Escape

Escape

Tsk, one-shot por cuarenta palabras ¿Es eso justo? x3

Título: Escape.
Summary: Escapando ante la proximidad de su piel y olvidándolo todo hasta que la realidad quisiese golpearlo.
Pareja: EriolxSyaoran, menciones SakuraxTomoyo.
Clasificación: K+
Advertencias: Shonen-ai y exceso de azúcar. Me hago cargo de los dedazos y errores que pueda contener.
Género: Romance, Hurt-Comfort.
Cantidad de palabras: 520.

Escape.​

—Ni siquiera dijo porqué, —sostuvo, prensando el puño en el regazo y sin pensar en su acompañate. — n-no lo entiendo…

Luces, el doloroso encanto de la moribunda tarde incrementaba la extrañeza de aquella mirada puesta en la figura sollozante en el enorme sillón púrpura. Su mano, blanquísima y dubitativa, dibujaba círculos en la espalda del muchacho; aunque, por mucho que no le agradase, el intento por serenarlo no sirviese de nada.

Mordió su labio inferior con impotencia. Él no parecía reaccionar a la galería de frases condescendientes que tenía preparadas para este momento; porque lo veía venir ya, asomándose cruel tras la sonrisa culpable de esa chica. Ella terminó con su suplicio esa noche, sí; mas, el torbellino de decepción y melancolía no había llegado al centro aún.

Li presionó ambas manos en su boca, tentando por calmarse y no dejar escapar el llanto frente a él. ¿Cómo lo hubo soportado en ese instante? Dolía suponer qué lamentos desenfrenados habían sido sellados en los dulces ojos castaños; no deseaba continuar imaginando las posibilidades que ahora contemplaba. Esa chica era su todo y dejó un futuro brillante atrás por su bienestar.

Le hubiera gustado decirle que le tenía a él y que no lo abandonaría nunca; o, quizá, confesarle de una vez por todas que Sakura Kinomoto jamás lo amaría como él, mas el sólo pensarlo provocaba una risa despectiva morir en su garganta. Decírselo llevaría las cosas de peores a irremediables, y no pensaba perderlo por un destello de impulsividad.

—S-si ella es feliz sin mí, yo debería serlo… —musitó Syaoran, el poco control que le quedaba deslizándose fuera. Eriol no se atrevía a ofrecerle consuelo de forma adecuada, su título de mejor amigo le daba esa facultad, pero no quería tentar a su suerte. —debería, pero Sakura es… es lo que más…

Sakura no lo merece, desearía comentar. Hiragizawa entiende qué implicaba dejar a la persona que amaba en cuidado de Kinomoto; el destino no podía ser cambiado. La amargura pasará, ella lograría entender qué era lo ideal y terminaría con la aventura sin sentido que sostenía con su mejor amiga. En unos días, Syaoran vendría a él: agradeciéndole por el apoyo de esa noche y feliz de la pronta reconciliación.

¿Quién eran Sakura o él para eludir la responsabilidad de velar por el mañana?

Incluso si aquello significaba renunciar a sus sentimientos y ocultarlos tras una ilusa sonrisa turbia; aun si involucraba lastimar a Tomoyo y Syaoran en el proceso…

Ya era mucha generosidad el permitirse formar lazos con él. No pretendía romperlos, por dolorosos e incorrectos que pudiesen reprocharle.

—Todo se va a arreglar. —susurró, abandonado y molesto. ¿Qué sentido tenía el rechazar tenerlo cerca un minuto, ahora que podía? No encontraba motivos para retirar el brazo que rodeaba la cintura del castaño, o apartar el rostro anegado en lágrimas silenciosas que se enterraba en su pecho.

—Todo se va a arreglar. —repitió. El aroma de cerezos en flor asfixiando el instante y odiando el nombre de la maestra de cartas repetido como mantra de labios de Syaoran. Sonrió, aspirando el aroma de su cabello sin que se diese cuenta. Escapando ante la proximidad de su piel y olvidándolo todo hasta que la realidad quisiese golpearlo.