Drabble El Sr. Enderman [minecraft]

Amargado como siempre, caminaba el Sr Enderman por las pixeladas dunas del desierto. Miraba en todas direcciones intentando buscar desesperadamente algo entre los bloques. Su actitud enfermiza y violenta a menudo espantaba a todo mundo, nadie deseaba acercarse a él ni menos topárselo de noche en alguna cueva. Y es que el viejo huraño muy malas costumbres había acumulado con el pasar de los años. Una de ellas era su odio al agua.

Desde muy joven había despreciado los baños, este mal hábito le traería serias consecuencias ; su piel se volvió oscura cual carbón y su hedor se sentía a cuadras de distancia. Tal era su nivel de suciedad que desarrollo un mini-ecosistema en su cuerpo, palomillas violáceas lo seguían por doquier zumbando animosas por su fétido aroma.

A esto había que sumar su sueño frustrado de decorador de ambientes. La actividad que llenaban sus días y noches. Inconforme paseaba por todo el mundo; llanuras, praderas, montañas y pantanos, recorría cuevas y bosques teletransportandose de aquí para allá. Porque para él, su mundo estaba mal hecho. Era su deber el poner las cosas en el orden correcto y en esa búsqueda movía cubos hasta hallar el sitio que les correspondía.
Con esmero desempeñaba su labor incansable. En su mente se consideraba a si mismo imprescindible para la vida en el planeta, lo que a veces lo llevaba a pensar de que era Dios.

Cuando estas bobas ideas se apoderaban de su cabeza nada lo podía detener, entraba donde y como quería. No dejaba que lo miraran, nadie era digno de sostenerle la mirada. Quien osara verlo a los ojos era incomprensiblemente golpeado por sus largos brazos. El estrés y la psicosis lo llevaron a mantener un perpetuo régimen que lo tenía en los huesos, sus brazos y piernas solo eran comparables con el grosor de una caña de azúcar.

Pese a todo ahí estaba, continuando su labor incansable. Luego de mucho caminar y con la mandíbula desencajada de ira hallo un cactus que no le parecía equilibrado en el panorama. Lo tomo y sin pensarlo apareció en el pantano (su lugar favorito para dejar cactus defectuosos).

Ocupado en su labor no pudo notar que el cielo se había nublado, de improviso cayó una tupida lluvia. Como cuchillas sintió el liquido traspasar sus esqueléticos brazos. En vano trato de escapar, el agua estaba en todo lados y lo confundía. Confundido trataba de hallar la forma de huir de aquel horrible escenario... cuando de pronto un golpe en la espalda lo alerto de las tierras que pisaba. Era Steve, que aprovechando su debilidad venía a retarlo en duelo. El pobre Sr Enderman no duro más de dos golpes de espada y tres intentos de huida.

El muchacho victorioso camino cerca de su cuerpo buscando su recompensa, de él ya no quedaba nada, excepto su ojo… el gran secreto de su buen gusto.