Una pequeña niña caminaba alegre por el bosque cerca de su hogar, cuando de pronto se encontró con un hombre, un hombre alto, robusto y de gran corpulencia, pero lleno de heridas abiertas y cicatrices a medio sanar. La niña, curiosa, preguntó: "Señor, ¿qué es usted?" La mirada cansada del hombre vagó hacia la pequeña delante suya, con una voz rasposa y tenue respondió... "Un escudo."