One-shot El secreto de peach [ssb]

Es un pequeño relato cómico de Smash, uno de mis primero escritos. Esta historia es de un proyecto que se basa en hacer una historia a partir de una imagen.
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El secreto de Peach
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Todos conocían a Peach, la dulce y tierna princesa del reino Champiñón. Sabían que ella era muy amable y muy bondadosa. Al igual que sabían que esa mujer daba miedo cuando se enojaba. Porque mil veces era mejor verla con un rostro desfigurado a tener que verla con esos ojos encendidos en fuego y una sonrisa macabra diciendo: ¿Qué dijiste, mi corazón?

See, esa mujer daba miedo y más todavía cuando sacaba el hechizado salten del mal.

Pero otra cosa que todo el mundo se preguntaba y principalmente es el tema de esta historia era: ¿Dónde rayos esconde esa mujer tantas cosas?

Porque esa chica tenía un campamento siempre en manos. Desde un salten hasta un Toad. La única explicación lógica era que estudio con Amy Rose o con Carmen Sandiego. Pero eso sería otra historia.

El detalle aquí es que nuestros nuevos protagonistas, Fox, Falco y Toon Link, se atrevieron a tomar el riesgo de descubrir el secreto de Peach. Siguiéndola y espiándola como era debido en toda su regla.

– Escuadrón tres, ya saben que hacer... Tenemos que ser invisible como un átomo. – exclamó Fox.

– ¿Qué es un átomo? – preguntó Toon Link.

– Olvídalo... ¡En marcha! – ordenó Fox.

Y tras la orden el pequeño equipo fue tras la princesa, notando cada detalle de lo que hacía la rubia.

– Mis amores… ¿Cómo amanecieron hoy? – saludó Peach a los pequeños gemelos.

– ¡Bien! – sonrieron Popo y Nana.

– ¡Me alegra mucho! ¿Me podrían indicar en donde puedo hallar a Samus? – le miró con dulzura.

– Esta con Lucario entrenando. – respondieron ambos al mismo tiempo.

– ¡Gracias mis corazones! – se despidió la princesa.

Al instante, la doncella de rosa fue rumbo al área de entrenamiento.

– ¿Algo fuera de lo normal? – preguntó Fox a su escuadrón.

– Nada, no ha hecho nada sobrenatural. – respondió un tranquilo Falco.

– ¡Miren que encontré, un bate! – exclamó con emoción Toon.

– Eh... ¡Sigámosla! – volvió en marcha el zorro.

Luego de unas vueltas y giros y más vueltas, al fin llegaron hasta donde Samus. A lo que se quedaron esperando y tampoco vieron algo sobrenatural. Únicamente que Peach le dijo algo en el oído a Samus, y ésta dio un paso atrás sorprendida.

Nuevamente siguieron a Peach en el espionaje hasta llegar donde Zelda, quien se encontraba leyendo un gran libro de tapa roja.

– Zelda, mi amor... ¿Podrías notificarme cuando será la celebración? – le cuestionó a la vez que le daba un beso en la mejilla.

– ¿De qué ella habla? – le susurró Falco a su líder escondido en unos arbustos.

– Ni idea… – respondió sinceramente Fox a su lado.

– ¡Miren, me encontré una bola de baloncesto! – exclamó en susurro emocionado el menor.

– Master Hand nos informó que será a las cinco entrantes. Pero deberíamos tener todo listo para antes de las cuatro. – contestó la princesa de Hyrule.

– ¡Oh, ya veo! ¡Gracias, mi querida Zelda! – nuevamente te despidió la rubia.

Y otra vez se retiró dejando atrás a una serena Zelda, y a unos espías desorientados.

– Fox... ¿Sabes qué es lo que está pasando?– se intrigó el niño animado.

– No pequeño Toon, no sé qué rayos pasa aquí... ¡Sigamos! – puso en orden el protagonista de Star Fox.

–Ah, bueno... ¡Miren, una raqueta de tennis!

Luego de seguir caminando a puntillas, nuestros amigos se encontraban muy sedientos... Al igual que cierta princesa Peach.

– ¡Que sed me ha dado! – exclamó la perseguida.

Pero de la nada, la joven chica sacó de adentro de sus ropas un rgran galón de agua fría y se sirvió en una delicada taza que también había extraído de entre su ropa. Luego de tomarse el contenido de la taza sonrió y dijo para sí.

– Estoy un poco aburrida... ¡Ya sé, jugaré golf! – y al instante sacó un palo de golf junto a una pelotita. – Por lo menos lo tenía encima y no se me ha caído.

Pero los que ha mirado la escena no quedaron tan “felices” por tal acto…

– ¿¡Pero que rayos!? – gritó por lo bajo el pajarraco de azul.

– ¡Yo sabía que esa loca era un bruja! – declamó infantilmente Toon.

– ¡Cálmense! Que no cunda el pánico…– dijo en medio de la histeria el jefe.

– ¡Dejen de gritar! La caída fue muy dura... – de la nada un pequeño hongo comentó a su lado.
– ¡Miren, un Toad!

Luego de eso, notaron que poco a poco, muchas cosas caía de entre la ropa de Peach. Resolviendo el misterio que Toon Link, internamente se había planteado.

– Y yo que creía que Santa me traía regalos de anticipación... – susurró triste el rubio.

Momentos después la joven princesa fue rumbo a una extraña casa del lugar. Pues ya no estaban en la mansión Smash, sino en el pueblo Smash.

Nuestros 3 seguidores se asomaron por la ventana y encontraron una terrible imagen dentro de aquella horrible casa. Tingle, el vendedor de mapas en el mundo de Zelda, le entregaba a Peach una especie de cartera con triangulitos y esta a su vez le intercambiaba fotos de Samus sin armadura.

– Gracias mi querido Tingle, siempre es un placer hacer tratos contigo. – habló Peach estrechando su mano con la criatura extraña.

– El placer es todo mío, es muy fácil robarle una de las 100, 000,000 carteras "mágicas" a Link. Por lo menos en un juego tiene 100 muajajaja. No todo los días puedo obtener las fotos de mi cherry favorita...

Mientras afuera…

– Así que este es el misterio de como Peach guarda tantas cosas. – Fox murmuró con la boca abierta.

– No es tan emocionante... Mejor digámosle a todo el mundo que ella es una especie de "bruja" y que con sus poderes reduce todo y así lo guarda. – resopló Falco.

– No sé... Eso sería muy cruel. – dudó el líder.

– Más cruel fue seguirla todo el día para enterarnos que hacia contrabando de fotos con Tingle. – le recordó su mano derecha.

– Así que eran ustedes, mis corazones...

De la nada alguien habló a sus espaldas.

Querido lector, ¿se acuerda de la descripción que hice al principio de Peach? Pues, esta escena es un vivo ejemplo de lo mencionado líneas muy arriba.

No diré como fue que estos pobres chicos terminaron en la enfermería de la mansión. Solo mencionaré que aprendieron que jamás se debe seguir a una mujer, y mucho menos del temperamento de Peach.

La consecuencia fue terrible, pero con todo y eso pudieron contestar la pregunta que miles de fanes se cuestionaban... Lástima que nadie jamás lo sepa ya que ello cayeron en un tipo de coma crónico (conveniente diría yo), y además si lo dijeran dejaría de ser uno de los misterio del mundo Smash.

Sip, a veces es mejor no interferir para que todo tome su rumbo natural y emocionante en esta vida Smash.