aprecia que en esos momentos se le había olvidado por completo, pues se estaba enojando de verdad, por quien fuera que lo estuviera haciendo esto.

    -Lo siento… Pero es la única forma de que me escuches- Esa voz tan conocida, que sentido reconforta en el pasado y ahora solo le calmaba en el alma, le suplicaba su atención.

    -Aioros… Esto es ridículo- Trato de soltarse, pero el agarre se apretó en sus muñecas –Ya suéltame- La ira se intensificaba cada vez más.

    -Saga… ¿Qué sientes por mí?- Su rostro aunque el peli azul no pudiera verlo, estaba ansioso por descubrir esos sentimientos que deseaba escuchar.

    -¿De que estas hablando?- Callo un momento, desvió su rostro levemente hacia la derecha -No siento nada por ti…- Que malo era para mentir.

    -Eso no es verdad y lo sabes… Sé que sientes algo por mí…- En este punto, estaba cuestionándose internamente, si aquello era verdad o producto de su imaginación.

    Géminis era terco en ocultar lo que siente, pero él lo era más, en hacer que esos sentimientos vieran la luz.

    No contesto, quería alejarse, pero no podía, esta vez no tenía permitido irse. Tendría que enfrentarse a Sagitario y esos sentimientos.

    -Saga… Sé que sientes culpa, por lo que paso… Pero yo en verdad no me importa lo que ocurrió, mi muerte tuvo que ser necesaria para ti…- Sonrió levemente –Estuvo bien, debía salvarla y también quería salvarte de ese lado malvado, que… Al fin de cuentas no eres tú- Sus palabras cargadas de tanta sinceridad, solo quería hacerlo entender.

    Siempre tan bueno, tan amable y bondadoso.

    ¿Cómo podría merecerlo? Simplemente no lo era.

    -Aioros… Ya basta… Déjame por favor- Estaba apretando sus labios, no quería demostrar ese lado frágil que tenía, pero no estaba soportando esa confrontación.

    -No, hasta que entiendas que te amo, y que no debes seguir culpándote por el pasado- Aquel timbre de voz sonaba más fuerte.

    -¡¡¡SI, SI DEBO!!! ¡¡¡YO NO MEREZCO EL PERDÓN QUE TODOS ME HAN OTORGADO!!!- Ahora debajo de aquella cinta roja, que cubría sus ojos, se está marcando con una línea húmeda, sus lágrimas estaban saliendo –Sobre todo… El tuyo… No lo merezco…- Su voz sonaba tan débil.

    Notar esa agua salada del hombre debajo de él, lo sorprendió, quito con cuidado la cinta, para ver sus orbes…

    Aun con la tristeza, sentía que era realmente atractivo.

    -Pero… Lo tienes, yo ya te perdone, por favor hazlo tú mismo… No quiero que vivas así- Una súplica era todo, lo que se podría decir de ello.

    -No puedo, no puedo… Nunca me perdonare todo lo que hice y menos… Que te dañara tanto, eras el único que no quería que me viera así y fuiste el que tuvo que llegar aquella noche- Lo miraba con tanta tristeza, reviviendo cada memoria.

    -Ya no más… Saga, para de sufrir, te lo suplico- Apretó sus labios, dejando caer unas pequeñas lágrimas en el rostro del peli azul.

    Sentirlas en su rostro, era como una burla, no merecía que ese castaño, dejara caer sus lágrimas por él.

    -Aioros… Aunque quisiera… perdonarme… No puedo, lastimarte a ti, fue el peor error de mi vida- Desvió su mirada, no podía seguir, teniendo esos hermosos ojos jades en su dirección –Matar a la persona que más amo, es algo que aun carcome mi alma- Lo había dicho, lo que tanto deseaba escuchar Sagitario.

    -Saga…- Se sentía feliz, lo aceptaba sus sentimientos por él, pero no le gustaba verlo llorar.

    Lo incorporó, hasta lograr abrazarlo, se sentía tan dócil esta vez.

    Aun llorando, en el pecho de Sagitario, se sentía algo seguro, pero su personalidad algo altanera salía a relucir de vez en vez.

    -¿Ahora ya estas contento? ¿Me dejarías ir?- Intento apartarse del castaño, pero este no lo permitiría, al contrario lo estrecho más contra sí.

    -Estoy contento, pero no te volveré a dejarte ir, jamás…- Levanto el rostro de este, para observar fijamente sus Viridian orbes.

    -¿Qué es lo que quieres de mí?- Mostraba un semblante tan apagado –Yo no puedo… Estar contigo, no lo merezco…-

    -Quiero todo contigo, y hacerte olvidar esa culpa… Lo lograre si me dejas hacerlo- La voz baja del noveno guardián sonaba tanto preocupada y sensual, una difícil combinación.

    Sus mejillas se estaban sonrojando, al igual que sus orejas un poco.

    ¿Cómo ese hombre podía ser así? No era normal su personalidad, pero no le parecía importar.

    Bajo su mirada, se sentía avergonzado por la cercanía.

    Levanto el mentón de este, dedicándole una sonrisa, miraba sus labios, las palabras sombraban entre ambos, aquel peli azul también deseaba ese contacto, ahora consensual.

    La distancia se redujo a nada, cuando ese beso se apodero de la escena.

    Un dulce beso, la demostración de amor del castaño, la sensación del dolor y la alegría para Géminis.

    Entregarse a ese sentimiento, perdonarse, era algo que debía trabajar de a poco, pero… Si él se daba la oportunidad tan solo de ser feliz por una vez en su vida, como al ser unos chiquillos insensatos nuevamente.

    Aun así, el tiempo pasaba tan lento, ya era de noche, la luz se había ido y solo la luna era quien iluminaba tenuemente, era simplemente perfecto, para un par de enamorados que aun que anteriormente hubo confesiones entre ellos, esta era a primera vez que se aceptaban.

    ¿Por qué la felicidad debe tener un sabor tan amargo?

    Las lágrimas no dejaban de escaparse de Géminis, unido a ese beso que se volvía tan profundo, apretaba su corazón.

    Abrazaba con fuerza a Sagitario, el valor que se había dado, estaba desapareciendo, pero no quería que acabara, en cambio las manos travesad del contrario, estaban explorando el suave cuerpo del griego, por debajo de su ropa superior.

    Se apartó un poco, se sentía extraño, pero bien… Su corazón acelerado, su respiración agitada, sus ojos mostraban un débil brillo, que lo hacia lucir perfecto.

    -Aioros… ¿Siempre me amaras? A pesar… De mi pasado…- Temía preguntar, pero era necesario para calmarse.

    -Lo he hecho, toda mi vida… ¿Por qué sería diferente ahora?- Beso los temblorosos labios del contrario, buscaba esa cercanía y acabar con la sed que tenía desde hace tanto tiempo.

    ¿Sería correcto?

    ¿Estaría aprovechando la debilidad del corazón del peli azul?

    Cualquier fuera la respuesta, en este momento no quería hacer caso a la razón, solo a lo que sentía y deseaba.

    Un suspiro agitado, un jadeo apenas audible, se desprendió cuando esos labios dominante se alejaron y comenzaron a devorar su cuello –Aioros…- Llamo apenas -¿Enserio lo quieres hacer conmigo?- Parecía tonto preguntar aquello, cuando estaba viendo la respuesta enfrente, esa reacción que solo el provocaba.

    Los besos seguían, los mordiscos posesivos, que marcaban la piel de Saga, fue a bajando, acaricio aquellos fuertes hombros, besándolos. De esa forma le expresaba que era afirmativo lo que pregunto, el debía ser con quien quería hacerlo, solo era eso.

    La excitación crecía, lo podía sentir en su parte inferior, cada beso que le regalaba el castaño aumentaba ese calor, que lo hacía sonrojarse demasiado, una cara que parecía sumisión, su boca abierta, jadeos intermitentes, un hilo de saliva bajaba por su barbilla… Era demasiado para poder soportar más.

    -Luces… Realmente sexy- Esa voz antes tan amigable y dulce, se notaba ronca y provocativa. Su único propósito, era no dejar ir a Saga jamás, y lo lograría a como diera lugar.

    -De…Deja... De mirarme así…- Estaba muy rojo de su rostro, muy excitado, que no lo podía ocultar y eso le avergonzaba.

    Lo acerco más a él, mirándolo con deseo directo a los ojos, lo sostuvo un poco, con sus brazos, en su pensar quería que estuviera en su regazo, uniéndose de esa manera.

    -¿No tienes calor con la ropa?- Esa sonrisita entre bromista y coqueta…

    Se estaba enojando por su forma de ser, que aunque le gustaba, podría desesperarlo –Cállate-

    -Vamos Saga, ambos queremos… O… ¿Tu a mí no…?- Bajo un poco su mirada, pensando que era el único que lo deseaba.

    Suspiro resignado, ya no podía plantearse su orgullo tan alto, ante el… Se abrazó al pecho de Sagitario –Si no quisiera… Ya te hubiera golpeado- No se lo diría a la cara, simplemente no podía, pero lo deseaba mucho.

    Aquello fue el permiso que quería Aioros, y de nuevo capturó sus labios, pero esta vez, quisto aquella prenda del toroso de su amante, verlo de esa manera solo para él, le provocaba pulsaciones fuertes en su corazón y cuerpo.

    De igual forma, el también desnudo su pecho, aun con besos, y caricias atrevidas, que ninguno negaba al otro.

    Metió la mano al pantalón del griego peli azul, primero tocando el pene de este, masturbándolo un poco, mientras con su otra mano, el hacía lo mismo en su propio miembro.

    Darse placer a ambos, era algo que hacía, tal vez algún tipo de fetiche, o quería torturarlo y torturase, solo un juego previo.

    Aquello, estaba volviendo un poco loco a Saga, sentir esa fuerte mano en su hombría, le provocaba tanta excitación, que estaba doliendo…

    Se preguntaba, ¿Por qué Aioros, simplemente lo hacía de una vez suyo? Ya no quería esperar más.

    -Basta…- Detuvo ambas manos de aquel hombre.

    Este se quedó atónito, pensó que al final había decidido que no estaba bien, hacerlo de una vez, aunque estaba muy duro, podría aceptarlo, pero su sorpresa fue máxima, cuando… El propio Géminis, bajo su ropa que le quedaba, quedando su anotomía enfrenté, sin ningún pudor.

    Gustaba y asombraba, era realmente sexy, su piel algo tostada, pero se veía tan deliciosa en su pensar, quería seguir probándola, pero el dueño de ese cuerpo, realmente se había cansado de esos juegos.

    ¿En qué momento, perdió el control de la situación?

    Ahora el, estaba sobre ese pasto verde, sentado, mientras levemente sus pantalones eran bajados, con su ropa interior, dejando ver aquel miembro que se notaba que escurría liquido pre seminal de la punta.

    Ahora él estaba rojo de vergüenza, no creía que pasara y el nuevo movimiento de su amado, lo dejo sin palabras.

    Cuando el mismo, tomando aire, suspirando, doblando sus rodillas por ambos laterales de Sagitario, apoyándose de los hombros de este, se dejó caer, lentamente.

    -Sa…Saga…- Se estremeció, estaba sintiendo como se estaba abriendo paso dentro de Géminis -¿Por… Haaaaa…? Hubieras… Haaaaa…- No podía preparar bien su cuestionamiento, estaba por completo en el interior, de quien amaba.

    Este a su vez, solo abrazaba fuertemente del cuello, derramando algunas lágrimas, no se había preparado de manera adecuada, pero no le desgarraba… Tal vez anteriormente… Hubiera tenido algún encuentro.

    -Eres… Estrechó Saga… ¿Cómo es posible…?- No soportó mas, se estaba moviendo topemente, no sabía muy bien todo, pero tenía la idea… En sus fantasías, había revivido ese momento tantas veces.

    -Solo… Cállate…- Se soltó del cuello, y empezó a subir y bajar lentamente, apoyándose con sus rodillas. ¿Acaso Saga también tuvo muchas ideas por ese instante?

    Ambos se entregaban al placer, no les importaba en lo más mínimo que estuvieran al aire libre haciendo el amor… Solo querían estar así, juntos por siempre. El sudor estaba corriendo por sus pieles, pero lo sentían realmente bien.

    ¿Si esto es realmente romántico?

    ¿Un momento especial?

    Puede que para muchos no, sería su ideal de primera vez, pero… Para ellos funcionaba, y era lo principal, una relación que comenzaba.

    -Haaaaa… Arggg… Saga… Te amo… Eres lo único que necesitó- Las palabras cursis, eran buena maniobra usada por Aioros, un abrazo más fuerte, para aprisionarlo en su pecho y en su pelvis.

    -Yo… Te amo mucho…- Jadeo un poco más, aquella estocada fuete en su ano, llego profundo… Sentía que llegaría pronto al clímax, sin embargo, el castaño, notaba como si aún no estuviera ni cerca.

    No dejaría que él le ganara, debía aguantar, tal vez… Los besos le funcionarían.

    Alguna vez se prometió a sí mismo, que Aioros no le volviera a ganar, pero en el amor… ¿Realmente alguien puede perder o ganar?

    Solo se vive.

    Un poco más, subir y bajar, salir un poco y entrar de manera profunda, no podía soportar más, en cualquier momento eyacularía en el abdomen de su amado, ya no tenía más fuerzas en las piernas rodillas para sostenerse más.

    Aun después de ver aquello, una sonrisa pícara se dibujó en Aioros, y tomo el mimbro de quien estaba arriba, lo comenzó masturbar.

    -No… Aggg… Por favor… Arrgg, Aioros- Le suplicaba, no aguantaría más.

    -Sé que quieres… Que termine antes, pero… Aggg…Ya no soporto más- Lo beso posesivamente, adentrándose en su boca, ferozmente, sosteniendo su noca con la única mano libre, no lo dejaría libre y no perdería.

    Los movimientos se intensificaron, el beso profundizo, incluso una mordida se le escapó al castaño, dejando una pequeña marca sangrante en esos labios que estaban rojos por el devoró.

    Ya no soportaron más, llego el momento máximo, sintieron esa liberación ambos, aunque para ser sinceros, Saga fue el que perdió en esta ocasión, por algunos segundos el llego al clímax antes y el castaño lo siguió muy de cerca en su interior.

    Aquello fue hermoso para ambos, pero cansador para el peli azul, ya no pudo aguantar más, se dejó caer en el pecho del hombre que ahora le pertenecía.

    -¿Cómo te sientes?- Esa pregunta parecía sobrar, pero estaba preocupado.

    -Fuiste… Muy posesivo…- Le dijo de manera baja.

    Aun que eso era verdad, le había gustado.

    Sonrió, ante aquella confrontación, realmente había esperado toda su vida, ese momento y no la iba a desaprovechar, estaba tan contento, que se dejó caer de espaldas en aquel lugar y se llevó con él a su Géminis, este se sorprendió, pero no se aparo, solo un sobresalto menor, por ello.

    -¿Entonces…?- Ahora de nuevo su tono juguetón y amigable.

    -¿Qué quieres?- Saga, aun después de aquella entrega tenía una personalidad cambiante, de estar tan feliz y llegando al cielo mismo, volvió a la tierra y seguía con su actitud algo rasposa.

    -¿Serias mi novio ahora?- La propuesta menos indicada, en el momento más extrañó, solo Aioros podía tener esa capacidad.

    Una mirada atónita, quedo plasmada en la cara de Géminis. Se preguntó internamente ¿Después de lo que acaba de pasar?

    Suspiro, no iba a pelear por ello, se sentía feliz –Si, ahora somos novios- Nunca lo miro en ningún instante, pero su rostro estaba rojo, y nervioso.

    La respuesta del castaño, fue un fuerte abrazo, que lo pego más a él. Sonreía de oreja a oreje, tenía el corazón de Saga, sus sentimientos al fin eran correspondidos de manera abierta. Además con un pequeño plus, pues ahora se habían entregado y pertenecido mutuamente.

    Un instante de silencio reino, era agradable aquella suave brisa que se sentía, la noche parecía que había avanzado un tiempo considerable.

    -Saga… Tu… Alguna vez… Antes- Quería preguntar, una duda que se le había asaltado, por la iniciativa de este y que no hubiera algún tipo de desgarro, por la penetración, lo hizo pensar que tal vez alguien más.

    -No- Contesto sin más, posiblemente se lo imaginaba por su comportamiento, pero le avergonzaba lo que tendría que explicar.

    -Entonces… ¿Por qué… No…- Fue interrumpido por un bes de aquel Griego.

    Al soparse, se encontró con esos ojos que estaban llenos de felicidad –Muchas noches pensé en ti…Y lo imaginaba…-

    Ya no se necesitaba más explicación, entendió con ellos, que se había complacido varias noches, con su recuerdo… Y que fuera eso, solo el que lo provocara, le parecía encender de nuevo el interruptor de una ronda más.

    Aquella noche, se destilaba el amor y el sexo, en ese pequeño lugar lleno de naturaleza de esas tierras, fueron el único testigo de todo.

    ---Tiempo después---

    -¡¡¡ARGUS… VEN A RECOGER TUS JUGUETES!!!- Un peli azul con el ceño fruncido y ropa de estar en casa, estaba parado en la habitación de sus dos hijos.

    -Se fue con Egil a Cáncer- Su primogénito por minutos le respondió.

    Suspiro, recargándose en la puerta –Ese niño, nunca hace lo que se le pide- Miro de reojo al castaño mayor -¿A dónde vas?- Sonrió algo entusiasmado -¿Por qué tan arreglado?-

    Se puso algo rojo, que su madre, le sostuviera cuestionando y que sospechara a donde se dirigía, le causo muchos nervios –A… A… Ningún lado, solo… Iré… A entrenar- Se dirigió a la puerta, para salir del cuarto que compartía con su gemelo.

    Una sonrisa burlona en los labios de Saga, se hizo notar –Me saludas a la pequeña Buda-

    Se petrifico en el lugar, aunque había dado unos pasos, pudo escuchar y en vez de responder algo más, mejor se echó a correr, no aceptaría esos sentimientos. No aun…

    Algo parecido a su madre.

    Géminis sonrió, le aprecia adorable, que si pequeño estuviera experimentado el amor, a tan corta edad, pero se sentía realmente frustrado por que el menor fuera tan desordenado y no le agradaba recoger desastres ajenos.

    Lo castigaría cuando llegara.

    Decidió regresar a la sala, quería descansar un poco, ese día había sido muy agotador, y solo quería ser consentido por su amado esposo.

    Pronto regresaría de Rodorio de hacer las compras. Era algo que Sagitario gustaba de hacer, por su amado, y más porque siempre le traía algún rico detalle.

    La vida después del nacimiento de sus gemelos, fue algo tranquila al principio, pero al crecer ambos se volvió caótica.

    Por extraño que apareciera, Kanon y Aioros, se comenzaron a llevar bien, tal vez no eran los mejores amigos del mundo, pero ya tenían una relación de respeto, por lo menos podían platicar sin insultarse y las bromas aun seguían, pero el castaño tenía dos cómplices que lo apoyaban en regresarle las jugarretas al géminis menor.

    La vida había sido buena, tal vez mejor de lo que hubiera podido imaginar, recordar esa primera noche de tantas, le causaba un latir tan fuerte, estaba consiente que después de aquello, no sabría decir que esa vez se concedieron sus hijos, porque no pasaba dos días, que lo hacían.

    Se sentía tranquilo, que después de su parto, ya no podría volver a tener hijos, solo de un uso, podría decirse que era aquella habilidad, le tranquilizo.

    Aioros, recupero el tiempo que se abstuvo de hacer el amor con su Géminis, debía cuidar de sus bebes y de su esposo.

    -Saga, volví- Verlo volver de las compras, cargándolas y depositándolas en la mesa más cercana, para ir a abrazar a su marido, y depositarle mil besos en las manos y boca, como si tuviera años sin verlo.

    -Me alegro, ¿Cómo te fue?- Le dedico un beso en sus labios.

    -Muy bien, compre todo lo que me diste de la lista y además…- Le puso un pequeño dulce de sabor sandia en su boca, y después lo entrego a Saga.

    Ese era el detalle que siempre le gustaba recibir, y nunca lo rechazaba al contrario lo deseaba cada día.

    -¿Te gusta?- Pegunto con curiosidad de un niño.

    -Sí, tus labios le dan un toque más dulce- Esa sonrisa del peli azul, era lo que gustaba ver.

    Recargo su cabeza en el hombro de Sagitario, ese era su concepto de felicidad de ambos, ¿Qué más se pedía?

    -Sander, está enamorado de la pequeña Buda- Soltó sin más, le gustaba platicar de sus hijos.

    -Sí, me di cuenta- Sonrió animado –Me pidió concejos de como conquistarla-

    Lo miro de reojo -¿Y tú desde cuando sabes hacer eso?- Cruzo sus brazos, sonriéndole con un poco de burla

    -Bueno, lo hice bien contigo ¿No?- Otro beso robado.

    Aun lograba sonrojarlo con facilidad –Eres un bestia- Se escondió en el pecho de este.

    Su sonrisa nunca seria superada en esta vida, por esas acciones tan dulces –Pero soy tu bestia- Se acomodaron de esa forma en el sofá.

    Géminis era abrazado por Sagitario, cada tarde era romántica ahora, solo la compañía de cada uno, era suficiente. Su momento de paz, los niños salían a jugar, Kanon salía a ver a su pareja, aunque siempre lo negaba, pues le daba pena.

    Pero esos cursis poemas que escribía y dejaba por ahí lo habían delatado meses atrás.

    Una buena vida familiar, divertida, caótica. Pero era la combinación perfecta, para dos griegos que su amor fue separado por una maldad contenida en el corazón, un asesinato, arrepentimiento y culpa, pero que solo la chisma de la verdad y los sentimientos pudieron encontrar el camino para florecer.

    Después de todo era la ley dictada.

    Todo se puede lograr, aunque sea difícil el camino.
     
  3. Threadmarks: Capitulo 3 (DeathMaskXAfrodita)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    3030
    El veneno de las rosas, con el olor de la muerte. Puede ser un buque de desastres irreparables, pero en ocasiones solo es un romance demasiado cursi.

    Se podría decir que así era la relación que llevaba el cuarto guardín con el último de la orden dorada.

    A veces parecía que Afrodita llevaba la batuta en la pareja. Siempre se le cumplía su santa voluntad, tal vez para no alegar tanto, que a Death le gustaba hacerlo feliz. Quien sabe que sería la verdadera razón, pero… No importaba tanto. Ya que es un tipi de amor que a ellos les funciona.

    Siempre hacen equipo en los entrenamientos matutinos, aunque últimamente había menos participantes en esta, pues uno acaba de tener a sus gemelos, otro pronto seria madre y el tercero aun estaba asimilando la noticia que estaba en gestación.

    Ya tenían la costumbre que después de las prácticas, subían hasta Cáncer y allí el guardián de la misma, se disponía a preparar un almuerzo muy rico, cada día era una sorpresa para el pececito que sonreía abiertamente al tener esos manjares solo para él.

    -Death… Esta realmente delicioso- Degustaba aquel platillo como si fuera la novena maravilla del mundo.

    -Solo es Risotto…- Dijo esto, comiendo de manera tranquila con su cara de pocos amigos.

    Piscis, que se encontraba, a su lado sentado. Recargo su cabeza en el hombro del de cabellos cortos y despeinados –Pero, lo hiciste para mí, eso es lo más lindo-

    Aquello sonrojo al Cáncer, pero desvió su mirada, haciendo un puchero –No… No es para tanto… Cocino para ti todos los días-

    -Pero eso no le quita lo especial- Sonrió con una carita tan angelical, y un leve sonrojo en esas mejillas blancas.

    -Quieres que te sirva otra porción ¿Verdad?- Le miro tranquilo, pero con una leve sonrisa. Conocía las técnicas que usaba su novio para hacer lo que quisiera.

    -Ya me conoces mi cangrejito- Lo abrazo, pues ya había descifrado lo que deseaba.

    Suspiro resignado, a veces podría ser tan caprichoso y mimado en sus deseos, más le daba gusto ser el único que podría cumplir sus demandas. Así es como eran sus mañanas desde hace dos meses que se volvieron pareja y le encantaba, aunque siempre mostraba su máscara de malote.

    Algunas tardes de paseo tomados de la mano, Cáncer siempre iba con tanta pena, no por ser hombres, eso le daba igual, si no por que las DPA siglas para Demostraciones Publicas de Afecto, no le agradaban mucho.

    En cambio el peli celeste, siempre encantando, siendo, mostrando ese porte tan elegante que se enorgullecía de poseer.

    Habían tenido citas muy fuera de lo normal, no de lujo, pero si extravagantes.

    Al haber cumplido el primer mes de novios, Death Mask lo había invitado a ir a Yomotsu, para un tranquiló paseo, mirando a los muertos caer hacia el vacío.

    Algo que no fue muy placentero para el peli celeste, pero debes en cuando trataba de darle gusto a Cáncer. Aunque aquello supusiera un trauma momentário.

    Otras en las que Afrodita escogía y siempre tenía que ser un lugar cubierto de flores venenosas o plantas de la misma índole, en las cuales el pobre Death, acababa con una intoxicación leve en su sistema nervioso.

    Al fin de cuentas acercamientos a la muerte, ya los habían vivido, pero no deja de ser divertido.

    Después de todo, si estas en una relación, debes entender y comprender los gustos de tu pareja, mientras no te maten.

    -¿Me vas a acompañar a buscar algunas plantas?- Preguntaba aquello, mientras estaba sentado en una silla en Cáncer, mientras el guardián lavaba los platos.

    Otra cosa era que Afrodita había “Obligado” a Cáncer a tener el cuarto templo más decente a la vista, estaba desordenado no se diga más, pero ya no estaba sucio.

    -Sí, si… Pero espero que esta vez me digas si lo que toco es algo venenoso- Grito desde la cocina, con una leve molestia, lamentablemente eso pasaba siempre.

    Ríe animado –Jajajaja, pero fue porque no me di cuenta, solo no te alejes- Estaba conteniendo la risa, de solo recordar la dermatitis que tuvo la última vez.

    -Como podría alejarme de mi florecita- Por detrás se acercó, para abrazarlo y darlo un abrazo, aunque su intención era mojarlo, pues levaba las manos húmedas.

    -¡¡¡DEATH!!! ¡¡¡YA MOJASTE MI CABELLO!!! ¡¡¡SABES PERFECTAMENTE LO QUE ARDO PARA TENERLO ASÍ DE HERMOSO!!!- Estaba ahora molesto, podría soportar mucho, pero meterse con su aspecto eso sí que no.

    -Florecita… No es para tanto, te ves hermoso así- Sonrió triunfante, le agradaba hacerlo enfadar un poco. Pero decía la verdad, Afrodita era hermoso como fuera.

    -Pues claro lo dices, si tú no cuidas mucho tu aspecto físico y siempre te da igual- refuto ahora el peli celeste, algo molesto.

    -La verdad esas cosas, me tienen sin cuidado- Se acercó para robarle otro beso, sabía que si seguía el juego de molestarse entre sí más tiempo, solo terminaría en una pelea furtiva.

    -No, no te mereces mis besos, por ser así conmigo- Giro su cabeza para un lado, haciendo un puchero leve y cruzando sus brazos.

    Era la señal, Piscis entro en modo diva, lo cual significaba un día muy largo para Cáncer.

    -Ho vamos… No es para tanto, solo sécate y ya- Dijo de mala gana, suspirando pesadamente.

    -¡¡¡¿QUÉ NO ES PARA TANTO?!!! Se nota que nunca te secas de manera correcta el cabello… Pues claro usas la toalla y ya- Seguía molesto, ahora erro los ojos en señal de indignación.

    -Pues si… ¿Qué quieres que haga? ¿Con que me seco entonces?- En este momento de la conversación, ya no sabía si era un reclamo, una pelea o una afirmación lo que ocurría.

    -¡¡¡HAAAAA!!! ¡¡¡CONTIGO ES IMPOSIBLE HABLAR!!! ¡¡¡ME LARGO DE AQUÍ!!!- Salió casi gritando su enfado de la cuarta casa.

    Dejando atrás a un Italia, sin comprender ¿Qué es lo que había hecho mal?

    Pero también tenía su temperamento y trataba de calmase cuando Afrodita estaba discutiendo, Sin embargo el explotaba también al estar a solas.

    -Maldita sea… Me pongo romántico y te pones tus moños- Se sentó con los brazos cruzados en la sala, tratando de comprender la importancia de un cabello seco.

    -Y yo que me compadecía de Milo, por como esta Camus, ja me toco también un loco pez- Dijo esto más como una burla para sí mismo, tratando de relajarse.

    A veces las peleas de pareja, pueden no ser completamente entendibles para ambas partes, por eso se considera discusión, pues al ser que uno se enoje y el otro no crea que ha hecho algo realmente malo, acarrea consecuencias a largo plazo.

    En esos momentos, solo subía aun refunfuñando su enfado algo tonto hacia su querido novio. Quería hablar con alguien sobre el tema, le costaba que al único con el que tenía una relación de confianza como para charlas de ello, no estaría de buen humor y se dio cuenta cuando llego a Escorpión.

    No había podido ni siquiera pedir permiso de cruzar, cuando un florero golpeo contra una pared a su derecha, que si no fuera por sus reflejos le hubiera impactado en la cara y otra cosa seria.

    Su cara, parecía atemorizarse por ello, pero no tuvo que preguntar, rápidamente pudo ver lo que estaba pasando allí.

    -¡¡¡ALÉJATE DE MÍ!!!, ¡¡¡NO QUIERO QUE ESTÉS DE ENCIMOSO!!!- Grito un molesto Acuario, el cual huía de un bichito súper feliz.

    -Ho vamos, no seas así, solo quiero tocar tu vientre- Dijo con la voz más melosa que lograba hacer, su ilusión hecha realidad, tener un bebe con su cubito era su fascinación.

    -¡¡¡NI SIQUIERA, ESTÁ POR COMPLETO FORMADO… NO SEAS RIDÍCULO!!!- Sin duda la noticia no le callo nada bien, al contrario parecía más molesto cada vez.

    Por ende Afrodita comprendió, que en estos momentos platicar sus problemas sentimentales con el décimo primer guardián seria contraproducente.

    -Emm… Buenos días...- Dijo esto con un poco de temor.

    -Buenos días Afrodita- Clavo su mirada seria en el ahora, no porque le molestará, si no por sus niveles hormonales y su carácter.

    -Buenas Dita- Saludo muy risueño el Escorpión.

    Grave error sin duda.

    -¡¡¡¿POR QUÉ LE SALUDAS TAN ALEGREMENTE A PISCIS?!!!- Ahora Camus estaba agarrándolo del cuello de su pendra, por la forma de dar un aludo.

    Esto sorprendió al peli celeste, el cual solo sonrió nervioso y siguió caminando hacia la salida posterior, no era momento para estar en esa casa, si es que no quería recibir algún maltrato o ver como mataban lentamente a Milo.

    Suspiro resignado, no tendría a su amigo por un largo tiempo, aunque aún creía que tener un bebe en sus entrañas le aprecia la cosa más linda del mundo, aunque Camus se había vuelto más gruñón de lo que ya denotaba antes.

    Siguió su camino, ahora el enfado se le había pasado, pensar en que alguna vez tuviera un bebe con Cáncer, perdonaba cualquier cosa que el crustáceo le podría decir o hacer.

    Aunque seamos sinceros, realmente este no le hizo nada malo, solo un abrazo con la manos mojadas, hasta limpias estaban. Pero la diva en el reinaba siempre.

    Planeaba pasar un tiempo con sus rosas y después vería que hacer.

    Llego al décimo templo, suspiro cansado, ahora se sentía triste, por su comportamiento en el cuarto templo, pero es muy orgulloso para dar su brazo a torcer.

    -Hola Afrodita- Saludo tranquilo Capricornio el cual se encontraba barriendo la entrada.

    -Hola Shura- Suspiro triste, esto fue notado por su amigo de infancia.

    -¿Qué te sucede?- Pregunto algo curioso.

    En el peliverde, aunque se notara frio y distante, tenía dos personas por las cuales se preocupaba mucho y estas siempre serán sus dos mejores amigos de la infancia Death Mask y Afrodita, fueron un gran trio y lo seguían siendo en batalla, sin embargo últimamente no había mucha acción.

    -¿No notaste?- Pregunto con una débil sonrisa, con su mirada baja.

    -Sea lo que sea… Sé que Death Mask se arrepiente y te ama mucho- Ya tenía las palaras preparadas para cada situación.

    Niega con la cabeza –No es eso…- Menciono aun cabizbajo.

    Ahora esa era una situación extraña… Que Afrodita no culpara de todo a Cáncer.

    -¿Entonces?-

    -Creo que soy… Un poco exagerado en lo que hago o digo- Trato de sonar lo más calmado posible.

    Capricornio, se quedó mirándolo con cierta curiosidad. Teníamos un avance sin duda, que Piscis, estuviera pensando que el fuera el que cometiera un error, era nuevo.

    -Haber dime… ¿Qué pasó ahora?- Dejo a un lado la escoba y se acercó a su amigo.

    -Me enoje, porque me abrazo con las manos mojadas y arruino mi cabello- Enfatizó en el momento que menciono esa parte de su cuerpo.

    -Sí que te enojas por cosas sin sentido- Hablo tan cortante como su ataque.

    -¡¡¡TÚ TAMBIÉN SABES LO IMPORTANTE QUE ES MI APARIENCIA!!! No puedo dejar que nadie me mire con un aspecto deplorable- Hay estaba su modo diva activado.

    Suspira, apenas si era bueno para hablar un poco, tratar de calmar al pececito seria otra cosa.

    En sus adentros, se pronto por que no estaba a la cercanía Camus, Mu o Aioros, ellos tendrían más paciencia que él.

    -Death, sabe que eres muy… Intenso con tu aspecto… Pero a veces exageras mucho- Lo miraba fijo con esos ojos jade que poseía.

    Abrió sus ojos de par en par, parecía de molestia –No es que exagere si no que él debe comprenderme- Cruzo de nuevo sus brazos delante de su pecho.

    -Y ¿Tu? ¿Lo comprendes?- Dejo caer aquella pregunta sin más.

    -Claro que lo comprendo, trato de entender como él hace esas cosas tan raras y perturbadoras- Su semblante cambio a uno de desagrado.

    Niega con su cabeza con seriedad –No, me refiero a si entiendes lo que él ha hecho por ti y tu como le has pagado-

    -¿Qué me tratas de decir?- Las palabras de Shura a veces podían ser directas, pero confundían un poco a algunos o era su falta de hacerse entender.

    -Mira, desde que tú y Death están juntos, se han notado muy felices, pero tus berrinches él se los aguanta siempre, trata de no cuestionarte y darte gusto en todo…-

    -¿Qué tiene eso de malo?- Cuestiono algo molesto.

    -Que tu casi no haces eso- Aclaro su punto tal cual.

    -¿Cómo qué no? Me tuve que aguantar nuestro primer mes en Yomotsu, por que el quiso-

    -Y desde entonces… ¿Cuándo han hecho algo que al le guste?- Lo miro de nuevo. Siendo inexpresivo como de costumbre.

    Afrodita se quedó pensando un momento –Bueno la vez…- Callo, aquello había sido su idea –Lo que paso en…- De nuevo no pudo continuar –Esto….- Niega con la, mirando hacia el suelo dándose cuenta de aquello.

    -¿Lo ves? El hace hasta de lo que nunca creímos capaz solo por ti- Inclina su cabeza un poco –Debes comprenderlo a él y no portarte tan malcriado, él te ama mucho-

    -Y yo lo amo a él con todo mi corazón, es solo que…- Callo un instante –No puedo controlarme a veces-

    -Pues así como él no tiene una pésima actitud contigo tan seguido y sus bromas son más calmadas, de igual forma debes ser más paciente con él y demostrarle que puedes pensar e sus necesidades así como en las tuyas- Los concejos de capricornio, eran buenos siempre.

    -Creo que podría intentarlo- Se quedó pensativo, unos instantes… Shura le estaba hablando más de su mal comportamiento que aceptar sus quejas.

    -Solo hazlo y veras que su relación podrá mejorar- Sonrió muy apenas, algo forzada, no era de darlas, volvió a tomar la escoba. –Ahora si me disculpas, debo seguir-

    -Con esos concejos, es difícil, creer que aun sigas soltero- Ahora el cuestiono al cabrío.

    -No necesito tener una pareja, demasiados problemas, complicaciones, me gusta mi vida tal y como esta- Siguió concentrado en su labor, pero mostraba una ligera sonrisa, casi nunca vista en él.

    -Si tú lo dices… Bueno, me voy tengo algo que hacer- Así se despidió de su amigo, y se dirigió a su templo, pensando en lo que acababa de hablar con este, cuestionándose ¿Que podría hacer?

    Poco a poco, estando en sus pensamientos, recordó cada instante a lado de su novio, como cada que el proponía algo nuevo por hacer Cáncer se lo aceptaba sin rechistar, aunque si ponía una cara de molestia, si no le agradaba, pero lo intentaba por él.

    Como incluso había dejado sus malos hábitos se sarcástico con él en mucha ocasiones, que sus bromas ahora las podían hacer juntos.

    El que incluso era un poco más limpio en su templo y que aquellas caras en su templo, se habían retirado en su mayoría, porque eran aterradoras para el pececito.

    Comprendía que si bien tenían poco, él estaba poniendo todo de su parte para que funcionara y este, lo único que había hecho era aceptar una cita en un lugar extraño, y ya…

    Todos los días, el preparaba lo que quisiera, lo consentía demasiado.

    Y que cada que se ponía romántico el cangrejo, y este le seguía el juego, el detenía todo, para no llegar al siguiente nivel, Death nunca le cuestiono aquello, pero se miraba algo triste, respetaría su deseo de hacerlo cuando quisiera.

    Cosa rara, quería un hijo, pero no lo habían hecho aún.

    Lo habían hablado, pero Cáncer siempre decía, que lo harían con gorrito, pro que no quería ser padre. Y esto desanimaba al pececito, era la única cosa que aún no le daba gusto.

    Pero este no era el caso, por el que se estaba preguntando que debía hacer.

    -Podría… Tal vez…- Se sonrojo mucho al siquiera pensar en hacer aquello por su cangrejo. Más que nada por lo vergonzosos que podría ser.

    -Pero a él le gustan ese tipo de cosas- Cubrió sus ojos por la vergüenza. No creía que si quiera lo estuviera tomando en cuenta.

    Caminaba por su templo, pensando como haría aquella dichosa idea, tan extravagante se podría decir.

    Tenía conversaciones consigo mismo, por todo el lugar. Un aspecto normal en su personalidad, al ser el último, era complicado tener a alguien con quien hablar, sin tener que bajar y le daba algo de flojera hacerlo.

    -Bien, podría hacerlo… Podría pensar más en sus gustos y, cocinarle algo más yo...- Se estaba pensando en más cosas que el demostrara su amor.

    -incluso...- Bajo su mirada algo triste –Si él no quiere… Tener hijos… Debería respetar su decisión, aunque… No me agrade…- Eso era lo único que no quería cambiar, pero… Tratar de hacerlo.

    No quiso pensar en el tema de una familia por el momento, tenían poco tiempo de novios, no debían forzar las cosas.

    Pues sus demás compañeros, algunos ya eran padres, otros estaban esperando, aunque dos de ellos tuvieron una relación de novios más larga antes de dar ese paso y otra de esas parejas… Bueno se había adelantando mucho.

    Sin embargo trataba de no juzgarlas.

    Ahora tenía su propio dilema de hacerle saber al Cangrejo que lo amaba y que o perdonara por esos berrinches que siempre se aguantó.

    Estaba decidido, haría aquello y más por Death, así como él lo estaba haciendo.

    Lo conocía perfectamente y era que cuando comenzar a atardecer ira a Piscis, para saber si irán a esa famosa excursión, por plantas venenosas, tendría todo listo para entonces.

    ---Pasada las horas, llego la dichosa tarde---

    -¡¡¡VAMOS FLORECITA A BUSCAR TUS PLANTAS!!!- Grito entrando al templo del mencionado -No seguirás molesto ¡¡¡¿VEDAD?!!!-

    Calo unos instantes, al no escuchar respuesta, a veces los disgustos duraban más tiempo que unas cuantas horas

    -Perdón amor… Ya no vuelvo a hacerlo- Al adentrase más al templo, logro ver unas pequeñas luces atípicas a la decoración de siempre.

    Se sorprendió a gran medida, al ver lo que estaba enfrente de sus ojos -¡¡¡¿PERO QUÉ ES ESTO?!!!- Se sonrojo por completo parecía un tomate.

    -Hola, mi cangrejito- La voz de Afrodita parecía tan seductora y traviesa.
     
  4. Threadmarks: Capitulo 4 (DeathMaskXAfrodita)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    4480
    -¿Qué estás haciendo?- Fue su pregunta, que más aprecia contener la risa.

    Aquello fue notado rápidamente por el peli celeste, la forma en que cuestiono Cáncer a su vestimenta

    -¿Qué? ¿Acaso no me veo bien?- Decía esto con el ceño fruncido, poniendo sus manos en las caderas.

    Sonrió de manera burlona, nunca ni es sus sueños más locos, imagino ver a su pececito vestido de esa forma.

    La parecía algo adorable, pero lo fingía con la burla en su rostro.

    Pues Piscis, vestía una botarga de pez, de un color similar a su cabello, con todo sus aletitas, colita de pececito y solo dejando ver su rostro por la abertura de la cabeza.

    En verdad era un espectáculo emocionante, divertido y adorable, que solo Afrodita podría dar.

    Sin contar que llevaba una rosa en su cabeza de botarga.

    -Jajajajajaja, si te ves… Jajajajaja No, no puedo jajajajaja- Siguió riéndose a mas no poder, tanto que se comenzó a doblar de la risa, sujetándose el estómago.

    -Assshhh- Fue un bufido que lanzo el peli celeste.

    -Jajajajajajaja- Ya estaba llorando de risa –Dime… Mi pececito… Jajajajajajaja ¿Por qué te vestiste así?-

    Ya estaba indignado por la reacción de su novio, pero decidió seguir con su plan.

    Cruzo sus brazos, dándole la espalda –Solo sígueme y te diré después- Camino por piscis, hasta llegar a una antesala, la cual sin duda estaba preparada para esa sorpresa.

    -Muy bien, si tú lo di…- Se quedó con la boca abierta, al ver como estaba arreglado el lugar -¿Qué es esto?-

    Suspiró molesto –Sé que te gustan estas cosas de apuestas y el alcohol, aunque no lo manejas bien así que…- Giro sus ojos molesto –Solo quise darte una pequeña sorpresa, es todo-

    Cáncer se quedó pasmado, le sorprendía aunque fuera improvisado, había recreado una sala de casino, no tan ostentosa como las Vegas, cosa rara porque Dita es el mejor en hacer que todo se vea fabuloso.

    Una mesa de esas especiales para el juego de cartas y apuestas de grandes cantidades.

    Sin contar la forma de luces que existía una iluminación media, elegante.

    Y algunos tragos cerca para quien quisiera beber y jugar al mismo tiempo

    Lo más deseado para Death Mask.

    Aunque seguía preguntándose ¿Por qué Afrodita vestía esa botarga de pez tan rara?

    -Y bien… ¿A qué quieres jugar primero?- Dijo esto serio, aún estaba enfadado por las burlas, pero no se portaría como una diva, por lo menos no esta noche.

    Sin embargo el hombre de barba escasa, ya se encontraba bebiendo un tarro de cerveza espumosa, no perdería tiempo algo.

    Niega con la cabeza lanzando un suspiro –Como siempre, solo piensas en la bebida-

    Pasando aquel trago de esa bebida tan amargo –Te equivocas florecita, no solo pienso en cerveza, también en jugar y ganar- Camino hacia la mesa y sentándose a una de las sillas frente de esta, tomo el mazo de cartas -¿Qué quieres perder?-

    Lanza una sonrisa de lado –Veamos quien pierde que-

    Acto seguido, se colocó delante de la mesa, sentado en una silla y mirando a los ojos a su novio y ahora oponente.

    -Jugaremos cinco rondas de póker, el que gane tres de esas, obtendrá el premio- Explico las reglas, sintetizarlas, para que fueran fáciles de explicar a su Cangrejo.

    -Jajajajaja- Lanzo una risa socarrona -¿Qué es el premio?- Trato de cuestionarlo con una mirada picara.

    -No te diré, solo se ganas- Fue como el peli celeste le regreso aquella pregunta.

    Le parecía un buen reto, ambos con sus cartas en mano, mirándolas y analizando una buena estrategia para ganarle al contrario.

    Cada quien tenía sus bebidas, no era secreto que se tomaba alcohol en el santuario, aunque estuviera prohibido, pero se las ingeniaba quien lo deseaba.

    Así inicio esta batalla sobre la mesa, una carta, un juego, triunfos y derrotas.

    Cada partida fue así, la primera ganada por Afrodita. Muy bueno en los juegos de azar y eso que había aprendido hace poco tiempo.

    La segunda se la llevo Death Mask, tuvo una buena mano desde el principio y no la dejo pasar. Pero cuando declaro su victoria, Dita se quitó la capucha de esa botarga, dejando ver su hermoso cabello arreglado de una forma diferente, parecía ahora llevarlo en una coleta de lado, dejando una cascada de lado sobre el hombro de color celeste.

    -Que ardiente te ves Florecita- Sonrió pícaramente –Aun llevando esa cosa tan rara-

    Dirá no contestó, pero si se sonrojo por esa declaración, le gustaba aunque fuera extraña.

    Tercera oportunidad, e nueva cuenta cáncer gano esta vez, ahora había bajado un poco la cremallera de aquel traje, dejando ver un poco de lo que llevaba abajo y sin duda era un espectáculo, que dejo a Death con la boca abierta.

    -¿Qué bonito color?- Esa mirada lasciva, el sonrojó en sus mejillas y esa voz provocativa, estaba causando ese efecto.

    -Cállate, aun no ganas- Solo había bajas un poco, pero no se la quitaría por completo, hasta que todo terminara.

    Teniendo su siguiente mano puesta –Nunca pensé verte con lencería y de ese lindo color- Le gustaba burlarse.

    No contestó, enserio que estaba teniendo su temple alta, en otras circunstancias cada burla sería un golpe fuerte en la cara.

    Cuarta, gana por Afrodita, estaban empatados la siguiente seria la definitiva.

    Había entendido el juego, en el momento que esa botarga fue abierta, si tenía algo así puesto, no se podía imaginar lo que llevaba abajo.

    Se sentía la necesitad de Death Mask, por tener que ganar ese juego y reclamar su premio, que lo estaba esperando.

    -Afrodita… Si gano… Te verás realmente hermoso en la cama- Sonrió apoyando el mentón en su mano.

    -Ja, veremos quien estará en la cama de quien- Sonrió de lado.

    ¿Qué tenía pensando Afrodita para este momento?

    Fue un juego bastante reñido, pero al final fue decidido, aunque por un instante cualquier pensaría que Cáncer hizo un poco de trampa, siempre han dicho que el fin justifica los medios.

    -Escolera real mi querido pececito- Bajo sus manos, sonriendo efusivamente, acaba de ganar y obvio reclamaría su premio.

    Desvió la mirada, depositando sus cartas sobre la mesa, suspiro resignado, había perdido y debía pagar la apuesta.

    -Muy bien- Comenzó a quitar por completo esa botarga de pez, el cierre completamente abajo, dejándolo en el suelo, podía ver lo que llevaba puesto.

    -Mmm- Inspecciono ese cuerpo blanco, que contractaba bien con esa lencería del mismo color que la cabellera de su amado novio –Luces realmente bien-

    Bajo su mirada, haciendo un leve puchero –Cállate-

    -Pero sabes…- Se acercó a Piscis, de manera amenazante y provocativa –Mejor vamos a tu habitación, no quiero que nadie vea mi premio-

    -Idiota- Inflo sus mejillas, ya estaba molesto.

    Cáncer, abrazo a Dita, plantándole un beso salvaje en sus labios invadiéndolo con la lengua de una sola vez, no era un hombre que le gustara ir lento.

    Aunque fue su idea ir de una vez a la privacidad de ese templo, no quiere decir que no comenzara a gozar el cuerpo ajeno.

    Pues durante esos besos, apretaba un poco el glúteo de piscis. Provocando un gemido a su contrario, pero sin duda era de puro placer.

    Ambos estaban en su límite de aguante, así que dejaron rienda suelta a la lujuria que presentaban.

    Por cada beso aumentaba el calor, en un solo movimiento Dita se abrazó por completo al torso de Cáncer, así con sus brazos y piernas, querían estar más cerca para sentir la fricción en sus cuerpos.

    De esta forma con caricias salvajes, besos iguales y algunos chupetones y mordidas, aunque estos ultimo de parte de Dita en el cuello y hombros del Italia, que no se compendia en que momento había perdido la playera que usaba hace unos instantes.

    Dirigiendo sus pasos hacia el lugar destinado, para cualquier tipo de acción intima, movimientos torpes para llegar, pues el placer lo hacía idiota más de que podía ser en ocasiones.

    Incluso se le había olvidado cerrar detrás de él, cuando ingresaron a ese recinto, dejando caer el cuerpo delicado de Piscis sobre la cama de este.

    Las ligeras prendas, tan solo cubrían los pezones una tela diminuta con tirantes, igual abajo una tela curia la parte frontal, pero al trasera solo era cubierta por tiras del mismo material y de igual forma que pasaban por sus nalgas, una bonita vista sin duda.

    Aquello dejaba ver el miembro erecto, no portaba más protección, pero se notaba demasiado lindo y suculento para su amante.

    Se relamió un poco los labios, era apetitoso sin duda –Eres realmente hermosos Florecita, pero…- Con su boca dio un fuerte tirón, para deshacerse de esas prendes, que le parecían hermosas en el cuerpo ajeno, pero tenía también otro pensar.

    Con una voz ronca y seductora –Sabes… Te vez realmente sex con esta ropa, pero… No uses ropa femenina, que eso no te queda bien- Sonrió, mientras le daba un fuerte mordisco a las tetillas y los pellizco no faltaron.

    Le pareció un insulto grave lo que acaba de decir, ¿No le quedaba bien la ropa de mujer? ¿Cómo podía decir aquello?

    Ya no aguantaba más, dejo escapar unas lágrimas traicioneras, que pronto se intensificó en un llanto, llamando la atención de Cáncer, preguntándose ¿Qué había hecho mal ahora?

    -¿Qué tienes Afrodita?- Pregunto angustiado, ¿Lo había lastimado dejándole marcas en su cuerpo?

    Sin dejar de derramar sus lágrimas –Si… Realmente luzco tan mal… ¿Por qué no mejor me dejas? Sé que no soy una mujer, pero creí… Que así te gustaba y…-

    -Eyyy- Llamo rápidamente a piscis –No digas tonterías-

    -Entonces… ¡¡¡¿POR QUÉ NO TE GUSTA LA ROPA QUE USE, SOLO PARA TI?!!!- Le lanzo una almohada a la cara.

    Recibió el golpe, pero sonrió que piscis estuviera enojado era buena señal a veces –Florecita… No te queda bien, porque, tú eres mucho más hermoso y bello que cualquier mujer del mundo- Declaro sin más, para tratar de poner feliz a su pececito hacia lo que fuera, pero nunca mentiría en sus palabras.

    -¿Enserio?- Sus ojos se iluminaron como dos jemas preciosas.

    Sonrió a medias –Hablo enserio, además que si usas ese tipo de ropa, te estas insultando a ti mismo- Beso su pecho poco a poco, le gustaba disfrutar de esa piel.

    -Death… Me haces muy feliz escuchar eso- Disfrutaba los besos, provocándole escapara unos gemidos quedos.

    -Es mejor ver tu cuerpo sin nada- Bajando a su abdomen marcado, besándole y dejando algunos chupetones en esta piel –No necesitas algún adornó, para lucir precioso-

    Dita no podía decir nada, cubría su boca con su antebrazo, le excitaba cada que cáncer marcaba su piel, aunque obvio solo permitía en lugares que no fueran visibles, tenía que seguir con su postura de diva siempre.

    -Aunque, tu pene se ve adorable con ese adorno jajajaja- Un cumplido, unas carcajadas, sin duda era el encanto de un Cáncer.

    Frunció el ceño, le molesto ese comentario, además que quería ya la atención en su miembro, pero también deseaba darle un poco de placer a su Cangrejito.

    Se abalanzo rápidamente, ahora Death Mask estaba abajo y Dita estaba haciendo uso de su fuerza.

    Sonrió de manera coqueta, mirándolo con deseo latente en sus ojos –Ahora yo te hare gemir- Bajo su cabeza, apoyándose en el cuerpo moreno de su pareja, comenzó a besarlo con brusquedad, él tampoco era de mucha paciencia en el momento de divertirse juntos, mordía los hombros con fuera incluso le dejaba las marcas de dientes, chupaba la piel en el pecho. No le gustaba jugar con los pezones, era algo que Cáncer hacia solo para él y así lo mantenía.

    Pero como le excitaba ver el rostro de placer en la cara del Italia, le gustaba que el provocara ello.

    Bajo rápidamente, hasta llegar a la orilla del pantalón, aun lo llevaba puesto, pero notaba como el miembro ya estaba levantando, parecía formar una carpa en esas ropas.

    -Vamos a quitar esto… que me está estorbando- sonrió, estaba agitado, con su corazón al mil por hora.

    -Je… No sabía que los peces mordían tan bien- Sus sonrisa de excitación marcado en el rostro.

    Lo saco con rapidez y demanda, acaricio el pene de Death Mask, jugando con sus manos en él, subiendo y bajando, con rapidez.

    -Arrrggg- Lo estaba masturbando como le gustaba.

    En un movimiento rápido, Dita se subió encima de él, formando una posición sexual llamada el sesenta y nueve, así llevo el miembro de su amado a la boca, primero besando la punta con energía, con lengua caliente y su saliva era un gran lubricante, para llenarlo de éxtasis.

    De igual forma, teniendo la entrada y el miembro de piscis tan cerca, comenzó a mastúrbalo también, con una de sus manos de manera firma y rápida, mientras el invadía la suave entrada con uno de sus dedos, ya antes lubricados con su propia saliva.

    Ambos gemían de pacer, se conocían demasiado bien, llevaba dos meses de novios, pero exploraron su sexualidad casi de inmediato, los juegos previos eran lo mejor, aunque nunca habían consumado el acto como tal.

    Siempre eran rápidos, demandantes, salvajes, se dejaban buenas marcas y los chupetones en la piel era lo que más les gustaba, el cuerpo ajeno era suyo, aunque no era necesario hacer el amor aun.

    -Argggg… Florecita…- Inspecciono el ano de Dita –Estas muy limpio… ¿Esperabas que esto sucediera?-

    No le contestó, estaba extasiado por el sabor del miembro de Cáncer, un hilo de saliva brotaba de una comisura de su boca, era grande y no trataba de meter todo, aunque batallaba le podía hacer una garganta profunda, algo que gustaba siempre.

    No se quedaría atrás, estaba pensando en que cualquier momento se podría venir y terminar antes de que su florecita, era algo que no lo permitiría.

    Movió su mano más fuertemente, arriba abajo, haciendo la fricción tan deleitante, para el orgasmo, pero también aprovecho para hacer otra cosa.

    Llevo su boca a la entrada de Piscis e introdujo un poco su lengua, así le quería masturbar, jugar con su pene y ano, era lo que estaba disfrutando.

    Podrían llegar a venirse muy pronto, y era lo que el cuarto guardián estaba dispuesto, no exigiría penetración a su Pececito, pues ya sabía de ante mano que no quería hacerlo aun.

    -Si sigues así… Haaaa… Te llenare la boca con semen…- Estaba gimiendo fuertemente, entendía que llegaría de un momento a otro.

    Pero… Existía otra idea en la mente del decimosegundo guardián.

    Paro su labor, lo que provoco confusión en su Cangrejo, y más con lo que ocurrió lo siguiente.

    Afrodita al detenerse, se levantó con su sumo cuidado, dejando la labor de su amado a medias.

    -¿Qué pasa?- Pregunto más sorprendido.

    No contestaba, era raro que estuviera tan callado, pero le gustaba ese mirar el buen trasero del peli celeste, la espalda no tan ancha pero fuerte, esa piel.

    Seguía duro y de verdad necesitaba terminar, antes de cualquier cosa.

    Fue directo a unos cajones y de estos, saco un pequeño cuadrado de un plástico plateado, que parecía formar dentro un círculo.

    Lo coloco en su boca, girándose para ser visto con ese objetó, por su novio.

    -¿Afrodita?- Se sorprendió, nunca creyó que su pececito estuviera insinuando algo así.

    No había hablado mucho durante toda la sesión de jugueteo, no era propio de él, pero es porque estaba penado cuando era el mejor momento para ir por ello.

    Se colocó en la cama delante de Cáncer, ya estaba desnudo desde hace tiempo, en el proceso de la masturbación esa prenda delicada se había despojado.

    Su linda mirada, derramaba pasión y lujuria, sus mejillas rojizas contrastaban perfectamente con la piel blanquecina, su cabello ya estaba desarreglado, pegándose al cuerpo por el sudor.

    Rompió el sobre del preservativo, con sus propios dientes, dejando ver el condón, lo coloco en su boca y de un movimiento rápido y ágil, lo coloco en la punta del miembro de un incrédulo hombre, haciendo que bajara, cubriendo por completó el trozo de carne.

    -Vamos a hacerlo- Su mirada lasciva, destello de deseo. Estaba de verdad queriendo se mimbro en su interior.

    Se colocó se rodillas sobre Cáncer, aunque aún no dejaba su cuerpo caer sobre él.

    -Oye, florecita…- Estaba desatinado, no creía que fuera verdad, aunque estaban bajo el efecto del alcohol, debía hacer reaccionar a su novio, tal vez no toleraba tanto las bebidas, pero no se aprovecharía. –No hagas esto… Si no quieres…- No sabía que más decir, estaba deseándolo, pero lo pensaba seriamente –Estas pasado de copas…- Lo tomo del brazo, para que no bajara.

    -Mi bebida, no tenía ni una gota de alcohol- Declaro sin más, colocándose de rodillas sobre la cama, dejando en medio de sus piernas el abdomen de Cáncer, poso sus manos en los hombros, para mirarlo fijo.

    -Death Mask… Hazme tuyo, esta noche…- Le susurro lo más cerca del oído, su voz sonaba tan seductora que quería provocarle.

    -¿Estás seguro?- Pregunto, pero miraba sonriendo triunfante, esta noche se le podría hacer.

    -Sí, solo disfrutemos esta noche- Se alejó de sus hombros, y ahora sí, estaba bajando, cuando sintió la punta del grueso pene, se detuvo un poco, sintió un momento de miedo, más se armó de valor y volvió a tomar su labor, lo introducía lentamente, gracias a la estimulación previa, estaba listo.

    Aun así no significaba que el intruso no causara una sensación extraña en su cuerpo.

    -Estrecho… muy estrecho…- Fue lo que dejaba escapara el cuarto guardián, que no podía decir alguna palabra coherente, no aguantaba mas y aunque Dita estaba siendo lente, no era suficiente.

    Tomo las caderas de piscis y con un movimiento rápido, lo hizo caer fuertemente en su miembro clavándolo en su interior.

    Ambos dejaron escapara gemidos fuertes, sonoro y un rostro demasiado caliente.

    Afrodita, apoyo sus manos sobre el abdomen del hombre que lo penetraba fuertemente, su lengua un poco de fuera por la agitación, su corazón demasiado latía, sus ojos tenían lágrimas, que habían empezado hace unos segundos a brotar, sus mejillas rojizas, se estremecía su cuerpo a mas no poder, trataba de acostumbrarse un poco.

    Death por su parte, estaba disfrutando las olas de placer que ese estrecho luchar le estaba provocando, ya no aguantaba, su respiración tan agitada, parecía que un poco de vapor salía de sus labios.

    -Muévete…- Agitado aun sin poder reaccionar bien, pedía que Cáncer se moviera en su interior. Aunque era algo difícil pues en esa posición el, era quien llevaba la batuta del acto.

    Pero quien quiere hacerlo, se las ingenia, tomando con más firmezas las caderas, trataba de moverse de arriba abajo, impulsándose con su propia fuerza de su pelvis.

    Era demasiado place, pues previamente se habían divertido con sus cuerpos, por ende estaban sensibles ambos.

    Se acostumbró fácilmente a esa sensación, que su cuerpo le exigía mas, así que ahora estaba el mismo también bajando y subiendo al mismo ritmo que su novio, se miraban a los ojos, una sonrisa de burla siempre en el rostro de Cáncer y una mueca de placer a mas no poder de parte del peli celeste, la saliva salía de las comisuras de su boca, las lágrimas igual, le gustaba esa nueva sensación.

    Creyó que la primera vez, podría ser sin ningún tipo de protección, pero en ese momento no le importaba, le agradaba hacerlo de esa forma, no comprenda en ese instante como se había privado de algo así.

    Un cuerpo tan precioso, solo para él, podía disfrutarlo pues era solo suyo y lo marcaria como tal.

    Poso una de sus manos a la espalda baja de su amado pececito, para ayudarlo a apoyarse, mientras con la otra, le comenzó a masturbar el miembro.

    -No… Haaaa… No lo hagas…- Gemía con fuerza, se estaba volviendo loco de tanto placer, el decimosegundo.

    -Jajaja, dices que no… Pero mírate, eres un desastre…- Sonrió con triunfo, se movió más fuerte en sus embestidas y en su mano.

    Pasaron unos minuto así, no hacía falta casi nada, para que obtuvieran un orgasmo, pero gracias a la estimulación previa y durante el acto sexual, Afrodita termino antes, en la mano de Cáncer dejo su esperma, se notaba demasiado cansado, llegar al límite de su cuerpo, le estaba cobrando factura, pero su amado novio aun no terminaba, debía aguantar un poco más.

    -Sabes realmente bien…- Llevo su mano a su boca, lamiendo la semilla del contrario.

    Se éxito por ver esa carita pervertida, así que intensifico sus embestidas aún más y lo sujeto con fuerza, para clavarlo más así mismo, hasta que por fin comenzó a sentir el aviso de que su orgasmo vendría pronto.

    Un poco más, unas embestidas y fue como…

    -Arggg… Mmmh… Afrodita- Fue como se vino, aunque dentro del cuerpo de su amado, quedo en el preservativo.

    Sus respiraciones estaban tan agitadas, que sus pechos se inflaban y bajan con brusquedad, Piscis ya no pudo aguantar más y se dejó caer sobre el pecho del Cangrejo, de esta forma el miembro salió de su cuerpo, dejando ver la descarga.

    .Ufff… Fue fabuloso Florecita- Loa brazo con uno de sus brazos, mientras con la otra se apoyaba un poco en la cama.

    -¿Te… Gusto tu premio?- Pregunto, aunque ya sabía la respuesta.

    -Mmm…- L miro de reojo –Claro que sí, fue delicioso-

    Levanto el mentón del peli celeste, para darle un beso aunque este estaba más lleno de sentimiento, que de deseo. Depositándolo suavemente en esos rosados labios.

    Un bostezo se dejó escapar de los labios de piscis después del beso –Me quiero dormir…- Se abrazó al cuerpo fornido del cuarto –No me despiertes hasta mañana-

    -¡¡¡¿QUÉ?!!!- Hizo una mueca de desagrado –Pero yo quiero otra ronda más- Sin duda estaba excitándose de nuevo.

    Un fuerte golpe en su abdomen recibió -¡¡¡NO!!! ¡¡¡POR AHORA NO MÁS, AUN ME DUELE UN POCO!!!- Ahora estaba el modo diva activada y reclamaba su derecho de no más hacer el amor hasta nuevo aviso.

    Musito, haciendo un puchero leve y tristeza, quería de nueva cuenta poseer a su pececito, pero respetaría lo que decidiera.

    Sin más, sintió como Piscis, se quedó dormido profundamente, le gustaba ver su rostro descansar, su cabello desordenado lo hacia lucir súper sexy, el sudor y el aroma al sexo, era tan exquisito para el caballero conectado a la muerte, junto al caballero dorado con el veneno.

    Se dio por vencido, pus no quería molestar más y se entregó a dormir también, abrazado de ese cuerpo tan delicado y delicioso.

    ¿Quién dice que la única forma de hacer el amor tiene que ser de manera tierna?

    Para cada quien, era de manera diferente.

    Lo que funciona para unos, no significa que fusione a los demás.

    El hacer el amor, solo debe ser a t manera, a lo que te funcione y acomode, nunca aceptar algo que no gusta sin importar que.

    Puedes ceder, pero hasta donde tú lo permitas y quieras.

    Un recordatorio que ambos hombres lo tenían en mente, mas su lado salvaje y lujurioso era más dominante en varias ocasiones.

    Al fin de cuenta amor, era lo que los única.

    ---Algunos años después---

    -¿Crees que así este bien?- Una voz infantil se dejaba sonar.

    -Sí, sin duda lograremos llegar a Yomotsu- Una risita burlona se dejó escuchar.

    -Lo que quiero es hacer la explosión galáctica- Reprochó un niño.

    -Vamos Argus, primero hagamos esto y después lo otro- Refunfuño, algo molesto.

    -¡¡¡OIGAN!!! ¡¡¡¿QUÉ ESTÁN HACIENDO PARA DE MOCOSOS?!!!- Una voz fuerte inundo la habitación.

    Ambos niños se sobre saltaron, de golpe haciendo un respingón.

    -¿Pa…Papá?- El menor de los dos, llamo al hombre algo tímido.

    -Hola…. Tío Death… Jajajaja- sonrió nervioso.

    Los miro con la mirada fulminante, se dio cuenta de lo que estaban tratando de hacer.

    -Ni se les ocurra ir a Yomotsu, no es para niños pequeños- sonrió de manera burlona.

    -¡¡¡CLARO QUE SI PODEMOS!!!- Su hijo refutó, levantados de golpe y tratando de enfrentarse al hombre.

    -¿Así?- Comenzó a reírse de manera escandalosamente –Jajajajajajajajajajajajaja-

    Aquello hacia sentirse muy frustrado y enojado al pobre Cangrejo menor, pues se sentía avergonzado enfrente de su “Amigo” el hijo menor de Géminis y Sagitario, el cual lo miraba algo comprensivo.

    El cosmos del menor comenzó a sentirse muy agitado, parecía que en cualquier momento pudiera desatarlo de manera agresiva.

    -¡¡¡EGIL!!!- Llamo su amigo, tomo sus hombros.

    -Oye, tranquilízate niño- Trato de tomarle el brazo.

    Pero al sentir el contacto de ambos, el cosmos se intensificó y se intensifico de golpe, provocando que los tres desaparecieran de la habitación del niño.

    Dejando un leve rastro de cosmos atrás.

    Al llegar a su destino, sin saber cuál fuera.

    Sin duda el pobre Cangrejo mayor, estaba asombrado y preocupado, pues su pequeño crio, los había llevado a Yomotsu, aquel lugar donde los muertos llegan para dejarse caer por esa colina.

    -¿Esto es Yomotsu?- Pregunto el castaño incrédulo y asombrado.

    -Ja- Puso sus manos sobre sus caderas, sonriendo triunfante –Te dije que lo lograría-

    -¡¡¡¿PERO QUÉ DEMONIOS HICISTE?!!!- Le grito a su hijo, sin embargo rápidamente su cara cambio a uno de terror –Afrodita me va a matar-

    ---En el santuario---

    -Mmm…- Se acercó con cuidado hacia la habitación de su hijo en Cáncer -¿Dónde estarán?-

    Los estaba buscando, mientras llevaba un atuendo de jardinería, con una pala en mano.

    La vida para la muerte y el veneno, se había vuelto realmente tranquila, aun existían misión en las que ambos guerreros participaban, siendo fuertes y cuidando el uno del otro.

    Sin mencionar, que Piscis era quien llevaba el orden en ambos templos, pues tanto su querido esposo cangrejo y su hermoso hijo, no les gustaba hacerlo enojar, ya que se comportaba como una verdadera diva y les daba sus lecciones de vez en cuando.

    Y este no sería la excepción sobre todo, cuando se diera cuenta que tardarían, porque su hijo, le quería sacar canas verdes al padre y hacerse el importante frente a Argus.

    Un amor toxico, que claramente fue complementado por la desdicha del fallecimiento, procrearon a un ser con ambas cualidades, más se inclinaba al lado de su padre, buscando algún día podrá portar la brillante armadura de Cáncer.

    Fluyeron lento, pero a su propio ritmo, cosa que muchos pensaron que sería al contrario, no era necesario adelantar las cosas, hasta que estuvieran listos.

    Las apariencias engañan mucho, ellos se notan más salvajes a veces, pero su amor no dejaba de ser igual de puro y hermoso.

    Así fue como la historia de Cáncer y Piscis se desarrolló, mediante una historia principal que entrelazaba a todas.
     
  5. Threadmarks: Capitulo 5 (AioriaXMarin)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    3416
    El corazón indomable de un León, el vuelo libre de una hermosa águila. Pueden ser destinos completamente separados, que se supone deben alejarse, no tanto por estar prohibido, sino porque se debe seguir su deber.

    Más… ¿Qué pasara cuando no existe ya alguna guerra que se aproxime?

    Si misiones arduas, entrenamientos difíciles, seguir mejorando aun con el paso del tiempo, en un mundo donde la misma Diosa a bendecido la tierra con su amor, para que el mal no logre su objetivo principal.

    Aioria de Leo, el quinto guardián de la orden dorada de la Diosa Atena, mostraba un cierto interés amoroso hacia un caballero femenino de plata, obviamente a Marin de Águila, una guerrera verdaderamente virtuosa, maestra de Seiya, el Pegaso que parecía no tener límites en su determinación.

    Aquel castaño cada que podía, trataba de pasar tiempo con ella, hablando de cosas tal vez triviales, del discípulo de ella, que se había vuelto también uno para él.

    A veces al terminar el entrenamiento de los dorados, él se dirigía de manera sigilosa a ver los de otros santos, sobre todo verla entre las sombras a ella, arrebatándole varios suspiros y otras siendo descubierto por Shaina de Ofiuco.

    Para Marin, Aiora no le era para nada indiferente, también sentía cierto afecto hacia él, sintiéndose nerviosa a su lado, a veces preocupándose por impresionarlo con sus ataques. Sabía perfectamente que era espiada por él, pero no le desagradaba.

    No era de las típicas mujeres que esperaría que el chico hiciera el movimiento, deseaba tomar su mano y decirle sus sentimientos, pero su corazón le latía tan fuerte, que no lo lograba nunca.

    Podrían ser feroces guerreros a temer, más en asuntos del amor era todo un fracaso, más solo parecían buenos amigos.

    Queriendo ambos cambiar aquel hecho, pedirían ayuda de alguna forma u otra, un conejo a quienes ya tuvieran pareja o fueran valientes en si quería confesarse, mas… Todos estaban en las mismas circunstancias.

    Tenían poco tiempo de haber sido revividos los dorados, por ende cualquiera relación aún no se formaba como tal.

    Pero veamos, pues una ayudadita y el ejemplo de lo que es ser valiente en el amor puede inspirar a otros a seguir sus convicciones.

    ---Templo de Sagitario---

    Suspiraba nervioso, llegando al templo de su hermano mayor, estaba realmente feliz que lo pudiera volver a ver, que pudiera conversar con él y de nuevo pedir su concejo.

    Era extraño, la última vez que lo vio con vida, fuera de la pasada batalla en Asgard, tenía la edad de catorce años aproximadamente, pero por capricho de Atena, recupero su edad cronológica como tal veintisiete o próximos a cumplir los veintiocho.

    Podría darle algún concejo, más temía que él no tuviera siquiera idea de declararse.

    Desconocía varias cosas de su hermano mayor sin duda.

    -Buenos días hermano- Saludo con respeto, siempre se lo habían enseñado de esa manera.

    -¡¡¡AIORIA!!!- El ánimo de su hermano nunca se disimulaba y cada que veía al menor, saltaba directo a abrazarlo.

    Lo había extrañado tanto, que no desperdiciaba el tiempo.

    -Jejejeje… Yo también me alegro de verte- Giro los ojos en señal de un poco de molestia –Pero acabamos de vernos en el entrenamiento matutino, ¿Podrías dejar de ser tan efusivo?- Cuestiono sin más.

    -¿Puedes culparme?- Haciendo una mirada de cachorrito regañado –Extrañe tanto a mi hermanito bebe- Lo abrazaba con fuerza, cargándolo, provocando una gran vergüenza al castaño claro.

    -¡¡¡YA BÁJAME!!! Yo también te quiero, pero esto es ridículo- Estaba rojo de la pena, odiaba que lo tratara como un niño.

    Sonría sin más, sabia como molestar a su pequeño hermano, pero obedecía no debía provocarlo más. Bajándolo con cuidado –Jajajajaja, vamos Aioria ¿Acaso no me extrañaste?- Ladeo levemente su cabeza, esperando una respuesta que conocía perfectamente.

    Dejo salir un suspiro de molesta, desviando la mirada –Si te extrañe mucho, pero… No soy un niño-

    Se divertía con la forma de ser tan seria de Aiora, palmeo su hombro levemente, aún seguía siendo un poco más alto que Leo –Ya sé que no eres un niño-

    -Eres muy molesto Aioros, ¿Lo sabes?- Sonrió divertido, ya se acostumbraría a esa actitud de su hermano con el tiempo.

    -Es el trabajo de cualquier hermano mayor- Despeino los cabellos de este, ahora riendo ambos.

    Después de aquella dulce escena de amor fraternal, el menor pensó que era momento adecuado de hablar de sus preocupaciones.

    Era un tema difícil, no había hablado con nadie de esto y pues ¿Cómo hacerlo?

    La mayoría de sus compañeros de armas se burlaría, otros no tendrían ni la menor idea de que hacer y otros aunque entendieran ese sentimientos, se la pasaban en otros asunto que no le pudieran dar concejos claros.

    Solo quedaba Aioros y quería saber si tenía algo que decirle.

    Trago saliva, aclaro levemente su voz, tenía que preparase mentalmente para que alguien supiera su secreto más preciado y mejor guardado –Aioros…-

    El mencionado, caminaba en dirección a la cocina, debía comer algo, estaba hambriento. Era conocido por tener un buen apetito casi siempre y un metabolismo mucho mejor -¿Si?-

    Estaba tan rojo de la vergüenza, pero solo veinte segundos de valor se necesitaban y ya habían pasado diez -¿Cómo… Le dices a alguien… Que… La quieres?- Teatro de sonar lo más natural posible.

    Sagitario abrió los ojos como platos, sorprendido por lo que Aioria le estaba preguntando. ¿Le estaba pidiendo concejos Amorosos?

    Su respuesta fue olvidar cualquier otro asunto que no fuera del departamento del amor, sonrió de oreja a oreja, abrazándolo de nuevo, con orgullo.

    -Mi hermanito, por fin esta experimentando su primera primavera- Parecía una madre orgullosa de su pequeño, hasta podríamos decir que casi lloraba de la emoción.

    En cambio Leo, se estaba ya arrepintiendo de lo que había hecho, esto le avergonzó tanto, que estaba rojo como tomate de su cara, orejas y cuello.

    -¡¡¡AIOROS POR TODO LOS CIELOS!!! ¡¡¡NO DIGAS COSAS VERGONZOSAS!!!- Ahora si se colmó su paciencia y se zafo de ese abrazo que parecía de una boa constrictor.

    Parecía a punto de llorar por la emoción –Que adorable… ¿Quién es la afortunada o el afortunado?- Ya quería preguntar aquello, un requerimiento.

    El castaño dudo en decirle quien era, pero ya estaba allí, Aioros podría ser lo que fuera, pero un boca floja no. Estaría su secreto bien guardado, hasta que tuviera el valor de confesarse.

    -Me… Gusta… Marin…- Dijo sin más, su rostro sumamente rojo, tenía tanta pena.

    Se sorprendió, abriendo la boca -¿La maestra de Seiya?- Miro con ternura a su hermano –Tienes buen gusto, hermanito- Le dio un codazo en las costillas.

    Se estaba arrepintiendo, mostrando una cara de pesimismo sin más, combinada con pena.

    -Cállate, no quiero que nadie se entere-

    -Ho vamos, sabes que no diré nada- Se quedó pensando un momento -¿Planeas confesarte?-

    Asiente solemnemente –De hecho para eso venía a verte, ¿Tienes algún método para hacerlo?-

    -¿Algún método?- Pensó seria, posando su mano debajo de su mentón, recordó una anécdota de su adolescencia, que sin duda no ayudaría para nada, mostrando un rostro triste ahora –No le hagas galleteas, ni la vea en el coliseo en la noche, ni le pidas ser tu novia de inmediato o te odiara- Ahora parecía deprimido, se había acordado de algo que le dolió mucho.

    Frunció el ceño confundido, sin saber a qué se refería el mayor -¿Qué?, ¿De que estas hablando?-

    Suspiro tiste, sin duda ese suspiro era arrancado por el recuerdo de su querido Géminis que ahora no le daba ni la hora para entablar una conversación, negó con su cabeza, no quería hablar de cosas amargas con su hermano –No me hagas caso…- Pensó seriamente, debía darle alguna idea al joven -¿Podrías pedirle una cita?-

    -¿Una cita? ¿Así sin más?- Cuestionó nervioso, pensaba que otra cosa sería mejor.

    Asintió serio –Si, una cita… Solo sal con ella algún lado, convivan un poco más y espera el momento indicado para declararte-

    -Pero… ¿Crees que funcione?- Preguntaba dudoso.

    -Ustedes son amigos desde hace tiempo ¿No?-

    -Si-

    -Es más fácil cuando son amigos, conviven mucho tiempo, tienen bastante en común, sin contar que ambos son excelentes santos aunque se diferentes rangos- Concluyo con una sonrisa triunfante.

    -¿Así de simple? No creo que funcione…- Bajo la mirada, no aprecia una idea muy buena.

    Sujeta ambos hombros del muchacho –Ho vamos Aioria, solo inténtalo, no creo que pierdas nada-

    Sin duda no parecía nada convencido de ese plan, era la idea más simplona del mundo.

    -Te voy a ayudar a planear la cita perfecta- Rodeo los hombros del chico.

    -Me voy a arrepentir de esto- Bajo la mirada.

    -¿Qué dices?- Lo miro de reojo.

    -Nada…-

    El pobre León, pidió ayuda y la estaba recibiendo más de lo que deseaba, pero mínimo tenía una idea, no le agradaba, pero podría funcionar.

    Además de que Aioria, en verdad quería confesar sus sentimientos hacia la joven, ya no podría aguantar más. Ya no deseaba solo referirse a ella como amiga, sino algo más importante que eso.

    ---Zona de entrenamiento---

    Por otro lado, la santa de plata estaba entrenando o mínimo eso era lo que pretendía, mas su concentración en esos momentos es completamente nula.

    -Vamos Marin, ¿Qué pasa? Tú nunca fallas- Una mujer de cabellos verdes y mascara similar al de la amazona, le criticaba.

    Dio un golpe directo a una piedra, para destruirla pero solo logro hacerlo a media, un claro ejemplo que no estaba el todo bien.

    -Haaaaaaaaa- Lanzo aquel grito mas de frustración que cualquier cosa. Suspiro resignada, no estaba de tan buen humor.

    Cruzada de brazos mirándola con atención –Sí que te molesta algo. Escúpelo.

    -¿Qué?- Se giró a divisarla con la mirada detrás de la máscara –No me molesta nada-

    Suspiro burlonamente -¿Aun te molesta la amiguita de Aioria?-

    El águila no contesto ante aquella burla.

    -¿Cómo se llamaba?- Pensó apropósito un momento –Así… Lyfia… La representante en esta tierra de Odín, o algo así- Ríe levemente –Sin duda muy bella y todo, de seguro Aiora se la pasa muy ben con ella en Asgard- Tuvo que parar, y mover levemente el cuerpo, pues uno de los ataques de Marin impacto contra la roca detrás de esta.

    -¿Te enojaste?- Su voz sonaba de burla pura.

    -¡¡¡CÁLLATE SHAINA!!!- Y la de ella sin duda cólera.

    -Jajajajajajajaja, deja de fingir, cualquiera se daría cuenta de los sentimientos que tienes por el caballero de Leo- Se notaba como su lenguaje corporal superioridad.

    -Claro que no- Quería lucir seria, y gracias a la máscara no se vio sus mejillas sonrojadas.

    -Miéntete todo lo que quieras, al fin de cuentas, la que se quedara sola serás tú- Se retiró del lugar con paso lento, le gustaba molestar a su “amiga”.

    Dejando a una peli rojiza, pensativa levantando levemente su cabeza con vita directo hacia el quinto templo –Aioria…-

    Lo pasado en Asgard, había conocido cada detalle, por boca el propio León dorado, eran amigos cercanos antes de que iniciara todo, lloro incluso su muerte y se regocijo cuando volvió a la vida.

    Cada que podía trataban de conversar, convivir, ella deseaba mucho eso.

    No negara que conocer el nombre de aquella chica peli azul cielo, le dolía un poco. Más cuando supo que el mismo Aioria le entrego aquel dije que era un recuerdo muy importante para él y su hermano.

    Mas siempre este le aclaro que fue su amiga, una a la que ayudo ene se momento y fue un detalle que tuvo con ella, pero no evitaba sentir celos.

    Pero no eran nada, solo amigos, no pida reclamarle nada.

    Después como dicen si no es en tu año, que no te haga daño.

    ¿Estaría dispuesta a perderlo?

    Mínimo deseaba conservar su amistad, le dolía ese hecho.

    Ella también tenía sentimientos, aunque se esforzaran los caballeros femeninos en parecer insensibles en varia ocasiones, no dejaba de ser humana.

    Sufrir por amor es algo normal, pero no lo más conveniente del mundo.

    ---Pasaron unos días---

    Marin se encontraba entrenando de nueva cuenta sola, en algún lugar de esa zona especificaba, solo quería sacar de su mente al León dorado que le causaba sensaciones extrañas.

    Unos golpes por aquí, otros por allá, su cosmos concentrándolo para hacerlo de manera correcta, todo parecía volver a su orden natural.

    Mas escuchó una voz conocida que la estaba llamando a lo lejos, identifico ese cosmos impetuoso que le causaba tanto alegría como dolores de cabeza.

    -¡¡¡MARIN!!! ¡¡¡MARIN!!!- El joven Pegaso gritaba el nombre de su maestra, aprecia estar muy emocionado.

    Una voz algo maternal dejo escapar al verlo -¿Qué sucede Seiya?, ¿Por qué corres así?-

    Al llegar a su lado, tomo un pequeño respiro, para recuperar al aliento, lo necesitaba.

    -¡¡¡MARIN!!! ¡¡¡TENGO ALGO PARA TI!!!- Sonreía de oreja a oreja, estaba emocionado, y su maestra no entendía que sucedía. Ofreció aquella pequeña carta a las manos de la mujer.

    -¿Qué es esto?- Tomo aquello con ambas manos, inspeccionándolo con la mirada.

    -Me pidieron que te lo entregara y me fuera, adiós- Así como llego se fue, dejando a la pelirroja extrañada por esto, ni alcanzo a preguntarle ¿Quién le había mandado esto?

    Abrió esa carta, no parecía tener nada escrito por fuera del sobre, miro con atención, al abrirlo, se quedó mucho más confundía que al principio, solo estaba escrito unas coordenadas y una hora exacta. No tenía más, busco, pero anda, hasta verlo contra luz.

    Era siempre tan cuidadosa, podría ser una trampa… Eso fue lo que se le ocurrió primero.

    Pero Seiya en ese caso se lo advertiría, y estaba tan emocionado como el niño que aún era. Alguien conocido se lo debió dar, de suma confianza.

    Pensó un instante, hasta que dejo escapar aquellas palabras –El lugar es el lago en el bosque al oeste, a las tres de la tarde- Quedo pensativa e nuevo -¿Me estarán retando a un enfrentamiento?-

    Un suspiro inquisitivo, mientras cruzaba sus brazos delante del pecho –Muy bien, sea quien sea, no estaré desprevenida.

    Aún era temprano, faltaba unas cuatro horas para aquello.

    Se dispuso hacer todo con normalidad, deseaba encontrarse con su alumno de nuevo, pero no lo halla por ningún lado.

    Creyó que se había ido de una vez a la misión que les tenían designada para dentro de una semana, sería sumamente larga regresando casi a finales de este año. Tendría mucho tiempo libre ya que no estaría su discípulo cerca, mas no significaba que no lo extrañaría.

    Lo que si noto fue a Sagitario con cosas extrañas que varias veces paso cerca de su vivienda, el quería pasar desapercibido, pero lo notaba aun queriendo ocultar su cosmos.

    No le tomo mucha importancia a veces los dorados podrían actuar extraños.

    Se aproximaba la hora, dispuesta a ir a encontrare quien fuera, iba preparada su ropa casual de entrenamiento, también su armadura por si las dudas, nunca se sabía que podría pasar, cuando se trataba de cosas tan inciertas.

    Al disponerse entrar al bosque, noto un listón colgado de una rama, llevaba un pedazo de papel enredado.

    Le tomo muy extraño aquello, tomo esos objetos, y abrió la hoja, parecía unas líneas grandes impresas, incompletas por los bordes.

    -¿Qué es esto?- Fijo su mirada levemente hacia adelante, notando que más adelante había otro igual.

    Se acercó con cuidado, ya le parecía una situación muy bizarra, miraba para todos lados. Repitiendo la acción inicial, y de nuevo otra nota sin más que unas líneas raras, pero diferentes.

    Las coloco juntas, pero no tenían sentido alguno, acomodo de diferentes maneras, pero nada.

    Así siguió su caminar, acercándose, divisando mas notas, hasta conseguir exactamente diez de estas, inspecciono cada una, debía haber una mensaje oculto en todo esto, sin embargo por la posición el sol, entendía que la hora estaba cerca en escasos unos minutos, los guardo.

    Debía apresurarse para llegar sin falta a esa cita, que le habían dado.

    Al llegar, miro para todos lados, no había nadie… Pero pudo sentir un cosmos acercarse, o más bien alguien que estaba quieto, tratando de pasar desapercibido.

    Dirigió su postura hacia donde sabía que saldría esa persona, en posición de combate, no la tomaría desprevenida, pero bajo la guardia al notar de quien era.

    -Ooo… Hola Marin- Sonrió sincero, levantando una de sus manos en señal de saludo.

    -¿Aioria?- Pregunto confundida -¿Tú me citaste aquí?-

    Abrió los ojos, con una sorpresa en ellos -¿Qué? Yo no te mande nada-

    -¿Enserio? Entonces… ¿Quién me cito aquí?- Miraba el papel –Seiya me lo entrego esta mañana, solo decía unas coordenadas y una hora en cuestión- Extendió el papel hacia el joven hombre.

    Este inspeccionó aquella nota, se notaba una leve molestia en su rostro –Creo que tienes un admirador secreto- Desvió su mirada, no quería que se viera que estaba realmente enojado ahora.

    -¿Un admirador secreto?- Su voz de sorpresa pura.

    -Si… Por lo visto…- El cosmos de Aioria se estaba incrementando, alguien se atrevía a poner los ojos sobre Marin, eso no lo permitiría. Pero ¿Qué derecho se lo daba?

    -¿Y tú que haces aquí?- Cuestiono, poniendo una mano sobre su cadera, dejando su rostro en su dirección.

    Salió de sus pensamientos rápidamente –Aioros, me pidió…- Negó con la cabeza –Casi me rogo que viniéramos de día de campo- Mostro la canasta que portaba –Hasta me obligo a preparar la comida- Dijo aquello molesto, con una leve sonrisa.

    Ella lo miro, algo escéptica, no le creía mucho.

    -Pero llegamos aquí y me dijo que lo esperara aquí, que debía ir al baño- Que sincero era en esta ocasión.

    Ella rio levemente, le agrada esa relación que ambos hermanos compartían, mas por ver al castaño claro, más feliz al tener de nuevo a la única familia que le quedaba de sangre.

    Le recordaba a su hermano perdido, que ya había perdido las esperanzas de encontrarlo algún día, envidando un poco a los hermanos del santuario que aún tenían ese lazo que a ella se le fue arrebatado.

    -Aioros sigue siendo tan intenso, para lograr convivir contigo jajajajaja-

    Giro sus ojos con cansancio –A veces quisiera que me dejara un momento en paz, es muy meloso cuando se lo propone-

    -Pero significa que te quiere mucho- La voz tan dulce de la mujer, era algo que le gustaba al joven.

    Pensó rápidamente, y tomo una decisión importante –Sabes Marin… ¿Te gustaría comer algo?- La estaba invitando a formar parte de ese día de campo de hermanos.

    Negó con la cabeza –No, no me gustaría estorbar en su actividad-

    La tomo del brazo con suavidad, conduciéndola cerca del lago –Nada de no, a Aioros no le molestara, además ya tardo mucho y tengo hambre- Coloco una pequeña manta debajo del césped, no dejaría que la joven se ensuciara –Prepare esta comida, por órdenes de Aioros, cuando él no me ayudo para nada y no me dejo probarla, salvo para saber si estaba buena-

    -Que tortura debió ser para ti jajajajaj- Una leve risa.

    Le ofreció sentarse primero sobre esa tela –No tienes idea de cómo sufrir- Hizo una cara de puchero, mientras se dejaba caer al suelo.

    Comenzó a sacar con cuidado los alimentos que portaba en esa canasta, no quería tirar nada, ni mucho menos estropearlo.

    -¡¡¡AIORIA!!! ¿Tu preparaste todo esto?- Su sorpresa fue mucha, al ver tales alimentos.

    Miro hacia abajo, algo preocupado –Si, yo los hice ¿Por qué?-

    -¿comida Japonesa? ¿Por qué?-

    -Aioros me lo pidió, utilice las recetas que tú me diste la otra vez y bueno…- Se notaba nerviosa, pensaba si había cometido algún error, por preparar esto.

    Negó con la cabeza –Valla, luce realmente espectacular. No sabía que fueras tan buen cocinero- Dejo escapar una leve sonrisa.

    Aunque portaba la máscara, y no conociera su rostro, se había enamorado de sus dulces palabras, esa adorable voz que poseía, siempre lograba quedarse embobado en ella, con solo hablará de cualquiera cosa.

    Se notaban animados.

    ---Entre los arboles---

    -Creo que saldrá realmente bien esto- Una voz masculina confiada se dejó escuchar.

    -Espero que lo disfruten mucho- Se oía a un joven más que nada emocionado.

    -Shhhh, no hables tan alto Seiya o nos escucharan-
     
  6. Threadmarks: Capitulo 6 (AioriaXMarin)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    4881
    ---De vuelta a la parejita---

    -Debo admitir que cocinas realmente bien- Decía esto, mientras acomodaba levemente su máscara de abajo.

    -Gracias, aunque fue gracias a ti, que me diste esos concejos- Devoraba el ultimo pedazo de Harumaki.

    -Jajajajajaja, casi no hemos comido todo- Observaba los recipientes vacíos sobe el pequeño mantel.

    -Él tiene la culpa, ¿Para qué se va?- Sonríe triunfante –Si quiere algo de comer ahora tendrá que preparárselo el mismo, no soy su gato- Cruzas los brazos delante de él, mostrando una posé de indignación.

    -Jajajajajaja Aioria eres demasiado gracioso-

    Aunque no pudiera ver su rostro, estaba haciendo uso de su imaginación, para pensar en cómo luciera con la bella sonrisa que estaría portando.

    -Oh, mira Marin- Saco una cajita del fondo de la canasta

    -¿Qué es eso?- Ladeo levemente la cabeza, inspeccionando lo que podría contener ese recipiente de color azul.

    Pensó un momento, recordando haberlo visto con anterioridad.

    Asintió –Es un postre que Aioros me dijo que por nada del mundo tocara hasta llegar aquí- Sonrió maliciosamente, le gustaba llevarle la contra a el mayor de vez en cuando -¿Qué te parece si lo abrimos y nos lo comemos?- Declaro ante la propuesta dicha.

    Negando suavemente –No Aioria… Si tu hermano dijo que no debías abrirlo, no lo hagas. Tal vez sea algo especial para el- Sonaba algo preocupada, entendía que cuando algo se le metía a la cabeza al León, muy pocos hacían que la dejara pasar.

    -No pasara nada, después se lo repondré- Destapo aquel objetó, y se sorprendió lo que contenía. Miro con toda la atención del mundo -¿Qué es esto?- Saco una hoja de papel, perfectamente doblada en forma de un corazón.

    No le doy mucha importancia, dejándolo de lado sobre el mantel.

    -¿Qué clase de broma es esta?- Se notaba algo molesto.

    En cambio la peli rojiza, tomo ese papel, era muy bonito tenía un tono similar al de su armadura, le intrigo un poco, así que con curiosidad desdoblo aquello.

    No era propio de ella, echar vistazos a objetos que no le correspondían, pero algo le indicaba que debía hacerlo.

    Sostuvo aquello completamente abierto, y empezó leyendo algunas letras escritas. Si no fuera por esa mascara, se daría cuenta el Quinto guardián del santuario que aquello estaba muy cercano a él también.

    Noto lo callada que se había puesto mientras leía esa nota -¿Pasa algo? ¿Qué es lo que dice?-

    La mujer no contesto, pero sus orejas se tornaron sumamente rojas, las manos temblorosas, no pronunciaba palabra alguna.

    Esto tomo de raro al muchacho, por ende trato de alcanzar la hoja de papel, siendo sostenida fuertemente por las manos de la chica.

    -Aioria…- Llamo por lo bajo, al sentir como él quería tomarla.

    -Marin… ¿Estas bien?- No era normal que actuara así.

    -¿Qué significa esto?- Se puso de pie, mostrándose impactada.

    -¿Qué cosa? No lo sé…- Se levantó igual, ahora si… Esa hoja debía tener algo que molesto a Marin y mucho.

    Apretando la hoja con sus dedos, dejo escapar un suspiro –Si esto es una broma de tu parte, la considero de pésimo gusto-

    La cara del Griego, no compendia nada, en todo este tiempo no sabía que estaba escrito -¿De qué hablas? Por favor… Que es lo que dice?-

    Se notaba enojada, aclara un poco su voz, para leer –Razones por las que Aioria de Leo se enamoró de Marin de Águila…- Levanto su rostro -¿Quieres que continúe?-

    Por un momento el color de su piel se fue, dejándolo completamente pálido, al tiempo que reacciono, ahora sus mejillas estaban rojas, de vergüenza.

    -Me gusta que sea tan terca en sus decisiones. Es bastante hermosa aunque no pueda ver su rostro. Desearía logra quitarle la masara, para que se…- No pudo seguir hablando, sentía tanta pena, y disgusto.

    Se quedó de piedra en su lugar, ella estaba conociendo sus sentimientos, que había tratado de ocultar todo este tiempo, en una simple hoja de papel.

    Un hilo de recuerdos se vinieron a su mente, sabiendo que anteriormente esas palabras las había dicho...

    Exactamente cuando Aioros le pregunto sobre ¿Cómo se le declararía a la joven?

    Le quedo claro en ese momento, todo fue planeado por su hermano para que pudieran estar a solas y aprovechara.

    Mas ahora la mujer, leía aquello y no le aprecia nada bueno.

    -¡¡¡ESTO ES UNA BURLA!!!- Hizo bola aquella carta, arrojándola a la cara del hombre.

    Atrapo el papel, pero se encontraba muy angustiado por la situación –Marin, de verdad no entiendo que sucede, por favor… Escúchame esto…

    -Eso es una mentira ¿Verdad?- Preguntó, con los brazos cruzados, parándose de perfil.

    -No, bueno… Si… Digo… Es que… Esto…- Estaba tan nervioso que no podría sonar coherente.

    Suspiro decepcionada –Lo sabía… A ti te gusta más Lyfia…- Empezó a caminar de regreso al santuario –Creo que Aioros te jugo una buena broma, dile que la siguiente vez, no me meta en esto por favor- Se sentía mal, sabía que ese león, no era capaz de hacer algo tan cursi a propósito.

    En su mente era el resultado de una mala broma de parte de Sagitario.

    Leyó la carta por completó, de manera rápida, entendió todo… Eran sus sentimientos plasmados, pero parecían más una forma de burla que de amor en sí.

    Cambiaron sus palabras sin duda.

    Rápidamente se giró para ir tras ella, sujetándola del brazo antes de que se alejara.

    -¡¡¡MARIN DÉJAME EXPLICARTE TODO!!! No es lo que piensas- Miraba para todos lados –No es nada que ver con lo que de verdad siento-

    Arrebato su brazos, no le gustaba que la tomaran por sorpresa de esa forma –Lo se… Tú estás enamorado de esa joven Asgardiana- Bajo su mirada, agradecía que la máscara no demostrara su verdadero rostro y el control en su voz le salía a la perfección.

    Niega con un gesto desesperado –No, para nada… ¿Que tiene que ver Lyfia?- Suspiro preocupado –Marin, no me gusta, ni me interesa ella. Solo fue una persona que conocí y ayude, en cambio tu… Eres mi amiga…- Trago saliva, lo haría total, ya estaba metido en problemas por su hermano –No… Eres más que una simple amiga…-

    Cerro sus ojos dejando escapara un suspiro muy profundo, sostuvo a la joven por los brazos, abrió sus ojos verdes ante ella -¡¡¡ME GUSTAS MUCHO MARIN!!!-

    En su mente, el mejor movimiento que podía tener y hacer, era grítale en la cara al caballero femenino lo que sentía, todo avergonzado, rojo, casi temblando de la pena. Pero su valor como caballero le dio la fortaleza para continuar.

    -¿Es enserio?- Ella estaba igual de apenada por aquella circunstancia, nunca lo había tendió tan cerca como esa vez –Pero… Esa hoja lo que dice…-

    -Fue el idiota de Aioros… le pedí que me… Dirá algunos concejos y esto fue lo mejor que se le ocurrió- Sus mejillas estaban tan rojas por la confesión y ahora platicarle el modo de operación para esa situación.

    Ella comenzó a reírse levemente, el acontecimiento le aprecia sumamente bizarro, lindo y adorable a la vez.

    Bajo su mirada, haciendo un leve puchero, soltándola de igual forma… Posiblemente y sin duda alguna estaba luciendo como un tonto en esos instantes.

    -Marin… Si yo no te agrado de esa forma… Solo… Dímelo… Pero no te reías por favor- Desvió su mirada a una roca lejana, no quería verla a la “Cara”.

    Negó con la cabeza aun riendo –No, Aioria… Eso no era lo que quería decirte… Es que…- Si él se había atrevido hacer aquello… ¿Por qué ella no continuaba? –Tú también me gustas jajajaja- Puso sus brazos detrás de su espalda, sujetados por las manos.

    -¡¡¡¿ENSERIO?!!!- Su rostro mostraba una sonrisa radiante, ya podía morir en paz si tuviera que pasar.

    Ella no lo mostraba, pero estaba muy feliz, asintió con la cabeza –Si, me gustas Caballero dorado de Leo.

    Sin poderlo creerlo, pero emocionado ya, su ilusiones se pudo hacer realidad por las ideas tontas de su hermano.

    Abrazo a la joven, rodeándola con sus brazos por la cintura, para cargarla de esta forma y acércala a su rostro.

    ¿Sería muy descortés de su parte quitarle la máscara para darle un beso?

    Ese fue sus pensamientos, mas no hubo eso esta vez.

    Los diez pedazos de papel que llevaba ella guardando, cayeron al suelo de manera vistosa, llamando la atención de ambos.

    -Y ¿Esto qué es?- Bajando a la chica, para tomar algunos de ellos.

    -Los encontré por el camino ¿Alguna otra idea de Sagitario?- Cuestionó divertida.

    Toco su cabeza, como si ya tuviera alguna migraña –Lo más probable es que si-

    Abrió algunos poniéndolos en el suelo –Tienen algunas líneas que no tienen sentido alguno… ¿Lo ves?-

    Este también hizo la misma acción, dejando todos abiertos a la par las diez piezas, las líneas no conectaban entre sí.

    Pero mientras más lo vieran, podrían tener una respuesta.

    Dos cabezas piensan mejor que una.

    Ella presto toda la atención del mundo, aquello le intrigaba, pero hubo algo que la hizo reaccionar –Mira… Estos dos se conectan de esta forma- Junto esas dos pistas, formando un simbolismo de Kanji, de donde ella es originaria –Re…-

    -Es un rompecabezas- Declaro el Griego.

    -Creo que si-

    De igual forma, ambos trataron de juntar las palabras correctas, bueno más bien ella… Pues él no tenía mucho conocimiento de la forma de escritura tradicional del sol naciente.

    Cuando pudieron ver la frase o más bien la pregunta, ella se quedó meditando un segundo, ya descifró que significaba, pero ahora eso le estaba causando problemas internos.

    -¿Qué dice?- Él estaba ms curioso, por la posible idea ridícula de su hermano.

    -Es una pregunta- Estando de rodillas frente al papel compuesto por más pequeños –Dice… ¿Quieres ser mi novio?- Se mostraba seria.

    Pero la pregunta no pasó desapercibida, por el chico… No entendía el Japonés muy bien, pero… Si era de verdad eso que estaba escrito o que ella no estuviera, pronunciándolo bien le sonaba lo más hermoso del universo.

    Ella ni cuenta se había dado, que aquello fue una forma de que ella diera el siguiente paso, sin haberlo pensado.

    Mas él sonrió y abrazándola de frente, sacándola de sus pensamientos.

    -¡¡¡SI QUIERO!!! Y que tú seas mi novia- No cambia en su felicidad, ella le había pedido ser su novio, aunque inconscientemente ella ni en cuenta.

    -¿He?- Seguía sin percatarse de lo que acaba de decir, pero de igual forma lo abrazo.

    A veces situaciones que no logramos entender en el momento, pueden llegar a traernos gran felicidad a futuro.

    ---Aun entre los arbustos---

    Sagitario, se limpiaba las lágrimas de felicidad con su banana roja –Que orgulloso me siento de ti hermanito-

    En cambio el Pegaso se encontraba sonriendo emocionado, también tenía conocimiento de los sentimientos de ambos y ayudarlos un poco a declararse lo hacía sentirse muy feliz.

    -Hacen una linda pareja- Se gira a ver al mayor –Fue una buena idea lo de ese rompecabezas en Japonés- Cerro sus ojos al continuar -¿Cómo lograste escribir eso en Japonés? Creí que no sabías-

    Aioros, giro su cabeza en dirección de Seiya, algo sorprendido -¿No fuiste tú?- Fue la respuesta que dio.

    Negó el menor con la cabeza.

    -¿Quién fue entonces?- Ambos se preguntaron aquello en voz baja.

    ---En algún lugar cercano---

    -Estamos a mano ahora Marin- Una silueta femenina, que no se distingue bien, estaba solo parada allí mirando la escena.

    Tan ajena a todo, sin embargo había hecho un aporte a esa situación.

    Aunque nunca sabrían quien fue en realidad.

    ---Tiempo después---

    Obviamente, Aioros fue el primero de la orden dorada en estar en pareja con alguien, aunque al principio las burlas de parte de algunos se hicieron presentes.

    Más por la forma en que Aioros contaba la historia de amor del León dorado, lo hacía apenarse tanto.

    Pero esto sabía cómo constarle a cada uno…

    ¿Cómo fácil?

    La palabra envidia, puede ser muy buena en estos casos.

    El ayudo a algunos de sus compañeros de armas a también hacer sus declaraciones.

    La sorpresa más grande que se llevó en su vida, después de que Marin también lo quisiera y amara tanto, fue la de su hermano siendo padre, junto a Saga… Fue algo que sin duda lo dejo pensativo desde esa vez.

    Luego bodas… Todo iba tan rápido a su alrededor, ahora se daba cuenta que se estaba quedando atrás de los demás. Mas no le preocupaba tanto, cada quien a su ritmo era lo que había aprendido, de su forma impulsiva de ser.

    Si fuera por el hubieran pedido bendición de Atena desde casi al principio de la declaración, mas Marin aún no deseaba contraer nupcias, era unos años más joven que él, así que prefería esperar un poco.

    Acepto gustoso, la debía esperar hasta que estuviera lista, para ese paso, además que mientras podrían disfrutar su noviazgo a pleno goce.

    Demos admitir que esta pareja fue más lenta que otras, tal vez obvias razones, pero así preferían las cosas un amor más a la antigua se podría decir…

    Cuando fue el momento precisó, la celebración Griega se realizó, sencilla como habían sido la mayoría, no gustaban de cosas ostentosas para compartir su felicidad.

    Mas Aioros aún seguía metiendo su cuchara de repente, dándole ideas cursis y bonitas a su hermano menor para que tuviera un momento especial.

    La mayoría habían usado sus mejores prendas sin ser demasiado llamativas, con excepción de Mu y Shaka, que en si fueron sus ropas comunes, pero todo fue una sorpresa.

    Así es… Un vestido blanco, no muy largo hasta debajo de las rodillas para la joven y una camisa y pantalón también blanco para el León.

    ¿Cómo paso eso?

    Afrodita y Mu tienen grandes habilidades en la costura.

    E hicieron aquello, aunque tuvieran que ocuparse de sus respectivos hijos pequeños.

    Lo hicieron por sus amigos, que en algún momento los apoyaron.

    Lo más lindo de todo… Fue el hecho del momento de cuando entregan a la pelirroja… Se supondría que solo lo haría Seiya, fungiendo como su hermano menor en ese momento, pero… Tuvo la mayor sorpresa e su vida, cuando pudo volver a ver a un muchacho de la misma edad de su alumno… Que estaba a su lado.

    Así es… Aioria le tenía ese regalo especial.

    Los detalles se dieron, en la ceremonia no habría mucho tiempo, tal vez después. Pero llorar el día de tu boda es un buen augurio.

    Y ella lo hizo de alegría.

    Bendecida su unión, la Diosa estaba realmente feliz de la cantidad de amor que podría existir en su santuario.

    Todos felicitaron los recién casados.

    Algunos ya estaban haciendo ridiculeces, ebrios después de todo.

    Pero uno sobrio fue capaz de empezar a contar historias a todo pulmón de cómo era el leoncito dorado de bebe y un poco más grande, haciendo declaraciones muy vergonzosas.

    Los bebes que para ese entonces tenían dos años y otro uno. No paso muy interesante allí, eran pequeños no recordarían nada de ello, salvo seguían lo que hacían los demás, cuando aplaudían o reían de cualquier cosa.

    Al terminar aquella pequeña reunión, los recién casados, dirigieron sus pasos al quinto templo.

    La mayoría de sus camaradas le dieron concejos para esa noche.

    Así es… Imaginemos un grupo de los dorados en una esquina platicando con el pobre Aioria todo rojo, como tomate, imaginándose un sinfín de cosas y los otros riendo… Y Diciéndole cosas tan indecorosas que podría hacer.

    Al final los golpeo a todos con su plasma relámpago.

    Aquello tenía en la mente y lo tenía demasiado ansioso, no pensaba en que hacer, como actuar.

    ¿Debería ser cursi?

    ¿Debería mostrarse más conocedor del tema?

    ¿Guiarse por sus instintos?

    Esto último le ocasionaría que su primera noche, la espera fuera mucha.

    Pero era mejor seguir siendo uno mismo, no prestar atención a charlas idiotas de sus compañeros.

    Una cosa era que la quería cargar hasta llegar a su habitación, lo hizo… Estaban tan nervioso y rojo…

    Además que ahora si podría verle la cara.

    Al tener ese compromiso, y sellarlo.

    No estaba obligada a usar la máscara indicada para las mujeres caballeros del templo.

    Así lo dicto Atena desde tiempos atrás.

    No mentirán la vio muchas veces sin la máscara durante su tiempo de novios y sin duda era la mujer más hermosa del mundo.

    Pero ahora el ser más precioso del mundo, cargada entre sus brazos, ella mostraba más determinación en su mirada, sabía lo que venía a continuación y le agradaba.

    Ellos se amaban, no había por qué ocultarlo.

    Beso en los labios del León, lo hizo sentirse más cómodo –No te pongas nervioso, o me harás caer- Sonrió animada.

    -Sí… Es solo que…- Agradeció llegar a la entrada, empujo suavemente la puerta y la sorpresa que ambos vieron no se la esperaban.

    El cuarto que competirían de ahora en adelante, estaba lleno de pétalos de flores rojizas formando un corazón en la cama, con un camino igual a la entrada, similar al que tuvieron que pasar para la boda.

    Eso debió ser una idea de alguno de sus camaradas, para ponerlo más apenado de lo que ya estaba.

    -Tienes buenos amigos…- Lo miro de reojo, notando lo rojo que estaba.

    -Son los mejores… Pero a veces…- Otro beso le ordeno callarse.

    Los labios de ella demostraban una necesidad inmensa de él.

    De igual forma, este lo comenzó a abrazar firmemente, rodeando su cuerpo curveado y bien definido, acariciando su espalda que la tela cubría sutilmente.

    Sus bocas deleitaban esas sensaciones, mostrándose cada vez más urgido esos labios del contacto con el otro.

    Ella estiraba sus brazos por sobre los hombros de él, apoyándose para profundizar, Aioria la estaba guiando de la mejor forma posible para la cama.

    Les valió en verdad aquel camino, sus pasos torpes, lo destruían.

    No importaba nada, más que estar juntos.

    Sin dejar de besarse, que se intensificaba cada instante más, con sus lenguas chocando, demostrando dominio entre ambos.

    Tuvieron que separarse por la falta de aire, dejando un hilo de saliva conectándolos, sus miradas chocaban con una gran intensidad plasmada de amor puro y un grado que se llevaba constantemente de deseo.

    Miro los marrones de la joven, acaricio su rostro, ella le parecía lo más prefecto del mundo, la había amado por muchos años y en el último tiempo pudo estar con ella, ahora sería suya por siempre y de igual forma él lo seria. Para seguir presente a su deber y formar una familia con el tiempo.

    El vestido estaba siendo poco a poco bajado de los hombros, dejando expuesta la piel, beso con cuidado, acariciando con suavidad, tratando de trasmitirle lo sentía.

    Toques delicados en el cuerpo femenino.

    Marin se dejaba llevar, disfrutando de aquellas manos tocándola. Lo abrazaba, cercándolo a su cuerpo.

    Descendía por esa piel blanca, dejando caer la prenda sobre el suelo.

    El de igual forma en algún punto también se desprendió de la parte superior de sus prendas, ella fue quien lo ayudo, dándole besos en el cuello, provocándolo de alguna manera tierna aun.

    Besos que estaban profundizando, aferrándose al cuerpo ajeno, atrayéndolo como se pusiera.

    El Griego tocando la estrecha cintura de ella, la recostó en la cama con sumo cuidando como el ser más frágil del mundo se tratara.

    Sus respiraciones chocaban, estando agitadas, sus mejillas sonrojadas, las manos atrevidas subiendo las pieles al descubierto de cada uno.

    Se detuvo un instante admirarla en su totalidad, aún existía prendas que no dejaban ver su anatomía por completo, pero él se encargaría de quitarlas con delicadeza.

    -Eres… Tan bella…- Besaba su cuello.

    Ya había dejado algunas marcas en sus hombros.

    -Aioria… Por favor… No digas… Haaaaa…- El placer no la dejaba terminaras sus frases, esos labios la estaban excitando.

    Al llegar cerca de sus pechos, él se detuvo… Nunca había tocado nada parecido en su vida… tendría que ser atrevido, pero no tanto…

    Su mente volvía a pensar en ¿Cómo actuar?

    Sin duda un lindo chico virgen.

    La expresión de casi pánico en el rostro del León, sin contar que se denotaba en sus pantalones un bulto que ponto necesitaría atención.

    Ella sonrió de lado, era un poco más atrevida que el en bastante ocasiones esta no sería la excepción.

    Tomo la mano derecha del hombre, y la coloco sobre su pecho, para que lograra sentirla, quería ser tocada por él. Lo deseaba de igual forma que el a ella.

    Se estaba necesitando y por la pena de ambos, no debieran detenerse si no darse valor.

    -Estaré bien… Solo continua-

    Ese gesto que dedico al hombre que amaba. Le dio el valor para continuar.

    Que buena suerte que el sujetador se podía desprender de adelante, es aprenda de tela fina y blanca salió del escenario.

    Toco con cuidado, pero no pudo seguir así por mucho, sus sentidos de depredador, sus ideas impulsivas estaban allí.

    Dejo la vergüenza a otras, sus manos eran perfectas para tocarla, mientras con una estimulaba, su boca se encargaba de chupar el pezón de ella.

    La águila solo gimoteó sonoramente, sujetando las sabanas entre sus manos, le estaba dando mucha vergüenza, pero placer que no dejaba paso a la lógica.

    El León dorado, recorrió el abdomen con la punta de su lengua, dejando un rastro de su saliva en la piel de la joven.

    Hacia el recorrido descendiente hasta la parte más privada de la doncella.

    Esa delicada prenda de encaje que portaba abajo, era genuinamente sexy a los ojos del Griego.

    Sus manos no pedían permiso, se dejaba llevar por sus deseos, además de que ella no reprimía los dulces sonidos desprendidos de sus labios.

    Bajo con cuidado la prenda, mientras acariciaba sin permiso las largas piernas de su compañera, ella dejándose llevar, juntaba las piernas como una forma inconsciente de vergüenza.

    Sus mejillas tan rojas contrastaban con su piel, levantaba la cabeza, para ver a su amado Aioria, que estaba en su labor de reclamar la piel que más había deseado en toda du vida.

    Sus miradas se cruzaron, pero era una demasiado existente, él se veía como el mayor depredador de todos, jugueteando con su presa, esos ojos destilaban sensualidad para ella.

    Ambos sabían lo que proseguía, pero ninguno tuvo protesta para hacerlo.

    Las piernas subidas en los fuertes y bien trabajos hombros del caballero de la quinta casa.

    -¿Estas listas?- Su voz ronca, con el destello de la excitación, que no poda esperar.

    -Hazlo… Te deseo en mi- Esas palabras atrevidas con una voz angelical. Una combinación que hace estragos los sentidos de Aioria.

    Se posicionó en su lugar, no lo negaría estaba nervioso aunque tuviera aires de superioridad, era su primera vez, seria cuidadoso… Lo más que pudiera.

    Fue entrando en la vagina virginal de la joven, sintiendo su interior cálido y estrecho.

    Dejó escapar un gruñido, sentía muy bien estar haciendo el amor con la mujer que había amado tanto y que siempre lo haría. Sujetaba con fuerza las caderas de ella, no quería perder más tiempo en hacerla suya, estaba dando estocadas algo suaves a fuertes en medida que aumentaba y luego baja.

    Esa pelirroja gimió de puro placer, echando su cabeza para atrás, queriendo cubrir su boca. Le parecía demasiado obsceno dejar escapar su sentir con ese sonido.

    -No te cubras… Quiero escucharte- Movió la mano de su ahora esposa, para que dejara escapara su nombre.

    -A…Aio…Ria…- Apenas si articulaba las letras correctas, aquel nombre que repetía varias veces durante su vida y que lo seguiría haciendo.

    -Me gusta escuchar… Mi nombre… Salir de tus labios argggg…- Sentía el placer acumulándose en su cuerpo.

    Habían estado haciendo esa hermosa unión por un tiempo considerable, estaban por llegar a la máxima explosión de amor.

    -Arrrgggg… Ma…Rin… Voy a venir... Me…- Las mejillas del hombre estaban rojizas, agitado con su respiración y la voz demasiado ronca.

    -Dentro… Te quiero…- Esos ojos dulces, que habían derramado ligeras lágrimas desde que él había empezado a jugar con sus pechos, se intensificaban los gemidos.

    Ambos estaban llegando al clímax, puede que sea difícil para una mujer llegar a el orgasmo, pero si es con la persona que amas, deseas y quieres con todo tu ser, es posible hacerlo.

    No se vería, si ella lo logro, pero su cuerpo lo resintió… La debilidad experimentada en esa acción, podría reflejarse en el agarre de sus piernas sobre los hombres estaba flaqueando.

    El necesitaba un poco más, aun no terminaba. Pero sentía que el cúmulo de su semen pronto saldría y quería que estuviera lo más profundo en su amada.

    Unas estocadas más, y libero su semilla en el interior del caballero femenino.

    El lanzo un gemido ronco, le excitaba tanto ese cuerpo ajeno, que aprecia que en cualquier momento volvería a estar duro y querer hacerlo más tiempo.

    Ella de verdad deseaba una ronda más, creo que ambos habían deseado tanto este tiempo que una solo vez podría no satisfacerlos a ambos.

    Como dicen se veía tan inocentes, pero no querría decir que de verdad lo fueran.

    Si estaban de acuerdo podrían seguir aguantando toda la noche.

    El amor de un depredador y una presa, dicen que a veces no logra salir del todo bien, pero aquí se puede demostrar que sin importar que, se llega a triunfar.

    Un amor de igual forma desde pequeños, que se volvió una gran amistad y aunque muchas veces se parecía demostrar que estaba allí, ambos siendo tan ciegos para negarlo.

    Con algunas personas que quisieron destruir ese amor, con la fragilidad de la vida que se perdió e hizo sufrir a aun corazón fiel.

    Una confusión de una segunda persona que quiso entrometerse, pero que aun así… No pudo hacerlo, pues el mantenía su deber solo a la pelirroja.

    ---Años después---

    -¡¡¡PYRENA!!! ¡¡¡YA TE HE DICHO QUE NO SUBAS HASTA EL TECHO DE LEO!!!- Gritaba un aterrado Aioria, mirando como la pequeña, caminaba sin ningún cuidado a la orilla de la casa.

    -Mira papi, estoy tan grande ahora- La inocencia de la pequeña de tres años, se dejaba ver y no media el peligro.

    -¡¡¡HIJA!!! ¡¡¡YA NO TE MUEVAS!!! ¡¡¡DEJA QUE PAPÁ SUBA POR TI!!!- El león dorado, que había pasado horas buscando a su primogénita por todo el quinto templo y encontrarla en ese peligro, le estaba causando un terror mayor que enfrentarse contra cualquier enemigo.

    -¡¡¡SI!!! ¡¡¡SUBE HASTA AQUÍ!!!- Miraba para todos lados y le llamo la atención, la punta del techo de adelante, así que se fue para allá.

    Al ver eso, el Griego se alteró más y subió a toda prisa, tenía que proteger a su bebe, pero esa niña siendo tan intrépida e hiperactiva, era difícil controlarla.

    En estos momentos de verdad deseaba tener las alas de la armadura de Sagitario, para poder bajar a su nena de estas situaciones.

    El corazón se le salía del pecho, al verla caminar sin cuidado por la parte delantera del templo, si ella no se aferraba bien a su caminar, o daba un paso en falso, podría caer y no pensaría en eso.

    Correr a la velocidad de la luz, le ayudaría, debía serlo cuanto antes.

    Y justo a tiempo logro alcanzarla, lástima que sea hermano de Sagitario y la gravedad le guste molestar a esa familia.

    En ese preciso momento Marin venia del entrenamiento que llevaba con su aun alumno Seiya, esperaba encontrara su hermosa familia, pero las cosas no suelen salir como quieren uno.

    Pues el ya teniendo a su bebe en brazos, piso mal en la orilla y cayó en la entrada de Leo.

    Su espalda se llevó todo el impacto, con la pequeña en su pecho, para protegerla.

    Como el piso reclamaba al pobre papá León.

    Todo esto lo vio el caballero femenino de Águila quedándose impresionada por lo que sus ojos veían.

    -¡¡¡AIORIA!!! ¡¡¡¿QUÉ ESTABAN HACIENDO EN EL TECHO?!!!- Estaba furiosa, porque el león pusiera en peligro a su bebe.

    -Marin… Mi amor… ¿Cómo te fue?- Su cara de alivio no se ocultaba.

    -¡¡¡MAMI!!! ¡¡¡MAMI!!!- La pequeña sonreía al verla, estirando sus brazos, para que ella la tomara.

    -Vamos mi hermosa niña- Cargándola con sumo cariño –Dejemos que papi se siga divirtiendo en el piso- La peli rojiza, siguió de largo sin importarle que su ahora esposa de poco más de tres años, estuviera con un dolor de espalda.

    -Ay... Creo que necesitare un pequeño masaje- Sonrió… Sabía que aunque ella se enojara después se contentaría con todo lo que le diría de su pequeña Pyrena.

    El santuario no prohibió para nada las relaciones entre caballeros, ya lo abemos de ante mano.

    El pequeño fruto de ese amor, que siguió entre dos caballeros de diferentes rangos, pero de un solo corazón.

    Añoraron estar juntos primero como una bonita amistad, ahora estaban unidos por la bendición sagrada de Atena, algo que en ninguna vida y alguna otra fuerza podría romper.

    La unión de un poderoso León, con la habilidad de una hermosa Águila.
     
  7. Threadmarks: Capitulo 7 (MiloXCamus)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    2858
    Pobre el Escorpión dorado, que vive por el amor inalcanzable en tantas ocasiones de un ser frio, que ha veces suele perder lo importante de la realidad.

    Un corazón que lucha por lo que ama y está sumamente decidido a conseguir el amor que ha soñado desde niño.

    Un alma destrozada, por sus pecados cometidos, aunque sabe que todos lo perdonan y no le guardan rencor alguno, él no puede hacerlo.

    Odiándose en medidas insoportables, para castigarse, incapaz de aceptar el amor, por el simple hecho de creer que no es merecedor de este.

    ¿Podrá de manera sincera el veneno de una criatura tan peligrosa, traspasar la barrera de aquel ataúd de hielo que encerró un corazón puro?

    Puede que sí, puede que no.

    A veces el amor puede ser tan caprichoso, para manifestarse.

    Un empujón, es bueno de vez en cuando.

    Las noches de este momento podrían ser frías, normal en invierno había llegado tan repentinamente.

    El octavo guardián, se encontraba sentando en las escalinatas de su jurisprudencia, pensando, lamentándose e ideando planes absurdos.

    -Lo he intentado todo- Mirando hacia el firmamento, apoyando su mentón en su mano derecha, que tristes ojos poseía en esos instantes.

    -Tarto de decirle siempre lo que siento, pero nada funciona- Recordó cada vez que le dedico palabras dulces al Acuariano y las reacciones de este nunca fueron agradables.

    ---Flash Back---

    El primer intento, llevarle un hermoso alcatraz, aquella flor blanca y grande, que por lecturas y sabía que podría agradarle a el mago de hielo.

    Se fue tan bien arreglado al décimo primer templo, su armadura sumamente brillante, cargando aquel presente.

    Solo cruzar miradas con el peliaguamarina, fue suficiente para ir directo a él y decirle lo siguiente.

    -Camus, vengo a darte esta hermosa flor, como símbolo de lo que siento por ti- Arrodillo una pierna y la otra apoyándose en el suelo, estirándolos brazos, espero do que aceptara.

    Pero lejos que la emoción del peli azul cerúleo, contagiara al otro.

    Solo lanzo un suspiro y se fue de largo.

    Dejando al pobre joven hombre, con su regalo en manos y un rostro de decepción.

    Más era gustoso de los retos y no dejaría que eso lo desanimara.

    Otra “Buena” idea, fue la siguiente y una que copio de una revista que ene se momento fue propiedad de Capricornio.

    De nuevo, pero ahora en el coliseo, después de entrenar, como era su costumbre por las mañanas.

    Escorpión saco una guitarra ¿De quién sabe dónde la había todo?

    Y comenzó a dedicarle una dulce canción de nombre “Como Soy”.

    La duda era como es que el Griego aprendió una canción en Español, y utilizar un cortejo, fuera de su nacionalidad.

    Camus, se puso por completó rojo, al verse encerrado por los movimientos de Milo, para tocarle y cantar esa canción, enfrente de todos.

    No se debe de olvidar, que las burlas de los demás fue algo que no se dejó esperar.

    -Ya no sé qué inventar, para que tú ya no estés con otro- Una estrofa de aquella canción.

    -Jajajajajajaja, ¿Se estará refiriendo a Surt?- Death como siempre sus comentarios tan ácidos.

    -No conozco a nadie de los que menciona en esa canción- Aquel Español, con la mirada fija en ellos y brazos crudos.

    -Jajajajajajaja ¿Abrazar su alegría? Con razón dicen que el amor es ciego- El menor de los gemelos dejo esperar aquello.

    -Guarden silencio por favor, no es cortes burlarse de alguien que se declara- Como siempre la dulce voz del primer guardián, trataba de calmar las cosas.

    -Que lindos, los niños de ahora, ¿No crees Shion?- Lanzándole un guiño al peliverde.

    -No sé de qué hablas- Desvió la mirada, sabía que no podría ganarle en eso al castaño que tenía a su lado, con el que guardaba un pequeño secretó.

    -Te llenaría de besos solo para que pierdas la razón- Esa voz tan sensual y atrayente aun quería demostrarle con sus dotes de cantante, estaba dispuesto a impresionarlo.

    Como deseaba que la tierra se lo tragara en ese momento, sus mejillas tan rojas como la grana, trataba de ocultar su vergüenza y pena con sus manos, pero no funcionaba al escuchar a los demás riendo a carcajadas.

    Se preguntaba internamente, ¿Por qué el patriarca no lo detenida?

    Siempre diciendo que uno como caballero debía guardar el decoro y esta era una situación demasiado deshonrosa.

    Al terminar, sonrió de manera coqueta, acercándose al acuario, tomándolo de las manos -¿Qué me dices Camus? ¿Me aceptas como tu novio?- Sus ojitos brillantes, esperando una respuesta afirmativa.

    No respondió, se quedó mirándolo por unos segundos.

    Las burlas se intensificaban, los abucheos y todo le estaba desquiciando.

    Y con un solo movimiento de sus manos, lo dejo encerrado en su ataque más frio.

    Para después irse caminando hacia la subida de los templos y alejarse del todo el escándalo.

    Pobre bicho, tanto esfuerzo puesto en ese detalle, para que anda le saliera como deseaba, y recibiera el ataúd de hielo.

    Su expresión lucia demasiado triste.

    -Creo que ese será un buen castigo, por hacer ese espectáculo- Ese patriarca a veces podría ser tan frio como el décimo primer guardián.

    Un suspiro triste se reflejó –Se cómo te sientes Milo- Sus ojos miraron de reojo al tercer guardan, que aguantaba un poco la risa.

    -Si sirve de algo, cantas bien- Una pequeña risa de burla por parte del último guardián mientras pasaba de largo.

    Algunos sentían empatía por el escorpión dorado, otros les gustaba reír de todo los desinfortunios ajenos.

    Pero eso no lo detendría.

    Pasaron más declaraciones, en donde demostraba todo su amor, sus mejores técnicas, pero todos terminaban o con el siendo ignorado por Camus o encerrado en un ataúd de hielo.

    Ya era costumbre para sus compañeros, verlo de esa manera.

    ---Fin flash back---

    -¿Por qué no me quieres Camus?- Un suspiro melancólico, le provocaron aquellos recuerdos.

    -Antes no eras tan frio… Te gustaba estar conmigo, éramos tan buenos amigos y… Me habías dicho que me querías- Se abrazó a sí mismo, una señal de que aquello le dolía tanto -¿Acaso ya no?-

    Se quedó así unos instantes, hasta que una idea de esa cabecita hiperactiva, le alegro su cara.

    -Podría ser que… Me pudieran ayudar- Dio un salto de su asiento, para bajar hacia los templos.

    Pero rápidamente regreso, cuando se dio cuenta que ya pasaba de media noche y los más probables es que en Libra no pudiera pasar y no quería ver cosas que no eran de su incumbencia.

    Podría estar loco por el amor de Acuario, pero no era tan torpe para cometer un acto tan descortés de interrumpir a dos enamorados.

    -Mejor espero hasta mañana- Sus ojos bien abiertos, y algo agitado, su sonrisita de nervios presentes.

    Así pues, llego la mañana siguiente.

    Y estaba dispuestos a hacer el último movimiento que le quedaba.

    Después del entrenamiento, espero a que Aioria y Mu estuvieran desocupados, para interceptarlos.

    -Chicos, quiero hablar con ustedes- Alto al frente de ambos, para frenarles el paso.

    -¿Si?- El pelilila, se sorprendió por esa actitud repentina.

    -¿Qué pasa Milo?- Le lanzo una mirada de molestia, lo estaba entreteniendo de sus planes con cierta linda chica, que ya se había vuelto su novia de manera oficial.

    -Quiero que me des concejos de cómo lograr que Camus me acepte- Dijo aquello tan rápido, que apenas si pudo ser entendible.

    Ese León dorado, se quedó con los ojos muy abiertos, hasta quedarse en su lugar.

    Pensó rápido, pues ¿Cómo le podría explicar? Que el hecho de que Marin y el fueron pareja ahora, fue por una idea de su hermano mayor, con ayuda de Seiya y lo demás fue un ritmo de accidentes, tras ellos.

    Rasco levemente su cabeza, desviando su mirada, poniéndose de perfil –Bueno, será algo difícil Camus, es un misterio andante…-

    -Por favor… Ayúdame, tu eres el único de todos, que ya tiene experiencia en esos temas- Sus ojos azules de suplica, de verdad estaba desesperados.

    -Está bien, déjame pensar un poco- Trataba de que la atención no se centrara en él.

    El primer guardián, dudando en preguntar –Y ¿Para qué quieres que esté presente? Yo… No tengo ninguna experiencia en ese tema-

    Rápidamente ahora se posicionó a invadir el espacio personal del cordero –Muy fácil, tu eres el único que no se ha burlado de mis intentos e ideas muy lindas en ocasiones, para diferentes cosas, así que tu mente me servirá, para cualquier cosa que se le ocurre a Aioria lo puedes interpretar más acorde a mi situación- Afirmo con la cabeza triunfante.

    -¡¡¡¿CÓMO QUE MODIFICAR MIS IDEAS?!!!- Sonaba indignado Aioria.

    -Está bien…- Dio unos pasos atrás, no era muy afín de que estuvieran tan cerca de él.

    -Maestro Mu, ¿Vamos a seguir con mi entrenamiento?-

    -Sí, Kiki, solo deja que hable con Milo y Aioria un momento- Le sonreía cálidamente al pequeño niño.

    -Muy bien, con permiso- Asintió y se alejó del lugar, había escuchado algo, pero sabía que su maestro se enojaría si estuviera de preguntón en un tema ajeno.

    Por lo tanto decidió empezar a calentar.

    Después de esa interrupción, los tres hombres hablaron del tema, teniendo una lluvia de ideas, de ¿Qué podría hacer Milo?

    Aunque más bien era que Aioria decía alguna idea, Milo le agradaba al principio, pero esperaban la aprobación de Mu y este aunque no le gustaba decir cosas desagradables, les ponía las cosas en claro de que no funcionaría con Camus.

    Aries, siempre ha sido muy consciente de las personalidades de cada uno de sus compañeros de arma y sabia como tratarlos.

    Bueno, tal vez no de todos, y eso le ha ocasionado problemas en su vida privada.

    Al final una última surgió y sonó realmente perfecta, que tuvo la aprobación de los tres, para que Escorpio la pusiera en marcha.

    En verdad era un buen plan.

    Si jugaba las cartas de manera perfecta y consientes, podría lograra un milagro para derretir ese rio corazón.

    Se fue sonriendo, agradeciendo a cada uno, con un fuerte abrazos.

    Y desapareciendo de la vista de ambos.

    Estos, solo se quedaron estáticos, esperando que todo le saliera bien a su amigo.

    Pues ahora cada uno se ocuparía de sus planes.

    ---Templo de Acuario---

    Camus se encontraba en su cocina, preparándose algo de almorzar.

    Nada esplendido, solo un croissant y un café… No era de comer mucho.

    Degusto aquello, con pesadez.

    Mantener una careta siempre de frio, serio, sin emociones, es cansado.

    Por eso en su templo, podría manifestarse un poco más como en realidad es.

    Una persona humana, con defectos, miedos, tristezas, emociones que pueden afectar en tu entorno y en el caso de él, manifestaba aquello con el frio que emana de su cuerpo.

    Acuario de pro si siempre es un lugar frio, pero al estar allí, siempre se mantenía a una temperatura constante de grados bajos.

    Las paraciencias engañan, pues en su corazón gélido, amena un poco de calor, que lo hacía vulnerable y no quería eso, solo debía ser el guardián de la décima primera casa y ya.

    Pensaba que ese era su papel aun, que no tenía el derecho de tratar de vivir una vida más tranquila, mas conforma a la humanidad.

    El querer hacerlo, pero que tú mismo te lo prohibieras es un gran castigo por pecados que deberías superar.

    El peor de todos, siendo que no aceptaras amar plenamente a quien robo su corazón desde pequeños, pero que después de aquella primera muerte que vivió en el reconocimiento de Atena Saori, que se derrocara al falso patriarca y su resurrección junto al Dios Hades, por la cabeza de su antigua Diosa.

    Aunque todo fue una farsa, y él estaba consciente de aquello, se odio tanto por lastimar a sus compañeros de armas, la muerte de Shaka, pero sobre todo, lo que más le destroza es ver llorar a Milo por su causa, fue algo que nunca se lo perdonaría.

    Y su mayor error el de Asgard, estar de lado de Surt solo porque se lo debía hace tanto tiempo, por la muerte de su hermana, querer pagar esa deuda, que sabía perfectamente que causaría estragos con sus compañeros.

    Lo peor de todo, es que el primero en verlo así fuera Milo.

    Mantener su rostro estoico, pero por dentro se estaba muriendo por dañarlo una segunda vez, pero no podía retractarse.

    Al revivir gracias a su Diosa, pensó que sería odiado, su sorpresa cuando su amigo de la infancia y a quien más quería, lo abrazo, feliz de verlo a su lado nuevamente.

    Él le devolvió el abrazo como un impulso, sus lágrimas derramadas levemente se pudieron absorber por el cabello del octavo guardián.

    Mas su mente, su conciencia, sus miedos le torturaban día y noche, a veces no podía dormir, por la culpa que sentía, lloraba sinceramente, pidiendo que de alguna forma su amado, olvidara lo que sentía por él, que se encontrara a otra persona y fuera feliz.

    Pues no se creía que lograrla hacerlo feliz.

    Pero le dolería verlo con alguien que no fuera el, más lo aguantaría, debía ser su purga por todo el mal que cometió.

    Cada declaración que el octavo le dedico, fue lo más hermoso que pudo ver, pero no lo merecía, ni debía aceptar algo demasiado bueno para él.

    Acuario debía sufrir en silencio, derramar lágrimas solo y nunca demostrara que de verdad podía amar a los demás, pues quería que todos fueran felices sin su presencia, el solo podría traer desastres.

    Ver que Milo, por primera vez no insistiera en regresar con él, hacia sus templos, le sorprendió, le dolió, pero le alegro un poco.

    Si está interesado en algún otro compañero ahora, estaría dispuesto a vivir en silencio el dolor.

    Pero no podría negar que odiaría a quien amara en adelante.

    Se sentía realmente hipócrita al solo pensarlo.

    Cada bocado lo sentía amargo en su paladar, pero no desperdiciaría nada.

    ---Pasados los días---

    El plan estaba en marcha, aquel que le aconsejaron podría dar buenos resultados.

    ¿Cómo era? ¿En qué consistía?

    Muy fácil.

    El peli azul ciruelo, siempre demostraba lo que sentía a los cuatro vientos, no era nada reservado, y le gusta ser así, mas eso podría ser contraproducente en alguien como Camus.

    Debía actuar solo como amigos con él, no ser tan efusivo, ni directo, solo tratar de actuar como lo que era con los demás.

    Podría hacer que tuviera un efecto a favor de Milo.

    -Buenos días- Esa sonrisa amplia al saludar.

    -buenos días- Mismas palabras tono cortante.

    Después de aquello, paso de largo, para ir a dar los buenos días a los demás.

    Dejo consternado al Acuario, pues siempre se queda con él.

    En los entrenamientos trataba de variar con sus parejas de esto, obviamente trataba de no meterse en caminos peligrosos, por eso decidió que sus blancos serian Aioria, Aldebarán y Mu.

    Uno tenía novia, otro estaba interesado en una chica de ¿Quién Sabe dónde? Y el ultimo, bueno sufría en silencio, pero se hacia el que no sabía nada.

    Con esto, trataba de mantener distancia con Camus, para no atosigarlo tanto y para ver su lograba demostrar interés.

    Los primeros días, parecía solo cortante, pero entendía que sus suplicas pudieron ser escuchadas.

    Si le estaba gustando alguno de ellos, sospechaba del pelilila, pero el corazón de este tenía a un dueño demasiado hermético.

    ¿Podría ser qué?

    Su mente daba vueltas cada vez más y divagaba, cosa que odiaba.

    Al pasar una semana, lo estaba sintiendo más lejano y le provocaba estar enfadado todo el tiempo.

    Tanto que le contesto de manera grosera al patriarca y este le mando un castigo alrededor del coliseo.

    Escorpio se preocupó tanto y decidió al final de ese castigo, llevarle algo de comer y hacerla un poco, mas manteniendo su distancia, sin decirle halagos, ni cortejos, solo amigos.

    Si sabía que su petición se había vuelto una realidad, ahora ese hombre no sufriría por el pasado, por su culpa y seguía adelante.

    Le provocaba lágrimas de dolor, celos y deseos de que lo volver a haber como lo hacía antes.

    Su cabeza dolía tanto, pues solo quería estar a su lado.

    Mas ahora no estaba seguro si el también deseaba lo mismo que alguna vez le profeso.

    La gota derramada para su mente, fue al ver al peli cerúleo tan feliz, platicando con Shura, como siempre invadiendo espacios personales y el Español, mirándolo como si fuera al bicho raro que ya era.

    El décimo le entrego a este unas flores, que Escorpio recibió con alegría y se despidió igual.

    ¿Acaso se sentía atraído por el peliverde oscuro?

    No podía con la incertidumbre, cosa que era completamente fuera de su personalidad, había tomado una postura de que nada le importaba, pero ahora mismo sentía que debía hacer algo.

    Solo si le confirmaba que ya no lo quería, que las cosas debían quedar como amigos, deseaba escuchar es de los labios de Milo, sabía que se arrepentiría después, pero era lo que quería o eso pensaba.

    Camino decidido hasta el octavo templo, quería acabar con esa incertidumbre.

    Si le costara la poca paz que experimentaba.
     
  8. Threadmarks: Capitulo 8 (MiloXCamus)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    6959
    ---Templo de Escorpio---

    Aquí podemos ver a un Peli cerúleo, bastante animado, contemplando con cuidado las flores que Shura le había recién dado, siendo de suma importancia para lo que tenía preparado.

    Su ilusión más grande, el poder declararse por… Bueno las veces que lo ha hecho realmente ya son un número perdido, pero cada vez lo haría diferente.

    El plan conjugado por sus amigos, y que puso a prueba sentía que había hecho el efecto deseado.

    Pues se había dado cuenta de las actitudes algo inusuales en Camus cuando se alejaba de este y entablaba una plática o pasar el tiempo con otros compañeros.

    Si bien era un distraído de primera categoría, no se negara jamás que cuando se trata de ese peliaguamarina, el prestaba toda la atención del mundo a esos detalles.

    Volviendo a lo que tenía de frente, las flores serian lo último, si con eso no caía en sus brazos probaría otro plan si fuera necesario pero acuario no se le escaparía, no de nuevo.

    No en esta vida, y si pudiera hacerlo, ni en ninguna que siguiera.

    Por andar en su ensoñamiento apasionado propio de los Escorpiones, no logro notar como el cosmos de quien más anhelaba se acercaba, se pudo dar cuenta de esto cuando ya estaba entrando a su templo.

    Justo con el tiempo suficiente para que escondiera su más grande obra maestra de conquista, como le había llamado.

    -Milo…- Al estar lo suficiente cerca y verlo como si nada leyendo.

    -Buenas noches Camus, ¿Qué te traes a estas horas por Escorpio?- Trataba de mostrarse, tranquilo, menos efusivo, pero educado.

    Frunció el ceño levemente, claro signo de que su enfado estaba aumentando -¿Podrías dejar actuar de esa manera? Me parece tan desagradable.

    -¿Actuar de qué manera?- Sonrió nervioso, sin dejar de “Leer” –Estoy actuando como siempre-

    -Sí, claro- Su voz se notaba con cierta molestia impregnada –Leyendo un libro-

    -¿Qué tiene de malo leer? Tú lo haces- Giro sus ojos para lograr divisarlo, aun mostrado su sonrisa.

    -Yo nunca he leído un libro al revés- Cruzo sus brazos delante de su pecho.

    Escorpio, se dio cuenta de aquello, al momento de fijarse bien en la lectura, no logrando entender nada, pues el libro estaba al revés como Camus había declarado.

    Le sonrió… Algo tímido, bajando el dichoso libro. –Quise probar algo nuevo ja, ja, ja,-

    No era de dar muchos rodeos a las cosas, pero sí de evadirlas en cuanto pudiera, más el caso era que de una buena vez se aclarará este asunto para seguir con su vida.

    Su idea en sí bastante curiosa, hasta algo extremista en saber que ocurría, pero conocía a Milo, sabía que ciertos comportamientos podrían significar algo importante.

    Por eso necesitaba saber si sus sentimientos hacia él, habían cambiado.

    Con solo saberlo, entenderlo y darse cuenta que su deseo se había hecho realidad, aunque fuera destrozado por dentro.

    -Has actuado de manera muy extraña últimamente- Lo soltó sin más.

    -¿extraño?- Se pegunto, como si se no tuviera idea de ese pensar.

    -Sí, no sé cómo decirlo, pero… Creo que me está evitando… ¿Por qué?- Mejor ir a lo que necesitaba saber.

    -No te estoy evitando para nada- Dejo escapar una sonrisa enorme, como si el tema fuera de lo más cotidiano.

    -Si lo has hecho… Me saludas todos los días, sé que hablas conmigo, pero… Ya no quieres entrenar a mi lado, no me sigues hacia mi templo o… Me dices tus idioteces se siempre- Se quería mantener firme, pero su voz estaba temblando un poco-

    Su sonrisa de lado se manifestó, y sus ojos decaídos, quería mantenerse tranquilo –Creí que te molestaba que fuera así…-

    Suspiro un poco desanimado, él tenía mucha razón, varias veces le grito, le dio a entender que si lo quería lejos y de hecho es una verdad innegable. Pero no por eso quiere decir que no lo extrañe, que no desee seguir siendo molestando por el Escorpión dorado.

    Mas el orgullo no se lo permitía siempre.

    -Sí, yo… Te lo pedí… Pero ¿Por qué ahora?- Su pregunta trata de sonar disimulada.

    -Por nada, solo quise probar, si así te dejaba de molestar y no ser tan insistente- Sonrió tranquilo.

    Si bien lo intentaba por el plan, aun debía seguir.

    Se moría por dentro de darle un abrazo y decirle que lo ama, además de una vez declarar de nueva cuenta sus sentimientos.

    Pero se detenía, debía ser fuerte.

    -¿Es solo por eso?- Sus ojos violeta se fijaron en los azules de Milo.

    -Si… Es- Desvió su mirada lentamente, no podía mantenerle una mentira al mago de hielo tan sínicamente –Por eso… No hay nada más- Cerro sus ojos de nuevo, se trataba de escapar de alguna forma.

    -Milo, dime la verdad. Conozco cuando me estas mintiendo- Solo basto que un segundo, para descifrar su gran mentira.

    -Camus, no es nada malo. Es solo que creo, que me gustaría probar nuevas cosas- Lo dejo escapar, para ya dejar de ser interrogado.

    -¿Cosas nuevas?- Tener que controlar sus sentimientos todo el tiempo, pude ser agotador y más cuando tienes un embrollo interno que no te deja ser feliz. -¿Personas nuevas?- Su pregunta ni siquiera la logro pensar, salió sin previo aviso de sus labios.

    -¿Personas nuevas?- Ladeo su cabeza un poco, no entendía a que se podría referir el décimo primer guardián.

    -Si… Milo…- Su voz sonaba tan frágil ene se momento, pero el semblante debía seguir estoico si se podía, al menos que quisiera congelar todo el templo de Escorpio y demostrar que estaba lastimando esto su corazón -¿Conociste a alguien más?-

    -¿He? ¿Conocer a alguien más?- Pensó un momento, él no estaba entendiendo todo, lo que ocurriría –Conocí a una amiga de Aldebarán, en un restaurante la ora vez- Sonrió animado, más por seguir una conversación con el peliaguamarina que en si la respuesta.

    Suspiro melancólicamente, desvió la mirada tenuemente, no podría mantener bien, lo podía sentir en su total ser –Entiendo… Debo irme…-

    El leve incremento en el cosmos de Acuario, puso en alerta a Milo, pues algo malo debía pasarle para que descuidara este punto crucial de sí mismo.

    -Camus ¿Qué tienes?- Lo sujeto rápidamente del brazo, no se le escaparía -¿Te sientes bien?-

    -Suéltame… Tengo que irme- Esa voz siempre tan serena y automática, se notaba cargada de leves emociones, trato de luchar por salir.

    -¡¡¡NO PIENSO HACERLO!!!- Alzo la voz por automático –Algo malo te está pasando, tú no eres de venir a los templos a preguntar cosas de la nada y ponerte de repente mal- Sujeto ambos brazos y mostrando una carita de súplica –Por favor, dime que te ocurre, sabes que puedes confiar en mi-

    -Lo que me pasa, no es asunto tuyo. Suéltame y déjame ir- No podía mirarlo detenidamente a los ojos, porque caería ante el dolor que su corazón proclamaba.

    -Si es mi asunto- Rápidamente contesto –Tú bajaste desde Acuario a preguntarme algo así… Sé que soy un despistado, pero cuando se trata de ti, puedo mantenerme atento a cada circunstancia tuya- En momentos como estos, el Escorpión puede dejar de lado su actitud infantiloide y llegar a expresar su verdadero sentir de una manera no tan descabellada.

    -¿Por qué lo harías? ¡¡¡YO NO LO VALGO!!!- Dejo rienda suelta sus emociones, gritando aquello. Su cosmos se alteraba peligrosamente, se podía sentir la temperatura disminuir de a poco.

    -¡¡¡¿POR QUÉ DICES QUE NO LO VALES?!!! ¡¡¡PARA MÍ, VALES TODO!!! ¡¡¡TE HE DICHO MILLONES DE VECES QUE ERES MI MUNDO ENTERO!!!- Las palabras del octavo guardián salieron tan sinceras como siempre y nadie podría negar ese hecho.

    -¡¡¡YO NO MEREZCO ESO!!! Hice tanto daño a todos, no soy más que un traidor como muchos me lo han dicho y te dañe más a ti…- Apretaba sus labios, ya no deseaba seguir con esa conversación, ya era demasiadas emociones por esta noche.

    -¿Qué importa eso?- A decir verdad, en el corazón de aquel Griego eso no tenía validez.

    Era pasado, ya no tenía importancia el tener que seguir culpándose, por lo menos para los ojos de Milo eso no debía seguir ocurriendo.

    -Claro que importa, yo… Cometí errores… Yo hice cosas de las que no me enorgullezco y…- Fui detenido rápidamente por los labios de Milo.

    Ya no podía soportar verlo así, aunque sus lágrimas se contenían en esos hermosos ojos violetas.

    No se podría decir que nunca había sido capaz de robarle un beso, no era la primera vez.

    Y sin dudarlo Camus lo había disfrutado tanto como Milo, en varias ocasiones pero eso provocaba que quedara atrapado en el ataúd varias veces.

    Mas este beso se sentía muy diferente, aunque fue una manera de que Camus parara de decir incoherencias al parecer del octavo guardián.

    Este correspondió aquel beso tan necesitado, buscando ese calor, afecto y amor que se había negado a sí mismo.

    Pensar que tenía perdido a ese peli cerúleo, lo hacía sentirse sumamente destrozado, jamás queriéndolo dar a ver, pero en ese momento lo podía sacar de su corazón.

    Un beso que se logró pasar unos segundos, antes de que quien inicio lo terminará.

    Tomo con suavidad su rostro –Esos errores como tú los llamas, ya pasaron, tuviste que hacerlo para defender a nuestra Diosa- Se acercó un poco más, limpiando con sus pulgares las lágrimas que caían de los orbes violetas –No eres un traidor, hiciste lo que debías hacer, yo no me siento dañado por eso- Una dulce sonrisa para confortarlo formaron su labios.

    -Se lo que hice, fue por Atena, pero verte sufrir me carcome día y noche- No podía sostener la mirada, le dolía en el alma aquello, pero Milo no sería capaz de dejarlo ir, esta vez.

    -Deja de pensar en eso, ese sufrimiento que sentí… De verte del lado del enemigo, me dolió es verdad, pero…- Aun mostrándose alegre, una lagrimas traicionera se escapó –Cuando te volví a ver, con la sapuris me dio tanta alegría observar tu hermoso rostro, quería que pasara, solo quería verte una última vez y pude hacerlo- Lo abrazaba con tanta fuerza a su pecho.

    Desde que habían vuelto a la vida, por gracia a su Diosa, no tuvieron la oportunidad de hablar de toda esta compleja situación.

    Camus con su hermético corazón, guardando las apariencias siempre.

    Y Milo, siendo de las personas que decidían olvidar el pasado, como si esto no hubiera ocurrido, sabiendo la verdad era lo que le bastaba, su corazón no estaba tan herido.

    Más en este momento ambos sufrían en silencio por pensar de más, ya que no quería dejarse llevar por sus palabras sinceras y lo que realmente sucedía en sus corazones.

    -Milo…- Se apartó de aquel abrazo, quería poner distancia, pero no sería liberado tan fácil, salvo para ver su rostro.

    -No pienso soltarte nunca más, si eso es lo que quieres, olvídalo- Se aferraba a él, con tanta necesidad, su amor así lo indicaba.

    -¿Perdonas todo?- Sus lágrimas que caían de sus mejillas, estaban disminuyendo, debía volver a mantenerse sereno, si no pronto Escorpio estaría congelado.

    Ya que sus alientos se podían ver claramente.

    -Camus, a ti te perdonaría todo- Poso su frente sobre la del Acuariano.

    -Incluso… Lo que ocurrió en Asgard- Cerro sus ojos, aquel tema era algo delicado de por sí, pero quería estar seguro de todo.

    La voz del Griego, bajo un poco… No negaría aquello no fue un plan para que triunfara su Diosa ante el mal, fue una traición por otra persona. Más sabía que nunca deseo hacer daño a sus camaradas dorados.

    -Surt… ¿No significo nada para ti?- Dudo en hacer aquella pregunta.

    -Fue un amigo, al cual yo… Le arrebate a la única familia que tenía… Solo quería recompensarlo por el mal que le hice- Su mirada firme, fija en los azul noche de Milo. Para demostrarle de esta manera que sus palabras estaban siendo lo más sinceras posible.

    -¿Te sentías culpable?-

    -Claro que si… Me dio cuenta que toda persona que he llegado a apreciar, a querer o…- Levanto su mirada levemente para dedicarle esto último al contrario –Amar, los he lastimado tanto, que preferiría no volver a sentir nada, nunca más-

    Ver tan vulnerable en ese estado frente a él, no podía creer que tuviera ese privilegio de que solo a sus ojos podría saber que tan frágil podría ser el mago de hielo.

    Pero aunque eso le halagaba, no deseaba que tuviera esa tristeza marcada.

    La culpa puede ser demasiado fuerte, y más si cada que empezaba a amar a alguien solo logras dañar, es una combinación demasiado peligrosa, para quien lo sienta y debe ser tratada de alguna manera, antes de que logre matarte por dentro.

    -No sientas más esa culpa- Solo suplicaba, pedía que con sus palabras pudiera hacerlo entrar en razón, no es suficiente solo eso, pero puede ser un inicio.

    -¿Cómo puedo lograr eso?- los orbes violetas profundos fijos en el rostro de Milo –Esto no es algo que alguien pueda ayudarme, estoy solo en esto-

    -Camus… Permíteme que yo alivie tu dolor- De nueva cuenta sostenía el rostro del francés, para que lo mirara.

    -¿Cómo quieres hacer eso?- Su pregunta sonaba consternada.

    -Con esto- Esta vez el beso que le planto en los labios, fue demasiado intenso.

    Decidido a brindarle el amor y calor que se había negado a experimentar, un beso que se volvía más demandante, queriendo probar sus labios de igual forma.

    A principio el peliaguamarina, no lo aceptaba, no quería dejarse llevar por lo que sentía, no deseaba desbordar sus emociones.

    Mas sentir el contactó de sus labios ajenos, le provocaba sensaciones inesperadas, diferentes a los anteriores besos, pues en aquellas ocasiones no había dejado ver un poco de su malestar.

    Seamos sinceros apenas se habían declarado la verdad de lo que realmente dolía, pero Milo ya no soportarlo verlo así, y quería demostrarle que el sentimiento de amor puede logar cambiar cualquier dolor a algo que pueda afrontar de mejor manera.

    Puede ser lo que planeaba no fuera la mejor opción, pero tal vez era necesario, tan solo esta vez.

    Aceptando el beso, abriendo un poco su boca, para que la el invasor pudiera explorar su cavidad bucal

    Escorpio no era alguien que fuera capaz de resistir aquella aceptación y no aprovechar para hacer sentir lo que presentaba.

    Mientras se concentraba en devorar sus labios, sus manos aprovechaban para sujetar con fuerza su cintura y atraerlo más a él.

    Aunque el décimo primero portara su armadura, eso no significaba que no fuera capaz de sentir el contorno de este, siempre se delineaba muy bien con lo que llevara su figura.

    Cada segundo que pasaba el calor aumentaba, si bien el frio estaba presente en cierta forma, el elemento contrarió desprendido de ambos, hacía de las suyas en sus rostros.

    Esos sonrojos fuertes, el hilo de saliva que se escapaba por la comisura de ambos, las manos del peli cerúleo traviesas, que en verdad ya necesitaba que esa armadura despojara el cuerpo contrario.

    Y se lo hizo saber, apenas su soltando sus labios.

    Como le excitaba ver ese rostro sonrojado de Acuario, que gozo con solo su boca en esos instante, la mirada perdida, la respiración agitada, la saliva que los unió por unos escasos microsegundos, mientras se separaban, sus ojos cristalizados por lo que solo un simple beso provoco.

    -Si quieres que siga aliviando tu dolor, necesito que te quites la armadura- La voz seductora de Milo no se hizo esperar, sus ojos inyectados en una especie de lujuria y amor solo podían ser para el hombre de frente.

    -Milo… ¿Esto es necesario…?- Quería recobrar un poco de su cordura y postura, pero le era difícil cuando el mismo presentaba una erección en su entrepierna, que la ropa le llegaba a apretar un poco.

    -Tal vez no sea necesario, pero quiero demostrarte todo lo que siento por ti- Su voz ronca se dejó echar cerca del oído del peliaguamarina, mientras mordía levemente su lóbulo.

    Esto fue un pequeño deleite en Acuario, una mordida leve, pero suficientemente apretad para provocarle un gemido.

    Se debatía entre sus deseos más profundos, y su cordura.

    Si se dejaba llevar por Milo, aceptaría amarlo. Pero eso era algo que ya hacía en secreto, peor estaba allí.

    Por el contrario, tal vez si lo rechazaba el amor del Escorpión se volviera más frágil.

    Sus dos opciones que solo el mismo se daba, le causaban una baja de guardia demasiado latente, quería de verdad estar con ese caballero dorado, lo quería a él. Pero… Sus miedos aún están destrozándolo.

    Volvía a pensar que no se merecía ese placer que presentaba, lo que provoco que de sus ojos de nuevo brotaron lagrimas cristalinas, sus ojos abiertos, siendo presa de esa dulce mordida del contrario.

    -¿Camus?- Al darse cuenta de que este lloraba, su expresión cambio a una de preocupación, ¿Tal vez fue demasiado lejos? No quería obligarlo de es amanera, no era su intención.

    Quería hacerlo sentir bien, como él lo lograba cada vez que pensaba en ese Francés.

    Cerró sus ojos, apretando sus parpados, al igual que su mandíbula y puños.

    Deseaba dejar de sentirse culpable, dejar de sentirse mal, solo una vez, una maldita vez, y su fiera con la ayuda de Milo lo aceptaría, solo él podía ayudarlo.

    Lo entendía en su corazón, aunque su mente lo quisiera torturar.

    Se arrojó a los brazos del octavo guardián, una forma de desahogarse, de buscar el cuerpo ajeno, pero solo de aferro.

    -Camus. Perdóname… No debí actuar como un idiota- Estaba preocupado, se alarmo demasiado ver actuar así al mago de hielo.

    Como un susurro fuera su voz, se acercó al oído de Milo, no podía creer que diría aquello, pero sería capaz –Vamos a tu habitación… No podemos hacerlo aquí…- Sus mejillas rojas, tratando de ocultarse en su propio cabello, para no ser visto.

    -¿Qué?- Ni el mismo se lo podría creer.

    -Si quieres ayudarme, como tú has dicho…- Tomo un poco de aire, no podía minarlo a la cara después de eso –Enséñame a olvidar la culpa-

    Sus ojos se ensancharon demasiado, que tuviera la afirmativa de quien más amaba y deseaba, lo hizo latir con fuerza su corazón, demasiado desbocado para reaccionar, pero no tanto como para ignorar su petición.

    Lo sostuvo por la cintura, sus labios dibujaban una sonrisa de triunfo. Ambos fueron a los aposentos del dueño de ese templo.

    Dejando el leve frio en el ambiente, conduciéndolo ahora a un nuevo destinó.

    La puerta con seguro, nadie debía interrumpirlos.

    Apenas si se apartó Milo del mago de hielo, pudo ver como este sin demora o pudor, se deshizo de la armadura, quedando en su ropa civil.

    Lo veía como una bella obra de arte, en cada aspecto de su vida, pero al querer acercarse para besarlo, abrazarlo o hacer cualquier cosa, demostrando su afecto. El peliaguamarina, le dejo las cosas en claro de forma inmediata.

    -No quiero demostraciones de amor, solo quiero dejar de sentir esta culpa- Dijo aquello, como si dejar el amor de lado fuera lo principal.

    -Camus… No puedes negarme a demostraste lo que siento, lo que haremos será la forma más grande de amor que puede existir entre dos…- Fue interrumpido de inmediato.

    -No quiero eso, solo tengamos sexo. Es lo que aliviara esto- Desvió su mirada, mientras se despojaba de su playera, subiéndola para dejar su pecho descubierto.

    ¿Cómo podía decir algo como eso?

    Para el escorpión dorado, lo que quería hacer era el amor, no solo sexo sin sentimientos, él también tenía sus reglas del juego y las mantendría.

    Esto no debía ser un castigo para el contrario, debía demostrarle que el amor es lo que puede curar todo si le das la oportunidad.

    No dudo ni un segundo, la impulsividad era una parte de él, que predominaba siempre, y en esto no sería la acepción.

    Lo sujeto fuertemente de los brazos extendidos para arriba, aun con la playera enredada en ellos, acorralándolo contra la pared, exigiéndole que lo mirara.

    -Camus, lo que siento por ti es un sentimiento muy grande- Frunció el ceño con fuerza, al igual su agarre –No quiero solo tener sexo contigo, quiero demostrarte lo que siento con acciones, con palabras, con todo mi cuerpo, solo déjate llevar, yo haré todo-

    -¡¡¡MILO!!! Aun no soy merecedor de tu amor… Pero… Podría ser merecedor de satisfacerte- Aun frunciendo su ceño, quería demostrar su punto.

    -Ya me canse, de que pienses eso- No tardo mucho, quería que olvidara un segundo que él no debía cargar con esa culpa nunca más. Lo llevo a la cama, arrojándolo sobre esta.

    La piel pálida de Camus hacia un hermoso contraste con las sabanas desordenadas del lecho del escorpión, de un color oscuro, se veía tan precioso.

    Se despojó de la prenda superior, quedando desnudo de esa parte, pero decidió que era necesario quitarse todo de una vez, no perdería tiempo con eso más adelante, púes tenía planeado darle a entender a su amado que el amor se demuestra con acción y que se debe hacer bien.

    -Aunque me pidas que no deba amarte o tratarte con cariño, yo lo haré…- Acaricio esa mejilla rojiza, avergonzado ese rostro por ese trato.

    Un poco rudo, pero suave a la vez, difícil de explicar.

    -Quiero hacerte el amor, quiero que disfrutes de esto, quiero que mis sentimientos llegue a tu corazón, que mis palabras inunden tus oídos, mis labios endulzan tu vida, mi olor te impregne y mi cuerpo te haga suyo- Una alma tan poética podría existir en un guardián tan despistado, solo por ese hombre debajo de él.

    -Milo, yo…- No pudo protestar.

    Los labios del Escorpión capturaron los de Acuario con fuerza, esta vez mordió desprevenido el labio inferior, dejado que la sangre brotara.

    La forma de amar de algunos puede ser desesperada, demándate, con fuerza y toscamente, pero aquello no quitaba que el amor estuviera allí, en su corazón y en cada tacto.

    Sus manos exploraban la piel sensible del mago de hielo, no pedía permiso no lo necesitaba.

    Había pensado si Camus quería solo sexo, significaba que estaba dispuesto, pero Milo le haría sentirse lo que es el amor.

    Después de sentirse lleno de sus labios por ese momento, decidió bajar a su cuello.

    Los gemidos no faltaban, pero al principio no se dejaron escuchar, fue demasiado profundo ese beso, que el aire le parecía faltar aun después de separarse.

    Las mejillas sonrojadas, el sudor por el calor existente en el lugar.

    Parecía que el frio hubiera dejado que se tornaría cálido allí.

    El cuello fue mordido ferozmente, dejando los chupetones propuesto de la acción y unas marcas de mordidas en la clavícula, al dejará de aquel aquello, hundió su cabeza en el cuello del contrario, para aspirar su fragante aroma, que despedía ese cuerpo y el cabello.

    No podía creerlo que estuviera en la intimidad con el décimo primero, con el amor de su infancia y vida entera.

    -Hueles delicioso…- Un beso en su hombro recibió, para continuar.

    -Milo… Esto es… Demasiado… Arrggg- No lograra terminar ninguna de sus frases, se lo había propuesto Milo, cada que intentara protestar o hacerse sentir menos, lo callaría con placer.

    Los pezones rosados de Camus, fueron convertidos en un momento en zonas destinadas a hacerlo sentir bien.

    Sus dulces gemidos, provocaban que el miembro al desnudo del peli cerúleo se pusiera mucho más duro.

    Si bien quería seguir haciéndolo sentir bien, no podía perder más tiempo, quería poseerlo que fuera suyo de una vez y que nadie se lo lograra arrebatar.

    Sus pensamientos eran demasiado posesivos, y hasta se podrían decir peligrosos, pero es su forma singular de demostrar su amor.

    La desesperación en sus acciones, sus sonrisas picaras, esos toques descarados, dejaban fuera de combate a Camus con un simple roce.

    ¿Por qué la piel de Milo se sentía tan caliente contra la suya?

    Podría quemarlo con solo un dedo sobre cualquier parte de su cuerpo.

    Tal vez quería protestar, pero no podía, la satisfacción lo inundaba a cada segundo.

    Pero si sentía tan bien en su cuerpo ¿Por qué sus lágrimas estaban brotando, cuando la penetración aún no había llegado?

    Por estar concentrado en su labor, de ir despojando al Francés de su ropa inferior y que si bien lo logro, podría decir que casi rasgaba dichas prendas, verlo sin ellas fue mejor.

    Y que el pene de este dejara ver su estado, le cautivo más.

    Sin embargo aquello desapareció de nuevo al verlo gemir, llorar, cubriéndose el rostro por vergüenza.

    Su expresión se suavizo, acercándose al rostro sonrojado, para describirlo.

    -Camus…- Llamo con un tono tranquilo y sincero.

    -Milo… No… Yo…- Ni siquiera capaz de articular palabra alguna, no lo lograba en lo más mínimo.

    -Shhh…- Beso su frente, pidiéndole que callara d esta forma –Si el dolor es demasiado grande, puedo esperar a que, lo quieras de verdad-

    Guardo silencio, esas lagrimas hablaban por si solas, pero aun su cuerpo desnudo reacción, abrazándolo con fuerza, aun estando acostado atrayéndolo hacia él.

    -Milo… Yo te amo… Pero nunca podre perdonarme por todo eso, no puedo- Derramaba esas lágrimas, mientras la cabeza del peli cerúleo descansaba en su hombro.

    -Déjame compartir tu dolor, deposítalo en mí, yo te aliviare cada palpitar doloroso- Se levantó levemente y beso sus lágrimas, no deseaba verlo llorar de tristeza, tal vez esta fuera diferente.

    -Quiero intentarlo…- Sus ojos violetas estaban concentrados ahora en él, no retenía las lágrimas, pero a veces por unos segundos su corazón podía pedir lo que realmente deseaba.

    -Lo hare de forma delicada, para que disfrutes, será hermoso para ambos- Que dulce se puede ver el escorpión, si aplica un poco de autocontrol, con las mejillas sonrojadas y una mirada de amor.

    -Puedes hacerlo como te plazca, pero solo hazlo-

    Si le gustaba que hubiera sido un poco rudo, si prefería ese trato a uno más suave. Pueden ser preferencias de cada quien o una forma simbólica de castigarse.

    ¿Hacer el amor no se supone que debe ser placentera?

    Pero aquí pareciera que quería ambas sensaciones, placer y dolor que solo Milo podría darle.

    -Me gusta mucho tu cuerpo, si me dejo llevar… Por mis instintos podría lastimarte- Se preocupaba ahora por ello, cuando ya había quitado cualquier prenda de ambos.

    -¡¡¡SERA LA PRIMERA VEZ DE AMBOS!!! ¡¡¡¿QUÉ MÁS DA SI ES DELICADA O DURA?!!! ¡¡¡HAZME EL AMOR COMO MÁS QUIERAS, PERO SOLO HAZLO!!!- Hablaba su corazón desesperado por él, sus sentimientos guardados por años, la compostura lo había abandonado, pero estaba bien.

    Primero las palabras lo desconcertaron, pero después entendió el mensaje.

    No importaba el “Como” Importaba el hacerlo, y que ambos gozaran.

    Quería preguntarle ¿Cómo fue que descubrió ese lado suyo?

    Pero lo haría después.

    -Como gustes cubito- Su sonrisa arrogante y mirada picara se volvió a presentar.

    Dos dedos fueron ensalivados por Milo, no haría esperar al peliaguamarina.

    Si quería que fuera por instinto lo haría como tal, pero debía prepararlo un poco.

    No fue capaz de solo introducirle uno para dilatar el ano, si no que dos de golpe. Aquello arqueo la espalda de quien recibía.

    Un gemido agudo se presentó, aferrándose a las sabanas y echando su cabeza hacia atrás.

    No fue capaz de esperar, para hacer la simulación de tijeras para abrirlo un poco más.

    Le gustaba escucharlo gemir.

    Entienda, que lo ms probable esa fachada de hombre serio, tranquilo y calmado siempre, solo ocultaba que en su interior deseaba esto con desesperación y que hubiera jugado consigo mismo varias noches.

    La masturbación puede ser una forma de liberar el estrés que constantemente están a diario.

    No podía esperar más, ver esa escena tan obscena y preciosa a partes iguales, le provocaba palpitaciones fuertes en su miembro, que estaba más que dispuesto a poseer la entrada del contario.

    Y si seguía así, lo más seguro es que Camus se viniera pronto, lo estaba gozando solo con dos dedos en su interior.

    No perdería el tiempo, mucho ya perdió en el pasado, ahora era necesario, ser brusco, solo un poco más.

    Retiro aquellos intrusos de esa dulce entrada y sin previo aviso al otro.

    Lo comenzó a penetrar con fuerza.

    De una sola vez, entro todo el pene de Milo en Camus, haciendo que su gemido fuerza más sonoro.

    -Haaaaagggg… Milo… Eso… Dolió…Haaaaa…- Gimió con fuerza, mientras trataba de tener una respiración correcta, pero no había forma solo podía seguir agitada, su corazón palpitando tanto, sus mejillas rojas, y las lágrimas brotando como pequeña lluvia de estrellas.

    El placer inundaba a ambos, Escorpio no alcanzaba a escuchar ese reclamo, estaba concentrado en cómo el interior de Camus lo estaba haciendo sentir tan bien, solo al estar dentro.

    Quería moverse y lo hizo así, rápido con un ritmo muy marcado.

    El sonido de ambas pieles chocando, es un deleite para los oídos de quien estaba embistiendo.

    -Camus… Eres perfecto para mí… Yo te amo…- Aun su corazón dejaba escapar esas palabras, aunque su mente estuviera lejos sintiendo cada embestida tan agradable en su cuerpo.

    -Ca…lla…te… Haaaaaa… Eres… Muy… Haaaaa…- Se estaba sosteniendo de las sabanas con una mano y la otra sujetando la almohada, necesitaba algo que morder, su labio inferior era lo único que logro alcanzar, para que no dejara escapar esos gemidos vergonzosos.

    Grave error, ver eso en su amado, esa linda expresión de que le gustaba aquello, le obligo a ir mucho más rápido, si era posible así… Pero sin ningún tipo de cuidado, pues las embestidas siendo tan toscas.

    Unos roncos sonidos de los labios de Milo salieron, gemidos más graves, que podían significar que adoraba esa sensación, que solo Acuario le estaba provocando.

    Los minutos pasaron de esa manera, ambos disfrutaban del cuerpo ajeno, cada sensación que podían compartir y dedicarse, las palabras no eran necesarias, solo los gemidos, esos sonidos de las pieles chocando, el olor a sudor de ambos combinándose era suficiente para demostrar disfrute.

    Camus sentía que su cuerpo necesitaba liberarse.

    -Mi… Lo… Estoy… Por… Haaaaaa…- Las embestidas aumentaron, sin previo aviso.

    -Camus, yo igual… Siento que pronto llegare…- Levanto con uno de sus brazos el tórax del peliaguamarina, para acercarlo a el –Vamos a venirnos juntos… Por favor…- Ese ruego fue necesario, quería compartir más con el mago de hielo.

    -Haaaaa… Es… Ta… Bien…- Su mente solo coordinaba algunas palabras entrecortadas.

    Unas embestidas más, con fuerza, nunca bajaron la intensidad, hasta que… Un espasmo que surgió en ambos al mismo tiempo, se logró desatar con el clímax de ambas venidas.

    El semen de uno en ambos abdómenes salió tan tibio.

    El otro dentro de Acuario, fue demasiado en ambos.

    La respiración agitada, por haber llegado a ese punto te placer mayor, mientras que Milo sostenía su cuerpo y el de Camus, sentía que había llegado al mismo cielo, en el cuerpo ajeno, sintiendo que era tan feliz.

    Quería ver el rostro de su amado cubito, pero este se encontraba mucho más agotado.

    Lo pudo ver en sus ojos entrecerrados, apoyada su cabeza en su pecho.

    Sabía que había sido demasiado brusco, pero no lo pudo evitar, en verdad quería hacer el amor solo con ese hombre tan terco y aguerrido ano demostrar lo que en verdad sentía.

    Lo dejaría descansar, aunque estuviera deseando una segunda ronda, pero posiblemente, y aunque lo negara después, siendo evidente todo, el cuerpo de ese ser amado es más frágil de lo que aparenta.

    -Te amo… Milo…- Esas palabras se escucharon provenir de esa dulce boca, que desprendía leves hilos de sangre, por aquella mordida y querer ahogar los gemidos.

    Aquello provoco que lágrimas de felicidad salieran del Escorpión dorado, abrazándolo con fuerza, para que ambos cuerpos poco a poco se fueran depositando en la cama.

    No era muy tarde, pero al día siguiente necesitarían energía, Milo ya no lo dejaría escapar jamás.

    -Duerme mi cubito… Ahora yo te protegeré de todo- Beso sus labios, para entregarse al sueño como su amado.

    El plan que tenía, aun podía ser de utilidad, necesitaba preguntarle de manera linda y vergonzosa si quería ser su novio.

    Lo haría al día siguiente, pensaba que sería demasiado lindo.

    ---Había pasado poco más de un año---

    Y nuestra pareja se encontraba en una misión sumamente importante.

    Pues lamentablemente, el embarazo que Camus presentaba, corría mucho peligro de un aborto.

    Todo gracias a que el discípulo de este, no hubiera llegado a tiempo de su misión.

    Se había preocupado demasiado, era un torrente de emociones y hormonas a partes iguales, dejado atrás su semblante de hombre frio.

    Y aunque Milo, tratara de calmarlo, no había logrado tener resultados positivos.

    Pues ahora, estaban en esa habitación en el templo de Escorpio.

    Ya que era el templo más cercano a la bajada de ambos.

    La Diosa de los partos Ilitia, había llegado cuando sintió aquella amenaza.

    Todo el embarazo de Camus, había corrido peligro desde el primer mes, pero gracias a eso, ambos habían superado grandes conflictos y su amor supero pruebas muy grande.

    Ahora tendrían que superar una más grande y dependía solo de Camus en esta ocasión ser lo suficientemente fuerte, para traer esta vida a un mundo lleno de bien y mal.

    -Camus… Temo, que si te induzco al sueño… Ya no despiertes…- La Diosa, hacia lo mejor que podía, él bebe en camino, los segundos solo eso quedaban… Uno solo y pidió significar la muerte de ambos.

    El dolor enmarcado en su rostro, las lágrimas de impotencia por no ser más útil en ese momento, su vientre estaba punzándole, pero temía más por la vida de su hijo.

    -No… Lo… Necesito… Solo hazlo… Salva a nuestro hijo…- Podía decir aquellas palabras muy apenas, se había dedicado a aguantar lo mejor que podía, ya no lo había más tiempo.

    -Entendido, tratare de ser lo más rápida posible- Se posiciono en el lugar correspondiente y empezó hacer uso de su poder, abrir con cuidado la piel y buscar a la criatura.

    -Resiste por favor…- Se dirigió a la Diosa, estudiaba cada gesto, se alarmo al darse cuenta de que sus ojos color miel, se ensancharon por un momento, frunciendo el ceño -¿Qué pasa?-

    Levanto levemente la mirada –No… No puedo… Sentir el cosmos de su hijo…- Dijo esto, tratando de localizar a la criatura, temía que fuera demasiado tarde.

    -¿Qué?- Su voz se estaba quebrando, pero la debía bajar para que Camus no alcanzara a escuchar, aquello podría alterarlo.

    -Por favor… Camus, sé que estoy pidiéndote demasiado en tu estado, pero… Necesito que concentres todo tu cosmos en tu vientre- El sudor en su frente se denotaba, era su último recurso.

    -Haaa… ¿Esta bien mi hijo…?- Su sollozo, con su mueca de dolor, demostraba la preocupación de esa débil criatura.

    -Solo necesita encontrar el camino a este mundo- Trataba de sonar tranquila, aunque miraba a Milo que sabía la verdad de lo ocurrido –Tu debes de intensificar tu cosmos de igual forma y brindársela a ambos-

    El escorpión, estaba alterado, ya se imaginaba lo peor y las lágrimas no podían hacerse esperar, pero un poco más de tiempo ser fuerte y lo lograrán ambos –Si-

    Incluso ella mismo, concentró su cosmos, para que él bebe pudiera estar bien.

    En este momento el comos de la madre y él bebe corrían mayor peligro, con la ayuda del padre, sería menos complicado y por primera vez en todo esto, ella misma prestaba algo del propio para que esa criatura naciera.

    Sus ojos buscaban algún signo que le diera donde estuviera de manera eficiente.

    Un segundo basto, para encontrarlo de nuevo ese débil cosmos que volvía a la vida.

    Por un instante parecía que esa estrella hubiera regresado.

    Suspiro aliviada, pero no podía cantar victoria.

    Actuar lo más rápido posible, para evitar las consecuencias y que el cuerpo masculina tuviera más desgarre y dolor que estaba presentando.

    Sus manos usaron el cosmos paterno, parar conducirlo y así pudo llegar a ella.

    Dentro del caso amniótico se veía tan pequeño, mucho más que los anteriores que había recibido, apenas si respiraba con dificultad y su llanto muy débil.

    Al sacarlo pudo notar que sin duda el pequeño, necesitaría mucho de sus padres para recuperarse. Ellos podrían, confiaba en eso.

    Aún permanecía conectado a Camus, por el cordón umbilical.

    Sabía que donde podría estar mejor era en brazos de las dos personas que más lo amaban.

    Con cuidado lo entrego a su padre, el peli cerúleo, pudo ver a su primogénito, al fruto del amor entre Acuario y el.

    Demasiado pequeño, para ser verdad, tan frágil, que temía dañarlo con sus toscas manos.

    -Tómalo… Es de ambos- Aun tenía la misión de salvar la vida de Camus, aunque ningún lo supiera. Debía actuar natural y darle las tijeras con las que cortaría ese vínculo.

    -¿Qué hago con esto?- Milo tan torpe en sus acciones.

    -Corta el cordón… Yo… Quiero verlo- Quería estirar sus brazos, pero aquello lo dejo agotado.

    -Pero lo lastimare…- Tenia tanto miedo de hacerlo, pero era necesario.

    Al hacerlo, la sangre como era costumbre no hizo presencia, el fuerza de esa Diosa protegiera a ese bebe al igual que las herramientas que ayudaban todo esto.

    Mientras Ilitia, se ocupaba de cerrar y currar aquella abertura en la piel de Camus, discretamente prestaba un poco de su cosmos, suficiente para que el onceavo guardián estuviera a salvo.

    Hacerlo esto, la debilitaría mucho, pero no dejaría que a ellos les pasara nada.

    -Milo… Déjame verlo…- Pedía suplicante, su voz se notaba tan agotada, sus ojeras se veían, el sudor se presentó, pero nada de eso importaba a al querer conocer a un ser que llevaste dentro tuyo siete meses.

    -Es tan pequeño… Y hermoso…- Contemplaba a ese ser, tan frágil. Acercándose a su amado, sosteniéndolo para que lo vera y lo tocara.

    -Hola…- No sabía que decirle, sentía su corazón estremecerse por tenerlo delante suyo.

    La Diosa después de cerrar la piel y ver que todo estaría bien, que al fin de cuentas ya solo el tiempo dirá como saldrá todo.

    Camus estaba fuera de peligro, pero eso no significara que pudiera hacer lo que le plazca.

    En esta ocasión tuvo que interrumpir el momento familiar, para dar indicaciones. Más que el pequeño bebe nacer fuera de tiempo, traería unas complicaciones, pero nada de qué alarmarse.

    Dicho y hecho todo, se retiro debía darles espacio, descansar era lo único que se necesitaba y ella igual. Más era feliz de que todo estuviera estable.

    Obvio las preguntas fueron arrojadas, todos los demás deseaban saber de ese pequeño.

    -Camus… ¿Te sientes con fuerza para sostenerlo?- Preguntaba, debía saber si podía darle al bebe, que estaba llorando un poco quedo y moviéndose.

    Se acomodó un poco, apoyándose de Milo, para estar a una mejor altura –Creo que si- Extendió sus brazos.

    -Creo que tiene hambre- Escorpio dijo esto sonriendo, al ver como por instinto buscaba en el pecho de su ahora madre.

    -Voltéate…- Sonrojado, no podía descubrirse el pecho el daba pena.

    -Cubito… Te conozco perfectamente, así que verte alimentar a nuestro hijo, no será nada diferente- Su típica sonrisa pícara regreso.

    -Camil no va a compartir contigo- Frunció el ceño, sosteniendo al mencionado cerca de su pecho.

    -Me sorprende, que pueda comer… No se supone… Que al ser prematuro… ¿No podría?- Escorpio hizo su tarea, investigo con tiempo todos los escenarios posibles.

    -Lo mismo me pregunto…- Camus, observaba al pequeño, aun no poseía un color de piel natural, esa tonalidad morada permanecía en el recién nacido, sus cabellos iguales a los de su padre en color, sus ojos no los había abierto, parecía no querer hacerlo aun.

    -Es nuestra estrella, su nacimiento fue difícil, pero es fuerte, porque lo amamos- Abrazo a ambos con suavidad, debía protegerlos ahora.

    -Sí, puede que tengas razón- Le dio un beso en los labios.

    Sorprendiendo, a veces que el onceavo diera un beso de la nada, era tan extraño, su mirada puesta en este.

    -Es mi forma de ser espontaneo y decirte que te amo- Ese sonrojo no se iría nunca.

    Milo de escorpio, aquel sufrió tanto por un amor que al principio creyó que no fuera correspondido.

    Que tuvo tantas dificultades, decepción, miedos y al final logro estar con ese hombre frio que le robo el corazón y nunca se lo devolvió.

    Aunque este último quería hacerlo, tampoco podía dejarlo ir.

    El frio anhelaba con toda su fuerzas al escorpión venenoso.

    No quería aceptarlo, pues pensaba que merecía solo sufrir en silencio, que todo lo malo era su castigo y estaba bien.

    Pero el mismo se enteró que su destino no debía ser solitario y sombrío, si no que puedes perdonarte a ti mismo por cosa del pasado, que ya no te representan, pasaron y aprendes de todo eso.

    Tu pasado te enseña cosas, pero no te define del todo, lo que hace eso, es como logres superarlas y comprendas que todo aquello es la vida misma, diciéndote que eres humano y cometes errores.

    Enmendarlos es tu responsabilidad.

    Mas nunca te castigues de mas, solo vive, ama y se feliz.

    Lo comprendió Acuario.

    Lo entendía Escorpio

    Y al final un hijo de esa combinación fue el resultado que más deseaban, aun contra todo pronóstico, estaba aquí con ellos y seria la pequeña luz que siempre los iluminaría, como ellos serán de él.
     
  9. Threadmarks: Capitulo 9 (DohkoXShion)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    3306
    Décadas y décadas de tiempo ha pasado, pero el amor de ellos dos se ha mantenido de pie, sin importar las adversidades que tuvieron que soportar en la época de su juventud, lo que antes no estuviera permitido, no ante los ojos de su Diosa, si no de parte del maestro de uno de ellos.

    No por ser ambos hombres en sí, ya que a uno de ellos lo consideraban indigno del otro.

    Una guerra Santa que bien pudo acabar con alguno de los enamorados, o ambos, pero al final fueron los únicos de su generación que siguieron con vida, prueba de su fuerte cosmos o de otra cosa.

    Lamentablemente su Diosa les encomendó a cada uno, misiones que solo ellos podrían llevar a cabo.

    No desafiarían las últimas órdenes de ella, pues hasta dentro de doscientos años volvería y acatarían todo al pie de letra.

    Separándose hasta nuevo aviso y sí que fue mucho tiempo.

    En donde cada uno añoraba al otro, sufrían en silencio, pensaban en el ser amado de día y de noche, se querían ocupar pero sus corazones solo deseaban volver a sentir su latir.

    Se extrañaban tanto, pero no podían romper su deber.

    Después la muerte de uno de ellos, destrozó por completó la vida del otro. Aun así nunca cedió, de alguna forma debía mantener todo bien, para la siguiente generación y su Diosa Atena, la guerra estaría muy pronto por estañar.

    Reencontrarse en el siglo XX, como en los viejos tiempo en la guerra de aquella época, la diferencia es que uno luchaba por el bien y el otro por el mal.

    Una verdadera confusión de sentimientos e ideales.

    Confiaba en que este no era su amado Aries de tiempos antiguos, y al final descubrió la verdad.

    Cada uno cumplió su deber, pero como deseaba Libra dejar este mundo a lado de quien más amaba, lo peor fue verlo morir de nueva cuenta o más bien volverse polvo de estrellas, sus lágrimas solo se dejaron escapar y las palabras que se dedicaban estaban cargadas de amor puro, del cual solo ellos sabían y no deseaban que nadie más supiera

    Al fin la muerte los reencuentro, pero antes Dohko tuvo que ayudar en Asgard.

    Su Diosa los devolvió a la vida, y por fin pudieron retomar ese amor que se quedó en pausa por tantos años.

    Pero en fin en resumen ese podría ser su historia de amor, linda, trágica, cruel amorosa, y triste.

    Sin embargo es mejor iniciar por el principio. Más precisamente al siglo XVIII es en donde todo comenzó.

    ---Grecia (Santuario) XVIII---

    Un castaño, con grandes ojos verdes, portando la armadura de Libra descendía hasta el primer templo, topándose con sus camaradas de armas y saludando con su gran efusividad característica.

    Tomaban algunos de raro que no estuviera sin el peto, pues otra cosa que le gustaba hacer siempre es estar desnudo del dorso, pero debía tener alguna buena razón.

    Era un secreto a gritos que Libra estaba interesado en Aries, pero nadie se metía con eso, era muy cosa de ellos.

    Ni se metían para bien, ni para mal. Así es como debieran ser las personas.

    Volviendo a cómo iba, apresurado, pues no quería perder más tiempo.

    Sabía que ese día volvería aquel hombre de cabellos esponjosos verdes y mirada rosa, que nunca ha negado que le fascinaba.

    Quería ser el primero que lo viera, darle un abrazo y tal vez por fin confesar sus sentimientos.

    Lo había estando planeado por los últimos ocho años, y decimos esto pues quedo enamorado desde la primera vez que lo vio, aun siendo muy jóvenes cayo rendido ante Shion, su belleza exótica, su carácter bastante tranquilo, amable pero algo orgulloso, sus habilidades, el manejo de cosmos, cada parte de él, simplemente es perfecto.

    Pero tardo varios años en pensar que sería conveniente pedirle que fuera su novio, el utilizaba ese término, por que odiaba cuando las personas se dirigían al ser amado que les correspondía como pareja, es una manera tan poco significativa de hablarles a ellos. Bueno según la mentalidad de Dohko.

    Más nunca hallaba la forma adecuada de expresar sus sentimientos, o el momento adecuado.

    Pudo ser aquella vez en que Libra había encontrado a un pequeño cachorro, y en el santuario existía la regla de nada de mascotas, pero él no podía dejarlo solito, pues su ojitos tristes no los resistía.

    Tuvo que llegar a escondidas al santuario y pedirle a un Shion de unos trece años en ayudarlo, obviamente este le brindó su ayuda, tanto por que el cachorrito de color chocolate les gusto tanto a ambos, pareciéndole tan adorable.

    Lo pudieron esconder bien en el templo de Libra, por un tiempo fue así y Shion siempre trataba de estar al pendiente de ese animalito, llevándole alguna comida especial para perros. Con decirles que investigó como preparar algo de manera casera, pues el dinero no era una opción tan factible.

    Creo que ese fue otro motivo por el cual Dohko se enamoró del carnero dorado de ese siglo, se veía tan lindo al estar con el pequeño cachorro, como el dedicaba bastante tiempo y esfuerzo, sin duda dotes de paternidad latentes. Tan atento y lindo.

    Quiso confesarse una vez en esas circunstancias, pero la mala fortuna los seguía. Pues justamente el patriarca Sage descubrió al pequeño canino.

    Le sorprendió a primera vista, luego prosiguió a arles un sermón, obvio tuvieron que cumplir un castigo.

    Aunque Dohko fue el primero en responder, pidiendo que a Shion no le impusiera nada, que él solo cumplidera el castigo de ambos.

    Eso llamo la atención de Sage, entendiendo un poco esos puros sentimientos, pero en vez de degustarle, le pareció algo tierno.

    El mismo tuvo un amor de hace tiempo, lamentablemente no fue correspondido.

    Y de igual forma eso cautivo un poco más el corazón de Shion.

    Porque seamos sinceros, no solo Dohko se enamoró a primera vista, Shion también sufrió ese ataque al corazón de sentimientos, pero es más discreto en sus acciones.

    Al final ambos cumplieron el castigo, pues ante sus ojos ambos cometieron la travesura, pero les pidió que debían encontrar un buen hogar para el cachorro, diciéndoles que el santuario, no era un lugar para una mascota, por las constantes batallas y la futura guerra.

    Más todo esto unió a esos jóvenes corazones.

    Ahora con su sonrisa tan amplia, sus ojos brillando, y tratando de lucir realmente bien, estaba parado en la entrada de Aries, esperándolo a él. Solo a ese joven hombre que amaba.

    Ahora tenían ambos alrededor de dieciocho años.

    No podría perder más tiempo, solo quería decirle lo que sentía, darle a saber que su corazón solo le pertenece, y que podría hacer lo que quiera con él.

    Pero lo único que pedía era que lo amara tanto y solo lo quisiera para toda la vida.

    No pedía mucho, si me lo preguntan, más si sabemos que su amor ser así de fuerte.

    Su emoción creció, cuando lo sintió el cosmos del primer guardián. Había llegado, y era cuestión de unos pasos que lo viera de frente.

    Estaba ya con los brazos casi abiertos, cuando tuvo que detenerse, y bajarlos.

    Ya que esta vez Shion no venía solo, sino que acompañado de su maestro Hakurei y del caballero femenino Yuzuriha de Grulla, como siempre aunque fuera en contra de las reglas, no portaba su máscara, pero bueno, estuvo a punto de casarse así que podría liberarse de repente de aquella ley.

    Libra se sorprendió de esto, pero se mantuvo en calma, sería mala idea correr y abrazar al Ariano estando el maestro de este delante, lo más posible, que lo encerrara en la armadura de Altar.

    Ver conversar tan animado a Shion con la joven Lemuriana, no negara que le molesto, sabía que ambos son aprendices del caballero de Altar, y que este siempre vio a ambos con buenos ojos para que se unieran en matrimonio y si lograran sobrevivir la guerra santa una descendencia podría ser lo más conveniente.

    Más ambos no parecian interesados en ello.

    Lo supo cuando el mismo, cuestionó por días a Shion si gustaba de Yuzuriha, y este siempre le dijo que no la veía de esa forma, que solo era su compañero de armas y tal vez una muy buena amiga, solo eso.

    Dohko puede ser tan terco cuando se lo propone.

    Al llegar a Aries, Hakurei solo saludo de manera fría al castaño, ese comportamiento se había mantenido desde hace un buen tiempo.

    La chica, más animada levanto su mano para saludar.

    Shion por su parte, le dedico una sonrisa, y movió los labios para comunicarle algo que solo el entendería.

    La lectura de labios es bastante conveniente en ocasiones.

    -“Te veo en libra en cuanto acabe esta reunión”- Fue lo que decían sus labios.

    El castaño, entendió y asintió con su cabeza, sonriéndole, le dedico lo siguiente.

    -“Entiendo, quiero contarte tanta cosas”-

    Así pues los tres desapareciendo para llegar a la sala patriarcal.

    Lo que se discutió en ese lugar, fueron planes para la guerra santa, la capacidad de cada uno para repararlas armaduras, comos e organizarían.

    Y el reporte del primer guardián de aquella misión.

    Cosas importantes para aquella época.

    Si bien, es algo que cada acaballero dorado debería importarle seriamente.

    Shion, ya deseaba retirarse, en su interior solo quería ir a conversar un poco con su “Amigo” más cercano, contarle todo lo ocurrido y por qué no disfrutar de esos abrazos tan cálidos que solo él podía regalarle.

    Nunca le había gustado el contacto físico con nadie, pero solo hacia esa excepción con Libra.

    Dejaba ver su lado más relajado con él. Pues siempre estaba esa carga en los hombros por ser alumno de un caballero de la guerra santa pasada.

    Algo que debía mantener por toda costa la postura y una actitud recta, aunque en su interior como deseaba solo relajarse y olvidar todo ese asunto por un instante.

    Cuando se pudo retirar, junto a la joven no sabía de su felicidad, obviamente no lo demostraría tan abiertamente, solo una reverencia, inclinación de su cabeza y salir.

    Ya era libre aunque fuera por ese día, para ir con su mejor amigo.

    Bajará de nueva cuenta las escalares no era una misión tan cansada como se podría, y más si tienes una motivación.

    -Caminas así de rápido, ¿Por qué es tu costumbre? O ¿Por qué quieres ver a cierto caballero de Libra?- La joven de cabello largo y atado en una coleta, se burló de su amigo.

    -¿Qué? Yuzuriha…- No le había contado nada a nadie, prefiera mantener todo en secreto, pero como siempre se ha dicho y se confirma hasta en tiempos inmemoriales.

    El amor, el dinero y el hambre no se pueden ocultar.

    -Ja, ja, ja, Vamos Shion, eres demasiado obvio, se nota que sientes algo por Dohko- Pensó un momento –Así se llama ¿Cierto?-

    No es que lo olvidara a propósito, es solo que no convivía mucho con el santuario, salvo por las armaduras y su entrenamiento en Jamir, además que el peliverde siempre tan serio en sus amistades.

    -Sí, así se llama… Pero... No entiendo a qué te refieres…- Desvió su mirada, aun caminando no perdería tiempo, pero sus mejillas estaban rojas.

    Sonrió sínicamente, negando con la cabeza –Si, como digas… Cuando lleguemos a Libra, seguir de largo quiero ir al coliseo un momento, hace tanto que no estoy allí y me gustaría patear algunos traseros, si tengo al oportunidad- Camino a la par del primer guardián, se divertía por la expresión de enamorado tonto que estaba en su rostro, pero no sería capaz de burlarse tan abiertamente.

    Llegando al séptimo templo.

    Ya se encontraba en la entrada posterior Dohko, tan animado como siempre. No pudo soportar más y fue directo a abrazar al peliverde.

    Tanto lo hizo por necesidad propia y para demostrar a la joven que él era el único que lo abrazaría aun como amigos.

    Algo así como marcar tu territorio.

    -¡¡¡ME ALEGRA QUE VOLVIERAS!!!- Dijo esto casi gritando, ya había sido mucho el no poder saludarlo como es su costumbre.

    Para el peliverde, siempre era maravilloso estar entre sus brazos, aunque el otro fuera un poco más bajo, se sentía seguro allí, pero sus mejillas no dejaban de teñirse se carmín y más si unos ojos amigos los observaban con prudencia.

    -Gracias, por recibirlos Dohko- Suspiro con nervios y sobre todo tratar de apartarse un poco, se sentía tana penado en esa situación –Siento no haberte saludado como de costumbre, pero… no era conveniente-

    -No te preocupes Shion- Lo miraba con ensoñamiento, no lo había visto por tres semanas y media, así que el tiempo lo había estando matando tanto –Sé que tu maestro tiende a ser algo exigente con ustedes-

    -Sí, pero es muy bueno, además… Era necesario que todos viniéramos- No negaba que cada que veía esos dulces ojos esmeralda lo hacían sentirse en el cielo. Solo contemplarlos era lo mejor.

    Podían quedarse mirándose ambos con devoción todo el día, sin importar sus responsabilidades, aunque esto caía de repente en cuenta en el peliverde.

    Y aun así, seria increíble, pero cierto que ellos no se daban cuenta de los sentimientos del otro.

    A veces uno puede ser tan ciego. Y no nos referimos a como lo es el guardián de Virgo de esta generación.

    -Cof, cof, cof- Trato de llamar la atención, pues ya se habían olvidado de su presencia.

    Ambo se giraron, se podrían leer sus expresiones, la de Libra de una, no tan amigable de “No molestes” Y en a de Aries una de “Que pena”.

    -Si me disculpan, iré al coliseo- Dirigiéndose al castaño –Un placer volver a verte Dohko, cuida muy bien a Shion, que es medio inseguro a veces- Dejó escapar una risita divertida, le gustaba hacer desatinar al peliverde.

    -¡¡¡YUZURIHA!!! ¡¡¡BASTA, POR FAVOR!!!- Aries, ya estaba más rojo que un tomate y parecía uno, pues el cabello verde y cara rojiza.

    Ella no devolvió palabra alguna, solo se alejó del séptimo templo y salió de este, quería darles un poco de privacidad.

    Ese castaño se giró a verlo, el ceño levemente fruncido, pero lejos de molestia, parecía vergüenza y angustia a partes iguales. Ese color rojizo en las mejillas del más alto, lo hacían lucir adorable.

    Si estando tranquilo, lucia adorable y perfecto ante sus ojos. Ahora con ese toque, lo hacía verse irresistible.

    Aunque el otro odiara verse tan vulnerable, podía darse el permiso con su mejor amigo.

    Mas este hizo un movimiento atrevido, de esos que lo caracterizan en otras circunstancias.

    Tomo el rostro de Aries, aunque fuera unos centímetros, más alto, no le importo, lo miro fijo a los ojos. Esos cuarzos rosas no los deseaba lejos de él, nunca.

    -¿Do…Dohko? ¿Qué… Estas haciendo?- Esa cercanía lo cohibía demasiado, pues no comprendía a ciencia cierta que pretendía.

    Pues ni en sus sueños locos creyó que Libra le correspondería. Aunque sabía que esos signos estaban destinados a estar unidos de una forma u otra.

    -Shion…- Le gustaba ese nombre tanto, pero más el dueño del mismo. Lo trato de pronunciar lo más seductor posible.

    No contestó, el peliverde se había quedado petrificado en su lugar, las manos que tocaban sus mejillas, se sentían algo toscas.

    Peculiar, si tomamos en cuenta, quien repara las armaduras es el peliverde y en cambio son suaves al tacto.

    -Debo decir, que cada día luces más bonito- Esas palabras improvisadas salieron, pero dichas con tanta confianza no lo parecían –Desde que te conozco… He querido que supieras lo que siento por ti- Sus ojos entrecerrados, mirándolo fijamente, su boca levemente abierta, sus mejillas sonrojadas, el corazón palpitante y la respiración algo caliente.

    Estaba por hacer su confesión, lo haría, no le importaría nada.

    Pero las ganas de provocar esos labios color durazno suave, se veían tan apetecibles y en su mente le invitaban a robarlos.

    No se hizo del rogar, pues cedió a la tentación que le estaba causando.

    Llevo con rapidez el rostro del peliverde junto al suyo y lo beso, lejos de un beso casto, fue uno que se profundizo rápidamente.

    Sujetando la cintura de Aries, contra su cuerpo, atrayéndolo lo más posible.

    No dejaría que se le escapara, por esa razón lo tomaba de la armadura con fuerza.

    Al principio se sorprendió, no creía que Dohko llegara a hacer algo así, o bueno no con él.

    El tacto labial, provoco que se ensancharan sus orbes rosas, y el rubor aumentara, su corazón estaba latiendo como loco, y sentía que su cuerpo comenzaba a temblar de nervios.

    Ni en sus sueños más locos creyó que besaría a su mejor amigo.

    Pero se dejó llevar esa sensación lo hacía sentir tan bien, lo necesitaba.

    Se sentía muy feliz, tanto que al cerrar sus ojos, para dejar que el placer de ese beso se expandiera, dejo escapara unas pequeñas lágrimas de felicidad.

    Colocando sus brazos alrededor del cuello del más bajo, quería probar de esa tosca boca, le gustaba.

    Ambas lenguas trataban de luchar por dominar, pero Dohko lo logro al final, exploraba el interior de la boca ajena, le parecía un sabor tan deleitante como lo que imaginaba, los duraznos, melocotones, suaves sabores que eran firmes.

    Así es como Shion le parecía siempre.

    El sabor que poseía Dohko, era algo indescriptible para el mayor, uno que jamás había probado, pero como ahora no podría vivir sin él.

    Se separaron por la falta de aire, dejando un hilo de saliva que unía ambas bocas.

    Jadeando después de eso, las miradas verdes y rosas estaban de igual forma conectadas, bastante intenso se sintió.

    -Creo… Que sobra decírtelo… Pero… Te amo- Le sonrió, y dijo esto antes de volver a besarlo, ahora un poco más suave.

    -Dohko…- Seguía sin reaccionar, se dejó llevar tanto por ese beso, que costaba calmar un poco su corazón para hablar.

    Sonrió, pero aun sentía un calor que emanaba de él, quería seguir con besos, caricias, y si se podía mas –Shion… ¿Yo te gusto?- Quería confirmar, si era correspondido.

    Bajo su cabeza, ocultando su rostro con el cabello desordenado, su boca quería hablar, pero su voz no salía de manera correcta.

    Siempre tan diplomático en muchas ocasiones, pero ahora no podía decir nada.

    -Shion, lo siento... Tal vez no…- Se alarmo, pensaba que había sido demasiado lejos, el besarlo no fue buena idea, o lo lastimo, al morder su labio.

    -Te… Te… Amo… Dohko…- Susurró aquellas palabras apenas audibles, pero llegaron a los oídos del otro.

    Esto no pudo hacer más feliz a Libra, que olvido cualquier prudencia y se arrojó sobre él.

    Literalmente provoco que cayeran ambos al suelo, Dohko arriba y Shion abajo.

    La vista era bastante atractiva para el Chino, tener a Aries a su merced, le gustaba.

    Y si Shion no mostraba resistencia alguna, sería lo mejor.

    -Shion… ¿Puedo seguir amándote?- Esa voz sensual de nuevo, sujetando las muñecas del otro.

    -Si…- Se quería dejar llevar un poco, siempre tan recto y correcto en todo, deseaba que su corazón lo doblegara esta vez.

    Acto seguido procedió a besar la piel descubierta de ese cuello. Al sentirla era como porcelana, y demasiado adictiva, que solo quería seguir y seguir hasta que le dejara marcas en todo el cuerpo, para que supieran que Shion se Aries tenía un dueño.

    El mayor, solo gemía de placer, dejaba al descubierto más su cuello, como se quería liberar esta vez de la armadura de su constelación y dejar el paso a que Libra lo poseyera.

    No pensaba con conciencia, el amor que experimentaba era tan apasionado que no se resistiría a él.

    -¡¡¡¿QUÉ ESTÁN HACIENDO?!!! ¡¡¡SHION!!! ¡¡¡¿QUÉ SIGNIFICA ESTO?!!!- Aquella voz zona autoritaria y con tanto enfado que no se disimulaba.
     
  10. Threadmarks: Capitulo 10 (DohkoXShion)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    7466
    Quien acaba de ingresar al séptimo templo, se trataba del maestro del cordero dorado.

    Hakurei, realmente no veía con buenos ojos aquella escena, no por que fueran dos hombres en sí, pues él también tenía su propia historia de esta índole, si no que el caballero de Libra no le agradaba para ese tipo de relación con si discípulo.

    -Ma…Maestro…- El peliverde, apenas si pudo reaccionar, el sonrojo de sus mejillas parecía que hubiera palidecido, pues se puso blanco como el mismo papel.

    -Oh… Maestro… Haku… Rei- El castaño, no sabía tampoco cómo reaccionar, pero lo que entendía que debía hacer principalmente es levantarse del primer guardián.

    Aunque no lo dejo solo, le ayudo a incorporase, pues el contrario, parecía que se hubiera petrificado en el suelo.

    -¡¡¡SHION!!! ¡¡¡¿CÓMO TE ATREVES A ESTAR HACIENDO ACTOS INDECOROSOS EN LOS TEMPLOS?!!!- Su voz sonaba molesto, sobre todo dirigiéndose al peliverde, el cual lo miraba algo temeroso.

    Se sabía que Shion, siempre había sido fiel y respetuoso a los ideales y órdenes de su maestro, por esa razón ver la decepción en los ojos de quien consideraba en ocasiones como una figura paterna, le podría aterrar.

    Esto lo vio Dohko, y no podría permitir que la culpa solo recayera en él. Cuando quien había decidido confesarse, actuando por instinto.

    -No culpé a Shion, yo fui quien… Lo beso y… Lo…- No pudo continuar, pus el peliblanco ahora, le interrumpió.

    -¡¡¡LIBRA, GUARDA SILENCIO!!!- Esa voz de mando que imponía respeto en cualquier circunstancia –Regaño a mi alumno, porque lo que estaban haciendo es algo que no apruebo y sobre todo porque tu- Frunció el ceño, acercándose peligrosamente al joven de mirada verde –No eres alguien digno de siquiera pensar de esa forma con Shion- Se lo dejo en claro de una vez, no habrá por que andar con rodeos.

    -¡¡¡MAESTRO!!!- Los ojos rosas del primero, se abrieron como platos contrayéndose.

    -¡¡¡GUARDA SILENCIO!!!- Se dirigió rápidamente al peliverde, esa mirada que le dedico, denotaba decepción, y desaprobación de ese tipo de relación –Libra podría ser un buen compañero de armas, pero como una pareja sentimental no te conviene, él es insignificante- Que acidas palabras estaba dedicando al castaño, aunque fueran directas, no poseían ninguna verdad, pero eran aquellos celos de padre, sobreprotección, todo eso.

    Apretaba sus puños, bajo incluso su mirada, sus labios temblaban, pero no por mido, si no por coraje, de que ese viejo caballero de plata de hace siglos, le estuviera diciendo que no era digno de estar con Shion.

    ¿Se podría estaría creyendo esas palabras?

    Quería contestarle como se debía, pero… Creí que no sería lo más conveniente para Shion en esos momentos, aunque alguien si estaba dispuesto a callar todas esas palabras.

    -¡¡¡ESO NO ES VERDAD!!!- Alzar su voz contra su propio maestro, encaro aquella mirada que le profería un temor, pero ya era un adulto, defendería lo que sentía en contra de su maestro –Dohko no es insignificante, es el caballero dorado de Libra, el único que puede decidir si se pueden usar armas o no, su cosmos es valeroso, posee habilidades impresionantes- Frunció el ceño esta vez, estaba defendiendo a su amado contra su propio maestro, pero esto no quitaba el hecho de que estuviera dejando escapar algunas lágrimas de molestia.

    Alzo su mirada, darse cuenta que Aries lo estaba protegiendo de este hombre delante de ambos, aun sin importar que fuera su maestro, dejándolo impresionado.

    Estaba dispuesto a aguantar el regaño en silencio, aun en contra de su naturaleza, para no meter más en problemas a Aries, pero ahora ya no pensaría así.

    En un acto de atrevimiento, tomo con fuerza la mano derecha del carnero dorado, levándola a su rostro y besándola en el dorso, demostrando así que no le importaban las palabras del mayor, el seguiría amando a ese joven caballero, aun si moriría ese día.

    -¡¡¡¿CÓMO TE ATREVES?!!!- En ese momento ya se estaba planteado seriamente, en que la armadura de Altar, seria llamada, para encerrar a este caballero dorado.

    -Me atrevo, porque a partir de hoy, Shion y yo somos novios, y lo voy a defender, aun de ustedes- Encaro al mayor, con una sonrisa burlona, pero esos ojos tan expresivos, tenían un toque de decisión.

    -¡¡¡¿Incluso si debes enfrentarte a mí?!!!- Ahora era el mayor quien esbozaba una sonrisa, pues tenía en claro que aun que fuera un caballero de plata, su cosmos era con la experiencia muy poderoso.

    -Incluso, si tuviera que ser encerrado en la armadura de altar, no dejare de amar a Shion- Esa lucha de miradas, el ambiente tan denso que se podría cortar con un cuchillo.

    -Te tomare la palabra entonces- Sonrió, estaba dispuestos a hacerlo arrepentirse por fijarse en su alumno.

    -Maestro Hakurei, por favor… No…- Fue tarde, aun con la anticipación que Shion conocía.

    La armadura de Altar, había aparecido junto al peliblanco de coleta larga, esto no era una buena señal, para ambos enamorados.

    -Veremos si después de esto, aun sigues empecinado en estar con Shion, comprende Dohko… Tu nunca serás digno de él- Poseía una sonrisa triunfante, pero aun así apretaba su mandíbula y puños.

    -Demostraré que lo soy, aun si debo librar una batalla contra usted- Soltó la mano del peliverde –Voy a proteger nuestro amor de lo que sea, mi lindo borreguito- Esas palabras dulces se las dedico al Ariano.

    -¡¡¡DOHKO!!! ¡¡¡MAESTRO HAKUREI!!! ¡¡¡POR FAVOR PAREN!!!- Trataba de llamarlos, pero era inútil, cada uno estaba en su idea de enfrentarse.

    Por una parte los sentimientos de sobreprotección de un maestro, que consideraba poca cosa a Libra, ambos aun siendo caballeros del más alto rango, pero sin importar aquello, ante sus ojos Shion, merecería alguien mejor.

    Tal vez estaban más que nada halando algunos viejos recueros, que le causan cierta preocupación, no veía con buenos ojos a los caballeros de Libra.

    Y por el lado contrario el castaño, listo para enfrentarse contra aquel hombre, por se podía soñar demasiado extremo, pero lo haría por obtener la mano de Shion.

    Sabía que aquello le costaría la posibilidad de quedar encerrado en la armadura e altar, pero no le interesaba, si con esto podría demostrarle a quien sea que lucharía por el amor del cordero dorado de esa época.

    Ambos comos estaban chocando, se podría sentir por todo el santuario, pero ya se daban una idea de lo que estaba pasando.

    Que bien se sabía que Hakurei siempre ha sido un sobreprotector con sus alumnos, un instinto paternal.

    Mas una voz firme e imponente se dejó escuchar por todo el templo.

    -¡¡¡AMBOS DETÉNGANSE!!!- Quien llamo, poseía un tono de molestia.

    Lo que vio fue lo siguiente.

    Dohko en posición de combate, Hakurei igual, de hecho ya estaba lito para encerrarlo. Pero delante del castaño se había posicionado Shion, estaba de igual forma protegiendo a su amado.

    -¿Patriarca?- En este momento ambos jóvenes les sorprendió la llegada del mencionado.

    Pero para el mayor, realmente no le dio mucha importancia.

    -¿Qué está pasando?- Pregunto, aun ya sabiendo la respuesta.

    Hakurei estaba dispuesto a tomar la palabra, pero esta se le fue ganada.

    Rápidamente el castaño hizo una reverencia y comenzó a decir lo ocurrido.

    -Patriarca Sage, me disculpó, por lo ocurrido, pero… Todo pasó por que yo no pude controlar mis deseos de amar a Shion, no me arrepiento, el maestro Hakurei nos encontró en una situación íntima… Y…- Quería actuar lo más diplomático posible, pero no estaba en su naturaleza y se le dificultaba encontrará las palabras correctas, para no hablar como siempre.

    -E hizo un escándalo, porque no le agrado que tú, te fijaras en su alumno y de igual forma este en ti- Con eso concluyo aquella explicación el propio patriarca.

    De nuevo los dorados se quedaron asombrados, por el conocimiento del mandamás en turno.

    -No hice un escándalo, es solo que… Dohko, no es… Alguien que quiera para Shion- Miraba con malos ojos al séptimo guardián.

    -Pero eso no lo decides tú, si no ellos. Ya no es tu responsabilidad- El hombre que portaba las túnicas del patriarca, agrego aquellas palabras.

    -Aun así, son muy imprudentes, estamos en medio de la guerra Santa, su amor lo más probable es que no los haga comprometerse de lleno- Hablaba con tanta seguridad, su ceño fruncido lo decía todo.

    -Eso no para maestro- Fue el turno del peliverde hablar –Nuestro deber con Atena es lo primero, el hecho de que estemos enamorados, no significa que el juramento que hemos hecho sea menos importante, al contrario tendemos más fuerza para continuar y no permitir que Hades gane- Sonaba tan serio seguro, esa era su manera de expresarse.

    Los ojos verdes de Libra, se clavaron en cada gesto que Aries hacía, hablo de una manera muy adorable a su parecer, pero con tanta verdad en sus palabras.

    A su manera protegieron su amor de quien fuera. Incluso si era de un caballero de guerras pasadas.

    -¿Lo escuchaste? No tienes nada de qué preocuparte- Sage estaba tranquilo, pues él tenía el conocimiento de que estos dos sentían algo el uno por el otro. Le parecía bastante bien.

    -Aun así, no confió- Se acercó al castaño, con el ceño fruncido, mostrando un semblante de verdad aterrador –Sobre todo en ti Dohko, escucha… Has llorar a Shion solo una vez, lastímalo en una sola ocasión y te juro, que la armadura de Altar será el menor de tus problemas- Dejo aquellas palabras salir, una amenaza de muerta para el pobre castaño, y con la misma salió del templó, ya no estaba en edad de estar discutiendo.

    Pero en esta ocasión Libra no se quedaría en silencio –¡¡¡NO HACE FALTA QUE ME AMENACE, DEJARÍA DE VIVIR ANTES DE QUE SHION DERRAME ALGUNA LAGRIMA!!!- Dijo aquello en voz alta, para que mínimo el de cabello atado lo lograra escuchar.

    -¿Dohko?- El de ojos rosas lo llamo un poco, su semblante era de preocupación y al vez un poco de miedo.

    -No te preocupes Borreguito, yo te protegeré de lo que sea, incluso de tu maestro- Sonrió, para sostener sus manos –No tenías por qué interponerte entre él y yo, si me encerraba en la armadura, no habría problema hubiera salido de alguna forma- Que confiado se sentía.

    -Ja, ja, ja, ja, eso jamás hubiera podido suceder- El patriarca pocas veces podía darse el lujo de reír un poco, pero en esta ocasión se lo permitió –Si Hakurei te encerraba en Altar, no hubieras podido salir jamás- Cruzo sus brazos delante de su pecho.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!!- Se giró a ver al peliverde, el cual solo sintió con la cabeza, confirmándole que aquello era verdad –Pero… A ti te hubiera…-

    -No importaba- Le dedico una sonrisa, esas majillas se sonrojaron y su mirada estaba siendo tan cálida –No necesito que me protejas siempre, yo también puedo hacerlo para ti-

    Ambos se morían por darse un beso, pero el tener al patriarca delante de ellos, les ponía en una situación de sumo respeto.

    Por su parte Sage, tenía algo de qué hablar con uno de ellos.

    -Shion- De nuevo su postura de rango superior.

    Por un momento había olvidado que debía estar arrodillado ante ese hombre y como en automático lo hizo –Dígame, patriarca- Inclino la cabeza.

    De igual forma también Dohko, recordó que debía presentar sus respetos siempre he imito al peliverde.

    -Déjanos a solas- La orden salió rápida y concisa.

    Ambos dorados se miraron, pero no podían hacer nada ante aquella orden.

    -Como ordene- Bajo su mirada, asintió, de igual forma se levantó para retirarse, no sin antes decirle en su idioma secreto que amaba a Dohko.

    Este solo le pudo devolver aquello, con otro gesto.

    Sage había notado aquel gesto, pero no le molestaba en lo más mínimo, salvo que cuando sintió el cosmos del primer guarda lo suficiente lejos, comenzó a hablar.

    -Dohko- Aquella voz imponente, parecía que demostraba un poco de enfado.

    -¿S? Su ilustrísima- Bajo la cabeza ante aquel llamado.

    -Te debo decir, que mi hermano Hakurei no se detendrá… Posiblemente hasta que logre alejarlos a ambos- Se lo dijo, con un tono algo divertido.

    -Eso no podrá pasar jamás, yo protegeré el amor que siento por Shion, estoy dispuesto a enfrentarme a quien sea- Su voz sonaba firme, un destello de confianza y con su rostro serio.

    -En ese caso, te recomiendo que hagas lo siguiente- Sonrió negando levemente –Si es que estas dispuestos hacerlo, puede ser demasiado para ti-

    -Cualquier cosa con tal de poder estar con Shion, sería capaz de hacer lo que fuera necesario- Esas fueron sus palabras, aun con los nervios que logro sentir ante la advertencia, no se intimido.

    ---Pasaron algunos días---

    Durante este tiempo, tanto Aries como Libra se habían vuelto muy unidos, más de lo que ya eran, no tomo de raro o por sorpresa a sus amigos.

    Aunque algunos compañeros de armas, se tomaron con burla esa nueva relación, con algunos chiste como “Ya se habían tardado”, “¿Para cuándo la boda?”, “Tu destino será quedar encerrado en la armadura de altar” Ya saben cosas muy normales de amigos siendo lo que son.

    Si bien, después de aquella situación bochornosa, Hakurei solo podía dedicarle una mirada de enfado casi de odio a Dohko, y este no se dejaba amedrentar, se la devolvía, era bajo pero tenía un carácter muy grande

    A veces Shion tenía que intervenir para que no hubiera alguna pelea.

    Pero el Chino, tenía una idea, de verdad una muy buena, que el patriarca le había ofrecido.

    Y obviamente llevaría un proceso.

    Así que se debía prepara de una forma discreta.

    Y justo esa noche se podría decir que algunas cosas sucederían que tal vez si estuvieran planeadas unas pocas, pero otras no, sin embargó eso no significaría que no fuera la mejor experiencia de ambos.

    La luna estaba en lo alto, se podría decir alrededor de media noche.

    Se había terminado la guardia de ambos, para poder irse a sus templos a descansar.

    Obviamente ellos preferían quedarse platicando más tiempo, aunque al final tuvieran que ir a descansar.

    Mas está noche el castaño, tenía planeado algo muy importante y no dejaría que nada los interrumpiera.

    -¿A dónde vamos?- El más alto, pregunto un poco nervioso, sabía que estar por el bosque a estas horas, estaba fuera de las reglas. Todos debían estar atentos a cualquier ataque sorpresivo.

    -No te preocupes tanto borreguito, solo será un momento y podremos regresar- Caminaba delante, indicando el camino.

    Así siguieron por aquel bosque unos instantes más, hasta llegar a un claro, el pasto en esta zona se veía realmente fresco, tal vez por el sereno. Iluminaba la luz lunar de manera tan perfecta, que lucía a otro mundo.

    Esto maravillo al Ariano, tal vez por ser demasiado apeado a las reglas, no se permitía desobedecer tanto ahora que era un adulto.

    Pero sí que se perdía de algo por no atreverse, sus ojos se iluminaron, podía darse cuenta que Libra era en verdad un hombre bastante romántico.

    -¿Te gusta?- Se acercó por detrás del pelilila, para abrazaros por la espalda, tuvo que hacer un pequeño esfuerzo, por quedar al nivel de su hombro y posar allí su cabeza.

    -Es… Muy hermoso…- Decía esto aun contemplando aquella profundidad del bosque, su rostro lucia tan feliz, las mejillas rojizas, incluso su voz estaba temblando.

    -No es tan hermoso como tú- Se atrevió a darle un suave beso en el cuello, devorando ese dulce sabor de la piel blanca.

    -Haaaaa…- Gimió, ese toque en s piel, le hizo estremecerse –Doh... Ko…-

    Al escucha su nombre de aquellos labios y sentir como se estremeció, sabía que debía tranquilizarse, si no, no podía hacer, lo que los llevo allí en primer lugar –Perdón… Pero no pude resistirme…- Esa voz ronca y sensual que solo pertenecía a Libra en un momento intimo como este –Tu sabor aun lo quisiera probar, pero…- Se apartó un momento, si quería relajarse y seguir con su plan, debía calmar su excitación –No es el momento adecuado, para hacer algo así- Sonrió, rascando su nuca, con las mejillas teñidas de un carmín y cerrando los ojos.

    El peliverde, por su parte ese delicado tacto por parte de su amado, lo hizo sentirse muy bien, es esa sensación que solo la persona que amas y te ama de igual forma, te puede ayudar a experimentar.

    S corazón comenzaba a latir como loco, llevo las manos al pecho, su respiración agitada, el rostro sonrojado, con los ojos entrecerrados, se sintió tan bien con un simple beso en el cuello.

    Notaba que su cuerpo estaba excitándose.

    Estaría fuera de sus costumbres, tan solo pensar en aquello, pero no podía negar las ganas y necesidad que sentía e volverse más unido a su novio, quería hacer algo para que entendiera que lo amaba más de lo que pensaba.

    Que no solo es serio y recto en todo, que a veces puede dejarse llevar por sus instintos.

    Aunque Dohko jamás le dijera o reclamará algo, al contrario adoraba la actitud recatada con la que actuaba siempre.

    Pero a veces deseas mostrar una parte de ti que nadie más conoce, solo demostrara a una persona en particular que de verdad amas, que conozca cada faceta tuya, hasta la más vergonzosas.

    No tenían mucho de pareja, pero sí de conocerse, casi toda la vida, salvo por los primeros seis años de vida, así que era como si siempre lo hubiera sabido, ya a veces el castaño había actuado como un novio a veces al cuidar de más al peliverde o en otras ocasiones enojarse por que Shion quisiera acercarse a Albafica, para que no estuviera solo.

    Por lo tanto en su mente sentía que no había nada de que avergonzases, pero aun así lo estaba.

    Dudaba de lo que debía hacer, pero si por una vez se dejó guiar por lo que sentía completamente, podría ser lo mejor.

    Libra, ya estaba calmado consigo mismo y su cuerpo, tomo aire suficiente, llevo su mano a una parte de su armadura, en donde podía guardar un objeto pequeño. Sonrió nervioso y aun dándole la espalda a Aries, sabía que era el momento indicado.

    Mas no supo en que momento, el más alto se posicionó delante de él, para capturar sus labios, entrelazando sus manos.

    Dohko se sorprendió mucho, nunca imagino que podría ser a veces atrevido el peliverde, pero ver su rostro decidido, los ojos cerrados, las mejillas rojizas, le pareció más bello que ese claro, sujeto con más fuerza aquellas delicadas manos que si no fuera que lo conociera pensaría que no se dedicara a reparar las armaduras.

    Aquel beso se intensificaba con cada microsegundo que pasaba, pues la cercanía de sus cuerpos se había logrado hacer máxima, sus lenguas luchaban por el dominio, por un instante parecía que Shion ganaría, pero al final Libra fue que reclamo el triunfo.

    Se introducía en la boca ajena, aunque en esos instantes le pertenecía y lo haría para siempre, el solo podría lograr hacer aquello.

    Maldita sea la falta de aire, por lo que, tuvieron que separarse, sus bocas semi abiertas, ambos agitados, parecía el ambiente calentarse, sus miradas fijas por un instante, pero él peliverde se notaba demasiado avergonzado por sus acciones, así que prefirió bajar un poco la cara.

    -No, no lo hagas- Levantó el rostro, aun siendo más bajo quería verlo en todo su esplendor, pues admiraba la belleza exótica del Lemuriano.

    -Dohko… Yo… Te amo mucho…- La voz temblaba, quería pedirle algo, pero no sabía cómo hacerlo, sin sonar un atrevido incluso su desesperación estaba llegando a sus ojos, que unas lágrimas de vergüenza se estaban dejando derramar.

    Aquello alarmo demasiado al castaño, una lágrima caída de esos hermosos orbes, era algo que no debía permitir, no por una amenaza, si no por que odiaba ver esa marca de tristeza en él.

    -¡¡¡SHION!!! ¡¡¡¿QUÉ PASA?!!!- Lo sujeto con fuerza de los hombros, para acercarlo más.

    Negó con la cabeza, no podía verlo a la cara por sus pensamientos que le causaban demasiada pena, sus mejillas ya estaban rojas, su corazón acelerado y su respiración agitada –No… No es… Nada…-

    -¿Entonces que tienes?, de repente comenzaste a llorar… ¿Algo malo te pasa?- Tenia una expresión de completa preocupación, su corazón se contraía por no saber que podría hacer –Sabes que puedes decirme lo que sea- Sujeto sus manos con suavidad, para depositar un beso en ellas, símbolo de confort.

    -Es… Solo… Que…- No creía que estuviera a punto de decirle lo que su corazón deseaba, pero… Últimamente lo había estado pensando mucho, si lo decía podría ser tachado como un pervertido, pero sabía que tenía la confianza de hablar de lo que sea.

    No dudo más y se abrazó con fuerza al castaño, ocultando su rostro en el pecho ajeno, sintiendo su calidez, la fragancia que despedía, el latir de su corazón, se sentí seguro allí, aun estando la guerra santa en proceso, él podía aun sentirse así en el mundo.

    -¿Shion?- Le extrañaba este comportamiento del peliverde, verlo de esa manera, algunas veces logro apreciar esa faceta, pero era cuando algo le preocupaba mucho, contesto el abrazo con fuerza, es extraño lograr apoyar su mentón en la cabeza del otro, le quedaba aun algo alto.

    -Dohko… Por favor… No quiero… No quiero… Que… Tu concepto de mi cambie…- Decía esto con un tartamudeo, en verdad sus mejillas y orejas estaban profundamente rojas, la vergüenza seguía, pero quería decir aquello ya.

    -¿Qué pasa borreguito? No pienses eso, siempre serás un hermoso carnerito lindo y hermoso, para mí- Acaricio suavemente sus cabellos verdes, sonriendo con ternura, le quería trasmitir su apoyo.

    Suspiro y estaba listo para decirlo, como pudiera, lo haría –Quiero… Quiero… Dohko… Yo… Quiero… Entregarme a ti…- Lo dejo escapara de golpe, era un modismo de su parte para referirse al acto sexual.

    Aquello agarro completamente desprevenido al castaño, abriendo sus ojos de golpe, sintiendo como, los nervios le invadieron, al igual que sintió como Aries temblaba entre sus brazos, en verdad estaba avergonzado.

    No negaría que le sorprendió aquella declaración, pero no negaría que de verdad el también quería hacerlo, poseer al otro era uno de sus sueños, eso y poder sobrevivir a la guerra santa, pero si al menos lo hiciera Shion, con eso estaría feliz.

    Ya no aguanto más, pensaba que el hecho de que no contestara significaba que le había desagradado la idea al otro.

    Se apartó de golpe, desviando la mirada, no podía verlo –Perdón… Tal vez dije algo muy… Obsceno, no debí…- Se cubrió la cara de vergüenza, no podría volver a ver a su amado libra a la cara -¡¡¡OLVIDA LO QUE DIJE!!! ¡¡¡¿SI?!!!- No negara que las lágrimas que salían, aparte de pena, eran de miedo de que aquello significara algo malo para su relación.

    No espero lo siguiente.

    Una mano lo tomo con fuerza de la muñeca, girándolo para quedar de frente con el dueño de aquella extremidad, la expresión en los ojos verdes, destilaban una lujuria combinada con amor genuino, una expresión sensual, con una voz igual de sexy, que le indicaba, lo que más deseaba.

    Shion, se sorprendió de aquella vista, le gustaba verlo así, para el Dohko, siempre se veía sexy, sobre todo cuando le encantaba andar de exhibicionista, pero se dio cuenta poco después que solo lo hacía para él lo viera.

    -No te avergüenzas… Yo también quiero…- Beso esos labios color durazno, primero pequeños y castos, luego un poco más profundos.

    Cada beso provocaba que el castaño acercara a su cuerpo al Ariano, sujetándolo con agarre firme de la cintura, ambas manos reclamaban ese lugar. Mientras el otro rodeaba el cuello con sus brazos, intensificando el beso.

    Provocaba que el calor aumentara significativamente, se podía sentir como el cuerpo del peliverde se estremecía por ese contacto, poco a poco Dohko se acercaba más, lo quería acorralar contra algún árbol o lo que fuera, para tenerlo aprisionado, para hacer lo que quisiera.

    Pero un árbol no estaba disponible, el equilibrio se fue perdiendo, pero no con una caída estrepitosa, si no con suavidad ambos fueron bajando hasta el pasto verde y fresco.

    El castaño sostenía con fuerza al otro, para que no se lastimara, no podía dejar de besarlo, de darle pequeñas mordidas, muy ligeras apenas perceptibles, no quería provocarle ningún tipo de dolor, y sí que se controlaba para no dejar marca alguna, quería hacerlo, mas respetaba a su amado, no estaría bien visto algo así.

    Cundo logro recostar todo el cuerpo del Lemuriano, rompió el beso, con un hilo de saliva uniéndolos por la boca, sus respiraciones agitadas, jadeando de una manera ruidosa, pero que aprecia una dulce melodía que invitaba a seguir por parte de ambos.

    No negaría que ver al primer caballero dorado en esa posición, adornado con la noche, esos ojos rosas cristalizados por unas lágrimas que se escapaban por que un simple beso pudo provocarle un placer no antes vivido.

    -Nunca me cansare de decirte… Que eres muy hermoso- Retiro algunos mechones del rostro, no quería que nada estorbara ese hermoso rostro, quería contemplarlo cada instante, y ahora lo haría siempre.

    -Dohko…- Desvió su mirada, se avergonzaba por cada palabra –Para de decir eso…-

    -La armadura… Debe darnos un poco de espacio…- Sonrió pícaramente, quería verlo en todo su esplendor.

    Para Libra no era nada del otro mundo quedar sin su armadura, por lo menos de la parte superior, pues en esta ocasión la parte inferior, también fue olvidada por un momento, quedando solo sus pantalones, pero pronto tendría que deshacerse de ellos, ya que una fricción dentro de los mismos le estaba provocando una leve molestia.

    Aries, se sentía cohibido, pero también realizo el mismo procedimiento dejando que su armadura despojara su cuerpo, se cubría el pecho un poco, sonrojado y nervioso, la mejor presa para un Tigre en ese momento.

    Esa piel blanca, suave y tersa, lo tentó tanto que no podría desaprovechar ni un instante más, acercándose de nuevo al peliverde, de manera peligrosa.

    -Lo siento… Pero… No dejare ni un aparte de tu piel sin besar- Ese tono sensual y varonil que dejo escapar, crispo los nervios del contrario.

    Pero todo se intensifico, al sentir los labios toscos del Chino en su piel, recorrerlo, primero le daba besos dulces y tiernos, con eso dejaba escapar sus gemidos, su piel se erizaba, era un contacto muy agradable, demostraba lo sensible que podía llegar a ser.

    Usando Dohko vio aquello en su amado Aries, quiso proporcionarle más placer, no podía resistir los débiles gemidos, su lengua le ayudaba en eso, usando la punta de esta recorría el cuello, y en una parte de la clavícula le dio un beso demasiado profundo, que dejo un chupetón muy visible.,

    Shion solo gimió, con todo ese placer que sentía –Do…Do…Haaaaaa…- Jadeaba con cada beso, lamida, chupetón, su cuerpo le agradaba ese contacto tan hermoso.

    -¿Te gusta?- Dejo aquello en el aire, para seguir bajando.

    El pecho que antes había sido ocultado, ahora estaba expuesto, los pezones rozados ya estaban erguidos, lucían apetecibles, quiso intentar algo.

    Con la mano izquierda, cubrió los ojos de Shion, aun teniéndolos cerrados, quiso hacer ese movimiento, con la otra pellizco el pezón derecho y su boca reclamo el otro.

    Ese contacto tan descarado con aquellos botones rosas, provocaron que la espalda del peliverde se arqueara, su placer aumentaba, no creía que estuviera pasando aquello, lo sentía tan agradable, tan bien. Podía sentir como su hombría estaba creciendo entre la ropa que aún le quedaba, le estaría molestando dentro de poco, pero en ese instante no importaba, sentía tan bien la boca húmeda de su amado, que succionaba y mordisqueaba esa parte.

    -Haaaaa… Sien… To… Muy… Haaaaaa Doh… Ko… Te…- Quería darle un cumplido y un poco de amor, unas palabras dulces, el hecho estar cubierto por la mano de su amado, le intensifico las sensaciones.

    Libra levanto levemente la cabeza, para ver al peliverde retorciéndose de placer, le gustaba verlo tan frágil y sumiso ante él.

    Tanto que tuvo una idea y como era propio no dejaría escapar aquella oportunidad por decirlo.

    -Si pudieras quedar embarazado, nuestro hijo se alimentaria de tu leche- Sonrió de manera burlona.

    Como tenía ese don de arruinar sus propios momentos románticos.

    El otro solo suspiro, por un momento aquello le dio un poco de gracia, pero no dejaría de lado que también le molesto el comentario tan desprevenido.

    Aparto la mano que cubría sus ojos, para verlo, aunque no podía sostener la vista todo el tiempo.

    -Dohko… A veces… Me haces preguntar ¿De dónde sacas tantas ocurrencias?- Sonrió, negando con la cabeza, y unas mejillas rojizas hasta las orejas.

    -Cosas que me imagino, pero…- De un momento a otro podía lucir sonriente, tierno y al otro de nuevo sensual –Creme, si supiera que pudieras darme un hijo, lo haría todo el tiempo, te quiero solo para mí y te atare de cualquier forma- Esas palabas podían sonar algo mal, querer poseer a la persona amada, sin importar el cómo, más si lo quería de verdad, lo amaba tanto que el también renunciaría a lo que fuera solo por Shion.

    Las manos traviesas de libra, fueron explorando hasta la parte inferior de Aries, tocando descaradamente el mimbreo, aun con esa prenda estorbosa, podían sentirlo algo duro y humedecida la tela.

    -Creo… Que te ayudare, con esto…- Pensar en que le daría un gran placer a su amado, lo hacía nublar también su mente y solo dirigirse a aquella parte.

    No podría negar que el tacto del castaño lo puso apenado, pero no era tiempo de sentirse así, no pudo durar mucho pues en un momento pudo sentir, la cavidad bucal del otro apoderarse de su pene, chupándolo y lamiéndolo con suavidad.

    Pensar que esa sensación jamás se compararía con nada que el mismo pudiera haberse hecho a sí mismo.

    -Do…Haaaaa… Me… Haaaa…- No podría decir ninguna palabra, no nada coherente, esa sensación cálida y húmeda era demasiado buena para ser verdad. Arquear su espalda, echar la cabeza para atrás, sentir como no podía zafarse de aquello, pues le agradaba demasiado, sentía que no podría negarse nunca a su amado.

    Aun aquellos débiles gemidos, le provocaba seguir adelante, masturbar al peliverde con su boca, sería una experiencia que le gustaría darle siempre que deseara. No pudo esperar más, sabía que su cuerpo deseaba estar dentro de Shion, por lo tanto procedió a hacer lo siguiente.

    No pararía de divertirse, pero con los fluidos que se habían desprendido de aquella labor, sus dedos estaban algo húmedos, listos para abrirse paso en una estreches que pronto seria solo de él.

    Llevo su mano libre al tarsero del de piel más clara, no aprecio la zona rosada y virgen, pues solo se dejaba guiar por sus instintos, cuando logro sentir que sus dedos llegaron, introdujo uno con cuidado en el ano.

    Aquello provoco una reacción que no se imaginó aun por el momento.

    -Haaaaa…. No… Se… Haaaa… Voy…- Cerro los ojos con fuerza, dejo escapar las lágrimas que sentía por ese leve dolo y placer combinados, apretando su mandíbula, sintiendo como una descarga eléctrica recorría su cuerpo, jadeando y gimiendo.

    Pues el más alto se acababa de venir en la boca del castaño, sentir ese intruso en su interior, siendo solo un dedo, su cuerpo ya estaba demasiado sensible que no pudo resistirse.

    Jadeaba sin control, con sus mejillas sonrojadas y sujetando aquel pasto verde que incluso había arrancado pedazos de este.

    Dohko, se notaba que aquello no lo incomodo, al contrario sentir esa venida en su boca, fue capaz de tragársela, aunque escurriera un poco de sus comisuras, sonrió de manera lasciva, su querido corderito resulto ser más pervertido de lo que imaginaba y lo deseaba con mayor fuerza.

    -Sabes muy bien… Debe ser por lo que comes- Relamió sus labios, el sabor que sentía para el debía resultar muy satisfactorio.

    -Haaaaa… Do… Doh... Ko… Perdón… No…- Por aquel orgasmo, ya no podía hablar con claridad, sentía que no se podía recuperar tan fácilmente.

    -No te preocupes- Sonaba de nuevo aquella voz sensual, no dio oportunidad de pensar en nada, sujeto ambas piernas blancas y desnudas, para ponerlas sobre sus hombros, ya no quería perder más tiempo –Espero que estés listo… Porque ya no soporto más- Sus ojos verdes brillaban en pasión desenfrenada, solo quería estar dentro de Shion.

    Sujetaba con fuerza una de las piernas, mientras con la otra tomaba la cadera, estaba rosando con su miembro aquella entrada que apenas si estaba delatada un poco, no estaba pensando con claridad, el hecho de haber jugado previamente, solo logro calentarlo más, entraba con algo de preocupación, con la poca cordura que le lograba quedar, más no era mucha.

    Estaba demasiado apretado, pero se lograba abrir paso, hasta que todo su pene invadió al cordero dorado, sus roncos jadeos se escuchaban por lo bajo, se sentía en un paraíso estar en ese interior, disfrutaba esa solas de placer que le proporcionaba.

    Pr su parte Shion, dejo escapara varios gemidos demasiado fuertes, que trataba de callar con sus manos, las lágrimas seguían cayendo de sus orbes rosas, aunque estabas algo desorbitadas, pues era demasiado para él, buscaba algo que sujetar, pero no sabía que más que la propia tierra, ver al cielo estrellado mientras sentía que llegaba allí, no negaría que el dolor que sentía en su parte que acaban de robar su virginidad, lo invadió demasiado rápido.

    Mas sentía como el placer lo envolvía de a poco, sobre todo cuando su amado Libra, decía su nombre, lo llamaba, queriéndolo invitar a que también pronunciara el suyo.

    -Shi…On… Eres magnifico… Te amo…- Las palabras que había guardado por años, se las decía todas, mientras las estocadas se hacían de lentas a rápidas, luego bajaba el rito de nuevo a suaves, para intensificarse en algún punto.

    -Doh… No… Por favor… No tan rápido… Que… No… Quiero…- Por la primera venida, su cuerpo se sentía demasiado estimulado, que si seguía ese ritmo podría acabar de nuevo y seria dos a cero, su orgullo podría estar en peligro igual.

    El rostro que más amaba estaba invadido por la lujuria, al hacer el amor, un borreguito lindo, que siempre creyó más inocente que él, ahora le demostraba lo equivocado que estaba, pero le gustaba ese hecho pues solo él podría hacerle eso.

    -Tranquiló, será… La… Arggg…. Primera vez que lo hacemos… Pero logro reconocer… Lo que… Haaaaaa… Te gusta- Lo había conocido toda la vida y eso le confería conocer algunas expresiones faciales, que sabía lo que le gustaba.

    Siguió con su ritmo alternando ir despacio y luego subir, sabía en qué momento debía hacerlo.

    Así continuaron por unos momentos más, con algunas palabras de amor, los jadeos jamás faltaron igual como sus corazones latiendo, el sudor se mezclaba, las miradas se trataban de buscar, querían estar así, juntos por siempre.

    Poco a poco, el calor los inundaba más, sentían sus cuerpos demasiado estimulados, que el clímax estaba a punto de llegar.

    En este momento, Libra fue mucho más rápido, quería llegar a lo más profundo de su amado Peliverde, un poco más, lo lograba sentir, su orgasmos estaba pasando, estaba dejando su semen dentro de quien más amaba, lo reclama por competo, ese cuerpo le pertenecería toda la vida, y allí estaba claro.

    Cuando su nombre salió de aquellos labios duraznos que de igual forma llego a la máxima expulsión de placer, cayendo en ambos abdómenes.

    Esas respiraciones estaban agitadas, acaban de terminar su entrega mutua, tuvieron mucha surte de no ser descubiertos, si alguien se hubiera enterado, estarían metidos en problemas.

    Pero esas reglas poco les importaban en un instante como ese.

    Salió con cuidado de Shion, dejando ver que su venida estaba escapándose un poco.

    Sonriera como tonto, ahora volvía su actitud infantil de nueva cuenta, después de haber demostrado que por dentro era más salvaje de lo que se aparentaba.

    Se acercaba a él, para darle un beso en esos labios.

    -Te amo, te amo, te amo, te amo- Repetía la frase una y otra vez, para ver esos ojos rosas tan lindos.

    -Yo… También te amo…- El peliverde lo abrazo, pues necesitaba sentir esa ternura del castaño de nueva cuenta, jamás podría estar sin esos brazos a su alrededor.

    Ver ese rostro tan bello, adornado por esos cabellos verdes, lo hipnotizaba cada vez, y por ese instante recordó porque lo había llevado allí.

    -Shion… Por cierto… Yo te quería decir algo- Sonrió nervioso, buscando entre su ropa lo que llevaba preparado.

    El otro lo miro confundido. Mostrando atención a lo que hacía.

    Suspiro aliviado, de que no lo hubiera visto y ocultándolo entre sus manos, tosió un poco para aclarar su voz.

    -Shion de Aries… Yo… Bueno…- Ya le habían llegado los nervios de nueva cuenta, pero era sutil con las palabras si era algo importante –Mira, sé que tu maestro no me aceptara nunca como tu novio, realmente eso no me importa mucho, pero quiero decirte que… Se una forma que jamás no lograra separar-

    Miraba las mejillas rojizas de su amado, señal de pena, y sus ojos tratando de mirarlo pero esquivándolo, otro signo de vergüenza -¿Qué estas planeado?-

    Suspiro, sabía que Aries se daría una diera si seguía y era mejor ir directo a la pregunta, ¿Para qué darle más vueltas? –Shion de Aries ¿Te casas conmigo?- Mostro lo que llevaba b en una pequeña cajita, abriéndola lo que llevaba era un lazo blanco, que lo sacó con sumo cuidado.

    Se sonrojo demasiado, abriendo sus ojos, se sobresaltó algo, sus latidos estaban a mil por hora -¿Cómo que casarnos?

    Rio nervioso, le gustaba esa carita dulce –El patriarca me dijo como se debía realizar, pero como estamos en esta situación y nuestra Diosa Atena, no podría oficiar una como tal- Le entrego parte de ese listo en sus manos, mientras el también sujetaba el otro extremo cuidando de que no cayera al suelo –Ella fue tan amable de bendecir este listón que es… Una forma de unir nuestras almas, para formalizar y ser esposos- Su explicación podría estar algo confusa, pero lograba dar el mensaje.

    Los ojos rosas, poco a poco se estaban llenando de lágrimas y su emoción crecía. Sujetaba con fuerza aquel listón y no podía hablar, pero asintió confirmando que si quería volverse su esposo, por toda la eternidad.

    No se dijo más, y poco a poco esa noche solo perteneció a ellos de nueva cuenta.

    Sucedieron cosas que provocaron que sus votos no se cumpliera por completo, aquellos logro doler en sus corazones, por dos siglos, pero aquello ya no debía atormentarlos nunca más.

    Ahora en el presenté, estaban de nueva cuenta juntos y de hecho uno de ellos lograba recordar esa noche en un atardecer que estaba apreciando.

    -Te prometo… Que mi corazón te seguirá aun después de la muerte y que no tendré derecho a vivir sin ti a mi lado…- Esa voz sonaba algo melancólica, recordaba algo especial y pronunciaba lo que había jurado, suspiro y dejó escapar una sonrisa –Solo el amor podría volvernos unir y lo hizo…-

    El patriarca recordaba cada detalle de esa noche, en que se volvió uno con el caballero de Libra de su época y que aún lo era ahora.

    Recordar su historia de amor, a veces lo hacía sentirse joven de nuevo, pero sí que lo era en cuerpo.

    Dicen que recordar es vivir y eso pasaba.

    No más guerras, no más sangre, no más muertes, todo eso quería en el pasado por bastante tiempo, podrían ser unos humanos “Normales” con una vid alto agitada, pero seguía siendo bastante maravillosa.

    Ver el atardecer fuera de la sala patriarcal era algo que gozaba desde joven, trataba a veces de no pensar mucho en el pasado, lo podría distraer del ahora.

    No tardo mucho cuando volvió a sonreír, por que escuchaba aquellos pasos que le advertían que alguien se aproximaba, pero las risas infantiles le movieron el corazón, ahora de nuevo había pequeños en el santuario, agradecía que no fueran su dolor de cabeza ahora.

    -Abuelo Dohko ¿Me carga?- Una pequeña pelirroja pedía los brazos.

    -Sí, pequeña Leoncita- La cargo colocándola en su hombro derecho, ya que el izquierdo iba ocupado.

    -Ji, ji, ji, Anshin tu abuelo es divertido- Decía la niña de cuatro años, mientras jugaba con el cabello del castaño.

    La rubia que iba con ellos, se sentía feliz demostraba su sonrisa –Te quiero abuelito- Le daba un pequeño beso en la mejilla.

    Sin duda algo cariñosa cuando quería.

    Junto a los tres, pero más adelanta iba el gemelo menor con el Cangrejo más joven, después Camil que se había encargado de cargar a la pequeña Tauro en algún punto, pues la bebe siempre pedía sus brazos y lloraba si no estaba con él.

    Y a unos pasos cerca el mayor de esa generación, observando de repente a la joven Virgo que sonreía al estar con el caballero de Libra.

    Todos parecían que le harían una visita al patriarca.

    Si bien ambos mandamases eran más directos de abuelos de Anshin, técnicamente los todos dorados también eran como sus hijos por ende los demás pasaban como nietos.

    Los querían bastante, y a veces podría consentirlos un poco.

    Ver esas sonrisas, oír las risas, verlos correr y ser niños, le alegraba el corazón, a veces lamentaba que no dejo a los padres de ellos disfrutaran esa etapa más de lo que hubiera sido, pero en esa ocasión todo estaba ya escrito.

    -¡¡¡ABUELO SHION!!!- Quien lo llamo primero fue la pequeña a la cual el mismo ya le tenía un nombre de cariño.

    Se acercó a Dohko con ambas niñas en sus hombros, el único capaz de seguirles el paso a los niños, pues parecía uno.

    -Hola, mi pequeña estrella de Virgo- Le extendió los brazos, para cargarla.

    Ella igual lo abrazaba con fuerza, le agradaba pasar tiempo con ellos.

    -¿No hay cariño para mí?- Y ahí estaba de nuevo, el caballero de Libra haciendo un puchero porque era “Ignorado” por su querido amor.

    Negó con la cabeza, sonriendo, con la niña en brazos –Sabes que si- Le dio un suave beso en la mejilla.

    Cuando estaban los niños cerca el no daba besos en los labios, le parecía demasiado indecoroso.

    -Abuelos, ¿Por qué no se dan besos en los labios? Es lo normal si se quieren- Pyrena, era aquella pequeña hija de Aioros y Marin, que estaba muy obsesionada con el amor, pues a su corta edad estaba enamorada de alguien.

    El peliverde solo se sonrojo, ante aquella pregunta, sin duda debía preguntarle al León dorado ¿Qué le estaba enseñado a la pequeña?

    -No es mala idea borreguito- Sonrió pícaramente, solo avergonzarlo le encantaba.

    -¡¡¡DOHKO!!! Sabes que no haré eso delante de los niños- Estaba rojo como tomate, frunciendo el ceño.

    Los pequeños rieron un poco, algunos de manera más tímida, y los demás muy sonoros, por aquellas pequeñas disputas graciosas a su parecer de los mayores.

    Pero lejos de que el castaño se sintiera mal, rodeo con su brazos la cintura del peliverde y con eso lo guio a todos a que entrara a la sala patriarcal, para ir a molestar al peliverde o más bien demostrarle que a veces es divertido cuidar de sus nietos, recordar la época en que ellos también podían serlo.

    Solo recuerdos se podrían decir, del siglo XVIII es lo que quedaba, pero realmente no, el tiempo pudo pasar, la masacre quitarles mucho, dejarlos en soledad, la muerte los separo de manera cruel, reunirlos para seguro torturándolos, pero sin importar que.

    En algún punto, el amor de su Diosa logro que todo acabara ese círculo de sufrimiento, fue cortado, para dar paso a una nueva vida y que en esta mínimo disfrutaran estar juntos, ser felices y saber que ahora harán realidad esos votos que realizarán, la unión no se rompía con la muere, pues sus almas mismas estaban unidas.

    Eso nadie lo podría romper, ya ni siquiera Atena lo lograría.

    Demasiado fuerte para destruirse, suficiente para conservarse y protector para cuidarse mutuamente.

    Ese era el amor que esos dos se podrían procurar, jamás se volverían a separar y tal vez cuando sus vidas acabaran, posiblemente se irían juntos, tomados de las manos, en donde sus anillos permanecerían aun en sus cuerpos.

    Un amor de dos siglos que pronto se convertiría en tres.

    ¿Amor verdadero? Júzguenlo ustedes.
     
  11. Threadmarks: Capitulo 11 (AldebaranXAdonia)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    5432
    Aldebarán el caballero dorado de Tauro, guardián del segundo templo.

    Uno que tiene a ser bastante olvidado o puesto de lado, tal vez por diferentes circunstancias, pero ha demostrado que es una gran persona, con un corazón enorme, paciencia legendaria y un súper buen humo.

    Gran amigo de nuestro lindo carnerito, y a veces un buen niñero del pequeño Kiki.

    Siempre apoyando a todos los que necesitaran.

    Agradándole pasar buenos momentos con su nueva vida, tan relajada y llena de felicidad.

    Poco a poco el amor también llego a él, en forma de una joven habitante de Rodorio, de cabello castaño claro, hasta media espalda, liso, estatura media, delgada, tez blanca y unos bonitos ojos miel.

    La había conocido una vez que fueron a cenar junto a algunos compañeros de armas.

    Podría decir que si bien existían varios caballeros femeninos que podrían ser atractivas, el realmente no estaba interesado en ellas, que solo una amistad, pero al ver a esa joven, sonriendo tan dulcemente, dándoles el menú para que escogieran lo que deseaban.

    El pobre Aldebarán solo pudo suspirar, mirarla de forma discreta, son ese leve sonrojo que apenas se podía distinguir en su rostro.

    Podrían ser que los demás caballeros nos e dieran cuenta, pues estaban más atentos a sus risas y las tonterías que estaba haciendo Milo, pero el pelilila, si vio ese interés de parte de taurino a esa joven.

    Pero su naturaleza reservada no lo haría hacer algún comentario, hasta que pudieran estar a solas, lo más seguro es que el alto le contara algo.

    Después de todo Aries y Tauro eran muy buenos amigos desde niños. La confianza siempre había sido recíproca.

    Y así fue, pues días después el segundo guardián fue directamente a hablar con el Ariano, ya era entrada la noche y se estaba preparando para descansar.

    Cuando hizo su entrada por la parte posterior del templo, necesitaba algún concejo.

    -Buenas noches Mu, Kiki- Sonrió, mostrando sus dientes, cerrando sus ojos y pasando sus brazos detrás de la nuca-

    -Buenas noches señor Aldebarán- El pequeño le agradaba tanto ver al Brasileño, pues era de los pocos que gustaba jugar con él y le tenía tanta paciencia.

    -Buenas noches Aldabearan- Sonrió de manera serena, su costumbre, pero entendía que si ese hombre estaba a estas horas en su templo era seguro algo importante -¿Cómo estás?-

    -Bien…- Rio nervioso, no sabía por dónde empezar y con ese pequeño delante corriendo, algo emocionado no el ayudaba -¿Ya se iban a descansar?- Pregunto lo único que se le ocurrió –Tal vez deba volver después… Yo…

    Entendía que era un asunto importante, conocía muy bien a Aldebarán por sus expresiones faciales –Solo Kiki debe irse a descansar- Esa sonrisa cálida dedicada a su pequeño, para que obedeciera.

    -Pero…- No le agrado para nada esa verdad al menor –Maestro, quiero quedarme un poco más con el señor Aldebarán- Estaba pensado en hacer algún puchero, pero no quería molestar a su maestro, si bien eso es algo difícil de hacer –Por favor… Solo unos minutos más- Pedía, con sus ojitos tristes y manitas juntas.

    -Lo siento mi pequeño, debes descansar ya- Bajo a su nivel, para acariciarle la cabeza y convencerlo.

    No podía hacer mucho, Mu era su maestro, el protector del templo de Aries, en otras palabras él mandaba.

    Por mucho que se creyera, que aun podía seguir siendo aquel niño berrinchudo de hace algún tiempo, ahora trataba de no hacer molestar tanto a su maestro.

    Cuando lo perdió, por poco tiempo, fue lo peor, pero ya no debía pensar en eso.

    -Está bien…- Se fue derrotado a su habitación, pero recordó que le hacía falta para descansar correctamente y eso dibujo una sonrisa en su rostro.

    -Creo que Kiki, ha madurado mucho- Sonrió, para dirigir su mirada al menor que egresaba.

    -Maestro le falta algo- Sonrió, ladeando levemente su cabeza.

    Con una leve sonrisa, entendió el dulce mensaje, aunque tuviera nueve años, no era suficiente grande para las buenas noches con un beso en la mejilla del pelilila.

    Después de todo aún seguían siendo solo los dos.

    Tauro vio aquella escena y no negaría que le enterneció bastante.

    Incluso por un instante se imaginó que el estuviera en algún momento de su vida, con un pequeño ser muy especial, dándole un beso de buenas noches, y que fuera producto de su amor con, ese alguien especial y si fuera la chica de ese restaurante mejor.

    Si pensaba las cosas muy rápido, pero seamos honestos era el primer amor del taurino, y estaba ilusionado a por mayoría.

    Al terminar y que el pequeño corderito se fuera a descansar, quedaron por fin solos para lograr hablar de lo que el grandote había ido en primer lugar.

    -Lamento la demora- La tenue sonrisa e Aries, dedicada a ese buen amigo, le indico con la mano que tomara asiento.

    -No te preocupes- Sonrió, casi dejando escapar una carcajada –Yo vine muy tarde- Se sentó a lado del Lemuriano.

    -Aun podría considerarse temprano para nosotros, ya somos adultos- una pequeña bromita, que sonaba graciosa en la mente de Mu.

    -Si es verdad…- Estaba nervioso, por tener que comunicar sus sentimientos, pero era su único amigo que no se tomaría lo que sentía con burla o usarlo para chantaje más adelante.

    -¿Quieres un poco de te?- Siendo cortes, ofrecía lo que tenía.

    -No, gracias…- Suspiro, era mejor hablar calmado.

    -¿Algo te atormenta?- Ladeando levemente su cabeza, inspeccionando al otro.

    -Bueno… Mira… Mu… Tu eres un gran amigo, el mejor que tengo… Y creo que eres al único que… Ja, ja, podria contarle esto- Estaba tan nervioso que ya comenzaba a darle vueltas al asunto, y sonrojándose levemente.

    Lo observa con atención, comprendía un poco a lo que se estaba refiriendo, pero no lo iba a interrumpir.

    Muy observador con los demás, pero no se daba cuenta de quien lo amaba en secreto.

    -Mu, ¿Recuerdas… Cuando fuimos al restaurante?- Le fue diciendo poco a poco.

    Asintió solemnemente, con esto le confirmaba sus pensamientos.

    -Genial, fue una muy buena cena- Sonrió, mirando hacia el frente –Pero… La comida no es de lo que quiero hablar si no… De…-

    -Una señorita especial para ti, que nos atendió esa noche ¿Verdad?- Sonrió levemente.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!! ¿Cómo supiste?- Le sorprendió que lo digiera, pensó que había sido discreto.

    Sonrió con gentileza –La mirabas de una forma única, y te sonrojabas bastante al hacerlo- Le dijo aquellos detalles, que noto en él.

    Aun no salía de su asombro, pero que más podría esperar del primer guardián que lograba descifrarte con la mirada si se lo proponía.

    Esto se sorprendía, pero a veces se ponía a pensar que nunca se daba cuenta de algunas señales que cierto sexto guardián hacía.

    Pero este no es el caso ahora.

    Rio nervioso –Ha, ha, ha, no se te escapa nada ¿Verdad?-

    -Solo me di cuenta de esos detalles, además que usualmente vas a comer o cenar a diario a Rodorio y me diste una idea- Tan sereno dijo aquello, pues era verdad.

    -No lo puedo evitar, quiero verla a diario- Suspiro parecía que el ambiente se llenara de corazones –Es realmente linda, tiene unas expresiones muy dulces y se ve tan adorable cuando comete algún error- Estaba recordando momentos que ha podido experimentar a solo ir a comer a esos lugares.

    Mu parecía enternecido por como Aldebarán se expresaba de la joven, se sentía alegre que estuviera experimentando ese sentimiento, conocía muchas cosas de ese hombre, hasta sus inseguridades y que las estuviera olvidando por un instante, dándose una oportunidad en el tema del romance.

    Mas ese tono alegre, fue cambiando a uno de preocupación de a poco, incluso bajo su mirada, demasiado notorio.

    -Pero… ¿A quién quiero engañar?- Esto lo dijo algo bajo, apenas audible.

    Aries, solo trato de mirarlo con mayor atención.

    -Es casi imposible… Si no decir nulo que ella se fije en alguien como yo- Frunció el ceño decepciono.

    En su mente había olvidado por un instante los miedos que tenía dentro, de su apariencia física, que en si se consideraba de entre la orden dorada el menos atractivo, educado o bueno cualquier aspecto positivo de que alguna joven se fijara en él.

    No comprendía que a veces la apariencia no lo es todo, solo se necesita un buen corazón, sentimientos puros e inteligencia.

    Dicen por ahí que verbo mata carita.

    -Aldebarán… No pienses así- Le quería levantar algo el ánimo.

    Suspiro, sabia las buenas intenciones del otro, pero sus inseguridades hablaban –No te ofendas, pero no creo que entiendas como me siento, tú no eres una persona poco atractiva y muchos te hacen cumplido a diario, en cambio a mi…- Lanza una risita leve –Me dicen que por lo menos tengo salud-

    -No debes hacer caso a sus palabras- Toco su hombro para animarlo –Sobre todo si vienen de Death o Milo-

    -Pero tienen razón, me estoy ilusionado muy rápido, la verdad puede que ella se asuste si le digo algo así- Ahora si estaba mejor pensado en irse a su templo y pedir una disculpa, por hacer perder el tiempo a su amigo.

    Esta vez Mu no dejaría que Aldebarán se fuera así como así, debía ayudarlo a entender que tiene todo el derecho del mundo ser feliz con quien quiere y que se atreva a hacerlo.

    Bueno para ayudar a los demás, pero para a sí mismo, no lo lograba aun teniendo el amor a unos templos arriba.

    -Cuándo has ido a comer ¿Cómo se comporta ella?- Prefirió rápidamente hacer las preguntas de protocolo, podría ayudar de esa forma al Brasileño.

    Abrió los ojos de golpe, tratando de responder lo más rápido a esa pregunta, recordando cuando iba.

    -Ella me atiende normalmente… Creo que siempre me ha tocado como mesera, es atenta, pues es su trabajo- Lo miro para enfatizar aquello –Un poco nerviosa, pero debe ser porque sabe que soy un caballero dorado, me lo preguntó una vez- Lanzo una sonrisa, recordando a la joven.

    Creo que esas leves pistas, le daban algo al pelilila, motivando al otro que siguiera.

    -Una vez, tuvo una caída que logro quebrar algunos platos sucios, y se avergonzó tanto que sus mejillas enrojecieron y bueno…- Rasco su nuca, algo nervioso –La ayude a recogerlo, aunque me dijeron que no era necesario, pero quería ayudarla y al día siguiente, de agradecimiento me dio un postre- Suspiro de nueva cuenta –Es una chica grandiosa, se llama Adonia, tiene dieciocho años, trabaja allí porque su sueño es abrir un restaurante propio- Ya había logrado hablar con ella por más de dos horas.

    No había dicho nada a nadie, hasta ese momento quería ser discreto para que no se burlaran que si para eso eran buenos, ya lo hacían a cada rato con Milo al confesarse al mago del hielo.

    Y cuando Aioria anuncio su noviazgo con Marin, fue la comidilla por un tiempo también.

    Muy observador, atento escuchando todo, podría leer entrelineas, lo que ambos pretendía y sí que el amor hacia ciego a cualquiera hasta él más astuto puede caer en ello y no darse cuenta que esa persona que crees inalcanzable, es todo lo contrario puede que la conquiste de a poco, que le guste tu forma de ser, tus bromas agradables, y que seas capaz de escuchar todo.

    -¿Sería muy malo si le dices lo que sientes?- Lo miro atento, con atención.

    Aldebarán, se ruborizo, incluso se levantó de golpe, pues aquello le ponía nervioso pensar en esa opción.

    -¿Cómo crees que voy hacer eso?- Su preguntas e escapo de golpe –Si le digo algo, lo más posible es que salga corriendo y no quiera volverme a hablar- Cruzo sus brazos, se estaba comportando de una forma poco usual.

    Negó con la cabeza, sonriendo –Creo que no te has dado cuenta aun- Cruzo sus brazos sobre el pecho.

    -¿De que no me he dado cuenta Mu?- Le interrogo rápidamente, pues no se lo estaba imaginando.

    Se dio cuenta entonces, que en verdad debía explicarle lo que había descubierto con aquella conversación y confesarle que ya lo había logrado ver varias veces en Rodorio, pues Aries iba de vez en cuando con el pequeño Lemuriano para comprar algunas cosas.

    Así pues, tuvieron una larga conversación de ese tema, logrando calmar las inseguridades del enamorado, darse cuenta de que valía mucho más allá de ser un caballero dorado, que también es un ser humano y que gracias a esta nueva vida que su Diosa les había otorgado, tenían la oportunidad de hacer más cosas de las que antes tuvieron que privarse.

    Entre ellas el amor se podría dar con mayor facilidad.

    Y sin importar la apariencia, uno lo puede encontrar.

    No importa cómo seas, alto, bajo, delgado, gordo, atractivo, poco agraciado, el físico es un punto a veces importante, pero no quiere decir que lo sea todo.

    Puedes ser alguien sumamente guapo, pero tener sentimientos muy malos o el corazón demasiado podrido.

    No ser tan atractivo, pero tener un corazón de oro y una excelente persona.

    Mas ojo, esto no quiere decir que sea siempre así. Todo depende de la persona, la apariencia queda en segundo término, uno debe lograr conocer a los demás primeros para tener una opinión propia.

    Y si igual no te agrada por alguna razón, se debe respetar, como se dice para gustos colores.

    Pero en esta acción y volviendo a Aldebarán, daba gracias a tener un gran amigo que le subía el ánimo y le daba el valor necesario, para enfrentarse a lo que fuera.

    Alguna vez él se lo dio, cañudo eran más pequeños y las técnicas del Lemuriano no eran lo suficiente fuertes.

    Tenía un plan, pequeño, sencillo, pero funcional.

    Fue allí en ese momento, obviamente ubicado en un tiempo de algunas semanas después, de aquella conversación, en la que Aldebarán se desahogó de todo y se sentía capaz de lo que sea, para ir por ese corazón que deseaba confesar lo que sentía.

    Si bien, Mu pensaba que debía hacerlo solo, Tauro le pidió casi rogándole, que lo acompañará y estuviera cerca por si ella lo rechazara, tuviera un plan de contingencia.

    Así es, la razón por la que el pelilila acompañó a Aldebarán a su confesión y que tuvo que fingir que no lo conocía, fue solo por si las cosas no funcionaran, el otro lo teletrasportara con su telequinesia a Tauro, para llorar tranquilo.

    Aldebarán pensó en todos los escenarios posibles y quería estar listo para lo que pasara.

    Fue así como se pusieron en marcha después del entrenamiento de ese día y obvio que se dieron un baño, pero separado no vallan a pensar mal.

    El plan era el siguiente, se había investigado ese día a que hora saldrá del trabajo, para invitarla a una caminata tranquila para platicar un poco más, llevaba una canasta de algunas cosas dulces, ya que el buen Alde, tenía un gusto por cocinar postres bastante ricos.

    Tenía todo preparado para un día tranquilo con un poco de postre, una conversación, estaba planeando a llevarla a las afueras de Rodorio, había como un pequeño parque, bastante sencillo, solo unas bancas y un poco de árboles, podría catalogar mejor como parte del bosque que se había acomodado a un espacio recreativo.

    Si bien Aries y Tauro iban juntos, conversando, dando el apoyo al más alto, para que continuara con el plan, en cuando llegaron a Rodorio se separaran, aunque el otro debía ir cerca.

    Pobre Mu se iba a sentir como al tercera rueda en todo momento, pero haría lo que fuera por un buen amigo.

    Estaba esperando cerca del restaurante, para cuando ella salga por la parte trasera y dirigirse a la calle principal, toparse por mera “Casualidad”

    Espero unos trece minutos y por fin salió, sí que se le habían hecho eternos, pero valía la pena.

    Al ver por donde se dirigía, tomo una bocanada de aire y se armó de valor ara empezar el plan.

    Camino con paso firme, hasta que se la topo de frente, fue un encuentro bastante cómico.

    Pues la joven reacción algo sorprendida, pues no se esperaba verlo justo en ese momento.

    -Ay, Aldebarán… Perdón no te vi- Se sintió apena decir aquello, pues el hombre es bastante grade para como no verlo, pero estaba concentrada en alguna cosas en su bolsa, que no se fijó.

    -Hola Adonia…- Le dedico su mejor sonrisa, su sonrojo se proyectó por la leve cercanía.

    Ella sonrió, ladeando su cabeza –Hola, ¿Qué haces aquí?- Pensó rápido, cuando contesto tan amable –El especial de hoy es carne de cerdo con champiñones- Se acercó a él, un poco para susurrarle algo –Te recomiendo que vallas de una vez, el cocinero de la tarde no sabe cocee bien los champiñones antes de agregarlos a la salsa y les falta sabor- Otra cosa que gustaba hacer ella, es advertirle al Tauro sobre quien cocinaba mejor y que lo aprovechara.

    -Gracias lo tomare en cuenta- Le causaba dulzura, ese joven, a comparación con él es pequeña, tal vez 1.63 cm y su peso podría oscilar entre los 54 Kg.

    Digamos que cada persona tiene sus gustos, algunos prefieren mujeres que se ven más fuertes, atrevidas que son capaces de defenderse solas.

    Otros las prefieren que se vean delicadas, tierna y adorables, pero sabía que esta joven si bien tenía la apariencia y no fuera tan fuerte como sabía que podrían llegar a ser, poseía una determinación admirable.

    -Está bien- Sonrió, cerrando los ojos –Bueno, debo irme- La chica se retiraría en cualquier instante, al guardar bien lo que llevaba dentro de la bolsa.

    -¡¡¡HA!!! Espera…- Rápidamente reacciono, saliendo de su ensoñación de la presencia de la joven.

    -¿Pasa algo?- Pegunto, mirándolo con suma atención.

    -Yo, bueno… Me preguntaba, si ¿Te gustaría dar un paseo conmigo?- Le propuso rápido, pero creía que necesitaba algún motivo más de peso –Es que me gustaría saber más de ti- Lo dejo escapar el inconsciente lo traicionó.

    Ella se sorprendió un poco, lo miro con atención y pudo divisar la canasta en su mano, sonrió con un rubor visible en sus pálidas mejillas –Si… Me gustaría- Se posición de perfil, bajando algo la mirada, nerviosa.

    -¡¡¡¿Enserio?!!!- No midió su voz, que grito aquellos, llamando al atención de los allí presentes. Se dio cuenta rápido, y su semblante cambio a uno de pena.

    -Ja, ja, ja, ja, eres muy gracioso- Lo dijo, no solo lo pensó. –Perdón, pero me dio bastante graciosa eso-

    El rostro tosco de Aldebarán se fijó en los ojos miel de la chica, su risa es algo tan bello de escuchar

    -No te preocupes, en el santuario soy de los más graciosos- Ahora el esbozaba una gran sonrisa.

    -Comprendo- Rio cubriéndose con el dorso de la mano su boca.

    Sin darse cuenta ambos se pusieron en marcha a aquel lugar para caminar un momento.

    Trataba que en ningún momento se quedara ese silencio incomodo, por eso saca conversaciones triviales o preguntas de cualquier manera, hasta que una idea se le vino, y pensó que podría ser apropiado.

    -Adonia…- Llamo a la joven.

    -¿Si?- Caminaba, mirando al frente.

    -No quiero ser irrespetuoso, pero quisiera preguntarte ¿Eres originaria de Rodorio?- Le pareció algo personal, pero estaba interesado en ello.

    Su mirada bajo un poco, pero no se notaba triste, si no melancólica –No, pero si cerca- Le encaro, ahora con una débil sonrisa –Soy huérfana, así que me creí en un orfanatorio a unos pueblos de aquí, al cumplir trece años, tuve que irme pues hasta esa edad te logran mantener, busqué trabajos relacionados con la cocina y logre aprender mucho- No parecía molestarle mucho hablar de ese tema, pero le dijo todo de una vez.

    -Entiendo...- Pensó levemente, sonriéndole de vuelta –Yo también se podría decir que no conocí a mis padres biológicos, pero… En el santuario nos criamos todos juntos y el patriarca fue algo así como un padre para todos- Estaba enfatizando con los brazos.

    -Eso quiere decir que no eres por completo huérfano- Le dijo tan simple como las flores, pero dulce como el caramelo.

    -Puede que tengas razón- Pensó un instante la analogía que ella había dado.

    -Todos son como hermanos de alguna forma- Caminaba tranquila, llegando a los asientos de madera pintadas de blanco, algo ya desgastado.

    -¿Hermanos?- Pensó en ello con detalle.

    Pues el si podría ver a los demás como hermanos y si existían conexiones de sangre, pero si lo meditaba con atención, significaba que entre ellos algunos se habían enamorado y el hecho de llamarse hermanos podría ser una relación bastante comprometedora.

    -¿En qué piensas?- Le llamo la atención un poco, pues ya estaba esperándolo sentada, se había quedado perturbado por la idea que le planteo la joven, pero era mejor no pensar en ello y solo seguir con esa conversación.

    -Nada, nada- Se escuchó rápido, no le había contando todo del santuario, pero era mejor dejar eso con calma, solo lo esencial.

    Rápidamente fue con ella a sentarse a su lado. Se podía ver la curiosa pareja, pues el sumamente alto y ella más bajita, se veían adorables desde lejos, llamaban la atención.

    Sobre todo el hecho de ser un caballero dorado con una joven común, como se podrían referir a quienes no fueran amazonas.

    No olvidemos que para este momento Mu, seguía se cerca los pasos, hasta a él le enterneció esa escena.

    Tal vez no fuera tan romántica la situación, pero le causaba alegría. Pensando en mil cosas y solo una persona, no era el momento solo se repetía aquello.

    -Entonces… ¿Recuerdas algo de Brasil?- También ella estaba interesada en sacar platica.

    -Nada de mi infancia, creo que era muy pequeño cuando llegue, pero si he tenido algunas misiones allá- Le dedicaba ligeras sonrisas.

    -He conocido varios extranjeros, pero de todos tu eres el que más me ha impresionado- Su sinceridad era normal en todo momento y su torpeza igual.

    -Ja, ja, ja, ja, ¿Es porque soy demasiado alto?- Se señaló así mismo divertido.

    -Ja, ja, ja, ja, así es debe ser esa altura para alcanzar los lugares más alto- Suspiro resignada –A veces tengo problemas en los lugares altos, no los alcanzo y necesito ayuda- Le apenaba confesar aquello.

    -Ser alto no es tan bueno a veces- Quería animarla como fuera –Mi compañero Death, siempre se burla de mi altura y hace chistes de “¿Cómo está el clima allá arriba?”- Dejo escapara una sonora risa, a él le causaba este efecto.

    -Ja, ja, ja, perdón si me rio… Pero me recuerda que a veces a mí me lo dicen, pero del clima abajo- Señalando el suelo.

    Ambos rieron con chistes algo tontos, pero les gustaba a cada uno, cada quien tiene su sentido del humor, algunos simples, otros más completos, quien sabe por cada persona.

    -¿Cuál es tu fecha de nacimiento?- Ella pregunto, aunque tenía una idea de que temporada.

    -Ocho de mayo, ¿Y tú?- Le regreso la pregunta.

    -Doce de marzo- Contesto rápidamente –Nuestros meses de cumpleaños empiezan con M, ja, ja, ja, es gracioso- Rio por nervios, la verdad n supo que más decir, se sentía algo ansiosa al estar con ese hombre, pero de manera agradable a su ser.

    -Tienes razón, eso quiere decir que naciste bajo la estrella de piscis- Le dio aquello, como un dato extra.

    -Cierto, he escuchado que el caballero de piscis es el más hermoso de todos- Le asombraba aquel detalle.

    Asintió rápido, ya creía que las cosas tomarían otro rumbo –Si, es el nombramiento que ha recibido todos los caballeros dorados de piscis-

    -Bueno…- Pensó si estaría bien, decir aquello, pero es sincera en sus palabras –Los he visto a cada uno de los dorados, cuando han paseado o ido a alguna misión y… No es por ser grosera, pero… Creo que a mi parecer no se me hace muy atractivo que digamos- Dijo esto nerviosa, pues se refiera a uno de esa orden elite de Grecia y pensaba que sería irrespetuosa.

    Aldebarán la miraba extrañado, pues había conocido a chicas fuera del santuario que suspiraban por Dita.

    -Es solo, que… Como hombre no se me hace muy guapo, es lindo… Pero solo eso- Sus mejillas estaban algo rojizas, sus ojos fijos en los oscuros de Tauro.

    -Entonces… No es tu tipo-

    -Exacto, creo que los prefiero mas musculosos y de apariencia más tosca- Junto sus manos entusiasmada –Aunque me gustaría pedirle concejos de cómo cuidar el cabello porque es tan hermoso en se sentido- Se animó un poco más.

    Cuando había escuchado la descripción de como los prefería ella, como sería el tipo de hombre que le gustaban, pensó por un instante que podría tener una oportunidad, pues musculoso si es, y de apariencia tosca es igual.

    Por un instante se le había olvidado los pequeños postres que traía en la canasta, así que decidió abrirla, aunque con torpeza casi los hacia caer.

    Qué bueno que ella estaba atenta y sostuvo la canasta tocándose las manos, levemente.

    Lo que ocasionó que desviaron sus miradas un poco y no pudieran verse por unos segundos.

    -Prepare algunos postres- Ofreció unas galletas de masa dulce a la joven.

    Ella se asombró de la forma, pues venían como flores, algunos animalitos -¡¡¡WOW!!! Son hermosas-

    Se sintió orgulloso de sus habilidades -¿Recuerdas que te había dicho que te invitaría a comer algo que preparé?-

    -Sí, lo recuerdo y la verdad no te creía, pero sí que estaba equivocada- Provo una de esas galletas, con ese sabor dulce y que se desasían en la boca, fue asombroso.

    No encontraba palabras correctas para describir el sabor, solo que era perfecto y celestial.

    Así es, Aldebarán se defendía en el tema de la cocina mejor que algunos otros.

    Siguieron conversando por un rato más, mientras disfrutaban esas dulces galletas, y unos panecillos rellenos de crema.

    Conversando de su persona cada uno y aspiraciones.

    Obviamente omita algunas cosas, como que habían sido revividos o demás, pues era demasiado pronto hablar de ese tema.

    No se dieron cuenta que ya era pasada las cinco de la tarde, habían pasado cuatro horas allí, tan tranquilos.

    No era la primera vez que hablaban así, pero sí en que no tuviera la joven que ir para otro lado por su trabajo o que el dorado no tuviera que hacer sus misiones.

    Para este punto creo que Aldebarán había olvidado a su amigo, que aun cumplía su función de estar atento, pero el pobre ya tenía algo de hambre.

    Pensó que sería mejor hacerlo de una vez, solo le diría que la quiere, que le gusta, no le pediría ser su novia aun, podría ser demasiado pronto pero le gustaría hacerlo.

    Suspiro y decidió hablar rápido, era lo mejor de una vez por todas.

    -Adonia-

    -Aldebarán-

    Ambos se dieron cuenta de que hablaron al mismo tiempo llamado al otro.

    -Oh, perdona tu primero- Ella dijo esto con voz baja, y sonrojada.

    -No, no, tu primero- Le cedió la palabra.

    Cerró sus ojos, frunciendo el ceño con desespero, dejó salir un poco de aire, estaba rojita como tomate.

    -Tome la decisión de decirte esto, cuando te viera de nuevo, pero no creí que no haría tan rápido, algunas compañeros me aconsejaron, pero no sabía cómo…- Bajo la mirada, jugando con sus pies –Sé que no es común que las mujeres hagamos esto, pero no me importa mucho esas ideas- Bajo más su mirada, estaba tan nerviosa, que temblaba un poco.

    Pero en un instante de valentía, cerró sus ojos y dijo lo que sentía en voz alta.

    -¡¡¡ME GUSTA CABALLERO DORADO DE TAURO!!!- Lo dijo tan rápido y alto, que el Brasileño se quedó estático por esa situación.

    -¿Qué?- Y no saldría de su asombro en un buen rato.

    -Sé que no soy la gran cosa, pues no soy una amazona, caballero femenino, pero… Es que usted es muy… Lindo, me gusta… Y…- No podía continuar, porque sentía que sus ojos se llenaban de lágrimas, se sentía inferior por no ser una guerrera, pero no estaba en su naturaleza el enfrentamiento físico.

    Tenía la joven la idea de que los caballeros dorados o cualquiera de ellos, deben estar solo con personas verdaderamente dignas que fueran tan fuertes como ellos o valerosos.

    Cosa que ella sentía no era para nada, pero su corazón fue conquistado de a poco por tauro, de hecho podría decir que antes estuvo enamorada de alguna persona, pero no fue más que algo platónico.

    Ahora que de nuevo sentía ese sentimiento, pero en esta ocasión si estaba conviviendo con esa persona y que le demostraba interés, por eso se armó de valor.

    -Adonia- La llamo y sostuvo sus hombros, limpiando sus mejillas esas lagrimas que resbalaban de sus ojos –No digas que eres poca cosa, que eso no es para nada verdad- Estaba mirándola de manera enternecedor.

    Incluso estaba con el corazón a todo lo que daba, la joven que le gustaba, le dijo que ella sentía lo mismo, tuvo mayor valor que él.

    Sus grandes manos, lograban tomar los hombros por completó, se sentía tan frágil en su presencia.

    -Pero… Ustedes deben… Estar con mujeres fuertes o… Bueno… Depende los gustos de cada quien- Se sonrojo un poco más, recordaba algunas veces que vio a un caballero dorado, rogarle a otro y entendió que todos tienen diferentes gustos.

    -Eso no es verdad- Se lo decía, tratando de clamarla un poco.

    -Lo dices, solo para sentirme mejor, pero… Sé que no soy merecedora de ser algo más de un caballero dorado- Sus lágrimas corrían, podría ser que ella también tuviera un compelo de inferioridad, un poco más marcado en otra índole que el tauro, pero estaba.

    -Adonia, a cada uno de nosotros, nos gustan diferente tipos de personas, algunos si prefieren a las amazonas, otros a compañeros y bueno, otros a personas que no estén en al orden Ateniense, pero no por eso sean menos valiosas- La tomo de la barbilla, para que lo vería directo.

    -¿Enserio?- Ella pregunto, con un leve destello de ilusión.

    -Yo creo… Que tú eres una joven muy hermosa, con sentimientos preciosos, genuina, amable y con grandes sueños y eso es algo que se valora más que poder romper los huesos de alguien a mi parecer- Rio levemente, recordaba algunas veces que se enteró de esos sucesos.

    -No vayas a pensar que no se defenderme- Limpio las pequeñas lagrimas que ya salían mas tenues, con el corazón latiendo rápido.

    -No, sé que te sabes defender muy bien- Se rio un poco.

    -¿Por qué te ríes?- Ella se sentía ahora avergonzada, por que el rumbo de la conversación había tomado un rumbo diferente.

    -Es que se me hace gracioso, que yo pensaba ser el que te diría que me gustas, y tu demostraste tener más coraje que yo, ja, ja, ja, ja- Ahora el había dicho todo sin más.

    -¡¡¡¿QUÉ?!!!- Se alarmo, creyó haber escuchado mal, la confesión del hombre.

    No dudo más y le dio un abrazo, demostrándole de esa forma afecto, para poder decirle lo que sentía de nueva cuenta ese era su plan.

    -Señorita Adonia, le quiero decir que me gusta, desde la primera vez que la vi y que quiero que sea consiente de ese hecho- Que elocuente sonaba el Toro dorado, pero había practicado la declaración perfecta.

    Ella estando atrapada en esos fuertes brazos, que le gustaban bastante, pues eran sus gustos.

    Se sentía, sorprendida, feliz, nerviosa, un revuelco de tantas emociones en su corazón, pero nada d eso importaba, le había dicho lo que sentía y el igual.

    Así que no se necesitaba más, puede que una pregunta fuera necesaria, de que serían a partir de ahora, pero más unidos sí.

    Después de eso, podrían disfrutar el resto de la tarde, con las hojas cayendo levemente en una danza singular de cada una.

    Para ese instante Aries se había retirado, escucho la confesión de la joven y supo que a partí de allí no era necesario su intervención.

    Sabría que encontraría a su pequeño con el patriarca y el caballero de Libra, era lo más seguro y se sentía tranquilo y feliz que su mejor amigo encontrara el amor.

    Hasta un poco de enviada podría darle, pues el aun no podía ser así de valiente como la joven Adonia.

    Pero nunca se esperaría lo que vendría por él.
     
  12. Threadmarks: Capitulo 12 (AldebaranXAdonia)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    4559
    El amor de Aldebarán y Adonia, fue creciendo con el pasar del tiempo.

    Antes ella no conocía mucho sobre la amistad, camarería o algo así… Siempre puesta su mente en su metas personales, aun con su humilde origen.

    Pero al estar con el Toro dorado, conociendo a los dorados, a algunos otros caballeros femeninos como Marin se sintió muy a gusto.

    Ya que desde la primera boda Griega, en donde fue invitada, ha estado presente. Siendo ajena a todo esto, se empezó a sentir tranquila en ese lugar.

    Aun manteniendo su trabajo como mesera en aquel restaurante.

    Mas todo transcurría como debía ser, al ver como sus compañeros se casaban y formaban una familia, Aldebarán también deseaba aquello y conocía a Adonia de mejor forma.

    Ambos coincidieron que sería el momento adecuado, y fue como también celebraron una unión Griega.

    Siendo un tiempo después de la celebración del León dorado y Marin.

    Esta última aconsejó a como pudo y sabia a la joven, que aun sin ser bendecida como ellos de tener una estrella guardián o un cosmos como tal, la consideraban con bastante respeto, se lo había ganado, por su forma de ser y fortaleza.

    Siendo sencilla, lo les gustaba lo ostentoso, pero se vistieron para dicho evento con sus mejores ropas.

    Todos felices porque por fin el brasileño había contraído nupcias. Así es, siendo el último en unir su vida con la personaba que amaba y aun hoy en día sucede esto.

    Querían avergonzarlo varios de sus amigos, pero con la forma de ser del Toro, lo tomaba a juego.

    Era imposible molestarlo en ese día tan hermoso.

    Pues en cada instante, en que miraba a la joven que ahora era su esposa ante la ley de su Diosa, se veía realmente hermosa, perfecta, tantos adjetivos calificativos que se le ocurría.

    Para este momento, los hijos mayores ya tenían alrededor de tres años, seguidos por el pequeño cangrejo con dos años y una pequeña criatura en el vientre del caballero femenino de Águila.

    Ahora el santuario sin duda seria como una guardería, pero los niños siempre eran una dosis de alegría para el gran Toro, y le gustaba jugar con ellos.

    Adonia obviamente también tenía ese instinto maternal latente, se imaginaba cuando por fin tuviera los propios, incluso se la había pasado preguntando a todos cuando estuvieron en cinta.

    Chica bastante curiosa, pues que un hombre estuviera embarazado, le sorprendió, pero también fue maravilloso, las criaturas eran hermosas.

    Pero igual tenía sus miedos, todos los niños, habían nacido con el deber de algún día heredar aquellas armaduras, las estrellas así lo habían dictado y comunicado al patriarca.

    Le daba miedo que en el futuro de la criatura que algún día concibieran, estuviera escrito esto.

    Pero esas dudas debían quedarse en un instante en el olvido, pues cuando su boda culmino con el final de la fiesta tranquila, obvio bebidas alcohólicas, algunas sin estas y comida deliciosa.

    Quien había ayudado en esto, fue Shunrei, siendo otra de las mujeres cercanas al santuario no pertenecientes a ninguna armadura o rango, se llevó de maravilla con Adonia, siendo amigas casi al instante.

    Le ayudo con la comida, se sentía feliz de que ahora estuviera en un ambiente tan curioso.

    Al retirarse, ahora estaría a lado de Aldebarán de por vida, estando en el templo de Tauro, más aun conservaría la modesta casita que tenía en Rodorio, por que no podía abandonar ese sueño de su propio restaurante.

    La castaña clara, siendo más pequeña que el Toro dorado, se notaba esa diferencia, pero no importaba mucho, el amor estaba presente.

    Más sabía lo que seguiría después de la boda, no negaría que estaba nerviosa, se imaginaba aun asustándole esos pensamientos normales en cualquiera.

    Él es un hombre muy alto y grande en todos los aspectos, lo más probable es que fuera realmente muy dotado.

    Pensó que sería maravilloso, mas asustada sea como sea.

    -Adonia…- Le saco de sus pensamientos.

    -¿He? ¿Dime?- Levanto su cabeza, para mirar a su ahora esposo.

    -¿Puedo… Cargarte?- Bajaba su mirada, su rostro tosco sonrojado y esa tierna sonrisa.

    Se sorprendió, recordó que en algunas culturas tenían esa tradición, cargar a la novia a ese estilo.

    Asintió con el rostro sonrojado.

    Hecho ese gesto, la llevo a esa habitación que compartirían, de ahora en adelante.

    La puerta fue abierta con cuidado, la habitación tenía un dulce aroma a vainilla, el favorito de la joven, y los pétalos que adoraban la cama con un corazón eran amapolas de una tonalidad rosada.

    Que detallista era ese hombre, lo que tiene de grande y fuerte, también lo tiene en su enorme corazón y sentimientos tan puros como ese amor proferido en ambos.

    -¿Alde? ¿Tu…. Lo hiciste?- Se sorprendió, su corazón latiendo a todo lo que podía, aferrándose a él.

    -Si… Bueno, las flores, Afrodita me dio el concejo que eran más hermosas- Estaba apenado, había preparado este momento también, pero su corazón estaba vuelto loco, como lo que sentía.

    Al pasar por el portal de la habitación, se cerró la puerta detrás, la llevo directo a la cama, depositándola con cuidado, aunque más bien sentada.

    El estando a su otro lado de la misma manera.

    Ambos nerviosos, mirando hacia el suelo, jugando con sus manos, no habían que hacer, o bueno si tenían el conocimiento pero… No se les ocurría nada en como iniciarlo.

    Queriendo hacerlo, pero temiendo que el otro pensara mal, algo extraño ahora eran esposo, pero esa era su manera de verlo.

    Sabía que no ella no era una delicada mujer, había trabajo toda su vida y tenía fortaleza de sobra, pero no podía negar que, hacer el amor podría causar un poco de dolor al entrar en ella, no deseaba dañarla, pero quería hacerlo.

    Ella sus nervios, pensar en la longitud que el toro podría tener, la hacía regañarse a sí misma, que pensaba, pero si deseaba consumar todo, debía ocurrir, además que un hijo de ambos seria otro sueño cumplido.

    En un momento se decidieron ambos.

    -Alde-

    -Adonia-

    Tenían esa costumbre de que a veces, hablaban al mismo tiempo, llamándose.

    Una risita de costumbre, para aliviar la tensión.

    -Dime tú primero…- Ella con su voz suave.

    -No, tu primero- Pidió que siguiera.

    -Creo… Que deberíamos… Continuar… Je, je, je- Estaba tan nerviosa que apenas si era algo coherente, su sonrisa y sonrojo al delataba.

    -¿Estas segura? Si… Tienes miedo, o no estas lista, podemos esperar y…- Siempre pensando en los demás antes que en el propio, esa era su naturaleza.

    Se daba cuenta cada día que tenía una buena suerte, de tener a su lado al Toro dorado, por tantas razones y esta era una de ellas. Siempre cuidándola, pero quería que esto pasara.

    -Tu… ¿Estás listo?- Le pregunto esto con nerviosismo.

    -Adonia… La verdad, es que… Sí, yo quiero, quisiera, hacerlo… Por qué… Te amo y… Mi corazón, mi cuerpo… Pienso que si… Pero… Si tu… No…- Estaba balbuceando, repitiendo las muletillas que se le escavaba de nuevo.

    Esto siempre le parecía adorable a ella, actuaba igual cuando le propuso matrimonio, sonrió y se acercó a él, depositando un suave besó en la mejilla del hombre.

    Logrando tranquilizar al dorado, mirándola con una devoción casi ajena a esta tierra.

    -Solo se muy gentil y ve despacio… Creo que eres… Muy grande y…- Ahora ella balbuceaba como podía, sus pensamientos.

    Ahora le tocaba a él tranquilizar su inocente corazón.

    Tomo su rostro con suavidad, para acercarlo al propio y darlo un beso en los delgados labios de la joven.

    Este fue corto y casto, apenas un dulce toque, pero con un gran significado en ambos.

    Con cada beso se dejaron llevar de a poco, ella bajando su cuerpo de apoco, hasta que su espalda toco la cama suave, podía sentir el tacto delicado de esos pétalos que quedaron de bajo.

    Aldebarán, la siguió en el camino, aunque nunca dejo caer su peso sobre ella, al contrario se apoyaba en sus brazos y piernas, dejándola en medio de él, mientras seguía besándose de a poco.

    Besos suaves, intensificándose a apasionados, volviendo a los dulces, y de nuevo a los intensos.

    El vestido que llevaba, era uno que caía sobre su cuerpo, pegándose a este, el cierre en el pecho.

    Fue fácil encontrarlo para correrlo, aunque esa acción lo hizo Adonia de a poco, porque el Toro dorado siendo tan respetuoso no se atrevería a hacerlo.

    La camisa de color negra y el pantalón del mismo tono, los zapatos se habían quedado abajo, al igual que los de ella.

    La miraba a los ojos, cuando esos besos pararon, con solo esa acción podían entenderse, que sin ninguna palabra, indicaba que podía seguir.

    Noto que ese cierre estaba abierto, ver su delicada piel, lo ponía ansioso, pero siguió adelante.

    Besos en su cuello, que provocaba temblor en el cuerpo de la joven.

    No dejo ninguna marca, solo era necesario besos, igual sus hombros tuvieron ese toque de aquellos labios del Latino.

    Los débiles gemidos de la joven, estaban tratados de ser discretos, pero esas caricias la estaban provocando tanto.

    Sentía tan bien en su cuerpo, con eso.

    Mientras seguía en su labor, se fue despojando de su ropa, primero la camisa, dejándola caer al suelo, no le tenía la más mínima importancia, solo quería dedicarse a la persona que estaba amando con todo su ser.

    Mientras decencia de su piel, se topó con el vestido, quería quitarlo del camino, pero se detenía con la mano estirada a ello.

    -Hazlo… Puedes hacerlo…- La suave voz de Adonia, le dio la afirmación, que estaba bien seguir adelante.

    El solo asintió, y con cuidado retiro ese vestido blanco con adornos brillantes, con un movimiento del cuerpo femenino para despojarse de esa prenda, dejando ver su cuerpo al natural.

    Su ropa interior bastante sencilla pero linda, por alguna razón solo llevaba la prenda inferior, la de arriba no estaba, el vestido le daba la opción de ponerse algún sostén o no. Prefirió que no fuera difícil hacerlo.

    Se sentía apenada y algo acomplejada –Sé que… Son pequeños… Pero…-

    El la callo con un beso en sus labios, sonriéndole susurrándole –Son perfectos- La volvió a besar, para dirigirse a los pechos al desnudo.

    No era plana, pero su copa posiblemente seria “B”, eso no le importo en lo más mínimo al Toro.

    Se inclinó para darles besos, y su mano acariciándolos con cuidado.

    Ella estaba tan sonrojada, su aliento estaba caliente, llevo la mano a su boca, queriendo callar esos gemidos que salían de ese placer, incluso cerrando sus ojos, para dejar su vergüenza a un lado.

    Aldebarán sonrió, ella estaba siendo muy feliz con su forma tan delicada de demostrarle amor. Él nunca podría ser rudo con ella, y sin duda ella tampoco deseaba eso.

    Pensaban en el amor dulce y tierno, sin necesidad de fuerza, marcas o demás muestras salvajes.

    Cuidaba su cuerpo con todo el amor que tenía. Beso su vientre.

    -Je, je, je eso… Hace cosquillas- El que tocara su estomagó de esa forma le causaba esa reacción de gracia.

    Aldebarán, sonrió… Sabia los puntos débiles de ella, y las cosquillas lo eran.

    -te ves tan hermosa- Beso aquella nariz pequeña, y luego uno en la frente, quería demostrarle que todo iría tranquilo.

    -Te amo mucho, mi Alde- Ella le quiso dar algunas palabras de amor genuino.

    -Yo te amo mucho más- Su corazón estaba palpitando a mil por hora, estaba sudando por lo caliente del ambiente, estaba excitado no lo negaría, ella estaba expuesta por completo y el aún no lo estaba, pero su vista era la mejor.

    Se podía notar el bulto en su pantalón, que quería atención sin duda, estaba dispuesto a quitarse esas últimas prendas, estaba ya deseando hacerlo, pero se controlaba tanto.

    No podía dejarse llevar por sus instintos más primitivos.

    -Te falta a ti…- Ella dijo eso en un susurro, cerrando sus ojos, y poniendo sus brazos sobre su pecho –Debes… Quitarte el pantalón y todo lo demás, y después yo… Y luego…- Ya estaba de nuevo con la ansiedad a todo lo que daba.

    Una leve sonrisa, le daba tanta dulzura que actuara así –Como ordenes Adonia de Aldebarán- Un pequeño chiste que le gustaba hacer.

    Le hizo caso a la joven, quito aquello que le estorbaba, incluyendo su opa interior, no se negaría que su miembro estaba bien proporcionado.

    Tuvo curiosidad, pues desde hace unos segundos había escuchado que la ropa se cayó al suelo, y lo que vio, la dejo, asombrada, pero no de una mala forma, al contrario. En su mente vinieron varias ideas, que no sabía que decir.

    Se preguntaba internamente, ¿Cómo sería posible que todo eso entrara en ella?

    Obviamente no tenía con quien compararlo, pero su imaginación había sido correcta, era grande, algo grueso y más palabras como calificarlo, pero simplemente diría que le gustaba la idea ahora.

    -Voy a continuar…- Aldebarán se sentía tan apenado, por mostrarse de esa forma, nunca había sido visto por nadie de esa manera, ella era la primera, y así quería mantenerlo.

    -Está bien…- Su corazón latía con fuerza, pero esta vez no cerró los ojos, quería ver la expresión de su esposo, cuando estuvieran unidos.

    Retiro con cuidado la delicada prenda, pasándola por las piernas blancas de la joven, pudo notar una pequeña mancha húmeda en esas pantaletas, quería decir que ella estaba igual de excitada que él.

    Pues en su mimbro había un poco de líquido pre seminal.

    No se atreverían a aquellos juegos previos, solo quería que fuera dulce, tierno, tradicional de alguna forma que conocieron o tuvieran la idea.

    Adonia, abrió sus piernas un poco, pensaba que sería una buena forma de ser atrevida.

    Un suspiro de los labios del Toro salió, verla estando por competa para él, le gustaba y quería darle a tender que lo estaba para ella.

    Tomo las delicadas piernas y las coloco sobre sus hombros, eso era algo que él lo pensó rápido y sería bueno.

    Estando de rosillas, inclinado hacia la castaña clara.

    Había colocado el duro y gran pene cerca de la entrada virginal de ella.

    Lo podía sentir tocándola, sentía esa zona caliente, aun no lo tenía dentro y ya sentía una gran ola de placer, porque era de quien amaba, de la única persona que había logrado conquistarla por todos los medios.

    -¿Estas lista?- Le preguntaba, conocía su cuerpo, siendo más grande y tosco, así que sería tan delicado como pudiera.

    -Alde… Está bien… Lo soportare- Se quería hacer la valiente. Aun estando nerviosa, pero sus mejillas rojas y sonrisa delataban que estaba feliz.

    Comenzó a inclinarse hacia ella, de la misma forma entrando con suavidad.

    -Haaaa… Haaaa…- Ese comienzo de gemidos, que quería callar, no estaba preparada para ese momento, pero era doloroso y placentero, que no sabía qué hacer, solo su voz se dejó escuchar más.

    Sentir esa estrecha vagina, estaba adentrándose a ella, sentía esa sensación de placer intenso en su miembro, lo rodeaba por completó. Pero no se aventuró a entrar entero, al escucharla así de agitada, se angustio pensaba que la estaba lastimando.

    -A… Al…De… Eres… Muy grande…- Esas palabras las dejo escapar en su momento de placer acompañado con un dolor que estaba disminuyendo.

    Se alarmo, pensaba que le hacía daño, no quería pero si era necesario, estaba dispuesto a salir –Per… Perdón… Adonia… Si quieres… Ah, aaaah… Saldré de ti…- Estaba decidido aún en contra de sus deseos, el tener que retirarse de ella, pero…

    La voz de la joven, que aun haciendo todo su esfuerzo para que pudiera salir de su boca –No… No lo hagas… Yo… Quiero esto… De verdad… Aaaaaah…- Su rostro estaba rojo, sujetando las sabanas con sus manos.

    Poco a poco su rostro se había relajado, sintiendo que el dolor disminuía hasta ser casi imperceptible, y la sensación de placer se aumentaba.

    Igual Aldebarán, sentía que quería continuar adentrándose en ella, pero no sabía cómo hacerlo. Aunque su miembro sentía las olas de calor que se intensificaban.

    -Mue…Ve…Te…- Con esas palabras le indicaba que podía continuar.

    Debía ser suave, su miembro aun le faltaba adentrarse un poco más.

    En una suave embestida que dio al cuerpo femenino, entro por completó, estando conectados de esta manera.

    Ella se sobresaltó, sintiendo un gran estremecimiento en su ser, las uñas se habían clavado en las sabanas, era demasiado pero lo sentía realmente bien, no supo cómo, más se sentía feliz.

    Sus gemidos se habían intensificaban, la voz estaba siendo frágil, unas lágrimas salían de sus ojos, todo se le combinaba esa sensaciones de éxtasis pleno.

    No podía hablar, solo dejar escapara los sonidos lascivos de su boca.

    Verla de esa manera, con la espalda arqueada, su boca ligeramente abierta, esos adornos rojizos en sus mejillas, ver su cuerpo sudando, sus pechos se veían tan suaves, sus pezones se veían algo duros.

    Le daba más excitación solo observarla, sus embestidas suaves se intensificaban un poco, quería seguir haciéndola sentir bien.

    Así como él lo estaba experimentando, desde la base de su pene hasta la punta, podría sentir como el calor aumentaba.

    Comenzó a acariciar su suave piel con sus toscas manos, este tacto era diferente ahora, posiblemente por la sensibilidad de ambos.

    -Alde… Barán… Aaaaaah… Te amo…- Sus ojos brillantes por las lágrimas placenteras, una sonrisa angelical adornando la leve lujuria que provoca en el otro.

    Escuchar su nombre provenir de esa boca, que tanto había besado y adoraba, ahora estaba en una situación que solo en su imaginación tenia.

    Ahora era realidad, se sentía más excitado, el vaiveneé se hacía intensó a cada segundo.

    No dudaría que las caderas de la joven al día siguiente estarían adoloridas, pero estaría bien, él se encargaría de hacer todo por ella.

    -Adonia, te amo…- Se inclina besarla en los labios, para estar más cerca.

    Sostuvo sus manos contra el colchón, aprisionándolas.

    Cada beso, una envestida más.

    Los gemidos y palabras de amor, estuvieron presentes.

    Así pasaron unos momentos más, hasta que sentían que sus cuerpos no soportarían.

    Que en cualquier momento llegarían al orgasmo natural de haber estado entregándose mutuamente.

    -Voy… A… Terminar… Pronto…- El Brasileño le informaba a su pareja.

    -Aaaaaah… Si… Aaaaah- Solo decía aquellas palabras, ya no estaba en ese momento, estaba inundando de placer por completó.

    El cuerpo que estaba amando, se estremecía cada vez más y no podía alejarse de ella, así que decidió sostenerla con delicadeza, para abrazarla aun penetrándola.

    Quería abrazarla mientras dejaba salir su semilla dentro de ella.

    Adonia buscaba besarlo de nueva cuenta, pero esos besos ya no eran inocentes o castos, si no que estaban en un nivel apasionados, sus lenguas se introducían en la otra.

    Rodeando el cuello del hombre, y el sosteniéndola con fuerza, acariciando la suave espalda que poseía.

    Unas cuantas veces más y se sintió que el orgasmo llegaba.

    Aaaaaah… Alde… Siento extraño… Mi cuerpo…- No compendia que más pasaba, pero sentía demasiado éxtasis, su espalda se arqueo, con la respiración agitada, y sosteniendo los hombros del más grande, había experimentado un orgasmo femenino.

    Para ese instante, el Toro dorado, también estaba en su límite, unas embestidas más y logro terminar, su venida derramándose dentro de ella.

    -Arrrgggg… Argggg…- Esos sonidos de la boca del más grande, se escucharon. La sostenía con fuerza, sentía como se había liberado de una manera frenética de aquella acción, que empezó siento dulce y terminó llena de pasión.

    Al fin de cuentas ese es el objetó principal.

    Adonia, se recargó en el enorme pecho del Brasileño, respirando con dificultad, sus ojos cerrados, su aliento se estaba mirando por el calor entre ambos cuerpos.

    -¿Cómo te encuentras amor?- Su respiración se estaba calmándose, para de nuevo ser ese hombre dulce y tierno.

    -Si… Pero… Esto… Nunca… Aaaaah…- No podía hablar bien, aún estaba tratando de sentirse tranquiló, pero ese hombre a su lado, le hacía pensar en que podría aguantar otro de nuevo, pues la sensación la envolvía de nueva cuenta.

    Beso su frente, decidió que podría ser mejor descansar, él se recostó sobre su espalda, posicionándola a ella arriba de él. Le gustaba la idea de que ella durmiera sobre su pecho.

    La abrazaba con fuerza, dándole suaves caricias en su cuerpo, era perfecta ante sus ojos.

    -Alde… Soy feliz…- Sonrió, se sentía diferente, pero con un mayor amor ahora a ese caballero protector de la segunda casa, se recargo con mayor libertad en su pecho -¿Crees aguantar una vez más?- Rio delicadamente, sonrojándose con mayor intensidad.

    -¡¡¡ADONIA!!!- Se sorprendió, nunca creyó que le pidiera eso, pero no le molesto para anda -¿Estas segura?-

    Ella asintió, sonrojada, pues ahora quería volver a experimentar esa sensación tan agradable y fantástica.

    Y fue así como esa noche, se volvió algo intensa, pero consensual, llena de amor y deseo.

    Eso era lo que se experimentaba entre los dos.

    Con cuidado y amor, seria así cada que quisieran.

    El Toro dorado aun siendo grande, fuerte y tosco, era tan amoroso con su esposa, así como fueron de novios seguían siendo igual.

    Cuidándola en todo, mostrándole su apoyo, en todas sus ideas y sueños.

    Y ella, viviendo ahora como esposa de un Caballero era extraño, estando en el santuario, se había decidió en tener su restaurante y lo logro.

    Así que tenía sus propias responsabilidades, como una mujer de negocios, no era de lujo, pero suficiente para ser feliz.

    Incluso Aldebarán le enseño sus mejores recetas de repostería.

    Estar juntos era lo mejor, pero cuando él tenía que partir en alguna misión, sí que sufría, pensando en que podría pasarle algo malo o que saliera gravemente herido.

    Obviamente se calmaba, cuando los dorados le decían que todo estaría bien y Aldebarán era uno de los más fuertes.

    De alguna forma, si actitud amable y decidida, logro que todos la trataran como una buena amiga y respetándola en cada momento.

    Incluso Death nunca le hizo ninguna broma, al igual que Shunrei.

    Pasaron así los años, no se dirá cuántos con exactitud, pero su hija aquella pequeña que nació bajo la estrella protectora de Tauro, y si se confirmó el mayor temor de la joven mujer, sería la siguiente dorada del Toro.

    Poseía seis años, y en cuestión de nada tendría que portar la máscara que cada caballero femenino tenía que usar a cumplir cierta edad.

    No negaría que se preocuparía, pero le agradaba que tuviera tanta fuerza y energía.

    Además que los otros pequeños, con unos cuantos años mayores, la cuidarían y protegieran tanto.

    -Alde… ¿Crees que algún día este lista?- Se preguntaba esto, mientras miraba a la pequeña niña, jugando con el hijo de Camus y Milo.

    -Claro que lo estará- La abrazo con suavidad, atrayéndola a su cuerpo –No te preocupes tanto, Wenda es muy fuerte- Sonrió orgulloso, como cualquier padre de que tenía el conocimiento que su hija lo podría superar –Es igual que tu…-

    La Griega, lo miro desconcertada a que se refería, pues había heredado el cabello del padre lacio, el tono era un poco más oscuro que el de ella, y sus ojos similares a Alde, solo el rasgo físico, pero entendía que se podría ser más profundo.

    -¿Qué quieres decir?- Sonrió, apoyando su cabeza en el hombro.

    -Se ve pequeña, frágil e indefensa, pero mírala, tiene una gran fuerza en su interior, su cosmos es tan poderoso y tiene un buen golpe- Rio con fuerza en esta parte.

    Recordó cuando la entrenaba, y le dio un fuerte golpe en la mejilla.

    Sí que la fuerza bruta, estaba viniendo de familia.

    Ella solo negó, recordando también se día, riéndose abiertamente.

    Ver a su pequeña era lo mejor del mundo, pero como un sentido aparte, se daba cuenta de lo que pasaba entre esos dos que miraba.

    -Espero que no seas un padre muy celoso- Le dio un leve codazo.

    -Ja, ja, ja, ja sé a qué te refieres- Cruzo los brazos sobre su gran pecho –De todos los niños del santuario, creo que Camil es el más educado de todos-

    -Es verdad, es muy tranquilo y Wenda es todo lo contrario- Cerro sus ojos, mostrando esa sonrisa que amaba el segundo guardián.

    -Aun así calmado, cuando la persona que ame, esté en peligro el dejara ver su verdadero poder del Escorpión dorado- Dijo esto serio, conocía a los padres del niño de once años y confiaba en su crianza, por eso no existía lo celos paternales de que no fuera digno de su pequeña.

    De repente la niña, llego con sus progenitores, sujetando la mano del joven de cabellos cerúleos, heredados del padre.

    -Mami, papi ¿Camil puede comer con nosotros?- La pregunta tan inocente dio.

    -Wenda… No hace falta… Yo puedo ir a Escorpio… Y…- Se sentía nervioso, por ese toque con la pequeña.

    -Claro que si mi niña- La mujer sonrió, tan feliz y se adentró al templo, para que la siguieran, pues había preparado algo sumamente delicioso.

    Aldebarán asintió, mirándolos a ambos, se le hacía bastante adorable esa situación, eran unos niños, pero se notaba que en un futuro terminarían estando juntos y no le molestaba para nada.

    Camino con paso firme al interior del templo, para ir a comer con ellos.

    En su mente surco el leve pensamiento, en que si esa vez no hubiera ido a cenar con sus camperos para divertirse un instante, nunca habría visto a esa joven que capturo su corazón y que fue correspondido.

    Con el tiempo formarse como pareja y luego esposos.

    Concebir a una adorable niña, que crecía fuerte y alegre, junto a los demás “Mini doraditos” Como se les había denominado de cariño a esos siete niños.

    Se sentía el hombre más afortunado del mundo, aunque muchos pudieran decir que fueran ellos, cada quien lo era a su manera.

    Tener el amor que siempre deseo, consiguió lo que anhelaba, alguien que lo amara de verdad, y no se fijara en su físico, si bien había logrado superar sus complejos de belleza, pero sabía que su cuerpo era más tosco, igual su rostro, pero se sentía tranquiló.

    Eso ya no importaba, el amor de una joven genuino y que el correspondía también, ella era simplemente perfecta y capaz de hacerlo temblar si se enojaba.

    Era más pequeña, pero tenía un carácter que se imponía, aunque sus mejillas infladas la hacían ver como una dulce ardilla, esa era la apariencia que poseía.

    Con el amor es el instante, es el sentimiento más fuerte, grande, y genuino que se puede encontrar si es de la persona correcta.

    Cada quien lo encuentra a su tiempo, a su momento, ni antes después.

    Si aún no sucede, debes esperar o ir a buscarlo, cualquiera de esas dos opciones es válida, pero esa persona te debe querer tal y como eres, con virtudes y defectos, pero ojos estos últimos no deben ser destructivo para los demás o contra uno mismo.

    Cuando encuentres esa persona, ambos deben cultivar ese amor, hacerlo crecer de a poco, nunca apresuren las cosas, es su tiempo que deben segur un ritmo que los dos puedan seguir.

    El amor es mutuo, y así se debe mantener.

    Cuidándose, protegiéndose, procurándose y manteniéndolo en alto.
     
  13. Threadmarks: Capitulo 13 (Peguntas Y Respuestas Parte 1)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    5930
    Hola mis terrones de azúcar, hemos llegado a la recta final de este mini especial de las parejas del fic anterior y primero “Un Papá Para Kiki”, me he puesto a pensar y el trece de este mes serian seis meses desde que lo publique y no me creo que seamos una gran familia ya.

    Somos los terrones de azúcar, una hermosa familia.

    En fin, empezaremos con las dulces preguntas, serán todos en este capítulo. Empezaremos por la primera que nos cautivó.

    Ósea será dividido por parejas.

    Así que empecemos, que estos dorados, están muy ocupados con sus bendiciones y hemos logrado que los bronceaditos cuiden de los mini doraditos.

    Pero muy posiblemente despierten y empiecen a atormentar a ellos.

    Sin más dilatación empezaremos con Shaka y Mu.

    -Buenos días, tardes noches ¿Qué hora es? ¿Quién me ha robado el reloj?- Mi presentación típica.

    -Como saben chicos, mis terrones de azúcar, les tiene algunas preguntas- Una sonrisa –Gracias por tener tiempo de su vida tan preocupada de guardianes y de padres ahora.

    -No hay problema, me da mucho gusto que quieran conocernos un poco- La imagínense una hermosa sonrisa de Mucito bebe.

    -Solo que sea rápido- Tan serio y amargado, es obvio solo con su familia es cálido.

    -Primero que nada, saluden por favor caballeros dorados hermosos- Se me salió lo fangirl.

    -Hola, mucho gusto terrones de azúcar, un gusto contestar todas sus dudas- Mucito les saluda con una sonrisita angelical.

    -Hola- Y Shaka, serio… Pero sonrió un poco.

    -Muy bien aquí viene la primera pregunta- Saca su libreta, como una reportera.

    –Leeré todo tal cual como me lo enviaron- Aclaro mi dulce voz –Primera pregunta es de gariazulcielo y dice lo siguiente “Para mi hermoso Mucito Mi querido mío, ¿Si pudieras tendrías más hijos ya sean propios o adoptados?”

    Se pone todo rojito, por los cumplidos –Muchas gracias por llamarme hermoso… Ja, ja, ja… Bueno- Se nos pone más rojito, por la pregunta –Si pudiera… Si me gustaría tener otro hijo con Shaka- Sostiene la mano de su ahora esposo.

    Se ven tan hermosos

    -También, igual como ahora ya no podríamos tener hijos propios, no me molestaría adoptar, pero eso lo tendría que hablar con Shaka en privado- Vislumbra con su sonrisa, pareciera que tenían corazones alrededor.

    -Que bonitos- Solo verlos me hace ponerme bien feliz.

    -¿Por qué uno de tus terrones le llama hermoso y que es suyo Mi Esposo Mu?- Ya tiene el ceño fruncido, y sosteniente la mano del pelilila con fuerza.

    -¡¡¡SHAKA!!! Cálmate por favor- La carita de susto de Mu –Fue solo un cumplido-

    -Sí, rubia de pueblo no te enojes- Abrió los ojos con sorpresa ¿Qué fue lo que le dije?

    -¿Cómo me llamaste?- Sus ojos están abiertos, terrones me estoy por morir.

    -Ja, ja, ja…- Revisa la libreta –Oh, mira… Tenemos varias preguntas para Shaka- Estoy tan nerviosa que siento morirme.

    -No contestare nada, hasta que me digas de ¿Dónde sacaste ese nombrecito?- Sus brazos cruzados, y ya mal humorado.

    -Mu, ayúdame- Ya quiero llorar.

    -Por favor amor, no seas así…- Con esa sonrisa dulce de siempre, ¿Quién se podría negar?

    Suspira, sonrojado y bastante derrotado –Bien-

    Agradecida con el corderito hermoso -Sheyale para Shaka ¿Qué se siente ser el caballero más cercano a Dios? ¿Mu cocina bien? ¿Me lo prestas? ¿Por qué eres vegetariano?- Espera que el rubio oxigenado no se enoje tanto.

    -Ser el caballero más cercano al maestro Buda, se siente bastante bien… no me quejo, solo que a veces…- Suspiro decaído –Es algo solitario, el largo entrenamiento- Se nos puso algo melancólico.

    -Ya no está solo Shaka- Los ojitos de Mu para el rubio son preciosos.

    Este solo asintió, para proseguir a las preguntas –Realmente cocina deliciosos, no te lo presto, es solo mío- Lo besa en los labios –Por mi cultura, mis creencias, el ser Budista no le puedo quitar la vida a otro ser vivo, al menos que sea en nombre de nuestra Diosa Atena o por cuidar a mi familia-

    -Este hombre es tan perfecto con Mucito hermoso- Me siento tan sonrojada y enamorada por culpa de estos dos. Tengo que hablarle a mi novio.

    -LO que sigue es una pregunta para ti Virgo, sin duda eres bastante popular- Trato de sonreír.

    -Mmh, está bien señorita Ammu- No cambia su semblante, pero está tranquilo.

    -De parte de Anonimus1000days para Shaka ¿Por qué a veces tienes cara de amargado?- Al terminar de leerla, me sorprendí y me tape la boca –No te enojes por favor-

    -No soy amargado, es solo que no me relaciono tan fácilmente con las personas- Aunque finja, si le dolió que lo llamaran amargado.

    -Él es bastante dulce, con nuestros hijos es tan amoroso y…-

    -Mu, por favor… No necesitan saber eso- Se sonrojo demasiado, bajando la mirada.

    -De parte de Anonimus1000days otra para Mu y dice así, “Si hacen cena familiar con tus padres, Shunrei y Shiryu y tal vez algún bronce colado ¿Quién se encarga de que nadie se pelee? Cofcof Shion y Shaka Cofcof?”- Esta es bastante graciosa.

    -El Viejo maestro Dohko… Digo mi padre ja, ja, ja- Como se puso nervioso.

    -Eso quiere decir, ¿Que ya ha pasado?- Estoy con los ojos bien abiertos.

    -Solo paso una vez, que el patriarca y yo peleamos- Cruzado de brazos, y ya enojado.

    -Shaka, casi destruyen mi templo, porque de nuevo discutían por el entrenamiento de Kiki y Anshin- Suspira, con una gotita de anime en la frente.

    -Ja, ja, ja, miren de lo que nos vamos enterando- Me muero de risa.

    -Bien sigamos por favor- Aplaudo un poco para llamar su atención –Esta es otra de parte de GariAzul y es para ambos ¿Cómo supo Kiki como se hacían los bebes y quien se lo dijo y de qué forma?- Los mira a ambos.

    -Eso… Yo lo hice…- Esta todo rojito Mucito bebe.

    Ambos nos quedamos mirando a Aries, esperando su respuesta.

    -Me pregunto, cuando era más pequeño, pero le conté la historia de la cigüeña y todo, pero cuando estuve embarazado de Anshin, le tuve que decir cómo se hacen los bebes, así que le conté de la forma más decente posible… Diciéndole que en ciertas formas tanto mujeres como ahora hombres pueden concebir y como es el proceso- Para este punto Mu, casi se nos está desmayando de la pena, deberían verlo rojito como tomate y cubriéndose con sus manitas.

    -Y ¿Tu dónde estabas rubio?- Molesta, por dejar a Mucito enfrentar todo solito.

    -¿Yo? Pues…- No sabe que responder.

    -Shaka, estabas en misión cuando esa pregunta sucedió, no te preocupes- Siempre tan lindo al pensar en su esposito.

    -¿Por qué no me dijiste nada?- Lo cuestiona rápidamente.

    -Ay no se…- Niega con la cabeza avergonzado.

    -Sigamos con la entrevista, que ya casi terminamos con ustedes- Reviso la libreta –Es de parte de aries_chinmimi y es para ambos ¿Desde cuándo han estado enamorados de su pareja? Y ¿Cuándo se dieron cuenta que les gustaba o estaban enamorados?-

    En este punto, Mu recuperó su color normal, pero el rubio se puso nervioso, cambaron los papeles.

    -¿Quieres responder tú primero Shaka?-

    -No, hazlo tu primero borreguito- Beso su mejilla, de algo se acordó.

    Posa su barbilla en su mano –Yo he estado enamorado de Shaka, desde la infancia, creo que tenía unos… Cuatro o cinco años, cuando empezó a gustarme y sentirme feliz a su lado. Me di cuenta que lo amaba en aquella noche de tormenta en Aries que dormimos juntos de niños- Esa sonrisa adorable, pero picarona, sin duda se acordó d algo.

    -¡¡¡QUE ADORABLE!!!- Me siento feliz de poder verlos tan felices juntos –Ahora te toca a ti Shaka-

    Suspira desviando la mirada –Creo que es algo personal esto, pero lo hare solo por ser para ti- Realmente está amenazado con que Mu no le daría de comer lo que le gusta, si no es amable conmigo –Yo me enamore de Mu de Aries desde los tres años, pero no me había dado cuenta, pensaba que era normal lo que sentía como amigos, pero con el tiempo supe que era amor… Y también fue la misma noche de tormenta- Sonrió para ver al pelilila –Lucia tan hermoso, inocente y…- Ya no siguió por la vergüenza que sintió, bajo su mirada y poso su mano en la cara.

    Para este momento, Aries ya estaba abrazando al rubio, para reconfortarlo.

    Ellos son la pareja más adorable del mundo mundial.

    -Chicos solo dos peguntas más y podrán regresar con sus hijos- Está llena de felicidad por dentro –Zata97 pregunta lo siguiente “Shaka ¿me dejas jugar con Kiki y su hermanita? Y Mu ¿Has comido las tortas de Tamal? Y si no…- Saca un paquete de quien sabe dónde –Te manda uno mi terrón de azúcar, así que disfrútala-

    Acepta el presenté, con mucha cuidado –Muchas gracias terrón de azúcar Zata97- Pero guarda para compartir con los demás.

    -Depende ¿A que jugaran?- Que padre tan sobreprotector.

    -Bueno chicos, hasta acá su entrevista, muchas gracias por su tiempo, la verdad les quiero decir que son mis favoritos dorados ¿Puedo darles un abrazo?- Extiende sus brazos.

    -Sí, claro- Mu lindo como siempre.

    -No- El rubio, no es tan expresivo.

    -Despídanse por favor-

    -Adiós terrones de azúcar, gracias por sus preguntas, cuídense mucho- ¿Puede ser más perfecto este hombre?

    -Adiós, y no hagan preguntas tan personales la próxima- Que hombre más serio, pero aun así es de nuestro agrado.

    Pasando unos minutos llegan la siguiente pareja.

    -Bienvenidos al especial de las parejas responden, soy Ammu alias mamá terrón de azúcar y tengo muchas preguntas para ustedes, un gusto conocerlos-

    -Hola, mucho gusto y…- Se levanta de su asiento emocionado –Estoy feliz de que sus terrones quieran saber de nosotros y el amor que le tengo a Saga- Se va directo a abrazarlo.

    -Aioros- Esta rojito como tomatito con ramita azul –Hola a todos… Por favor que esto sea rápido, debo ir a cumplir una misión pronto-

    -Oh, sí, sí, lo habías mencionado, disculpa- Rápido a las preguntas principales. –Anonimus1000days pregunta a Saga ¿Cómo fue el perdón de su ilustrísima a ti por tu usurpación y que básicamente por tu culpa la mayoría de caballeros murió a manos de los bronce y no hubo un ejército completó para la saga de Hades? ¿Cómo se tomó Kanon tu relación con Aioros?

    -¿Tenían que recordarme todo lo que hice mal?- Esta triste, alerta roja… Ya la regamos.

    -Vamos Amorcito… Solo contesta, eso ya paso y quieren saber tu lado de la historia- Siempre apoyándolo sin importar que.

    -El patriarca… Me perdono, inclusos menciono que se sentía el responsable, por que debió ayudarme más, para que no cayera ante esa maldad, la verdad yo fui el que más se culpaba y castigaba, aunque… El viejo maestro Dohko, me dio un bastonazo para espiar mis pecados y solio…- Se toca la cabeza –Y… Kanon no se tomó nada bien la relación mía con Aioros, al enterarse que estaba embrazado, hizo un desastre, pero con el tiempo se fue acostumbrando a mi querido Sagitario, no son los mejores amigos, pero se toleran bastante bien, aunque las bromas…-

    -Las bromas de Kanon, son igual de malas que las de Death, puso mostaza en mis pantuflas la otra vez y ya tenemos cinco años de pareja o mejor dicho de esposos- Muestra el anillo, como la mejor joya del mundo.

    -Adorables como siempre- Mi corazón está latiendo como loco, ellos también son lindos –Que bonito, son tan dulces entre los dos, pero debemos seguir… Aunque quiero seguir viéndolos- Casi grito de la emoción –Sheyale les hace unas interesantes preguntas y van así Siendo ustedes dos los mayores e los doce (Sin contar al tigre) Debieron de haber entrenado y cuidado del resto de dorado cuando eran pequeños ¿Qué fue lo mejor y lo peor de haber sido sus tutores? Y ¿Con quién de ellos se llevan mejor en la actualidad?-

    El primero en contestar esta fue Aioros –Lo mejor fue ver sus caritas de niños, sonriendo en cada momento, cuando me pedían ayuda en algo, o hacían sus adorables travesuras o jugaban y querían que participar- El único que se emociona por niños pequeños –Lo peor pudo ser cuando Death y Afrodita siendo unos de los mayores sin contar a Shura, se escondieron en el lago donde nadaban los más jóvenes y por estar de traviesos, los jalaban al fondo y Camus en uno de esos sustos congeló todo el lago, y se quedaron atrapados todos- Su cara de terror fue épica –Si digo que me llevo mejor con mi hermano seria trampa, pero creo que con Aldebarán, pues me está enseñando a cocinar las galletas sin quemarlas-

    -Aaah…- Casi me voy de espaldas -¿Estas aprendiendo a cocinar correctamente las galletas sin quemarlas?-

    Este castaño solo asintió feliz.

    -Tu turnó Saga-

    -Lo mejor fue entrenarlos y no negare que jugar con ellos, en verdad me alegraba mis días y más cuando Aioros estaba con nosotros pero…- Frunció el ceño bastante molesto –Odiaba cuando no querían comer de más pequeños y me tiraban toda la comida en mi cabello, en la cara, que se ponía a pelear y terminan llorando yo por la desesperación- Cruzaba sus brazos delante del pecho, mirando para otro lado –Creo que con quien mejor me he llevado en la actualizad es Camus, compartimos idéales de crianza y su hijo es bastante tranquilo, aunque Argus siempre ata metido en Cáncer-

    -Cierto… ¿Qué se siente que su futuro nuero… Sea Egil?- Tenia que preguntar.

    -Pues bien… No pasa nada, si se quieren- Aioros ve el mundo color de rosa.

    -Espero que no nos salgan con ninguna sorpresita-

    -Y su hijo mayor está enamorado de la pequeña Buda ¿Cómo les hace sentir eso?-

    Se miran ambos y concuerdan en silencio –Aterrados, no queremos que nuestro hijo muera por culpa de Shaka-

    -Es verdad… Ja, ja, ja, ja, Ese hombre es muy sobreprotector- Reviso mi libreta –De Sheyale para Aioros la armadura de Sagitario fue enviada varias veces a ayudar a Seiya ¿Fue la armadura quien decidía por si sola o eras tú quien la hacía moverse?

    -Fuimos ambos, La voluntad de Sagitario era la misma que la mía, nos dimos cuenta de que Seiya estaba dispuesto a proteger a nuestra Diosa Atena y quisimos protegerlo- Sonrió –Al final parte de mi alma estaba en mi armadura y creo que aun esta- Ríe tan tranquilo.

    -Muy bien, otra para Saga de parte de mi terrón de azúcar Sheyale ¿Por qué eres tan guapo? Ahh no, esa no es. Tú y Kanon se la pasan peleando la mayoría de veces pero al final de cuentas son hermanos así que ¿Cuál es el mejor recuerdo que tengan con él?

    -Primero, antes que conteste mi amado Saga, quiero decirle a ese terrón de azúcar, que Saga es muy guapo por que el heredó los mejores genes de su familia, gracias por peguntar eso de mi esposo- Esa sonrisa aterra tanto –Por favor continúen-

    -¿No te da miedo cuando se pone así de celoso?- Le susurro al peli azul.

    -No estoy tan acostumbrado- Suspira pensativo –Kanon y yo no podíamos decir que tenemos la mejor relación de hermanos, pero tengo un recuerdo muy preciado con él, y es cuando éramos más pequeños, Kanon tenía mucho miedo a las lagartijas y un día una cayó sobre su cabeza, se asustó tanto que lloro y me pidió ayuda, aferrándose para que le quitara ese animal- Sonrió nostálgico –Sé que pensaran que me estoy burlando de él, pero el hecho de que me necesitara, por algo tan pequeño, me hizo sentir muy feliz, pues ese debió siempre ser mi trabajo, mas creo que fue la única vez que no discutimos al final, me dio un abrazo e incluso un beso en la mejilla por ayudarlo-

    -Que lindos hermanos- Estoy casi llorando por esa anécdota tan dulce.

    -Sander heredo ese mido de Kanon- Agrego Aioros.

    -De lo que una se viene enterando- Estoy sorprendida por todo, pero tenemos que seguirle –Anonimus1000days, pregunta a Aioros ¿Cómo se tomaron todos en el santuario la relación con Saga y más específicamente tu gato bro? Ah y, ¿Alguien los descubrió esa noche al aire libre?

    -Creo que se tomaron todo bastante bien, con excepción de Kanon que me dio una golpiza muy fuerte, y Aioria estaba entusiasmado con la idea de ser tío, el resto pues… Death se burló, diciendo que…-

    -No necesitan saber eso- Lo callo el peli azul.

    -Como digas mi amado Géminis mayor- Le da un beso en la mejilla –Volviendo, Aioria estaba muy feliz, porque estaba con la persona que siempre he amado, pero si se preocupó, diciéndome que tuviera mucho cuidado porque… Creo… Que le da miedo que es algo malo, ya saben- Tarta de no ser tan obvio -¡¡¡NO!!! ¡¡¡NADIE NOS DESCUBRIÓ… BUENO, POR SUERTE!!! Ja, ja, ja- Si grito pero por la pena, porque está muy rojo como su cinta en la frente.

    -Me pongo a pensar que tuvieron mucha suerte esa noche-

    -¡¡¡¿COMO DEMONIOS SUPIERON DE ESA NOCHE?!!!- Saga se estaba volviendo salvaje.

    -Cálmate… Cálmate por favor…- Tengo que pensar rápidamente –Mira Saga KuranKaname001 tiene una pregunta para ti y es… Son varias… ¿Por qué eres san abrazable? ¿Te puedo dar un abracito? ¿Por qué te asustaste tanto cuando Aioros te dio las galletas y te pidió ser su novio? ¿Puedo secuestrar a Kanon?

    -No lo sé…- Se gira a ver a su esposo –¿Por qué lo soy?-

    Lo abrazaba de forma posesiva –Porque eres hermoso, tu cabello es perfecto, eras adorable y te amo- Tiene unos ojos que dan miedo, terrón de azúcar ten cuidado.

    -Sí, me puedes dar un abrazo, no hay problema- Que amable –Me asuste, pero que éramos unos chiquillos de catorce años y, tenía mis propias luchas internas, no me sentía merecedor del gran amor que me tenía y… Preferí huir, si hubiera hecho caso a mi corazón, todo habría sido diferente –Piensa la última –Si piensas darle de comer, mantenerlo vivo y cuidarlo, te lo regalo-

    -¡¡¡SAGA!!! ¡¡¡ES TU HERMANÓ!!!- Aioros está a favor de proteger a los hermanos menores.

    -Saga, Anonimus1000days volvió a hacerte una pregunta, señor don popular ¿Qué tal fue todo después de la boda con tu caídas locas? Ojitos brillantes-

    -No cambio realmente mucho, solo que ahora nuestras almas están unidas de por vida, portamos este anillo y se ha vuelto un poco más celoso- Decía todo esto, con una sonrisa y un rubor en sus mejillas tan lindo, nos damos cuenta del gran amor que le tiene a caídas locas –Pero fue mejor porque nuestro amor dio frutos y nuestros hijos son lo mejor que me ha dado Aioros- Besa de sorpresa a su pareja –Te amo Aioros-

    -¡¡¡ADORABLES!!!- Siento que millones de mariposas dorados vuelan a nuestro alrededor.

    Pero el castaño se ha desmayado, por la emoción.

    -Aioros, no puedes dormir aun, la siguiente pregunta de Anonimus1000days es para ti, ¿Ya dejaste de quemar las galletas y tirarte de los barrancos?- Espera que reaccione, pro que se hace el menso.

    -Estoy aprendiendo a dejar de quemarlas, Alde me ayuda bastante y Adonia igual, aunque si he quemado varias veces las practicas, no sé por qué tengo esta maldición en mis manos- Se agarra a llorar en el suelo –Puedo cocinar cualquier cosa, pero siempre quemo las galletas y no… No sé por qué…- Está llorando demasiado…

    -Lo de los barrancos aún se tira cuando ve uno, pero es por tropezones, por nuestros hijos, su hermano o sobrina…- Se pone a pensar -¿Sera de verdad una maldición?-

    -Chicos tenemos dos preguntas más y terminamos- Revisa la lista.

    -aries_chanmimi pregunta para ambos ¿Desde cuándo han estado enamorados de su pareja? Y ¿Cuándo se dieron cuenta que les gustaba o estaban enamorados?- Son preguntas de ley para todos.

    Con esta pregunta se levantó de golpe el Griego caídas locas –Estoy enamorado de Saga desde que lo conocí, ver su lindo rostro al ser pequeños y siendo los mayores pasamos tanto tiempo junto, creo que cuando me di cuenta que lo amaba, fue en una misión cercana al santuario que tuvimos que cumplir como parte de nuestro entrenamiento, fue la primera vez que me caí de un barranco, pero él me detuvo, sujeto mi mano con fuerza, pero creo que fui demasiado pesado y caímos ambos, el sobre mí y nos raspamos y golpeamos tanto, pero ver su rostro preocupado por mí y sus lindos ojitos asustados, me dieron ganas de protegerlo toda la vida-

    -Tan romántico y atrevido- Duda existencia –Y ¿No lo besaste?-

    -No… Pero si quería- Ilusionado.

    -¡¡¡TENÍAMOS SIETE AÑOS AIOROS!!!… Hubiera sido incorrecto- Se nos enojó el bipolar.

    -Saga tienes que responder-

    Ya sin tener de otra responderá –No fue a primera vista, pero si era un niño, cuando me empecé a fijar en él, la convivencia diaria, hizo que me sintiera a gusto a su lado y nos entendíamos bastante bien, fue fácil que me interesara y me di cuenta de lo que sentía, al verlo tan preocupado por todos los niños, y como jugaba con ellos, no se… Sentía algo en mí, pero lo confirme cuando un día, por bajarles una manzana a Camus y Milo, me caí de un árbol y justo fue en los brazos de Aioros… Aun me pregunto ¿Qué hacías allí?- Lo mira inspeccionándolo.

    -Te puedo jurar que solo pase por allí-

    -Nadie te cree eso Aioros- Revisa la lista –Son todas las preguntas para ustedes, debo admitir que fueron que más preguntas recibieron, en fin despídanse de mis terrones de azúcar por favor-

    -Adiós cubos de azúcar- Esa adorable sonrisa de Aioros, aunque se equivoque, se lo perdonó.

    -Hasta luego, y si secuestran a Kanon, cuídenlo bien y come demasiado, tenlo en cuenta- Tan dulce con su hermanito.

    -Ahora pasemos a la tercera pareja de este especial- Esta sonrisa es de felicidad, por toda su colaboración –Sean bienvenidos Afrodita y Death Mack- Les señalo el asiento.

    -Para nada, gracias a ti y todos tus terrones de azúcar, por estar interesados en nuestras vidas, que estoy entusiasmado por responderlas- El peli celeste, esta tan feliz que ni se ha sentado en su lugar.

    -Yo solo vine, porque prometiste que me darías 500 Euros-

    -¡¡¡¿QUÉ YO PROMETIÓ QUE?!!!- En este punto hice la desmayacion, pues mis ahorros son de cinco pesitos y un chicle Totito…

    -Death, cállate, y no molestes a Ammu, que ella es muy amable con nosotros- Pero se enoja de más –¡¡¡QUIERO MI MOMENTO DE FAMA!!!- Se nos alteró el pececito.

    -Está bien, está bien…- Suspira molestó –Como quieras Florecita, hagamos esto de esta mocosa y sus cosas del azúcar-

    -¡¡¡MAS RESPETO PARA MIS TERRONES DE AZÚCAR!!! Que soy una borrega también y puedo causarte mucho dolor con una caja de cerillos y el fuego… Tsk, ¿Quiere una manita quemada?-

    En este punto Death y yo nos hemos declarado una guerra, pero Dita nos regañó a ambos y pactamos guerra fría.

    -Bien… Empecemos- Seria con una oreja roja, me jalo la oreja Dita –Anonimus1000days pregunta a ambos ¿Quién le propuso al otro ser novios? Y ¿Dónde rábanos están ahora las caras de Cáncer luego de la limpieza?

    -Eso es algo muy fácil de responder y eso…-

    -Death me propuso ser su novio, en una rica comida, después de besarme sin mi permiso y las caras de Cáncer, tuvieron que ser enterradas, para que sus almas descansen, obviamente mi Cangrejo malhumorado lo hizo, yo lo supervise- Que deslumbrante se ve, enserio la maternidad le sentio de maravilla.

    -Ja, ja, ja, que bonito, bien que por fin descansaran esas almas torturadas por ti… Death Mask- Aquí es donde empezó nuestro odio mutuo –La siguiente es para ambos de nuevo y de parte de Sheyale y dice ¿Cuál fue su reacción al enterarse de que serían padres? ¿Quién propuso matrimonio a quién?

    -Cuando supimos que seriamos padres, la verdad yo…- De nuevo interrumpido…

    -Fue una extraña combinación de alegría, asombro, emoción y mucha ilusión, por que tendríamos un lindo bebe, de nuestro amor- Sus ojitos brillaban tanto que me deslumbraron, me puse lentes oscuros –Estaba tan ilusionado día y noche que acariciaba mi vientre, tan solo pensar que dentro de mi existía una dulce vida, me emociona cada vez y Death me propuso matrimonio, con una pancarta en mi templo, literalmente estaba sobre Piscis, fue romántico- Besa la mejilla de un sonrojado y enojado Cangrejo.

    -¿Qué serio estas Death?- Me dio cuenta que Dita no lo deja contestar, disfruto fastidiarlo –Sheyale tiene una pregunta para ti Afrodita al vivir en la última casa, estas obligado a pasar por todas ¿Cuáles son la cosas más extrañas que hayas visto en las otras casas y ¿A qué casa te gusta más pasar?

    -Bueno lo más extraño que he visto ha sido en el templo de Escorpio, el de Libra, Leo y Aries- Se queda pensando un instante –Con Milo una vez lo vi usar una faja, me dijo que era una tontería que aposto contra Shura y perdió, pero eso me dejo impactado, con el viejo maestro, encontré con el patriarca en el sillón, estaban de espalda, sin duda debieron estar haciendo el… Creo que muchos le nombran el “Sin respeto”, me vieron y los vi… Solo me regrese asustado-

    -Fue el día que no pudiste dormir-

    -Mi rutina de belleza lo resintió horrible- Toma algo de aire y pide un agua fría –Aioria descubrí que duerme con el león de peluche de su niñez, el que una vez le rompimos ¿Recuerdas Death?-

    -Ja, el León dorado ¿Aun duerme con eso? ¿Qué no tiene una esposa para dormir bien?- Sí que es sínico.

    -En casa de Mu, note que había algunas cosas de cuero rojo, pero eso no fue lo más raro, si no unas marcas que vi en su cuello y lo nervios que se puso al encontrarlo en una ropa muy ligera. Quise preguntar pero… Creo que es algo privado, igual hacemos ese tipo de juegos Death y yo-

    -Ja, ja, ja, ¿Así que el Buda hace gemir como…- Le doy un zape-

    -Más respeto con Mu- Modo furiosa activado –Continúa por favor Afrodita-

    Se había quedado pensativo un rato –Me gusta mucho ir a la casa de Shura y la de Aldebarán, el primero es nuestro mejor amigo y siempre tiene algo que decirnos y escucha todo lo que le cuento, Adonia en el segundo siempre me tiene alguna galleta o postre rico, además que nos ponemos de acuerdo para tratamientos capilares o faciales, es una mujer tan agradable- Es su mejor amiga después de todo.

    -Qué bonito, que tengas a tus preferidos, es bueno tener amigos cercanos siempre- Sonrisita de nervios, pro que ya vi la pregunta que sigue –Death debes estar feliz pues Sheyale se acordó de ti con lo siguiente Death dicen que los Cáncer son súper sensibles (Y exagerados) ¿Consideras que tú y tu hijo son así?

    -¿Sensible yo? JA, dile a tu terrón de azúcar, que eso es una vil mentira- Se cruza de brazos, con una pose triunfante –Nosotros no somos unos sensibles, al contario tenemos un carácter bastante agradable y superior-

    -Pero si la otra vez ambos se pusieron a llorar durante toda la película de “Siempre a tu lado Hachiko” Y otra de un perrito que no recuerdo…- Se pone a pensar –Tuve que calmarlos por dos horas, para que dejaran de llorar y dormí con Egil por el dolor que le causo esas películas-

    -¡¡¡FLORECITA!!! ¡¡¡CÁLLATE QUE ESO NO ES VERDAD!!!- Se enojó, pero estaba con lágrimas en sus ojos.

    -¿Por qué estas llorando?-

    -Se me metió una basura a los ojos, ¡¡¡YA SIGUE CON LAS PREGUNTAS, MOCOSA!!!-

    -¡¡¡YA, PERO TAMPOCO ME ESTÉS GRITANDO QUE NO SOMOS IGUALES!!!- Suspiro molesta –Valla hombre llorón, Anonimus1000days pregunta Death ¿Cuál es tu límite de alcohol?

    Después de que le pasaran una caja de pañuelos, se tranquilizó y comienza a contestar –Puedo beber cuatro botellas de buena cerveza, pero no creas de la chiquitas, si no de las grandes, como de medio litro- Se siente tan orgullece de ese hecho.

    -Ósea como una de esas llamadas “Caguamas”- Mira al hombre de escasa barba.

    -Creo que si- Ni sabia de que hablaba, pero dijo que sí.

    -De parte de Anonimus1000days para Dita ¿De dónde salió la idea de la botarga? Y ¿A quién respeta más el pequeño Egil?

    -Estaba leyendo en una revista que a quien nos guste debemos conquistarlo todos los días con sorpresas bonitas y adorables ¿Puede existir algo más bonito que un pececito de tamaño real solo para ti? Además él me ha dicho que soy su florecita, también su pececito, no encontré en los objetos perdidos de la sala patriarca una botarga de florecita, pero sí de ese pececito-

    -¿Cómo logra decir cosas tan adorables y tiernas, pero atrevidas a la vez este hombre?-

    -Egil, me respeta mucho más a mí, porque yo le pongo límites y además a Shura también-

    -Eso es porque lo cocientes más y me tratas muy mal delante de nuestro hijo-

    -Ya para de decir que te resto autoridad- Hace puchero.

    -Ha, ha, ha, Creo que continuamos antes de que…- Se da cuenta del peligro –Por favor chicos, terminemos antes de que quieran matarse, la pregunta de Anonimus1000days es para Death ¿Exactamente cuántos de los hermosos genes de Dita hay en ese hermoso niño?- Suspiro tranquila, con esta pregunta hecha por mi terroncito de azúcar, se calmaran, los cumplidos para Dita funcionan muy bien.

    Me mira con unos ojos de que me quiere matar –Ese niño, tiene los ojos hermosos de mi florecita, su preciosos cabello, aunque no lo cuida tanto como él y su lunarcito- Está enojado, pero súper rojo, por declarar aquello.

    -Death…- No duda más y lo abraza a su enojado cangrejo.

    -Si tiene corazón la jaiba esta- Se limpia las lágrimas –La siguiente es de gariazulcielo, es para Afrodita y dice así, Dita cariño mío y hermoso ¿Qué es lo que más te gusta de DM?

    Suspira emocionado, aun abrazando al hombre a su lado –Me gusta, su cabello, su barba ridícula, su forma de ser, será bromista y malhumorado a veces, pero es mi bromista, y también me gusta su forma de ser en la cama y lo que hemos hecho… No lo cambio por nada, además que es muy detallista cuando se lo propone y cocina deliciosos, es bastante atractivo a su manera-

    El cangrejo sí que es feliz por esas palabras y sus ojos me dicen que después de la entrevista ira a darle un hermanito a su hijo.

    -Limpiándome la hemorragia nasal, que esa respuesta me provocó o más bien las imágenes mentales –La siguiente es para ti Death de parte de Anonimus1000days ¿Qué hiciste cuando te enteraste que Egil venía en camino?

    -Lo que hice fue, desmayarme, entrara en pánico, pero también me emocione aunque no quiera admitirlo, fue una gran noticia de parte de mi florecita- Esta sonriendo, esto me da escalofríos, ya quiero acabar con la entrevista con él.

    -Sé que eras afortunado de tenerme a tu lado mi Cangrejito-

    -Aaaah… Son lindos- Repasa las ultimas preguntas –Otra de Anonimus1000days para Afrodita ¿Te hicieron un Baby? Si dices que si ¿Por qué no me invitaste?

    -Sí, me hicieron uno, aunque quien lo planeado fue Adonia, ya que en el santuario no sabíamos ¿Qué era eso? Hasta que ella investigando cosas de las tierras de Alabaran se enteró y yo estaba encinta, así que fui el primero- Se siente la divina flor –Y lo siento Anonimus1000days, pero no te conozco hasta hoy, pero te hubiera invitado, mas regalos para mi Egil-

    -Que interesado- Niego con la cabeza, pero me rio tanto.

    -Tenemos dos últimas preguntas de parte de aries_chimimi ¿Desde cuándo han estado enamorados de su pareja? Y ¿Cuándo se dieron cuenta que les gustaba, o estaban enamorados?

    -Pues a mí me gustaba desde como los diez, pero no creía que era amor, ya que en esa época me amaba más a mí que a cualquiera, me di cuenta cuando revivimos en Asgard, me dolía que estuviera interesado en Helena…- Se nos puso triste el pececito…

    Modo nervioso, pero no demostrando, con un porte genial –Dita me gusto desde que éramos más niño, siempre me pareció bastante hermoso, pero actuaba como un idiota, al molestarlo, pelarme con él, pues era mi manera de atraer su atención, me di cuenta de eso al ir creciendo juntos y convivir, puede ser que también sea por motivos de celos, por culpa de Shura, ya que pasaste un tiempo más largo con él y eso nunca lo soporte-

    -Se nos puso bravo el ambiente-

    -¿Por qué celoso de Shura? Él es nuestro mejor amigo-

    -Si lo sé, pero es demasiado atento contigo-

    -Lo es con todo el mundo, también contigo- Lo mira molestó.

    -Estaba celoso, así que déjame en paz- Modo tsundere activado.

    -Eres un amor- Lo besa en los labios, y parecen quieren profundizar peligrosamente.

    -Disculpen, por tengo una última pregunta para Death…- Enserio trato de llamar su atención, pero me da pena sus momentos íntimos casi- La pregunta para DM, de parte de Colette_agrest ¿Cómo sobreviviste a los meses de gestación de Dita? XD imagino se volvió 10 veces más exigente de lo que ya era.

    Deja un momento de lado a su florecita, para contestar –Bien, les diré la verdad…-

    -Death, amor por favor… Eso sí me da bastante vergüenza- Esta tan incómodo.

    -Lo siento florecita, pero merecen la verdad- Sonríe triunfante –Mi hermoso pececito, cuando estaba embarazado, se volvió demasiado exigente, que decir, demandante a todo lo que era. Que si la comida no estaba bien hecha, que si las floreces estaban mal plantadas, que si el color de mi camisa no estaba acorde con el pantalón, que si lo le daba un beso en cuanto lo viera, me aventaba sus malditas rosas pirañas, en fin me moría casi durante la espera de Egil y cuando nació, se volvió tan cuidadoso, que si no podía comer cerca, o beber cerveza, total me volvió loco- Parece enojado.

    -Ya, te pedí perdón por eso, unas mil veces y sabes que no es mi estilo hacerlo- Se nos está poniendo salvaje Dita –Si nunca vuelves a contar esa historia, te prometo que en Piscis esta noche… Podríamos mandar a Egil a Géminis y…- Que coqueto.

    -Trato hecho- La misma mirada picara, que está poniéndome incomoda.

    -Eeh… Chicos… Despídanse, si quiere hacer algo indecoroso, aquí no es lugar- Estoy tan roja de la cara como un foco rojo.

    -Adiós terrones de azúcar, gracias por preguntarme tantas cosas maravillosas, me hubiera gustado tener oportunidad de tantas preguntas más, pero será para la próxima- Que linda despedida.

    -Sí, me largo cosas azucaradas- Se lleva a su Florecita al estilo princesa.

    Prefiero no saber que andan haciendo ahora.
     
  14. Threadmarks: Capitulo 14 (Preguntas Y Respuestas Parte 2)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    6694
    -Ahora pasemos a la pareja conformada por la hermosa Marin y el buen gatito Aioria.

    -Gracias por lo de linda- Ya no usa la máscara y tiene un rostro bien bonito.

    -¿A quién le llamas gato?- Se le erizo el cabello.

    -Eres un felino ¿No?-

    Giro los ojos algo molesto, pero entendió el punto.

    -En fin, por favor saluden a los terrones de azúcar, que los aprecian bastante. Ya que tenemos varias preguntas de parte de ellos-

    -Hola, pequeños terrones- Esta mujer es asombrosa, perdonar es una de mis preferidas.

    -Un gusto conocerlos- El leoncito anda ya muy feliz.

    -Muy bien, empezaremos de una vez- Saca su libreta, con algunas preguntas –La primera es de parte de Gariazulcielo y es para Aioria ¿Qué tan difícil es convivir con Saga y Kanon?

    Se queda pensativo unos momentos, pareciera que estuviera recordando algunas cosas –La verdad, no convivo mucho con ellos, de forma familiar, sé que Saga es mi cuñado, y si hemos estado como en cenas familiares y todo, pero estoy más ocupado vigilando a Pyrena, pero podría decir que bien, mínimo no tenemos discusiones como Kanon aun con Aioros. Y con este… Pues… Es una relación indiferente, nos saludamos y no nos molestamos, pero nada más-

    -Muy bien, es normal después de todo son más familia de tu hermano que tuya, pero aun así no deja de ser tu cuñado- Le sonrió levemente.

    -Es complicado-

    -Miren la siguiente pregunta es de parte de Anonimus1000days, para ambos ¿Quién regaña más a la Leoncita de ustedes dos? ¿Confían en Aioros para que la cuide de vez en cando o le dejan el cargo de niñero al pony?-

    -Aioria, es quien la regaña más- La joven sonríe tranquila.

    -Es por que contigo no se porta mal, siempre junto a mí, me muerde, se sube al techo y tengo que regañarla o bajarla- Muestra algunas heridas en los dedos que tiene, por las medidas de su pequeña.

    -Pero si tienes unos dientes muy filosos, después de todo digna Leoncita-

    -Sí, será una dorada muy bien- Que padre más orgulloso –Y sobre la segunda- Mira a su esposa- Pues… La verdad, confiamos en Aioros y Seiya por partes iguales, pero no del todo-

    -Explíquense por favor- Como que entiendo a que se refieren.

    -Aioros es cuidadoso con ella, y cariñoso, pero cuando cocina o sale afuera cerca de algún barranco bueno…- Sonrió nerviosa.

    -Con Seiya, es igual. Es más distraído, pero nunca ha pasado nada grave, mas por descuidos ha tenido que bajarla del techo también y caído igual-

    -La gravedad reclama a los Sagitario-

    -Creo que es una maldición que tiene toda la familia- Suspira, recargándose en su asiento.

    -Aún tenemos tres más de Anonimus1000days, para Aioria ¿Cómo te llevas con Touma el hermano de Marin?, para ambos ¿Quién de los dos cocina más? Y para Marin ¿Te hicieron un Baby Shower, las amazonas, tu cuñado, tú alumno, tu diosa, tus conocidos quien sea?

    -Con Touma, me llevo bastante bien, es alguien agradable, que compartimos varias cosas en común, incluso hemos salido a beber, pero todo tranquilo- Se detiene un poco, pues Marin lo mira algo seria –Solo fue una vez y no llegue borracho-

    -Pero mi hermano si, recuerda que es más joven que tú, es de la edad de Seiya ¿Cómo lo llevaste ahí?-

    -Fuimos todos los que tenemos el gusto por tomar y ni que lo deje de lado, pues estabas en misión, los de bronce cuidaban a los niños-

    -Y ahora te admira más que a mí-

    -Ja, ja, ja, de lo que una se entera, si creo que Aioria sea de los que tome pero poco-

    -Si toma muy poco, es más para convivir, pero es el designado para cuidar a los otros, aparte de Aldebarán-

    Trata de cambiar de tema –Los dos cocinamos por partes iguales, tenemos el trato de quien llegue primero al templó de Leo cocina, y el último en llegar lava los platos sucios-

    -Es verdad, a veces lo hace Aioria, a veces yo. Pero creo que Aioria cocina un poco mejor que yo- Le da una sonrisa hermosa a su esposo.

    -Gracias amor, es que lo hago para ti y nuestra pequeña… Y al colado de Seiya y mi alumno Ikki- Suspira, el pollo rostizado a veces está en el quinto templo.

    -Ja, ja, ja, es como que tienen más familia con los de bronce-

    -La verdad a mí no me hicieron un Baby Shower como tal, no tenía el conocimiento de eso, pero creo que fue algo donde algunas de las mujeres del santuario me dieron unos regalos, pero no hubo juegos o concejos como tal. Fui una de las primeras amazonas estar encinta de esta época- Sonríe.

    -Comprendo… Y ¿Los dorados no te dieron algo?-

    -Ja, ja, ja, Mu, Camus y Aldebarán sí, pero los otros digamos que molestaron a Aioria mucho-

    Todo rojo –No sé por qué me ven como uno de los más jóvenes, cuando el más chico es Milo, no yo…- Está haciendo un puchero.

    -Ja, ja, ja, esta entrevista fue en verdad graciosa- Revisa toda la lista –Miren aún tenemos tres más, GariAzul pregunta ¿Qué fue exactamente lo que te dijeron a ti Aioria con respecto de hacer bebes en el día de tu boda? Y aries_chanmimi para ambos ¿Desde cuándo han estado enamorados de su pareja? ¿Y cuándo se dieron cuenta que les gustaba, o estaban enamorados?-

    Esta más rojo que un tomate –¿En verdad debo responder?- Esta tan apenado.

    -Pues sí, a eso accedieron- Hasta mí me preocupa su rostro.

    Suspira, desviando la mirada –Me dijeron que debía ser suave con Marin y no dejarme guiar por lo que quisiera, y que algunas cosas podrían gustarle más, pero cuando estaban diciendo algo así, les di un golpe a todos esos idiotas-

    -Tus compañeros, la mayoría son muy extraños y atrevidos-

    -¿Los acusaste con sus parejas?-

    -Claro que sí, se lo merecieron lo buenos golpes que recibieron- Ríe triunfante.

    -Cuando recién llegue al santuario, como una extranjera muchos me hacían de lado, diciéndome que no era merecedora d estar ahí… pero Aioria fue diferente, me tendió su mano amiga y me daba concejos, apoyándome, creo que fue cuando me pece a enamorar por sus dulces tratos conmigo, aunque también al entrenar juntos no se detenía por que fuera mujer, me trataba como su igual, y eso me gustó mucho, creo que fue el mismo momento en que me enamore que me di cuenta que de verdad lo amaba, mas yo era un poco joven, pensé que solo era una tracción de una chiquilla-

    -Que adorable… Entonces ¿Fue casi cuando llegaste?-

    -No, pero si paso como un año o dos, que le tome mucha más confianza- Le da un beso al dorado.

    -Lo mío fue tal vez un poco después, me llamo la atención su fuerza, pero como de admiración, sin dejarse vencer aun con los obstáculos, me recordó a mí, ella luchaba para demostrar que era lo suficientemente fuerte para estar en el santuario y yo demostrando que por esas acusaciones de mi hermano, no era como él, tal vez me recordó mucho a mí, quise ayudarla, mas ella termino ayudándome mucho más de lo que creía- Le sostuvo la mano a la joven y la beso –La verdad, espere un poco a que fuera más grande, para fijarme en ella de esa forma, sé que son cuatro años, mas existe diferencia en lo que era legal- Esta rojo como tomatito maduro.

    -Tenemos otra pregunta de Anonimus1000days y es, para Marín y Aioria, ¿Probabilidades de darle un hermanito a la leoncita? 7u7- Esto es muy interesante.

    -La verdad, creo que las posibilidades son algo bajas, siendo caballeros de Atena, Dorado y de Plata, lo veo más difícil… Sobre todo el hecho de estar embarazada, fue difícil tener que abandonar mis deberes como caballero femenino, y creo que Pyrena al tener que quedarse de vez en cuando al cargo de otros, siento que es un abuso para los que nos ayudan- Marin en pocas palabras dijo que no.

    -Pienso igual que Marin, si quisiera tener otro hijo con ella, la adoro tanto y quisiera que tuviéramos una gran familia, pero si es difícil para cuidarla, además nuestra Leoncita es muy hiperactiva a veces y con un hermanito, me los imaginó haciendo travesuras por todos lados, tal vez… Podría ocurrir- Se gira a verla –Pues se nos pueden olvidar ciertas cosas-

    -Tal vez, pero no está en nuestros panes y nos cuidamos muy bien- Esta algo rojita.

    -Ambos son mega adorables- Esta pareja es una de las hetero favorita –Creo que son todas las preguntas, muchas gracias y por favor despídanse de los terrones-

    -De nada, gracias por querer conocernos más, cuídense mucho- Se despide moviendo la mano, diciéndoles adiós.

    -Nos vemos en otra ocasión, y no hagan preguntas tan personales- Aioria sigue incomoda pero la pregunta del día de su boda.

    -Debo decir que esta pareja fue una de las más lindas… No se me da esa impresión- Suspira para tomar energías –En fin, paremos a la siguiente y serán… Wow otra Shipp bastante fuerte, Milo y Camus, por favor pasen, que es su turno de ser bombardeados por los terrones de azúcar- Sé que fue un mal chiste, pero si superan un significado tendría sentido.

    -Hola, sean bienvenidos a su tiempo en este especial- Estoy tan entusiasmada, que hasta me pare para recibirlos.

    -Qué bonito lugar… Camus ¿Por qué nunca habíamos visto esta parte el santuario?-

    Mira tan indiferente el lugar, este algo preocupado –No lo sé-

    -Bueno, Atena me dio permiso de usar la parte posterior de la sala patriarcal, como un set de televisión, pero solo será trasmitido para los terrones de azúcar-

    -Y ¿Tu eres?- El Escorpión me acaba de quebrar el ánimo.

    -Soy Ammu alias mamá terrón de azúcar… Lo dije todo, cuando me presente con ustedes hace unos días, para decirles de todo esto- No creo que se le olvidara.

    Este pensativo –No recuerdo-

    -Perdónalo lo he mantenido despierto, porque Camil se enfermó, y me deja descansar durante el día y casi ha estado tres días sin dormir bien- Se siente triste y preocupado por su familia.

    -Lo hago con gusto, Camil y tu son todo mi mundo, debo cuidarlos a ustedes, además yo aguanto más de lo que crees- Abraza al Acuariano, de hecho Camus está sentado y Milo por un lado abrazándolo.

    -¿De qué enfermo Camil?- Estoy preocupada por nuestro niño.

    -Un poco de las vías respiratorias, pero está mejor-

    -Entiendo, será rápido para que vallan a cuidar de su pequeño Escorpioncito- Ver sus caras de cansancio, me está matando –Empecemos con Gariazulcielo para Milo ¿Cómo es Camus como mamá?, ¿Era lo que esperabas que fuera?-

    -Es tan maravilloso de mamá, está al pendiente de Camil todo el tiempo, se preocupa por que este bien, su entrenamiento, es mucho más de lo que esperaba, salvo que nunca creí que fuera tan sobreprotector- Rio animado –Yo me burlaba de Mu, por ser así con Kiki, pero Camus sobrepaso ese límite-

    -Por mi culpa… El tiende a enfermase más seguido- Ya empezamos con miradas decaídas.

    -Eso no es cierto, cada día Camil es más fuerte de lo que crees- Quiere reconfortarlo, se ven adorables.

    -No te sientas mal Camus, los niños que nacen antes de tiempo, es verdad que pueden tener alguna complicaciones, pero con el tiempo desarrollan mayores defensas, sé que él será tan fuerte como ustedes- Yo también ya quiero animarlo.

    -Gracias-

    -Anonimus1000days, pregunta lo siguiente para ambos ¿Alguno de los dos ronca? ¿Cómo fue cuidar a Camil los primeros meses?-

    Camus señala al peli cerúleo y este a sí mismo –Milo-, -Yo-

    -Ja, ja, ja, no lo pensaron-

    -Cuidar de Camil es un trabajo de por vida, pero es cierto que en sus primeros meses, nos la pasamos casi sin dormir, fue bastante enfermizo, necesitaba muchos cuidados-

    -Camus siempre se quería quedar toda la noche con él, lo abrazaba para que durmiera, lo alimentaba cuando escuchaba su llanto de hambre, sabía todo con exactitud que le ocurría, ni siquiera me quería dejar cuidarlo, pero gracias a nuestra Diosa, pidiéndole un favor a un Dios, todo se volvió más fácil-

    -Pero creo que aun soy muy sobreprotector con nuestro hijo… No puedo evitarlo…-

    -Son en verdad adorables con su pequeño, pero Camil es bastante sano ahora, salvo por las vías respiratorias, imagino que pronto estará bien de esa área-

    -Claro que sí, es hijo del caballero dorado de Acuario el frio es parte de él también-

    -Nos van a cobrar, por usar esa frase- Revisando la libreta de la preguntas –Sheyale hizo bastante preguntas, que debo decir que su dorado predilecto es Camus, así que tienes un terrón que te admira mucho, aparte de otro que más adelante hizo otra pregunta-

    -Bien, Sheyale le intrigar lo siguiente, para Camus Sabemos que eres alguien muy tranquilo, pero no quieras, el hecho de que te guste pasar tiempo con los demás dorados. Menciona por lo menos una cosa que te guste hacer en compañía de cada dorado, otra para ti Camus sin contar a Hyoga ¿A que caballero de bronce le tienes más cariño?

    -Con Mu platicar, Afrodita admirar sus rosas, Shura me consigue libros de su país natal y se me hace bastante interesante, Me agrada entrenar con Aldebarán y Aioria, jugar ajedrez con Saga, no tengo nada en común con Death, meditar con Shaka y llevar a Camil a Virgo pues juega con Anshin, las buenas anécdotas del viejo maestro, Aioros nunca le dejaría al cuidado de mi pequeño y dormir con Milo- Que sincero, me gusta que vallan directo al grano.

    -¿Solo dormir, cubito?- Esas miradas…

    -Si solo eso… Por ahora…- Piensa un poco en la siguiente pregunta –Desde que Hyoga empezó a salir con Andrómeda, pues ha pasado más tiempo en Acuario, cuando voy a Virgo está ahí cuidando a la pequeña Buda, y Camil lo quiere mucho también, así que le tengo un poco de cariño a Shun-

    -Entiendo, es aprecio por asociación de tu hijo mayor-

    -Así es-

    -Camus eres muy popular entre los terrones de azúcar, tenemos otra para ti y de Sheyale, ¿Me adoptas como tú gemela? No nos parecemos físicamente, pero oye, compartimos fecha de nacimiento ya es algo- Rio emocionada –En verdad, eso pregunto ¿Que dices?-

    -Como mi gemela no, pero le ofrezco hacerle una prueba, para ser mi discípula si está a la altura-

    -Que frio y directo-

    -¿Hay alguna pregunta para mí?- Este pobre está ansioso por contestar alguna.

    Revisa la lista –Oh si, mira Sheyale, te dejo también bastantes, para Milo ¿Realmente tienes escorpiones en tu templo? Dicen las malas lenguas de que vive una colonia ahí. ¿Cuál ha sido la peor travesura que has hecho? Y ¿Con quién te ayudo? ¿Te cacharon? Considero que eres de los caballeros de Atena mas sociables, así que te sueles llevar bien con la mayoría ¿Con quién no te llevas bien y por qué?- Observo atentamente al Escorpión -¿Ya estas contento?

    -Y mucho- Aclara su voz, esta tan emocionado –Eso de los Escorpiones paso cuando era un niño, después de convertirme en dorado, encontré unos bebes, estaban bien chiquitos y los cuide en mi templo, después crecieron y de buenas a primeras, ya eran bastante- Ríe recordando viejos tiempos –Aioria les tenia tanto miedo, que no podía pasar a mi templo porque lo atacaban, deben recordar que si no los molestas, estos no te hacen nada, yo me pasaba horas jugando, pero… Me tuve que deshacer de ellos, porque mis compañeros son unos llorones miedosos- Hace un puchero.

    -Picaron a Shura y él es alérgico al veneno de los escorpiones- Se cubra le cara de vergüenza.

    -Sí, se exponía al veneno, pudiera a ver desarrollado inmunidad, pero tuvo que ir con el chisme.

    -Casi se muere-

    -Por extraño que parezca, la peor travesura la hice con Shaka, éramos unos niños de seis años, y el patriarca se había ido con Mu a Jamir, para el entrenamiento, este extrañaba tanto a su borreguito, como le decía… Y ni me acuerdo ¿Por qué pensábamos que si íbamos a Star Hill, podríamos hablar con él? Pero llegamos allí, y rompimos ciertas cosas sin querer, unos pergaminos guardados, algunas reliquias… Y el patriarca se enteró, nos puso entrenar día y noche por casi un mes, pasar todas las reglas del santuario a mano en pergaminos enormes, no sentía mi mano, hacer lagartijas con una mano, llegar al límite de nuestros cosmos y nos tocó tener que limpiar los baños- Traumas de guerra –Fue lo peor que hice, por el castigo recibido-

    -Aun despierta en la noche, gritando “No más baños”-

    -No es que me caiga mal, pero su carácter serio, disciplinado y que ni siquiera es fácil de molestar, me hace no sentirme a gusto con él. Shura y yo no nos llevamos mal, la verdad solo es que nuestro carácter choca demasiado-

    -En cambió yo me llevo de maravilla con Capricornio, pero Death no es de mi agrado-

    -Ja, ja, ja el único miembro del trio Dark que caí bien a todos es Afrodita-

    -¿No le preguntaron a esto a Shaka?, él y Afrodita no se llevan nada bien-

    -Interesante- Revisando la lista otra vez –La última pregunta de Sheyale es para ambos ¿Recuerdan la primera vez que se vieron? Cuenten todo.

    -Sí, trato de olvidarlo- Esta de brazos cruzados, algo cansado.

    -¿Por qué quieres olvidarlo?- Milo está llorando, por esas palabras.

    -Pues ¿Que paso para que quieras olvidarlo?-

    -Fue la primera vez que lo vi desnudo en la vida-

    -¡¡¡¿QUE?!!! ¡¡¡¿QUÉ EDAD TENÍAN?!!!-

    -Fue el día que llegue al santuario, el patriarca Shion me llevaba a conocer a mis compañeros, pero faltaban Aioros y Milo, y de repente ellos parecieron, pero este estaba sin ropa corriendo escaleras abajo, con espuma en el cabello, siempre ha sido un salvaje para darse un baño- Esta sonrojado y molestó.

    -¿Apoco yo hice eso?- No se acuerda de nada.

    -Bien, la que sigue…- Mira la pregunta y se da cuenta que si lo pregunta ahora, se ira súper molestó, hasta se sonroja –Mi terrón de azúcar Anonimus1000days, esta es para Milo ¿Confías en el pato para que cuide a tu bichito osase a Camil?

    -Claro que sí, confió en el… Es el único que podría cuidar también a Camil como nosotros lo haríamos- Sonriendo continuo para agregar algo mas –Y Shun siempre cerca, sé que es más responsable, así que ambos son perfectos niñeros-

    -Como que existe un poco oculto el hecho de la desconfianza- Mejor me callo, no pregunto ¿Pa´ que los hago enojar? –aries_chanmimi, les pegunta a ambos ¿Desde cuándo ha estado enamorados de su pareja? ¿Y, cuándo se dieron cuenta que les gusta, o estaban enamorados?-

    -A mi Camus me gusto desde que lo vi, aunque dicen que fue cuando corrí desnudo, no recuerdo, pero la segunda vez entonces, en el coliseo, me gusto su cabello, supe que me gusto y me enamore desde el inicio- Salen corazones de su cabello ¿Cómo es eso posible?

    -Yo no me enamore desde el inicio, al principio no lo soportaba, y quería alejarme de él, pero sumamente insistente, que termine cediendo y luego fue a verme a mis entrenamientos en Siberia, me llamo la atención de su forma de ser, y luego solo paso… Me enamore de él, pero lo negué siempre-

    Suspira –Es una humosa historia de amor, sé que les llega de diferentes forma, pero aun así existe el sentimiento- Me salió lo poética.

    -¿Ya sería todo? En verdad me quiero retirar- Este Acuario está desesperado por ir por su bebe.

    -Emh… Esperen… Me falta una pequeña pregunta...- Traga saliva, nerviosa – Es de parte de KuranKaname001, esta pregunta se la quiero hacer a Camus, depende quien la quiera contestar ¿Te masturbas pensando en Milo?-

    Un silencio incomodo se apodero del todo el lugar.

    -¡¡¡SE ACABÓ ESTA ENTREVISTA!!!- Todo rojo, el ceño fruncido, levantándose para irse.

    -Espera… Tienen que responder… Aioria tuvo que hacerlo en una muy vergonzosa- Tengo miedo de acabar en un ataúd de hielo.

    -Pues yo si tengo más vergüenza y pudor que él, para andar revelando cosas privadas- Esta más calmado, ya no me grito.

    -Cálmate solo un poco, puedes responder con un sí o no- Le doy opciones.

    -Si lo hace, una vez lo encontré haciéndolo mientras olía una de mis camisetas- Tenia una mirada picara, y llena de lujuria- Se veía tan hermoso, creo que esa fue la noche que concebimos a…- El cosmos de Camus se ha intensificado al grado de ser terrorífico.

    -¡¡¡NO, CAMUS!!! ¡¡¡CÁLMATE POR FAVOR!!!-

    ---Fallas técnicas---

    Ahora vestida con ropa de invierno.

    -Lamento la demora… El set se volvió demasiado frio, para poder seguir y tenemos a un caído.

    Se puede ver a un Milo encerrado en un ataúd de hielo.

    -Creo que Camus en verdad se enojó mucho… ¿No podías ser más prudente en la respuesta?- hablo como si el otro me fuera a responder.

    -Bien, demos la bienvenida a la pareja de los mandamases, que es su turno- Tiembla de frio –Hace un frio de los mil demonios de Alaska o de Siberia…-

    -Pero ¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE PASO AQUÍ?!!!- El patriarca ya se enojó.

    -Creo que Camus le gusta enfriar los templos- Ríe, mientras mira el ataúd en done esta Milo –Hola Escorpio ¿Cómo estás?-

    -Lo siento… Una pregunta se salió de control y alguien tuvo que pagar- Me siento tan apenada con los de mayor rango aquí.

    -No pasa nada, con estos muchachos uno nunca sabe- Tan risueño, sentándose en su lugar y esperando a que Shion también lo haga.

    -Dohko, saca del hielo a Milo- Le ordena, pues el poder de las armas de libra.

    -Como quieras mi borreguito hermoso- Este hombre tan rápido reacciona, para hacer la voluntad del patriarca.

    Y rápidamente Milo es sacado de aquel encierro, estando todo helado, pero consciente.

    -Anda, ya vete de una vez-

    El escorpión dorado se va del set, con una cara de “Me va a matar Camus” Y “Hoy duermo afuera”.

    -Después de esta pequeña interrupción- Les sonrió, porque estos son mi segunda pareja favorita –Sean bienvenidos, y muchas gracias por estar aquí, los terrones de azúcar y yo estamos muy agradecidos por eso-

    -No hay de que, es bueno tomarse un respiro de los deberes- Que hermosa sonrisa del patriarca, lo siento tengo una debilidad por los Lemurianos.

    -Eso lo aprendió de mí- Y el sentido del humor de Libra.

    -¿Les gustaría saludar a los terrones?-

    -¡¡¡CLARO!!! ¡¡¡HOLA!!! ¡¡¡¿CÓMO ESTÁN?!!! ¿Lo estoy haciendo bien? ¿A dónde debo ver?- Ese entusiasmo de Dohko, nunca pasara de moda.

    -A cualquier cámara, en todas puede verse, solo para diferentes ángulos-

    -Hola, gusto en conocer a los terrones de azúcar, espero poder responder todas sus preguntas de la forma más adecuada posible- Tan formal como siempre, este hombre que diplomático,

    -¿Les parece si comenzamos?, ustedes son unas de las tres parejas con más preguntas- Saca la lista, y es sumamente larga.

    -Como guste-

    -Está bien, ya quiero saber qué cosas se les ha ocurrido a todos ustedes- Esta tan emocionado que parece niño chiquito.

    -Tiene suerte, la primera pregunta es para Dohko y es de parte de Anonimus1000days, Mi séptimo sentido me dice que te encanta TODO de Shion, pero haber dijo el ciego. Si pudieras elegir solo una cosa ¿Cuál dirías? Saca la cámara de video, lo mismo a para Shion.- Ríe- Al final el patriarca debe contestar.

    -¡¡¡SUS TIKAS!!! Me gustan mucho, tienen algo especial, que me hacen querer besarlas siempre y es parte de su belleza exótica, que adoro- No lo pensó dos veces –Lo segundo seria su cabello, pero si me voy por lo interno, como su personalidad o costumbres, diría la forma en que juega con sus manos hermosas cuando está nervioso- Esto es demasió dulce hasta para mí.

    El peliverde, está encantando con esta respuesta pero se hace el serio –Su sonrisa, me gusta mucho, es capaz de iluminar mi día sin importar lo mal que este y sus chistes- Fue más corto, pero el amor esta hay.

    -Que bonitos- Revisa la lista –Esta también la hace Anonimus1000days Otra pregunta que sale por lo del cachorro Dohko a poco eso de notarle paternidad latente a Shion significa que acaso ¿Querías que si te correspondía y toda la cosa, formaran una familia? Shion ¿Qué opina de eso? Aumentar la resolución de la cámara- Sonrió mientras leo la pregunta –Este terrón de azúcar, es una gran admiradora de ustedes y su amor-

    -Supe por los otros dorados, que tus terrones saben cosas de nuestro pasado… ¿Cómo es eso posible?- Me está mirando, me está analizando, me esta inspeccionando, hora de usar el contrataque.

    -No lo sé… Hasta a mí me parece raro-

    -¡¡¡CLARO QUE SÍ!!! ¡¡¡YO EN ESE MOMENTO QUERÍA UNA FAMILIA CON SHION, SANGUÍNEA O NO, ERA MI MAYOR DESEO Y LA TENEMOS AHORA!!!- Abraza a su esposo –Nos casamos hace dos siglos, ya pronto tres y, él siempre ha tenido un instinto paternal muy fuerte y eso me encanta- Lo besa, le vale cacahuate ser observado.

    Todo rojito el peliverde –Dohko… Cálmate… Estamos delante de una señorita y de cámaras…-

    -No se preocupen, yo cierro los ojos sigan- Me cubro medio la cara, entre si veo y no veo.

    Se tranquiliza, para responder –Lo que opino es que… Sus ideas de que fuéramos padres… Eran muy locas en ese momento, pero no negare que también deseaba hacer una a su lado… Y si ahora la tenemos, hijos y nietos… Fue mejor de lo que creí…- En temas románticos, es tan cohibido el patriarca.

    -Ahora que me doy cuenta, todas las preguntas para ustedes son hechas por Anonimus1000days, les dije que era su mayor admiradora- Revisa lo que sigue -Para Dohko esto va más allá de lo del cachorro, ¿A poco si hablabas enserio en la suculencia y querías ser papá?-

    -¡¡¡¿CÓMO SUPO ESO?!!!- Esta rojo el borrego verde.

    -Les dije qe ellas ven cosas, que ni yo sé- Hazte la inocente…

    -Sí, hablaba enserio- Esta rojo por pensar en cosas indecorosas –Shion es tan hermoso y yo lo quiero para mí, es perfecto, y se llamara ser posesivo, pero no permitiré que nadie me lo quite, si incluso tuviera que hacerle un hijo solo para estar a su lado lo haría-

    -Esto sonó tan mal Dohko…-

    -De hecho si-

    -Pero es verdad- Esta orgulloso de su declaración.

    -Otras preguntas todas de parte de Anonimus1000days, les dije que este terrón los admira tanto- Les sonríe –Por favor quiero una foto autografiada para ella ¿Si?- Sé que lo apreciara –Pero primero las preguntas, antes de que lo olvide ¿Alguien los descubrió llegando tarde a los templos? Supongo que don señor Hakurei no, si no Dohko estaría en la armadura de Altar, Pero alguien, no sé, ¿Los guardias, Albafica, Manigoldo, Kardia, Alguien?

    -Insisto, ¿Cómo es que tus terrones conocen tanto de nuestra intimidad?- Esta tan nervioso, porque lo supieran.

    -Si se dieron cuenta, Manigoldo, se burló de mí… Pero no sé si supo lo que hicimos, pero sí que llegue tarde y por una temporada me molestó a mí- Ladeo su cabeza con desgano.

    -¿Por qué yo no supe nada de esto?- Lo mira con insistencia.

    -Mira, borreguito… Le pedí a Manigoldo que no te molestará con eso, pues, si tu maestro lo sabía te regañaría y era lo que menos quería- Beso su mano con delicadeza, se porta como todo un caballero.

    -La siguiente es para Shion ¿Cree que sus niños obviamente los actuales dorados son casi copias de sus compañeros del siglo XVIII?- Buena pregunta.

    -Sí, físicamente son como copias de mis antiguos compañeros, pero de carácter son sumamente diferentes, aunque los corazones bondadosos todos lo tienen- Tan tranquilo contestando, de seguro se le han venido dulces recuerdos de algunos.

    Quiera preguntarle que piensa, pero siento que sería inapropiado –La siguiente es del mismo terrón y es para Dohko, y está realmente buena, que hace si por la magia de la televisión y los fic´s revive Albafica y al verlo a usted lo primero que le pregunta es ¿Dónde está Shion? Risa malvada- Anonimus1000days, ¿Te gusta ver el mundo arder?

    Su sonrisa tranquila, aterra como la de Aioros, pero su cosmos esta alterado… Esto se pondrá feo, incluso Shion está preocupado.

    -Le mostraría el anillo que tenemos, a nuestros queridos hijo y nietos y después le gritaría que “Si quiere ver a MI ESPOSO, tiene que pedirme permiso, porque ahora es el patriarca y no dejare que lo vea así de fácil- Espero que no llame a las armas de Libra o lo que sea –Y al final le diría que está en la sala patriarcal, muy obviamente iría con el acompañándolo e impidiéndole que abrace a mi borreguito-

    -¿Por qué eres tan celoso? Si, desde que nos conocemos mi corazón ha sido tuyo, todos estos años ¿y no lo entiendes?- Lo mira algo mosto.

    -Confió en ti, pero no en quienes se te resbalan-

    -Pero Albafica, nunca se me insinuó- Está cansado de esta alegata.

    -Bien, volvamos a las preguntas, que aún faltan algunas- Revisando la lista –Para Shion ¿Cuantas veces en el pasado y en el presenté le dijo a Dohko que Alba-Chan y usted eran solo amigos, incluso antes de que Dohko se le declarara? Y ¿Es cierto lo que dicen que no duerme en la habitación del patriarca?- Sonrió pícaramente –Son de parte de Anonimus1000days.

    -Más de las que puedo recordar, sentía celoso de Yuzuriha, de Albafica, de Manigoldo, incluso una vez que fui de misión con Rasgado y El Cid, de regreso me interrogo y luego a ellos, si se atrevieron a darme un abrazo o algo- Se cubra la cara de la vergüenza –No puedo creer que dudaras de Rasgado, si él siempre ha sido muy unido a ti- Lo mira molestó –El que debía estar enojado en esa relación era yo, pero nunca se me cruzo nada extraño por la cabeza-

    -¿Puedes culparme? Eres muy bonito… Y sentía algo de celoso, porque… A veces bueno… Albafica era realmente un caballero atractivo y tu igual… Alguna vez Kardia bromeo que si ambos tuvieran hijos, serian precisos y eso me devoró la mente mucho…- Se siente inseguro por esa razón. Ay Dohkito, si tú eres precioso y varonil.

    -Dohko… Tu para mi eres el hombre más guapo y el único que siempre amare, no tienes que sentirte inseguro por nada, nunca te cambiaria, solo tú me naces feliz- Shion acaba de besar a libra, repito… Que lo acaba de besar, le valió mi presencia y me gusta, tranquilas tengo grabaciones.

    -Y sobre la segunda pregunta- Rojo del coraje -¡¡¡¿CÓMO SABEN ESE DETALLE?!!!-

    -Bueno… yo…- Desvió la mirada.

    -Es verdad, duerme conmigo en Libra, y cuando me voy de misión se va a la sala patriarcal, pero… Se lleva algo que use recién, para tener mi aroma cerca- Tan orgullos el hombre de decir intimidades, que afán de estos.

    -¿Quieres que te deje en un Muro de cristal como hice para ayudar a Albafica contra Minos?- Ya se esponjo el borrego mayor… Ayuda, me van a dejar el set peor de lo que hizo Camus y ya tengo estornudos explosivos.

    -Solo faltan unas cuantas, la última de Anonimus1000days, para Dohko: ¿Qué piensa del rumor de la casa de Libra y lo que paso en la rebelión cuando Saga estaba en modo bipolar? Osease lo de la paleta de pato y Shun y su cosmos-

    -Que mi templo tiene mala fama desde esa vez, hacen bromas del motel de Libra, de lo que… “Paso en la casa de Libra se queda en la casa de Libra” Y no las entendía, pero Shiryu me conto y me enoje, le di el regaño de su vida a Hyoga y Shun y cuando se metieron Camus y Shaka, también los regañe por no disciplinar a sus alumnos- Se cruza de brazos bufando, porque nadie hace mala fama de su templo, salvo él y con Shion.

    -Esta pregunta no tiene destinatario, pero siento que uno de ustedes lo abe mejor que nadie, es de GariAzul ¿Quién fue el encargado de organiza las bodas?- Mira a ambos mandamases.

    -Yo-

    -Dohko-

    -¿Enserio?- Pensativa –Tiene lógica, después de todo, tú fuiste el que pregunto sobre el matrimonió a la Atena de hace dos siglos-

    -Creo que deben casarse de forma adecuada, para que los bebes nazcan en un matrimonio bonito y unir sus almas de por vida, así que les ayude a cada uno de mis dorados en organizar sus bodas, pero ellos hicieron lo que les dije y así logramos que todo saliera bien- Se siente tan feliz y orgulloso de ese hecho.

    -Anonimus1000days, tiene más preguntas de último momento y son las siguientes, para los mandamases, ¿Qué se siente de que sean los abuelos de las bendiciones pero físicamente son más jóvenes que sus hijos? 0.0 Osease los más chiquitos de los dorados tenían 20 cuando fue la guerra, osease Mu, Alde, Aioria, Shaka, Milo y Camus, y cuando a ustedes los rejuvenecieron fue con apariencia de 18 0.0 ¿Osease qué se siente ser físicamente más jóvenes que sus niños dorados?-

    -Bueno, pues se siente genial, eso quiere decir que veremos más tiempo a nuestros hijos y nietos, además que estamos más cerca de entenderlos, además siempre seré súper sexy para mi borreguito, además de poder hacerlo sentirse bien siempre, y cuidarlos a todos, es genial ser más joven y que te tengan respeto a nivel superior- Dohko está muy fascinado a él si le gusta ser jovencito.

    -La verdad, para mí también es muy conveniente, tengo la vitalidad de un joven, el cuerpo de uno y la sabiduría de un adulto mayor, pero…- Esta todo rojo -¿Daria dejar de pensar solo en esos temas?-

    -¿Cuáles?- Si sabe pero se hace –Es la verdad, me gusta ser joven para satisfacerte en todos los sentidos-

    -Ahora que lo pienso, es extraño que aquellos niños que crie, sean ahora físicamente mayores que yo, y pensar que puedan morir antes, me da algo de miedo- Sale su lado papá protector con todos.

    -Anonimus1000days, tiene más preguntas, para Shion, su Ilustrísima imagino que usted será abuelo celoso con Anshin como fue papá celoso con Musito :V pero ¿Qué piensa de que si Sander logra conquistar a Anshin? Ah y esto es también para Dohko :V no les parece que si es así entonces sería verlos ¿Como a Deuteros y Asmita? Osease haber dijo el ciego miren, Sander es Géminis, Anshin es Virgo, Deuteros un Géminis, Asmita Virgo *Les muestra un pizarrón con unos dibujos bien pinshi hechos a última hora para probar su punto :V*- Esto hasta a mí me interesa.

    -Mi adorada nieta, no estaría jamás con un Géminis, sobre mi cadáver- Ya se esponjo y se enojó –Y no hagan esa comparación, lo de Asmita y Deuteros es otra cosa, ellos estaban enlazados de alguna forma, pero Anshin posiblemente quiera a otro, como Camil, él es mejor partido para ella- Esta cruzado de brazos y rojo de coraje-

    -Ja, ja, ja, A mi punto de vista, creo que con quien mi pequeña flor de Virgo desee estar, yo ala poyare, así como le hicimos con Mu, pero…- Cara terrorífica, pero con una sonrisa –Si Sander se quiere pasar de listo y ambos lleguen a darnos una sorpresa como ella fue alguna vez… Juro que mato a ese Géminis y de verdad no haría, porque saben que quiero que estén siempre seguros de lo que deseen- Regresa a la normalidad, pero ya tengo mucho miedo –Asmita y Deuteros… Pues podría ser que se parezcan, pero si fuera así, Argus tendría que ser el interesado en mi pequeña, porque es el gemelo menor-

    -Ja, ja, ja, sí que Sander estará en problemas, si no es lo suficientemente decente para con la pequeña Buda, pero espero que algún día veas esto niño, ahora esta pregunta… Ja, ja, ja, y dice Última pregunta para los mandamases lo juro :V Anonimus1000days ¿Puedo tomarles una foto y con la prueba de su amor bendecido por su diosa osease los anillos? Es para una tarea :V Sí es para una tarea lo juro :V es un proyecto de los terrones, es para la tesis de por qué don señor Kurumada los tiene que volver canon, por ser LibraxAries, pido solo de ustedes de momento porque si funciona intentaremos después con las demás parejas x3

    -¿Quién es “Don Señor Kurumada”?- Chale, ya sabrán de la realidad espacio-Tiempo, alerta roja, alerta roja.

    -Claro que sí, miren- Sujeta la mano en donde Shion lleva su anillo junto con la de él –Pueden tomar las fotos que deseen, me gusta presumir que él es mi esposos y yo lo soy de el- Saco un montón de fotos, esto será para la galería personal de los terrones de azúcar.

    -Y por último pero no menos importante aries_chanmimi, pregunta lo siguiente ¿Desde cando han estado enamorados de su pareja? ¿Y, cuando se dieron cuenta que les gustaba, o estaban enamorados?-

    -Borreguito tu primero, quiero que tú respondas por favor- Está ilusionado por saber eso.

    -Bien, Nos conocimos más o menos entrando la adolescencia, llegando al santuario, fue el primero que vi, me pareció gracioso, como saltaba y corría por todos lados, pues a comparación yo era más retraído, siempre al margen, su forma de actuar fue llamativa desde el inicio y quise conocerlo más- Una sonrisa se dibujó en sus labios –Creo que el amor surgió por ese interés, cando menos lo supe, ya estaba completamente enamorado de él, pero creí que no le agradaría que un hombre lo amara, por eso no le dije nada, aunque después me dio varios signos de que no era así-

    -Borreguito, eres el más lindo de todo el universo- Lo abraza con fuerza y le desordena el cabello –En el momento en que me enamore de Shion fue cuando lo vi y comencé a actuar como un tonto, para llamar su atención, pues siempre ha sido el niño más hermoso que vi en la vida, y solo quería que me viera- Esta tan feliz de contarlo –Fueron las hormonas, o amor a primera vez, pero ene se instante al chocar con sus ojos rosas, me enamore perdidamente y aún sigo estando, lo estaré de por vida-

    -Que adorables son- Estoy llorando por dentro y por fuera –Muchas gracias por responder, de verdad se los agradezco tanto, son los mejores después de Shaka y Mu, que ellos son mis favoritos- Sin darme cuanta, mea cerca de ambos, les di un abrazo y tome varias fotos- Por favor fírmelas para Anonimus1000days y para mí-

    Ambos lo hicieron con gusto, enserio que estos hombres son tan perfectos y lindos.

    -Ahora por favor despídanse de los terrones de azúcar-

    -Muchas gracias a Anonimus1000days, GariAzul, aries_chanmimi todos los terrones de azúcar, por estar interesados en nuestras vidas- Esa sonrisa es tan linda –Pero enserio… ¿Cómo saben tantas cosas?-

    -Terrones de azúcar, son tan adorables todos, por ser tan curiosos, en verdad me encanto revivir ciertos momentos de mi vida junto a Shion- Abrazo al patriarca, y de hecho en un momento lo cargo y solo diré que ya no hablaron más, salvo por algunas advertencias del peliverde y se fueron.

    -No sé si se fueron a Libra, pero mejor no saber-
     
  15. Threadmarks: Capitulo 15 (Preguntas Y Respuestas Parte 3)
     
    AMMU TEIKOKU YUDAINA

    AMMU TEIKOKU YUDAINA Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    13 Junio 2024
    Mensajes:
    266
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Especial De Parejas Del Fic "Un Papá Para Kiki"
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    15
     
    Palabras:
    4304
    -Bueno mis terrones, pasemos a la última pareja que nos queda, pero de las más adorables- Sonríe gustosa al verlos entrar –Denles la bienvenida a Adonia y Aldebarán-

    Ambos sonrieron, saludando a la cámara, se nota que están súper felices.

    -Hola, estoy emocionada porque tenemos varias pregunta que los terrones quieren que respondan, pero antes un saludo por favor- Señalo a la cámara.

    -Gracias por tomarnos en cuenta- La joven contestó tan educada.

    -Hola, valla estoy nervioso, nadie había querido conocer más de mí, aparte de mi linda Adonia- La abraza.

    Kiaaaa, debo admitir que las dulces parejas hetero son verdaderamente hermosas, me encantan –Son tan adorables los dos-

    -Gracias- Al unísono, esa costumbre no se les quita ni con el paso del tiempo.

    -Entonces, ¿Les parece bien si comenzamos?- Y también ando muy entusiasmada.

    -Claro- Otra vez al unísono, que lindos.

    -Bien- Revisa su libreta –Las primeras tenemos varias de parte de Sheyale, para ambos, pero empecemos con la de Adonia y son las siguientes ¿Cuándo te enteraste que Alde es un caballero dorado? ¿Ya habías visto a alguien más de ellos? ¿Cómo fue que te diste cuenta que estabas enamorada de él? ¿Ya te presento a lo demás de oro y de bronce? Algunos son medio mensos, pro son buena onda- Ame la parte de los bronce son medio mensos.

    Ríe divertida, por la ultima pegunta –Me entere casi al conocerlo, pues en el restaurante, ya los conocía y tenía conocimiento de los caballeros de Atena, salvo que hasta esa vez no había visto alguno, pensé que era solo un hombre bastante fuerte un extranjero y una compañero dijo, que en la mesa cuatro estaban los dorados, y…- Comienza a negar con la cabeza –Pensé que se refiera a otra cosa, hasta que me explico y yo quede como una tonta- Se sonroja de vergüenza.

    -¿Qué pensaste?- Alde pregunto antes de que yo, chale.

    -Al decir dorados, pensé que era por que usaban algo de ese color y por eso me fijé en todos, buscando eso- Sí que se apeno por decir esto, que cubrió su rostro.

    -Ja, ja, ja, ja, a cualquiera le pudo pasar amor-

    -Volviendo con la segunda pregunta, creo que ellos cuatro fueron los primeros, mi Alde, Mu, Aioria y Milo- Los cuenta, tiene buena memoria a veces- Se queda pensativa –Me di cuenta, más que nada porque me gustaba atentarlo, ósea cada que venía, corría de inmediato a tomar su orden y platicar, yo no creí que estaba enamorada, hasta que una compañera me lo dijo y luego todos los demás, fue bastante vergonzoso, rogaba que no se diera cuenta- Sonrió a media, sujetando la fuerte mano del dorado.

    -Tienes suerte Alde, es una chica bastante linda-

    -Me presento a sus amigos más cercanos primero y conocí a Seiya, la verdad me aprecio bastante agradable, lo veo como el hermanito menor de Alde- Ríe, de algo se acordó –Una vez ya casados, prepare un pastel con una receta Brasileña que encontré, y esperaba que regresara de su entrenamiento, pero trajo a Seiya, Hyoga, Shun, Shiryu y creo que el quinto era Ikki, y les invitamos del postre, literalmente lo devoraron- Ríe emocionada, le gusta darles estos postres a los más jóvenes, aunque si lo pensamos de Ikki es solo cuatro años mayor.

    -Es que cocinas muy delicioso- La abraza con bastante cariño.

    Me encantan estos dos.

    -Las siguientes son igual de Sheyale, pero en esta ocasión Aldebarán, es tu turno de contestar. Dime por favor, que a ti ¿No te molestaron cuando se enteraron de que salías con alguien?, ¿Con quién caballero te gusta compartí mesa? Ósea ¿Con quién te gusta más comer? Y ¿Por qué? ¿Cuántas veces a la semana le haces de niñera con Kiki y con los de bronce? Estoy segura que a ellos también te los encargan en ¿Algún momento en el que esos chamacos se acabaran tu paciencia?- Esta última se me hace bastante interesante saber.

    Cruza sus brazos, serio, pensando –No, a mí no me molestaron, salvo por Death que el fastidio a todos y Milo llorando pro que para ese momento Camus aun no aceptaba mucho, al contrario me felicitaron, son bastante amables- Lanza una carcajada.

    Me quedo pensando, de hecho, no veo que los dorados molesten tanto al adorable Torito, digamos que le tienen algo de respeto, porque es compa.

    -Mu podrá ser mi mejor amigo, pero la verdad disfruto comer con Aioria, pues ambos tenemos los mismos gustos de comer carne y a veces hacemos competencia de quien come más o quien devora una pierna ahumada más rápido, ja, ja, ja, ja- Pareciera que recordara esa situación –La última vez yo gane-

    -Entiendo, al ser vegetariano Mu, de seguro le desagradaría tener esa vista- Yo también quiero entrar a reírme un rato.

    -Puede ser, pero hasta eso, Mu no es de demostrar el desagrado, así que se aguanta bastante, si algo le molesta-

    Esto me hace pensar en que… Si Shaka tiene fetiches raros y Mu se aguanta por complacerlo, o será al revés, caras veces y bajas paciones no sabemos.

    -Cuando Mu, aun no estaba de pareja con Shaka, era una o dos veces a la semana, si tenía algo urgente, pero fuera de misión, era escasos los momentos, pero a veces lo llevaba a Rodorio conmigo, pues quiero mucho al pequeño- Esa sonrisa tan paternal que se carga, ya entiendo su deseo de ser papá –Los muchachos de Bronce, a veces si los cuidaba, más que nada a Seiya, cuando huía de sus responsabilidades o quería esconderse se Aioros o Marin- Niega con la cabeza bien divertido el hombre.

    -Una vez escondimos a Hyoga, porque había pasado algo con Shun y el hermano mayor de este, lo persiguió y solo en nuestro templo estuvo a salvo- Recuerdos de Vietnam, pues esa día su cocina casi fue quemada, si no es porque todos detuvieron al Fénix.

    -Cierto, ese día fue cuando perdí paciencia con todos y los saque de Tauro- Suspiro molesto, es que nadie se mete con su Adonia –Al final Hyoga término quemado, Ikki agradecía que puede quedarse en Leo y vigilaba que el Cisne no se acercará a Virgo, pues allá esta su hermanito y Shiryu lo ayudo por amenazas en Libra-

    -Supe de ese chisme, los encontró en el coliseo en una situación bastante comprometedora- Me sonrojo bastante, pues si sé de qué se trata.

    -Creo que Ikki, no debió enojarse tanto… El amor no tiene nada de malo- Adoro a esta mujer.

    -Es verdad, pero lo ve como un bebe, y no reconoce que ya es un caballero de bronce, futuro dorado de Virgo, si Shaka y la armadura lo aprueban- Cuando quiere Aldebarán es bastante serio.

    -En eso tienen razón, pero vamos a pasar a las pregunta de parte de Anonimus1000days y dice así, para Adonia ¿Con cuales dorados te llevas mejor de todos? Y ¿En qué confías para que cuide a Wenda cuando se necesite?- Miro a la joven que esta sin duda pensando seriamente.

    -Pues me llevo muy bien con el caballero de Piscis, aunque me ha dicho que le diga Dita- Sonríe emocionada –Él siempre ha sido muy amable conmigo y me dio sus tips de cuidado de cabello, además que tenemos reuniones para ponernos mascarillas, incluimos a Shunrei y a veces a Marin, pero no sé por qué ellos dos no se llevan bien- Esta bastante pensativa, pero se le olvida pronto.

    -Ja, ja, ja, recuerdo la vez que Death se asustó al verlos a todos con mascarillas, su grito se escuchó hasta el primer templo y estaban en piscis- Como que se cobran muchas del Cangrejo.

    -Sí, se asustó pues todos nos pusimos una de arcilla verde, parecíamos unos monstruos de barro, ji, ji, ji, el pobre se impresionó pues Dita lo quiso besar y casi se desmaya- Que bellos recuerdos, quisiera ver eso –Confió bastante en Mu, y es muy cuidadoso con todos, pero también Shura es muy bueno con los niños, aunque no lo parezca quiere a todos- EN esto enfatiza, pues por la eterna soltería del Capricornio –Si hablamos de los muchachos de bronce, creo que confiaría mucho en Shiryu-

    -¿Por qué en Seiya no? Ha cuidado a Pyrena varias veces- Esta intrigado por esto el toro.

    -Amor no te ofendas, pero Seiya es bastante distraído y peligroso cerca de barrancos- Dice eso asustada.

    -En eso tienes razón- Asiente solemnemente.

    Hasta ella sabe de la maldición de los Sagitarios.

    -Excelente- Hasta yo me río de esto –Las siguientes preguntas son para ti Alde, de parte de Anonimus1000days, Alde ¿Wenda tiene curiosidad por sus raíces latinas? Digo no sé por qué pienso que si la mandan a una misión a Brasil cuando se agrande, va a quedarse observando el carnaval de Rio de Janeiro y va a querer colarse en el desfile.- Me imagino a la pequeña torita, toda grandecita y guapa, bailando y que se enteren los padres, jajajaja.

    Sonreí nervioso –Ella aún es muy pequeña, es una linda bebe, no sé si tenga curiosidad, pero igual creo que las tendrá-

    -Nuestra niña es la única que tiene orígenes Latinas ahora que lo pienso- Esta emocionada –He investigado mucho de tu país y sé que puedo mostrarle mucho, además…- Se aterra –Las misiones… ¿Son muy peligrosas?- Digamos que una madre siempre estará preocupada, sin importar que.

    -Ella tendrá mi fuerza lo más seguro, la estrella de Tauro cuidara de Wenda y será capaz de detener a cualquier enemigo- Que padre más confiado, pero es bueno eso.

    -¿Se la imagina con esos atuendos de carnaval, bailando?-

    -Sí, se vería bastante hermosa- Estamos ambas ilusionadas.

    -Prefería, que bailara con la armadura- Sabe de qué algunos trajes de carnaval son algo revalorados en las mujeres.

    -Ja, ja, ja, ja, ok, pasemos a las ultimas preguntas, es de parte de Anonimus1000days también pregunta para Alde y Adonia Bv ¿Qué tal un torito o torita que acompañe a Wenda?- Hasta yo me sonroje con esta.

    Ambos se miraron entre sí, y se sonrojaron de repente.

    -Si lo hemos pensando, pero…- No podía continuar se avergüenza tanto.

    -Aunque Wenda no nos de problemas a veces… Creemos que podríamos darle un hermanito o hermanita… Pero… No se…- Ni si quiera él mismo aclara sus dudas.

    -Tal vez en algún futuro, pueda ser, pero nació hace poco y no lo habíamos meditado bien, solo algunas conversaciones- Ahora trató de explicar más, pero pues a ver si entendemos todo.

    -Entonces ¿Es un sí o u no?- Ya me dejaron confundida.

    -Es un sí, posiblemente, probablemente- Aldebarán contestó en esta ocasión súper rojito.

    -Además, Dita una vez me dijo que gustaría que Marin o yo tuviéramos a un pequeño piscis, para entrenarlo-

    -Ese Dita, buscado aprendiz- Hasta yo me reí –aries_chanmimi, pregunta lo siguiente ¿Desde cuándo han estado enamorados de su pareja? ¿Y, cuando se dieron cuenta que les gustaba, o estaban enamorados?- Es una que se la hizo a todos, bien jugado.

    -Yo desde la primera vez que la vi, me enamore de ella, y creo que fue esa misma noche, que me puse a reflexionar, nunca antes lo había sentido, este sentimiento era cálido y rápido creció, que no podía aguantar por que fuera el día siguiente y verla- Le dio un suave beso en los labios.

    Me voy a derretir de amor con estos dos.

    -La primera vez que lo vi, me llamo la atención, pero fue con el tiempo constante que me gusto y empecé a enamorar, me di cuenta de lo que sentía cuando habían pasado unos meses y no podía dejar pasar ni una oportunidad de sonreírle, estar ablando con él o solo chocar miradas- Le devuelve el beso.

    Terrones creo que están lloviendo corazón del techo, kiaaaaa… ¡¡¡QUE VIVA EL AMOR!!!

    -Que dulzuras son- Estoy emocionada mirándolos, reviso si tengo más preguntas, pero se han acabado, y quiero hacer la lloricion –bueno., muchas gracias por venir, esas fueron todas las preguntas que los hermosos terrenos les hicieron, gracias por responder- Les dio una abrazo, es que me encanta el amor -¿Podrían despedirse de ellos?-

    -Adiós lindos terrones de azúcar- Ella me causa ternura.

    -Hasta pronto, cuídense mucho- Simple nuestro torito, por eso lo queremos tanto.

    Salen ambos, y darán paso a dos últimos, pero primero uno y luego el otro.

    Pues viene la parte en donde contestaran los dos últimos que tienen siendo Shura y Kanon.

    -Démosle la bienvenida al gemelo menor, el dragón Marino Kanon- Siento que soné como a programa de televisión, literal.

    Entra bien quitado de la pena, pero con una pose de diva, hasta trae los lentes de sol de Milo.

    -Hola-

    -Hola Kanon, gracias por darnos un poco de tu tiempo para contestar algunas preguntas que los terrenos tienen para ti- Saco la libreta de inmediato.

    -Es obvio que deseen saber más de mi- Se quita los lentes y lanza una mirada coqueta hacia la cámara –Son una dulzura terrones-

    Ahora yo me le quedó mirando algo extrañada –Muy bien… Gariazulcielo pregunta ¿Por qué eres tan hermoso, sexy y perfecto? Y ¿Por qué carajo no has llevado lejos a tu hermano?- ¿Por qué le dan cuerda?

    -Por qué los Dioses me hicieron así de perfecto- Lanza un guillo a la cámara –Gracias por preguntar, y no llevo lejos a mi hermano, porque está casado con el caídas locas, y esta eso de que es Santo de Géminis y me complica la vida… ¿A dónde lo llevaría?- Se encoje de hombros.

    -Buen punto- Me echó a reír, con su respuesta –La siguiente es de parte de la mamá de Gariazulcielo, Kanon ¿Lograras aceptar a Aioros como tu familia?-

    -No, puede que nos llevemos bien ahora porque si no Saga y mis sobrinos morían, pero el hecho de que no me digieran nada y lo embarazara, me sacó de quicio- Pone cara de sufrido –Puede que estemos discutiendo a diario, pero si lo quiero y deseaba algo mejor para él, pero pues le gusto el baboso de Aioros- Su cosmos se intensifico.

    -Como que necesitas sacara algo- Estoy aquí con los ojos abiertos, asustada -Anonimus1000days, pregunta, ¿Por qué le enseñas a los Gemenisitos a mentir?-

    Sonríe triunfante –Tienen que aprender desde chiquititos como salirse de situaciones difíciles- Enserio se siente orgulloso de eso –No pueden ser honestos siempre- Se cruza de brazos, como si fuera el más sabio.

    -Mira que tenemos otra de GariAzul, oye es tu fanática ¿Por qué Kanon es mejor que Saga?-

    -Por qué lo soy, la verdad, yo hice un mejor trabajo como santo de Géminis que mi hermano, por lo menos no mate a nadie…- Se queda pensando –Nadie importante-

    -¿Qué no engañaste a un Dios?- Lo miro enojada.

    -Esa no es pegunta de tus terrones así que no tengo por qué contestar- Desvía la mirada.

    -Sí, claro…- Ve la siguiente y sonríe maquiavélicamente –Zata97, te pegunta lo siguiente ¿Cuándo te casaras con Sorrento y tendrán un sirenito?- Esta la voy a disfrutar como no tienen una idea.

    Se nos puso rojo el niño -¡¡¡¿COMOS ABEN QUE SALGO CON SORRENTO?!!!-

    -Los terrones saben cosas, ven tu alma pecadora desde las sombras- Puse la voz más siniestra que me salió.

    -¿Qué son espectros o qué?-

    -Responde que mi terrón te preguntó, no te hagas-

    Se siente, con los brazos cruzados y las mejillas infladas –No podemos tener hijos, el no recibió esa maldición de Atena y, si me casare con el pero más adelante, aún no sabemos si recibir la bendición de Poseidón o de Atena- Parece un Tsundere enojado.

    -Valla, y ¿Adoptar que tal?- Tenia que preguntar…

    -Argus, va conmigo casi siempre, él no lo sabe, ni Saga ni el caídas locas, pero el heredara mi armadura de Dragón Marino, así que… Pasará mucho tiempo allá- Se ríe, como si no tuviera que pedir permiso a los padres, esta chiquito el niño.

    -Bueno las siguientes preguntas son de Sheyale, y dicen así. ¿Por qué eres tan guapo?, ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de estar en el santuario y en el mundo marino? Hay más, pero primero responde estas-

    -Por la buena genética que me toco, la verdad seremos iguales pero mi cabello y personalidad es mejor que la de Saga- Este hombre me encanta, pero me desespera, se cree tan irresistible –Las ventajas es que tengo doble paga, ósea ambos Dioses me pueden ayudar si se los pido, tengo amigos en ambos bandos, aunque algunos me quieren matar, puedo molestar a Saga y fastidiar a Tetis, llevar a mis sobrinos a territorio marino y me divierto bastante, las desventajas serian… Pues que debo trabajar el doble, si algo malo le pasara a Saga y Sander no está listo, debo tomar su lugar, y con Poseidón ya tengo mi armadura, así que tengo obligaciones, pero fuera de eso, creo que estoy bastante bien- Se acomodó bien tranquilo en su asiento, suspirando.

    -Doble paga, oye eso está súper bien. ¿Invitarías a comer algo a los terrones que son tus fans?-

    -Sí, pero solo a dos, tampoco tengo tanto- Codo.

    -Las otras preguntas son de Sheyale, pues faltaron y siguen ¿Recuerdas algún momento en el que hayas tenido un momento lindo y agradable con Saga?, ¿Qué tan bien te llevas con los de bronce? Haz una lista de él más fácil de tratar a él más difícil, dorado y bronce- Quero escuchar todo esto.

    Esta bastante pensativo, cruzado de brazos, pero se sonrojo bastante, parece avergonzado -¿Esto solo lo verán tus terrones de azúcar?-

    -Si- Esta pregunta es bastante extrañada.

    -Más te vale, porque si no, lo negare todo- Me mira enojado, pero mejor no digo nada –Cuando éramos niños, fuimos bastante cercanos, una vez me asuste con un animal y el me cuido y me calmo cuando estaba preocupado, me dio una abrazo, se comportó como lo que es mi hermano mayor, también otra ocasión cuando me enferme y cuido, aunque tuviéramos que estar oculto, él no se separó de mí, incluso cuando me recupere, el cayó enfermo…- Esta rojo de pena porque si quiere a Saga.

    -Que bonitos hermanos- Me da ternura.

    -Cállate, no digas eso…- Es un Tsundere cuando quiere, pero rápido cambia su forma de ser, para la siguiente pregunta –Con los mocosos de bronce me llevó bien, les hago bromas que disfrutan a todos, pero creo que con Ikki es al que más soportó- A veces me pregunto si este hombre no tendrá también toques de bipolaridad, pero no estoy aquí para psicoanalizarlo –Bien mi lista sería…- Comienza a escribir en un papel, que me robo de la libreta.

    Death

    Ikki

    Shura

    Afrodita

    Aldebarán

    Hyoga

    Milo

    Dohko (Joven)

    Mu

    Seiya

    Aioria

    Camus

    Shun

    Shaka

    Shiryu

    Saga

    Aioros

    -Y esa es mi lista, pero como no preguntan el ¿Por qué? No tengo que responder- ¿Qué clase de jugada fue esa?

    -Está bien, está bien, nadie te lo está pidiendo- Yo si quería saber… Reviso la libreta –Ceo que son todas las preguntas que nos han dejado para ti, muchas gracias por tomarte un tiempo en tu apretada agenda, por favor despídete de los terrones que te aclaman bastante- Le dio una ligera sonrisa, es agradable cuando quiere.

    -Adiós terrones de azúcar- Manda un beso –Espero que estén felices con las respuestas, fui lo más sinceró posible… De hecho sí, me obligaron a decir la verdad- Se para malhumorado.

    -Actúa primero coqueto con mis terrones y luego se enoja, ¿Quién lo entienden?-

    -En fin- Suspiro, revisando la lista y que ya llegamos al final –Terrones de azúcar, por último, pero no por eso menos importante, está con nosotros el caballero de Capricornio Shura, démosle un aplauso muy cálido- Me levanto de mi asiento de entrevistadora, para darle la bienvenida.

    -Hola, gracias por invitarme a mí también- Esta tan serio, como siempre pero se ve diferente… Oh por Atena, se arregló un poco.

    -Gracias a ti por venir, por favor roma asiento- Le indico el lugar -¿Podrías por favor darle un saludo a los terrones que esperan que conteste todas sus dulces preguntas?-

    -Hola- Bueno era de esperarse.

    -Antes de empezar, te noto algo cambiado… ¿Hiciste algo con tu cabello?- La verdad si tiene un estilo algo diferente.

    -Afrodita me obligo a arreglar mi cabello y me dijo que sonriera un poco, solo acepto una de esas dos opciones- La emoción hecha hombre, terrones.

    -Te queda bien, empecemos con las pregunta que tienes a varios terrones interesados en ti- Reviso la libreta, buscando las primeras –Anonimus1000days Shura ¿Qué se siente ser el tío solterón? Y ¿Qué el Cangrejo y pez te dejen a Egil casi todo el tiempo que se necesite? Por qué ha de pasar eso, eres el niñero oficial de su cangrejito-Sirenito- Me dio bastante gracia lo del Cangrejito-Sirenito.

    -No siento nada extraño, pero diría que bien, tengo tiempo de entrenar mejor y paso tiempo en mi templo- Es bastante sencillo nuestro amigo –Sé que me dejan a Egil porque confían en mí, además que no tengo algo mejor que hacer y Egil nunca me da problemas, es bastante fácil de cuidar- ¿Estamos hablando del mismo mini doradito?

    -¿Quieres mucho a ese niño?- Tengo que preguntarle de paso.

    Asiente súper serio –Si- ¿Cómo es capaz de ser así? No encuentro su pasión o algo en esta línea de tiempo…

    Leo otra de las preguntas y esta me parece bastante curiosa –Un terrón de azúcar te pregunta lo siguiente de parte de Zata97 ¿Quieres ser mi novio?- Espero que se emocione algo, este hombre.

    Serio, cruzado de brazos y mirando a la cámara –lo siento, no, no te conozco, pero si te interesa, busco discípulo, si eres Capricornio podría pensar entrenarte- Por fin dio una respuesta más amplia, pero lo siento mi terroncito, este hombre aquí es Asexual, y no da su brazo a torcer.

    -¿También buscas discípulo como Afrodita?- Estoy integrada en esto.

    -Necesitó a alguien para entrenar que sea digno de tan importante puesto, siento que solo yo podría ver y aprobar eso, para tratar de ganarse la armadura de Capricornio-

    .Entiendo- Veo la libreta, para las siguientes preguntas –De parte de Sheyale, ¿Verdad que tu si me quieres?, ¿Cómo es ser amigo de DM y de Dita? ¿Los niños te van a ver muy seguido? Acá entre nos, ¿Con cuál peque te gusta pasar más el tiempo?- Son muy adorables estas preguntas con los nenes.

    -No te conozco así que no podría decir te quiero- ¿Por qué no puede ser más enfático en lo que responde? –Es agradable ser su amigo, es algo que me gusta, pues tengo que soportar las broma de Death, y la forma extravagante de Afrodita, más los tres siempre hemos estado juntos, nos entendemos bastante bien, y a ellos los quiero un poco- Se pone pensativo, como que recuerda algo –Nos hemos apoyado mucho, y protegido entre los tres, no creo que haber podido tener mejores amigos- Aquí si se explaya el señorito.

    -Entonces… Sí que los quieres muchos, a tus amigos del alma- Trato de hacer algún chiste, peor no sale.

    -Sí, me van a ver bastante seguido a Capricornio, y cuando bajo a Rodorio siempre se quieren venir conmigo, y los llevo porque si no lloran- Suspiro.

    -Ellos son tu punto débil ¿No?- Encontramos algo que también aprecia mucho.

    -Me gusta pasar tiempo con Egil, es con quien mejor me llevo, es más controlable para mí, luego podría ser Camil, aunque él es más tímido- Sigue serio, pero parece algo divertido en alguna forma.

    -Shura, gracias por acompañarnos en la parte final de esta entrevista, te agradezco tu tiempo- Asintió amablemente -¿Te gustaría despedirte de los terroncitos de azúcar?-

    -Claro. Adiós… Y a los terrones que me pidieron ser su novio o que si los quiero, solo diré que deben ser personas muy agradables, solo fíjense bien para la próxima, yo no soy un buen partido para nadie- Se gira para mí -¿Puedo retirarme?-

    -Sí, claro… Adiós y gracias- Me quede pasmada con lo que ha dicho.

    Solo asintió, se levantó y se fue.

    -Valla… Eso ultimo no me lo esperaba, ja terrones de azúcar ya ¿Ven? Shura se preocupa por ustedes- Súper emocionada.

    -En fin, terrones de azúcar, hemos llegado al final de este hermoso especial de las parejas del primer fic que he creado, espero que les gustara mucho- Hasta estoy emocionada quiero llorar –La verdad, nunca creí que llegara hasta este punto, la verdad ni siquiera me imaginaba que crearía más contenido de fic’s muy hermosos, lindos, locos, y tantos terrones que somos ahora-

    Me tomo unos momentos, porque la neta siento las lágrimas llegar.

    -Bien, solo agradezco que se tomaran el tiempo de estar aquí al pie de cañón cada semana, leyendo cada ocurrencia mía, las locas ideas, las preguntas que hicieron, fue lo más hermosos y sobre todo espero que siempre logremos hacer grandes cosas, demostrando que los terrones de azúcar somos los mejores- Esta me levante de la alegría.

    -En fin, ahora yo me despido, no sin antes decir que nos vemos en la próxima y recuerden sean amables, cuídense mucho y manténganse a salvo- Me acerco a la cámara, antes de apagarla –Ammu se va-
    -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
    Buenos días, tardes, noches, ¿Qué hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Cómo están mis terrones de azúcar?

    Espero que les gustará y disfrutarán este especial.

    me dejan sus lindos comentarios.

    Nos leeremos en la próxima.

    Los quiero mucho, terrones de azúcar.

    Ammu se va.
     
Cargando...
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso