Escencia primordial

Tema en 'Relatos' iniciado por Ladron de Musas, 15 Agosto 2014.

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    Ladron de Musas

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    Escencia primordial
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    Ciencia Ficción
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    Esencia Primordial


    Me adentro cada vez mas en estas oscuras calles, infestadas de lacras y malvivientes que no lo piensan dos veces para aniquilar a quien de señales de poseer algo de valor.

    Y es que no es para menos que traiga conmigo lo mejor de mi arsenal, tengo programada respuesta inmediata de mi fiel arma “segadora”, la clave de la “Maldición de Sarai” y por ultimo mis letales revolver “Juez” y “Verdugo” equipados en el cinturón que ciñe mis caderas.

    He tratado con infinidad de prospectos a “Prodigios”, logre hacerme de una respetada reputación con el paso de los años, por esa razón no entiendo ¿que paso hoy? ¿Qué hace a este último tan especial que haya logrado burlarme?

    ¿Tal vez estoy perdiendo mi toque?..No, no pienses tonterías Felicia, simplemente fue un pequeño descuido de parte tuya, uno que no se volverá a repetir, pequeña rata cuando le ponga las manos encima.

    Con la nula experiencia que tiene para moverse en este tipo de lugares y para controlar su esencia, estoy segura que pronto llamara la atención, eso es lo que mas me inquieta, aquí las palabras “prohibido” o “inocencia” ya dejaron de tener algún significado, espero encontrarlo pronto.

    No dejo de pensar en los líos en los que se meterá, demasiado ingenuo e impulsivo, cuando aquí solo basta una mirada para iniciar un pleito que termina en masacre, y que decir de los estafadores, seria raro encontrarlo aun con algo de ropa encima, carajo eso me lleva a temer aun mas, la apariencia que tiene, ese cuerpo pequeño y delgado, a pesar de ya tener los diecisiete luce como un niñito de trece, el cabello oscuro peinado en ese ridículo copete y su piel pálida casi blanca no le ayudan mucho a inspirar tan siquiera un poco de respeto, de hecho esas facciones en especial son lo mas buscado por los cerdos que frecuentan los burdeles, ojos verdes y brillantes que le llenarían los bolsillos a los traficantes de cuerpos, escuincle idiota solo deja que te encuentre.



    La noche empezaba a caer en los barrios bajos de la próxima ciudad Utopolis, de igual forma los establecimientos de entretenimiento nocturno empezaban a abrir sus puertas, pronto las lúgubres avenidas se iluminaron con la gran variedad de marquesinas y anuncios espectaculares.

    Por los estrechos callejones, emergiendo de la niebla entraban y salían sujetos de apariencia intimidante y grotesca, otros vistiendo costosa y elegante ropa acompañados de escoltas se abrían paso mas fácilmente entre las hermosas mujeres, jovencitos y mutantes que esperaban clientes recargados en las paredes o en las esquinas.

    Los tiroteos y rencillas entre pandillas no se hicieron esperar, aquellos bullicios se habían vuelto habituales desde que las grandes corporaciones empresariales que invertían en la fundación de la nueva ciudad desplazaron a quienes no podían pagar el lujoso y moderno estilo de vida que ofrecían.Dejándoles como opciones irse a los países desterrados o bien conformarse con una raquítica vivienda o cuarto rentable en ese conflictivo sector.

    Esta última incluía estar a disposición de venderse como mercancía barata o unirse a alguna facción dedicada al crimen.

    La tutora seguía asegurándose de mantener un perfil bajo, caminando en dirección a las casas de apuestas y burdeles, cubriendo su uniforme y parte de su rostro con su grueso saco gris, de pronto una chica que no aparentaba tener mas de trece años se le acerco olfateando.

    -¿Usted es amiga de Zurdo?-Pregunto la chiquilla cerrándole el paso y tambaleándose.

    Felicia reacciono de inmediato al oír ese nombre.

    -¿Lo has visto? ¿Dónde? ¡¡Habla mocosa!!-Exigió zarandeando a la menor la cual tenia claros signos de estar bajo los efectos de alguna droga.

    -Es un flacucho con voz de pito ¿no? Hay el muy idiota no me quiso pagar por el beso, así que me quede con esto y lo deje en medio de una pelea-Balbuceo sonriente la chiquilla ojerosa mostrándole a la castaña un llamativo prendedor que adornaba el escote de su diminuta blusa.

    Felicia se lo arranco violentamente y la empujo haciéndola caer.

    -¡¡Kyaaagh!!-Grito la joven cuando vio las llamas verdes envolviendo la hoja de una afilada oz.

    -Preguntare de nuevo..¿Donde esta?



    En un maloliente bar subterráneo se estaba desarrollando un alboroto entre varios sujetos pertenecientes a una pandilla.

    Uno en particular, de abultados músculos, raza afroamericana y mirada maniática cayo derrumbado al suelo sosteniendo su quijada por cuyos labios chorreaba un pequeño hilito de sangre

    -¡¡Mi diente de oro!! ¡¡Gusano maldito!!

    -Lo..Lo siento-Tartamudeo un joven de cabellos azabaches y ojos verdes, su puño derecho aun cerrado estaba cubierto con un extraño guante metálico que torpemente escondió tras de su espalda.

    Los demás pandilleros al ver eso optaron por sacar sus armas, nudillos con púas, largas navajas y gruesas cadenas.

    -¡¡Estas jodido!!-Sentencio uno mojando sus labios con su lengua dividida como la de una serpiente.

    Una pequeña chispa estallo en la sien del chico y su cuerpo se cubrió de un aura purpura para después contraerse hacia un costado justo en el momento que una afilada cuchilla paso volando a unos centímetros de su rostro hasta clavarse en el brazo de un deforme mutante.

    — ¡¿Cómo mierdas hizo eso?!—Se pregunto el tipo de lengua de serpiente.

    Las cosas se pusieron peor, pues a raíz de que el joven mostrara esas habilidades las miradas del resto de bravucones que estaban en el bar se centraron en el.

    —¡¡Es un maldito centinela!!—Rabio un sujeto de raza asiática sacando una larga katana

    —¡¡Matémosle!!—Corearon los que estaban a su lado.

    Más antes de que siquiera dieran un paso hacia el joven de ojos verdes, una serie de explosiones perforaron el techo del bar, acto seguido cayeron a gran velocidad siluetas de gran tamaño que una vez que derribaron a los rijosos tomaron la forma de misteriosos sujetos con uniformes grises.

    —¡¡Largo de mi bar bastardos!!—Advirtió el cantinero empuñando una antigua escopeta incrustada de engranajes hacia los recién llegados.

    Uno de ellos, que al parecer era el líder ignora la amenaza y se dirigió al niño de cabellos azabache con pequeña sonrisa decorando sus labios.

    — ¡Así que tu eres la nueva victima de Truman!—Exclamo quitándose sus gafas y viéndolo de pies a cabeza, noto que eso puso incomodo al joven pues instintivamente se alejo de el.

    —Hey tranquilo no te asustes, no pienso hacerte daño, al contrario estamos aquí para protegerte—Explico el fornido sujeto de brillantes cabellos negros—¿Cuál es tu nombre?

    — ¿Protegerme de quien?—Pregunto el chico desconfiando.

    — ¿De quien mas? De ella por supuesto—Contesto el castaño.

    — ¿Felicia? Tu ¿la conoces?.

    —Que si la conozco, mas de lo que quisiera, pero eso no importa, por lo que estoy viendo lograste quitártela de encima, eres un prodigio ¿no es así?

    —Estoy empezando a detestar esa palabra—Replico el joven entrecerrando sus ojos.

    El mayor noto que el llamado prodigio estaba aun en pose de guardia, claramente el tratar de ganarse su confianza no estaba funcionando.

    —Ups, lo siento, pero no me has dicho tu nombre, soy Travis Athor—Se presento haciendo una modesta reverencia pero a pesar de su esfuerzo por lucir amigable los ojos esmeraldas del niño le advirtieron que siguiera guardando su distancia.

    Los acompañantes de Travis hicieron que los cargadores de sus sofisticadas armas crujieran a unisonó al notar que los lacras que habían noqueado unos segundos antes estaban despertando.

    Travis por su parte se dio cuenta que tenia su mano derecha posada en el mango de un bastón dorado que traía equipado a su cinturón.

    —Ya veo, ella te ha estado entrenando bien, me alegro—Abrió la hebilla de su cinturón dejándolo caer al suelo.

    El chico al ver eso destenso su cuerpo y sus puños se abrieron lentamente pero sin quitar la vista del mayor.

    —Zurdo.

    Travis arqueo una ceja al oír ese nombre.

    — ¿Disculpa?—Replico cambiando drásticamente su semblante a uno mas serio.

    —Es Zurdo, ese es mi..

    — ¡No no no no!—Gruño furioso el uniformado sujetando con ansias sus cabellos—¡¡Esa maldita rata me sigue fastidiando aun después de muerto! ¡¿Por qué carajos tenían que llamarte así?!

    El llamado Zurdo no pudo evitar emitir una pequeña sonrisa, intuyo que no era la primera vez que alguien se enfurecía de esa manera cuando escuchaba su nombre.

    —Lo admito, me gusta que pase eso —Pensó dentro de si.

    Travis vio que el chico sonreía divertido y no tardo mucho en recuperar su postura.

    —Sabia que había algo raro en ese mocoso—Objeto el cantinero siendo de inmediato silenciado por uno de los cadetes que empuño el cañón de su arma a unos centímetros de su rostro.

    —Me disculpo por eso—Carraspeo Travis desviando su mirada—Como te iba diciendo estamos aquí para ayudarte y protegerte de estas lacras, llevamos mucho tiempo buscándote, pero tuvimos que esperar a que activaras tu esencia para saber el lugar exacto donde estabas.

    — ¡Mi esencia! ¿Quiénes son ustedes? ¿Y cómo saben tanto de mí?—Demando el pelinegro volviendo a ponerse en guardia.

    —Mierda la cague—Murmuro Travis —Somos Centinelas de la división Cóndor yo soy el capitán a cargo—Explico tratando de aproximarse al chico pero este retrocedía con cada paso que el mayor daba hacia el.

    —Centinelas ¿he?—Musito Zurdo entrecerrando sus ojos.

    Travis se percato que el niño había cambiado su semblante por completo, su rostro se volvió sembrío y su cuerpo se cubrió de una espesa aura purpura.

    —¡Mierda!

    En un parpadeo Zurdo de desvaneció y luego de que los demás uniformados y pandilleros cayeran al suelo con sus articulaciones destruidas un fugaz resplandor fue directo a Travis pero este no hizo intento de esquivarlo.

    Un agudo sonido de metales chocando hizo eco en el bar destruyendo los pocos objetos de cristal que aun quedaban sin romperse.

    — ¡Eres increíble!—Exclamo Travis sonriente mientras con su arma que había volado a sus manos trataba de contener las garras metálicas del pelinegro que estaban casi rozando su cara.

    —No cabe duda que esa zorra no ha perdido su toque, pero aun así..

    El bastón dorado de Travis se abrió dejando libres gruesas cadenas que terminaban en afiladas cuchillas, una vez que Zurdo se dio cuenta trato de alejarse pero fue tarde pues el mayor agito su arma con velocidad y el cuerpo del chico quedo envuelto en las cadenas derribándolo al suelo.

    —Hagg esto no era lo que tenia planeado al conocerte pero no me dejaste otra opción—Suspiro Travis tensando mas las cadenas y obligando a Zurdo a ponerse de rodillas.

    —¡¡Que carajos es esto!!—Rabio el joven cuando sintió que su piel era quemada por una esencia que emanaba de los eslabones.

    —No tiene caso que trates de liberarte, pudiste deshacerte de esa bola de matones porque no sabían a que se estaban enfrentando pero en mi caso no es así.

    El uniformado dio un ahogado grito cuando sintió un dolor perforarle el hombro.

    — ¿¡¡Que mierda haces soldado!!?—Gruño al ver que uno de sus esbirros le había disparado una cuchilla de su bastón.

    Mas eso solo fue el inicio , los demás centinelas se incorporaron al igual que los pandilleros, todos empezaron a dispararle a Travis y también a lanzarle armas blancas.

    —¡¡Se supone que estaban muertos ¿entonces como es que?!!—Se pregunto el centinela usando el mango de su arma para repeler los proyectiles, algo que no le costaba trabajo pues sus atacantes se movían con torpeza,fue por eso que dedujo lo que estaba pasando..

    —¡¡Tuu!!—Acuso mirando furioso a Zurdo el cual ya estaba de pie y solo basto que abriera sus brazos para liberarse de sus ataduras.

    Travis vio como el joven frotaba las yemas de sus dedos las cuales ardían al rojo vivo, en el rostro del joven se dibujo un perverso gesto.

    —También te enseño todas sus mañas, en verdad que debes de ser muy valioso para ella—Objeto contrayendo las cadenas de su arma para luego empuñarla en lo alto.

    —Déjame en paz—Murmuro Zurdo amenazante.

    Travis hecho a reír

    —Mocoso, ¿por quien me tomas? ¿Piensas que te tengo miedo?, creo que no estas viendo las cosas claramente.

    —Si me lo propongo puedo descuartizarte sin siquiera moverme de donde estoy—Contesto el pelinegro sonriente.

    —Inténtalo—Reto Travis

    Los ahora cadáveres de las victimas de Zurdo se lanzaron contra el uniformado mas antes de llegar a el sus cuerpos explotaron y luego sus huesos se volvieron filosas estacas que volaron veloces hacia el centinela.

    Zurdo rio de manera horripilante al ver el cuerpo del militar contraerse por las filosas puntas que cosieron su cuerpo.

    —Te gusta el juego rudo, nada mal—Alego burlona la voz de Travis tras de Zurdo

    —¡¡¿Cómo es que?!!—Exclamo el pelinegro volteando.

    — ¿Felicia no te enseño “Señuelo”?,eso también me recuerda que es demasiado arrogante para enseñarte algo tan básico. Pero en esta ocasión le costara caro.

    Zurdo volvió a invocar los restos de sus victimas usando una energía verde en forma de hilos que salían de las puntas de sus dedos, las dagas volaron hasta fijar a Travis en uno de los muros pero este no presento signos de querer rendirse.

    — Ya te lo dije niño, fui enviado especialmente para capturarte y aunque sea a pedazos vas a venir conmigo.

    —No estas en posición de dar ordenes idiota—Objeto Zurdo aproximándose hacia el.

    —Otra lección básica..tus ojos mienten—Siseo burlón Travis.


    Zurdo no comprendió eso y se dispuso a darle el golpe de gracia, pero apenas iba a atravesar el corazón del centinela con uno de los afilados huesos la cadena del arma de Travis atravesó su muñeca provocando que soltara el hueso y emitiera un desgarrador grito de dolor.

    Travis logro separarse del muro quitando violentamente las estacas de su cuerpo. Luego vio como Zurdo trataba de liberar su mano pero cada que lo hacia la cuchilla mutilaba su carne aun mas.

    El pelinegro opto por huir del alcance del soldado.

    —Has sido un niño malo—Rio Travis caminando torpemente hacia Zurdo y este callo al suelo cuando otra cadena envolvió sus piernas.

    — ¡¿Cómo lo hiciste?!—Pregunto el menor tratando de levantarse pero Travis uso la suela de su bota para pegar el rostro del niño en el suelo.

    —Mi arma puede tomar mi apariencia para recibir ataques por mi—Explico cuando su bastón voló de nuevo hacia el.

    —Nada mal—Contesto el chico detrás del soldado al cual le atravesó el abdomen con la punta de sus propias cuchillas.

    —¡¡Lo aprendiste con solo verlo una vez!!—Exclamo sorprendido el centinela.

    —No solo con verlo, también sentirlo—Contesto el pelinegro.

    —¡¡Haagg!! ¿Qué haces?—Bufo el centinela cuando Zurdo jalo la cadena con la que lo habia atravesado para luego atarla al bastón que estaba fijado en el suelo.

    —Me aseguro que no me sigas.

    — ¿Me veo en condiciones de hacerlo?—Replico el mayor.

    —Eso no lo se, ya vi que eres bueno para crear artimañas ilusorias, si sigues haciéndolo al menos ya no podrás moverte.

    Travis vio impotente como su presa se alejaba de el.

    —“No podrás sobrevivir sin mi”—Alego Zurdo imitando según el a su mentora—Trágate esto zorra—Añadió sonriente.


    —Idiota—Siseo Travis—3…2..1—Calculo murmurando para luego detenerse al ver como el chico de los ojos verdes se aferraba a una columna para no caer.


    —¡¿Qué?!...es esto…me siento muy pesado.

    Zurdo volteo a ver a Travis y este se puso de pie, las cadenas que atravesaban su cuerpo desaparecieron descomponiéndose en polvo dorado dejando solo el bastón.

    El centinela quedo a unos pasos de Zurdo y lo pateo en el rostro derribándolo.


    —Lo que me obligaste a hacer escuincle, yo por lo general odio usar estos trucos tan sucios pero no me dejaste de otra.

    — ¿De que hablas?

    —Mi arma libero un potente sedante cuando la usaste para herirme.

    —Eres un gusano tramposo—Gruño el pelinegro y luego escupió al rostro del centinela el cual al limpiarse con la manga de su gabardina, noto que era sangre, hecho que lo enfureció bastante

    —Ya me harte de estar jugueteando, te llevare conmigo, voy a cobrar el pago por tu cabeza y luego me iré a casa—Sentencio tomando al chico por los cabellos.

    —¡¡Sobre mi cadáver!!—Proclamo una voz femenina.

    Travis trato de aferrarse a Zurdo pero en un parpadeo una veloz silueta oscura se lo arrebato.

    —Hasta que te apareces—Protesto el chico en los brazos de Felicia.

    La Tutora se quito su saco y lo cubrió a Zurdo con el, hizo un gesto de enfado cuando oyo la burlona risa de Travis.

    — ¿Tienes idea de lo patética que te vez?, el papel de mama cariñosa no te queda linda.

    —Y miren quien lo dice, al menos hago un mejor trabajo que tu idiota—Contesto ella dándole la espalda a Zurdo.

    —¿Es en serio?—Pregunto extrañado—Después de que le patee el trasero a tu nuevo juguete ¿piensas enfrentarte a mi?.

    —No tengo que hacerlo—Contesto la Tutora sonriendo y haciéndole un gesto a Travis para que mirara sus pies.

    —¡¡Eres una!!֫—Rabio furioso al ver como sus pies estaban aprisionados por brillantes cristales verdes adheridos al suelo.

    —No eres el único que juega sucio, no se te olvide que también fuiste mi discípulo—Alego Felicia y luego volteo a ver a Zurdo.

    —Si ya lo se, no debí escaparme, tres días de rutinas forzadas bla bla bla..

    No alcanzo a quejarse más cuando la Tutora le atravesó el rostro con una fuerte bofetada.

    —¡¡La próxima vez que se te ocurra desobedecerme volverás a ver los ojos de tu querida hermanita pero como prendedores de mi uniforme!!—Gritoneo la castaña tomándolo por el mentón y enterrando sus uñas en las mejillas de Zurdo el cual quería asesinarla con la mirada.

    —Con que así es como lo controla—Dedujo Travis al ver a Zurdo asentir

    Felicia saco sus dos revolver de sus fundas y la frente de Travis así como su corazón quedaron repletos de balas.

    Zurdo vio estupefacto como el cuerpo del sujeto cayo hacia atrás quedando recargado en el suelo, si bien sabia que dentro de el crecía un poder e influencia oscura, no podía compararse con la sangre fría de su mentora.

    —Vámonos, tenemos que salir de esta maldita cloaca antes que lleguen mas refuerzos para ese pendejo—Ordeno Felicia caminando en dirección a la salida.

    —Pero no puedo…—Balbuceo Zurdo pero luego se dio cuenta que traía el saco de terciopelo plateado de Felicia cubriendo sus hombros—Moverme—Añadió el pelinegro al sentir como su cuerpo había recuperado su movilidad.

    Camino tras de su mentora abriéndose paso entre los restos de las personas que el mismo había asesinado unos segundos antes, no pudo evitar que sus ojos lagrimearan y que su garganta se contrajera conteniendo un sollozo.la mirada de rencor del cadáver Travis solo empeoro su remordimiento

    —Mantente tras de mi, porque si te llego a ver llorando de nuevo te arranco la cabeza—Siseo la Tutora enfadada.

    Zurdo apretó sus ojos y limpio sus mejillas con el abrigo de Felicia, sabia muy bien que por desquiciada que había sonado esa amenaza no dejaba de ser cierta.

    —No es tiempo para llorar aun—Pensó dentro de si Felicia viendo los edificios mas altos de la gran ciudad que estaba frente a ella.

    Las gotas saladas que resbalaron por sus pómulos eran la verdadera razón por la que le ordeno a su pupilo mantenerse tras de ella.
     
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