El secreto de mi profesor [SesshxKag]

El secreto de mi profesor [SesshxKag]

Hola a todos, bueno, después de planearlo por un largo tiempo, he decidido publicar mi segundo fic. Es una historia sencilla y me gusta mucho. Va dedicada a mi gran amiga Diana y a todas las que lo lean. Espero que les guste

El secreto de mi profesor.

Capítulo 1

Día de examen


Su nombre era Higurashi Kagome. Ésta jovencita, tenía 17 años, e iba a tercer año de la secundaria. Tenía el cabello oscuro, color azabache y ojos chocolate. Muy bonita, pero tenía un defecto, era tímida, muy tímida, le costaba muchísimo mostrar sus sentimientos. En la apariencia, no se destacaba mucho, era sencilla, y poseía un carácter dulce y sensible.

Un día, el profesor de matemáticas, Tokedo Naraku, decidió tomarles una prueba sorpresa. Él era un profesor muy cruel, por lo general presionaba mucho a sus alumnos para que aprendieran bien. Según él, la única manera de “domarlos” era a la fuerza. Pero era un hombre joven, tenía unos 30 años, su cabello era negro y tenía ojos violeta oscuro, muy raros para una persona. Su rostro siempre tenía la misma expresión, malvada.

Kagome no era buena en los números, y mucho menos si la presionaban, así que cuando el profesor, tomó el examen, se sentía un poco mal, estaba muy nerviosa. Sabía que no lo iba a aprobar. Ése era otro problema que tenía, era sumamente pesimista. Cuando sonó la campana, anunciando el recreo y que debían entregar las hojas, Kagome se paró y fue a dejar el papel al escritorio del profesor, pero al instante de hacerlo éste la miro con un gesto, un poco burlón, como insinuando que sabía muy bien que reprobaría.

-Espero que le haya ido bien, Higurashi-dijo Naraku-recuerde que si desaprueba esta evaluación, tendrá que rendir aparte, porque desaprobará también la materia. Sus notas han sido pésimas en estos meses.

Ella no contestó, solo se limitó a asentir con la cabeza y a irse de ahí.

Al salir al patio, se reunió con sus tres amigas, Rin; Sango y Kikyo. Ellas siempre habían sido muy unidas y se apoyaban en todo. Rin y Sango, eran primas, ambas tenían el cabello chocolate, y los ojos del mismo color, las dos, eran muy bellas.

A la que más le gustaba lucirse era a Sango, siempre estaba perfectamente maquillada, peinada y vestida a la moda. Aún con la edad que tenía, la contrataban agentes de publicidad, para sus campañas de las temporadas. Era muy talentosa en ese sentido, todos decían que ella sería una gran modelo famosa.

Rin también tenía su talento, cantar. Era muy lindo escucharla; su suave y armoniosa voz, siempre era la más aplaudida en los festivales escolares. A ella, tanto como su prima, le gustaba estar siempre arreglada, aunque no le agradaba maquillarse, pero sí cubrirse de accesorios, tales como. Collares; aros; pulseras; anillos de diferentes piedras e infinidades de cosas, que vivía comprando.

La más tranquila era definitivamente Kikyo, también era muy bonita, pero no se destacaba tanto como las anteriores, ya que era más seria y callada, siempre se la podía ver pensativa, o meditando algo. Por lo general, no salía con chicos. Siempre era la que se quedaba sentada sin bailar, en una fiesta. Aunque no era porque no la invitaran, al contrario, muchos gustaban de ella, pero Kikyo solo los rechazaba. Sus amigas, siempre le decían que iba a recibirse de sacerdotisa, si seguía esquivando de esa manera a los hombres.

Cuando llegó Kagome con ellas, las tres pudieron notar la cara de preocupación que tenía ésta.

-¿Sucede algo amiga?-le preguntó Sango- ¿Te fue bien en el examen?

-No, creo que fue un desastre-contestó tristemente

-No digas eso-intervino Rin. Nosotras hemos estado durante un mes, enseñándote las matemáticas, algo debes de haber comprendido.

-Lo siento amigas- dijo la chica-me puse muy nerviosa, no se, no logro entender esa materia.

-Tal vez deberías cambiar de táctica-interrumpió pacíficamente Kikyo – o de profesor. Lo que parece que no captas, no son los números, sino la manera de enseñar, que tiene tu maestro, el profesor Naraku, es estricto, a lo mejor, es eso lo que no te permite entender, y nosotras somos tus amigas, es muy difícil concentrarse, a lo mejor es eso lo que no te permite concentrarse se con eso. Lo que necesitas es alguien con paciencia y que no sea tan drástico, es la mejor solución.

Todas quedaron sorprendidas, ante tal comentario de su amiga, verdaderamente era muy sabia y analizaba las cosas con profundidad. La azabache le agradeció el consejo y las cuatro se dirigieron a su próxima clase.


A la mañana siguiente, todo el curso estaba expectante, querían saber como les había ido en el examen de matemática del día anterior. Cuando de pronto, la puerta se cerró en seco, provocando que todos los alumnos observaran al recién llegado, el profesor Naraku.

-Alumnos, siéntense- ordenó y sacó una pila de papeles- los resultados- y comenzó a llamar a cada alumno y entregarle su evaluación.

-Chiang

Kikyo se paró y fue caminando tranquilamente, a recoger el papel, la nota era: 10. Ella la miró orgullosa y se fue a sentar.

-Liu

Sango fue rápidamente a recoger la hoja y observó: 10, sonrió satisfactoriamente y se dirigió caminando recta y sensualmente hacia su banco.

-Takashi

Rin se paró torpemente y se dirigió a buscar la evaluación, se había sacado un 10. Ella sonrió muy contenta y fue a sentarse dando pequeños brincos.

-Higurashi

La azabache cerró sus ojos un momento, y se encaminó lentamente al escritorio del profesor a agarrar su temeroso examen. Cuando lo tomó, el profesor le dirigió una sonrisa nerviosa. Ella miró el número escrito en rojo: 4. Era la primera vez que alguien se sacaba esa nota en matemática. Definitivamente era la más baja. Kagome fue a sentarse mordiendo sus labios, al estar en su banco, sintió que comenzaba a llorar.

Sabía cuanto se esforzaban sus padres por darle educación, ese colegio era privado, el más caro que había. Y se sentía mal. De una forma u otra, había defraudado a sus padres y amigas. Con esa nota se llevaría la materia. Trató de sobrellevar el día como pudo, pero no le fue fácil.

Al llegar a su casa, su madre la esperaba en la puerta, como de costumbre, con una gran sonrisa.

-Hola hija ¿cómo te fue hoy?

-Bastante mal- le contestó

Kagome le contó todo lo sucedido. Se sorprendió al ver que su madre no mostraba enfado, solo tenía una expresión como diciendo “lo suponía”

-Hija, tengo que decirte algo, tus amigas, me dijeron de tu inseguridad en el examen, y en lo mal que te iba en esa materia. Y decidí hacer algo. Hoy temprano, cuando salí a hacer las compras- explicó- en el almacén encontré un cartelito que anunciaba a un maestro particular de matemática. Me tomé el trabajo de llamarlo, ven, está ahora en la sala- le dijo empujándola un poco para entrar.

Cuando estuvo adentro, pudo observar a un joven que la miró y dijo:

-Hola

Continuará…



Acepto todo tipo de críticas, las malas y las buenas. No me molestan ni las unas ni las otras, al contrario, sirve para mejorar.

Gracias

 

Re: El secreto de mi profesor [SesshxKag]

Hola a todos
No saben lo emocionada que estoy al saber que el fic les ha gustado.
Muchisimas gracias a todos. Lo siento, pero hoy no contestaré sus post, esta vez se los deberé.
Acá les dejo la conti.


Capítulo 2

Presentaciones

-Hola

-Hola, mucho gusto- contestó tímidamente, escondiéndose detrás de su mamá

-Es un placer- le dijo el chico, de una manera un poco fría

-Éste es el profesor, Taisho Sesshomaru- presentó la señora Higurashi- señor Taisho, ella es mi hija Kagome. Kagome, el te enseñará las matemáticas dos veces por semana, ya he preparado una parte del salón para que puedan estudiar sin problemas. Espero que con eso mejores las notas. Me han dicho mis amigas, que es un excelente profesor- le dijo con una sonrisa, que él no le dio mucha importancia.- Ven, los guiaré a donde está todo preparado.

La madre, condujo a ambos hacía una mesa, llena de libros, papeles, lápices, calculadoras y otros tantos útiles. Sesshomaru los observó y comenzó a apilarlos sobre una silla, dejando sobre la mesa; papeles borradores, dos lápices, una goma y una calculadora. Éste hizo una seña para que Kagome se sentara a su lado. Ella tímidamente miró a su madre, que asintió con la cabeza y la empujó un poquito. La chica de sentó junto a él, un poco cohibida, al ver a ese joven.

Éste profesor, le llamó mucho la atención. Tenía el cabello de un raro platinado, y ojos ambarinos. No se veía una persona muy cálida, más bien parecía un ser frío. No tendría más de veintiséis años. Parecía raro que alguien tan joven fuera profesor, pero así era. A Kagome, le pareció que algo dentro de él, le inspiraba confianza.

-Tengo solo dos horas, señorita- dijo- espero aprovecharlas, así que comencemos de inmediato

Kagome iba a mirar a su madre, pero cayó en la cuenta que ella yo no estaba allí. La había dejado sola con él.

-De acuerdo- susurró la chica.

Él tomo el papel y anotó una larga ecuación de diez incógnitas.

-Resuélvela

Kagome, sin chistar, comenzó a analizarlo y resolverlo directamente.

-Se separa en miembros y luego en términos- le corrigió

Ella le hizo caso y siguió. Sesshomaru la observaba, quería ver cual era el problema que tenía. La chica temblaba un poco mientras escribía, los resultados que sacaba con la calculadora. Al terminar, le mostró la hoja.

-Está mal- le dijo haciendo un pequeño cálculo mental- y comenzó a resolverlo en otra hoja.

Kagome se sorprendió al ver que el hombre no utilizaba la calculadora, determinaba los resultados, solamente pensándolos. El profesor Naraku no era así, nunca solucionaba una operación, si no la hacía con la máquina.

Sesshomaru lo terminó rápidamente y le marcó donde se había equivocado. Con ese método, de darle ejercicios y que los resolviera, trascurrieron rápidamente las horas acordadas.

-Ya es tiempo- murmuró

-Oh si, ¿cuándo volverá?- le preguntó

-En dos días- respondió secamente

-Muchísimas gracias, señor Taisho- agregó la muchacha con una sonrisa- lo esperaré a la misma hora

-Si, dile a tu madre que ya se cuál es el error que tienes, para pasar la materia. Eso lo iremos desarrollando la próxima clase.

-De acuerdo

El joven se retiró, mientras Kagome lo observaba muy contenta

-Es muy apuesto- pensó- me gustaría conocerlo más.

Al día siguiente, en la escuela, se reencontraron las cuatro amigas. Kagome ya les había contado todo, con respecto al nuevo profesor. Sango y Rin, estaban muy contentas con la suerte de su amiga, al tener un profesor así. Kikyo, simplemente, estaba satisfecha, al saber que era un buen profesional en la materia.

Mientras que ellas hablaban sin parar del profesor; se les acercó un muchacho. Más o menos de la altura de ellas, ojos oscuros y cabello negro. Él las miró tímidamente y les dijo:

-Disculpen, el profesor Tokedo me manda a decirle a la señorita Higurashi, que se prepare, ya que rendirá la materia en dos semanas. Lo hará en el salón 4 a la primera hora.

-Muchas gracias- dijeron a coro las cuatro- ¿Cómo te llamas?

-Kohaku

-Kohaku-repitió Rin- ¿Tú eres un año menor que nosotras verdad? Si, te reconozco, te he visto.

-Tiene razón, creo reconocerla- susurró muy cohibido el chico- Tengo que irme, me espera mi próxima clase.

Antes que alguna de ellas dijeran o hicieran algo, él ya se había ido corriendo.

-Es un poco raro- afirmó Sango

-Si- reafirmó Rin sonriente- bueno sigamos, ¿Kagome cuando volverás a verlo?

-Mañana- respondió muy ilusionada- mañana, lo veré.


Continuará…


Gracias a todas, cualquier duda o queja. Me avisan. Ni hablar de los errores, me super dicen.