One-shot Esa tierna sonrisa [Pokémon Negro + Vocaloid]

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Este es un relato para la actividad "Cruce de San Valentín" de @Rasu . No domino mucho vocaloid, en realidad casi nada, pero quise apoyar a mi compañero y salió esto. Espero que os agrade.

Era un día normal debilitando Audinos en Ruta 14. Allí estaba, como siempre, montado en su bicicleta de un lado para otro, hasta que escuchaba aquel peculiar zarandeo en la hierba que indicaba que allí había el pokémon cuya debilitación llevaría a alguno de sus pokémon más inexpertos a la cumbre.

En realidad, nunca reparaba demasiado en nada más, estaba centrado en su objetivo y siempre veía a la misma entrenadora ahí, parada, en el medio de aquella travesía y se preguntaba si ella debía tener mucha vida interior o algo, porque el no hacer nada en todo el día, solamente estar ahí esperando a que pasase algún entrenador, debía ser bastante tedioso.

Sin darse cuenta, se le quedó mirando.

—¡No puede ser! ¡Me has reconocido! ¡Lo sabía!

—¿De qué hablas? —dijo él confuso ante aquellas afirmaciones de la chica.

—¡No puedo negarlo! ¡Soy Miku Hatsune! ¡No puedo esconderme más bajo esta fachada de entrenadora guay! ¡Es mi secreto!

Con la impresión, el chico perdió un poco de equilibrio en la bicicleta, con tan mala suerte que se cayó justo encima de la chica.

—¡Patán! ¡Ni siquiera sabes conducir! ¡¿Es que le dan el carnet a cualquiera?!

—Si ni se necesita carnet... —empezó a decir el chico.

—¿Ah no? ¡Eso lo explica todo! ¡Mil veces patán!

El chico estaba totalmente pasmado, allí estaba, en la ruta que había visitado día tras día para subir de nivel a sus pokémon más débiles, en plena discusión con su ídolo vocaloid, con Miku Hatsune, nada más y nada menos. Se quedó mirándola y la verdad, le parecía realmente tierna, todavía lo era más en persona. ¡No podía ser!

—No puedo disculparme, tiene usted razón señorita, soy un auténtico patán, no sabría cómo pedirle disculpas.

—Anda, por favor, no me trates de usted, ¡no soy una vieja!

A cada cosa que pasaba, el chico se daba cuenta de que Miku estaba más enfadada, realmente, no sabía cómo disculparse. De hecho, sentía que tenía que disculparse por no haber reparado en que aquella chica que estaba siempre allí, era su vocaloid favorita.

—Te perdono si me atrapas un Audino, solo para mí.

—¿Y eso por qué?

—Llevo en esta ruta, todo este tiempo, porque me encanta ver a esos adorables pokémon saltar de un lado a otro. ¡Sus orejitas son tan monas!

En ese momento, el chico se derritió. Vio como los colores subieron a las mejillitas de Miku cuando hablaba de atrapar a Audino y sintió como un clic en el corazón, algo había encajado.

—Lo haré por ti.

La verdad, es que no tardó mucho en atrapar a uno de aquellos pokémon. Eran tan dóciles que se resistían mucho ante las pokéball. La verdad, era un pokémon que nunca le había interesado demasiado, porque era extremadamente débil, pero sí le parecía adorable.

Se lo entregó a Miku y vio los ojitos de esta centellear como si de la más hermosa de las joyas brillando se tratase y allí se perdió.

—¡Lo sacaré de esta bola infernal! ¡Lo llevaré conmigo a todas partes!

El chico no sabía qué decir, simplemente estaba embobado con la chica, además de que su nuevo pokémon la hacía parecer todavía más adorable y aquello, le llegaba al corazón al chico.

—Lo lamento, fui una estúpida criticándote por haber tropezado conmigo, fui yo quien te distraje. Lo siento mucho. ¿Me perdonarás?

Y entonces, Miku depositó un beso en la mejilla de él y en ese justo momento, el clic que había sentido antes el chico, cobró sentido y vida, dentro de su estómago miles de mariposas revoloteaban. Quizás aquello solamente era un amor platónico, pero podía decir, que aquello había sido lo más hermoso que le había pasado en mucho tiempo.

—Le llamaré Orejitas —dijo la chica sonriente y el chico solamente se limitó a asentir, totalmente ruborizado y sonriendo.

Era un lindo mote, que venía de la más linda de las chicas.