Tu eres mi amigo, por que me abres los ojos cuando me niego a mirar. Por que me das de beber cuando me mata la sed y no la quiero saciar. Por que a pesar de mis errores tiendes tu mano para mi aunque en ocasiones mi pena te haga sufrir. Por que compartes conmigo mi alegría y mi tristeza. Por que tu mano amiga, tu mano hermana, y a mis soledades acompañas con una dulce mirada. Por eso al cielo agradezco borrar mi equivocación, pues creí que no existía, solo en una oración. Eres una bendición que Dios me regalo, para hacer feliz mi alegría y olvidar la melancolía. Gracias, pues tu aliento y comprensión llenan de dicha este pobre corazón...