Engañosas Apariencias

Engañosas Apariencias


Capítulo 1: Alumna ejemplar.


Amanece un nuevo día en la ciudad de Tokio, concretamente en el templo Higurashi. La menor de dicha familia se levantó, se dirigió al baño y después de ducharse se vistió y bajó a la cocina.
Allí se encontraba un joven moreno de ojos celestes y cabello recogido en una larga cola alta.
-Buenos días, Kagome -le dijo el joven- ¿Cómo amaneciste?
-Bien, muy bien. ¿Y tú, hermano?
-Estupendamente.
-¿Rin ya se despertó?
-¿Rin? ¿Estás de broma? Se quedó hasta tarde en la sala, de seguro se durmió allí.
-En ese caso voy a ver.
La joven de cabello azabache se dirigió a la sala y encontró a su hermana mayor profundamente dormida pero con cara de fastidio. "Debe de ser incómodo dormir ahí" pensó la joven.
-¡Kagome, vas a llegar tarde!
-¡Ya voy!
Colocó una manta sobre su hermana y depositó un pequeño beso en su frente antes de marcharse. Cinco minutos después de la partida de Kagome, tocaron a la puerta.
-¡Rin! -gritó el joven desde el cuarto de baño- ¡Están tocando a la puerta!
-Mmm... -la joven se acurrucó más.
toc-toc-toc
-¡Rin! -repitió mientras se afeitaba- ¡Que están tocando a la puerta!
-¡Pues que se pudra afuera! -gritó enojada la joven.
toc-toc-toc
-¡Maldita sea Rin! ¿¡Quieres abrir la puerta!?
-¡Púdrete tú también, Kouga!
-¡Demonios! -gritó dejando lo que estaba haciendo para dirigirse a la puerta y abrirla- Oh, ¡Hola Sesshoumaru!
-¿Sesshoumaru? -se preguntó- ¿Y ese quién narices es? ¡Bah! Para lo que me importa.
Media hora más tarde, Kouga y Sesshoumaru conversaban en la cocina y Rin se dirigió a ellos bastante enfadada.
-¡Maldita sea, Kouga! ¡Voy a llegar tarde! ¿Te parece bonito?
-¿Cómo? ¡Pero sí fuiste tú la que se quedó dormida!
-¡Ahora no me eches a mi el muerto!
-¿De qué hablas? ¡Yo no fui el que se pasó viendo una serie de televisión hasta las tantas!
-¡Era una película! Y muy buena por cierto.
-¿Importa eso? ¡La única culpable eres tú!
-¡Y dale! ¡Es más fácil culpar a los demás! ¿No es cierto? ¡Irresponsable!
-¿Pero qué...? ¡¡Aplícate el cuento!!
-¡Ah! -gritó exasperada- ¡Vete al diablo!
Agarró su cartera y se fue dando un portazo.
-¡Pero que cara tiene! ¡La única irresponsable es ella!
-¿Es tu hermana?
-Sí, es Rin. Lo que acabas de presenciar es una de sus tantas excusas. Pero no te preocupes. Siempre hace lo mismo.
-Es la mediana, ¿No?
-Sí. La pequña se llama Kagome. Es un angel. Nada que ver con Rin a pesar de que se parezcan físicamente.
Mientras tanto, Rin ya había llegado a la preparatoria, donde en su aula se estaba dando clase de historia.
-Esa batalla -explicaba la profesora- junto con muchas otras, influyó mucho en su vida.
Plop
-Así pues, todos lo conocían por su gran valor y corage.
Plop
-Fue después...
Plop
-... a mediados del siglo XVI...
Plop
-... cuando...
Plop
La profesora apretó la tiza con tanta fuerza que se partió en dos. Se giró hacia sus alumnos y gritó:
-¡Señorita Higurashi! ¿¡Quiere hacer el favor de dejar de mascar chicle en mi clase!?
Plop
-¿Eh? ¿Chicle?
-Sí, chicle.
-Se equivoca, profesora Hibiya. No es chicle. Es solo goma de mascar.
¡Plop!
-... ¡¡Ve al despacho del principal ahora mismo!!
-¿Por qué? Ya le he dicho que no es lo mismo.
-¡Pues explícaselo a él!
Rin se levantó y se dirigió a la puerta.
-Huy... que carácter. ¡Ja ja!
-¿De qué se ríe ahora? -le preguntó la profesora bastante enojada.
-¡Alguien no ha hecho de vientre esta mañana! -dicho esto, salió corriendo.
Estuvo bajando escaleras hasta que llegó a la primera planta. Torció a la izquierda y después de petar en la puerta donde decía "Despacho del principal", entró. En el escritorio, organizando algunos papeles, había un hombre de avanzada edad. En la placa dorada que había sobre la mesa decía: "Kazuma Toorabi. Principal"
-Hola Kazu -lo saludó Rin- ¿Qué haces?
-Estoy organizando algunos expedientes.
-¿El mío también está ahí?
-Oh, no digas tonterías Rin. Tú no tienes ningún expediente. Eres una alumna ejemplar.
-Vaya, me halaga escucharlo de usted.
-No soy tan viejo como para que me trates de usted, Rin. Pero dime, ¿Qué haces aquí?
-La profesora Hibiya me dijo que bajara a explicarle la diferencia entre el chicle y la goma de mascar.
-¿Y eso por qué?
-No lo sé. Debe de pensar que eres tonto o algo así.
-¡Yo no soy ningún tonto!
-¡Eso mismo le dije yo!
-¿Y qué te dijo?
-Cito: "¡¡Ve a explicárselo!!" Tal vez estea preocupada por tus conocimientos.
-Esa mujer tiene cada cosa... Yo ya se que son diferentes. En fin, le agradezco su preocupación.
-Kazu.
-¿Sí?
-¿Puedo quedarme aquí hasta la siguiente hora?
-¿Y eso porqué?
-¿Qué pasa si vuelvo arriba y no se cree que tú ya lo sabías? ¡Es capaz de mandarme bajar de nuevo! Es mejor que me quede aquí para que ella piense que te lo estoy explicando.
-Oh, sí, claro. Tienes razón. Está bien, quédate. ¿Por qué no me ayudas con estos expedientes?
-¡Claro!
20 minutos más tarde, sonó la sirena del cambio de clase. La tercera hora estaba por comenzar. Rin se despidió del principal y puso rumbo a su aula, donde sabía que encontraría a alguien que no le agradaba en absoluto. Sabía de antemano que "ella" llegaría a esa hora así que se apresuró para poder recibirla como se merecía.

 

Re: Engañosas Apariencias

Siento el retraso!

Capítulo 2: Mejor amiga.
20 minutos más tarde, sonó la sirena del cambio de clase. La tercera hora estaba por comenzar. Rin se despidió del principal y puso rumbo a su aula, donde sabía que encontraría a alguien que no le agradaba en absoluto. Sabía de antemano que "ella" llegaría a esa hora así que se apresuró para poder recibirla como se merecía.
-¡Haku! -gritó cuando entró en su clase- ¿Ha llegado ya?
-Todavía no -le respondió el joven moreno que cargaba su cabello en una pequeña cola alta.
-Excelente -sonrió- ¿Has traído lo que te pedí?
-Sí. ¡Toma!
Rin atrapó la naranja al vuelo con una mano.
-Ten cuidado -le advirtió- está muy blanda.
-Como tiene que ser. Buen trabajo, Haku. Ahora a esperar.
No pasaron ni tres minutos cuando escuchó unos sonoros pasos en el pasillo, acercándose a la puerta. Contó: 3... 2... 1...
-¡Ahora! -gritó haciendo rodar la naranja por el suelo en dirección a la puerta.
Una chica morena con el cabello recogido en un moño mal hecho entró por la puerta. Cuando iba a apoyar el pié en el suelo, la naranja llegó primero, espachurrándose tras ser aplastada por el zapato de la joven. Esto provocó que la chica resbalara y se cayera hacia atrás.
-¡Pleno! -gritó Rin- Haku, a pagar.
-¡Aaah! -gritó enfadada la joven- ¡Rin, maldita seas!
-¿Estás bien, Kagura? -le preguntó una chica.
-¡Claro que está bien! -gritó Rin sonriendo- Su tremendo trasero ha amortiguado la caída.
-¡Jajajajaja! -se reía el moreno.
-¡Rin, Kohaku, me las pagaréis! -chilló antes de salir.
-Silencio -dijo la profesora que acababa de entrar.
-¡Señorita Tanemura, cuidado! -gritó Rin
Cinco minutos después...
-¿Por qué dices que te ha mandado aquí la señorita Tanemura?
-Bueno...
Flash Back:
-¡Señorita Tanemura, cuidado! -gritó Rin.
La profesora resbaló con la naranja aplastada y aterrizó de bruces.
-¡Oh, no! ¿Estás bien? -dijo acercándose.
-Supongo -dijo la profesora- Te agradezco tu preocupación...
-Oh, mi pobre naranja. Te han aplastado como a una vulgar fruta. ¿¡Quién se ha atrevido a pisarte!? -dramatizó con los restos de la fruta en sus manos- ¡Te vengaré!
-¡Rin Higurashi! -gritó la profesora increíblemente enfadada. ¡Se lo había preguntado a la fruta!- ¡Al despacho del principal!
-¿Por qué?
-¿¡Qué tal sí vas a decirle lo que ha pasado, eh!?
-Entiendo...
Fin Flash Back:
-Me dijo que viniera a contar lo sucedido.
-¿Y que ocurrió?
-Kagura pisó mi naranja. ¡Y lo hizo a drede!
-¿Kagura, dices?
-¡Sí! ¡Y por su culpa la señorita Tanemura se cayó al suelo!
-¿Hablas en serio?
-¡Sí! ¡Y ahora ya no tengo almuerzo!
-¿Esa naranja era tu almuerzo?
-Pues sí. Hay que comer fruta, que es sana.
-Sin duda. En fin, no te preocupes, yo me encargaré de amonestarla.
-¿Y qué hay de mi almuerzo?
-Yo te invito.
-¿En serio? ¿Me vas a invitar a almorzar?
-Claro. Además, pienso que una sola naranja es poco. Bueno, regresa a clase y dile a la señorita Tanemura que yo me encargo de todo.
-¡De acuerdo!
Rin abandonó el despacho de Kazuma y volvió a su aula. Cuando se encontraba en frente de la puerta tocó tres veces, después, entró sin preocuparse de la mirada que le lanzó la profesora.
-No se preocupe, señorita -le dijo sonrientemente- El principal me ha dicho que le diga que después de decirle lo que usted me dijo, se encargará de todo.
-... esto... ¿Se encargará de todo, dices?
-Sí. Es lo que he dicho.
-Está bien. Vuelve a tu sitio, la clase todavía no ha terminado.
Haciendo caso omiso de lo que le decía la profesora, sacó un chicle del bolsillo y se acercó a la papelera para tirar el envoltorio. Después se sentó en el pupitre vacío que estaba pegado a la ventana. La profesora, incrédula, le replicó que lo tirara.
-¿Y me lo dice ahora que acabo de abrirlo?
-En primer lugar, Higurashi, es que no devería ni siquiera haberlo sacado de su bolsillo.
-¿Y eso por qué?
-Pues mire usted que mascar chicle en clase está prohibido.
-Pero no es chicle.
Kohaku empezó a reirse al reconocer la misma conversación que tuvo lugar anteriormente. ¿Volverían a mandar a su amiga al despacho del principal?
-Tanto si es chicle como si no, haga el favor de tirarlo.
-Buff... está bien. ¡Pero no crea que se me va a olvidar!
Rin se levantó y escupió el chicle por la ventana.
-¿¡Pero que grosería es esa!? -gritó la profesora.
-¡Pues la que me ha mandado hacer usted! ¿Acaso no me dijo que lo tirara?
-¡Sí, claro que sí! ¡Pero no por la ventana!
-¡Pero bueno, mujer! ¡Explíquese con claridad o no lograré entenderla!
-¡Bueno, ya está bien! Olvidemos este desagradable suceso. Haber, ¿Dónde está vuestra compañera?
-¿Se refiere a Kagura? -preguntó Kohaku- La última vez que la vi parecía enfadada y tenía algo de prisa.
-Está bien. Higurashi, siéntate. Haber si podemos seguir con la clase.
Milagrosamente, la clase transcurrió sin ningún problema hasta el final. La sirena sonó y todos se levantaron de sus sitios. Kohaku Kinomotto se apresuró a acercarse a la ventana. La abrió de par en par y después de sacar la cabeza por ella, miró hacia abajo.
-¿Qué te pasa, Haku?
-Me pregunto si tu chicle se habrá estampado contra el suelo.
-Está claro que si.
-¿Cómo estás tan segura?
-Es la ley de la gravedad.
-Estúpida ley.
-Eso mismo. Bueno, que. ¿Nos vamos?
-¿A dónde?
-A la cafetería, claro.
-Pero si tú nunca traes dinero.
-Cierto, pero Kazu me ha invitado -dijo mientra salían por la puerta.
-¿Otra vez?
-Ya ves, si es que és un trozo de pan.
Finalmente, llegó la última hora que se pasó volando debido a que el profesor que les tocaba no había aparecido. Cuando salían del edificio rumbo a sus casas, Rin se acercó a Kohaku y le preguntó:
-¡Eh, Haku! ¿Sabes algo de la loca de Kagura?
-Que va. Desde lo de la naranja no la he vuelto a ver.
-En fin, ¿A quién le importa? ¡Nos vemos mañana, Haku!
-¡Claro!
-¡Rin! -gritó su hermana, quien estaba acompañada por su mejor amiga.
-Kagome -le dijo al llegar a su lado- Vamos a casa.
-¡Si! Hasta mañana, Sango.
-Hasta mañana Kagome, Rin-san -hizo una leve reverencia y se fue corriendo hacia su hermano.
-Hasta mañana, Sango. ¡Haku! ¡Ten cuidado, eh!
-¡Recibido mi capitana! -gritó haciendo el típico saludo militar.
Rin y Kagome vieron como Kohaku y Sango se marchaban en la moto de él.
-Bueno, Kagome. Vámonos a casa.
-Si. ¡Ah! ¿Sabes que?
-¿Qué?
-Me he enterado de que una de tus compañeras de curso se fue a casa muy temprano debido a una pelea, o algo así.
-¿En serio? -dijo sacando dos latas de refresco de su cartera y tendiéndole una a ella- ¿Y quién era?
-Ashikaga Kagura.
Rin escupió lo que estaba bebiendo.
-¿¡Kagura!?
-¿La conoces?
-Claaaaro... ¡Es mi mejor amiga! ¿Pero qué pasó?
-Parece ser que después de haber hablado con el principal salió afuera para marcharse a casa. ¡Y adivina qué!
-¿Qué?
-Adivina.
-En serio, ¿Qué?
-¡Justo en ese momento le cayó un chicle en el pelo!
Rin volvió a escupirlo todo.
-¿Estás bien, hermana?
-Si, si... ¿Y... a que hora fue eso, más o menos?
-Pues... creo que a tercera.
Empezó a toser con fuerza. ¿Era posible? ¡Tenía que serlo! Kagome nunca le mentía.
-Jo, jo, jo. No puedo esperar a mañana para contárselo a Haku. ¡Venga Kagome, date prisa! -dijo empezando a correr.
-¡Espera, hermana!
Y las dos hermanas Higurashi se fueron corriendo a casa.

Continuará...
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Aven^^