Encuentro con el pasado (Romance) (Aventura) (Naruhina)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por vcprincess, 3 Noviembre 2008.

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    vcprincess

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    Título:
    Encuentro con el pasado (Romance) (Aventura) (Naruhina)
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    3868
    Encuentro con el pasado (Romance) (Aventura) (Naruhina)

    :DEsta un poco aburrido al principio, pero espero que les guste este fic.

    Capitulo 1- Un mensaje de vida o muerte.

    Un goteo, un goteo, es lo único que se escuchaba.
    El sonido parecían una pacifica sinfonía. Una sinfonía que solo se puede apreciar en la soledad de una cueva.

    Estaba oscuro, pero aun así se podía admirar las cristalinas, y azules gotas, cayendo al mullido suelo. Estas eran iluminadas por rayos de luna, que entraban por pequeños agujeros del techo, producto de la erosión y el paso del tiempo.

    Las gotas caían, y caían, poco a poco fueron creando un pequeño charco de agua muy bello; un ejemplo claro de lo que a naturaleza puede ofrecer. Pero esta imagen fue interrumpida por un extraño líquido rojo que fluía en dirección al charco.

    Ese fluido se abría paso entre las pequeñas rocas, hasta que toco el pequeño charco de agua, y rápidamente tiño de rojo la cristalina agua. Ahora el charco de agua, era una laguna de sangre… Una laguna producto de una herida mortal.

    La sangre provenía de una silueta que estaba recostada en el frió suelo, en espera de la implacable muerte. Esta, estaba rodeada por siete personas con grandes capas negras, y nubes rojas.
    – Maestro Sasori – Susurro una de las siluetas – No se rinda…Usted puede más que esto – Dijo sosteniendo la débil mano del susodicho.
    – Deidara, no te pongas sentimental – Exclamo con las pocas fuerzas que le quedaban – Recuerda nuestro cometido… No olvides nuestra meta – Exclamo en tono severo, pero apenas con hilo de voz; Las fuerzas se le estaban agotando.

    Después de varios segundos que parecieron horas, el titiritero empezó a perder los cinco sentidos; su respiración se hacía más y más lenta; sus ojos empezaron a cerrarse; y su pecho se alzaba y sumía descontrolado, quizás por la desesperante falta de aire. Entonces en un último suspiro, dejo escapar su alma, y solo quedo su cuerpo inerte, bañado en sangre sobre el frió y húmedo suelo.

    El rubio del amplificador ocular no pudo hacer más, que quedar en silencio, al igual que los demás miembros de túnica negra y nubes rojas. Sabia muy en el fondo, que tenía razón, que no importaba cuantos miembros más murieran batalla, lo único que importaba en esta momento, era velar por las ambiciones de la organización y más cuando la situación se había complicado tanto para ellos.

    Todos los presentes quedaron completamente mudos. A pesar de la espesa oscuridad, en sus rostros se podía notar furia, enojo, sed de venganza, y el inmovible deseo de cumplir su cometido, pero la pregunta era… ¡¿Cómo hacerlo?!

    – ¿Que vamos hacer Madara? – Pregunto una silueta en tono serio, que reflejaba lo consiente y preocupado, que estaba por el futuro de Akatsuki.

    En estos momentos para la más buscada organización, no había tiempo de juegos. No, cuando Itachi, Sasori y Kasusu, habían muerto de nuevo, y en todas las aldeas Ninjas, eran los más buscados. Pero tampoco les convenía fallar de nuevo, porque seguramente no tendrían tanta suerte como en la última batalla contra Suna y Konoha, donde Akatsuki, apenas salió librado.
    Debían actuar con cautela, sin que nadie los notara y sobre todo rápido.

    – Mmmm…Ya no podemos con el jinchūriki, se ha vuelto muy fuerte… Es imposible capturarlo – Expreso sinceramente el líder, Uchiha Madara, recordando la última batalla.


    Cientos de Cuerpos con la banda de Konoha y la de Suna, yacían muertos en el suelo.

    Los culpables de tan atroz acto, eran ocho personas… Los Akatsuki. Ellos miraban con sed de sangre los restos de honorables Ninjas, que lucharon por defender su aldea.

    Los Ninjas de la arena y la hoja, lucharon con cada fibra de su ser, pero aun así no fueron amenaza para los ocho Ninjas.
    – Líder… Ya llegaron – Informo un tipo que salió de la tierra.

    El nombrado, sonrió en sus adentros, mientras que en el único orificio de su macara anaranjada, se lograba notar un ojo rojo, característico del Sharigan, solo que este, hacía notar la increíble maldad y sadismo en su mirar.

    De la nada, aparecieron de entre los árboles ocho figuras Ambu. Dando a entender que lo que dijo ese Ninja, salido de la tierra, era cierto; y los tan esperados “invitados” por fin habían llegado al punto de encuentro. Y como era de esperar, las cortesías no se hicieron esperar.
    – Malditos – Murmuro una Ambu mientras observaba los cientos de cuerpos tirados.

    La chica tenía el cabello rubio, agarrado en una cola de caballo, y su rostro estaba completamente tapado por una máscara blanca con la figura del gato salvaje en el. Ella miraba con horror esa perturbadora imagen, mientras dentro de sí, un sentimiento de enojo, empezaba a consumirla por dentro, y crecía mas, conforme reconocía varios de esos bultos o mejor dicho personas sin vida con los que alguna vez compartió, y hasta entablo laguna relación sincera.

    El resto que la acompañaba compartían ese mismo sentimiento, pero tuvieron que ahogar esos profundos deseos de atentar contra los autores de tales asesinatos. Ellos se vieron interrumpidos por el sentido común y el miedo, pues sabían, que no eran una amenaza, para los túnicas negras y nubes rojas.

    Mientras tanto el líder de la organización más peligrosa de todas, veía decepcionado al grupo de Ninjas rastreadores.

    La razón era simple… Su invitado de honor no estaba presente. No se encontraba rastro alguno de la persona que tenía en su interior al demonio de nueve colas; su único impedimento para tener el control total del mundo; Y su maldito dolor de cabeza…Uzumaki Naruto; así que el Uchiha, completamente hundido en su decepción, hizo una extrañas seña y junto con las palabras “Mátenlos a todos” Dio inicio a una memorable batalla.

    Los Ambus eran muy fuertes y tenia técnicas impresionantes, pero ninguno podía contra los encapuchados.
    Kiba fue uno de los primeros en caer, el estaba muy mal herido, y necesitaba atención médica de inmediato. Ino, al percatarse de eso, corrió en su auxilio de inmediato, esquivando y evitando a toda costa ser atacada por el enemigo.

    Mientras que el resto, empezaba a caer uno por uno.

    Tal fue el caso del amo de las sombras, que libraba una difícil batalla con Kasusu, a unos metros de la Yamanaka y el domador de perros.
    – Pensé que Naruto ya te había matado – Dijo el chico de pelo picudo, con su habitual tono de aburrimiento, aunque intrigado. Quería saber la razón por la que Itachi Uchiha, Sasori y Kasusu estaban con vida a pesar de haber sido asesinados.

    – J aja…El jinchūriki de la resucitación me revivió – Exclamo triunfal, mientras lanzaba unos extraños hilos de su cuerpo, dando inicio al confrontamiento de estos dos Ninjas.

    Shikamaru, con sus extraordinarias estrategias en batalla, lograba esquivar, apenas, los poderosos ataques del nubes rojas. No por nada, Kasusu, era miembro de Akatsuki y era apodado como uno de los inmortales.
    El amo de las sombras y el inmortal continuaron con esa lucha sin fin, pero una pequeña distracción de parte de Shikamaru, aparentemente garantizo la victoria del Akatsuki.

    El brazo del pelipicudo y parte de su pecho fueron atravesados, simultáneamente por los hilos negros del inmortal. Lo que lo dejo no solo herido gravemente, si no también en un perfecto agarre y a merced del avaro Ninja de la cascada.
    – Maldición – Exclamo tratando de cortar los hilos incrustados en su cuerpo.
    – Estas acabado – Dijo Kasusu, haciendo unos extraños movimientos con la muñeca.

    Varios hilos se desprendieron del cuerpo de Kasusu, y se dirigieron directo a Shikamaru. Pero inesperadamente los hilos se detienen en seco, para suerte del muy atónito Shikamaru, que pensaba que era su fin.


    Kasusu comenzó a escupir sangre, por una herida profunda que tenia en el corazón.

    Sakura había llegado justo a tiempo, y aprovecho la distracción de uno del supuestamente inmortal, para atacarlo por la espalda.
    – Te…te mata…matare – Fueron las ultimas palabras del Akasuki antes caer al suelo moribundo.
    – Sakura – Exclamo el pelinegro con dificultad, para luego caer desplomado al duró suelo.

    La pelirrosado saco unos frasquitos con un líquido verde, y junto con su Ckakra, comenzó a curar a Shikamaru.
    – ¿Dónde esta Naruto? – Pregunto el pelinegro.
    – Si… ¿Dónde esta ese chico-Kyubi? – Pregunto una voz que provenía del lugar donde estaba el cuerpo de Kasusu.

    Sakura y Shikamaru voltearon intrigados, y vieron que se trataba de un tipo con una mascara en forma de remolino.
    – Uchiha Madara – Susurraron ambos.
    – ¿Donde esta? – Volvió a preguntar, pero se vio interrumpido por unos gemidos del moribundo.

    El Uchiha se acerco intrigado, y este le dijo algo que solo el pudo escuchar. Después de eso, el Akatsuki murió inevitablemente.

    Madara volvió a dirigir su atención a los dos Ambus que estaban enfrente de el y pregunto nuevamente en un tono de voz que relucía su impaciencia.
    – ¿Donde esta el portador del Kyubi? – Los Ambus guardaron silencio, sabían a lo que se enfrentaban, pero no podían revelarle esa información; así que tomaron sus Kunais con fuerza, como si el aferrarse a ellos, los pudiera salvar de la muerte.

    Al líder de los Akatsuki, no le agrado nada ese silencio, así que se acerco peligrosamente a ellos con la intención de matarlos. Pero no pudo continuar ya que alguien le había lanzado una Fuma Shuriken, que esquivo con facilidad.

    – ¡Aquí estoy! – Grito un rubio que apareció de la nada, frente a sus ojos.

    El chico era la viva imagen de su padre, el cuarto Hokage. Traía una mascara de zorro, vestimenta Ambu, y una delgada y fina espada con forro rojo.
    – Lamento haberte hecho esperar – Dijo el rubio con una sonrisa sin vergüenza – Es que tuve que encargarme de varias basuras – Dijo en tono burlón, como si quisiera decirle algo con esas palabras.

    – Que bueno que apareciste…Así me ahorraras tiempo – Dijo el de mascara en forma de remolino.

    En un abrir y cerrar de ojos, el Uchiha desapareció, y reapareció de nuevo en las espaldas del rubio, con una técnica de bola de fuego.

    El portador del Sharingan lanzo su implacable bola de fuego, mas rápido de lo que el cerebro alcanza a reaccionar, pero aun así, la bola de fuego no fue una amenaza para Naruto; El rubio esquivo el ataque como si nada.
    – “¿Que rayos pasa? … ¿Como puede ver mis movimientos?… ¿Como es que puede superar la velocidad luz?” – Se preguntaba mentalmente el Uchiha después de una serie de ataques fallidos.
    – Es hora de que acabe con esto – Exclamo el ojiazul muy serio.

    Empezó a acumular Chakra en su mano, hasta que forma una pequeña bola azul de Chakra.
    – Rasengan – Grito, impactando en Madara.

    El ataque no fue preciso, por que Madara uso su velocidad luz para escapar, pero si logro herirlo mucho:Sus piernas temblaban en señal de que se iba a desplomar en cualquier momento.
    – “Maldición…Ese niño hizo alguna clase de entrenamiento…Se ha vuelto demasiado fuerte…No puedo con el” – Pensaba el Uchiha.


    – ¿Entonces que se supone que hagamos?...¿Como nos apoderaremos del Kyubi’ – Pregunto Deidara.
    – Mmm…No te preocupes…Gracias a Kasusu, se como apoderarnos del Jinkurichi y tener un ejercito Ninja – Dijo muy seguro y tranquilo.
    El resto de los Akatsukis lo miraron intrigados. Era imposible capturar el Kyubi, y formar una ejercito lo era aun mas; ya que todas las aldeas se habían unido con un solo propósito…Eliminara los Akatsuki.
    – ¿Cuál es su plan?... ¿Que le dijo Kasusu? – Pregunto una de las siluetas.
    – El me comento algo muy interesante…


    – Líder – Exclamo con las pocas fuerzas que le quedaban.

    El Uchiha se acerco lentamente al moribundo miembro de los Akatsuki, para escuchar lo que decía.
    – Si no podemos apoderarnos del jinchūriki, y formar un ejército…cof…Vayan a mi aldea, y busquen los pergaminos sagrados – El miembro de la organización, cuyo propósito es apoderarse del poder de las bestias con colas, hizo una pausa, por que una gran cantidad de sangre comenzaba a ahogando sus pulmones, y lo obligaba a toser escandalosamente.

    Mientras tanto, el enmascarado de cabello castaño, lo miraba con cierta repulsión e interés al mismo tiempo.

    – Están protegidos en una cueva, que se llama la boca del demonio…Estos les darán lo que necesitan…cof, cof, cof – Kasusu empezó a escupir demasiada sangre, su respiración era agitada, y sus ojos empezaron a desorbitarse – Con… ellos… podrán… volver…–Fue todo lo que dijo antes de ser vencido por la muerte.


    – Los pergaminos sagrados de la aldea de la cascada – Susurro la única silueta femenina – “Es muy peligroso usarlos, pero vale la pena el riesgo” – Se dijo a si misma.

    – Duerman…En dos días partiremos en busca de esos pergaminos – Exclamo Madara.
    – HAI – Respondieron los encapuchados. Sin darse cuenta que no muy lejos de ahí, alguien los espiaba.
    – Así que, planean robar los pergaminos sagrados – Murmuro un Jounin de la aldea de la hoja – Será mejor que le avise a la Hokage de inmediato – Dijo marchándose.

    – O no….No lo harás – Dijo una figura a sus espaldas.

    La figura era una mujer muy bella, con una rosa blanca en su cabellera negra con luces azules, y una extraña tunica negro con nubes rojas.
    – Ko…Konan – Exclamo aterrado al ver que había sido descubierto.
    La chica lo miro fríamente, al mismo tiempo que hacia una extraña posición de manos.

    De repente la chica comenzó a desbaratarse, y literalmente se hizo pedazos. Ahora, se había convertido en miles de hojas de papel, cortantes y afilados.

    Las hojas se elevaron en el aire, y de un rápido movimiento atacaron al Jounnin acertadamente, sin siquiera la oportunidad de escapar.

    Cada hoja era como una afilada cuchilla, que cortaban sin piedad al Ninja de la hoja.

    El Jounnin al ver que no tenía escapatoria, hizo un movimiento de manos muy sigiloso, y dejo discretamente una hoja de papel en forma de ave. De pronto aparecieron el resto de los Akatsuki y lo rodearon mirándolo en forma maliciosa y perturbadora.

    Lo único que se pudo apreciar fue el horrible sonido del metal afilado chocar con la carne, y un grito, un grito desgarrados que retumbo por toda la cueva.

    Después de eso, nada… Nada se escuchaba, solo silencio, un horrible e inquietante silencio.

    Ya habían pasado como media hora después de que el desgarrador grito se escucho. Ahora no había rastro alguno de los Akatsuki, pero un pequeño hilo de sangre fluía entre las rocas.

    La sangre provenía de un cuerpo destazado, un cuerpo que era imposible de reconocer a estas alturas, pero se podía saber que era un Ninja de la hoja, o mas bien fue un Jounnin de la hoja. Ahora esa persona, se unía a los héroes caídos en batalla.

    Esa persona fue un cobarde, una escoria que abandono a sus amigos cuando mas lo necesitaban, pero véanlo ahora…es un héroe. Bien dicen que una persona no es recordada por como vive, si no por como muere.

    Esta era una imagen triste para cualquiera que tuviera corazón. Pero lo más angustiante de esa terrible muerte, era que el joven Jounin…La única esperanza que había para detener la estrategia de los Akatsuki, se habían desvanecido y pulverizado como la vida del chico.
    No logro advertir a la Hokage. Se perdió una vida sin sentido… la pendida no fue justificada. Pero en medio de la triste imagen, se enciende una esperanza.

    A unos cuantos centímetros del cuerpo, un ave de papel empieza a moverse. Lo mas sorprendente es que no solo empieza moverse, si no que también empieza a alzar el vuelo. Su vuelo es muy torpe, pero jamás se había visto vuelo tan hermoso como ese.

    Representaba la vida de un hombre; la esperanza de vida de muchos pequeños; y tantas cosas insignificantes en apariencia, pero son la razón de vida de muchos.

    El ave, salió como pudo de la cueva, y emprendió un largo viaje a través del oscuro cielo.

    Atravesó las nubes con un brillo espectacular, con aire celestial. Toda persona que lo veía pasar pensaba que era una estrella, y encomendaba sus deseos en esa pequeña ave de papel.

    El ave siguió su vuelo hacia el horizonte. No se detenía ni con las más duras ventiscas o las más fuertes de las tormentas, solo volaba y volaba.
    Conforme pasaron las horas, la figura de papel estaba mas cerca de su destino, y el amanecer se empezaba a dibujar en el cielo.

    Luego de tanto vuelo, no muy lejos de ahí, comenzó a dibujarse la imponente puerta de Konoha.

    El ave llego a su destino, solo faltaba hacer algo mas antes de caer en pedazos…Encontrar a la Hokage.

    Voló un poco más, hasta que llego a la torre con la insignia de la aldea de la hoja; entro a la ventana, y empezó a aletear cerca de una rubia dormida, que abrasaba una botella de sake.

    El sonido del aleteo despertó a la rubia, y la puso de mal humor. Entonces tomo un libro y trato de aplastar al ave para que la dejara dormir, pero no funciono.

    La Hokage desespero y aumento su molestia a un grado tan lato que una pequeña vena de sangre, lucia en lo ancho de su frente.

    Tomo un periódico con la intención de darle con el a la figurita y así derribarla, pero siempre terminaba fallando y destruyendo algún objeto valioso.

    Entonces la rubia se dio cuenta que el ave salía, por la ventana por donde había entrado.
    – Ja ja…Esa maldita Ave… ¡SERA MEJOR QUE TE VAYAS Y NO REGRESES! – Le grito por la ventana.
    Pero para su sorpresa, exploto, y dejo consigo, una nube de polvo, que poco a poco era borrada por el viento, y dejaba ver, con forme desaparecía, una extraña marca fosforescente en el cielo. – Que es eso – Se pregunto la rubia – Parece un código… ¡Es un Mensaje! – Grito exasperada.


    Ya se que estuvo un poco aburrido, pero los próximos no lo van a ser tanto……
    Próximo capitulo: 2- Un día con Hinata-chan.
     
  2.  
    Samantha

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    Piscis
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    Re: Encuentro con el pasado (Romance) (Aventura) (Naruhina)

    Ok. Escribes bien y tu ortografía por lo general es buena.

    Tienes algunas fallas de tildes, aunque no muy graves.

    Te aconsejo que uses más la narración que el diálogo
    generalmente tu fic se compone del antes mecionado
    cuando en realidad deberia ser más narración.

    Sigue los consejos.
     
  3.  
    vcprincess

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    Encuentro con el pasado (Romance) (Aventura) (Naruhina)
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    Re: Encuentro con el pasado (Romance) (Aventura) (Naruhina)

    2- Un día con Hinata-chan.

    En la montaña, donde los rostros de los más heroicos Hokages estaban tañados como símbolo de que la aldea no los había olvidado. Un rubio ojiazul miraba el pacifico cielo, con esa inconfundible expresión de dolor. La razón de esa mirada tan fría, y desolada, era simple… Había regresado un sentimiento que creyó haber olvidado; Un sentimiento que lo atormentó cuando niño, pero siempre pudo ocultar bajo una exagerada y falsa sonrisa.

    De nuevo lo embargaba esa sensación tan asfixiante y desoladora, que lo orillo en un sin fin de ocasiones a hacer travesuras, solo para llamar la atención; para que la gente lo notara y ahora, ese sentimiento, era la razón por la que ambicionaba ser Hokage…”La cruel soledad”.

    Si, si, si…El joven Uzumaki Naruto: El cabeza hueca, el Baka, el hiperactivo Ninja, era más complicado de lo que aparentaba. Bajo esos ojos azules, ocultaba (quizás) el más oscuro y triste pasado…

    La mayoría de las personas, recuerda con fastidio o con alegría, la manera tan peculiar como los padres se preocupa por ti. Dan su último aliento por la felicidad y bienestar de sus hijos; se preocupan tanto por lo que más quieren, que incluso olvidan sus propios sueños con tal de verlos crecer y madurar.
    Definitivamente, no todos pueden desempeñar esa difícil tarea; No todos pueden brindar calor y protección; No todos pueden ser estrictos, y parlotear un gran discurso de lo que no debes hacer, con el argumento de que “todo es por su bien”. Y de cierta manera, se les agradece.

    Pero esa, no es la historia del rubio. No, el no experimento nada de eso; no se le brindo amor, ni mucho menos compresión; no se preocuparon por él y no sintió el dulce calor de una madre. A cambio, obtuvo: desprecio, miradas frías, burlas, experimento la soledad, y sintió en carne propia, el terrible odio de todos los aldeanos, por ser el contenedor del Kyuubi. Sufrió la terrible sed de venganza de todos los mayores de la aldea, pero no solo de ellos… De cada niño con el que trataba de hablar, a quienes inevitablemente se les había heredado un poco del odio de sus padres y lo trataban de la misma manera tan inhumada.

    El rubio ojiazul, ahora todo un Ambu de la aldea, presiono los puños por lo bajo, recordándolo todo… Las miradas frías…El dolor. No se explicaba como le podían hacer eso, pero aun así; por mucho que tratara, ni siquiera con los dolorosos años acumulados… El no podía….No podía odiarlos, ni mucho menos atentar contra Konoha, simplemente, el no era así.

    Entonces, para una persona como el ojiazul, tendría sentido, que cualquier persona que lo viera, le hablara, le diera razones para creer que realmente existía. Se convertiría en su amigo, y secretamente en parte de su familia (La que nunca tuvo).Sus compañeros, los que le trataron mal al principio y le despreciaron, se convirtieron en unos hermanos para el joven rubio. Y sus senseis, bueno, ellos eran como padres para el.

    Las hermosas gemas azules del rubio, aquellas que reflejaban una intensidad extraordinaria y simulaban el color y alma de océano. Repentinamente como un golpe, ensombrecieron de sobre manera al recordaros.

    Naruto tuvo que morder su labio inferior en un intento desesperado de apaciguar las múltiples sensaciones, que el recuerdo de sus senseis, traían a el. Pero sus ojos, ahora opacos por el dolor, advertían que su intento no serviría y quedaría solo en eso…Un intento.

    Pronto una peculiar gota, tan cristalina, acudió al seco y árido suelo, justo a escasos centímetros de la palma del rubio, seguida por unas cuantas gotas más, que empezaban a acumularse.

    – “Kakashi-sensei…Ero-sannin…Yo…Lo siento” – Se dijo, mientras que a su mente aparecían las dolorosas imágenes de sus fallecidos senseis, y las lagrimas no dejaban de resbalar de sus mejillas.

    El joven rubio no había sido el mismo desde que fallecieron sus senseis en una de las muchas batallas provocadas por los Akatsuki. Se culpaba así mismo por ello, aun cuando Sakura, la chica que siempre le gusto, le había dicho que no era su culpa, que eran cosas que pasaban inevitablemente. El rubio sentía que eso fue un intento para levantar sus ánimos, y que muy en el fondo tanto como su compañera de equipo, como todo el mundo, sabían que la única razón por la que murieron esos extraordinarios Ninjas, fue para salvar y proteger a su hiperactivo alumno, Naruto.

    – “Creo que debería acabar con el tormento de esta aldea, e irme” – Se decía mentalmente el rubio con profunda tristeza, mientras miraba el rostro del Hokage que mas respetaba; El Hokage que había sacrificado su vida para salvar esta aldea…El cuarto.

    ¿Cómo esperaba convertirse en el mejor de los Hokages?... ¡¿Cómo esperaba proteger a toda la aldea?! Si no podía ni proteger a las personas mas cercanas a el. Siempre terminaban sacrificándose por el, defendiéndolo para que no le extrajeran al Kyuubi, y el en cambio les fallaba. Es por eso, que es pensamiento tan cruel, había cruzado su mente “Irse y no regresar” No quería ver a sus amigos sufrir mas, ni a personas inocentes morir por su culpa, lo mejor para la aldea, era que el se marchara.

    El joven Uzumaki estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de la presencia de alguien, que a lo lejos lo observaba.
    – Naruto-kun – Susurro una hermosa Ambu de cabellera azul y piel pálida
    .
    Ella lo había visto pasar hace unos momentos, y se dio cuenta que actuaba muy extraño; Que la linda sonrisa que siempre la cautivaba, y la hacia sonrojar, no estaba dibujada en el rostro del rubio. A cambio había una mirada fría y desoladora; una triste sonrisa dibujada en sus labios, y una pequeña lagrima que se le había escapado. Sabía que Naruto no era así y preocupada, lo siguió hasta aquí con la esperanza de saber que era lo que le pasaba.

    La peliazul ya no aguantaba verlo llorar así. Quería cesar el llanto de su amado, quería que la encantadora sonrisa que el siempre tenia, volviera a dibujarse en su rostro; Así que se armo de valor y salio de su escondite, para poder hablarle, consolarle, y sin desmayarse.
    – Naruto-kun – Lo llamo temblorosa y avergonzada.
    – ¿Hinata? ¿Que haces aquí? – Dijo, mientras rápidamente se secaba las lágrimas de sus ojos. No quería que nadie lo viera llorar, y mucho menos Hinata, que siempre se preocupaba por el.

    Ante la pregunta tan inocente, que salio sin mucho interés de parte de rubio, y solo para hacer motivo de conversación, sin que ella tocara el tema del por que lloraba, la tímida chica sintió que le cayo un balde de agua encima. ¡¿Como se supone que le iba a explicar el motivo por el que estaba ahí?! Nunca se preocupo por eso; así que como de costumbre un “suave” matiz rojo apareció en sus mejillas, al mismo tiempo, que empezaba a juguetear con sus dedos, entrelazándolos y moviéndolos un poco desesperados.
    – Etto…Yo…Yo…bueno…yo es… esta…estaba dando un paseo p…por…aquí…y te vi…bueno y yo…quería saber como estabas –Dijo la chica muy nerviosa, y roja.
    – Estoy bien Hinata, no te preocupes – Le regalo una falsa sonrisa.

    La delicada chica de cabello negro con luces azules, al escuchar eso no pudo evitar sentirse decepcionada, mejor dicho triste. El que Naruto, no quisiera compartirle lo que le pasaba, solo podía significar que el no confiaba en ella o... No era la suficientemente importante para el.

    Ese ultimo pensamiento atormento terriblemente a la joven – “Era cierto… Naruto-kun no la consideraba suficientemente importante”
    La joven inclino su cabeza, hasta que el pequeño fleco le tapara su rostro, y así el rubio no notara, que sus blanquecinos ojos amenazaban con desbordar en lágrimas.

    – Bien…Naruto-kun…si…necesitas…algo…o…platicar con…alguien…solo…bueno…cuentas con migo – Dijo entrecortadamente, casi apunto de llorar, pero tratando que en su voz sonara lo mas normal posible, para que el ojiazul no lo notara. Cosa que no paso desapercibida por Naruto.

    La chica se despidió rápidamente y dio la media vuelta con mucho pesar, dispuesta a marcharse. Debía apresurarse, antes que rompiera en llanto, pero repentinamente una mano la obliga a voltearse y de improviso es abrazada con mucha fuerza.
    – Naruto – Susurro ella sorprendida. No podía creerlo que pasaba o mas bien no lo entendía, estaba tan absorta y confundida en un remolino de ideas, que no entendía nada, fue hasta, que cayo en la cuenta que su Naruto-kun la estaba abrazando. Y ante lo que acababa de percatarse, no pudo evitar sonrojarse.

    – Hinata – Susurro mientras la abrazaba más fuerte ¡¿Por rayos lastimaba a quienes se preocupaban por el?! Ella estaba preocupada por el, y el a cambio le regalo un sonrisa falsa, cosa que estaba seguro, provoco que ella se sintiera mal.

    El la estrecho mas fuerte contra su cuerpo, no solo para hacer sentir mejor a Hinata, si no para si mismo. El necesitaba ese abrazo, se sentía miserable, y lo que ahora necesitaba, era desahogarse.

    Ella lo miro sorprendida, pero comprendió al instante que el, la necesitaba; así que hizo un esfuerzo increíble para no desmayarse, y lo rodeo con sus brazos, para corresponder el abrazo.
    – Hinata, soy una carga para todos, lo único que hago es causarles problemas a todos…yo… – No pudo completar la frase por que la delicada chica, un poco sonrojada o mejor dicho con su mejillas al rojo vivo, le acaricio suavemente la mejilla y lo miro directo a los ojos.

    – Eso, no es verdad Naruto-kun…Tu eres muy valioso. No eres una carga para nadie… Nosotros necesitamos de ti…Yo te necesito – Lo ultimo lo dijo muy avergonzada. No supo de donde saco el valor para decir esas palabras, pero lo dijo – Eres una persona muy especial para mi, por favor no vuelvas a decir eso.

    El rubio la miro sorprendido, pero increíblemente sintió una extraña sensación recorrer su ser. Cada palabra, por simple que fuera, le impactaron completamente. Aun no cabía en su asombro, mientras la miraba, la miraba a los ojos con su corazón latiendo rápidamente, amenazando con salirse de su pecho; y sentía como la sangre subía a sus mejillas.

    Entre un susurro y un suspiro, agradeció a la bella y delicada joven, que lo abrazaba con compasión, mientras de imprevisto, una suave ventisca acaricio a ambos y con ella, trajo al rubio, el dulce aroma floral de la chica. No supo explicarlo, pero se perdió en ese aroma, se embriago por completo en la fragancia, que despedía Hinata y por alguna razón, no quería dejar de degustarla.

    El rubio no soltó por nada del mundo a Hinata, se sentía increíblemente bien, y no tenia razones para soltarla; Así que la abrazo hasta que vio con pesar, que se ponía la puesta de sol. Sabía que ya era tarde, y que la peliazul debía de estar cansada, o tenía mejores cosas que hacer, que estar abrazándolo todo el día.
    – Hinata, ¿Te llevo a tu casa?– Pregunto con tristeza. No quería separase de ella, pero tenia que hacerlo.
    – Si… ¿quieres? – Contesto con mucho pesar. Esta era una de las pocas ocasiones en las que podía estar así con el rubio, sino era la primera y para ser sincera ella estaba muy feliz, y no quería alegarse tan pronto del rubio.

    Naruto se armo de valor y con las mejillas inexplicablemente sonrojadas expreso lo que realmente deseaba aun sabiendo que Hinata podría rechazarlo…
    – No quiero – Dijo el rubio, desconcertando a la ojiblanco – Mejor te invito a comer Ramen… ¿Eh? ¿Qué me dices Hinata? – Dijo el Rubio con una enorme y cautivadora sonrisa, que hechizo por completamente a la peliazul.

    Hinata, aun no salía de su asombro, no podía creer que el ojiazul le haya invitado a comer Ramen en una especie de cita. Ante tal pensamiento sus mejillas nuevamente tomaron un matiz rojo y luego de tartamudear un poco, la chica acepto gustosa.


    El chico tomo con delicadeza, la fina mano de la peliazul, luego que esta aceptara, caminaron con rumbo a Ichiraku Ramen.

    El en trascurso, mientras caminaban por la calles de Konoha ninguno decía absolutamente nada, solo había un horrible silencio muy incomodo, pues no sabían que decir. El rubio quería hablarle a Hinata sobre cualquier cosa, no importaba que fuese lo que ella dijera, solo necesitaba escuchar su tímida y suave voz; así que empezó hablarle sobre sus batallas y entrenamientos Ninja muy a su manera.

    La peliazul se limitaba a verlo, y reír de la manera, tan eufórica con la que el contaba cada una de su batallas. Realmente, cuando estaba con Naruto, cualquier cosa le hacia sentir muy feliz, basta con verlo sonreír, para que ella también sonriera.

    Los dos siguieron su trayecto riendo, uno con el otro. Bueno, en realidad Hinata que reía suavemente, por los constantes tropiezos de Naruto. Sabía que estaba mal y no debía reírse, pero no lo podía evitar. Fue tan gracioso, cuándo el rubio, por no tener la viste al frente, tropezó con el repostero, y el rubio cayó de lleno a un pastel de merengue, dejándole una peculiar barba y bigote de merengue en el rostro del rubio. Aunque, estaba intrigada del por que Naruto-kun estaba tan distraído, y se sonrojaba tanto, después de hacer su acostumbrado puchero.

    La chica seguía riendo dulcemente, mientras limpiaba con un pañuelo el rostro del portador del kyuubi, quien estaba visiblemente sonrojado por la situación.
    Maldecía lo torpe que era y sobre todo, maldecía haberse sorprendido más de una vez observando a Hinata con curiosidad. De hecho ella era la razón por lo que había tropezado. Aunque le avergonzaba admitirlo, estaba completamente distraído observando a la peliazul, cuándo pasaron todos esos accidentes.
    – Vamos, Hinata-chan… No fue tan gracioso – Comento avergonzado y un poco fastidiado por las risitas de la peliazul.

    La chica un poco apenada, hizo una reverencia y se disculpo con el rubio por su falta de cortesía.

    Caminaron un poco mas, hasta doblar una esquina, y fue cuando una voz, que fácilmente Naruto reconoció, los llamo a ambos.
    – Hola Naruto, hola Hinata, los estaba buscando – Dijo la pelirrosado sonriente, pero de un momento a otro esa expresión cambio súbitamente al ver como estos iban tomados de la mano.

    La pelirrosado se preguntaba si había alguna relación amorosa entre ambos. Los observo un poco irritaba por el visible contacto de sus dedos entrelazados y esa sonrisa tan tierna que tenia ambos, que decía muy claramente lo bien que se la estaban pasando. Pero lo que le inquietaba, no solamente era esa situación tan comprometedora de la peliazul y el rubio, sino que le irritaba, realmente le fastidiaba, verlo juntos y no se explicaba el por que.

    Desde que Naruto había regresado hace varios años de su enfrentamiento con Jiraiya, ella empezó a preocuparse por el rubio mas de lo normal, quizás se trataba de un sentimiento fraternal que había crecido por el, y no tenia nada de malo, pues el siempre estuvo ahí para ayudarla en cualquier situación…Era completamente normal. Pero entonces por que le molestaba tanto verlos tan juntitos… Eso no era normal. Quizás lo que le insinúo Yamato hace unos años, era cierto y ella estaba… ¡No! ¡Imposible!

    – ¿Para que nos buscabas? – Pregunto el rubio ojiazul, sacándola de ese trance.
    – Tsunade me dijo que les avisar que mañana los quiere a primera hora en la puerta de Konoha – Contesto ella fríamente.
    – Y para que nos quiere la vieja – Dijo el rubio con el seño fruncido.
    – Eso no lo se, solo vayan – Dijo tajantemente.
    Luego la pelirrosado se despidió y se marcho corriendo, antes de que alguien pudiera preguntar que le pasaba. Esto solo dejo desconcertados a Naruto y a Hinata, pero no le prestaron mucha importancia y continuaron, camino a Ichiraku Ramen.

    El la cena la pareja, la paso tranquilamente, pero con incomodas y vergonzosas situaciones, cuando el “viejo” empezó una conversación, sobre si era novios y cuanto tenia como pareja. A pesar de los múltiples gritos avergonzados del rubio de que no eran novios y solo amigos, el mayor se limitaba a sonreír pícaramente, y hacia caso omiso a esos gritos escandalosos.

    Después de que Naruto junto una pila de platos vacíos, salieron de Ichiraku con rumbo a la mansión Hyuga.
    Caminaron despacio disfrutando de la compañía del otro, hasta que ya estaban enfrente de las enormes puertas de la mansión.
    – Gracias por todo Naruto-kun…Buenas noches – Se despidió y dio la media vuelta para entrar a su casa. Pero justo cuando iba a entrar es abrazada por el rubio ojiazul.
    – Gracias, Hinata – Dijo, mientras la abrazaba muy fuerte, y la miraba directo a los ojos.

    En realidad Naruto, no supo la razón por que le había dado las gracias, pero sintió la necesidad de decirlas cuando la vio marcharse por el umbral de la casa. Quizás, se sentía agradecido por el consuelo tan especial que le brindo en la tarde, quizás por su compañía, o simplemente quería abrazarla.

    Sin darse cuenta se empezó a perder en los enorme y grandes ojos de la peliazul. En ellos veía un brillo espectacular ¡woow! Si que estaba abrumado por esos ojos perlados, tan dulces e inocentes. Poco a poco se acerco a ella, hasta que pudo sentir su calida respiración y degustar de nuevo su encantadora fragancia.

    La observaba atentamnte, no despegaba sus orbes azules de ella: De su pequeño rubor, de su piel de porcelana y de esos labios abrillantados por la luz de la luna. Se sintió sumamente atraído por ellos, por esos pequeños labios entre abiertos. La chica se dio cuenta de esto, y se sonrojo rápidamente. Tener así de cerca al rubio que tanto amaba, era una sensación aterradora, que le gustaba mucho. Esos ojos azules tan intensos, puestos sobre ella, la intimidaban completamente. Estaba hechizada por el momento, su respiración varonil y su torso tan pegado a su cuerpo, eran sensaciones tan indescriptibles.

    La distancia entre ellos se acorto rápidamente, siendo victimas de aquel hechizo tan encantador, hasta que el rubio rozo suavemente, los labios de la peliazul. Estaba abrumado, quería poseer esos labios, aunque no sabia el por que. Bats un simple roza para hacrelo temblar de ese implacable deseo, realmente quería…Quería tenerlos. Pero el recuerdo de la pelirrosado, lo obligo a detenerse… Tuvo que contener las indescriptibles ganas de poseer esos tersos labios.
    – Será mejor que entres, se esta haciendo tarde – Dijo conteniendo el deseo que había surgido de pronto.

    – Si, tienes razón Naruto-kun…Hasta mañana – La peliazul se despidió y entro rápidamente a la mansión, avergonzada. Cerró la puerta y se recargo en esta, respirando agitadamente. Ella sonrío para si, completamente feliz e ilusionada, todavía sin poder creer lo que estuvieron apunto de hacer Naruto y ella.


    Naruto se quedo varios segundos observando con la mirada perdida, el lugar, por donde se había ido la ojiblanco, como si el tiempo se hubiera detenido y reviviera los momentos antes vividos con Hinata.

    Ojala le hay gustado…
    Próximo capitulo: 3- Misión: En busca de los pergaminos sagrados.

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    Disculpen mis errores ortográficos.
     
  4.  
    Braulio Oros

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    Re: Encuentro con el pasado (Romance) (Aventura) (Naruhina)

    Holasssssssssssss

    muy bueno el capi me guso mucho, muy buena la parte en la que trata de cofortarlo, me parecio muy tierna, que celosa que esta Sakura, me parece, ya que les vio muy juntitos y bueno se le hirvio la sangre, me gusto esa forma de despedirse, bueno esperando la conti
     
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