Entre susurros y gritos

Tema en 'Relatos' iniciado por Namida, 31 Enero 2013.

  1.  
    Namida

    Namida Entusiasta

    Escorpión
    Miembro desde:
    10 Septiembre 2011
    Mensajes:
    176
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Entre susurros y gritos
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Tragedia
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    940
    Hey, tú, el de arriba. Sí, ese que reparte las leyes como si de una baraja de cartas se tratara. Déjame que te susurre al oído un par de cosas, y no pierdas el hilo de la conversación. Deja lo que quiera que ahora estés haciendo, no hablo para que me oigan, sino para que me escuchen.

    En primer lugar, señor, permítame que me presente. Soy la voz del silencio, la de todas esas almas en pena que al parecer aún no logras escuchar, o que quizá no quieras hacerlo. Me dirijo a usted para mostrarle nuestro pan de cada día, para acabar con tu ignorancia. Empezaré con un cálido susurro, y conforme sea necesario gritaré para que mis palabras sean escuchadas.
    Oh, antes de proseguir, le aviso de que seré sincera y directa, tan fiel a mí como siempre.

    Dejando esto claro, me dispongo a continuar.
    Somos el resultado de la ignorancia, de vuestros infectados oídos de mugre que se niegan a escuchar. Somos los rebeldes que alzan la voz hasta lo más alto para que por fin se deje de escuchar vuestras sucias palabras, cada mentira que sale de vuestra repugnante boca, cada promesa que en un futuro será rota, ¡por toda esa labia que es pura palabrería y solo espera confundirnos!

    Somos las manos luchadoras que alimentan vuestro estómago cada día. Cada gota de nuestro sudor por mantener vivos a los nuestros para que no mueran de hambre, es solamente un avión privado para esta semana y estas nuevas vacaciones.
    Somos los guerreros que luchamos hasta morir, simplemente, para que vuestro orgullo aumente con la sangre y lleguéis más alto, para que vuestro trono sea de oro y plata. Luchamos para encontrar una esperanza y mantener esos derechos que nos estáis robando, aunque fuera de esta mentira todos sabemos que ese esfuerzo solo sirve para que os riáis en nuestra cara y disfrutéis del espectáculo.

    ¡No mintáis diciendo que queréis acabar con esta continua guerra! Pues el fuego que emana de esta es lo que os mantiene en vuestro altar.
    Todos hemos sido explotados y perjudicados por vuestra avaricia y codiciosa sed de poder. Desde niños hasta ancianos, ¿qué más da? No hace falta morir en el campo de batalla, ¡no hace falta tirarse de un balcón para que sepáis valorar cuánto necesitamos nuestra casa! El simple hecho de no tener un buen bocadillo todos los días, un simple baso de leche o siquiera un motivo para sonreír a un nuevo día. ¿Y por qué habría que hacerlo? Solo es un día más donde utilizar nuestras armas, un día más en el que nuestra paciencia se acaba. ¿Qué esperáis? ¿Que sonriamos y hagamos como si no pasara nada? Nuestro ejército se muere, queréis privarnos de medicamentos que curen nuestras heridas, ¡nuestra esperanza se agota cada día!
    Esto no es vivir, y exigimos tener una vida a la que merezca la pena mostrarle una sonrisa. Queremos poder levantarnos y gritar sin tener que hacerlo de rodillas, ¡con las manos atadas y la boca sellada!

    No os confundáis de vuestro rol en este juego. Nosotros no somos los rebeldes sin cultura que se niegan a la justicia y a seguir las leyes. Nos negamos a trabajar como mulos de carga para mantener llenos vuestros bolsillos.
    No solamente somos guerreros y perros tirados bajo las estaciones del metro en busca de calor y comida. En algún momento de nuestra vida tuvimos familia y una cama calentita. Vosotros nos habéis quitado esa esperanza que nos daban nuestros familiares, ¡esa manta que nos cubría en las frías noches de invierno!, antes de buscar un rincón en la ciudad donde el viento no golpee a nuestros hijos.
    No solamente estamos hechos de hierro para sobrevivir a las bombas que vosotros lanzáis, tenemos sentimientos, y lo más importante: somos humanos, y nos prometieron unos derechos. ¿Dónde están esas promesas? ¿Dónde quedaron esas esperanzadoras palabras hacia un nuevo y perfecto futuro? Como un cuento adolescente, fuimos madurando con el tiempo y ese "te quiero" e "infinito", esa "luz" y "trabajo", se fue disipando en solo unos momentos.
    Es todo una mentira, un simple teatro de marionetas donde los que tienen el poder dictan y mandan, mientras que los de abajo cumplen y asienten.

    ¿Cuál es vuestra democracia? ¿Cuáles son esas leyes que proponéis? A cada momento que pasa se agota nuestra paciencia, nos llenamos de rabia e impotencia, y todos sabemos el final de este cuento. Conseguiremos la más fuerte de nuestras armas hasta que los de arriba peguen la hostia más grande. Ya lo intentamos con lágrimas, ¡sacamos la bandera blanca!, y solo conseguimos que nos golpearan en la cara. A los fuertes guerreros que solo defendían sus derechos robados y a los que solo pasaban para ir a rezar por un mejor mañana.

    Que se jodan, nos pareció escuchar en algún momento, y esta es la realidad. Nos jodemos porque con vosotros nadie tendrá un digno mañana, porque solo conseguís arrebatarnos nuestros sueños con unas solas palabras. ¡Porque no creáis un mejor mañana! ¡Porque estáis destruyendo a los que se rebelan para crearlo! ¡Porque les estáis quitando todas las oportunidades para poder vosotros llenaros solo de palabrería y labia!
    Por eso gritamos, por eso nos manifestamos, por eso luchamos por este único derecho que nos queda. Si nos lo quitáis, ¿qué entendéis vosotros por "un mañana"?

    Arriba está el cielo, en las nubes sobre las que despertáis cada amanecer.
    Aquí abajo está el infierno, y es por eso que recuerden, señores políticos: cada vez que no dais gracias por tener millones de casas, entre susurros y gritos, una persona pierde la esperanza.
     
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