de Inuyasha - Enemigos

Enemigos

PRÓLOGO
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Desde que era muy pequeña me entrenaron para combatir a todo aquel que se interpusiera en mi camino. No me entusiasmaba luchar, pero era un modo de pasar el tiempo y de que no me castigaran a golpes.



Mis padres murieron cuando yo tenía tan solo unos meses en un accidente de coche, cuando chocaron contra un coche conducido por un hombre que iba borracho. Ese hombre también murió. No puedo decir que esté feliz porque ese hombre también muriera, porqué mentiría. No conocí a mis padres, supongo que si fuese en caso contrario le odiaría a muerte.



Desde entonces me “adoptaron” mis tíos y sus hijos: una familia de sinvergüenzas que todo lo resolvía con la fuerza bruta. Y como se suele decir: todo se pega. Yo también era así, pero no abusaba tanto de mi fuerza. No me gustaban sus “entrenamientos”. Me hacían luchar contra oponentes del nivel de lucha libre profesional, me hacían subir montañas corriendo, me hacían soportar unas pesas enormes de más de 200kg...



Pero, en realidad, lo que más me gustaba era el tiro con arco. Lo practicaba a menudo en el club de tiro con arco del instituto.


En el cole todo el mundo me tenía miedo. Cuando alguien chocaba conmigo o me rozaba o algo huían pidiendo perdón con la mirada llena de pánico. Yo no entendía aquello. No era una persona de esas que mataban a golpes al primero que se le interpusiera en su camino. Aquella fama me la había ganado gracias a mi familia adoptiva y a mi aspecto. No solía preocuparme mucho sobre como me vestía o peinaba. No era la típica adolescente de 17 años enloquecida por los chicos y preocupada por idioteces como si me había roto un uña o algo así. Y ademas, no me solía comunicar mucho con la gente. No era propensa a tener buenas charlas, ya que nunca había tenido amigos.


Desde hacía unos años mis tíos empezaron a luchar contra otra familia, los que se llamaban a si mismos “Los protectores”. Eso era debido a que perseguían a cualquier persona que robase, agrediese e incluso matase. Y, por eso, empezaron a perseguir a “mi familia”, a mi incluida.


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Hola, espero que os haya gustado el prólogo. Ya se que es un poco extraño, pero, aún que no lo parezca, es una historia de amor. Me gustaría "leer" vuestras opiniones, quejas, etc. Así que, por favor, no dudéis en decir lo que pensáis.


¡Muchas gracias!

-Yiuri-
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Enemigos

I. Novedades​

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Era un día normal. Estaba en clase de inglés aburriéndome. Las clases de inglés eran muy aburridas, desde sexto hacíamos siempre lo mismo, sin contar que yo sabia más inglés que la mayoría debido a que me gustaba ver películas en versión original. Al acabar la clase la profesora, que era nuestra tutora, nos dio una noticia. ​

-Bueno, chicos -nos dijo-, mañana empezará un nuevo alumno en nuestra clase. Espero que le tratéis bien y le ayudéis a adaptarse, ya que viene de bastante lejos: de Alemania.


La mayoría de los de la clase, sobre todo las chicas, empezaron a hablar dando sus opiniones de como creían que sería el nuevo alumno. Yo, como siempre, daba mi opinión con mi pose: me daba igual como fuese el nuevo chico, ya que, seguramente, haría como todos los demás: ignorarme y tenerme miedo.



Me fui a casa de mis tíos. Durante todo el camino me sentía observada y no sabía porque, pues, cada dos por tres miraba a ver si había alguien.


Cuando llegué allí me fui a mi cuarto: una pequeña habitación con las paredes pintadas de color verde y amarillo, un estudio pegado a la pared, una estantería enorme llena de libros, un armario que estaba dentro de la pared y una cama al lado de una ventana. En la cama había el peluche de un osito de color blanco que medía unos 65cm. Lo quería mucho, pues era lo único que conservaba de padres: era un regalo suyo que me habían hecho al nacer. Desde entonces dormía abrazada a el, pensando como sería mi vida si ellos no hubieran muerto.


Dejé mi mochila encima de la mesa y me fui a comer. ¡Tenía mucha hambre! Me fui a la cocina a prepararme algo. Mis tíos eran a trabajar y mis primos no tardarían en llegar. Abrí la nevera para ver que había dentro. Cogí un bistec y me lo hice a la plancha, acompañándolo con una ensalada. Me lo comí rápidamente y y lavé los platos. Al acabar volví a mi habitación a hacer los deberes.


Justo cuando acababa los de matemáticas oí la puerta de la casa abriéndose. Debía ser Hakudoshi. Era mi primo más pequeño: tenía 15 años, pero era tan fuerte o más que su padre. Tenía la tez pálida, el pelo gris tirando a blanco y los ojos violeta. Subió a mi habitación. En verdad era el más pasota y antipático, por así decirlo. Pero sabía ayudarte cuando estabas en problemas y, cuando se lo proponía, era la persona más amable del mundo. Yo confiaba en él y él en mi, aunque le costase decirme lo que sentía. Le quería mucho. Supongo que nos entendíamos bastante, ya que ambos no teníamos amigos, así que nos apoyábamos uno al otro.


Tocó la puerta de mi habitación y entró. Tenía cara de cansado.


-Buenos días... -dijo con la voz apagada.


-Hola -le contesté el saludo-, ¿que te pasa?


-Nada -alzó la vista hasta mis ojos-. Lo mismo de siempre. No entiendo porque todo el mundo pasa de mi y me mira de esa forma. ¡Yo no he hecho nada! Y encima Koharu hace lo mismo que los demás -bajó la mirada-. Hoy he intentado hablarle y se ha ido corriendo.


<<Ay, el amor>>, pensé.


-A ver -le dije-. ¿Koharu es esa chica de la que me hablaste?


El asintió.


-Es raro que tu, un chico tan fuerte, seas tan débil por cosas así -le dije, sonriendo.


Me sacó la lengua.


-¿Por qué no le dejas una nota en su taquilla diciéndole lo que sientes? -le animé.


-Sería una buena idea... -musitó- ¡Gracias Kagome!


Le sonreí.


-Me voy a comer, ¡que tengo mucha hambre! -me dijo, animado- ¿Me ayudarás después a escribirla?


-Claro -le sonreí.


Se fue a la cocina a comer.


Yo reí por mi misma. ¡Que mono! Y pensar que el otro día le dio una paliza a un chico debido a que aquel le dio un pelotazo en la cara jugando a fútbol.


Seguí haciendo mis deberes y entonces llegaron mis otros dos primos: Kanna (una chica muy parecida a Hakudoshi, pero con el carácter más tranquilo de 18 años) y Bankotsu. (un chico, ya por decirlo, bastante atractivo con el pelo negro y los ojos rojo muy oscuro que tenía 19 años). Ellos también pasaron a saludarme.


En verdad, mi familia podría ser de lo mas peligrosa, ladrona, sinvergüenza, etc, etc, etc del mundo, pero también eran de lo mejor con la familia y con las personas que querían.


Cuando acabé de hacer los deberes me vestí con la ropa de entrenar (una especie de quimono de color blanco y rojo) y me fui a la sala de estar a esperar a mis tíos. Mi tío, Naraku, no era como la mayoría de la familia. El no tenía ningún sentimiento hacia ninguno de nosotros ni hacia nadie. Sólo pensaba en si mismo y en como hacernos volver más fuertes para así poder luchar contra los imbéciles de “los protectores”. El tenía el pelo negro y los ojos violetas y daba mucho miedo. Más valía que no se te cruzara en el camino, éste si que era “letal”. En cambio, mi tía Kagura era como sus hijos. Era amable con los que quería, pero con los que no era muy fría e incluso maleducada. Tenía el pelo negro y los ojos rojos. Todos solían robar objetos de valor para ellos: armas. Yo no me unía a ellos cuando robaban, pues no me parecía justo.


Cuando llegaron nos fuimos a la montaña de al lado de casa corriendo. Al llegar allí me hicieron luchar contra un luchador profesional llamado Ryukotsusei. Lo tuve en el suelo al cabo de dos segundos.


Volvimos a casa corriendo y me di una ducha. Me puse mi pijama y me peiné. Por primera vez me miré en el espejo y pensé si cambiaría mucho mi vida si me peinase y vistiese mejor. Dejé atrás ese pensamiento y me pasé el cepillo por el pelo. Miré mi reflejo en el espejo. Vi una chica bastante alta y delgada. No tenía los músculos marcados, cosa que no entendía ya que entrenaba muy fuerte. Tenía el pelo negro que le caía hasta media espalda y los ojos color chocolate.


Me fui a la habitación de Hakudoshi a ayudarle a escribir la carta. La verdad es que nos quedó bastante bien. La puso en anónimo y que se verían la tarde de mañana a las 17:00 en el parque de delante el instituto. Me sentí bien de haberlo ayudado.


Me fui a cenar junto a mi familia mientras tío Naraku nos contaba de su última hazaña.


-Hoy he luchado contra el mayor de “los protectores” -nos contaba-. La verdad es que el tío sabe luchar bien, se nota que es el jefe.


-¿Y quién ha ganado? -preguntó Bankotsu.


-Nadie -contestó mi tío-. He tenido que huir porque llegaba todo el escuadrón de ese estúpido grupo.


Y así avanzó la cena. Al acabar cogí un libro que la noche anterior había empezado a leer: Cazadores de sobras. Me gustaba mucho, ese libro. Leí un buen rato hasta que mis párpados se empezaron a cerrar. Entonces dejé el libro sobre la mesa y me dormí abrazada a mi osito.


Es noche no soñé.




La mañana siguiente me vestí, me pasé el cepillo por el pelo y me lo recogí en una coleta alta. Me vestí con el uniforme del cole. Éste me venía un poco grande. Fui a desayunar junto a mi primo Hakudoshi, puesto que los otros dos dejaron de estudiar. Le desee suerte al llegar a su edificio. El me sonrió débilmente y le dí una palmadita en la espalda.


Al llegar a mi edificio me fui directa a clase, sin siquiera pasarme por la cabeza lo que dijo la profesora el día anterior.


Cuando el timbre sonó la profesora entró a clase con un chico muy atractivo. Era alto y musculoso. Tenía el pelo negro bastante largo y unos ojos color miel. Creo que, incluso yo, me sonrosé un poco. El chico pasó la mirada por toda la clase y, cuando sus ojos se posaron en mi, se detuvo unos segundos a mirarme. Yo lo miré, extrañada.


-Bueno, chicos -dijo la profe-. Este es Inuyasha Taisho. Espero que le ayudéis a incorporarse aquí y que os hagáis buenos amigos.


El me sonrió. Tenía una sonrisa bonita y amable.


-Bien, dicho todo -dijo la profe y se giró hacia el chico nuevo-, puede sentarse y empezaremos la clase.


El asintió y vino a sentarse en el único sitio libre que quedaba en toda el aula. Al fondo de todo a la izquierda, a mi lado. Las mesas eran de dos.


-Hola -me saludó-. Soy Inuyasha.


Me giré extrañada hacia el. Pero vi que no parecía asustado ni nada por el estilo, así que, por una vez, hice lo que una chica normal hubiese hecho.


-Hola -le sonreí-. Yo soy Kagome Higurashi, un placer.


Y así empezó todo. Pasamos la clase hablando a ratos. Al acabar las clases de antes del patio me pidió si podía venir conmigo al patio.


Yo asentí, sintiéndome un poco rara, pero muy bien.


Fue entonces cuando unas chicas se le acercaron para hablar con él.


Yo hice ademán de irme pero el me cogió del brazo y les dijo a las chicas que iría conmigo al patio.


Yo me sentí... feliz. Por una vez en la vida había alguien que me aceptaba sin prejuicios. Me había aceptado aun con mi aspecto y aunque le había hablado de mi familia.


En el recreo nos fuimos donde yo solía ir siempre: debajo del árbol milenario. Me preguntaba que tal le iría a Hakudoshi con aquella chica.


El chico nuevo quiso saber mas acerca de mi familia y se lo conté todo, que de pequeña mis padres habían muerto y me adoptaron mis tíos, que desde entonces entrenaba casi a diario, que mi familia, a pesar de los rumores y las verdades, eran muy buena gente... Evité contarle que luchábamos contra otra familia, pues eso era cosa de la mía.


Él me contó que sus padres vivían aquí desde hacía unos años y que el vivía con su hermano en Alemania y que se había mudado porque se había cansado de él y para ayudar a sus padres.


-¿Ayudar a tus padres? -le pregunté.


-Sí -me dijo-. Pero no puedo decirte a que.


-Ah, vale -le dije un poco intrigada.


Entonces sonó la campana que daba el inicio de las clases. El hacía mas mismas asignaturas que yo y por eso coincidimos en todas las clases.


Al llegar a casa me sentí feliz.


Era nueva en eso de tener amigos, pero sentaba muy bien.


Por primera vez en toda mi vida, tuve ganas de volver a ver a alguien y de hablar con él...
Inuyasha...





-continuará-




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Espero que os haya gustado.
No dudeis en darme vuestras opiniones, quejas, etc.
Cuando pueda pondré la contunuación.
¡Nos vemos!

-Yiuri-
​

 

Re: Enemigos

¡Hola!
Gracias dark tomoyo y Barbie Girl por postear.
¡Estoy contenta de que os haya gustado!

En cuanto a lo que dijiste, Barbie Girl,
no entiendo lo que dices de que este no es un color para subir un fic...
y sobre lo de los errores que cometo, uso el corrector del word, puede que haga algunos errores en cuanto al lenguaje o al orden de las palabras porque no soy castellano parlante, sino mallorquina.

¡Espero que me lo expliques!

Y, por cierto ya dije que Kagome no tenía músculos XD
y sí, luego aparecerá Sango ;P

Bueno, en serio, ¡gracias!

supongo que mañana pondré la continuación :)

Adéu :9